Una exploración de la traducción editorial en España. Entrevistas a profesionales de la edición y la traducción literaria

Marina Acién Martín
Juan Rojas García

Universidad de Granada

Un componente fundamental del mercado del libro es la traducción editorial, cuya profesionalización arraiga en el siglo XX. Aunque buena parte de los títulos más leídos son traducciones, el mercado del libro en España es tan singular que solo un pequeño porcentaje de los traductores editoriales asociados puede dedicarse por entero a la traducción de libros como actividad profesional. A este panorama se añade que, con frecuencia, los alumnos de los estudios en Traducción e Interpretación que desean adentrarse en el mercado de la traducción editorial desconocen la realidad de su funcionamiento. Para solventar esta carencia, los propios alumnos, como parte de un trabajo de campo, han entrevistado a dos editores y a siete profesionales de la traducción literaria. Las entrevistas que se presentan en este trabajo contribuyen no solo a conocer ciertos aspectos del mercado de la traducción editorial en España, sino también a aclarar algunas dudas de aquellos traductores que abrigan la intención de labrarse un futuro profesional en él.

palabras clave: traducción editorial, traducción literaria, mercado laboral, trabajo de campo, entrevistas.

An Exploration of Editorial Translation in Spain: interviews with publishing and literary translation professionals

A fundamental component of the book market is editorial translation, whose professionalization takes root in the 20th century. Although many of the most widely read titles are translations, the Spanish book market is so unique that only a small percentage of the associated editorial translators can devote themselves entirely to book translation as a professional activity. In addition, students of Translation and Interpreting studies who wish to enter the publishing translation market are often unaware of how it works. To solve this lack, the students themselves, as part of a fieldwork, have interviewed two editors and seven professionals of literary translation. The interviews presented in this work help not only to know certain aspects of the publishing translation market in Spain, but also to clarify some doubts of those translators who intend to carve out a career in it.

key words: publishing translation, literary translation, labour market, fieldwork, interviews.

recibido en junio de 2020 aceptado en septiembre de 2020

INTRODUCCIÓN

Un componente elemental del proceso editorial es, indudablemente, la traducción, sin la cual la difusión de la literatura universal no habría sido posible. La profesionalización de esta actividad surgió a raíz de la regulación de los derechos de autor en el siglo xx, cuando las editoriales comenzaron a contratar a traductores profesionales en lugar de a escritores para la transmisión de las obras extranjeras en España. Gracias a esto, los traductores de libros pudieron vivir de su profesión (Zaro, 2019: 47).

De hecho, según la edición más reciente de El sector del libro en España (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2018: 32-34), buena parte de los títulos más leídos actualmente son traducciones. Sin embargo, aunque la globalización ha traído consigo una necesidad constante de traducción, el mercado del libro es un área singular. A pesar de existir unos 3000 traductores editoriales asociados en España, solo un pequeño porcentaje de ellos se dedica por entero a la traducción de libros como actividad profesional. Una buena parte compagina esta actividad con otros tipos de traducción, como médica o técnica, mientras que otros la alternan con profesiones afines o alejadas de la traducción (Afi & ACE Traductores, 2017: 10-24).

Por otra parte, como ya señalaba Aguilar Río (2004: 10), no es seguro que todas las nuevas promociones de egresados en estudios de Traducción e Interpretación encuentren trabajo en este campo. El mercado se satura, la retribución media desciende cada año (Afi & ACE Traductores, 2017: 24), y la experiencia adquiere un valor incalculable en este oficio solitario y vocacional (Kalinowski, 2002). A este panorama se añade que, con frecuencia, los estudiantes que tienen la intención, y también la ilusión, de hacerse un hueco en el mercado de la traducción editorial desconocen la realidad de su funcionamiento; es necesario, por tanto, que cuenten con orientación profesional durante su preparación académica.

Con ese objetivo, siguiendo las recomendaciones de Calvo (2009), que sugiere que la forma de abordar la empleabilidad del estudiantado sea prospectiva, basada en el potencial del estudiante como agente social y centrada en su identidad, en la asignatura «La Profesión del Traductor e Intérprete», del Grado en Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada, durante el curso 2019/2020, los propios alumnos realizaron un estudio de campo en el que, tras hacer la correspondiente investigación teórica, entrevistaron a profesionales de distintas áreas de la traducción. Como resultado de tal actividad, este trabajo se centra en el ámbito de la traducción editorial, y presenta las entrevistas a dos editores y a siete profesionales de la traducción de libros. Con su experiencia y consejo, las entrevistas contribuyen no solo a conocer, de primera mano, ciertos aspectos del mercado de la traducción editorial en España, sino también a aclarar algunas dudas de aquellos traductores que abrigan la intención de labrarse un futuro profesional en él.

La siguiente sección de este trabajo desarrolla las entrevistas a los editores Cristina Miguel Caladia, directora del grupo editorial Plural Mayestático, dedicado, sobre todo, a la literatura de ciencia ficción; y Alberto Rodríguez Langa, editor de Dos Bigotes, que publica literatura especializada en temática LGTB y de género. A continuación, en otra sección se ofrecen las entrevistas a traductores literarios de reputado prestigio, a saber: Pilar Ramírez Tello, un referente en la traducción de ciencia ficción al español, ha traducido las conocidas sagas juveniles Los Juegos del Hambre y Divergente; Manuel de los Reyes García Campos, traductor especializado en literatura de fantasía, cuenta, entre su amplia bibliografía traducida, con obras de Brandon Sanderson, Isaac Asimov y Robin Hobb; Carla Bataller Estruch, traductora especializada en libros y subtitulación, ha traducido varias obras de la autora nigeriano estadounidense Nnedi Okorafor, y producciones audiovisuales como Fear Thy Neighbor o In Treatment; Sofía Barker Tejeda, traductora de textos médicos y de literatura de ciencia ficción para el grupo Plural Mayestático, ha traducido obras como Varney, el vampiro; Blanca Rodríguez Rodríguez, traductora en las editoriales RBA e Insólita; Arrate Hidalgo Sánchez, traductora de Las niñas salvajes, de Ursula K. Le Guin, autora destacada de la ciencia ficción moderna; y Puerto Barruetabeña Diez, traductora del tercer libro de la afamada trilogía Cincuenta sombras. Finalmente, este trabajo se cierra con las principales conclusiones que se extraen de las entrevistas.

2. ENTREVISTAS A PROFESIONALES DE LA EDICIÓN

2.1. Cristina Miguel Caladia, editora en el grupo Plural Mayestático, al que pertenecen sellos como Pulpture y Costas de Carcosa. Publica, sobre todo, literatura de ciencia ficción

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

Soy Cristina M. Caladia, directora editorial de Plural Mayestático S. L., aunque estudié la licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid.

¿Qué géneros literarios en lengua extranjera traducís para publicarlos en español? ¿Y quién o quiénes toman la decisión?

Los sellos predominantes, Pulpture y Costas de Carcosa, están dedicados a la publicación de género, esto es, terror, ciencia ficción y fantasía en todas sus variantes. Costas de Carcosa está especializado en la traducción de relatos y colecciones de lo que se consideraba «pulp» en la época dorada, cuando las revistas literarias estaban en pleno auge (antes de los cómics) y el público las consumía como forma de evasión y entretenimiento. En Pulpture, en cambio, se publican traducciones contemporáneas de autoras de género. La colección Almaya se centra en textos más particulares, inéditos en nuestro país, como El espectro del abad (novelita de fantasmas de la autora de Mujercitas, Louisa May Alcott) o del género penny dreadful (por ejemplo, Varney, el vampiro; Sweeney Todd, entre otros títulos).

La decisión sobre lo que se publica la tomamos mi compañero Jorge Plana y yo misma. Tenemos en cuenta diferentes aspectos según el sello o la colección, pero siempre son libros que nos apetece leer a nosotros.

Cuando llega a la editorial una obra literaria en lengua extranjera, ¿qué criterios se aplican para decidir si se va a traducir al español para su posterior publicación?

No llega así, como por arte de magia. En la colección Almaya, por ejemplo, el último título que acabamos de publicar, Cuentos de la muerte de Arturo y el Mabinogion, nos lo presentó la propia traductora, Carmen Romero Lorenzo1. Ella había estado investigando sobre los mitos artúricos y había encontrado que la autora Beatrice Clay no estaba traducida al castellano. Ella nos conocía. Ya había trabajado con nosotros como autora, no como traductora, y nos presentó el proyecto. Tras leer el primer capítulo, valoramos que tenía interés porque eran cuentos de caballería sobre la figura de Arturo. Negociamos con ella asuntos más técnicos del contrato y le dimos el visto bueno para que lo tradujera entero.

Las traducciones contemporáneas, por ejemplo, las lleva Sofia Barker2. Ella está muy pendiente de lo que se publica en EE. UU. y el Reino Unido en relato (las nominaciones, los premios, etc.). Nos hace un primer filtro de títulos que a ella le han gustado, y nosotros, luego, decidimos qué publicar de todo lo que nos presenta. Entonces, se pone a traducir. En su caso, no solo decidimos los títulos, decidimos también el enfoque. Por ejemplo, Agua en los pulmones contiene tres novelas cortas y las tres tienen un nexo de unión, el agua, el elemento principal donde sucede el terror. A la hora de plantear una antología, para nosotros es importante que tenga algún hilo conductor, que se decide al principio de todo. Obviamente, se tiene memoria y, si algún relato o novela corta no encaja con la temática de la antología planteada, se guarda para más adelante.

Una vez decidido que una obra literaria extranjera va a traducirse al español, ¿la editorial tiene su propia plantilla de traductores o contactáis con profesionales externos a la editorial?

Solemos tener plantilla fija, que consta de tres traductores: Sofía Barker, para la línea contemporánea; Diego Fernández Villaverde, para los penny dreadful (por ejemplo, Varney, el vampiro); y Javier Jiménez Barco, para el sello Costas de Carcosa. Tanto mi compañero Jorge Plana como yo hemos traducido cosillas para aligerar la carga de trabajo en algún título. Pero, si viene alguien como Carmen Romero y nos presenta un proyecto con una muestra de traducción, nosotros estamos encantados de encargárselo a esa persona una vez acordados todos los detalles.

¿Cómo se produce ese contacto y qué requisitos deben cumplir los traductores literarios seleccionados?

Tanto con los traductores como con los escritores, tiene que haber una comunicación directa. Es importante tener confianza a la hora de debatir las correcciones de estilo, por ejemplo. Con la experiencia que he ganado con los años, te puedo decir que un buen traductor no solo es curioso y busca el detalle terminológico que mejor se adapta al periodo y al estilo en los que está escrito el original, también maneja el castellano a la perfección. Y para eso, hay que leer mucho, no solo escribir. Nos hemos encontrado con perfiles que solo leen en inglés, y los fallos en las construcción de frases en español son palpables, porque las construcciones anglosajonas son diferentes a las castellanas. Necesitas un buen dominio del español para que te salga, con soltura y sin esfuerzo, la reformulación literaria.

Desde que una obra literaria en lengua extranjera llega a la editorial hasta que se publica en español, ¿cuáles son las fases de todo el proceso que sigue?

Tanto si es una obra contemporánea o antigua, lo primero es una lectura del traductor. Una vez hecha, nos presenta el texto original. Si el traductor es de nuestra confianza, después de escuchar su criterio, decidimos emprender el proyecto o no. Si no conocemos al autor o al traductor, alguien de nuestro equipo realiza también una lectura preliminar para valorar si el texto tiene interés y encaja en nuestra línea editorial. Cuando el proyecto se aprueba, hablamos con el traductor. Con el calendario en la mano, establecemos fechas estimadas para la entrega de la traducción y de la publicación. Luego, se firma el contrato con el traductor, que se compromete a entregar la traducción en la fecha indicada y a cumplir con los asuntos técnicos pactados. Si la traducción es de una obra contemporánea, nos ponemos en contacto con el agente o la autora, y planteamos con ellos las cuestiones técnicas; luego, se acordaría la traducción de la obra.

Cuando el traductor o traductora nos entrega el texto, generalmente yo hago una primera corrección, comparándolo con el original. Esto es así porque, por mucho que se revise, pueden faltar líneas o párrafos que no se han traducido. Buscamos que el texto mantenga siempre la esencia del original y, para poder valorar esto y llegar a un producto satisfactorio, debemos tener el original delante; somos humanos y todos cometemos errores. Si realizamos reformulaciones de frases y reescrituras de estilo en el texto traducido, se le devuelve al traductor para que opine si está de acuerdo con las correcciones. Posteriormente, Jorge Plana emprende una corrección ortotipográfica, que supondría una segunda corrección del texto. Una vez corregido, se pasa a la maquetación, a las tripas del libro. Una vez terminada, cuando se puede sacar el PDF (lo que equivaldría a las galeradas de entonces), otra persona o colaborador se lo lee para localizar errores de maquetación, palabras juntas u otros fallos que se hayan podido colar. Cuando resolvemos los fallos que nos han notificado, lo volvemos a revisar y lo mandamos a imprenta.

A lo comentado anteriormente puedo añadir que, en el caso de traducciones contemporáneas, cuando el libro está en imprenta, nos ponemos en contacto con el agente o con la propia autora para notificárselo. El contacto se repite cuando nos llegan los ejemplares y le hacemos el envío de cortesía. Para obras antiguas, el contacto se produce con el traductor o la traductora.

En promedio, ¿qué plazo de tiempo ofrecéis a los traductores de una obra literaria?

Depende mucho. Por ejemplo, Carmen Romero Lorenzo me escribió en abril de 2019 con una sugerencia de traducción para la colección Almaya. Puesto que esta colección es más calmada, le dije que podríamos publicarlo para octubre de ese año, y lo cumplimos. Ella tuvo tres meses para traducir. Me entregó el texto a mediados de julio y nosotros nos pusimos a trabajar en cuanto pudimos. Pero no siempre es así. Tenemos un libro pendiente, contemporáneo, de un autor canadiense que lleva dos años esperando por cuestiones ajenas y propias.

Puesto que nos movemos mucho en ferias literarias, cuando está prevista una traducción, intentamos cuadrar su publicación para aprovechar el impacto de la novedad en una feria determinada. Así que, contestando a tu pregunta, puede variar entre cuatro meses y dos años.

¿Hay algo que se haya quedado en el tintero y creas que los estudiantes de traducción, con sus aspiraciones puestas en el mundo editorial, deberían saber?

Te animo a que tengas una actitud proactiva. Si sigues a un autor o autora y ves que su obra no está publicada, escribe a puerta fría a las editoriales y preséntales el proyecto. Como editora, te confirmo que el día a día es absorbente, y no nos da tiempo a hacer arqueología literaria, a trabajar buscando autores y textos completamente nuevos. Que nos los presenten es un soplo de aire fresco. Puede que muchas editoriales te digan que no, porque son estrictas con sus calendarios, y eso las vuelve herméticas; o que ni siquiera te contesten. Pero te aseguro que es la mejor forma de entrar en una editorial, mucho más que con el simple currículo y el típico mensaje: «Contad conmigo cuando necesitéis traducir algo».

Seguramente, todas las editoriales tengan su propio colchón de traductores, porque siempre es más fácil trabajar con alguien con el que ya lo has hecho que con alguien nuevo. Para ti, que quieres dedicarte a la traducción editorial, supone «solo» dedicar tiempo a traducir dos mil o tres mil palabras como muestra, y a elaborar una sinopsis para presentar el proyecto a una editorial. También te digo que menos es más: los mails eternos de alguien nuevo dan pereza. Siempre es mejor que el primer contacto sea conciso y directo.

Me ha extrañado que no preguntes por la remuneración. El sector del libro es de los peores que hay en cultura, porque la distribuidora, para vender tus libros a las tiendas, se lleva un 50-60%; el autor, un 10%; y la editorial se queda con un 30% para sacar beneficio de la publicación, y ya te digo que es una miseria. Nosotros ofrecemos adelantos en concepto de derechos de autor cuando las traducciones son de textos antiguos. Esto es una regla de tres: el precio al que vamos a poner el libro, por los ejemplares de la primera tirada (100-200), por el 10%, que también es una miseria comparado con lo que daría en matrices.

Supongo que una empresa técnica que contrata a alguien para traducir prospectos de medicamentos sí se puede regir por matrices. Pero, cuando hablamos de literatura, nosotros solo podemos ofrecer el porcentaje de derechos de autor porque no hay margen. Me parece importante remarcarlo, porque hay opacidad a la hora de hablar de los porcentajes y del dinero de los libros, y los grandes grupos no se muestran favorables a desempañar la cuestión. Nosotros no nos hemos metido en esto para engañar a nadie y enriquecernos a su costa. Siempre, detrás de cualquier editor o editora, hay una figura romántica, porque, al fin y al cabo, es un tipo de arte.

2.2. Alberto Rodríguez Langa, editor de Dos Bigotes, editorial con sede en Madrid que publica literatura especializada en temática LGTB y de género

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

Alberto Rodríguez Langa. Licenciado en Periodismo. Editor en Dos Bigotes.

¿Qué géneros literarios en lengua extranjera traducís para publicarlos en español? ¿Y quién o quiénes toman la decisión?

En Dos Bigotes hemos traducido narrativa de ficción (cuentos y novelas), ensayo, teatro y novela gráfica.

La decisión la tomamos los dos editores de Dos Bigotes, Gonzalo Izquierdo Torres y yo.

Cuando llega a la editorial una obra literaria en lengua extranjera, ¿qué criterios se aplican para decidir si se va a traducir al español para su posterior publicación?

En nuestro caso, el primer criterio tiene que ver con la temática. Al ser una editorial especializada en LGTBI, únicamente publicamos aquellas obras que visibilicen o den voz de algún modo a personajes del colectivo.

El siguiente sería la calidad literaria, ya que publicamos aquello que, desde nuestro punto de vista, se ajuste a este criterio.

Un tercer criterio sería la viabilidad económica del proyecto: número de páginas de la obra, coste de la traducción, cuánto podría suponer la adquisición de los derechos de autor, qué precio tendría la impresión del libro, si hay algún tipo de ayuda a la traducción o a la edición, etc.

Un cuarto criterio sería la posible difusión y promoción del libro: si trata un tema que podamos «vender» a los medios de comunicación, si el autor o autora está disponible para entrevistas, etc.

¿Cómo se produce el contacto con los traductores? ¿Qué requisitos deben cumplir los traductores literarios seleccionados?

El contacto con los traductores externos se produce a través de varias vías. En estos cinco años y medio que llevamos con la editorial, hemos tenido la oportunidad de asistir a multitud de encuentros, jornadas, congresos, ferias y demás eventos relacionados con la literatura. En ellos hemos podido conocer a distintos traductores, con los que hemos iniciado una comunicación. También recibimos muchas propuestas de traductores a través del correo electrónico de la editorial. Y algunos autores que hemos publicado también se dedican a la traducción de textos literarios.

Los criterios fundamentales que esperamos de un traductor son: pasión por la literatura y por la obra que va a traducir; que domine el idioma del que va a traducir; que, de algún modo, esté interesado o implicado en la diversidad del colectivo LGTBIQ; y que tenga total confianza en nosotros siempre que necesite consultar dudas, hablar de tarifas o de plazos de traducción.

Desde que una obra literaria en lengua extranjera llega a la editorial hasta que se publica en español, ¿cuáles son las fases de todo el proceso que sigue?

Cuando decidimos que una obra en lengua extranjera encaja con el catálogo de Dos Bigotes, la primera fase sería la adquisición de los derechos de autor. En este caso, investigamos quién posee los derechos (si el propio autor, la editorial original o una agencia literaria), preguntamos si están disponibles en español, negociamos los términos del contrato y lo firmamos (lo habitual es que se pague el anticipo al autor en el momento de la firma del contrato).

En paralelo, buscamos a un traductor para la obra –si es que alguno no nos ha ofrecido ya sus servicios previamente–, le presentamos la obra, le preguntamos acerca de sus tarifas, sus plazos y su disponibilidad. Si todo cuadra, procedemos a la firma del contrato.

También pedimos un presupuesto a la imprenta con la que trabajamos; para ello, indicamos el número aproximado de páginas que tendrá el libro y la cantidad de ejemplares que deseamos imprimir.

Una vez recibida la traducción, pasamos a la fase de corrección, que elaboramos nosotros mismos. Consultamos con el traductor cualquier duda que vaya surgiendo por el camino y le devolvemos la traducción para que apruebe nuestras sugerencias.

Cuando tenemos la traducción definitiva, el traductor nos envía su factura. Maquetamos el libro, enviamos el archivo a la imprenta y, después, leemos los ferros que nos envía la imprenta para corregir posibles erratas o fallos de maquetación.

Cuando tenemos lista la maqueta definitiva, la enviamos a la imprenta, que tarda unas dos semanas en producir el libro. Por último, los ejemplares llegan al almacén de la distribuidora, que dispone de diez días para presentar, comercializar y distribuir la obra en las librerías.

En promedio, ¿qué plazo de tiempo ofrecéis a los traductores de una obra literaria?

Depende de la obra (del número de palabras, de la «urgencia» o no por publicarla) y de la disponibilidad del traductor. Pero, normalmente, los plazos pueden rondar los cuatro meses. Eso sí, somos bastante flexibles y dependemos de la flexibilidad de cada traductor.

¿Hay algo que se haya quedado en el tintero y que creas que los estudiantes de traducción, con sus aspiraciones puestas en el mercado editorial, deberían saber?

Creemos que nada más. Lo único que añadiríamos sería que el traductor que desee comenzar en el mundo literario debería conocer bien la editorial a la que se dirige para presentarle su propuesta; debería familiarizarse con su catálogo y estar más o menos convencido de que la obra les puede encajar.

3. ENTREVISTAS A PROFESIONALES DE LA TRADUCCIÓN LITERARIA

3.1. Pilar Ramírez Tello es un referente en la traducción de ciencia ficción al español. Ha traducido, entre otras muchas obras, las conocidas sagas juveniles Los Juegos del Hambre y Divergente

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

Pilar Ramírez Tello. Licenciatura en Traducción e Interpretación (Universidad de Granada). Máster en Literatura Comparada y Traducción (SUNY-Binghamton, Nueva York, EE. UU.). Traductora autónoma.

¿Con qué lenguas trabajas?

Trabajo del inglés al español.

¿Cómo comenzó tu carrera dentro de la traducción literaria?

Como era lo que más me interesaba desde el principio, empecé por hacer el máster de esa especialidad en EE. UU. Después, volví a España y empecé a enviar currículos a agencias de traducción y editoriales. Trabajé unos meses en una agencia de Granada, pero, más tarde, me mudé a Madrid por temas personales. Allí trabajé en los departamentos de traducción de un par de empresas antes de que me llamara, para traducir mi primer libro, una de las editoriales a las que había enviado el currículo.

¿Te mantienes solo de la traducción literaria? En caso de que no, ¿con qué lo compaginas? ¿Traduces otros tipos de textos o trabajas en un ámbito distinto a la traducción?

Ahora mismo, el 95% de mi facturación es de traducción editorial. Es bastante difícil compaginar las dos cosas cuando empieza a llegarte mucho trabajo. Al principio, traducía un 50% de textos especializados (ingeniería, sobre todo) y un 50% de editorial; pero, al final, siempre gana el ámbito al que le das prioridad. Cuantos más clientes o trabajos rechazas de una especialidad, menos te llega, claro.

¿Qué géneros literarios traduces?

Lo que más traduzco es literatura juvenil, terror, fantasía y ciencia ficción; aunque toco todos los géneros que haga falta. He traducido divulgación (muy poca), thriller, infantil, romántica, etc.

¿Qué géneros literarios traduces con mayor frecuencia?

Pues, como decía, juvenil, terror, fantasía y ciencia ficción. Lo que más, juvenil.

¿Qué le recomendarías a alguien que quiere iniciar su carrera profesional dentro de la traducción literaria?

Esta pregunta es recurrente y muy difícil de responder. En primer lugar, que se forme muy bien en su lengua meta. De hecho, recomiendo hacer algún curso de corrección, que siempre viene bien para descubrir esas lagunas que todos tenemos sin ser conscientes de ellas.

También hay que informarse bien del terreno en el que te metes. En el caso de las editoriales, hay que asesorarse a través de asociaciones (por ejemplo, ACE Traductores, Asetrad) sobre contratos y cuestiones relacionadas. Es interesante asociarse para entrar en contacto con otros traductores, saber las editoriales que son de fiar y las que no. Otra idea es asistir a congresos de traducción, sobre todo los que tengan que ver con traducción literaria, como el Polisemo, y también unirse a quedadas de traductores y encuentros de todo tipo, incluso virtuales. Nunca se conoce a suficientes colegas.

Resulta útil analizar qué puedes ofrecerle a una editorial. Por ejemplo, ¿eres aficionada al ciclismo y conoces muy bien ese campo? ¿Has estudiado alguna otra carrera o incluso asignaturas sueltas de alguna especialidad (medicina, biología, ingeniería, sociología, etc.)? ¿Haces punto, ganchillo, macramé, alfarería? Porque no hay que obcecarse con entrar en la traducción editorial a través de la traducción literaria. A veces, el camino se encuentra a través de la divulgación. Y, por supuesto, realizar una labor de investigación a fondo para descubrir editoriales, averiguar qué tipo de textos publican, si se limitan a autores españoles o también trabajan traducciones, etcétera.

3.2. Manuel de los Reyes García Campos es un traductor especializado en literatura de fantasía que cuenta, entre su amplia bibliografía traducida, con obras de Brandon Sanderson, Isaac Asimov y Robin Hobb

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

Mi nombre completo es Manuel de los Reyes García Campos. Soy licenciado en Traducción e Interpretación por la Universidad de Salamanca (1996-2000) y me dedico en exclusiva a la traducción literaria desde que cursaba el último año de la carrera. Pronto hará 20 años.

¿Con qué lenguas trabajas?

Del inglés al español, exclusivamente.

¿Cómo comenzó tu carrera dentro de la traducción literaria?

Decidí estudiar Traducción e Interpretación porque me pareció que aunaba dos de mis grandes aficiones: leer y escribir. Siempre he sido aficionado a la fantasía en todas sus vertientes, de modo que, antes de terminar la carrera, me animé a enviarle mi (por aquel entonces inexistente) currículo a una de las editoriales cuyo catálogo más coincidía con mis intereses. Para mi sorpresa, respondieron enseguida, me enviaron una prueba, les gustó… y hasta hoy.

Durante los primeros cinco años de mi andadura profesional, aproximadamente, traduje varios tipos de textos (turísticos, periodísticos, publicidad o videojuegos). Pero hace ya mucho tiempo que me dedico, en exclusiva, a la traducción de narrativa, principalmente fantasía, ciencia ficción y terror.

¿Te mantienes solo de la traducción literaria? En caso de que no, ¿con qué lo compaginas? ¿Traduces otros tipos de textos o trabajas en un ámbito distinto a la traducción?

Solo de la traducción literaria. Con el paso del tiempo, he conseguido mi objetivo de diversificar y consolidar mi cartera de clientes, por lo que colaboro habitualmente con distintas editoriales y, entre unas y otras, se las apañan para mantenerme ocupado un año tras otro.

¿Qué géneros literarios traduces?

Todo tipo de narrativa.

¿Qué géneros literarios traduces con mayor frecuencia?

Fantasía, ciencia ficción y terror. No en exclusiva (también histórica, negra o romántica), pero casi. También fue algo que busqué desde el principio: especializarme en género fantástico. Y, desde hace tiempo, se ha convertido en una de mis señas de identidad, profesionalmente hablando. Varias editoriales se han puesto en contacto conmigo directamente, atraídas por esta faceta de mi perfil profesional.

¿Qué le recomendarías a alguien que quiere iniciar su carrera profesional dentro de la traducción literaria?

En primer lugar, que no desespere si le cuesta encontrar ese trabajo soñado. El mercado editorial no atraviesa sus mejores momentos, y resulta cada vez más complicado acceder a él. Pero eso no significa que sea imposible.

Y luego, tres cosas. Presencia. Experiencia. Contactos.

Presencia, tanto en el plano formal (desde el nombre que aparece en tu dirección de email cuando envías un correo a tu perfil de LinkedIn, web personal, CV propiamente dicho, etc.), como en el «informal». A lo largo del año se celebran numerosos encuentros, tanto de índole profesional (ferias del libro, convenciones, presentaciones editoriales, etc.) como más distendidas («traducafés», tertulias, etc.), y creo que muchos compañeros subestiman el poder del «ver y que te vean». Nuestro trabajo suele obligarnos a pasar muchas horas entre cuatro paredes, pero, incluso un perfil de Twitter o un blog llevados en condiciones, pueden servirnos para aumentar nuestra presencia en la esfera «traductoril» y volvernos más visibles de cara a futuros clientes.

Experiencia. Incluso antes de haber realizado nuestro primer encargo, conviene ser conscientes de que, quizá, sepamos ya mucho más sobre algún tema que otros profesionales con años de veteranía. Todos tenemos una pasión, un hobby, una actividad a la que estemos dedicándole horas «por diversión» y, sin darnos cuenta, esa podría ser nuestra mejor baza para meter un pie en el mercado. Ya sea el ciclismo, la jardinería, el arte prerrománico o los peces de colores. Se escribe sobre todo, y todo lo escrito es susceptible de ser traducido. No hay que dudar en buscar posibles clientes relacionados con nuestras aficiones.

Como tampoco hay que dudar en aceptar aquellos encargos que, en teoría, nada tengan que ver con nuestro interés personal: si uno quiere traducir a un autor determinado y se dedica a rechazar encargos, esperando a que ese autor le caiga en las manos, las oportunidades de que esto ocurra disminuyen. Encargo a encargo, pertenezcan al ámbito que sea, se va construyendo un CV multidisciplinarmente atractivo.

Contactos. En España contamos con varias asociaciones profesionales (ACE Traductores, Asetrad, APTIC, etc.), todas ellas con sus respectivas listas de correo, encuentros anuales y actividades periódicas repartidas por toda la geografía nacional. Merece la pena asociarse y establecer contacto con otros compañeros (ya sea en las redes sociales, en persona o, simplemente, por email) para disponer de un tejido de información gracias al que saber si la editorial X paga o no paga, si en la editorial Y están buscando colaboradores en un momento determinado… Cosas así. No por trillado se puede considerar menos cierto: la información es poder, y una buena red de contactos es la mejor manera de acceder a ella.

¿Añadirías algo que no se haya mencionado y que consideres que los estudiantes de traducción deban saber antes de asomarse al mercado editorial?

El mundo de la traducción literaria es cerrado, pero no inaccesible. Y cuesta vivir solo de ella, pero no es imposible. Habrá ocasiones en las que uno desee tirar la toalla, pero todo es cuestión de agacharse, recogerla y seguir adelante. Pocas actividades profesionales son igual de gratificantes.

3.3. Carla Bataller Estruch es una traductora especializada en libros y subtitulación. Entre sus traducciones se cuentan varias obras de la autora nigeriano-estadounidense Nnedi Okorafor, y producciones audiovisuales como Fear Thy Neighbor o In Treatment

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

Carla Bataller Estruch. Grado en Traducción y Mediación Interlingüística por la Universitat de València. Máster en Traducción para el Mundo Editorial por la Universidad de Málaga. Máster en Traducción Audiovisual por el ISTRAD y la Universidad de Cádiz. Traductora autónoma especializada en el sector audiovisual y literario.

¿Con qué lenguas trabajas?

Traduzco del inglés, el español y el catalán hacia el catalán y el español.

¿Cómo comenzó tu carrera dentro de la traducción literaria?

Empecé cursando unas prácticas curriculares con la editorial Dos Bigotes. Luego, me puse a enviar propuestas de traducción a varias editoriales. Tras dos años esperando una oportunidad, esta se presentó en forma de correo: una editorial recién fundada buscaba a una traductora para su primer título, Binti, de Nnedi Okorafor.

¿Te mantienes solo de la traducción literaria? En caso de que no, ¿con qué lo compaginas? ¿Traduces otros tipos de textos o trabajas en un ámbito distinto a la traducción?

No, compagino la traducción literaria con la traducción audiovisual y la traducción general. También soy revisora de subtítulos y lingüista para À Punt Mèdia.

¿Qué géneros literarios traduces?

El que me pongan delante. He traducido más obras de fantasía y ciencia ficción, por ejemplo; pero también he traducido una obra de terror y otra clásica y pronto me iniciaré en la traducción de ensayos.

¿Qué géneros literarios traduces con mayor frecuencia?

Fantasía y ciencia ficción. Como soy una aficionada del género fantástico, conocía los entresijos del mundillo.

¿Qué le recomendarías a alguien que quiere iniciar su carrera profesional dentro de la traducción literaria?

Mi recomendación es siempre doble. Por una parte, que tenga paciencia, pues es complicado encontrar trabajo de la noche a la mañana. Y, por otra, que se busque una actividad complementaria que le ayude a pagar las facturas a fin de mes, ya sea dentro del campo de la traducción o de lo que sea, la verdad.

¿Añadirías algo que no se haya mencionado y que consideres que los estudiantes de traducción deban saber antes de asomarse al mercado editorial?

Daría un par de recomendaciones, no solo para quien quiera trabajar en la traducción literaria, sino en general: leed mucho y variado, en todos los idiomas que conozcáis. Aprended de todo y tened curiosidad.

3.4. Sofía Barker Tejeda es una traductora profesional tanto de textos médicos como de literatura de ciencia ficción. Colabora con el grupo Plural Mayestático, para el que ha traducido obras como Varney, el vampiro

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

Sofía A. Barker Tejeda. Licenciada en Medicina. Traductora médica y literaria.

¿Con qué lenguas trabajas?

Del inglés al español, principalmente. Y del español al inglés, ocasionalmente.

¿Cómo comenzó tu carrera dentro de la traducción literaria?

A través de los editores de Pulpture, que eran amigos y apoyaron mi proyecto de traducir autoras de fantástico al español.

¿Te mantienes solo de la traducción literaria? En caso de que no, ¿con qué lo compaginas? ¿Traduces otros tipos de textos o trabajas en un ámbito distinto a la traducción?

No, mi fuente principal de ingresos es la traducción médica. Hasta hace un par de meses también trabajaba de profesora de inglés, pero lo dejé porque era más rentable la traducción médica. Me compensaba más el tiempo de trabajo en esa especialidad que el tiempo de trabajo como profesora.

¿Qué géneros literarios traduces?

Novela y relato corto de fantasía, ciencia ficción y terror.

¿Qué géneros literarios traduces con mayor frecuencia?

Relato corto de terror.

¿Qué le recomendarías a alguien que quiere iniciar su carrera profesional dentro de la traducción literaria?

Que lea mucho y se mantenga al tanto del mercado editorial del idioma del que va a traducir, así como del mercado español. Por ejemplo, que conozca las distintas editoriales y su catálogo/línea editorial.

Que preste atención a los informes de lectura. Si no cuenta con contactos dentro del sector, tendría que enviar emails a las editoriales con informes de lectura de los libros que puedan resultarles interesantes.

Que vaya a presentaciones de libros y a ferias editoriales para conocer a editores y escritores para hacer contactos.

Que tenga paciencia y sea consciente de que se puede trabajar en diferentes especialidades de traducción. Esta, tal vez, sea la manera más inteligente de proceder a nivel económico.

¿Añadirías algo que no se haya mencionado y que consideres que los estudiantes de traducción deban saber antes de asomarse al mercado editorial?

Según mi experiencia, como en todas las especialidades, es necesario moverse mucho y hacer muchos contactos para que la gente sepa que existes; no solo en España, sino también en los países de origen de los textos.

Paciencia, paciencia, paciencia y trabajo de exposición. Y asociarse, o mantener el contacto con otros traductores para no quemarse o frustrarse.

3.5. Blanca Rodríguez Rodríguez, traductora que trabajó durante años con textos de distintas temáticas antes de entrar al mercado editorial con cierto empeño y esfuerzo. Ha traducido para editoriales como RBA e Insólita

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

Blanca Rodríguez Rodríguez. Estudié Traducción e Interpretación en la Universidad de Vigo, pero no llegué a licenciarme. Traductora autónoma desde 2001.

¿Con qué lenguas trabajas?

Mis lenguas de partida son inglés, portugués, catalán, gallego y castellano; y las de llegada, el castellano y el gallego. Sin embargo, desde que me dedico en exclusiva a la traducción literaria, solo he trabajado del inglés y el catalán al castellano.

¿Cómo comenzó tu carrera dentro de la traducción literaria?

Fue una decisión consciente. Cuando estaba en la universidad, me dijeron que no se podía vivir de la traducción literaria, y ni siquiera lo cuestioné. Me lancé a hacer textos técnicos porque creía que era la única forma de ganarme la vida, pero yo no les gustaba a ellos ni ellos a mí. Creo que precisamente lo que me hace una traductora literaria más o menos digna es lo que me hacía una traductora técnica del montón: mi necesidad de ser creativa. La técnica te encorseta muchísimo y me moría de aburrimiento.

Llevaba once años en la profesión cuando, un día, me llamaron al móvil, y me puse a llorar al ver en la pantalla el número de una agencia con la que trabajaba en un proyecto odioso, pero «alimenticio». Me dije: «Blanca, tienes 35 años, te quedan otros tantos como mínimo de vida laboral y ya odias lo que haces. Si pasas hambre, mejor para ti, pero tienes que intentarlo». Así que lo intenté. Al principio fue duro, porque el mundo de la traducción técnica y la literaria son compartimentos estancos. No tenía ningún contacto, no sabía cómo «entrarles» a las editoriales. Por suerte, algunos compañeros y amigos me echaron un cable, me recomendaron a alguna editorial, me pasaron algún encargo y así arranqué. Lo cierto es que es una profesión muy solidaria, al menos en mi experiencia. Mucha gente está ahí cuando necesitas ayuda.

¿Te mantienes solo de la traducción literaria? En caso de que no, ¿con qué lo compaginas? ¿Traduces otros tipos de textos o trabajas en un ámbito distinto a la traducción?

En general, sí. También dirijo el club de lectura de la biblioteca municipal, pero esos ingresos son mínimos; lo hago más porque es bonito que por el dinero que me reporta. A veces, acepto algún trabajo de traducción técnica o general si no hay mucho de literaria.

¿Qué géneros literarios traduces?

Lo que me echen, menos poesía. Eso no lo toco ni con un palo, me da terror. Algunos géneros, como el cómico o la literatura infantil, no los he trabajado nunca, pero porque no han surgido, no porque no esté dispuesta.

¿Qué géneros literarios traduces con mayor frecuencia?

Género fantástico y no ficción (ensayo, biografías, historias reales, etc.).

¿Qué le recomendarías a alguien que quiere iniciar su carrera profesional dentro de la traducción literaria?

Que se atreva, que se lance, que no se desanime. Cuesta entrar, pero se puede. Que viva la profesión y el amor por los libros.

Que se relacione con quienes formamos este mundillo. La mayoría de los encargos y los contactos llegan de las compañeras y, si no saben que existes, no se van a acordar de ti cuando les pidan una recomendación.

Que lea mucho, pero supongo que ya lo hará. Y, muy importante, que lea traducciones. Se aprende mucho del trabajo de las demás.

¡Ah! Y que valore su trabajo, que no lo malvenda.

¿Añadirías algo que no se haya mencionado y que consideres que los estudiantes de traducción deban saber antes de asomarse al mercado editorial?

No hay que olvidar que el trabajo de una traductora autónoma no es solo traducir. Actualizar el currículo o la web, cuidar la presencia en redes sociales, buscar clientes, enviar currículos y hacer propuestas a editoriales son cosas que llevan tiempo y no producen dinero directamente, pero hay que hacerlas si quieres tener un flujo constante de trabajo. Además, todo esto último da igual si no trabajas bien y no entregas a tiempo. En esta profesión, nuestro currículo es nuestro trabajo, y el de los traductores literarios es público y notorio. Cualquiera puede ver si has entregado una buena traducción o una porquería llena de calcos y erratas.

3.6. Arrate Hidalgo Sánchez, traductora bilbaína afincada en Londres. Ha trabajado para grupos como Amazon Publishing y editoriales indie como Baphala. Entre sus trabajos más notables se cuenta la traducción de Las niñas salvajes, de Ursula K. Le Guin, autora de referencia de la ciencia ficción moderna

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

Arrate Hidalgo Sánchez. Licenciatura en Filología Inglesa y Máster en Literatura Inglesa. Traductora, editora y divulgadora cultural.

¿Con qué lenguas trabajas?

Del inglés al castellano, sobre todo. Últimamente, también traduzco bastante del euskera al castellano y al inglés.

¿Cómo comenzó tu carrera dentro de la traducción literaria?

A través de un colega que me recomendó para traducir una novela (Wicked Gentlemen) de Ginn Hale, directamente para una editorial estadounidense (Blind Eye Books) que quería hacerse un hueco en castellano.

Conocí a ese colega, Lawrence Schimel, en la lista británica de correo Emerging Translators Network, un grupo al que conocí y que se formó a partir de los eventos de traducción literaria que se celebran en la feria del libro de Londres.

¿Te mantienes solo de la traducción literaria? En caso de que no, ¿con qué lo compaginas? ¿Traduces otros tipos de textos o trabajas en un ámbito distinto a la traducción?

No. También traduzco regularmente artículos y noticias para una empresa de software y textos académicos para personas en el contexto de la Universidad del País Vasco. Aparte de esto, también compagino la traducción literaria con labores de edición para Aqueduct Press, correcciones a particulares, actividades de dinamización en un club de lectura municipal, y la producción del podcast «¿Qué haría Barbarella?» para la productora artística consonni.

En el pasado, complementaba mis ingresos de traducción literaria trabajando como repartidora de flyers, camarera en galerías de arte, paseadora de perros y más.

¿Qué géneros literarios traduces?

Principalmente, ciencia ficción y fantasía; pero también ensayo y poesía, especialmente de temática LGTBIQ.

¿Qué géneros literarios traduces con mayor frecuencia?

Ciencia ficción y fantasía.

¿Qué le recomendarías a alguien que quiere iniciar su carrera profesional dentro de la traducción literaria?

Que recuerde que también es importante vivir y disfrutar del tiempo libre cuando lo tenga, aunque cada vez el mundo laboral parezca más una carrera.

Que entable amistades dentro del gremio y que no tema pedir ayuda, especialmente en lo que respecta a hacer valer sus derechos (contratos, tarifas, etc.). Para ello, hacerse premiembro de ACEtt es una buena idea.

¿Añadirías algo que no se haya mencionado y que consideres que los estudiantes de traducción deban saber antes de asomarse al mercado editorial?

Esto no solo es aplicable a la traducción literaria, ni tan siquiera a la traducción únicamente: para mí, sigue siendo importante plantearme, de vez en cuando, qué partes de mi trabajo son las razones por las que quiero dedicarme a esto.

Traducir es, en general, una labor solitaria (aunque haya muchos eventos y conferencias a los que acudimos en bandada precisamente por eso), y, con el paso del tiempo, puede hacer mella de diferentes modos. Puede ser una profesión muy bonita, pero que el glamour que esperamos no empañe nuestra realidad: lo importante, como cada vez se recuerda más desde el feminismo, es poner la vida en el centro.

Que se informe y que no le preocupe decir que no a condiciones injustas cuando esté empezando, pues así ganan quien empieza y quienes ya llevan tiempo en esto.

La solidaridad con les [sic] colegas y el autocuidado son tan importantes como tener una buena web, unos buenos diccionarios y un dominio de la lengua de llegada. Pero, como digo, es importante seguir disfrutando de la vida y leer por placer.

3.7. Puerto Barruetabeña Diez es traductora especialista en novela erótica y romántica. Ha traducido la tercera parte del fenómeno mundial Cincuenta sombras, de E. L. James, Cincuenta sombras liberadas

Nombre completo, estudios y ocupación actual.

María del Puerto Barruetabeña Diez. Licenciada en Traducción e Interpretación por la Universidad de Granada en el año 2005. Soy traductora editorial.

¿Con qué lenguas trabajas?

Actualmente, solo traduzco del inglés al español. Aunque mi segunda lengua extranjera es el alemán, no traduzco libros de ese idioma.

¿Cómo comenzó tu carrera dentro de la traducción literaria?

Empecé a estudiar Traducción porque quería ser traductora de libros. Aunque, desde el principio, me decían que era casi imposible dedicarse a la traducción editorial, yo estaba decidida. Mi idea, al inicio, era dedicarme a la traducción comercial y compaginarla con la traducción literaria.

En mis comienzos, trabajé unos meses en una agencia de traducción. Después de eso, durante un tiempo que pasé en el paro, decidí intentar entrar en la traducción editorial, así que empecé a mandar currículos. De ese modo llegó mi primer encargo. Al cabo de poco, me contrataron en otra agencia y estuve simultaneando las dos cosas, la agencia y la traducción de libros, porque los encargos editoriales llegaban con lentitud.

Un año después, en 2008, las cosas empezaron a ir mal en mi agencia. Esto coincidió con una oferta editorial que me convenía mucho, porque me aseguraba una continuidad en los encargos, así que decidí lanzarme e intentarlo. Probé durante un tiempo, con la idea de llegar a convertir los libros en mi principal fuente de ingresos; poco a poco lo fui consiguiendo. Y, hasta hoy, no me ha ido mal del todo.

¿Te mantienes solo de la traducción literaria? En caso de que no, ¿con qué lo compaginas? ¿Traduces otros tipos de textos o trabajas en un ámbito distinto a la traducción?

Desde 2008 hasta ahora, solo me dedico a la traducción de libros. No realizo ninguna otra actividad, ni traduzco ningún otro tipo de textos.

¿Qué géneros literarios traduces?

Yo me considero una traductora todoterreno. Al dedicarme solo a la traducción de libros, necesito unos ingresos constantes y que se encadenen los encargos, de forma que no me quede ningún hueco sin trabajo. Traduzco desde libros de autoayuda (lo que se denomina libro práctico o libro de divulgación) hasta novela de cualquier género. Personalmente, prefiero la novela; es el género que más me gusta, concretamente, la novela negra. Pero, aunque también traduzco novela negra y de misterio, mi especialidad profesional más conocida es la novela romántica y erótica.

¿Qué géneros literarios traduces con mayor frecuencia?

Depende del año. La mitad de lo que traduzco es libro práctico o de divulgación y, la otra mitad, literatura. Hace unos años hubo un periodo en el que me llegaba únicamente novela romántica y erótica (una época de boom). Ahora estoy haciendo casi cualquier género, depende de lo que vaya entrando. Este año, por ejemplo, he traducido mucha romántica; el año pasado, mucho misterio. Es algo que varía.

Lo habitual es que vaya intercalando novela contemporánea y libro práctico. Suelo estar a la vez traduciendo un libro práctico y una novela.

¿Cuáles son tus géneros literarios preferidos a la hora de traducir?

Mi género preferido, sin duda, es la novela negra. Sin embargo, el mercado me ha conducido a la novela erótica y romántica, por la cantidad de novelas de ese género que se traducen y porque me he ido especializando poco a poco.

¿Qué le recomendarías a alguien que quiere iniciar su carrera profesional dentro de la traducción literaria?

Mucha perseverancia. La traducción, en sí, no es un ámbito fácil, y la traducción de libros es especialmente difícil, porque se trata de un mundo muy pequeño. Se traduce mucho, pero no lo traduce mucha gente: somos un sector minúsculo. No todos los traductores que se dedican a esto en España lo hacen en exclusiva, sino que realizan también otras actividades. Además, el cuello de botella es tan pequeño que cuesta mucho acceder a la profesión, especialmente sin experiencia y sin contactos.

Los comienzos son duros. Los encargos no llegan; cuando te llega el encargo, por lo que sea, no sale bien. Se necesita mucha perseverancia y mucha vocación; no conozco a ningún traductor de libros que se dedique a esto sin tener una vocación impresionante que lo empuje y lo sustente en los momentos más bajos.

Tampoco conozco a ningún traductor de libros que haya llegado a serlo si no se lo ha propuesto firmemente en algún momento. Este mundo es tan complicado, a veces, que a menudo surgen otras oportunidades y tu carrera acaba dirigiéndose hacia otro lado.

Una última cuestión: ¿hay algo que me haya dejado en el tintero y creas que los estudiante de traducción, con las aspiraciones puestas en el mundo literario, deberían saber? Si es así, coméntalo en este apartado final.

El tema de la invisibilidad del traductor. Hay que tener en cuenta que, por mucho que te guste traducir, y por muy bien que te sientas haciéndolo, es algo que no te va a reconocer nadie. Sí, tu nombre aparece en la página de créditos, pero esa es una página que nadie lee, en la que nadie se fija. Nadie sabe quién es el traductor de lo que lee, ni la bibliografía de un traductor en concreto. Solo en muy raras ocasiones se busca un libro por su traductor. Preguntar quién es el Premio Nacional de Traducción de este año es inútil, porque no encontrarás a nadie que te dé su nombre.

La traducción de libros es una profesión que se hace por convicción, sin esperar ningún reconocimiento, ni consideración, ni elogio; porque pertenecemos a un gremio completamente invisible para la gran mayoría del público. Trabajamos en nuestra casa, metiditos en nuestra cueva, donde casi nadie sabe lo que hacemos, ni por qué lo hacemos. Muchas personas ni siquiera entienden muy bien qué hace un traductor de libros. Te encuentras constantemente explicando cosas que parecen muy obvias, pero que, por desgracia, no lo son: un libro está en otra lengua y hace falta alguien que lo traslade a la nuestra.

¿Dónde estaría la literatura universal sin los traductores de libros? Tristemente, trabajando en esta especialidad, no puedes esperar un reconocimiento generalizado por tu labor. Es una pena, pero así es.

4. CONCLUSIONES

Estas entrevistas resaltan, por un lado, los pormenores del proceso de publicación de una obra traducida y, por otro, los avatares que le surgen al traductor que desea abrirse hueco en el mercado editorial.

Casi todos los entrevistados coinciden en la importancia de los contactos. En una profesión solitaria como la del traductor autónomo, los congresos de literatura y traducción, ferias del libro y eventos similares suponen una oportunidad propicia para darse a conocer entre colegas y posibles contratantes. El compañerismo es vital en una profesión tan desconocida y poco regulada. Por esta razón, las asociaciones brindan a los traductores noveles la ocasión de adentrarse en la traducción editorial.

Sale también a colación, tanto en las entrevistas a editores como a traductores profesionales, la realidad del traductor que propone una obra a la editorial, en lugar de que la editorial busque al traductor. Con el flujo constante de libros y la cantidad ingente de obras que se publican en todo momento, siempre hay novedades y posibles joyas que escapen de la atención del editor. Estar al tanto de los catálogos y de las novedades extranjeras le permite al traductor plantear a la editorial un proyecto de traducción, con un informe de la obra y su correspondiente muestra de traducción.

Otra recomendación que dan los profesionales entrevistados a los estudiantes de Traducción e Interpretación es cuidar el español como lengua meta. Pilar Ramírez sugiere hacer cursos de corrección de estilo. Según Cristina Miguel, muchos traductores afirman leer únicamente en inglés, lo que, en su opinión, no es aconsejable, porque, si el español es nuestra lengua meta, se acaban percibiendo anomalías en las construcciones léxico-sintácticas. Por su parte, Blanca Rodríguez insta a leer muchas traducciones porque siempre se aprende del trabajo de los demás.

Finalmente, la versatilidad del traductor editorial también desempeña un papel fundamental en su andadura profesional. No conviene olvidar los otros géneros que publican las editoriales, como el ensayo, los libros de texto y la literatura infantil, inter alia, porque pueden facilitar la entrada del traductor en el ámbito editorial. Es necesario, por tanto, que el traductor mantenga una actitud proactiva y amplíe sus competencias de traducción para abordar una variada gama de géneros editoriales.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Zaro, Juan Jesús (2019): «Literary Translation», en Roberto A. Valderón y África Vidal (eds.), The Routledge Handbook of Spanish Translation Studies. Londres/Nueva York: Routledge, 44-58.

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