Título: Emilia Pardo Bazán
Autora: Isabel Burdiel
Editorial: Taurus
Año de edición: 2019
ISBN: 978-84-30618385
Escribo sobre la historiadora Isabel Burdiel, que con un estudio biográfico riguroso, dotado de un amplio aparato crítico, analiza la trayectoria vital y literaria de la autora Emilia Pardo Bazán.
Al tiempo, escribo sobre esta interesantísima mujer que fue Pardo Bazán. Burdiel la sitúa con gran inteligencia en el contexto histórico de su tiempo. Premio de la Real Academia Española por esta obra (octubre de 2021), fue anteriormente, en el año 2011, la segunda mujer que obtuvo el Premio Nacional de Historia.
Luz en la batalla, de bellum luce, ese fue el lema que adoptó para su vida la gran escritora y mujer Emilia Pardo Bazán. En mi opinión, su vida fue su mejor obra.
Tal es la riqueza de la personalidad de Emilia Pardo Bazán que no es por casualidad que Burdiel abra su biografía con esta significativa cita: «Los grandes artistas son monstruosidades biológicas, históricas, engendran el tiempo que los ha engendrado» (S. Kracauer).
Esta no puede ser una reseña al uso, modélica o convencional. Hay tres razones de peso para ello.
La primera, la extensa obra de la historiadora Isabel Burdiel, que es en sí toda una biblioteca encerrada sobre Emilia Pardo Bazán en un solo libro, de la que quiero dar brevemente cuenta. No en balde la obra tiene más de setecientas cincuenta páginas.
La segunda razón es la desbordante y poliédrica persona y obra de Emilia Pardo Bazán, que supera cualquier molde y requiere mucho espacio. La escritora gallega es un hermoso diamante de veinte caras.
La tercera razón es casi de índole física: es como un muelle comprimido que hubiera saltado con enorme fuerza al llegar su centenario, que se ha convertido en una especie de test social sobre ella y sobre nosotros mismos. Ello nos lleva al importante asunto de la recepción o no recepción de la obra de Pardo Bazán, de las importantes cuestiones culturales y sociales que subyacen a ella.
Haré un tratamiento, a modo de significativo collage, con relevantes ideas fuerza, pero no exhaustivamente.
Sin duda, el año 2021 ha sido el año Pardo Bazán. El establishment cultural se ha rasgado las vestiduras entonando el mea culpa por su triple negativa a que fuera académica en vida. Este es el yo confieso del exdirector de la Academia y experto en Pardo Bazán, Darío Villanueva: «Este es el mayor error de la RAE en sus tres siglos de existencia. Si hubiera entrado en la RAE, la Academia hubiera sido diferente de lo que fue» 1.
El mismo Villanueva la valora hoy así: «Una de las más grandes intelectuales españolas de todos los tiempos» 2.
En mi opinión, Pardo Bazán sería, aún hoy, demasiado para la RAE, una institución donde el poder oculto (el poder más eficaz), la antigua cooptación como sistema de acceso, la dominación masculina han sido y son la norma. En las altas esferas, la lucha por el poder es implacable (vid. el caso de la periodista y escritora Rosa Montero, que lo ha intentado sin éxito y denuncia esa lucha implacable). Esta es una ley de hierro, con excepciones de un goteo de mujeres admitidas para legitimarse. En una investigación sociológica que dirigí, hay suficientes pruebas y documentación de lo dicho no solo para la RAE, sino para todas las Academias 3.
Me he nutrido de la corriente arrolladora de documentación en prensa que cada día se publica sobre nuestra escritora, convertida ya en una especie de invitada permanente de nuestra actualidad. ¿Por qué será?
Su centenario tiene mucho de brillo, pero también de expiación del establishment cultural, una especie de yo acuso/yo me confieso y bastante de exhibición de ejemplar de feria. ¿Por qué no va a ser una mujer una intelectual de primera? Pardo Bazán tuvo los grandes recursos de una élite. No obstante, su autodidactismo es encomiable. ¿Qué hay bajo este centenario que tanto nos interroga?
Digo ocultación, pero puedo decir manipulación, alienación, cosificación, filtraje, mistificación y tantos otros términos que podríamos aplicar al hecho de no habernos presentado a la escritora en su totalidad, en su unidad, en su singularidad como escritora y persona humana. Emilia Pardo Bazán ha sido objeto de todo tipo de olvidos y distorsiones a manos de muy distintas instancias.
Emilia Pardo Bazán es muchas cosas literarias y como persona, pero también es un test excelente, una piedra de toque para repensar mucho del pasado/mucho de la actualidad. Reflexionar sobre ese largo proceso, ese hilo conductor desde su muerte hasta hoy, su centenario, es lo que me propongo a través de tres vertientes en las que ha sido obviada, escamoteada tanto persona y obra.
¿Por qué el franquismo redujo y acartonó a la escritora?
¿Por qué el canon cultural no la reconoció?
¿Por qué el feminismo la obvió y no la incluyó en su genealogía de mujeres ejemplares?
El régimen hizo una apropiación de todos los símbolos, de toda la historia. Acartonó a Isabel la Católica, acartonó a Teresa de Ávila, acartonó y momificó a Pardo Bazán. La redujo a escritora regionalista, galleguista, con sus Pazos de Ulloa. Eso es lo que nos llegaba filtrado a las aulas de bachillerato de la larga posguerra. Silenció totalmente su feminismo, su ser libre de mujer.
La cultura española, el canon, no la reconoció. Y la envidió. Por fin se habla con palabras claras, la rechazó por el hecho de ser una mujer libre. El feminismo no tuvo interés en rescatarla. Poco se escribió sobre ella hasta la actualidad. Menciono la obra clásica de Carmen Bravo Villasante sobre la vida de Pardo Bazán.
Dos escritores unidos por el amor (el gran eros del logos) y por la modernidad. Galdós (1843-1920), cuyo centenario previo ayudó a revivir el nombre de Emilia Pardo Bazán, aporta a la cultura literaria española una imagen del ser humano que supera la forjada a base de arquetipos y dualidades, dominantes desde el Renacimiento. Emilia Pardo Bazán es «el reto de la modernidad» (subtítulo de la gran exposición celebrada en la Biblioteca Nacional, BNE). No es gratuita esa denominación, ya que ella fue la modernidad en persona. Aceptó todos los retos literarios, personales e intelectuales que le salieron al paso o, mejor, que ella buscó. Fue europea y trasnacional avant la lettre y, sobre todo, antes que la inmensa mayoría de mujeres (y hombres) de su época.
De este modo define la autora su magna obra: una historia biográfica. Desenvolviéndose en el marco de los estudios biográficos y su perspectiva, trata de dilucidar qué es un sujeto histórico. La intersección de individuo, historia y estructura social es un gran aporte para el entendimiento de un sujeto histórico 4. En un interesante capítulo introductorio, la autora muestra sus elecciones: una construcción de forma cronológica, y sobre ella teje bloques temáticos significativos por sí mismos. Son destacables el bloque de la construcción del campo literario (dicho al modo de Pierre Bourdieu) y las estructuras de poder dentro del mismo, y el desenvolvimiento de Pardo Bazán en él.
Es de gran interés el capítulo octavo, titulado «La heredera del padre. Dueña de sí». Es de esa especie de mujeres que se sienten herederas del padre (Burdiel dixit), que, por mi parte, he encontrado en la dilatada investigación sociológica que he llevado durante más de tres décadas sobre mujeres élites profesionales. La fuerza masculina de las élites femeninas, por así decirlo, a las que he llamado herederas y heridas.
En Isabel Burdiel, sus negaciones son aciertos. De este modo, se niega la biógrafa a poner el foco en la condición de mujer de Emilia Pardo Bazán, para que no monopolizase o escorase el análisis de su vida y obra. Si bien el hecho de ser mujer se proyectó en todo lo que hizo, a pesar de ella misma, que se decía escritor. Por las mismas razones es exiguo el espacio que le dedica Burdiel a su feminismo (pp. 411-418), pese a declararse Pardo Bazán feminista radical.
Los estudios de conjunto sobre nuestra escritora son significativamente escasos. Tal vez porque es difícil domeñar una naturaleza selvática como la suya, los especialistas la especializan (valga la redundancia) sin atreverse a una visión de conjunto. Isabel Burdiel ha mantenido el pulso y nos ha regalado esa difícil unidad y totalidad de Emilia Pardo Bazán.
Es un trabajo intelectual hercúleo, realizado sin concesiones a todo tópico. Sus más de setecientas páginas se leen con un creciente interés. A través de ellas, nos enteramos de la vida de esta excepcional mujer, pero también del tiempo que le tocó vivir, injusto en tantos órdenes de cosas de la vida política y social, injusto y discriminador para la mujer.
Pese a la contención con que Burdiel trata el tema «mujer» en su obra, inevitablemente aflora una y otra vez, ya que Emilia Pardo Bazán fue rompeolas de todos los prejuicios machistas.
Emilia Pardo Bazán fue el rompeolas contra el que se iban a chocar todos los prejuicios machistas de su época. Uno tras otro, venían a estrellarse contra ella, que, mujer valiente y segura de sus convicciones, los enfrentaba sin arredrarse.
Nuestra escritora vivió en un mundo demediado (en el que las mujeres no cuentan). No tan lejano al actual (vid. el caso de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sometida a una inmersión de estatus y discriminada por sus colegas en el llamado sofagate del 2021).
Si tuviera que destacar un rasgo en el océano de actividad que fue Pardo Bazán, destacaría su lucha por la educación de las mujeres, siendo ella misma bombardeada por ser un ejemplo viviente de feminismo.
Luchó por ser académica y le fue negado sistemáticamente serlo. Negativa que adquiría el tono grueso, grosero, de las tertulias machistas de casino. Barbarie, zafiedad, malos instintos es lo que califica a este comentario del escritor Juan Varela: «En el sillón de la Academia no cabría su culo»5.
Fue una élite, pero una élite discriminada, valga esta paradoja que ilustra mi teoría sobre el binomio género y poder. Un hombre con su capital económico, social, cultural, simbólico sin duda hubiera llegado a ser académico y mucho más.
Ella batalló, y pudo contra todo y a pesar de todo. Cumplió el dictum de Michel de Montaigne: Le plus grand art: rester soi-même. «El mayor arte es ser uno mismo».
Por fin, admirada Emilia, tu tiempo ha llegado.
1 El País, 28 de septiembre de 2018.
2 El País, 26 de mayo de 2021.
3 María Antonia García de León et al. (2005): La excelencia científica (hombres y mujeres en las Reales Academias). Madrid: Instituto de la Mujer.
4 Vid. C. Wright Mills (1961): La imaginación sociológica. México: FCE.
5 El País, 28 de septiembre de 2018.