Construye tu castillo de cine

Build Your Film Castle

 

Andrew Hernández

Productor, escritor, profesor y director de proyectos cinematográficos (Perto Rico)

En mis años de experiencia como profesor de cine en Puerto Rico, he evaluado muchos proyectos estudiantiles, desde trabajar en directivas de festivales de cine como el Puerto Rico Film Festival hasta dirigir un programa académico de cine en Atlantic University. Además, he trabajado en proyectos cinematográficos con celebridades puertorriqueñas y he ganado en los premios Emmy. Poseo una maestría en Fotografía Digital, un bachillerato en Cinematografía Digital y tengo mi propia compañía de producción: Luminne Productions LLC. He producido en televisión, orquestas y películas como el documental del Observatorio de Arecibo El sueño más grande. Sin embargo, aun con todos estos logros, nunca dejé de sentirme estudiante y todavía ando buscando cómo se puede perfeccionar la enseñanza para ayudar a los estudiantes a alcanzar una carrera «profesional».

Andrew Hernández, ganador de dos Emmy Awards. (Foto: Yadiel Lugo).

Daré mi experiencia en el mundo del cine, pero esto se puede aplicar en cualquier otra materia, destreza o profesión. Gracias al documental sobre el radiotelescopio más poderoso del mundo, pude viajar a eventos y universidades en Nueva York, Misuri, Florida y España. En estos espacios, conversé con colegas profesores sobre las metas de los estudiantes que quieren emprender. Para mi sorpresa, descubrí algo peculiar. A pesar de que los estudiantes nos encontramos en diferentes partes del mundo, todos compartimos los mismos deseos y las mismas dificultades para lograrlos. El reto más común que he notado en estudiantes que buscan ser emprendedores es la realización de proyectos que requieren trabajos en grupo y en cinematografía, esto es la regla general. Puedes notarlo en lo que conocemos como el «valor de producción», donde vemos que el proyecto no fue ejecutado con un cien por ciento del desempeño de los colaboradores. Contrario a la creencia popular, la falta de dinero o el potencial creativo comúnmente no son las causas del fracaso en un proyecto emprendido. La falta de buena administración, liderazgo y motivación son los retos más grandes. Debes construir relaciones y con el tiempo maximizar el potencial de un equipo de personas.

Inspirado en mi viaje a España, caminando por las calles de Málaga y consultando con los estudiantes de audiovisuales en la Universidad de Málaga, redacté este escrito pensando en la construcción de un castillo. Estas maravillas fueron construidas ladrillo a ladrillo por ciudadanos que trabajaban en equipo. Cada proyecto que emprendas en tu carrera es un castillo. Se debe construir con buen fundamento para que permanezca firme con el tiempo y lleve una visión prometedora. El escrito presenta un consejo universal y me ayudó a mí en gran manera a construir mi carrera profesional. Espero que esto traiga un poco de luz a los estudiantes que quieran comenzar a producir sus primeros castillos.

Brian Tracy menciona en su libro Liderazgo distintas formas de gobierno[1]. Preparé una analogía con estos métodos. Existen tres tipos de castillos, y cada uno representa una manera distinta de trabajar en grupo.

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Póster de la película del Observatorio de Arecibo, The Biggest Dream. (Foto: Ricardo Rey Correa).

Modelo A: castillo de orden

 

El estudiante tiene el total control de las llaves de su castillo. Se reserva la decisión, da una instrucción y se ejecuta. Este método es el más rápido, pero no necesariamente el más efectivo, ya que es muy extraño ver a un estudiante en esta posición de ser el absoluto propietario de su proyecto. En efecto, desde el comienzo un buen número de principiantes aprenden rápido que no tienen los suficientes recursos o motivaciones como para dar órdenes a sus colegas y completar las tareas de una producción. De tener el privilegio, se toma con mucho respeto y responsabilidad.

 

Modelo B: castillo de consulta

 

El estudiante comparte las llaves de su castillo. Es donde mejores resultados he visto. El estudiante se rodea de colegas, expertos en diferentes tareas y a la hora de dar una instrucción primero consulta con ellos. Les toma en consideración y toma una decisión objetiva para el bien de todos. Esto se fortalece con el tiempo en la formación de socios, colegas y camaradas. Crecen juntos y se crea una química profesional donde se crea la confianza plena en la decisión de un líder que proyecte inspiración y una visión ganadora.

 

Un grupo de personas sentadas en una oficina

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Taller de cine con Andrew Hernández, organizado por el Centro de Estudios Iberoamericanos y Transatlánticos FGUMA-UMA (CEIT) y la Red Internacional de Aulas María Zambrano de Estudios Transatlánticos en la Universidad de Málaga. (Foto: Marlyn Rodríguez).

Modelo C: castillo de consenso

 

El estudiante divide entre todo el grupo las llaves de su castillo. Aquí todos tienen voz y voto sobre las decisiones de una producción. Es muy común ver esta estrategia en tareas grupales establecidas por el profesor, donde se colocan las metas para un determinado proyecto y cada uno será evaluado por su desempeño. La realidad es que, aunque el profesor mantenga buena disciplina en clase, el proceso es más lento. He visto muchos proyectos que no han podido cumplir con las fechas límite de entrega en este método, debido a que depende de la autosuficiencia de cada cual y de su genuino deseo por cumplir con la meta. Por otro lado, no he visto proyectos que sean más gratificantes que un grupo de personas trabajando juntas por una causa. Son imparables y pueden lograr enormes triunfos.

A lo largo de la carrera de un estudiante, se verá participando en los tres modelos. Debe tener buen equilibrio haciendo malabares en los diferentes escenarios donde los utilice según vea apropiado para mantener la producción saludable. Esto es necesario si quiere mantenerse competitivo en el mercado, ya que todo castillo necesita recursos. Nadie los tiene todos, siempre hay que fortalecer en un área y, según tus necesidades, te verás en el dilema de seleccionar el modelo de castillo que mejor beneficie el proyecto.

Los castillos se construyen con recursos, y son tres los que se necesitan: dinero, tiempo y trabajo.

 

Recurso A: dinero

 

En primera instancia es el recurso que todos entienden más importante, pues tenemos la impresión de que podemos comprar los demás recursos con el financiamiento. Te da una muy buena delantera y cierto grado de control sobre las expectativas del proyecto. Establece los estándares del valor de producción y las proyecciones a largo plazo en el mercado. En mi opinión, es el recurso menos valioso de los tres, ya que no garantiza un buen producto final, pero sí puede remover grandes obstáculos del camino y traer mejores alternativas, ya que tú decides cómo utilizar este recurso.

 

Recurso B: tiempo

 

Ser rápido es el recurso más subestimado. Puedes tener todo el dinero del mundo y, aun así, no correr la suerte de llegar a la meta a tiempo. Disciplina, para ganar el recurso del tiempo hay que ser militante. Una tardanza puede salirte muy caro y costarte la producción. No tenemos control de este recurso, hacemos lo que humanamente es posible dentro de lo que se nos entrega por la madre naturaleza. Establece metas razonables y planifica para minimizar la mayor cantidad de riesgos posibles y evitar los retrasos. Siempre son buenos los retos, pero con los pies en la tierra, atento, no te confíes, se pueden arruinar tus planes tan fácilmente como con una lluvia o un fallo técnico.

 

Recurso C: trabajo

 

Necesitas ayuda para construir, el esfuerzo es el recurso más poderoso. Con dinero solo puedes comprar el cincuenta por ciento de la productividad de la gente. La gente solo te prestará su mano de obra para ejecutar las tareas al cien por ciento si se siente motivada. Cuando hay pasión por una meta, nadie siente que está perdiendo el tiempo. Esto requiere muchas destrezas de liderazgo, puedes lograr que tus compañeros lleguen a hacer grandes contribuciones sin ningún retorno económico, solo por amor al arte. Este recurso te lo tienes que ganar.; algunas destrezas son disciplina, profesionalismo, manejo de control, comunicación, agilidad, conocimiento y, en mi opinión la más importante, ser servicial.

La diferencia entre el éxito y el fracaso está en la habilidad del estudiante para adquirir, liderar y balancear los recursos en toda la dimensión del proyecto. A menudo el estudiante sobrestima lo que construye a corto plazo, pues quiere resultados inmediatos y sin riesgos, pero subestima lo que puede construir a largo plazo con compromiso y un equipo que le eche ganas.

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Producción para vídeo intro de concierto de Jay Wheeler. (Foto: Emmanuel Morales).

Cuando salgas a construir tu próximo castillo piensa en el premio e intenta lo siguiente: cierra tus ojos y haz un juego mental, concéntrate más en lo que tienes que hacer y no en lo que quieres hacer, piensa cómo ganar. Primero necesitas un equipo que te apoye, inspíralos a ganar contigo, porque ellos son tus pilares y fundamentos fuertes para el castillo. Ahora vayan de aventuras. Hay mucho que perder y no se debe arriesgar el más mínimo detalle. Son cientos de científicos los que se unen para tomar todo en consideración antes de lanzar un cohete con astronautas al espacio, su vida está en la línea y por eso no dejan espacio para los errores. Nosotros, los cineastas, leemos el guion múltiples veces, revisamos los tiros de cámara, buscamos métodos de ahorrar presupuesto, editamos con detenimiento cada cuadro en un segundo y observamos la película críticamente antes del lanzamiento; todo está en juego, nada se presume. La misión es terminar de construir lo que empezamos, proyectos de alto valor para la sociedad. ¿Qué esperas? Ve y construye tu castillo.

 

Cómo citar este artículo: Hernández, A. (2024). Construye tu castillo de cine. TSN. Transatlantic Studies Network, (17), 191-194. https://doi.org/10.24310/tsn.17.2024.17635. Financiación: este artículo no cuenta con financiación externa.



[1] Tracy, B. (2015). Liderazgo. Nashville (Tennessee): Grupo Nelson.