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Virginia Pérez Nieto
2.3 Transmedialidad y expansión del lenguaje: el libro como interfaz híbrida
Tal como se ha señalado previamente, la condición híbrida del libro de artista se intensi-
ficaparticularmenteenelentornodigital, dondeellibrodevieneunainterfazdinámicadeex-
ploración sensorial y conceptual (Maffei, Picciau, 2008, p. 10). La lectura ya no es únicamente
visual, sino un acto corporal, interactivo y colaborativo. Albarrán y Benéitez (2018) propo-
nen entender la escritura en el contexto contemporáneo no solo como medio expresivo, sino
comoinstrumentodeproduccióndeconocimientoentrelazadoconlaexperiencia, elcuerpoy
laacción. Estaperspectivapermiteconsiderarellibrodeartistadigitalcomounaplataforma
transmedial en la que convergen imagen, sonido, código, acción y texto.
Estas experiencias transmediales no solo desafan las expectativas del lector-especta-
dor, sino que mantienen al libro de artista relevante en la era digital. Además, lo posicionan
como un precursor de las prácticas artísticas contemporáneas, marcadas por la hibridación
y la fusión de medios. Hablar de interfaz híbrida en el contexto del libro de artista digital im-
plica reconocer que ya no estamos ante un mero soporte de contenidos, sino ante un formato
dinámico de exploración sensorial y conceptual donde el lector se convierte en un agente ac-
tivo. Esta interacción trasciende la mera lectura para convertirse en una experiencia inmer-
siva y colaborativa. Roland Barthes señala: “un texto está formado por escrituras múltiples
[...] ese lugar no es el autor [...], sino el lector”. (Barthes,1968/2022, p. 4–5) Afirmación que se
concreta en obras como The Silent History, donde el lector co-produce el sentido median-
te navegación, ubicación y participación activa, poniendo en práctica la concepción del libro
como “secuencia de espacios”. (Carrión, 1975)
El paradigmático caso de The Silent History (2012), se trata de una novela digital dise-
ñada específicamente para iPhone y iPad por Eli Horowitz, Matthew Derby y Kevin Moffett.
El proyecto combina texto, vídeo y geolocalización, invitando a los lectores a explorar fsica-
menteloslugaresmencionadosenlaobra. Deestaforma, elespectador-lector-usuariopue-
de leer informes donde aparecen localizaciones concretas escritas por otros usuarios como
él. La narrativa se desarrolla a través de capítulos descargables, que aparecían inicialmente
cada semana, generando una experiencia que trasciende el ámbito textual y se integra en el
espacio fsico del lector. Este tipo de propuestas ejemplifica la idea de que el libro de artista
digital no es solo un objeto de contemplación, sino un espacio de participación y co-creación
que “obliga” al lector a prestar atención al objeto que sujeta entre las manos y a interactuar
con la propia lectura. En consecuencia, se inscriben en la categoría de obras literarias multi-
modales (Gibbons, 2012), en las que convergen la capa tipográfica, visual y cinética dentro de
un continuum narrativo expandido.
En esta línea, resulta especialmente pertinente la noción de escritura no-creativa for-
mulada por Kenneth Goldsmith (2015), quien sostiene que, en la era digital, la escritura ya no
debe entenderse como un acto de invención original, sino como una práctica de recontex-
tualización y montaje de materiales preexistentes. Este enfoque, que traslada al ámbito li-
terario los principios del arte conceptual, subraya la dimensión procedimental y material del
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