En diciembre del año 2019 el mundo conoce de la existencia de un nuevo virus. Identificado en la ciudad de Wuhan (República Popular China), se propaga rápidamente y la Organización Mundial de la Salud en enero del 2020 lo declara pandemia: coronavirus o covid-19 son los nombres que aterran a la población mundial.
Con más de 180 millones de infectados y casi cuatro millones de muertes, al momento, el covid-19 hace estragos en el sistema sanitario mundial con repercusiones sobre las economías de los países. La vacunación masiva es la única esperanza de los Gobiernos y de la población para escapar a una pandemia inesperada.
En nuestro país, la situación del covid-19 revela 4.410.000 infectados y cerca de cien mil personas fallecidas. La ciudad de Río Cuarto (provincia de Córdoba) no escapa a los efectos del virus: con una cifra superior a las veinte mil personas contagiadas y casi cuatrocientas fallecidas, es la segunda ciudad más afectada de la provincia por el coronavirus.
En este ambiente pandémico, todas las actividades de la vida social se ven trastocadas. Entre las acciones afectadas por el covid-19 están las que se realizan en el espacio público. Las expresiones colectivas, si bien no dejan de llevarse a cabo, ven alteradas sus dinámicas y posibilidades debido a las limitaciones impuestas desde las esferas del poder gubernamental.
En ese panorama, el uso de la tecnología adquiere importancia para saltar las barreras que el contexto pandémico impone: Internet y las redes sociales virtuales son algunas de las herramientas para lograr el cometido. De manera que la expresión pública encuentra en la tecnología una aliada importante para visibilizar las propuestas y proyectos en el actual escenario de crisis.
Una de las consecuencias de la presencia de las redes sociales virtuales es que la participación adquiere otros ribetes. La acción social colectiva refuerza procesos de virtualización mediante los cuales ya no es necesario estar físicamente en el espacio público. Alcanza con expresarse mediante la utilización de las herramientas que proponen las redes sociales sin estar comprometidos corporalmente (Norte Sosa, 2020).
Cibermilitancia se denomina a esa acción: capacidad de utilizar la tecnología con el fin de abordar, comentar e incluso juzgar los acontecimientos y eventos sociales. De modo que la participación encuentra un terreno fértil para sedimentar y consolidar sus expresiones, inquietudes y requerimientos en el nuevo contexto forjado por la pandemia del covid-19. De manera que hacerse ver y oír en el espacio público requerirá de la predisposición a considerarse involucrado a través del uso de los recursos tecnológicos (Monteiro y Vera, 2018).
Esto no significa el desconocimiento de los procesos participativos en el territorio, off line, pues incluso en contextos de restricciones se continúan organizando. Las múltiples experiencias durante la pandemia, tanto en nuestro país como en el mundo, dan cuenta de ese accionar social (Gutiérrez-Rubí, 2021). Reclamos y peticiones diferentes componen el repertorio de actores sociales que consideran que el actual paisaje pandémico afecta sus condiciones de vida: libertad de movimiento, mejores condiciones económicas, solicitud de recursos para paliar la crisis, vacunación masiva, apenas algunos de los reclamos realizados a las autoridades en el escenario público.
Así, la situación de pandemia realza las acciones on line (virtual) sin que implique el abandono del mundo off line (territorio), constituyendo una unidad de límites porosos que se mueven según sean las modalidades y circunstancias adoptadas. Como dice Ubieto (2021), el mundo pandémico se mueve entre la presencia y lo virtual: entramos y salimos de las dos orillas, cada vez más interconectadas, como muestran las manifestaciones urbanas de todo tipo organizadas y alentadas desde las redes, donde la calle parece una pantalla más que proyecta esa realidad virtual.
En ese entorno, las redes sociales tienen un lugar preponderante. Facebook es una de las principales. En el mundo más de 2.740 millones de personas la utilizan. Número que en nuestro país alcanza los treinta y tres millones de cibernautas en la red. Con esos valores, no resulta difícil argumentar que esta red social es una poderosa herramienta de divulgación de variados acontecimientos.
En la ciudad de Río Cuarto (Argentina), con aproximadamente doscientos mil habitantes, según un informe presentado por el Consejo Económico y Social (2019), la red Facebook es la más utilizada. El informe señala que los riocuartenses están, en el 54 % de los casos, más de dos horas diarias conectados a esta red social.
En este contexto, el objetivo del escrito es conocer los modos y usos predominantes de la red social Facebook por parte de las organizaciones sociopolíticas en ciudades intermedias, como Río Cuarto. Específicamente, se busca revelar de qué manera las organizaciones sociales La Marcha de la Gorra y La Huella utilizan, durante el primer año de pandemia, la red social Facebook para visibilizar sus acciones en la esfera pública local y propiciar escenarios participativos.
La elección de estas organizaciones responde fundamentalmente a que ambas, desde visiones diferentes, se relacionan con la reivindicación y la defensa de múltiples derechos: humanos, sociales, políticos, de género, entre otros.
En el caso de la primera organización, La Marcha de la Gorra, se vincula con la defensa de los derechos de los jóvenes en la provincia de Córdoba frente a los abusos del accionar policial. Organización que trabaja desde el año 2007 en la ciudad capital provincial y desde el año 2014 en Río Cuarto. La segunda organización, La Huella, surgida en el año 2017, es una expresión política cultural compuesta por jóvenes estudiantes que busca mantener presente la memoria sobre la problemática de los derechos humanos y paralelamente reivindicar los derechos de nueva generación: medioambientales, de género, de los jóvenes.
¿Cómo es utilizada la red social Facebook por esas organizaciones? ¿Cuáles son las temáticas consideradas preponderantes para ser difundidas en la red social? ¿Cuáles son los criterios utilizados por esas organizaciones para confeccionar los contenidos de los discursos? ¿Qué tipo de interacción se produce entre las organizaciones y los internautas?
El estudio apela a una estrategia metodológica cualitativa con base en la etnografía digital complementada con el análisis del discurso (AD). Con la primera se logra superar las limitaciones del espacio delimitado y permite reconocer la existencia de comunidades on line, las cuales generan interacciones mediadas digitalmente. Con la segunda (AD) se revelan sentidos y significados profundos de los procesos comunicacionales visibilizados. El corpus de análisis comprende las publicaciones de las dos organizaciones seleccionadas durante el período del 20 al 31 de marzo del año 2020, momento del primer aislamiento social preventivo y obligatorio en la República Argentina (DECNU-2020-297-APN-PTE).
El primer caso confirmado de covid-19 en la República Argentina fue el día 3 de marzo del año 2020. Rápidamente las autoridades políticas del país se hacen eco y el día 19 del mismo mes el presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, decreta el aislamiento social preventivo y obligatorio para todo el territorio nacional. Mediante la firma del Decreto 297/2020, entre el 20 y el 31 de marzo se establece que, debido a la «situación epidemiológica», todas las personas residentes en el país deben cumplir con el aislamiento social (art. núm. 1).
Con esta decisión, las autoridades buscan reducir la movilidad de los argentinos en la vía pública. Salvo las personas que por sus actividades son consideradas esenciales, las demás no pueden transitar por las calles de las ciudades y pueblos del país.
A partir de esa disposición, todo cambia. La situación epidemiológica inesperada altera sustancialmente los ritmos de la vida social. El confinamiento social modifica las rutinas de las personas, grupos y colectivos sociales. El espacio público ve modificado su paisaje cotidiano. Las manifestaciones sociales y políticas que otrora eran cotidianas ahora ven reducida su aparición en la esfera pública. Si bien no se suspenden, las restricciones impuestas a la movilidad las limitan.
Así las cosas, la pandemia del covid-19 modificó los ritmos, la intensidad y las expectativas de la sociedad. Las energías de los dirigentes están orientadas hacia la búsqueda de una contención sanitaria, económica y social para que no haya desbordes que impliquen mayores dificultades, producto del descontento que podría crecer entre los diferentes sectores de la sociedad. Aun así, como se dijo, a diario se observa cierta movilización de quienes se consideran afectados por las consecuencias de una pandemia que no da tregua.
Della Porta (2020) expresa que la emergencia del covid-19 trajo nuevas formas de protestas colectivas en todo el mundo. A diferencia de cómo se venía actuando desde los diferentes grupos o colectivos sociales, la pandemia pone en evidencia nuevas necesidades que deben ser abordadas mediante mecanismos novedosos. De esta manera, las experiencias de participación en el espacio público se ven modificadas. Las posibilidades de encuentro cara a cara están recortadas por los impedimentos y la posibilidad de contagio del virus.
Della Porta (2020) señala que no son tiempos para el activismo callejero, debido a las libertades restringidas o al distanciamiento social obligatorio, lo que dificulta que las formas típicas de protesta sean difíciles de llevar a cabo; con todo, la actividad social no queda confinada, solo que ahora adquiere otros ribetes tanto en el mundo off line (territorio) como en el on line (virtual).
Las experiencias a lo largo del mundo muestran sectores sociales en múltiples modos de expresión y participación pública. La tecnología de Internet y las redes sociales virtuales son fundamentales para la convocatoria de este tipo de manifestación. En Italia y España, por ejemplo, se llevan a cabo desde los balcones o ventanas actividades de protesta o de solidaridad con determinados grupos, como son los médicos o enfermeros. En Estados Unidos, las manifestaciones contra el racismo y el accionar policial son otra de las expresiones públicas colectivas que tienen a la tecnología como socia fundamental para la convocatoria. El uso del hashtag #WalkWithUs es uno de los recursos a los que se apela para convocar a participar en defensa de los derechos civiles y contra la brutalidad policial.
Más cercano, en los países de Latinoamérica se observan manifestaciones públicas como la denominada Generación del Bicentenario, movimiento que sale a las calles de Perú para defender el sistema democrático y que encuentra en las tecnologías de Internet y las redes sociales una aliada importante. Mediante la utilización del hashtag #MerinoRenuncia, los jóvenes inundan las redes sociales de Facebook, Instagram y TikTok con el fin de pedir la renuncia de M. Merino, quien fuera designado presidente por el Congreso peruano, luego de destituir al presidente M. Vizcarra (Doudtchitzky y Malaspina, 2021).
El caso de Brasil es otra expresión de participación en la esfera pública llevada a cabo por diferentes sectores de la sociedad. Ante lo que consideran excesos del presidente J. Bolsonaro, los ciudadanos salen a las calles para denunciar actitudes y decisiones autoritarias del gobernante. En el mismo país, jóvenes «repartidores de app» se pronuncian contra las condiciones laborales en las que se encuentran. Ambas manifestaciones públicas son convocadas tanto desde el mundo real como el virtual.
En Argentina, por ejemplo, se observan expresiones por distintos motivos. Valen las manifestaciones públicas realizadas por la Confederación General del Trabajo en defensa del Gobierno del presidente A. Fernández mediante una «histórica movilización virtual» a través de las redes sociales para evitar movilizaciones masivas y respetar las condiciones del aislamiento obligatorio impuesto por el Gobierno (Agencia Telam, 3 de octubre de 2020). También aparecen las manifestaciones del movimiento de mujeres #NiUnaMenos, en reivindicación de los derechos de género y ante las reiteradas situaciones de violencia contra las mujeres.
En ese contexto, en la ciudad de Río Cuarto (Argentina), ¿cómo se expresan las organizaciones sociales de La Huella y La Marcha de la Gorra en el espacio público durante el primer año de la pandemia covid-19? Más específicamente, ¿cómo utilizan la red social Facebook para difundir sus contenidos en la esfera pública? ¿Qué criterios son los preponderantes en el momento de consignar un mensaje hacia la esfera pública virtual? ¿Quiénes son los actores sociales involucrados en los discursos publicados?
El estudio, que busca conocer los modos y usos predominantes de la red social Facebook por las organizaciones sociales La Huella y La Marcha de la Gorra, con asiento en la ciudad de Río Cuarto, recupera la literatura especializada en redes sociales y apela a una estrategia metodológica cualitativa con base en la etnografía digital (ED) complementada con el análisis del discurso (AD).
La literatura especializada (Grillo, 2019; Ruiz Méndez, 2012) sugiere que con la ED se logra establecer una comprensión de composición de las unidades de análisis a partir de revelar actores, situaciones de comunicación, contexto digital, procesos de interacción entre los participantes, permitiendo registrar foros y redes de colaboración entre los internautas, con el fin de observar y mostrar relaciones, actividades y significaciones producidas por la interactividad en los mundos virtuales.
Apelar a la etnografía digital es proveer al análisis de un conjunto de técnicas y herramientas con el fin de destacar el sentido contextual que posibilite examinar las relaciones y prácticas emanadas de la utilización de la red Facebook por las organizaciones seleccionadas. Es, además, la posibilidad de reconocer densamente las representaciones y perspectivas sobre la realidad social de quienes están inmiscuidos en los contenidos difundidos por las organizaciones La Huella y La Marcha de la Gorra.
En tanto, con el análisis de discurso (AD) se busca revelar sentidos y significados profundos en lo publicado por las organizaciones a través de la red social Facebook. Este tipo de análisis provee de una serie de herramientas capaz de mostrar la complejidad de todo discurso. Permite ver cuestiones referidas a sus componentes: los asuntos tratados, los contextos, los actores involucrados, pero también la visión del mundo (ideología), las representaciones sobre la vida social, las argumentaciones utilizadas, los recursos lingüísticos, las estrategias de legitimación esgrimidas, entre otros (Pardo Abril, 2012).
Así, con el AD se pueden revelar las vinculaciones entre discursos y contextos (sociedad) donde actúan grupos, colectivos, sectores e individuos con la pretensión de visibilizar sus acciones.
Teniendo en cuenta lo anterior, se propone un conjunto de dimensiones para llevar a cabo el proceso de comprensión e interpretación de lo divulgado en la red social Facebook por las organizaciones seleccionadas: I. Temas y acontecimientos difundidos; II. Actores y contextos; III. Estrategia discursiva; IV. Proceso interactivo.
La red social Facebook es la más utilizada en el mundo, 2.740 millones de usuarios la destacan como la principal red social virtual. En Argentina, más de treinta y tres millones de cuentas activas la posicionan en lo más alto. Lo mismo ocurre en la ciudad de Río Cuarto (Argentina), donde el 54 % de los internautas la utilizan a diario.
Con esos valores puede entenderse esta red social multimodal como un ámbito propicio para crear procesos comunicacionales capaces de englobar a comunidades de intereses. Esta particularidad, además, es la ocasión de generar vínculos dinámicos sobre la base de la acción potencial de una comunicación bidireccional, dialógica e interactiva.
Aunque el uso de Facebook, al igual que otras redes sociales, encuentra en la acción de los algoritmos una barrera a la plena interacción entre internautas debida al encapsulamiento que lleva a situarlos y aislarlos en «villas informáticas», produciendo un efecto burbuja (cámara de eco) donde prevale la vinculación con similares (Pariser, 2017), esos internautas son capaces de convertirse en lectoautores —lectores y autores al mismo tiempo— (Moreno, 2001), ubicándose lejos de las perspectivas mediocéntricas unidireccionales. Esta posibilidad los convierte en actores activos toda vez que su acto comunicativo no queda encapsulado por lo expuesto desde un polo, sino que al actuar en una retícula comunicacional pueden consumir un mensaje, pero también modificarlo e incluso producir su propio mensaje.
En un análisis de las cuentas de líderes argentinos, A. Slimovich (2012) expresa que Facebook debe comprenderse como una manifestación de la «digitalización de lo político», donde las pasiones subjetivas pueden ser más importantes que los argumentos racionales. Sin embargo, la autora expresa que, más allá de esa particularidad, Facebook crea las condiciones para una democracia «replicante» que puede ser interpelada por los ciudadanos.
Esto último implica generar una vinculación entre los internautas sin intermediarios, creando una suerte de «uberización» de la comunicación (Innerarity y Colomina, 2020), proceso por el cual se puede producir un intercambio comunicativo directo, toda vez que el formato de la red permite un potencial proceso bidireccional, cooperativo y de integración entre los internautas. De manera que se produce una «ilusión de cercanía» entre los involucrados, por caso, en la esfera de la política y la ciudadanía.
La falta de intermediación realza y potencia la acción comunicativa emprendida por los diferentes polos del proceso: en el caso de los dirigentes, la necesidad de que sus mensajes sean consumidos es primordial en sus aspiraciones para que se conozca lo que hacen; mientras que para los internautas se abre la puerta a un intercambio con sus líderes y con sus pares. Esto produce un circuito de retroalimentación. El «me gusta» o el «compartir» apenas son dos de los recursos que ofrece Facebook. Se produce un efecto de «cardo rodante». Una vez que el mensaje se desliza por los flujos digitales, su proyección podría alcanzar un número de internautas no controlable en el momento inicial.
En definitiva, Facebook es hoy una herramienta digital poderosa que debe ser tenida en consideración por los actores políticos y sociales que aspiren a alcanzar vastos sectores de la sociedad con el fin de crear escenarios comunicativos favorables a sus posiciones.
Aun cuando puede ser objeto de crítica por el hecho de que los vínculos (amigos) no necesariamente generan lazos fuertes, lo cierto es que Facebook es una plataforma importante para una arquitectura participativa: permite que todo aquel que tenga interés en algún acontecimiento se manifieste sin intermediarios. Su capacidad multimodal crea las condiciones para que la producción de contenidos exceda los textos escritos y mediante un proceso de convergencia facilita la interposición de imágenes, videos…
¿Cuál es el uso de la red social Facebook por parte de las organizaciones La Huella y La Marcha de la Gorra en la ciudad de Río Cuarto? ¿Qué tipo de escenarios comunicacionales crean? ¿Cuál es el lugar de los internautas en los mensajes difundidos? Estos interrogantes serán respondidos a lo largo del estudio.
La Huella es una organización política cultural surgida en el año 2017 por iniciativa de un grupo de estudiantes secundarios pertenecientes al colegio Santa Eufrasia, de la ciudad de Río Cuarto.
Inicialmente se aboca a la investigación sobre la historia del correccional ex Buen Pastor. Para eso, busca información en distintos archivos locales que le permita sustentar de modo histórico la preservación del edificio. Paralelamente, entrevistan a vecinos, asiladas y presas durante el régimen militar (1976-1983). Además, cuentan con asesoramiento de profesionales del campo de la arquitectura, lo que les permite revelar el estado de las distintas partes del edificio (Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos en Córdoba, 2021).
Su irrupción en el espacio público local alcanza notoriedad cuando llevan a cabo la presentación de un proyecto de preservación del ex Buen Pastor en el Concejo Deliberante de la ciudad. El objetivo: la recatalogación como Zona de Protección Histórica del edificio.
Parte de sus integrantes iniciales pasaron a formar el claustro estudiantil de la Universidad Nacional de Río Cuarto, con lo cual cambia el escenario de proyección; sin embargo, no se abandona la idea primigenia de revalorizar el excorreccional Buen Pastor como lugar histórico, pero ahora con inclusión de otras reivindicaciones: los derechos de género, medioambientales y de los jóvenes, entre otros.
En su página de Facebook, la organización La Huella (https://www.facebook.com/lahuella.apdh) señala: «Somos una organización de derechos humanos. Defendemos un sitio de la memoria. ¡Hacete socix de la comunidad acá: http://mpago.la/2C6EXTR !».
La página fue creada el 27 de agosto del año 2017 y cuenta, al momento, con un total de 1.346 seguidores y les gusta a 1.302 internautas. Puede observarse una descripción de la relevancia del edificio del ex Buen Pastor, considerado por la organización como «uno de los referentes más importantes de nuestra ciudad», presente desde el año 1903. Tal es la trascendencia dada al edificio que en la portada de la página de Facebook se lee: «Por eso somos un grupo de riocuartenses que, ante su inminente peligro de demolición, nos juntamos para que sus paredes se mantengan en pie. El patrimonio cultural es de todos, la responsabilidad de preservarlo también».
En el inicio de la página de Facebook, La Huella destaca que es una organización sin fines de lucro-organización comunitaria. Informa, además, sobre el contacto telefónico y la dirección de la página web utilizada.
La Marcha de la Gorra nace en la ciudad capital de la provincia de Córdoba en el año 2007. Es una expresión de resistencia de sectores juveniles que se manifiestan en el espacio público ante la violencia institucional generada por la acción policial y por la derogación del Código de Falta de la Provincia.
El 20 de noviembre del 2007, bajo la consigna «¿Por qué tu gorra sí, la mía no?», se realiza la primera marcha con el fin de exteriorizar y repudiar las arbitrariedades —abuso de poder— a las que son sometidos los jóvenes que por su apariencia física o «portación» de determinados rasgos se convierten en sospechosos. Así, características raciales (color de piel y de pelo) o de apariencia física (vestimenta, peinados, etcétera) crean un perfil de «sujeto peligroso», información que los estereotipa y los ubica en una situación de vulnerabilidad (Bonvillani, 2015).
En Río Cuarto, se realiza la primera Marcha de la Gorra en el año 2014. El Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de Río Cuarto cumple un papel fundamental en la convocatoria, que cuenta con la adhesión de casi cuarenta agrupaciones de la ciudad.
La actividad de La Marcha de la Gorra, que se extiende a otras localidades de la provincia, logra en el año 2016 que la legislatura de la provincia cambie el Código de Falta por un nuevo Código de Convivencia Ciudadana. Esto morigeró algunas de la figuras más cuestionadas, «como el poder discrecional de la policía, la controvertida figura del “merodeo” (que permite detenciones ante la sola actitud sospechosa de una persona) y estableció la intervención de agentes fiscales y abogados como reaseguro de derechos de los ciudadanos ante las detenciones arbitrarias» (Vaca Narvaja, Fara y Monteiro, 2018, p. 128).
En la página de Facebook de la organización (https://www.facebook.com/MarchaDeLaGorraRioCuarto) en Río Cuarto se lee la consigna «“Detrás de la visera resistimos con alegría callejera”. Marcha de la Gorra en Río Cuarto».
Además aparecen la presentación y fines de la organización:
Somos el colectivo organizador de La Marcha de la Gorra en Río Cuarto. En él participamos un conjunto de agrupaciones, organizaciones y espacios institucionales que nos reunimos, desde 2014, para debatir sobre la política de seguridad y defender nuestros derechos.
Emprendimos el desafío de organizar La Marcha de la Gorra en nuestra ciudad como una estrategia de visibilización frente al abuso policial, las políticas represivas y de control territorial. La organización de la marcha surgió como necesidad de provincializar el reclamo que se viene manifestando a través de esta marcha, desde 2007, en la capital provincial.
Repudiamos el desempeño policial que hostiga y persigue a numerosas expresiones culturales —especialmente de los jóvenes—, criminaliza la pobreza, reprime la protesta social y viola sistemáticamente los derechos humanos en comisarías y dependencias policiales de toda la provincia de Córdoba…
Invitamos a todas las agrupaciones, organizaciones, centros comunitarios, espacios institucionales, jóvenes, adultes, madres, padres, hermanes, amigues, vecines, artistas, comunicadores, fotógrafes y todes quienes quieran unirse a organizar con nosotres y a marchar.
La página de Facebook de La Marcha de la Gorra en Río Cuarto se abre el 9 de noviembre de 2015. Al momento, les gusta a 985 personas y cuenta con 997 seguidores. En la portada aparece un dibujo con un joven manifestándose. También se observa la denominación «Marcha de la Gorra-Río Cuarto» con una dirección virtual para comunicarse: @MarchaDeLaGorraRioCuarto Comunidad.
Cuatro son las dimensiones consideradas para el análisis: I. Temas y acontecimientos; II. Actores y contextos; III. Estrategia discursiva; IV. Proceso interactivo.
Una de las cuestiones a tener en cuenta para analizar es la agenda de temas y acontecimientos que producen las organizaciones seleccionadas.
La literatura especializada (Aruguete, 2015; Cano, 2017) propone entender la agenda divulgada con el fin de poder reconocer la prominencia temática que adquiere suficiente estatus para tener presencia en el espacio público. Se sabe que esa selección es motivada por intereses específicos, propios de los fines y objetivos buscados.
Una vez en el espacio público, toda temática adquiere cierta autonomía y ya no tendrá retorno, salvo en opiniones o juicios de aceptación o rechazo por quienes intersectan los mensajes. Por eso, la creación y fijación de la agenda no es aleatoria ni inocente, está sujeta a la mirada sobre el contexto social, político, económico que cada organización posee en un determinado momento.
Con la selección de los temas o eventos considerados primordiales, se busca instalar no solo lo que se debería discutir públicamente, sino proporcionar una perspectiva, una orientación sobre esos aconteceres que implique un conjunto de representaciones por parte de los ciudadanos.
La estrategia es producir un tipo de «clima de opinión» específico. Las preferencias temáticas seleccionadas para disputar la legitimidad en el espacio público deben ser entendidas como importantes por los ciudadanos en el proceso de comprensión y representación de la realidad social. De esta manera, prima el sentido de necesidad y oportunidad: se busca que sus preferencias temáticas estén en concordancia con las de sus seguidores. Así, la agenda no es mero discurso aleatorio, sino un punto de conexión capaz de dar cuenta de lo que le interesa al emisor (organizaciones) con lo que les importa a los seguidores (internautas).
Cuadro 1. Temas, eventos y acontecimientos desde las organizaciones
Organizaciones | Temas, eventos y acontecimientos |
La Huella |
—Reivindicación de militantes políticos desaparecidos. —Asamblea permanente por los derechos humanos. —Violencia institucional y patriarcal hacia las mujeres. —Juicio por delitos de lesa humanidad. —Jóvenes como nueva generación de derechos. —Disputa por terrenos del Buen Pastor. —Pintura de murales por los derechos humanos. —Educación de adultos Río Cuarto. —Reivindicación del 24 de marzo (Día de la Memoria). |
La Marcha de la Gorra |
—Convocatoria a marcha virtual. —Crítica a las medidas de ASPO. —Información ante posibles detenciones. |
Elaboración propia. Fuente: páginas de Facebook.
¿Qué tipo de temas y eventos forman parte de las agendas difundidas por las organizaciones La Huella y La Marcha de la Gorra durante el primer año de la pandemia covid-19?
El cuadro 1 muestra que la organización La Huella propone un conjunto de temas que tienen un hilo convergente que recorre todas las publicaciones: la reivindicación de los derechos humanos en multiplicidad de circunstancias.
Esta reivindicación atraviesa situaciones como la de los militantes políticos desaparecidos durante la última dictadura militar en Argentina. También incluye referencias a la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos como institución defensora de quienes sufrieron represión durante el Gobierno militar. A estas reivindicaciones se suman los temas relacionados con la conmemoración del 24 de marzo, fecha fundamental para mantener viva la memoria histórica y que la organización destaca mediante la producción de piezas audiovisuales. También el recuerdo de militantes políticos de la ciudad que fueron desaparecidos en la última dictadura, acción que se lleva a cabo mediante la creación de murales y expresiones artísticas en las calles de la ciudad.
No solo se hacen públicas las aberraciones de los derechos humanos violados durante el Gobierno de facto, también se reivindican nuevos derechos: de los jóvenes, de género, los derechos de las mujeres, que La Huella considera vulnerados por «violencia institucional y patriarcal hacia las mujeres».
Entre los temas y acontecimientos que forman parte de la agenda difundida, debe anotarse la información vinculada con el esfuerzo por mantener el edificio del excorreccional Buen Pastor como reliquia histórica, el cual, según la organización, debe ser cuidado por el estado municipal.
En definitiva, el conjunto de temas y acontecimientos difundidos por La Huella muestra una consistencia que unifica la reivindicación de los derechos humanos y propicia un contexto coherente que le permite lograr la reafirmación de la identidad del grupo. Paralelamente, crea las condicio- nes de asociación cognitiva capaz de generar un tipo de efecto (priming) en el público que consume la información publicada. Se trata de que los temas seleccionados aparezcan como un estímulo cognitivo con el fin de activar en la memoria de los internautas informaciones concordantes, vía asociativa (Aruguete, 2015).
La segunda organización seleccionada, La Marcha de la Gorra (MG), presenta en su página de Facebook una serie de temas y eventos diferentes a La Huella.
Si en esta última el hilo aglutinador es la reivindicación de los diferentes tipos de derechos, en la MG la denuncia de tópicos relacionados con la defensa de la libertad de los individuos para moverse en las calles de la ciudad resalta como eje central de sus publicaciones.
Así, aparecen publicaciones críticas a la medida gubernamental del aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO), que, según la organización de la MG, recorta los derechos fundamentales de movilidad y acentúa el accionar represivo de la policía provincial sobre jóvenes pertenecientes a sectores sociales vulnerables.
Aun cuando se reconozca la situación sanitaria que produce la pandemia del covid-19, la organización de la MG destaca que recortar la movilidad de las personas es una interferencia sobre la libertad individual. Sus publicaciones están orientadas a destacar la necesidad de que el accionar del Estado, a través de la institución policial, no sea un freno a las libertades y mucho menos un accionar indiscriminado que ponga en situación de riesgo la integridad personal.
En definitiva, la organización de la MG busca con sus publicaciones en Facebook conseguir dos objetivos: 1. Realizar la denuncia pública sobre las acciones que pueden darse por parte de las fuerzas de seguridad provincial sobre la población, en particular sobre jóvenes pertenecientes a sectores vulnerables; 2. Establecer una posición de concordancia temática con sus seguidores: lograr un puente que le permita una asociación cognitiva capaz de reforzar posiciones y lograr lazos más o menos permanentes.
Por último, otra de las cuestiones relevantes que plantea la MG en las publicaciones es la utilización de la tecnología digital como lugar de encuentro para organizar las movilizaciones. De manera que la organización social deja ver que la tecnología no solo es la posibilidad de expresarse públicamente, sino un recurso de aglutinación para planificar las diversas actividades, como es el caso las marchas callejeras o virtuales, según sea lo decidido.
El análisis a las publicaciones en Facebook de las organizaciones La Huella y La Marcha de la Gorra requiere incorporar los diferentes actores y contextos incluidos en las piezas divulgadas.
Con los primeros se puede revelar a quiénes se da importancia en el momento de producir las historias: si pertenecen a la organización o si son exteriores a la misma. Los modos en que se los visibiliza. La modalidad esgrimida en las jerarquizaciones llevadas a cabo en cada publicación.
En el caso de los contextos, facilita comprender las diferentes situaciones donde se producen los acontecimientos que se considera oportuno publicar. Reconocer, por ejemplo, si los contextos son en el territorio (off line) o si son contextos on line (virtual).
En última instancia, la estrategia de conocimiento se orienta hacia el polo de la producción de los discursos donde se reconocen las decisiones sobre qué se dejará ver, quiénes son los privilegiados de ser incluidos en las publicaciones y en qué circunstancias se producen esas situaciones.
La organización La Huella publica en el período de análisis veintidós posteos. La utilización de formatos variados como la fotografía, el flyer o el video son recursos para visibilizar las diferentes temáticas.
Esta organización cuenta con un equipo mínimo de responsables de contenidos para redes digitales. En una entrevista, uno de sus integrantes afirma que es el equipo de comunicación el que decide qué recursos se utilizarán, cómo serán los contenidos y a quiénes se incorporará en lo publicado. De manera que para La Huella toda producción de discursos para las redes sociales, como es el caso de Facebook, es una decisión de política comunicacional tomada por un grupo específico con competencias técnicas para tal actividad (entrevista digital, 2021).
Sobre esa base, ¿a quiénes seleccionan para ser parte de los discursos publicados en la red social Facebook y qué contextos y situaciones resaltan?
Los posteos de La Huella dejan ver una variedad de actores que pueden separarse en dos tipos: a) integrantes de la propia organización y b) otros actores. Además, las publicaciones revelan una multiplicidad de contextos y situaciones en los que se incluye a los actores seleccionados. Así, a los integrantes de la organización se los puede ver en situaciones relacionadas con el edificio del ex Buen Pastor, en situaciones de asamblea abierta en espacios públicos de la ciudad, en espacios privados realizando murales en paredes. Mientras que los demás actores incluidos en las historias forman parte de organizaciones defensoras de derechos humanos y actores particulares, como es el caso relacionado a un niño secuestrado hace varios años en la ciudad de Río Cuarto.
Todo lo publicado indica que hay una reivindicación constante de La Huella hacia el grupo de activistas permanentes. Cuestión observada, por ejemplo, en la composición de las fotografías, donde la presencia de integrantes de esa organización remite a un modo de afianzar su pertenencia al espacio. Pero también es una manera de visibilizar el grupo etario que compone la organización: jóvenes comprometidos con la reivindicación de los diferentes derechos. Asunto observado en la publicación del día 9 de noviembre del 2020, donde dejan constancia de la realización de una serie de actividades en diferentes lugares de la ciudad. La publicación finaliza con el siguiente escrito: «Somos el legado de las luchas del pasado y el presente. Somos la nueva generación de derechos».
Claro está que la organización no actúa aislada. Las acciones también encuentran actores sociales, políticos o de otro orden involucrados en los posteos. Esto evidencia la pretensión de La Huella de actuar sobre la reivindicación de los derechos en concordancia con sectores interesados en las mismas problemáticas. La incorporación de estudiantes de escuelas de la ciudad es parte de la estrategia de vinculación. En la publicación del día 31 de marzo del 2020 se puede leer una noticia publicada por el diario local Puntal, donde integrantes de La Huella comparten con alumnos del establecimiento Adultos Perassi la conmemoración de los derechos humanos. No es casual la elección de la escuela. Es un colegio para adultos ubicado en uno de los sectores más vulnerados social y económicamente de la ciudad (Barrio Alberdi). Y además, lleva el nombre de una joven desaparecida durante la dictadura militar: Berta Perassi.
En definitiva, actores y contextos constituyen una unidad de comunicación que pone sobre relieve la decisión de la organización La Huella de lo que quiere mostrar en cada posteo realizado.
En el caso de la organización La Marcha de la Gorra (MG) la estrategia de inclusión de actores y contextos en las publicaciones es diferente. Para el período seleccionado, la MG difunde cinco posteos. Con un dato significativo, la última publicación se fecha el 20 de noviembre del 2020. Una de las participantes, involucrada desde el inicio de la organización, expresa que el contexto de pandemia dificulta seriamente la continuidad de las actividades, toda vez que la participación es «esporádica» y «puntual», vinculada exclusivamente con las marchas. Según la consultada, realizada la movilización, la organización entra en una suerte de «parate» lo que lleva a «cada quien a volver a sus rutinas», dificultando, por ejemplo, mantener actualizada y «activa» la página de Facebook (entrevista digital, 2021).
En ese contexto organizacional, ¿a qué actores se incluye en las publicaciones? El análisis de lo difundido por la MG revela que mediante el uso exclusivo del recurso comunicacional de flyers se incluye de modo directo a las fuerzas policiales de la provincia y a los responsables políticos de esas fuerzas. Es cierto que no aparecen imágenes de esos actores, pero sí referencias que no dejan dudas de quiénes son los involucrados en los discursos emitidos.
El día 25 de marzo del año 2020, una publicación de la MG expresa que el accionar de la policía provincial no es similar para todos los sectores sociales. Contextualizando la situación sociosanitaria atravesada por la sociedad, en el posteo se denuncia: «Las fuerzas de seguridad no actúan de la misma forma en los barrios populares y las villas ni tratan de igual manera a lxs pibxs y trabajadorxs que a habitantes de zonas privilegiadas. Para #CuidarnosEntreTodxs, necesitamos una cuarentena con derechos».
La denuncia y la reivindicación de derechos hacia los más desprotegidos es una constante en los discursos de la MG. Con esta delimitación, pone en evidencia que su actuar social está definido casi exclusivamente por una sola temática: la seguridad de las personas y el derecho a moverse libremente por las calles de la ciudad. Por eso, a pesar de las limitaciones producidas por el aislamiento social y obligatorio dispuesto por el Gobierno, la organización considera necesario reivindicar «una cuarentena con derechos», como contexto institucional anhelado.
Todo discurso puede ser abordado mediante herramientas y técnicas que permitan revelar sus fines e intencionalidades. Se trata de que muestre los modos de vincular los textos (en sus diferentes formatos y estilos) con el contexto social, lugar de referencia ineludible de la acción social.
Los discursos poseen la particularidad de que nunca son totalmente transparentes ni inocentes. Denotan o connotan según sea la pretensión requerida por quienes los producen. Son capaces de presentarse de modo indicial y sutil, ocultando significados que deben ser puestos en superficie (Santander, 2011).
De manera que, observados con el lente del conocimiento ofrecido por el análisis del discurso, podrá mostrarse cómo esos significados revelan procesos y dinámicas sociales generados desde una multiplicidad de actores, situaciones, formatos y lenguajes específicos involucrados en la estructuración discursiva.
Considerado así, el campo del análisis del discurso debe entenderse como un terreno interdisciplinario donde convergen la argumentación, la retórica, la polémica, atravesado por disciplinas como la sociología y la política, entre otras (Montero, 2016).
¿Qué características presentan los discursos digitales propuestos en la red social Facebook por las organizaciones La Huella y La Marcha de la Gorra con asiento en la ciudad de Río Cuarto durante la pandemia del covid-19?
En el caso de la primera organización, La Huella, ya se dijo que publica veintidós historias durante el período de análisis. En esas publicaciones, como unidades de discurso, puede observarse una intencionalidad explícita: la defensa de los derechos humanos. Pero aquí los derechos reivindicados no se concentran únicamente en los vulnerados por el régimen militar, sino que hay una ampliación hacia los llamados de nueva generación: derecho a la educación, a la vida y a la elección de género, entre otros.
Este contexto deja ver sin demasiada opacidad la perspectiva ideológica de la organización, toda vez que muestra un conjunto de valores sobre la revalorización de los múltiples derechos que deben ser reivindicados. Valores que, al ser entendidos como el conjunto de principios o cualidades que sostienen la visión del mundo, se muestran en lo publicado con modalidades diversas. Un ejemplo esclarece lo expuesto. En la publicación del día 18 de marzo del 2021, se hace referencia a un profesor de la Universidad Nacional de Río Cuarto que fuera secuestrado y luego muerto por la última dictadura militar que gobernó la Argentina.
No solo se plantea el contexto de represión, sino que además hace emerger una mirada sobre el mundo de la vida que fuera alterado sustancialmente por las autoridades de facto. Frente a ese paisaje desolador, La Huella propone como una suerte de predisposición actitudinal y de representación del presente: «Mirar el pasado para reconstruir el futuro». De esa manera, el pasado y el futuro se enlazan, se encuentran en las acciones llevadas a cabo por las nuevas generaciones que buscan mantener activa la memoria en la sociedad.
No solo la ideología facilita entender la constitución de los discursos divulgados en Facebook por La Huella. Un mayor acercamiento permite ver los recursos lingüísticos utilizados en la formulación de los discursos. Aquí es pertinente reiterar la existencia de un hilo conductor en las publicaciones: la defensa de los derechos humanos. Aun así, no siempre las expresiones y argumentaciones son del mismo tenor. Aunque alejado de lo que se conoce como discurso polémico (Montero, 2016), La Huella genera un conjunto de discursos en los que se puede observar tipos diferenciados: aquellos que buscan generar un consenso social sobre la problemática difundida y un tipo de discurso que se tensa frente a las autoridades.
Con el primero, aparece la búsqueda de aceptación de una identidad del colectivo por parte de los ciudadanos e internautas. Una apuesta que intenta ser consolidada a través del uso de expresiones, argumentaciones y metáforas. Estos recursos tienen un objetivo claro: lograr persuadir sobre las acciones y posiciones de la organización.
El 8 de marzo del 2021, La Huella publica un post que enlaza temporalmente la violencia hacia las mujeres durante la dictadura militar y hacia las mujeres asesinadas en la actualidad (femicidios). En este posteo, formado por un texto escrito, por fotografías y afiches con referencia a mujeres presas por los militares y mujeres asesinadas en la actualidad, la estrategia discursiva de La Huella es mostrar la consistencia política e ideológica en la defensa de los derechos humanos que sobrepasan la cuestión temporal para empotrarse en la actualidad de otras formas.
Con el segundo tipo de discursos, aquellos que tensan la relación con las autoridades, La Huella apela a una explícita valoración de los acontecimientos. Mediante el uso de esta táctica, la organización muestra con un estilo directo su perspectiva sobre la defensa de los derechos humanos. Con motivo de la reivindicación del 24 de marzo como fecha fundamental para el ejercicio de los derechos humanos, La Huella publica un video sobre el recorrido que realizará la manifestación por las calles de la ciudad. En él puede observarse un tipo de discurso de carácter valorativo, donde quedan plasmadas las posiciones sobre los derechos quebrantados durante la dictadura militar: «Los espacios por donde pasa la marcha del 24M en Río Cuarto. Este 24M nos pronunciamos con el propósito ineludible de mantener viva la memoria de lxs 30.000 compañerxs detenidxs desaparecidxs; y desde ese ejercicio de evocación permanente potenciar la lucha por una patria libre, justa y soberana».
Finalmente, es pertinente destacar en la estrategia de La Huella el uso de un conjunto de interrogantes para interpelar la evolución de los derechos humanos en la sociedad. Con este recurso la organización establece un enlace entre actualidad e historia con el fin de tender un puente entre las diferentes expresiones de los derechos humanos a lo largo del tiempo.
En la publicación del día 18 de marzo del 2020, referida a la muerte de un profesor universitario durante la dictadura militar, La Huella pregunta: «¿Cuáles son las continuidades entre esos tiempos de lucha y los de ahora? ¿Qué cambió?». Y responde con un imaginario utópico: «Mirar hacia el pasado para reconstruir el futuro».
Por último, en la estrategia de visibilización pública, La Huella incluye en los contenidos de los discursos el recurso de los hashtags como forma de refuerzo expresivo para destacar el asunto considerado importante. Si bien son escasamente usados, prevalecen dos hashtags: #TodxsEnElBuenPastor y #DonenElBuenPastor. Ambos referidos al edificio que debería ser considerado patrimonio histórico de la ciudad de Río Cuarto.
Por su parte, La Marcha de la Gorra plantea una estrategia discursiva diferente. Sin búsqueda de consensos. De estilo directo, sin opacidad de a quién se interpela: la policía de la provincia de Córdoba.
Es un discurso de confrontación, polémico, que busca mostrar lo que implican las limitaciones de las libertades individuales pertenecientes a los sectores más vulnerados social y económicamente de la sociedad, con énfasis en los jóvenes.
Lo difundido por la MG se empotra en las condiciones de producción de un tipo de discurso de denuncia, toda vez que refiere a la institucional policial como la referencia exterior que es mostrada lejos de los valores o visiones del mundo que pretende la organización.
El 12 de noviembre del año 2020 publica un flyer referido a la organización de la 7.° Marcha de la Gorra. Ahí destacan dos cuestiones principales como elementos constitutivos del discurso divulgado:
I. Por un lado, se presenta una información referida al día del encuentro donde tratarán cuestiones atinentes a la organización de la marcha. Un tipo de discurso con escasas connotaciones, toda vez que solo se refiere a lo que será tratado en la convocatoria. Sin embargo, un detalle debe ser anotado: la incorporación a la reunión solo podrá realizarse solicitando permiso. Así, los organizadores de la 7.° Marcha de la Gorra dicen: «Pedí por privado el link», como modo de resguardo y control de los que se incorporen a las deliberaciones.
II. El segundo de los elementos que componen el discurso del flyer es una exposición explícita sobre quiénes son los agredidos por la acción policial: los jóvenes.
Recurriendo a la imagen de un fotograma como marco divisorio interno, los organizadores de la MG incluyen dos fotografías de jóvenes con máscaras frente al destacamento policial de la ciudad de Río Cuarto y una bandera con la consigna «Basta de gatillo fácil».
La transparencia ideológica del discurso se vuelve evidente, revela una posición adversa al accionar policial y paralelamente pone sobre el tapete el temor de los jóvenes a circular libremente por las calles de la ciudad. Estar con una máscara encubre los rostros, los protege de la acción institucional —del abuso policial—, los vuelve menos vulnerables, pero en el mismo momento los convierte en protesta, rechazo, derechos que deben ser atendidos por las autoridades. Situación reforzada con el «Basta de gatillo fácil» como recurso expresivo de denuncia ante los atropellos que sufren los jóvenes por parte de la policía provincial.
Así, el uso del fotograma como contorno demarcatorio aparece como un elemento connotativo: que la misma película se reitera y es necesaria cambiarla. Se proyecta una visión del mundo social diferente. Es la apelación a una técnica de persuasión para crear un clima de opinión favorable a los reclamos frente al poder institucional policial.
Finalmente, es preciso dejar constancia de que la MG plantea en sus publicaciones un juego discursivo que muestra las contradicciones del discurso oficialista. Mediante una estrategia de deslegitimación, apela al recurso de la interpelación para poner al descubierto interpretaciones sobre lo decidido desde el campo del poder político.
El 30 de marzo del 2020, La Marcha de la Gorra difunde un mensaje compuesto por un texto y un flyer. Con la publicación se exponen las diferencias con la decisión política sobre el aislamiento social preventivo y obligatorio definido por el Gobierno nacional. Para lo cual se parte de un interrogante: «Ante las medidas tomadas en estos últimos días en todo el país cabe aclarar qué es un estado se sitio y qué es un estado de emergencia por razones de salud pública».
El interrogante es respondido por la organización utilizando un tono explicativo. En el discurso se observa la distinción entre un «estado de sitio» y un «estado de emergencia». Esto bajo el contexto de que uno y otro tipo de estado pueden condicionar de forma disímil los derechos de las personas. La MG dice que en un «estado de emergencia […] no están suspendidas las garantías constitucionales, tenemos derechos constitucionales como, por ejemplo, el derecho a la defensa de un abogado, entre otros», por lo cual insisten a lo largo del texto y también en el flyer en marcar las diferencias entre un tipo de estado y otro e informan sobre dónde acudir si se diera el caso de una detención. La utilización de un hashtag aparece como refuerzo sobre qué hacer en el caso de producirse inconvenientes con la institución policial: #CuidarnosEntreTodos, señala.
Finalmente, el análisis e interpretación de lo difundido por las organizaciones La Huella y La Marcha de la Gorra en la ciudad de Río Cuarto requiere conocer de qué manera se lleva a cabo el proceso interactivo entre los emisores (organizaciones) y los internautas.
Con este proceso se cierra el círculo de significación iniciado en el momento de la selección de temas y acontecimientos elegidos por las organizaciones sociales. Refiere a los modos en que los cibernautas se vinculan con el contenido difundido. Se recupera uno de los elementos fundamentales del proceso comunicacional: el vínculo entre el mensaje de las organizaciones y el actor externo (internauta) que hace suyo el mensaje y lo valora. Momento de participación de los internautas que para el caso de la red Facebook puede darse mediante tres formas: I. utilización de íconos (emoticones), II. mediante el compartir el contenido; y III. a través de los comentarios.
Cada una de esas situaciones implica grados diferenciados de compromiso por parte de los cibernautas frente al mensaje recibido, constituyéndose en potenciales prosumidores (consumidores y productores) en el mismo momento (Norte Sosa, 2020).
¿Qué ocurre con los mensajes de La Huella y La Marcha de la Gorra difundidos en Facebook cuando son abordados por los cibernautas?
Recordemos que La Huella publica veintidós posts, mientras que en el caso de La Marcha de la Gorra cinco publicaciones constituyen el universo. Durante el período de estudio, la primera organización logra 78 clics en los emoticones «me gusta», «me encanta»...; en tanto que la MG logra 14 intervenciones de los internautas.
Esta actitud comunicacional deja ver cierto compromiso frente al mensaje recibido. Los internautas visibilizan un estado de ánimo, revelan un grado de complicidad para con lo propuesto desde las organizaciones. Hay una predisposición comunicativa a entablar una relación de cercanía con el contenido aun cuando no sea de su agrado.
Aunque escueta, esta forma de participación reconoce distancias entre los internautas seguidores de La Huella y la MG. En el primer caso, los cibernautas son más propensos a expresar su apoyo a los mensajes. Generan una vinculación más significativa en el momento de establecer contacto con los relatos de la organización. Una cierta correspondencia y afinidad con mayor compromiso hacia lo publicado. Una predisposición actitudinal mayor a ser cómplice del discurso emitido.
Los seguidores de la MG presentan, en este nivel, una disposición menor a entablar compromiso con lo propuesto desde la organización, restando posibilidades a que el mensaje publicado genere un «efecto cascada» pronunciado en el deslizamiento por las interfaces de la red digital. Una actitud social y comunicacional de distancia que empobrece el alcance potencial del mensaje propuesto por la MG en la esfera pública virtual.
El segundo tipo de compromiso con lo publicado por las organizaciones es el de «compartir» los contenidos. Nuevamente aparece una disparidad significativa. Si compartir significa que una publicación es replicada en las páginas de Facebook de los seguidores de las organizaciones, entonces puede observarse una distinción numérica importante. En el caso de La Huella, 29 veces se comparte el contenido, mientras que en 13 oportunidades lo hacen los seguidores de la MG.
Una derivación hipotética de esos valores destaca que los internautas que comparten las publicaciones de La Huella, por ser más numéricamente, tendrían más posibilidades de lograr mayor «efecto cascada» sobre el radio de sus seguidores (amigos). Cuestión que podrá reducirse en el caso de la MG, propio de la cantidad de replique lograda por las publicaciones. Sin embargo, en ambos casos no solo se potenciarían la esfera de alcance y los efectos de los discursos, sino que se crearían las condiciones para el accionar futuro de los cibernautas, como pueden ser las múltiples interacciones generadas fuera del mundo on line, donde —por ejemplo— la práctica comunicativa cara a cara es una de las acciones fundamentales en la vida social.
Finalmente, durante el período de estudio, la acción de «comentar» no se registra en las historias publicadas. Este acto comunicacional, que debe ser entendido como el más complejo, porque puede incluir posicionamientos ideológicos, políticos o sociales explícitos, no encuentra eco entre los seguidores de ambas organizaciones.
Quizás son válidas para justificar —en el caso de La Huella— las palabras de la propia organización cuando dice que sus publicaciones en Facebook no buscan profundizar vínculos, solo difundir las actividades, asunto sí perseguido en los posteos realizados en la red social Instagram, donde están «sus principales seguidores», por ser una red que agrupa a sectores juveniles más cercanos etariamente que los internautas de Facebook (entrevista digital, 2021).
En tanto, en el caso de la MG, al ser una organización de acción puntual y compuesta por distintas organizaciones, restaría compromiso digital de los seguidores más allá de las marchas propiamente dichas, creando un estado de pasividad y quietud en la participación virtual (entrevista digital, 2021), disminuyendo las posibilidades de conformación de una comunidad virtual constante.
Un estudio cualitativo con los seguidores de ambas organizaciones podría dar respuestas profundas a estas acciones comunicativas analizadas en el apartado.
El análisis a lo difundido en la red social Facebook por las organizaciones La Huella y La Marcha de la Gorra con asiento en la ciudad de Río Cuarto durante el primer año de pandemia covid-19 muestra cercanías y distancias.
Una de las cuestiones que concitan interés común y que conforman la agenda temática de las organizaciones seleccionadas es la defensa de los derechos humanos. Esta reivindicación se ubica en posiciones críticas hacia las autoridades con competencias de modificar las situaciones atravesadas por distintos sectores de la sociedad.
A pesar del acercamiento temático que une a las organizaciones, la distancia alcanza máxima expresión cuando se observa que en el caso de La Marcha de la Gorra su atención principal se centra exclusivamente en la denuncia contra el abuso del poder policial sobre sectores jóvenes vulnerados social y económicamente.
La presencia en Facebook deja ver que La Huella es una organización que apela a la profesionalización de la comunicación en redes sociales. No solo se observa en la continuidad de las publicaciones, sino en la utilización de recursos humanos con competencias para planificar las divulgaciones en las redes sociales, como es el equipo de comunicación digital. Cuestión en la que, en el caso de la MG, es notable la discontinuidad, propio de no contar con un equipo dedicado a la comunicación en redes sociales, lo que dificulta seriamente una estrategia de actuación y actualización permanente.
La Huella y la MG plantean estrategias diferentes en el momento de inclusión de actores en sus discursos. Sobre todo la distancia se observa en la multiplicidad seleccionada. Esto es entendible en el contexto de los temas abordados por cada una de esas organizaciones, que en el caso de la MG se reduce a la institución policial y sectores sociales juveniles como forma de concentrar sus actividades, dejando de lado otros actores que pueden ser objeto de ese abuso policial.
Finalmente, mientras La Huella confecciona sus discursos apelando a una estrategia amplia para visibilizar a sus militantes y hacerse eco de cuestiones vinculadas a derechos de nueva generación (de género, medioambientales…), la MG construye discursos polémicos y de denuncia, tensando toda relación con el actor (institución policial) incluido en sus contenidos y restando posibilidades a futuros consensos.
Aunque escasa la participación de los internautas en los discursos publicados, se aprecia una predisposición diferente en los cibernautas comprometidos con la organización La Huella: expresar un estado de ánimo o replicar los contenidos son los modos de participación preferidos. Mucho menor es la predisposición de los seguidores de la MG. Quizás su estructura organizativa endeble, de acción puntual y centrada con exclusividad en las marchas, sea la razón de esa actitud comunicativa.
Sin embargo, coinciden en algo: en el período de estudio, nula predisposición a entablar algún tipo de diálogo en las páginas de cada una de las organizaciones. Situación comunicativa que se aleja de las discusiones teóricas referidas a la temática (Aruguete, 2015).
La pandemia del covid-19 modifica las formas de actuar en el espacio público. Las experiencias a lo largo del mundo muestran que las expresiones colectivas no desaparecen de la esfera territorial (off line), sino que el accionar adquiere otros ribetes. La utilización de la tecnología de Internet y las redes sociales dan cabida a nuevas formas de manifestarse en el espacio público (on line).
El uso de las plataformas digitales aparece como uno de los lugares privilegiados para expresase públicamente. La red social Facebook está entre las principales. Las organizaciones en la ciudad de Río Cuarto no escapan al contexto: La Marcha de la Gorra y La Huella, con diferentes estrategias y continuidades, dan cuenta de que esta red digital es importante en el momento de hacer conocer sus actividades y puntos de vista sobre los temas considerados fundamentales.
El estudio revela que las organizaciones analizadas construyen los relatos digitales basado en el fuerte compromiso con los derechos humanos. Frente a un determinado abuso de poder, la reivindicación de derechos. La expresión pública virtual es parte de la estrategia utilizada.
El uso de la red Facebook colabora en la estrategia de visibilidad pública. Los acontecimientos que forman parte de los discursos muestran la inclusión de una variedad de actores en diferentes situaciones. Sin embargo, destaca una delimitación pronunciada en el caso de la organización de La Marcha de la Gorra, donde la elaboración de sus discursos se centra con exclusividad en el accionar policial sobre la libertad de movimiento de los jóvenes pertenecientes a sectores vulnerables, debido al aislamiento social obligatorio.
Por último, las redes sociales de las organizaciones analizadas encuentran escasa participación de los internautas, desaprovechando por completo la posibilidad de entablar un proceso dialógico e interactivo propio de este tipo de comunicación.
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