El crecimiento en la virtud a la luz del pensamiento aristotélico-tomista (I): Las pasiones del alma
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Resumen
Los hábitos constituyen la segunda naturaleza del alma, de ahí la importancia del crecimiento en la virtud para la formación humana, para la vida, para la libertad. Ahora bien, la materia próxima de gran parte de las virtudes morales —en concreto de la templanza, la fortaleza y sus partes potenciales— son las pasiones. Las pasiones son los actos propios del apetito sensitivo, una vis in genere integrada por dos facultades, el apetito irascible y el concupiscible, a cada uno de los cuales corresponden pasiones distintas —primarias y secundarias—. Estos afectos, si no son puestos al servicio de la recta razón y de la voluntad bien ordenada, dificultan notablemente el ejercicio del bien; pero bien ordenados por la razón pueden ser una ayuda inestimable para el crecimiento moral.