La adaptación de la Carta al Greco en el  
Kazantzakis de Smaragdís  
The Adaptation of Letter to Greco in  
SmaragdisKazantzakis  
HELENA GONZÁLEZ VAQUERIZO  
ORCID ID: 0000-0002-2811-4750  
Resumen: La película de Yannis  
Abstract: This paper analyses Yannis  
Smaragdis’ film Kazantzakis (2017) as  
an adaptation of Nikos Kazantzakis’  
autobiographical novel Letter to Greco  
(1957). Assuming that the literary  
text is to be seen as a hypotext that  
can be altered, the study focuses on a  
comparison of the novelistic and  
filmic versions. As the paper suggests,  
Kazantzakis is largely based on the  
Letter to Greco, and this closeness to  
the novel often leads to artificiality.  
On the other hand, studying the  
novel’s transfer into film allows for a  
better understanding of the processes  
of adaptation, and of cinematographic  
allusion and quotation, since the  
presence of the filmic adaptations of  
Kazantzakis’ novels by Jules Dassin,  
Michael Caccoyannis, and Michael  
Scorsese is prominent on Smaragdis’  
Kazantzakis.  
Smaragdís Kazantzakis (2017) se  
analiza en este trabajo como una  
adaptación de la novela autobiográfica  
de Nikos Kazantzakis Carta al Greco  
(
1957). Asumiendo que el texto  
literario debe ser visto como un  
hipotexto susceptible de alteraciones,  
el estudio se centra en la comparación  
entre la versión novelística  
y la  
fílmica. Como sugiere el trabajo,  
Kazantzakis se basa extensamente en la  
Carta al Greco, y esta cercanía a la  
novela  
a
menudo resulta en  
artificiosidad. Estudiar el trasvase de  
la novela a la película permite, por  
otra parte, entender mejor los  
procesos de adaptación, y de alusión y  
cita cinematográficas, ya que la  
presencia de las adaptaciones de  
novelas de Kazantzakis al cine de Jules  
Dassin, Michael Cacoyannis y Michael  
Scorsese es prominente en el  
Kazantzakis de Smaragdís.  
Palabras clave: adaptación fílmica,  
Kazantzakis, Smaragdís, Carta al  
Greco, biopic.  
Key Words: film adaptation,  
Kazantzakis, Smaragdis, Letter to  
Greco, biopic.  
Trasvases entre la literatura y el cine, 2, 2020, págs. 123-140  
ISSN-e: 2695-639X  
DOI: 10.24310/Trasvasestlc.vi2.9422  
Helena González Vaquerizo  
INTRODUCCIÓN  
Nikos Kazantzakis nació en Megalo Kastro (actual Heraclio), en la isla  
de Creta, en 1883 y falleció en Friburgo de Brisgovia en 1957. Fue un  
autor prolífico, que cultivó un gran número de géneros literarios: poesía,  
teatro, ensayo y novela, pero también libro de viaje e infantil, periodismo,  
traducción e incluso guion cinematográfico. En paralelo a su incansable  
actividad literaria tuvo una vida apasionante, a lo largo de la cual los  
periodos de encierro y dedicación exclusiva a la escritura alternaron con  
1
los viajes y la política .  
En términos literarios se trata de uno de esos autores cuya originalidad  
e idiosincrasia han impedido a los críticos adscribirlo a un periodo o un  
movimiento concretos. Se le ha relacionado con corrientes que van desde  
el romanticismo hasta el modernismo (rozando incluso el  
postmodernismo) y pasando tanto por el experimentalismo como por el  
2
costumbrismo . Kazantzakis, en definitiva, es un autor único, con un estilo  
muy reconocible y unas constantes temáticas que dan unidad a su extensa y  
variada producción.  
Dentro de esta producción, Kazantzakis es especialmente conocido  
como novelista (el más traducido de los griegos), pero cabe destacar que  
su dedicación a la novela llegó muy avanzada ya su carrera y que siempre  
consideró que la gran obra de su vida era la Odisea, un poema épico de  
3
3.333 versos publicado en 1938 que no contó con la buena acogida que  
sus novelas de madurez sí tendrían. Y precisamente tres de sus más  
célebres novelas se convirtieron en las tres exitosas películas  
internacionales por las que es más conocido: El que debe morir (Celui qui doit  
mourir, Jules Dassin, 1957), Zorba el Griego (Zorba the Greek, Michael  
Cacoyannis, 1964) y La última tentación de Cristo (The Last Temptation of  
3
Christ, Martin Scorsese, 1988) . Ningún escritor griego ha tenido este eco,  
ninguno ha visto su obra adaptada a este nivel.  
Este trabajo se ocupa de la adaptación al cine de otra de sus novelas, la  
Carta al Greco, que Kazantzakis terminó de escribir poco antes de su  
muerte en 1956. La película se estrenó el 23 de noviembre de 2017 con  
guion y dirección del cineasta griego Yannis Smaragdís. Como destacaba el  
productor Vincent Michaud, es la primera película inspirada en la obra de  
1
Para la biografía de Kazantzakis pueden consultarse, entre muchos otros, los  
trabajos de Izzet (1965), Kazantzaki (1977), Prevelakis (1977), Quiroz Pizarro  
(
1997) y Bien (2007), así como la web del Museo Histórico de Creta [En línea:  
http://www.historical-museum.gr/webapps/kazantzakis-pages/. Fecha de con-  
sulta 20/02/2020].  
2
Véase las introducciones e historias de la literatura neohelénica de Beaton (1999),  
Politis (1994) y Vitti (2003), y la monografía de Beaton (2009).  
3
Basadas, respectivamente, en las novelas Cristo de nuevo crucificado (1954), Vida y  
hechos de Alexis Zorbás (1943), y La última tentación (1951). Los trabajos de Amor  
López Jimeno, Alejandro Valverde García y Miguel Dávila Vargas-Machuca en este  
mismo número se ocupan de ellas en profundidad.  
124  
La adaptación de la Carta al Greco en el Kazantzakis de Smaragdís  
Kazantzakis que se rueda en griego (Zoumpoulakis, 2017). El papel  
protagonista lo asumió Odysseas Papaspiliópulos, el de su mujer, Eleni  
Kazantzaki, Marina Kalogiru. En la piel de Giorgis Zorbás se metió el  
actor Thódoris Atheridis, en la del poeta Angelos Sikelianós, Nikos  
Kardonis. Finalmente, las actrices Youlika Sfakida y Zeta Douka  
interpretaron a Itka Horovitz y a Melina Mercuri, respectivamente.  
2. LA CARTA AL GRECO  
Para estudiar esta película como trasvase de una obra literaria debemos  
acercarnos en primer lugar al texto que le sirve de fuente, la Carta al Greco  
(
Anaforá ston Greko).  
Sobre la historia de su composición cabe destacar que el autor planeaba  
escribir un «Diálogo» con el pintor cretense ya antes de 1929 (Prevelakis,  
4
1
984: 169) , pero que no sería hasta 1955 en Lugano y, sobre todo, en  
Antibes en el otoño de 1956, cuando tomaría forma la obra (Kazantzaki,  
007: 11). Kazantzakis falleció en octubre de 1957 de manera imprevista,  
2
sin tiempo de completar una segunda redacción del manuscrito de la Carta  
al Greco, aunque sí reescribió todo el primer capítulo y uno de los últimos,  
«
Cuando la semilla de la Odisea se enraizaba en mí».  
La obra se presenta al lector como una autobiografía, así que  
Kazantzakis, de Smaragdís, se ofrece al espectador como un biopic. Sin  
embargo, debe tenerse en cuenta que la Carta al Greco no era, ya de  
partida, exactamente una autobiografía, así que la película no puede ser  
5
vista exactamente como un biopic . La Carta al Greco se define  
habitualmente como una autobiografía novelada, donde, según Eleni  
Kazantzaki, hay «verdad y mito mezclados», «mucha verdad, poca  
6
fantasía» (2007: 12) . Una obra en la que Kazantzakis confesaba mezclar  
verdad junto con fantasía, pero también una obra en la que el valor  
concedido a la fantasía es inmenso: «¿Existe algo más verdadero que la  
verdad? Sí, el cuento, que da un sentido inmortal a la verdad efímera»  
(
Kazantzakis, 2007: 466).  
La crítica la ha llamado autobiografía fantástica e idealizada (Vitti,  
987: 345), autobiografía poética (Politis, 1998: 278) y autobiografía  
1
espiritual (Agathos, 2017: 289). La explicación a esta abundancia de  
calificativos reside, sin duda, en la naturaleza de la obra, que no respeta la  
cronología de la vida de Kazantzakis, que omite, mezcla o amplía a su  
4
En una carta escrita en Gottesgab el 5 de diciembre de 1929, Kazantzakis anima a  
Prevelakis a escribir una «biographie romancée» sobre El Greco y le cuenta que él  
mismo había tomado un gran número de notas (las cuales extravió) porque quería  
escribir sobre su agonía para «trascender la materia y liberar el espíritu».  
Evidentemente, esta agonía pertenece al propio Kazantzakis, que en la misma carta  
asegura que, pasado un tiempo, escribirá un diálogo entre él y El Greco donde  
ambos dirán su última palabra sobre muchas cosas.  
5
Ver más abajo el apartado «Yannis Smaragdís y el biopic literario».  
Todas las traducciones del griego son de la autora de este artículo.  
6
125  
Helena González Vaquerizo  
antojo. La consecuencia de esto a efectos del estudio es que la Carta al  
Greco no se circunscribe a los límites de un género literario, como a  
menudo sucede con las obras de Kazantzakis. De hecho, su gran poema  
épico, la ya mencionada Odisea, apunta rasgos novelísticos, mientras que  
muchos de sus dramas son filosóficos, y en sus novelas de madurez la  
fluidez de género es la norma (Tziovas, 2009: 89; Roilos, 2006: 283).  
Así pues, no conviene esperar que la película de Smaragdís sea una  
biografía ni completa ni parcial, ni fiel ni traicionera. Más bien ha de ser  
entendida como la adaptación de una novela cuyo personaje protagonista  
es un escritor. Al fin y al cabo, los mecanismos que Kazantzakis utiliza para  
novelar su vida no son muy diferentes de los que el cine emplea en la  
biografía literaria, porque en ambos casos se trata de representar héroes.  
A la manida y estéril cuestión de la fidelidad de la obra fílmica a la  
literaria hay que decir que Smaragdís ha sido tan fiel a la Carta al Greco, que  
su película adolece de literalidad. En este sentido, son mejores películas las  
de Cacoyannis, Dassin y Scorsese, pues siendo menos fieles son más cine.  
Esto nos lleva a adoptar la aproximación teórica que hacen de la  
adaptación de la novela al cine las autoras Deborah Cartmell e Imelda  
Whelehan, quienes entienden que el texto literario ha de funcionar como  
7
hipotexto y no como fuente (Cartmell y Whelehan, 2007: 3). Y es que,  
como recordaba Robert Richardson ya en 1969, «lo que hace una buena  
película no hace una buena novela y lo que hace una buena novela no  
necesariamente hace una buena película» (citado en Cartmell y Whelehan,  
2007: 1).  
3. VIDAS DE KAZANTZAKIS  
Así como varias de las novelas de Kazantzakis habían sido llevadas al  
cine con anterioridad a la película de Smaragdís, también su vida había sido  
tratada en la gran pantalla, al menos, en dos ocasiones. En 2007 Leuteris  
Charonitis se servía de material gráfico, de escenas rodadas en lugares  
visitados por Kazantzakis o donde este residió, y de escenas teatralizadas  
para su documental Nikos Kazantzakis. Akrovatis pano apó to jaos [Nikos  
8
Kazantzakis. Acróbata sobre el caos] . La película se fija en aspectos poco  
conocidos de la actividad del autor, como la misión de repatriación de  
población griega del Cáucaso en 1919, su vida sentimental, su labor como  
ministro en el gobierno de Sofoulis (1945-1946), o su trabajo como  
consejero literario en la UNESCO. En lo que atañe al cine, dedica espacio  
a hablar de los guiones cinematográficos que escribió Kazantzakis y a su  
colaboración con Jules Dassin y Melina Mercuri para la adaptación de  
Cristo de nuevo crucificado.  
7
Según la teoría de la hipertextualidad, un hipotexto es aquel texto que se puede  
identificar como la fuente principal de significado de un segundo texto, el  
hipertexto (Allen, 2000: 108).  
8
Agathos (2017: 283-286) describe y valora el documental.  
126  
La adaptación de la Carta al Greco en el Kazantzakis de Smaragdís  
En segundo lugar, el documental 33.333: I Odysseia tou Nikou  
Kazantzaki [33.333: La Odisea de Nikos Kazantzakis] del año 2016 y dirigido  
por Menios Karayannis aborda aspectos de la vida del autor en relación a  
su magnum opus, la Odisea, utilizando el viaje como hilo conductor. Con  
buen criterio, el cineasta equipara la vida de Kazantzakis con una Odisea y  
la presenta como ejemplo para las experiencias vitales de todo ser  
humano. En efecto, Kazantzakis se identificó con el héroe griego Odiseo  
en numerosas ocasiones y el poema de 33.333 versos protagonizó un gran  
periodo de su vida. No es extraño que en su autobiografía los años  
posteriores a la publicación de esta, a pesar de haber sido los de su  
consolidación como novelista de fama internacional, no sean recogidos.  
Tanto es así que la Carta al Greco finaliza con el capítulo dedicado a la  
concepción de la epopeya.  
La película de Smaragdís, como se verá en el análisis del trasvase del  
papel a la pantalla, sí contempla esos últimos años de vida del autor y,  
aunque se basa extensamente en la fuente literaria, se mueve con cierta  
libertad entre esos los dos ejes que, para el cineasta, definen la vida del  
autor: los viajes y los sueños.  
4. YANNIS SMARAGDÍS Y EL BIOPIC LITERARIO  
Yannis Smaragdís nació en Creta en 1946. Estudió cine en Grecia y en  
Francia y adquirió fama en su país natal con un cortometraje premiado en  
el Festival de Atenas en 1972. Desde entonces se ha convertido en uno de  
los cineastas griegos más conocidos dentro y fuera de Grecia.  
Kazantzakis es la última de las películas biográficas de Smaragdís, un  
director que se ha interesado siempre por las vidas de grandes figuras de la  
literatura y la cultura griegas. Las más conocidas biografías que ha firmado  
y filmado son Kavafis (1996) y El Greco (2007), inspiradas respectivamente  
en las vidas del poeta alejandrino Constantinos Cavafis y del pintor  
9
Doménikos Theotokópulos .  
Smaragdís es, por tanto, autor de varios biopics literarios, un género, o  
subgénero, que ha conocido un gran auge en las últimas décadas,  
desarrollando, además, unos modos de expresión y un lenguaje propios  
(
Sachar, 2019: 2, 10-11). En el Kazantzakis de Smaragdís están presentes la  
mayor parte de los rasgos típicos del biopic literario: la biografía sitúa al  
autor en un discurso que le define como un genio excepcional; hay una  
historia de amor (también excepcional); un contexto social y familiar que  
genera unas expectativas opuestas a la personalidad que va a desarrollar el  
9
Greco fue una producción internacional basada en el libro El Greco-O Zografos tou  
Theoú (El Greco-El pintor de Dios) de Dimitris Siatopoulos (1977). Smaragdís también  
dirigió en 2012 Ο Theós agapaei to javiari (Dios ama el caviar), una producción  
internacional sobre el pirata griego Ioannis Varvakis. Y en 1981 había dirigido un  
telefilm sobre el escritor Alexandros Papadiamantis titulado Κalí sou Nyjta  
kyr’Aléxandre… (Buenas noches, señor Alejandro…).  
127  
Helena González Vaquerizo  
personaje; y se presenta su vida de manera selectiva para conducir la trama  
hasta un momento de grandeza (Sachar, 2019: 12). Por último, a menudo  
se recurre a una audiencia imaginaria, que en el caso concreto de la  
película de Smaragdís sería real y estaría representada por el personaje de  
Eleni Kazantzaki, que escucha absorta y con expresión extasiada la lectura  
de los pasajes de la Carta al Greco que conforman el guion.  
Característica adicional del biopic literario más reciente sería el énfasis  
en representar la subjetividad del autor (Sachar, 2019: 15), un rasgo  
eminentemente romántico del que nuestra era no prescinde. Y es algo que  
vemos a través de la presencia de las herramientas del oficio como el  
papel, la pluma, o el escritorio en la casa de Antibes.  
A pesar de que, como se ha adelantado, estos rasgos del biopic están  
presentes en Kazantzakis, el término debe ser aplicado a la película con  
reservas. Puesto que se basa en la autobiografía novelada que es la Carta al  
Greco, puede resultar más útil y esclarecedor entender la película como  
adaptación de una novela al cine. El siguiente apartado se ocupa de analizar  
qué clase de adaptación es y cómo se han transferido las palabras de  
Kazantzakis a las imágenes de Smaragdís.  
10  
. DEL PAPEL A LA PANTALLA  
5
La Carta al Greco contiene un prólogo, treinta y un capítulos y un  
11  
epílogo . La película también contiene un prólogo, una serie de capítulos  
12  
y un epílogo . La primera hora de metraje sigue de una manera bastante  
literal el orden del libro, aunque, como se verá, prescinde de varias partes.  
13  
El resto , sin dejar de basarse en la Carta al Greco, la adapta con mayor  
libertad. Cada capítulo de la película va introducido por un título y, en  
muchos casos, también por una fecha.  
El prólogo de la película se divide en dos escenas y en dos escenarios,  
que ocupan los primeros minutos antes de la entrada de los títulos de  
crédito: Friburgo y Antibes. En la primera escena vemos al escritor en la  
cama del hospital donde va a fallecer en 1957. Las imágenes alternan con  
pantallas en negro sobre las cuales podemos leer varias citas del epílogo de  
la Carta al Greco (2007: 505). A las palabras «Tres almas, tres rezos» le  
sigue el momento en que el doctor alemán augura a Kazantzakis una  
10  
Este título quiere hacer un guiño al curso coordinado por Alejandro Valverde  
García en la Universidad de Jaén en 2018, «Efemérides “60” aniversario. Nikos  
Kazantzakis, del papel a la pantalla», del cual parte la idea de realizar este dossier.  
1
1
2
Los nombres se irán detallando en notas posteriores.  
El DVD contiene 15 capítulos denominados: 1. «Friburgo, Alemania 1957», 2.  
Antibes, Francia», 3. «Creta, Imperio Otomano 1987», 4. «Inquietudes  
1
«
juveniles», 5. «El encuentro con Sikelianós», 6. «Monte Sinaí», 7. «Austria», 8. «El  
encuentro con Itka», 9. «El encuentro con Eleni», 10. «Zorba», 11. «La escritura  
bajo la Ocupación», 12. «La Política», 13. «La escritura en Francia y la  
excomulgación», 14. «Con Dassin y Mercuri», 15. «Epílogo del “Greco”».  
13  
La película tiene una duración de 122 minutos.  
128  
La adaptación de la Carta al Greco en el Kazantzakis de Smaragdís  
pronta recuperación. Este detalle no procede, lógicamente, de la Carta al  
Greco, sino que lo recogía Eleni Kazantzaki (1977: 652). A las palabras  
«
Soy un arco en tus manos, Señor: ténsame, o me pudriré» le sigue una  
aparición de El Greco en sueños al escritor. A continuación, las palabras  
No me tenses demasiado, o me romperé» nos trasladan al segundo  
«
escenario del prólogo, Antibes.  
Mediante un flashback se llega a la ciudad francesa donde la pareja  
residió desde 1948 y donde tomó forma la Carta al Greco. Al escritorio,  
donde vemos al autor trabajando, volverá una y otra vez la cámara, pues  
desde allí va leyendo a Eleni los capítulos de su vida que conforman parte  
importante del guion. Se trata de un escritorio muy reconocible para  
quienes han visitado los archivos de Nikos Kazantzakis en Creta, pues se  
encuentra instalado y abierto al público en el Museo Histórico de  
Heraclio. También volverá la película una y otra vez al motivo de la vecina  
griega personaje ideado por Smaragdís que en ese momento lee un mal  
presagio en los posos del café del escritor y le advierte de no viajar a  
China. Así, el director imagina una llamada de atención del destino al  
autor, pues fue precisamente durante un viaje con Eleni a China cuando  
sufrió una infección tras habérsele administrado una vacuna. De regreso  
tuvo que ser hospitalizado de urgencia en Alemania. Allí se recuperó de la  
infección, pero contrajo una gripe que lo halló debilitado y falleció.  
Esta segunda escena finaliza con un fundido a negro y con el colofón a  
las citas anteriores, «Ténsame hasta el límite, Señor, ¡aunque me rompa!»,  
seguido de un texto adaptado, ahora sí, del prólogo del libro: «Me  
arrodillo. Recojo mis herramientas: vista, oído, gusto, olfato, tacto,  
mente. Escucha mi reporte, abuelo Doménico, y si nunca di la espalda al  
enemigo, dame tu bendición».  
Inmediatamente después entran los títulos de la película, que comienza  
en sentido estricto en ese momento, del mismo modo que comienza la  
Carta al Greco con el capítulo «Creta», ambientado durante la dictadura  
otomana en 1897. Los primeros doce capítulos del libro,  
aproximadamente una quinta parte de este, se resumen en algo menos de  
14  
siete minutos de rodaje , prescindiendo, evidentemente, de numerosos  
episodios.  
Destacan las escenas dedicadas a presentar al personaje a través de los  
de sus padres, cuyos caracteres opuestos explican, en opinión del propio  
Kazantzakis, la imperiosa necesidad de síntesis, de reconciliación de  
contrarios, que atraviesa toda su obra. Destaca también el papel tan  
determinante que tuvo la lucha entre Creta y el régimen otomano en su  
1
4
1
. «Los ancestros», 2. «El padre», 3. «La madre», 4. «El hijo», 5. «Colegio», 6.  
La muerte del abuelo», 7. «La lucha entre Creta y Turquía», 8. «Vidas de Santos»,  
. «Anhelo de huida», 10. «Matanza», 11. «Naxos», 12. «Libertad», ocupan las  
primeras 111 páginas de las 506 que tiene la Carta al Greco en la edición griega de  
007.  
«
9
2
129  
Helena González Vaquerizo  
vida y ese episodio tan conocido en el que el padre arrastra al hijo a la plaza  
para que bese los pies de los cretenses ahorcados en defensa de la libertad  
de la isla. Como contrapunto, y nota folclórica quizá, aparecen los bailes y  
liras cretenses cuando se celebra la victoria definitiva. Es entonces cuando  
el padre lleva al hijo a la tumba del abuelo y, mediante una libación y  
muchos gritos, le informa de que ha llegado la libertad a la isla.  
El cuarto capítulo de la película es «Inquietudes juveniles», que  
corresponde al décimo tercero del libro. Se nos presenta en él a un joven  
Kazantzakis que, con sorna, pone de relieve las contradicciones de la  
religión durante una clase de biología y que, por ello, recibe duros castigos  
físicos por parte de su padre. El episodio se basa vagamente en la novela,  
donde el autor cuenta cómo el maestro era frecuentemente objeto de  
burla y el hijo, de palizas. Vemos también en este momento que el autor le  
está leyendo a Eleni en Antibes pasajes del libro y la narración queda así  
enmarcada en el modelo de la audiencia imaginaria, aunque aquí sea real.  
«
Serpiente y Lirio» traslada la acción a Atenas y funde el capítulo  
decimocuarto con el decimoquinto de la novela: «La irlandesa» y  
Atenas». En la capital griega cursó Kazantzakis sus estudios de Derecho  
«
entre 1902 y 1906. Allí se familiarizó con la obra de Nietzsche y asistió a  
las clases de Henri Bergson en el Collège de France. Sin embargo, ninguna  
de estas importantísimas influencias es mencionada en la película. A lo  
sumo, se deja entrever el espíritu que animaba al escritor en aquella época:  
llegar al extremo, avanzar sin preguntar dónde. Por el contrario, sí se  
recogen sus primeras experiencias con la escritura. Cuenta la película,  
como cuenta la novela, que Kazantzakis empieza a escribir sin objetivo  
alguno, a partir de los recuerdos de sus encuentros sexuales con su joven  
profesora de inglés en Creta, la irlandesa. Describe el autor cómo el  
proceso creativo surgió al principio de manera intuitiva para él, de manera  
impulsiva incluso. Este modo de crear le hace sentir poderoso, al tiempo  
que se libera del peso de la experiencia, ya confesa y transformada en  
ficción. Y aquí Smaragdís vuelve a destilar la esencia de las palabras de  
Kazantzakis con la frase: «Juntaba verdades y mentiras. Era un Dios».  
Aunque la película no abandona el orden del libro, se salta ahora varios  
15  
capítulos para llegar al decimonoveno, «Mi amigo el poeta  Monte  
Atos», que el film titula «El encuentro con Sikelianós». Encontramos en él  
al poeta Ánguelos Sikelianós recitando al pie de la Acrópolis y asistimos al  
flechazo entre este y el cretense Kazantzakis. De su amistad sigue  
leyéndole a Eleni en Antibes y, entre otros momentos, destaca aquel en el  
que presencia la crisis de su amigo por la muerte de un hijo, y el de la  
peregrinación juntos al Monte Atos. Smaragdís inserta aquí una famosa cita  
de Kazantzakis y la atribuye al poeta Sikelianós: «Le dije al almendro:  
Hermano, háblame de Dios.” Y el almendro floreció». En ese momento  
Kazantzakis decide ir al Sinaí.  
15  
16. «Regreso a Creta-Knossos», 17. «Peregrinaje a Grecia», 18. «Italia».  
130  
La adaptación de la Carta al Greco en el Kazantzakis de Smaragdís  
«
Sinaí» es el sexto capítulo de la película, mientras que «Desierto-  
Sinaí» es el vigésimo de la novela. En el desierto practica Kazantzakis un  
ayuno de siete días y siete noches, mientras busca a Dios en su interior y  
pelea con las fuerzas del bien y el mal, la carne y el espíritu, siendo su alma  
el campo de batalla. Las imágenes de la película recuerdan a las del  
personaje de Cristo en La última tentación de Cristo de Scorsese y el guiño, si  
es intencionado, o la coincidencia, si no lo es, tienen todo el sentido  
porque episodios como este de la vida de Kazantzakis se trasponen a los  
personajes de sus obras con frecuencia.  
Al escritor le asaltan dudas existenciales: identifica en la figura de  
Cristo y en su lucha al hombre. Y en confesión con un monje en una celda  
del monasterio asume que su destino es luchar con Dios, no vencer. En esa  
lucha constante, un camino de ascesis que Kazantzakis denomina aníforos  
16  
(
‘cuesta arriba’) reside el sentido de la existencia.  
Viena, Austria» es el siguiente escenario del film. Para llegar a él, el  
«
guion prescinde de dos capítulos del libro: «Creta» y «París-Niezsche, el  
Gran Mártir». Queda así esa importante ausencia de Nietzsche ya señalada,  
y se incorpora el capítulo veinticuatro, «Viena-La enfermedad». En él se  
presentan la reconciliación del autor con la figura de Cristo y su  
acercamiento al camino de Buda. Kazantzakis enferma, sueña con el padre  
y el miedo a la muerte. Una noche, en un cine, conoce a una misteriosa  
mujer, Frida, y la atracción sexual que siente le produce un eccema. El  
Doctor Steckel, discípulo de Freud al que visita, le diagnostica con la  
enfermedad de los ascetas, o «máscara de sexualidad» y afirma que «Buscar  
el principio y fin del mundo es una enfermedad». Estas escenas reproducen  
de forma literal los episodios de la novela.  
Kazantzakis abandona la tentación, representada por la misteriosa  
mujer vienesa, y así se cura. Viaja en tren a Berlín. En esta ciudad  
comienza el octavo capítulo de la película, que comprehende los capítulos  
veinticinco y veintiséis de la Carta al Greco: «Berlín-Una hebrea» y «Rusia».  
En un museo de la capital alemana conoce a Itka Horowitz, judía de  
Tesalónica y comunista convencida. La escena recoge el diálogo entre  
ambos de manera muy similar a como lo presenta la novela, y ofrece las  
visiones que uno y otra tienen del papel de Lenin. Itka le muestra a  
Kazantzakis que, más allá de considerarlo un nuevo mesías, debe tomarlo  
como la única esperanza real ante el hambre, la pobreza, y la desigualdad  
que ella misma se encarga de mostrarle en las calles de Berlín. La política y  
el sexo alternan en los minutos de película dedicados a la pareja  
Kazantzakis-Itka. Las encendidas discusiones que mantienen mientras se  
desnudan son probablemente las trasposiciones menos logradas del texto  
novelístico al fílmico.  
16  
La idea del ascenso se desarrolla muy en especial en el credo filosófico de Nikos  
Kazantzakis, Askitikí. Salvatores Dei (1922).  
131  
Helena González Vaquerizo  
Siguiendo a Itka en su impulso revolucionario, Kazantzakis viaja a  
Moscú y allí contempla el otro rostro de la revolución. Tras tomar  
conciencia de las purgas que lleva a cabo el Partido, la Idea se pierde para  
Kazantzakis y se despide de Itka.  
Smaragdís se salta ahora el capítulo «Cáucaso», y retoma el hilo de la  
novela con el capítulo veintiocho de esta: «El regreso del hijo pródigo».  
Este devuelve al lector a Grecia y «Grecia» es precisamente el título que  
vemos en pantalla mientras Sikelianós recita un fragmento de la Odisea de  
Kazantzakis a los pies de la Academia de Atenas. Entre los asistentes al  
recital se encuentra una joven hermosa y de buena familia, Eleni Samíou,  
en quien Kazantzakis se fija inmediatamente. La cámara muestra la  
complicidad que se produce entre ambos y la inminencia del romance.  
Mientras pasean a la orilla del mar hablan de la armonía que se da en  
Grecia entre el hombre y la naturaleza. Ella, visiblemente embelesada por  
las palabras del escritor, le ofrece mecanografiar el voluminoso manuscrito  
de la Odisea.  
En torno al minuto 50 y ya casi en el ecuador de la película, la nueva  
pareja navega por el mar Egeo en un velero. El capítulo «Eleni» utiliza  
material de la Carta al Greco, pero también de la biografía basada en sus  
cartas que escribió Eleni Kazantzaki (1977). Se asiste a su vida en la isla de  
Egina, donde se encuentran felices y unidos a pesar de las dificultades  
económicas.  
Smaragdís recoge aquí el episodio de la muerte del padre. En él se  
describe cómo la llegada del telegrama con la noticia provoca en el escritor  
una sensación de libertad, de excitación rayana en la locura, mientras un  
flashback vuelve a mostrar las escenas en las que el niño tuvo que besar los  
pies de los cretenses ahorcados, gritar a la tumba del abuelo, y recibir  
palizas del padre. En seguida se da un salto en el tiempo y la cámara vuelve  
a Antibes, donde Kazantzakis está leyendo a Eleni estos episodios de su  
autobiografía. Hacia el final del relato una imagen onírica muestra a Eleni  
vestida de blanco, recordando a la María Magdalena de La última tentación  
de Cristo en lo que parece ser un nuevo guiño a la película de Scorsese. En  
seguida también vuelve a aparecer el motivo de la vecina, que vuelve a  
advertirles que no hagan el viaje a China.  
El décimo capítulo del film es «Zorba» y se corresponde con el  
veintinueve de la autobiografía. En poco más de diez minutos Smaragdís  
resume el encuentro entre el escritor y el hombre de acción sobre el que  
Kazantzakis escribió su célebre novela Vida y hechos de Alexis Zorbas. Para el  
espectador el referente de estas escenas no es el capítulo «Zorba» de la  
Carta al Greco, como tampoco lo es la novela. El referente es la película de  
Michael Cacoyannis, con la que se mide y contrasta irremediablemente.  
No es este el lugar para comparar el Zorba de Smaragdís con el de  
Cacoyannis, pero sí puede indicarse que las coincidencias son grandes,  
pues a pesar de que Smaragdís está basándose más en la Carta al Greco que  
en la novela de Zorba, no puede escapar al precedente de la película  
132  
La adaptación de la Carta al Greco en el Kazantzakis de Smaragdís  
protagonizada por Anthony Quinn: Kazantzakis cuenta a Eleni quiénes  
fueron los rostros que le marcaron (Odiseo, Cristo, Buda) y lo que Zorba  
le enseñó, leen el capítulo de la autobiografía que narra la experiencia en la  
mina, el desastre sobrevenido y la sensación de libertad. No faltan las  
escenas de la explosión de la mina y del baile, ni las enseñanzas de Buda.  
En la despedida los dos amigos cantan emocionados una canción popular.  
A la Carta al Greco le quedan en este punto solo dos capítulos: «Cuando  
la semilla de la Odisea enraizaba en mí» y «La Mirada Cretense».  
Kazantzakis no quiso (o no tuvo tiempo) de incorporar en su autobiografía  
eventos posteriores, dando  
a
entender seguramente que los  
acontecimientos determinantes en su vida y en su obra fueron los que  
17  
precedieron a la concepción de la idea de la «Mirada Cretense» y a la  
composición de su gran poema épico, la Odisea. En tanto consideraba que  
el resto de su producción fue secundaria, no habla en la Carta al Greco de  
nada posterior a Zorba, ni en su vida ni en su obra.  
Por el contrario, a Smaragdís a la hora de hacer su biopic sí le interesa  
llegar al final de la vida del escritor. Los capítulos once a catorce de la  
película están dedicados a la ocupación nazi de Grecia (que la pareja pasa  
en Egina), las actividades políticas del escritor (la misión de reportar las  
atrocidades cometidas por los alemanes en Creta, el ministerio sin cartera  
en el gobierno Sofoulis), su vida en Francia (donde destaca el episodio de  
la inclusión de varias de sus obras en el Index del Vaticano y la amenaza de  
excomunión) y la colaboración con Jules Dassin y Melina Mercuri para la  
adaptación al cine de Cristo de nuevo crucificado. Todo esto antes de llegar al  
epílogo de la película, que es una adaptación del de la Carta al Greco.  
Dado que este trabajo se ocupa precisamente del trasvase de esta obra,  
no vamos a analizar en detalle los capítulos que no la tienen como  
hipotexto. Pero sí vamos a citar el diálogo que mantiene la pareja  
Kazantzakis con Dassin y Mercuri a propósito del guion de Celui qui doit  
mourir (El que debe morir). En este punto, creemos, Smaragdís está dejando  
testimonio de su propio quehacer como cineasta. Preguntado Dassin por el  
cambio del título de la novela y respondiendo a si ha modificado la trama  
de esta, dice: «La adaptación de un libro al cine requiere una gran libertad  
para poder darle una forma cinematográfica. Es muy importante para mí.  
Los personajes, sus motivaciones, entrar en el interior de los personajes…  
Creo que el guion de Celui qui doit mourir dará lugar a una buena película».  
Este pequeño discurso en boca de Dassin podría considerarse  
programático; Smaragdís vendría a decir que la suya es una adaptación  
17  
Según la Carta al Greco, Kazantzakis desarrolló este concepto clave de su filosofía  
durante una visita al Palacio de Knossos, observando la actitud de los antiguos  
minoicos ante el peligro. La define como la mirada valiente del hombre frente al  
miedo (Kazantzakis, 2007: 481) y ha sido muy estudiada (Anton, 2010, Levitt,  
1980). El Kazantzakis de Smaragdís explica brevemente el concepto en una escena  
con Dassin y Mercuri cerca del final de la película.  
133  
Helena González Vaquerizo  
también libre, donde no solo ha cambiado el título (de Carta al Greco a  
Kazantzakis), sino que también en los personajes se dejaría ver la impronta  
personal del cineasta.  
La serie de capítulos ajenos a la Carta al Greco concluye con un texto  
sobre negro: «Un instante es nuestra vida… pero tenemos tiempo». En  
este punto de la película Kazantzakis termina de leer los capítulos de su  
autobiografía a Eleni y le propone escribir el epílogo tras el viaje a China,  
sea cuando sea que este tenga lugar.  
Entra el título del decimoquinto capítulo del film, «Epílogo del Greco».  
Estamos, como al comienzo, en el año 1957 y en la habitación donde  
permanece hospitalizado el autor. Flashbacks de su vida en blanco y negro  
preceden a la propuesta de Eleni: que el escritor le dicte el epílogo del  
Greco. Para ello comienza a leerle la obra y su voz entrecortada repite un  
pasaje del penúltimo capítulo de la novela: «Una de las mayores alegrías  
que puede merecer el hombre en este mundo es que sea primavera, que  
sople una suave brisa y navegue por el Egeo. Nunca pude imaginar de otro  
modo el Paraíso» (Kazantzaki, 2007: 462). Cuando termina de leer, él  
pronuncia lo que, según Eleni Kazantzaki (1977: 653), fueron sus últimas  
palabras «Tengo sed».  
La voz en off del escritor recita el final de la Carta al Greco: «beso tu  
mano, abuelo». La adaptación ya ha terminado. Antes de los títulos finales  
de crédito todavía se puede leer un texto con la fecha del fallecimiento del  
escritor e información sobre su entierro, seguido de una cita de Albert  
Camus: «Con la muerte de Kazantzakis se pierde uno de los últimos  
grandes artistas, que mereció el Nobel cien veces más que yo». A  
continuación, se mencionan el Premio Internacional de la Paz, que recibió  
en vida, el estreno en 1957 en Cannes de la película de Dassin y la de  
Cacoyannis en 1964 (aunque no la de Scorsese en 1988). Por último, se  
destaca que su tumba se encuentra a pocos metros de la casa del Greco en  
los muros de Heraclio y que desde 2004 descansa a su lado Eleni. El  
cierre, ahora sí, lo pone el conocido epitafio «Nada espero, nada temo, soy  
libre».  
6. RECEPCIÓN, CRÍTICAS Y VALORACIONES FINALES  
La película de Smaragdís generaba grandes expectativas ya antes de su  
estreno (Agathos, 2017: 293). Por un lado, el director era conocido por  
sus biopics; por otro, aprovechó un momento propicio para lanzar su  
Kazantzakis: el año 2017 había sido declarado «Año de Nikos Kazantzakis»  
por el Ministerio de Cultura helena al cumplirse sesenta años de la muerte  
del escritor. Pero, a pesar de contar con tales cartas de presentación, la  
recepción del film fue bastante desigual.  
Las críticas en Grecia fueron en ocasiones duras, llegando el director a  
anunciar demandas judiciales por difamación  
y hablando de una  
134  
La adaptación de la Carta al Greco en el Kazantzakis de Smaragdís  
18  
conspiración de ciertos sectores de la crítica en su contra . Algunas de las  
19  
peores críticas calificaron la película de caricatura y de fiasco .  
Sin embargo, también recibió el aplauso de la crítica extranjera cuando  
se le concedieron los premios a la Mejor película, Música, Fotografía y  
Actor protagonista en el 51 Festival Internacional de Cine WorldFest en  
20  
Houston, Texas . Se habló del gran éxito ante el público norteamericano  
21  
y se calificó de obra de arte la película de Smaragdís . Se hacía, además,  
énfasis en que el presidente del jurado del festival era el crítico  
cinematográfico de la CNN Nick Nicholson, tratando de descalificar así a  
los críticos griegos que no habían sido favorables a la película.  
Si a día de hoy se hace una búsqueda en la web, se encuentran pocos  
ejemplos de críticas profesionales ecuánimes con el Kazantzakis de  
22  
Smaragdís . En cambio, si nos atenemos a la opinión del público tal y  
como podemos conocerla a través del voto de los espectadores en portales  
especializados en cine como la Internet Movie Data Base (IMDB), vemos  
que la valoración de Kazantzakis (6/10) se encuentra de hecho en la media  
de los otros dos biopics más conocidos de Smaragdís, Greco (6.6/10) y  
1
8
[
2
0/02/2020].  
9
Con el término traguélafos (animal fantástico mezcla de macho cabrío y de ciervo)  
1
línea:  
stasinopoulou-22003/. Fecha de consulta: 12/03/2020].  
20  
teksas/. Fecha de consulta: 20/02/2020]. También Marina Kalogirou y Thodoris  
Atheridis estaban nominados como mejor actriz y actor de reparto respectivamente.  
21  
Véase «Ο Κazantzakis tou Smaragdi gyrizei ton kosmo kai apotheónetai» en  
smaragdi-gurizei-ton-kosmo-kai-apotheonetai/. Fecha de consulta: 12/03/2020] y  
«
tou-smaragdi-44341540557. Fecha de consulta 12/03/2020], respectivamente.  
22  
Fecha de consulta: 20/02/2020].  
135  
Helena González Vaquerizo  
Kavafis (5.4/10), que no han despertado pasiones tan encontradas en la  
2
3
crítica .  
Para hacer justicia a Smaragdís habría que decir que no es solo su  
Kazantzakis el que despierta pasiones encontradas, sino que es el propio  
Nikos Kazantzakis quien lo hace. Tal y como indica Dimitris Tziovas, a  
menudo confesar que a uno le gusta su obra se parece a confesar que se  
tiene una enfermedad contagiosa (2009: 83), y eso a pesar del indudable  
éxito y reconocimiento obtenidos por un escritor que, junto con Kavafis,  
es el más conocido, leído y traducido de los griegos modernos. Por tanto,  
parte de la animadversión hacia la película se explica por el personaje  
biografiado y no es responsabilidad directa del cineasta. En lo que sí  
concierne a su trabajo, y también en su favor, habría que decir que el  
propio género cinematográfico del biopic ha sido frecuentemente  
denostado (Rosenstone, 2007: 11), siendo a menudo más el objeto de  
bromas que de análisis serios (Neale, 2000: 60).  
Más allá, entonces, de polémicas y de pasiones a favor o en contra del  
escritor, el director o el género, lo que aquí vale la pena destacar son  
aquellos aspectos que tienen que ver con la adaptación de la novela al cine,  
algunos de los cuales, además, atañen directamente a los puntos más  
criticados del film.  
Estas valoraciones finales se hacen bajo la premisa de que una  
adaptación no falsifica o reduce la obra literaria per se, sino que incluso  
puede añadir algo a esta (McFarlane, 2007: 27). Ahora bien, la adición ha  
de funcionar en términos cinematográficos, solucionar un problema, abrir  
una nueva perspectiva, en definitiva, aportar algo. En este sentido, uno de  
los defectos que se ha señalado en Kazantzakis ha sido el personaje de la  
vecina y el motivo del presagio de la muerte del escritor si realizaba el  
viaje a China. Tratándose de un episodio ajeno a la Carta al Greco, podemos  
considerarlo como una adición innecesaria y decir que, en este caso, la  
desviación del hipotexto no ha aportado demasiado a la película.  
En otras ocasiones, Smaragdís se ha «salido del guion» de la novela no  
por adición, sino por eliminación algo que indudablemente era legítimo y  
necesario que hiciese. Sin embargo, dejar fuera de la película las  
referencias a Nietzsche o a Bergson, por ejemplo, parece que priva al  
espectador no familiarizado con el escritor de una información muy  
relevante para entender su vida, su obra y, quizá también, la propia  
película. Una buena adaptación tendría que funcionar sin el hipotexto y, en  
este caso, no termina de hacerlo.  
También se ha criticado la ausencia de Galatea Alexiou (después  
Galatea Kazantzaki), la primera esposa del autor, mientras que se ha  
23  
Greco:  
Kazantzakis:  
[
Fecha de consulta: 12/03/2020].  
136  
La adaptación de la Carta al Greco en el Kazantzakis de Smaragdís  
destacado que algunas de sus amantes, como Frida o Itka, sí aparecen en la  
película. Lo que esas críticas quizá ignoran, o en todo caso no mencionan,  
es que Galatea también está ausente de la Carta al Greco, por evidente  
24  
voluntad de su autor .  
Por último, se han señalado aspectos directamente ligados a la  
cinematografía: por un lado, la dificultad de reinterpretar a Zorba –  
existiendo el precedente de Anthony Quinn en la película de Cacoyannis;  
por otro, la dificultad de trasladar la palabra «excesiva» de Kazantzakis al  
lenguaje fílmico. En el primer caso, la comparación deja en una posición  
comprometida al actor griego Thódoris Atheridis; en el segundo, el  
resultado adolece a menudo de artificiosidad. Y esto último es, a nuestro  
juicio, lo más censurable de esta adaptación.  
Para explicar en qué habría fracasado Smaragdís podemos acudir a  
Bryan McFarlane (1996: 26), quien indica que en la adaptación de una  
obra literaria existen aspectos que no son directamente transferibles al  
cine, a saber, los que tienen que ver con la enunciación. Trasladar las  
acciones de los personajes o las secuencias narrativas sería, en opinión de  
McFarlane, posible porque la función narrativa es la misma en uno y otro  
medio. Sin embargo, aquellos aspectos que dependen de sistemas  
semióticos distintos, a los que llama enunciación, no pueden ser  
transferidos. Han de ser adaptados y ahí es donde seguramente cuestiones  
como los diálogos de Smaragdís directamente tomados de la Carta al  
Greco fallan. Lo que es puramente verbal en la novela puede (y debe)  
convertirse en visual y auditivo en la película. Un exceso de literalidad es  
susceptible de convertirse en un defecto porque lo que funciona en el  
papel no tiene por qué funcionar en la pantalla.  
En definitiva, la película de Smaragdís constituye un loable ejercicio de  
adaptación de la Carta al Greco, pero no llega a resolver algunos de los  
problemas de la trasposición del texto literario al fílmico ni sale airosa de  
la comparación con las obras de Dassin, Cacoyannis y Scorsese. Podría  
decirse, por tanto, que se trata de una oportunidad perdida, ya que el  
cineasta griego contaba con los medios, la experiencia y el momento  
oportunos para haber realizado un Kazantzakis con mayor entidad  
cinematográfica.  
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24  
La relación entre ambos terminó mal y ella es autora de una biografía muy crítica  
con la persona del escritor (Kazantzaki, 2007).  
137  
Helena González Vaquerizo  
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