La música in(visible): Música, sinestesia, abstracción y compositoras
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veladurasparanoromperlacohesióndelconjunto;enotras, unatexturadebeserenfatizada
para reforzar el carácter rítmico de la pieza.
Así pues, la elección de los acrílicos para representar la música no es solo una cuestión
decolor, sinodemateriaygesto. Cadacuadroconstituyeunreflejodelaenergíadelamúsica,
de su forma de expandirse y resonar. Así pues, la técnica pictórica no solo traduce el sonido
en imagen, sino que lo transforma en una experiencia táctil, donde la textura y la luz asumen
el mismo papel que los matices tímbricos en una composición musical.
En cuanto al análisis de las obras, Lerma estableció una serie de parámetros para obte-
ner la mayor cantidad de información posible: la estructura musical; el ritmo; la tonalidad o
modalidad; la instrumentación; las dinámicas; los motivos temáticos; el tempo y los cambios
rítmicos; los contrastes y transiciones; los tópicos retóricos; y el contexto de la composición.
En las anteriores investigaciones de Lerma no se habían utilizado los contrastes y transición,
asícomoalgunostópicosretóricos, limitándosealapresenciadefigurasretóricaseneltexto.
En este sentido destacan tres obras con una mayor carga retórica. En Maddalena Casulana
se distinguen dos paletas diferenciadas: una con tonos azulados y sombríos y, cruzando el
centro de la pieza, tonos amarillos y anaranjados. Los tonos azulados parecen custodiar y
aprisionar a los colores cálidos, un símil pictórico de la historia que se refleja en Morir non
può’l mio core, donde Casulana defiende a Isabel de Medici, acusada de adulterio en los jar-
dines de palacio, equiparándola con Susana, mujer piadosa cuya virtud es conservada por
su amor a Dios. Esta paradoja del amor femenino es también utiliza por Petrarca, donde la
virtud de la mujer puede ser puesta a prueba por la violencia o la muerte, pero su amor a
Dios es lo que salvará su alma (Newcomb, 2013: 117-118). Asimismo, en esta ocasión McClary
atribuye varias acepciones a la «muerte», por un lado el placer interno (orgasmo) y por otro
el externo (McClary, 2004: 57), con una concepción retórica del amor mortal, enfatizado por
el narrador por el deseo de destruir su propio corazón ante el dilema irresoluble del amor, la
vida y la virtud.
Por su parte, Francesca Caccini es una obra de colores sombríos, con abundancia del ne-
groydiversostonosdemarrón, peroconunapartesuperiorluminosa. Aquísereflejaelcanto
realizadoporlosángelesqueesperanlaasuncióndelaVirgenenlaobraChiècostei?, unma-
drigalqueformapartedelPrimo Libro delle Musiche (1618). Eltextodeestemadrigalplantea
la Imitatio Virginis como principal tópico (Gusick, 1998: 7-10). Por último, Sor Juana Inés de la
Cruz analiza un coral a cuatro voces atribuido a la monja mexicana. En Madre, la de los pri-
mores, la monja utiliza diversas fórmulas como la circulatio o la anábasis para ensalzar la
figuradesantaTeresadeJesús, unaspectorepresentadopictóricamenteconunapaletacá-
lida, en relación con la imagen maternal de la santa según el motete. En este lienzo también
se muestran colores negros, identificados como las tribulaciones vitales de santa Teresa: su
reformadelCarmelo, lapersecucióndelaInquisiciónysuespírituincansableenlafundación
de nuevos conventos (Martínez, 2025). En el resto de las obras confeccionadas para esta ex-
posición, Lerma se guio por el resto de parámetros musicales, incidiendo más en aspectos
técnicos de las obras para su representación.
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