Especial
TSN nº 13, 2022. ISSN: 2530-8521
UN PASEO POR LA MÚSICA IBEROAMERICANA:
HORIZONTE Y DESTINO
A Walk through Iberoamerican Music: Horizon and Destiny
Paula Coronas
Universidad de Málaga y Conservatorio de Música Manuel Carra (España)

RESUMEN

Plantear un recorrido por la música iberoamericana en el marco de las jornadas que organiza el Centro de Estudios Iberoamericanos y Transatlánticos de la Fundación General de la Universidad de Málaga ha constituido todo un reto y un compromiso firme con la cultura y con las raíces de nuestros pueblos. Identidad, mestizaje y divulgación en el seno de un patrimonio artístico amplio, valioso y en constante evolución. El piano de Paula Coronas y el Cuarteto de Arpas de Málaga han interpretado y recreado páginas de creadores de ayer, de hoy y de siempre que perdurarán en el acervo cultural universal que representa el lenguaje de los sonidos. La música como forma de comunicación y de entendimiento entre los seres humanos, traspasando siglos y fronteras.

Palabras clave: Raíces, folklore, música iberoamericana, interpretación, patrimonio, creadores, investigación

ABSTRACT

Proposing a tour of Ibero-American music within the framework of the conference organized by the Center for Ibero-American and Transatlantic Studies of the General Foundation of the University of Málaga has been a challenge and a firm commitment to culture and the roots of our peoples. Identity, miscegenation and dissemination within a broad, valuable and constantly evolving artistic heritage. The piano of Paula Coronas and the harp quartet of Málaga have interpreted and recreated pages of creators of yesterday, today and forever, which will endure in the universal cultural heritage represented by the language of sounds. Music as a form of communication and understanding between human beings, crossing centuries and borders.

Keyword: Roots, Folklore, Iberoamerican Music, rendition, heritage, composers, research
• Contenido •

Esta era la primera vez que se planteaba incluir la música en el marco de las jornadas que organiza el Centro de Estudios Iberoamericanos y Transatlánticos de la Fundación General de la Universidad de Málaga (FGUMA-UMA). Se nos brindó la oportunidad de poner en pie una doble actividad de interés cultural para la comunidad universitaria y para la sociedad en general. Era una ocasión única para promover nuestra cultura musical, nuestras raíces sonoras e impulsar su valor artístico en el conjunto de la creación iberoamericana. Desde Málaga hasta Iberoamérica, un viaje de ida y vuelta que fusiona nuestro patrimonio español y andaluz con los sones y los ritmos del otro lado del Atlántico.

Su vertiente solidaria, planteada a beneficio del proyecto Plántate por Honduras de la asociación ACOES Honduras, fue el aliciente definitivo para impulsar al público malagueño a colaborar con su aportación económica y completar el aforo del Auditorio del Museo Picasso de Málaga, donde se celebraron las dos jornadas musicales que Paula Coronas tuvo el honor de coordinar. La asociación ACOES Honduras, creada en 1992 por el misionero Patricio Larrosa, tiene como finalidad construir un espacio educativo acogedor para atender las necesidades de los más de cuatrocientos niños y niñas que trabajan y viven en el basurero de Tegucigalpa.

Los días 27 y 28 de octubre de 2022 se realizaron dos sesiones de conciertos protagonizados por el piano español, en primer lugar, con el recuerdo presente a la música hispanoamericana, en el que la pianista malagueña Paula Coronas protagonizó la jornada con comentarios a las obras y una presentación extensa del programa interpretado. El día siguiente fue el turno del Cuarteto de Arpas de Málaga —integrado por Lidia del Río de Miguel, María Jesús Bedoya Ruiz, Tibor Tejeda del Río y Thäis Tejeda del Río—, que ofreció el recital dedicado a la música hispanoamericana, el cual contó asimismo con explicaciones del repertorio expuesto, del que hablaremos más adelante.

En la inauguración de estas jornadas el día 27 de octubre, intervinieron el director artístico del Museo Picasso de Málaga, José Lebrero Stals; el coordinador académico de Empresa y Proyección Internacional de la Fundación General de la Universidad de Málaga, Antonio María Lara López; el director del CEIT y vicerrector de Proyección Social y Comunicación de la UMA, Juan Antonio García Galindo; y la coordinadora de la actividad, la doctora y pianista Paula Coronas. En primer lugar, Lebrero se mostró satisfecho por celebrar esta «experiencia audiovisual» que une a «la música, la universidad y los museos». Lara López continuó exponiendo la necesidad de la creación de un centro socioeducativo y sociosanitario a través del proyecto Plántate por Honduras, al que iba destinada la recaudación. En este sentido, destacó el compromiso de la FGUMA con este país y sobre todo con la educación. Finalmente, García Galindo señaló que «la música es uno de los factores de mestizaje e hibridación más potentes con otras comunidades», además de destacar «la valía humana, el compromiso ético y profesional de Paula Coronas no solo con la música, sino con la actividad académica».

Recital de inauguración de las jornadas iberoamericanas en el Auditorio Museo Picasso, de Málaga. De izquierda a derecha: la pianista Paula Coronas; el vicerrector de la UMA, Juan Antonio García Galindo; el coordinador de la FGUMA, Antonio María Lara López; y el director artístico del Museo Picasso de Málaga, José Lebrero Stals. (Foto: Tamara Harillo).

Recital de inauguración de las jornadas iberoamericanas en el Auditorio Museo Picasso, de Málaga. De izquierda a derecha: la pianista Paula Coronas; el vicerrector de la UMA, Juan Antonio García Galindo; el coordinador de la FGUMA, Antonio María Lara López; y el director artístico del Museo Picasso de Málaga, José Lebrero Stals. (Foto: Tamara Harillo).

Recital de la pianista Paula Coronas

Este proyecto sonoro, titulado «Un paseo por la música iberoamericana: horizonte y destino» nos ofrecía la posibilidad de fundir nuestro legado hispano, encabezado por la gran tradición musical española —defendida con páginas emblemáticas de Manuel de Falla, Ernesto Halffter y Joaquín Turina—, con los grandes maestros malagueños Eduardo Ocón y Rivas, Emilio Lehmberg Ruiz y Rafael Mitjana y Gordon. El acento iberoamericano se incorporó a este repertorio genuino de la mano de los argentinos Alberto Ginastera y Carlos López Buchardo, el brasileño Heitor Villa-Lobos y el mexicano Manuel Ponce.

Es oportuna la cita aquí con la gran música del gaditano universal Manuel de Falla (1876-1949), cuyo exilio en mayo de 1939 a Argentina determina los últimos años de su vida. Terminada la guerra civil española, Falla emprende gestiones para su exilio a Argentina. En octubre de ese año, iniciada la Segunda Guerra Mundial, llega a Buenos Aires acompañado de su hermana María del Carmen. Realizó varios encargos y estrenos en el Teatro Colón y su salud, ya debilitada, mejoró temporalmente. A pesar de los intentos por parte del gobierno español de recuperar la figura de Falla —se le había ofrecido una pensión económica y le concedieron la Orden de Alfonso X El Sabio—, el músico había decidido ya quedarse para siempre en Argentina y no regresar nunca más a España. Vivió en Ciudad de Córdoba y en Villa del Lago. Durante la guerra no pudo recibir ingresos por derechos de autor, por lo que tuvo que ser ayudado por amigos argentinos y otros exiliados españoles. Continuó trabajando en su cantata Atlántida y revisó la orquestación de Los Pirineos, de Felipe Pedrell. Desde Granada le fue enviado material de libros y partituras tras el desmantelamiento de su anterior domicilio, que había sufrido un robo, y se instaló en Alta Gracia, en una casa llamada Los Espinillos. Empeoró notablemente y en 1944, junto a Jaime Pahissa, trabajó en la elaboración de su propia biografía. En octubre de 1945, Rafael Alberti lo visitó y lo nombraron académico de la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina poco antes de su muerte, en noviembre de 1946. En homenaje a su genial legado, se ofreció en este recital la cuarta de sus famosas Piezas españolas, la Andaluza, composición que resume su estética. Una obra llena de andalucismo, fuerza racial y temperamental de un piano percusivo, salvaje, desgarrado y poético al mismo tiempo. La fuerza y la dulzura se conjugan en esta página plena de intención que evoca la danza y el eco de melodías en una música muy elaborada y plena de colorido tímbrico. Un piano de raíces elevado a la categoría de máximo virtuosismo y brillantez.

Sería su discípulo Ernesto Halffter (1905-1989) el encargado de concluir su obra póstuma, la Atlántida. Compositor, director de orquesta, académico de San Fernando de Madrid y de Argentina, este autor dotado por la inspiración, de talento muy precoz, compuso su primera obra a los quince años. Desde 1923, queda impresionado a nivel humano y musical por la figura de Falla, quien le confía la dirección de la Orquesta Bética de Sevilla con tan solo diecinueve años de edad. En 1925 compone su célebre Sinfonietta, por la que obtiene el Premio Nacional de Música. Enmarcado en la generación del 27, mantuvo una especial curiosidad por la música popular de Portugal, donde residió por largos períodos de tiempo. Su Rapsodia portuguesa para piano y orquesta es un buen ejemplo de ello. Se casó con la pianista portuguesa Alicia Cámara Santos, a quien están dedicadas las Danzas de la pastora y de la gitana, presentes en este programa. Por esta estrecha vinculación con Portugal, Ernesto Halffter fue apodado «el portugués».

Paula Coronas al piano durante el recital celebrado el día 27 de
octubre de 2022 en el Auditorio del Museo Picasso, de Málaga.
(Foto: Tamara Harillo).

Paula Coronas al piano durante el recital celebrado el día 27 de octubre de 2022 en el Auditorio del Museo Picasso, de Málaga. (Foto: Tamara Harillo).

El maestro argentino Alberto Ginastera (Buenos Aires, 1916-1983) se incluye en el discurso de esta propuesta como uno de los compositores más importantes del siglo XX en América. Discípulo destacado de Aaron Copland en Estados Unidos, su estilo discurrió entre serialismo, dodecafonismo, música aleatoria con incursión en el folklore argentino. Compuso casi todos los géneros: tres óperas, ballets, sinfónico, obras corales, conciertos para solistas, música de cine. Fue maestro de Astor Piazzola y Waldo de los Ríos, entre otros. Tras su estancia en Estados Unidos, regresó a Argentina y fundó la Escuela de Altos Estudios Musicales, y posteriormente, a mediados de los años cincuenta, creó el Conservatorio de La Plata y fundó el Conservatorio Julián Aguirre. Fue nombrado miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes por su aportación a la música clásica argentina. Dentro de su gran obra pianística, elegimos las Tres danzas argentinas, entre las que destaca su famosa Danza de la moza donosa, que se erige en una de sus más apreciadas composiciones de todos los tiempos, con una melodía sugerente y sensual que circula por toda la partitura y que se hace cada vez más amplia, alcanzando su plenitud hacia la mitad de la pieza, donde la escritura se hace más densa y nutrida en un fragmento que nos traslada a los territorios de la pampa argentina y asistimos al triunfo de las formas tradicionales de la música europea con el folklore argentino.

Con la música del profundo Valsa da dor (Vals del dolor) del brasileño Heitor Villa-Lobos (Río de Janeiro, 1887-1959) rendimos homenaje a esta gran figura del patrimonio iberoamericano. Fue director de orquesta y compositor muy relevante. Su estética estuvo influenciada por las raíces folklóricas brasileñas y por la música clásica europea. Como pedagogo también tuvo una trayectoria interesante en su país. Diseñó un método de educación musical basado en la riqueza cultural de su tierra, con importante descubrimiento e investigación de la escuela de samba. Viajó por todo Brasil indagando los orígenes musicales de todos los territorios autóctonos, pero su estilo no se encasilla en ninguna norma académica. «Mi música es natural, como una cascada», solía decir el maestro. Ganó una beca del gobierno brasileño para ampliar sus estudios en París. A su regreso a Río en 1930, fue nombrado director de la Educación Musical en Río de Janeiro. Fue también crítico musical y su música es muy valorada en Nueva York y en Los Ángeles, donde recibió numerosos encargos. Un catálogo muy extenso configurado por obras de piano, guitarra, voz, sinfonías conciertos y óperas nos ofrece la dimensión de este gran exponente de la cultura iberoamericana.

Manuel María Ponce (Fresnillo, Zacatecas, 1882- Ciudad de México, 1948), también incluido en este recital, es el duodécimo de una familia aficionada a la música. Ponce se había iniciado musicalmente con su madre y su hermana Josefina. Viajó a Alemania, donde perfeccionó con grandes maestros, y también a La Habana. A su regreso fue nombrado director de la orquesta sinfónica de México y posteriormente viajó a París, donde estudió bajo la guía de Paul Dukas en la Ecole Normale. En 1933 regresó a su país y ocupó el cargo de director del Conservatorio Nacional de Música de México y titular de la cátedra de piano en el Conservatorio y en la Escuela Nacional de Música. Recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes por su aportación a través de una obra musical basada en temas típicos mexicanos que combinó con estilo romántico europeo de su época. Se le considera fundador del nacionalismo musical de México y representante del romanticismo musical mexicano. En este recital hemos seleccionado dos de sus hermosas páginas para piano: su Intermezzo y el Tango para la mano izquierda titulado A pesar de todo, paradigma de romanticismo desde las raíces mexicanas.

Gran éxito del recital ofrecido por la pianista y doctora Paula
Coronas. (Foto: Tamara Harillo).

Gran éxito del recital ofrecido por la pianista y doctora Paula Coronas. (Foto: Tamara Harillo).

Homenaje a los compositores malagueños

El origen de nuestra investigación en el estudio del repertorio musical malagueño se remonta al año 2014, cuando Paula Coronas, sentada frente al centenario piano Steinway de la histórica sala de conciertos María Cristina de Málaga de la Fundación Unicaja, se traslada a una época dorada para nuestro patrimonio artístico, pletórico de riqueza cultural, desde el despliegue de eminentes creadores y fundadores de la Escuela de Arte y de Enseñanza, germen del conservatorio de nuestra ciudad, de cuya herencia somos todos los malagueños depositarios.

Inmersa en la producción pianística de tan importantes maestros, este intenso trabajo de años comenzaba a tomar forma. Únicamente aquel piano —en cuyas teclas habían deslizado sus manos tan destacadas personalidades—, un micrófono y nuestra propia interpretación servirían para rememorar la gloria de aquel pasado histórico que por fortuna luce el estandarte musical malacitano. Cómo olvidar la atmósfera de intelectualidad, referente en esta estirpe de creadores, que flota aún en la mágica ambientación que se respira en esta veterana sala de conciertos María Cristina, actual sede la Sociedad Filarmónica de Málaga, homenajeada con honores en el año 2019, cuando se celebró el ciento cincuenta aniversario de su fundación.

Se abría ante nosotros la iniciativa de grabar un nuevo disco titulado Raíces, homenaje a seis compositores malagueños y al ideario artístico de nuestra tierra, un compromiso verdadero con la cultura musical que nos había rodeado durante la infancia y juventud. Desde su gestación, indagando en las fuentes primarias, nos habíamos movilizado al encuentro con los herederos de aquellos compositores que, a su muerte, dejaron legajos de páginas musicales en arcones o cajones olvidados. Rebuscando en los archivos y fondos musicológicos de la institución que los vio nacer, la Sociedad Filarmónica malagueña, hallamos gran parte de este material inédito.

La periodista musical Mikaela Vergara, una de las grandes voces de la comunicación musical en nuestro país, asegura lo siguiente en sus notas críticas al disco:

Con este trabajo discográfico, Paula reconstruye y ubica una pieza ausente hasta el momento en el mapa de la música española: la creación pianística de los compositores malagueños que vivieron en el tránsito del siglo XIX y XX, aportando a esa estética hispánica una sensibilidad particular: la experiencia del compositor que mira desde el vértice más meridional de la península ibérica. Gracias al ferviente compromiso de Paula con el patrimonio musical español, es posible enlazar los eslabones de una cadena con varias generaciones de autores que abarcan siglo y medio de historia, anotando sobre el pentagrama los nombres de Eduardo Ocón Rivas, Joaquín González Palomares, Rafael Mitjana y Gordon, José Cabas Quiles, Emilio Lehmberg Ruiz y Manuel del Campo y del Campo. La memoria de este grupo de compositores se traduce en una antología de obras, muchas de ellas inéditas hasta el momento, que muestra la singularidad del nacionalismo postromántico español con toques impresionistas y vocación de andalucismo universal. Rapsodias, valses, fantasías, boleros, seguidillas, evocaciones, ensueños, fandangos, estampas y bulerías […]. Un encaje de bolillos donde aflora una manera honesta y profunda de sentir el mundo, desafiando esos prejuicios obsoletos que encorsetan erróneamente este repertorio dentro del tipismo local y costumbrista. (Vergara, 2015).
Momentos de gran concentración e inspiración durante la interpretación de Paula Coronas en el recital dedicado al piano hispanoamericano.
(Foto: Tamara Harillo).

Momentos de gran concentración e inspiración durante la interpretación de Paula Coronas en el recital dedicado al piano hispanoamericano. (Foto: Tamara Harillo).

Un eslabón vivo daba finalmente sentido a toda esta recopilación y a la conclusión de este disco, que constituye nuestro particular homenaje a los ilustres antepasados del acervo musical de la ciudad de Málaga.

La suerte como intérprete había llegado a nosotros nuevamente por el privilegio que la creación actual nos otorga, tras años de conocimiento y admiración personal al único testimonio vivo recogido en este disco: la figura de Manuel de Campo, músico emblemático de la ciudad, hijo predilecto de Málaga, enclave contemporáneo, testigo fiel de grandes acontecimientos artísticos, de historias acaecidas en la Málaga musical del siglo XX, y memoria viva del fecundo pretérito cuyo germen había fructificado con fuerza en las siguientes generaciones de músicos relevantes. Nacido en 1930, auténtico baluarte en la transmisión de este importante legado musical malagueño. Tras sus primeros pasos en el conservatorio de Málaga, donde estudia y ejerce la docencia, realiza una etapa de perfeccionamiento en Madrid y amplía sus conocimientos en Venecia y Budapest. Su carrera docente prosigue en el conservatorio y en la Facultad de Ciencias de la Educación como catedrático. Ha sido vicerrector de la Universidad de Málaga y presidente de la Real Academia de San Telmo. Su polifacética actividad musical se hace patente como pianista, desde el acompañamiento a cantantes e instrumentistas diversos hasta la dirección orquestal y la creación, en cuya producción se encuentran piezas para canto, coro, banda, orquesta y piano. Obtiene numerosos premios por su labor musical en la ciudad y en Andalucía, donde continúa ejerciendo la crítica musical desde la publicación de libros, artículos y reseñas en prensa y revistas especializadas. Fue un placer incluir en este disco su breve Pieza para piano, escrita en la década de los cincuenta. Se trata de una música sincera con clara intención polifónica, de línea neoclásica, que muestra su conocimiento y admiración por su instrumento fiel: el piano. Su aportación musical, sus prodigiosos recuerdos y su generoso gesto con la cesión de algunas de estas partituras aquí seleccionadas, que jamás habían visto la luz, nos animaron definitivamente a emprender esta búsqueda de raíces musicales y humanas que tanto han aportado a nuestra experiencia pianística.

Apoyada en la historia que ya todos conocemos y que ha trascendido hasta nosotros a través de notables estudios y trabajos musicológicos, nos decidimos precisamente a situar en el epicentro de la iniciativa la confluencia estética alumbrada a través de este siglo y medio que nos separa de la fundación en 1869 de la Sociedad Filarmónica de Málaga, dirigida por el ingeniero Antonio Palacios. En el histórico de la mencionada institución encontramos los nombres de diversos músicos que estuvieron en el timón de tal empresa. Su primer director facultativo fue el maestro Antonio José Cappa 1, tras cuya marcha a Madrid se produce el cambio de sede desde un antiguo almacén de música donde se realizaban las primeras sesiones de conciertos al decimonónico Convento de San Francisco, edificio transformado y remodelado en diversas fases arquitectónicas. La parte más noble, su iglesia, fue convertida en salón de conciertos, escenario de importantes y numerosos recitales protagonizados por los más prestigiosos y brillantes músicos de la época, entre los que cabe destacar a A. Rubinstein, P. Casals, J. Rodrigo, Albéniz, J. Turina, Alicia de Larrocha, Esteban Sánchez…

Los nuevos salones se inauguraron el 16 de febrero de 1871, convirtiendo al Liceo en el centro de la actividad social y cultural de la burguesía malagueña. En ellos llama la atención el techo de la sala, llamada entonces salón de baile, con una decoración de gran belleza.

A continuación, el ingeniero Palacios es sucedido por Pedro A. de Orueta en primera instancia y después por Enrique Scholtz. Es entonces cuando se propone a Eduardo Ocón asumir la dirección facultativa de la mencionada Filarmónica, responsabilidad que acepta con una única condición: crear una escuela de música o conservatorio. En abril de 1871 se inauguran las primeras clases de solfeo y violín, impartidas por el propio Ocón y por Regino Martínez, respectivamente; este se considera el punto de partida del conservatorio de nuestra ciudad. Indudablemente, a raíz de esto se produce el florecimiento de la vida musical malacitana, que va en aumento día a día: la nómina del profesorado se va ampliando con el paso del tiempo y crecen las especialidades musicales impartidas en dicho centro. Todo ello contribuye a un evidente enriquecimiento artístico y cultural de la sociedad malagueña, cuyo prestigio la convertirá en una de las capitales españolas más desarrolladas en este campo. Diez años después de su creación y continuo funcionamiento, tras lograr óptimos resultados, la Escuela de Música de la Sociedad Filarmónica es propuesta para ser transformada en conservatorio, por lo que se solicita a la reina María Cristina su autorización para que lleve su nombre. Es así como el Real Conservatorio María Cristina de Málaga abre sus puertas y se inaugura el día 15 de enero de 1880, con Eduardo Ocón como director.

Ocón se convierte en una verdadera autoridad musical en la ciudad que ejerce su magisterio en los ámbitos docente y compositivo. Su personalidad artística comienza a ser valorada en todo el país, por lo que se registran importantes méritos que van a sucederse en su prestigioso historial. Entre ellos, la Cruz de Isabel la Católica y la Encomienda de la misma orden, cuyos derechos sufragó el municipio malagueño en honor al músico. En 1879, la entonces recién creada Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, le nombra académico correspondiente de su sección de música. Tanto la Sociedad Filarmónica de Málaga como la de Madrid le conceden, en agradecimiento y reconocimiento a su espléndida gestión, el título de socio honorífico.

Tras su muerte, un legado importante de producción musical y de labor cultural registrada en Málaga queda patente en sendos actos de homenaje al músico. Se perpetúa su nombre en una calle a él dedicada, el recinto musical del parque —donde encontramos un busto del maestro—, el patronato que rige los destinos de la orquesta sinfónica —Patronato Eduardo Ocón— y hasta un conservatorio de música de la ciudad —Conservatorio Eduardo Ocón—. Pero, con carácter urgente, se hacía necesario nombrar a su sucesor, decisión difícil, porque la figura de Ocón conciliaba un doble cargo como director de la Sociedad Filarmónica y como director del conservatorio al unísono. Convocados los socios de número de la Sociedad Filarmónica en el curso 1901-1902, Pedro Adames asume la dirección del conservatorio y José Cabas Quiles, su amigo y compañero, acepta la dirección de la Sociedad Filarmónica. A partir del 30 de septiembre del curso 1887-1888, según las actas de aquel año, se nombra profesor auxiliar de violín al antiguo discípulo Joaquín González Palomares (1868-1951), quien por estos años desarrollaba ya una brillante carrera como concertista de violín. Realmente su vinculación con el conservatorio fue siempre intermitente, pues se mantuvo alejado durante grandes períodos de excedencia debido a sus múltiples compromisos internacionales.

Como vemos, la confluencia estética y los lazos personales que entrelazaban a buena parte de este valioso elenco de maestros resultan interesantes y atrayentes. Intuíamos que nuestra admiración por estas figuras se reflejaría en el entusiasmo con que interpretaríamos cada compás de estas páginas que esperaban ser escuchadas, en su mayoría, por vez primera.

Nuestra inmersión comenzaría con el fundador de la saga, el veterano Eduardo Ocón (1833-1901), un músico de procedencia humilde, nacido en el corazón de la Axarquía, en Benamocarra. Tras su ingreso como seise en la catedral de Málaga, había perfeccionado sus estudios en París, donde fue profesor de canto de las Escuelas Comunales. La influencia de grandes compositores como Charles François Gounod (1818-1893), quien elogia su música y ayuda al joven Ocón, es definitiva para sellar su técnica y capacidad creadora. Sin embargo, la añoranza de su tierra y el recuerdo de sus raíces le hacen regresar a Málaga en 1870, año en que contrae matrimonio con una joven y estupenda pianista, Ida Borchardt, nacida en Colonia, hija de una acomodada familia alemana que pasaba largas temporadas en Málaga. Reputado organista y compositor de eminentes páginas religiosas, como el célebre Miserere, aborda con éxito el repertorio pianístico, de intención virtuosista y de corte romántico, con una producción importante que recogíamos en este álbum Raíces y en el siguiente trabajo discográfico, grabado en 2020, titulado Femmes d’Espagne, donde se incluyen tres piezas que se interpretaron en estas jornadas iberoamericanas: Amor inmortal, página plena de romanticismo, lirismo y evocadora melodía —de inspiración claramente chopiniana, encontramos en esta hermosa partitura grandes vuelos pianísticos—; el Gran vals brillante, de gran virtuosismo y brillante técnica —una pieza exquisita por el trazo de salón, muy en consonancia con el aire de grandes valses centroeuropeos, muy en boga en la época—; y Estudi-capricho para la mano izquierda, otra composición de gran belleza expresiva, dotada de una sugerente línea melódica, que evidencia el gran conocimiento de la escritura musical que poseía Ocón en base a su dominio del piano español. Todo un alarde de exhibición pianística en la producción del maestro.

La siguiente página que ofrecí en este concierto pertenece al maestro Rafael Mitjana y Gordon (1869-1921). No era posible prescindir de un músico de tal fuste que, aunque no tan presente en estos años de formación de la Sociedad Filarmónica malagueña, debido a la internacionalidad de su trayectoria, siempre había dirigido su mirada hacia el recuerdo imborrable de sus inicios en su Málaga natal. Nacido en el seno de una distinguida familia —era sobrino-nieto del marqués de Salamanca—, fue alumno de Ocón y posteriormente estudió en París bajo la dirección de Camile Saint-Saëns (1835-1921). Diplomático de carrera, viajó por toda Europa estudiando profundamente la música europea. Su afición lo llevó al estudio crítico e investigación histórica, y descubrió el famoso Cancionero de Upsala 2 en Suecia, donde falleció. Firmaba sus crónicas musicales bajo el seudónimo Ariel y en sus libros refleja su capacidad, documentación y pensamiento crítico. En el ámbito de la creación, escribió algún poema sinfónico, una ópera, lieder y piezas pianísticas como Seguidilla, grabada en este disco Raíces, y Romanza para piano, dedicada al pianista malagueño José Barranco Borch (1876-1919), una composición de gran virtuosismo y complejidad armónica y contrapuntística. De gran belleza y brillantez, la obra reúne poesía, maestría y garra.

Para nosotros, uno de los hallazgos en este camino de búsqueda ha sido el encuentro con los pentagramas de Emilio Lehmberg Ruiz (1905-1959). Además del componente curioso de sus orígenes, cuya historia ahora recordaremos brevemente, la inspiración y sensibilidad del músico cautivaron nuestra atención de inmediato. La razón del apellido alemán de este músico malagueño reside en que su padre, Otto Lehmberg, que era marinero en la fragata Gneisenau 3, que se hundió en el muelle de Málaga, fue alojado en casa de la familia Ruiz Rodríguez, con cuya hija contrajo matrimonio. De esta unión nace nuestro protagonista, que comenzó su andadura musical en Málaga y Madrid. Se inició profesionalmente como violinista trabajando en diversas orquestas, y como compositor escribió partituras para piano, género sinfónico, teatro, revista y cine.

Haber tenido la suerte de estrenar aquí la Suite Málaga ha representado mucho para nuestro trabajo. Este valioso conjunto, integrado por cinco títulos —Bulerías del perchel, Malagueña, Gibralfaro, El Puerto y Pedregalejo—, supone un homenaje a la ciudad que le vio nacer, donde lo español, lo andaluz y lo malagueño se pregonan con efusión y descriptivismo en estos singulares números. Un piano aflamencado de brillantez, alegría y emoción desbordantes acude a estos compases de gran impacto en el público, cuya interpretación se ofreció el día 27 de octubre en el Museo Picasso de Málaga. En la misma línea folklorista hallamos dos números de su suite Bailes de España, ambos dedicados a nuestra ciudad: Fandango de Málaga y Fandango del Molinillo.

Es evidente que sobran los motivos de interés para la aproximación a este núcleo malagueño de arte musical que, a través de este recopilatorio, hemos conocido en profundidad. No solo hemos penetrado en el plano artístico de estos compositores, sino que gracias a la generosidad de algunos de sus descendientes hemos tenido ocasión de acercarnos al lado personal y humano. Con ocasión del estreno y presentación de este disco en 2015, en la Sala María Cristina, trabamos contacto, que más tarde se tornó amistad, con José Antonio González, sobrino-nieto de Joaquín González Palomares. Asimismo, pudimos conocer, en algunos recitales organizados en la ciudad para mostrar este patrimonio, a Pilar Ocón, sobrina-nieta del malagueño Eduardo Ocón y Rivas, y a Blanca Moreno Mitjana, sobrina del maestro Rafael Mitjana y Gordon. Su afecto al recibir esta interpretación en directo constituyó para nosotros la mejor recompensa al trabajo realizado. Por suerte, en un concierto en el Ateneo de Madrid, conocimos también a Carmen Lehmberg, única hija del compositor Emilio Lehmberg Ruiz, cuya simpatía y devoción por la música de su padre calaron en nosotros desde el primer instante. Recientemente hemos tenido la fortuna de grabar junto a ella una entrevista y la interpretación de algunas de las piezas del maestro, cuya emisión se recogerá en el documental titulado Buscando a Lehmberg, que se emitirá por televisión en 2023 y mostrará la apasionante vida y el extenso legado del compositor malagueño.

Esta música por y para Málaga que ya nos acompaña fielmente en el repertorio habitual de conciertos, incluso en giras internacionales, concita el entusiasmo de todos y es aplaudida con el reconocimiento que merece. Agradecemos a Mikaela Vergara esta hermosa reflexión que hace sobre Raíces, nuestro undécimo disco publicado hasta el momento:

Gracias a este álbum, Paula rescata de la penumbra histórica a los compositores de su tierra natal, Málaga, y rinde tributo a la Andalucía milenaria, sabia y luminosa. Paula se eleva y trasciende más allá de sí misma, ofreciendo, generosa, una corona de sortilegios y requiebros para el piano español más elegante, auténtico y universal. (Vergara, 2015).

Cuarteto de Arpas de Málaga

El siguiente viaje musical realizado en estas jornadas fue el día 28 de octubre y estuvo protagonizado por el Cuarteto de Arpas de Málaga. El comienzo del concierto dibujó en el horizonte de este recorrido sonoro la obra de Javier Cámara Bernal, natural de Sevilla. Realizó sus estudios de trompa y composición en el Conservatorio Superior de Málaga, y colabora con RTVE y la Filarmónica de Málaga. Además, ha impartido clases en el Conservatorio Profesional de Huesca.

Como compositor, destacan sus piezas para banda, como Totus Tuus y las Vírgenes de las Cañas, enfocadas al ámbito cofrade, donde son muy reconocidas.

La pieza con que se inició este recital fue una obra para cuatro arpas cuyo título, Travesía, nos cuenta el viaje de un barco por los mares: saliendo del puerto, surcando las primeras olas, atravesando una tormenta, saliendo de ella y llegando a la isla deseada. El siguiente protagonista de la velada musical fue el gran Félix Pérez Cardozo, compositor y arpista paraguayo, la figura más representativa de Paraguay y Latinoamérica en la interpretación y composición del arpa.

Félix nació en el año 1908. De orígenes humildes, se formó de manera autodidacta. Su talento y personalidad arrolladora lo llevaron a crear aspectos técnicos tales como acordes y melodías con los cinco dedos, trémolos y glissandos, entre los más mencionados.

Destacó su estancia en Argentina, donde trabajó en numerosas agrupaciones del Río de la Plata y Buenos Aires, y donde recibió multitud de premios, así como la total aceptación por parte de la crítica y el público. En Buenos Aires grabó numerosos discos, de los que destacan temas como Pájaro campana, Llegada y Tren lechero.

El Cuarteto de Arpas de Málaga seleccionó en esta ocasión su obra estrella: Pájaro campana. Con esta pieza el autor buscó la imitación en el canto del conocido pájaro, considerado ave nacional de Paraguay desde 2004.

Otra pieza a destacar es el Tren lechero, que según el maestro salía de Ypacarai e iba dejando la leche por los diferentes pueblos paraguayos hasta llegar a Asunción.

A continuación, el recital prosiguió con uno de los grandes de la música del siglo XX, Astor Piazzolla, bandoneonista y compositor argentino, todo un referente dentro del tango. Él marcó la evolución del tango adaptando las fórmulas rítmicas del jazz al mundo clásico.

Destacan sus viajes por Europa, donde se empapó de sabiduría musical que supo trasladar a su producción. Como intérprete, tocó su bandoneón en innumerables grupos como solista dentro y fuera de Argentina y grabó numerosos discos.

Entre sus trabajos como compositor, destacan Libertango, Adiós Nonino y Estaciones porteñas.

En este programa se interpretó el célebre Libertango. En este tema Piazzolla buscaba abrir el compás de la tradición para que tuvieran cabida los ecos sonoros de una sociedad en transformación, como era la de la segunda mitad del siglo XX. El título es una reivindicación por la libertad musical y por la creatividad. Este tema le sirvió para consagrarse en Europa —donde irrumpió con fuerza allá por los años setenta— y crispar así a la crítica conservadora argentina. Aquí se reflejaba claramente la entrada de elementos propios del jazz.

Las profesoras Lidia del Río de Miguel y María Jesús Bedoya,
arpistas, en el recital del día 28 de octubre. (Foto: Raúl Orellana).

Las profesoras Lidia del Río de Miguel y María Jesús Bedoya, arpistas, en el recital del día 28 de octubre. (Foto: Raúl Orellana).

El maestro Alfredo Rolando Ortiz fue el siguiente compositor incluido en el programa. Cubano de origen, vivió y se formó en Colombia como arpista y compositor, además de licenciarse en Medicina en la Universidad de Bogotá.

Como arpista, recorrió toda la geografía nacional e internacional con sus recitales y su poncho característico, ofreciendo temas de la música sudamericana, como el mencionado Pájaro campana, Galopera o Cascada, entre otras partituras. Como compositor ha llevado a cabo numerosos trabajos, entre los que destacan obras como Danza de Luzma, Habanera gris y Cumbia deliciosa. En concreto, Danza de Luzma es una composición que dedicó a su hija mayor, Luzma, cuando nació. Mientras su señora se recreaba con Luzma, Alfredo tocaba el arpa a su lado. La pieza se nutre de una melodía bailable que se repite en diversas fórmulas a lo largo de la página.

Los arpistas Tibor y Thäis Tejeda del Río en el concierto ofrecido
en el Museo Picasso de Málaga. (Foto: Raúl Orellana).

Los arpistas Tibor y Thäis Tejeda del Río en el concierto ofrecido en el Museo Picasso de Málaga. (Foto: Raúl Orellana).

La siguiente composición, Habanera gris, representa un claro homenaje a esa Habana que un día lo vio nacer y crecer. En la pieza se nota esa melancolía y añoranza de su tierra, que otorga un enfoque triste a esa rítmica típica sudamericana. La pieza es una verdadera joya de la literatura musical hispanoamericana.

Para finalizar con el maestro Ortiz, se presentó Cumbia deliciosa, otro hermoso homenaje a otra importante etapa de su vida: su paso por Colombia. Una pieza con ritmo de danza típica colombiana de cumbia, seductora y envolvente.

El programa prosiguió con la figura del guitarrista y compositor paraguayo Demetrio Ortiz.

Demetrio destacó por impulsar la guitarra y el folklore paraguayo por todo el mundo, grabando numerosos discos y convirtiéndose en todo un referente de la guitarra a nivel nacional e internacional. Perteneció al grupo de Félix Pérez Cardozo, con quien recorrió el mundo.

Interpretación del Cuarteto de Arpas de Málaga. (Foto: T. Harillo).

Interpretación del Cuarteto de Arpas de Málaga. (Foto: T. Harillo).

Entre sus composiciones destacó Recuerdos de Ypacarai, una pieza inspirada en un amor de juventud del maestro cuyo escenario fue el lago Ypacarai. Belleza melódica y magia se dan cita en esta delicada página.

El sexto compositor cuya música se interpretó en esta sesión fue el guitarrista y compositor mexicano Gerardo Tamez, una figura muy reconocida a nivel nacional e internacional por llevar por todos los puntos geográficos el folklore mexicano, tanto en tercetos de guitarra, dúos y cuartetos como el formado en Tierra mestiza con guitarra, arpa, violín y percusión.

A raíz de aquí, surgió un tema nacional que le valió el Emblema de Bellas Artes de México y numerosos premios. Tierra mestiza es todo un himno que refleja el sentir del folklore mexicano aludiendo a la identidad cultural mestiza.

Volvemos a Paraguay con el compositor y arpista folklorista Digno García, otro de los grandes artífices del arpa en el mundo. Nació en Paraguay, pero se trasladó desde muy pequeño a México, donde desarrolló su talento interpretativo desde su instrumento, el arpa. Destacamos de su trayectoria la formación del trío Las Pampas junto a Juan Alfonso Ramírez y Chinita Montiel, con quienes grabó más de cincuenta discos. Como dato anecdótico, el célebre pintor Salvador Dalí le dedicó su obra La guitarra. Su título más reconocido es Cascada, que refleja el movimiento del agua a través de las rocas y plantas del río. Tuvo tal repercusión esta obra que fue música de cabecera de Radio Vaticano en México. Esta fue la pieza seleccionada en este recital para interpretarla.

La pianista Paula Coronas, coordinadora de estas jornadas iberoamericanas, junto al Cuarteto de Arpas de Málaga. (Foto: Raúl Orellana).

La pianista Paula Coronas, coordinadora de estas jornadas iberoamericanas, junto al Cuarteto de Arpas de Málaga. (Foto: Raúl Orellana).

Otro grande de la música mexicana fue César Rosas, cantante y guitarrista de rock de la banda Los Lobos. Un buen día, su buen amigo el director de cine Robert Rodríguez le encargó que compusiera el tema central de su próxima película. El resultado fue Morena de mi corazón, que se convirtió en el tema estrella de la película Desesperado, todo un acontecimiento del cine de acción de los noventa.

De México pasamos a Venezuela con el compositor y arpista Hugo Blanco, que desarrolló una brillante carrera artística en este país, donde publicó multitud de discos y trabajos musicales. Destacamos su canción El burro sabanero, de la cual la versión del colombiano Juanes y la de Las Payasitas son las más conocidas. Otro tema aquí incluido fue el famoso Moliendo café, compuesto en 1960, que alcanzó un impacto mundial en estos años y recoge en su temática el mundo del café y su preparación. El concierto volvió a regresar a Paraguay con la interpretación del músico Mauricio Cardozo, un referente del folklore paraguayo al que se considera uno de los representantes de la generación de oro. De orígenes humildes, muy joven se trasladó a Buenos Aires, donde se formó como compositor y guitarrista. Entre sus composiciones sobresalen Josefina, Soledad y la que hoy en día destaca por encima del resto: Galopera. En el momento que vio la luz se convirtió en todo un himno en Paraguay por su baile y su música.

Para finalizar, el Cuarteto de Arpas de Málaga se despidió con el célebre Alfonso Márquez Zapata, vecino de Torrox (Málaga), gran arpista, compositor y músico.

Se formó en el conservatorio de Málaga y actualmente dirige la banda de Torrox y realiza conciertos para la difusión del arpa. Entre sus obras destacan temas cofrades de Semana Santa y sobresalen especialmente sus páginas Réquiem y A la española, piezas escritas específicamente para el Cuarteto de Arpas de Málaga, donde se despliega toda la cultura y arte de la tierra. El tema contenido en la partitura A la española está compuesto por un popurrí de pasodobles en los que el maestro ha integrado a la perfección la presencia del arpa, composición con la que llegamos al final del viaje.

En definitiva, deseamos expresar nuestro agradecimiento a la Fundación General de la Universidad de Málaga y al Centro de Estudios Iberoamericanos y Transatlánticos por la invitación a participar en estas jornadas y reiteramos nuestro compromiso fiel con la defensa y divulgación de nuestro patrimonio artístico y cultural sonoro. La presencia de la música en estas jornadas celebradas con éxito en el Museo Picasso de Málaga es el punto de partida para futuras colaboraciones que no dudamos que llegarán.

Fuentes y bibliografía

Archivo Personal Cuarteto de Arpas de Málaga, www.arpasdemalaga.com

Atencia Molina, E. (1976): La restauración del antiguo Conservatorio de Música María Cristina de Málaga. Málaga: Editorial Confederación Española Cajas de Ahorros, p. 12.

Campo y del Campo, M. (1994): La música. Málaga: Publicaciones de la Galería Benedito.

Campo y del Campo, M. (2008): Notas al programa de mano Eduardo Ocón, 175 años de su nacimiento, 1833-1901. Málaga: Orquesta Filarmónica, concierto extraordinario.

Coronas Valle, Paula (2020): Manuel del Campo y del Campo: Historia viva de la música en Málaga. Fundación Málaga y Ateneo de Málaga.

Martín Tenllado, G. (1991): El nacionalismo musical. Málaga: Ediciones Seyer.

Ocón, F. (s. f.): Archivos familiares. Fundación Unicaja.

Sopeña, Federico (1988): Vida y obra de Manuel de Falla. Edición Turner.

Vergara, M. (septiembre de 2015): Notas críticas al disco Raíces, p. 2. Málaga.

Acceso a los vídeos de los conciertos:

Cuarteto de Arpas de Málaga.

Cuarteto de Arpas de Málaga.

Conferencia-concierto de Paula Coronas.

Conferencia-concierto de Paula Coronas.


1  Antonio José Cappa (1824-1886), compositor y director de orquesta malagueño.

2  El Cancionero de Upsala, también conocido como Cancionero del duque de Calabria o Cancionero de Venecia, es un libro que contiene villancicos españoles de la época renacentista.

3  El Gneisenau fue un buque de guerra de la Kriegsmarine alemana en la Segunda Guerra Mundial.

TSN nº13, 2022. ISSN: 2530-8521