Teoría de la traducción: el pilar de la práctica traductora

Inma Mendoza García

Granada, Comares, 2019, 122 págs.

Juan Antonio Prieto Velasco

Profesor Titular de Universidad; Universidad Pablo de Olavide japrive@upo.es

Que la traducción es una actividad profesional eminentemente práctica es harto conocido y, en consecuencia, son abundantes las obras dedicadas a la práctica de la traducción en sus distintas modalidades. Sin embargo, la traducción es también cuestión de teoría y esta obra así lo atestigua desde el propio subtítulo: el pilar de la actividad traductora, pese a que desde la profesión y también desde la elaboración de los planes de estudio de los grados en Traducción e Interpretación de las universidades españolas se ha desdeñado en no pocas ocasiones el papel que desempeña la teoría en la adquisición de la competencia traductora.

Inma Mendoza es profesora en el Grado en Traducción e Interpretación en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla desde hace quince años, en los que, además de impartir asignaturas de traducción especializada, ha centrado gran parte de su docencia en asignaturas como Documentación aplicada a la traducción, Lingüística aplicada a la traducción o Fundamentos de la teoría de la traducción y la interpretación, materias básicas sobre las que los estudiantes pueden asentar sus conocimientos aplicados posteriormente. Con anterioridad a su etapa como docente, Inma Mendoza ha ejercido la traducción profesional tanto como autónoma como desde la codirección de una agencia de traducción. Entre sus principales líneas de investigación destacan la teoría de la traducción y la formación de traductores, de las que surge esta obra que recoge su visión acerca del papel que desempeñan los conceptos teóricos desarrollados a lo largo de la historia de la Traductología: «fomentar la reflexión crítica en torno a estos conceptos teóricos con objeto de contribuir al progreso del conocimiento científico en el ámbito de la traducción, mediante el desarrollo de un conjunto de herramientas metodológicas que se estiman particularmente útiles para el análisis de traducciones».

Esta obra supone un ejercicio de reflexión y aplicación a la actividad traductora de los conceptos teóricos más debatidos por la Traductología y cómo estos quedan implementados en el hábitat textual para su análisis, lo que permitirá a los lectores, en última instancia, reconocer los problemas de traducción y anticiparse a su resolución a través de la propuesta de las estrategias que, a la luz del encargo de traducción, se juzguen más adecuadas. Por esta razón, esta obra invita a reflexionar sobre la toma de las decisiones de traducción, que «no es un proceso meramente intuitivo y arbitrario sino un ejercicio reflexivo y consciente», por lo que cualquier lector interesado en la aplicación de «los conceptos que conforman el andamiaje teórico de la Traductología» encontrará en ella un trabajo útil con multitud de ejemplos amenos sobre el uso de las estrategias de traducción en distintos contextos y situaciones comunicativas para «mejorar la calidad de las traducciones producidas».

El volumen, con un eminente enfoque comunicativo, queda organizado en dos partes diferenciadas pero interrelacionadas y subdivididas en capítulos. Todos los capítulos de la primera parte tienen una estructura similar: una revisión teórica del concepto traductológico abordado a partir de una rigurosa selección de fuentes y una recapitulación reflexiva posterior. En la segunda parte del volumen, en cada capítulo se propone un conjunto de retos de traducción relacionados con las cuestiones teóricas previamente tratadas, que invitan al lector a interactuar con la propia obra de una manera crítica.

La primera parte la constituye un marco teórico que comienza con una breve introducción a la Traductología, en el capítulo 1, a modo de contextualización de la obra. Continúa con la descripción del proceso traductor y la importancia que dentro de este tiene el análisis pretraslativo, en el capítulo 2. Concretamente se describe el proceso trifásico de la traducción, se recalca la importancia de la fase de comprensión para evitar el error y se destaca la necesidad de incorporar un modelo de análisis previo a la transferencia que ayude a establecer una jerarquía de problemas (nivel léxico, terminológico, fonológico, morfológico, gramatical, fraseológico, pragmático, etc.). Entre los modelos de análisis concretos que se describen están los siete parámetros de textualidad de De Beaugrande y Dressler y, finalmente, el análisis funcionalista de Nord. El capítulo 3 se centra en comparar la traducción orientada al sistema origen y la traducción orientada al sistema de traducción a través de una revisión de conceptos como el de equivalencia, traducción literal u oblicua, traducción patente o encubierta, aceptabilidad y adecuación, el enfoque semántico o el comunicativo, el método extranjerizante o el domesticante y el skopos. En ese contexto, el capítulo 4 se detiene en analizar los conceptos de método, estrategia y técnica de traducción, así como en ejemplificarlos e ilustrarlos a través de trabajos de traductólogos como Franco y Hurtado y Molina. Por último, el capítulo 5 aborda el error de traducción, tanto de corte tradicional como de corte funcional, y su tipificación (errores relacionados con el texto origen, con el texto meta, los cometidos durante el proceso de traducción) y su relación con las inadecuaciones.

La segunda parte, de naturaleza aplicada, describe desde un punto de vista funcional diversos aspectos léxicos y culturales que suponen dificultades que se abordan desde una perspectiva contrastiva (capítulo 1) y las estrategias de traducción que resultan más adecuadas para solucionarlas (capítulos 2 a 6).

En concreto, se profundiza en el tratamiento de las unidades de peso, unidades de longitud y monedas (capítulo 2), con atención a las lenguas y culturas de los receptores del texto traducido y los sistemas de pesos y medidas usados en su contexto geográfico, las equivalencias entre el sistema imperial o universal, la conversión de divisas, etc.; las realidades culturales y nombres propios (capítulo 3), en especial las relacionadas con la gastronomía, el turismo y la política en textos periodísticos. El capítulo 4 sirve de recapitulación a los tres capítulos anteriores. En los capítulos 5 y 6 se hace hincapié en el encargo de traducción y la necesidad del análisis traductológico previo a la traducción con la finalidad de identificar y clasificar de elementos susceptibles de diferentes traducciones en función de los condicionantes pragmáticos descritos en el encargo. Para ello, se proponen dos encargos de traducción simulados de una misma receta gastronómica que persigue sendos análisis reflexivos sobre los aspectos traductológicos (unidades de medida, elementos léxico-semánticos, fraseológicos y sintácticos) más relevantes de las fases de comprensión y transferencia en cada una de las situaciones comunicativas, así como las estrategias de traducción que resultaría más adecuado emplear tanto en una como en otra.

Mendoza, con esta obra, hace una apuesta valiente por ensalzar el valor que la teoría de la traducción tiene tanto en el desarrollo de la competencia traductora como en el ejercicio profesional para hacer del proceso traductor una actividad consciente de toma de decisiones para la que resulta imprescindible tener en consideración y analizar los factores extratextuales e intratextuales que sirven para identificar el género y las características del texto de traducción, así como la situación comunicativa descrita en el encargo, de modo tal que ayude al lector-traductor a identificar qué condicionantes de índole sintáctica, semántica, pragmática o cultural afectan a la selección de las estrategias de traducción más adecuadas para cada reto de traducción y la evitación de errores derivados de una deficiente comprensión del texto origen.

La elección de las fuentes, los ejemplos propuestos, el afianzamiento de los conceptos traductológicos que sustentan la práctica traductora y el planteamiento reflexivo desde el que se presentan las recapitulaciones teóricas y los retos de traducción hacen de este volumen una lectura imprescindible para traductores profesionales, docentes o estudiantes de traducción que sientan la necesidad de revisar y analizar los principios traductológicos que se ponen de manifiesto durante el proceso traductor y que son reflejo de la competencia traductora adquirida, así como para investigadores que deseen conocer posibles herramientas metodológicas para el análisis de traducciones.