Reseñas
TSN nº 12, julio-diciembre 2021. ISSN: 2530-8521
COMUNIDADES MBYÁ Y MAKÁ EN ITAPÚA
Estudio y acompañamiento a las comunidades indígenas
del departamento de Itapúa

Matías Denis
Universidad Autónoma de Encarnación (Paraguay)


EL YO SITIADO (DIARIO DE 2020)

Título: Comunidades mbyá y maká en Itapúa. Estudio y acompañamiento a las comunidades indígenas del departamento de Itapúa
Autoras: Erika Zuiderwyk y Nadia Czeraniuk
Editorial: Editorial Divesper
Año de edición: 2020
ISBN: 978-99967-998-4-63

El libro presenta dos secciones. La primera está referida a la investigación-acción realizada en las comunidades mbyá y maká del departamento de Itapúa por parte del Instituto Superior de Educación Divina Esperanza, que resulta la parte más resaltada en esta reseña. La segunda sección está compuesta de estudios sobre la realidad indígena a partir de trabajos de fin de grado (TFG) y tesis de maestría que complementan los aportes de la primera sección. También aparece una sección donde se da cuenta de las acciones realizadas a lo largo de los años por el Complejo Educativo Universidad Autónoma de Encarnación en la promoción y preservación de la cultura indígena.

Las comunidades indígenas, a pesar de estar reconocidas por la Constitución Nacional de Paraguay, son vistas como un estorbo para la sociedad, con inferioridad, como una subespecie del género humano. Por eso, en 1950 se cazaba a los indígenas. Sin embargo, dicha Constitución Nacional reconoce a las comunidades indígenas como grupos de cultura anteriores al Estado paraguayo como tal. Para llegar a este punto, en 1981 se creó el Estatuto de las Comunidades Indígenas, hito histórico en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas. Con la Constitución Nacional se consagraron los derechos y se llevó a cabo la Ley de Educación Indígena y la Ley de Salud Indígena.

La Unesco declaró el 2019 Año Internacional de las Lenguas Indígenas y la presidencia de la República del Paraguay invitó a realizar actividades para proteger y revitalizar las lenguas, que son una expresión clave de la cultura. Así, partiendo de la filosofía institucional del complejo UNAE, la trayectoria histórica y la comprensión de la situación en la actualidad, hubo un compromiso y un trabajo para, como institución educativa, aportar y ejemplificar cómo se puede actuar en favor de la interculturalidad como personas y como profesionales. De esta manera se gestó este libro.

Comunidades mbyá y maká en el departamento de Itapúa da cuenta de la realidad manifestada en siete comunidades: Pindó, Ñu Poty, Kambay, Pindo’i, Ko’eju, Loma Hovy y Maká. Están distribuidas en distintas zonas de Itapúa, algunas de ellas, como Maká y Pindó, cerca de núcleos urbanos, como Encarnación. De estas comunidades, se trata sobre: 1) estructura organizativa y liderazgo; 2) territorio; 3) sustento de vida; 4) educación; 5) viviendas; 6) forma de vida social.

En cuanto a la estructura organizativa, el liderazgo mayoritariamente es comunitario con una figura de cacique. En forma de ronda, llamada aty guasu, se eligen los líderes y se toman las decisiones para el bienestar de la comunidad. La voz de las personas ancianas, principalmente de los hombres, es tenida en cuenta a la hora de tomar las decisiones. Sin embargo, lo habitual es que los líderes sean jóvenes, los cuales van acompañados en algunas ocasiones de sus esposas, quienes asumen el cargo cuando el cacique no está; en algunos casos hay una especie de líder secundario.

Sobre el territorio, casi todas las comunidades tienen hectáreas en propiedad comunitaria, aunque la cantidad de terrenos es dispar. Hay comunidades que tienen disponibles tres hectáreas, mientras otras llegan a las quinientas o mil hectáreas. Todas las extensiones de tierra disponibles aluden a donaciones de la Entidad Binacional Yacyretá, que hizo la entrega tras las obras ejecutadas para la represa hidroeléctrica, y de entes municipales y religiosos. Hay casos en que se encuentran cerca de producciones agrícolas y, por ende, las comunidades están expuestas a agroquímicos, un tema que ha generado mucho debate.

En cuanto al sustento de vida, las comunidades indígenas generalmente se dedican a la artesanía con madera, a la cestería, la medicina tradicional y herboristería con el cultivo y recolección de «yuyos», con propiedades curativas. La comercialización de las artesanías se da en lugares urbanos y también en lugares reconocidos como reducciones jesuíticas, que fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco. En algunos casos también venden frutas de la «chacra», cultivan batata, maíz y mandioca o trabajan como jornaleros. Solo en una comunidad se manifiesta que los hombres trabajan en empresas fuera de la comunidad. Por lo general, los niños, niñas y adolescentes no participan en las actividades de comercialización, salvo en un caso concreto que se encuentran en situación de calle y acuden a la ciudad a vender productos y a buscar los recursos de los que no disponen en su comunidad. También hay una comunidad en la que la manutención está a cargo de la mujer, porque «hay muy pocos hombres».

Sobre educación, el texto explicita el acceso con escuelas en la comunidad, pero en otros casos hay que salir de la comunidad para acceder a la escuela. No da cuenta de cantidades en el acceso ni trayectorias, pero sí emergen aspectos como el uso de la lengua guaraní inicialmente, con una inmersión progresiva en el castellano. También un aspecto fundamental en la participación escolar es el acceso al almuerzo escolar a cargo de la Gobernación de Itapúa, aunque no en todos los casos disponen de kit escolar con materiales. Culturalmente, hay docentes indígenas que son funcionarios del Estado y hay participación activa en una comunidad por parte de un poeta y escritor, Brígido Bogado. Solo en una comunidad quien se encarga de la educación es una persona que está en preparación y solo en un caso manifiestan expresiones de desigualdad y racismo, pues consideran que se les desprecia al ir a una escuela pública que no es específica de la comunidad indígena y que ello potencia la pérdida de su cultura por la enseñanza del castellano.

Sobre las formas de vida y los idearios, las comunidades comparten espacios como el «área verde» para reuniones y ritos comunitarios. Las familias están compuestas por parejas monógamas y sus hijos, con el matrimonio concebido «de por vida», en que el padre de familia es la máxima autoridad. Las mujeres son comparadas con la tierra, razón por la cual se las cuida y protege. Al tener hijos e hijas, quedan al cuidado de la casa sin más responsabilidad. La mayoría de comunidades manifiestan tener una vida digna, con celulares, televisiones por cable y vehículos como motocicletas. Al respecto de las viviendas, en algunos casos son construidas por la Entidad Binacional Yacyretá a raíz de la intervención en el espacio con motivo de las obras por la represa hidroeléctrica de Yacyretá. En otros casos, las construcciones son variadas, de material cocido y madera, como también de ladrillo y techo de paja. Generalmente cuentan con luz, con baños, pero carecen de agua potable. Acceden a la salud en centros asistenciales públicos, aunque suelen usarlos en caso de enfermedad grave o nacimientos complicados. De lo contrario, usan sus propios remedios y en los partos aparece la figura de «parteras». Al nacer, los niños reciben un nombre nativo y un nombre «actual». El nacimiento es un acontecimiento espiritual y la comunidad ruega por la bendición del niño-niña y la madre. La muerte es considerada un dolor.

Con todo, el libro, como elemento clave en la difusión y preservación de la cultura, da lugar a que se conozca más sobre la cuestión indígena, a naturalizar la existencia y apuntar hacia la convivencia y la interculturalidad. Este material permite la vinculación de los procesos de enseñanza, aprendizaje e intervención en contextos con necesidades y vulnerables, de necesaria atención en la construcción de un Paraguay multiétnico y plurilingüe, pero también de un mundo intercultural, globalizado y diverso.

TSN nº12, julio-diciembre 2022. ISSN: 2530-8521