La fotografía de artista como enclave de revisión histórica
Dins per Dins. The artist’s photography as an enclave of historical review
Arquitecto y Escenógrafo, Barcelona, España.
Resumen
Francesca Llopis realiza una performance en La Ricarda y la captura simultáneamente con una cámara de video y con una cámara de de fotografía. Ambas persiguen inmortalizar lo intangible de una casa que representa una joya de la arquitectura moderna catalana y que hoy se encuentra bajo la amenaza de la ampliación del aeropuerto de El Prat. La obra no muestra tan solo las imágenes de la vivienda sino que, a través de su intervención artística, persigue transmitir la importancia de todas aquellas vivencias que ha albergado la casa a lo largo de los años. Su fotografía pasa a ser un enclave de revisión histórica del elemento arquitectónico que pone en valor la memoria colectiva y alerta de la necesidad de actuar para evitar su pérdida.
Palabras Clave: Bonet Castellana, la Ricarda, memoria, revelar, El Prat de Llobregat.
Abstract
Francesca Llopis gives a performance at La Ricarda which she captures with a video camera and a photographic camera. Both of them seek to immortalize the intangibility of a house that represents a jewel of the modern Catalan architecture under the threat of the expansion of El Prat airport. The work not only shows the images of the house through the artist’s eyes but also seeks to convey the importance of all the experiences that happened in the house over the years. Her photography becomes a keystone for the review of an element of historical architecture which keeps collective memory alive and warns about the need of taking action to prevent its loss.
Key Words: Bonet Castellana, la Ricarda house, memory, reveal, El Prat de Llobregat.
cómo citar este trabajo / how to cite this paper
Badia Rafart, R. (2022). Dins per dins. La fotografía de artista como enclave de revisión histórica. Umática. Revista sobre Creación y Análisis de la Imagen, 5.
Fig. 1. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Video HD. ©Francesca Llopis
Revelar es el proceso para hacer visible la imagen de una película fotográfica pero también el acto de mostrar aquello que permanece oculto. Entre noviembre y mayo de 2022, la artista Francesca Llopis presentó su obra Dins per dins en la última de las salas dedicadas al siglo XX del MNAC (Museu Nacional d’Art de Catalunya). La exposición mostraba imágenes en blanco y negro y un video a color de una casa singular que parecía estar habitada por siluetas negras que transitaban y regían sus espacios.
La casa, conocida como La Ricarda o Casa Gomis, es uno de los máximos exponentes de la arquitectura moderna peninsular. Grandes fotógrafos como Francesc Català-Roca u Oriol Maspons se fijaron en ella para mostrar sus mejores encuadres en las revistas de arquitectura del momento y, a día de hoy, nombres como Adrià Goula o Salva López siguen haciéndolo en los medios actuales.
Considerando así que probablemente haya sido uno de los edificios de vivienda unifamiliar más fotografiado de nuestra región ¿cuál es el sentido de seguir generando imágenes de esos mismos espacios arquitectónicos? ¿Cómo es que una artista visual como Francesca Llopis decide rehacer estos pasos y qué aporta su obra performática en esta revisión fotográfica del elemento?
Fig. 2. Redibujado planta emplazamiento y jardín según plano de 1957 con vegetación según ortofotografía de 2021. Imagen de creación propia
La Casa Gomis se hizo construir por el matrimonio Ricardo Gomis e Inés Bertrand cerca del estanque de La Ricarda. A través de su amigo Joan Prats, impulsor de la cultura y la vanguardia del momento, contactaron con un joven arquitecto llamado Antonio Bonet Castellana. A partir de un primer encuentro en el año ‘49, empezarían una correspondencia que a lo largo de los siguientes 14 años acabaría moldeando su casa ideal; su gesamtkunstwerk.
Figs. 3 y 4. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Fotografía 60x60 sobre papel baritado. ©Francesca Llopis
Bonet, después de acabar los estudios y pasar por París, había arrancado su trayectoria profesional en Argentina llevándose consigo la ideología de Le Corbusier y el GATCPAC. Allí, a partir de la creación del Grupo Austral junto a Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan, se añadieron los valores surrealistas a su imaginario arquitectónico racionalista. Estos tenían que ver con el interés por la relación de continuidad con el paisaje, las técnicas y materiales locales y la psicología individual. En La Ricarda, dichos valores quedaban plasmados a la perfección.
Vista desde el aire, la casa se componía de un entramado superpuesto en el paisaje a la manera de un tablero de juego en el cual los árboles se habían instalado en las casillas libres. En las restantes, se hallaban las cubiertas acabadas con baldosín de gres que ondulaban entre las copas de los pinos como si fueran dunas entrelazadas con las ramas. En su interior, las bóvedas flotaban generando espacios abstractos y abiertos que, junto a unos cerramientos transparentes y translúcidos, permitían una visión generosa hacia la naturaleza circundante. Las celosías, en sus distintos formatos y siguiendo la misma lógica de damero que la planta de la casa, eran las encargadas de filtrar, dirigir, colorear o tamizar las vistas y luz que llegaba desde el exterior.
La modulación de la casa quedaba definida por unidades de 8,80x8,80m. Estas generosas dimensiones permitían asociar una función doméstica debajo de cada una de las bóvedas construidas. De este modo, la forma inferior de la cubierta se aprovechaba para determinar qué elementos, muebles u objetos se colocaban debajo, ya fuera en relación a la altura o en función de las condiciones acústicas. Este punto era importante puesto que Ricardo Gomis, aparte de ingeniero, era un importante melómano.
Las bóvedas se sustentaban sobre cuatro esbeltos pilares metálicos y estaban construidas con una doble lámina que permitía que esas grandes cubiertas parecieran sostenerse sin esfuerzo, como si de nubes suspendidas se trataran. La lámina interior estaba hecha de hormigón armado aligerado con ladrillos huecos; mientras que la exterior, sustentada sobre la primera con tabiques conejeros, se construía como una solera a la catalana.
Se trataba de una vivienda prácticamente sin puertas, que ofrecía una libertad de circulación excepcional. Los muebles parecían flotar del mismo modo que lo hacen las bóvedas, algunos levitando a unos pocos centímetros del suelo, otros con delicadas patas metálicas casi inexistentes y en ningún caso tocando contra la bóveda. Con alfombras y unas pocas paredes se acababan de definir las zonas y ambientes del espacio, generando unas cuidadosas circulaciones que conciliaran la vida familiar con las actividades de Ricardo e Inés.
Fig. 5. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Fotografía 60x60 sobre papel baritado. ©Francesca Llopis
Fig. 6. Redibujado Planta general según plano de 1960. Imagen de creación propia
Fig. 7. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Fotografía 60x60 sobre papel baritado. ©Francesca Llopis
Una vez terminada su construcción, La Ricarda acogió el primer evento cultural en el año ‘63 con el concierto «Da Camera». Ese día la casa se llenó de las notas de Robert Gerhard, Joaquim Homs y Josep Maria Mestres Quadreny. Las piezas se interpretaban con la voz de Anna Ricci, la flauta de Salvador Gratacós, las percusiones de Josep Llorens o el piano de Carlos Santos, junto a otros reconocidos músicos y ante la admiración de todos los invitados. Esas paredes claramente habían estado pensadas para una perfecta convivencia entre los Gomis Bertrand y la experimentación artística de la escena del momento.
Gracias a su visión y ante la falta de soporte público y espacios para visibilizar la creación contemporánea, el salón de la casa se convirtió en punto de encuentro de diversos de los actos que organizaba la asociación artística Club 49 y por ella pasaron importantes artistas como John Cage, Merce Cunningham, Roberto Gerhard, Joan Miró, Tete Montoliu o Moisès Villelia, entre muchos otros.
Con el tiempo, este espacio de encuentro y experimentación se vio afectado por el crecimiento del aeropuerto y el ruido del paso cercano de los aviones hizo que se convirtiera en un sitio invivible. Actualmente, a pesar de estar declarada Bien Cultural de Interés Nacional, la casa se ve amenazada de nuevo por otra ampliación del aeropuerto que prevé alargar 500 metros la tercera pista de El Prat. Esto, junto a la zona de seguridad que requiere, partiría por la mitad la finca donde se encuentra La Ricarda, además de suponer un desastre para el ecosistema presente en el estanque.
Fig. 8. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Video HD. ©Francesca Llopis
Francesca Llopis debe ser una de las últimas artistas que ha pasado por la casa. En este caso, para reivindicar su amor hacia ella y su disconformidad con la situación actual. Al entrar en la sala del museo que contenía su obra, lo primero que se percibía era la música de Barbara Held, las percusiones de Pilar Subirà y los sonidos de los aviones que sobrevuelan la casa. La sinfonía, compuesta por músicos y pilotos, provenía de la gran pantalla con la parte audiovisual, que se iniciaba con las manos de la artista salpicando agua y tinta – transparencia y oscuridad – sobre papel japonés hasta dejarlo completamente negro. Acto seguido empezaba la performance dentro de La Ricarda.
En la filmación, una sombra se levantaba entre las jardineras del pasaje y otras jugaban a ser insectos en el reflejo del cristal verde del patio de la entrada. Un fruto de árbol de Braquiquíton las agitaba y despertaba reviviendo sus atracciones, al mismo tiempo que una llamada telefónica se quedaba sin respuesta. Las siluetas danzaban por muros, paredes y celosías mientras en el jardín tocaban el violonchelo, alzando armónicos hacia el cielo para aclamar paz a los reactores que les lanzaban queroseno. Cuando nadie miraba, las figuras iban saliendo de sitios insospechados, imitando formas y movimientos de los espacios donde se escondían.
En la otra pared de la sala colgaban las fotografías en blanco y negro, hechas con su Rollieflex 6x6. En este caso, las presencias estaban camufladas, como intentando no ser vistas por el espectador. Simulaban ser ropa tendida en la tumbona del jardín, una toalla en los vestuarios de la piscina, un biombo en el salón, una gota, un armario, una chimenea, una silla o hasta la propia celosía. Todas ellas restaban latentes en la quietud congelada y la atemporalidad profunda que brindaba la ausencia de color.
A medida que iba avanzando la exposición, todas esas sombras sin rostro, performadas desde el anonimato por Neus Masdeu, Vanessa Pey, Ivette Serral y la propia Francesca Llopis, parecía que no sólo estaban allí para ser contempladas sino que en realidad su función era avisar a los observadores de alguna cosa aparentemente oculta.
Una sombra es la marca que pone de manifiesto nuestra presencia entre una superficie y un punto de luz, es decir, la huella efímera de las vivencias de un espacio. Si al volver a los sitios conocidos los recuerdos se nos aparecen de modo inconsciente ¿no sería posible pensar que las huellas, aun siendo imperceptibles a nuestros ojos, siguieran en el sitio donde las dejamos? La fotografía, por otro lado, es capaz de capturar la luz presente de un instante y hacerla permanente a través de una imagen. Si coincidiera con un momento de emoción intensa -como el amor o la pérdida-, no sería la imagen capaz de preservar su rastro en aquél quien la hizo o en aquellos que conocen su significado? Si así fuera, podríamos afirmar que las paredes capturan los recuerdos y el sentimiento perdura en la fotografía.
Figs. 9 y 10. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Fotografía 60x60 sobre papel baritado. ©Francesca Llopis
En consecuencia, las imágenes – estáticas o en movimiento- de Francesca revelan las trazas y recuerdos que han quedado impregnados en un espacio, poniendo sobre la mesa que el valor de la casa no consta tan solo del elemento arquitectónico sino también de todas aquellas vivencias que esta contiene. Así pues, la obra manifiesta su preocupación por la ampliación del aeropuerto y por la pérdida patrimonial, natural y de memoria colectiva que esta podría suponer.
Cada vez que las miremos, estas nos harán revivir el sentimiento inmortalizado de nostalgia prematura de la artista ante la potencial desaparición de La Ricarda y el desvanecer de lo intangible que esta conlleva. Quizás de este modo, el espectador se sentirá invitado a reflexionar y luchar contra las amenazas voraces de la industria turística y especulativa con las que solemos convivir despreocupadamente.
Las imágenes de Dins per Dins ofrece algo que no encontramos en las imágenes precedentes de La Ricarda. En este caso, el propósito de la fotografía no es ni mostrar los interiores de la casa ni mostrar la performance que propone la artista. Lejos de ser un acto documental de algo o alguien, la intervención artística en un espacio conocido tiene la función de revelar un mensaje implícito del sitio que no resulta visible al ojo del observador.
Fig. 11. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Fotografía 60x60 sobre papel baritado. ©Francesca Llopis
Fig. 12. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Fotografía 60x60 sobre papel baritado. ©Francesca Llopis
Fig. 13. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Video HD. ©Francesca Llopis
Figs. 14 a 16. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Fotografía 60x60 sobre papel baritado. ©Francesca Llopis
Lo imposible de capturar en este caso es la inestabilidad del futuro de la finca debido a la posible ampliación del aeropuerto. A través de la belleza y del reclamo de unas figuras nuevas que no identificamos con la casa, el espectador reorienta su atención en el emplazamiento y hacia la problemática que afecta al momento actual. Es así como la obra cumple con su función, poniendo un conflicto sobre la mesa y obligando al espectador a posicionarse.
Paralelamente, las fotografías de Francesca Llopis distan de ser otra serie más sobre un tema conocido. Sus imágenes se vincularán para siempre con un momento histórico y con un sentimiento de incertidumbre en relación al punto de match point según el cuál la finca de La Ricarda aún existiría tal y como fue concebida o se vería mutilada por la extensión de una pista de aterrizaje tajante.
La fotografía de artista constituye un enclave de revisión histórica del elemento arquitectónico en el que se fija la captura simbólica de los recuerdos que en él se hallan. Su mirada se convierte así en la herramienta más útil para detectar aquello valioso y volátil a la vez; la memoria de aquellos que lo han vivido.
Fig. 17. Francesca Llopis, Dins per dins, 2021, Fotografía 60x60 sobre papel baritado. ©Francesca Llopis
Referencias
Álvarez, F., et al. (1996). La Ricarda. Antoni Bonet Castellana. Col·legi Oficial d’Arquitectes de Catalunya.
Álvarez, F., y Roig, J. (2005). Rehabilitación de La Ricarda. Tectónica, 18, 62-81.
Ángel, J. (2021). La frágil tranquilidad de la Casa Gomis en La Ricarda. https://elpais.com/espana/catalunya/2021-09-12/la-fragil-tranquilidad-de-la-casa-gomis-en-la-ricarda...
Arenós, X. (2010). A.B.C. Casa de estudios para artistas. Canòdrom. Consell Nacional de la Cultura i de les Arts.
Benevolo, L. (1980). Historia de la arquitectura moderna. Gustavo Gili.
Bonet, A. (1966). Villa “La Ricarda”: Antonio Bonet, arquitecto. Quadernos de arquitectura, 64, 33-35.
Flores, R. (2015). Casa La Ricarda de Antonio Bonet Castellana. Un territorio formalizado [Tesis doctoral, Universitat Politècnica de Catalunya]. UPCommons. https://upcommons.upc.edu/handle/2117/96238
García, X., y Murillo, A. (2014). La Ricarda, la casa de vidre [Vídeo]. Sense of motion. http://senseofmotion.es/archivos/project/la-ricarda-la-casa-de-vidre
Minguet, J. (2021). Primeres Avantguardes. Univers.
Mora, A., y Ornaque, O. (2019). Casa Gomis. https://www.arquitecturacatalana.cat/ca/obres/casa-gomis
Notas
Agradecimientos a Marita Gomis Bertrand por sus comentarios y datos aportados para la redacción del presente ensayo y a Francesca Llopis por la cesión de las imágenes que aparecen en este y el acompañamiento en el proceso.