La voz de los creadores: entrevista a Elvira Lindo
locutora y guionista. Y entonces ahí es donde dije: «Ah, esto es algo de lo
que yo hago». Y luego, claro, fui aprendiendo mucho. Empecé a trabajar
con 19 años, con lo cual gran parte del aprendizaje no fue en absoluto
teórico, sino práctico. Ahora se supone que una persona que estudia una
carrera, digamos que tiene todas esas definiciones, pero yo las iba
conociendo según iba trabajando. Y después de hacer todos esos guiones en
la radio (hice sketches… todo esto siendo locutora también, porque todo
sucedía un poco a la vez), entré en la televisión y empecé a hacer guiones,
pero era una época de una televisión muy comercial que me interesaba muy
poco, muy absurda, pero sí tenía el sueño de hacer guiones para el cine.
Aunque en Televisión Española hice guiones y lo pasé bien, la verdad. Esto
me dio mucha pluma, mucho oficio, porque tenía que hacer sketches todos
los días. Pero el caso es que un día decidí dejarlo todo, la tele, la radio…
todo, y ponerme a escribir en casa. Y, curiosamente, el hecho de que me
quedara a escribir en casa, yo no puedo recomendar a nadie que haga eso,
fue algo que me sucedió a mí, estrictamente, a mí me empezaron a salir
trabajos para que los hiciera desde casa, porque gente que yo conocía me
encargaba cosas. Y ese tipo de trabajos sí que eran guiones que me servían
para tener un sueldo, aparte de estar escribiendo un libro. Y llegó un
momento en el que, me parece que fue al sacar el primero o el segundo
Manolito, me ofrecieron hacer un guion con una idea, con una percha que
era que tenía que tratar de la última noche del siglo. La persona que pensó
en mí fue Itziar Bollaín. Era por un lado una productora e Itziar Bollaín, que
iba a dirigirla. Yo escribí ese guion durante unas vacaciones y resulta que
cuando volvió Itziar Bollaín, pues no era un tipo de guion que a ella le
encajase porque estaba haciendo otra cosa y porque, en realidad, era como
un cuento, no era algo realista, no era algo duro, entonces la productora y
yo misma decidimos hacer un casting buscando director. Esto es algo un
poco peculiar para la historia del cine, sobre todo en España, porque
siempre son el productor y el director los que deciden todo. Buscamos a un
director joven que solo había hecho algún corto y ahí encontramos a Miguel
Albaladejo.
M. G. M.: Soñaba con hacer una historia para el cine, sueño que cumplió
con esta película, La primera noche de mi vida. ¿Qué supuso para usted esa
primera experiencia?
E. L.: Es la película en la que más he disfrutado de todo el proceso, quizá
porque en ella participó mucha gente que empezaba. Era la primera película
de Miguel Albaladejo; la primera de Antonia San Juan; la primera o segunda
de Leonor Watling; Adriana Ozores también había hecho muy poco cine.
Había una energía muy contagiosa en la película. Yo creo que a todos nos
gustaba el guion, a todos nos gustaba la historia. Es una película muy, muy
barata, pero yo creo que tiene mucho encanto. Luego es una película que
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