La literatura marcada: problemas de traducción y recepción ejemplificados a través del teatro popular vienés

Juan Antonio Albadalejo Martínez

Vertere. Monográficos de la revista Hermeneus, n.º 14, Soria, 2012, 339 págs.

J. Francisco García Quintero

Albadalejo diserta de manera multifocal sobre la traducibilidad de una literatura marcada por rasgos dialectales e idiolectales ante la estándar apelando a la valentía del traductor de no meter al escritor traducido en la prisión del lenguaje normal. El aliento a la subversión del traductor constituye el hilo que guía al autor en su búsqueda de posibles concordancias entre textos marcados del austro-alemán y el español para reescribir las obras dramáticas de dos exponentes del Wiener Volkstheater del segundo tercio del siglo XIX, J. N. Nestroy y F. Raimund.

Estos dramaturgos gozan inicialmente de un alto grado de recepción en el seno popular vienés hasta pasar de la banda marginal de los Vorstadttheater al Burgtheater. La aceptación creciente ante todo de Nestroy se ve avalada por K. Kraus, que le asigna la maestría del lenguaje satírico-ácido y realista, en sincronía con la radicalización política del Vormärz alemán, que supera en 1846 acorde con la corriente literario-revolucionaria del Junges Deutschland como Junges Österreich los límites locales. Ö.von Horvăth define la expresividad de Nestroy así: «Man müsste Nestroy sein, um all das sagen zu können, was einem undefiniert im Wege steht.» A partir de los años veinte del siglo pasado sus obras se abren camino en la cultura austro-alemana a través de adaptaciones fílmicas y rebasan así las fronteras de habla alemana, en forma de traducción indirecta, como en la pieza «The Matchmakers» de Th. Wilder que no deja de emplear en sus obras frases célebres de Nestroy.

El valor histórico y literario universal hace insistir al autor en la traducción de la obra del vienés. ¿Obstáculo? La falta de interés de nuestras editoriales por inclinarse hacia la literatura canonizada soportada por el lenguaje estándar y, cuando esta es dialectal, obligando a su neutralización a raíz del afán mercantil y la tendencia de la mayoría de los traductores que defienden soluciones niveladoras y/o su falta de capacidad comprensiva del texto original como la del dominio de dialectos en la lengua meta.

Las dificultades translativas se deben también al salto diacrónico que supone verter los textos de Nestroy al español actual, al desfase temporal intralingüístico y por consiguiente mayor distancia interlingüística. El hiato entre la ya temprana homogeneización política y en consecuencia lingüística del territorio español y la muy distante heterogénea situación de los países germanoparlantes, supone un hecho irrefutable que muestra Albadalejo y que se plasma en el polisistémico paisaje dialectal austro-alemán ante el panorama mucho más despejado que presentan las variantes lingüísticas en la península.

Mientras que en España surgen escasamente obras literarias marcadas, Alemania vive –tras la estandarización de la lengua en el s. XVI– con el movimiento artístico del Sturm und Drang, la intrínseca ideología del genio, no sujeto a reglas y normas, un auge y fomento por parte de autores como J. G. Herder, Goethe y definitivamente J. P. Hebel que con sus Alemannische Gedichte desencadena toda una ola de obras dialectales reivindicando lo genuino como testimonio de un estado lingüístico de la sociedad.

A través de pesquisas en las obras literarias dialectales en ambas lenguas, la búsqueda de correlaciones a nivel sincrónico y diacrónico entre ambos países, el tratamiento del dialecto en las ramas de Germánicas y en Dialectología alemanas, la Verfremdung a través de la Verschriftlichung, la codificación gráfica y su respectiva descodificación, plantea el autor con viso interdisciplinar las complejas facetas a considerar al traducir una obra dramática marcada y enfocada, así lo quiero entender yo, a su puesta en escena recuperando la oralidad. La comparatística del análisis contrastivo de estudios fonológicos respecto a la diatopía, diacronía lingüística, y la diacultura para encontrar un paradigma que sirva como método traductivo certero conducen al autor a sustituir la lengua dialectal por la coloquial que define como un continuo ilimitado de variedades suprarregionales y le atribuye a lo coloquial el mismo grado polisistémico que a la lengua estándar, lo cual le lleva a desistir del método silábico a favor del fonemático para acuñar gráficamente variantes en oposición a la lengua estándar. Observa que el texto marcado se distingue por la pérdida de fonemas hasta tal punto que en base a ello se podría realizar una medición relativa de la coloquialidad de un texto y sugiere que ya la translación del grado de coloquialidad en sí supone una forma de equivalencia.

El autor expone desde múltiples ángulos las dificultades de comprensión que pueden generar los textos de Nestroy y Raimund. Analiza fragmentos desde el costumbrismo español hasta llegar a la mitad del siglo veinte cribando el cómo y la función de la marcación lingüística. Extrapola textos de la literatura alemana e inglesa y explica sus contrastes intralingüísticos, presentando reescrituras interlingüísticas ya existentes.

Indexa así un mapa claro, a su vez sinóptico y actualizado, para instrumentar la recreación creativa de una obra con variantes lingüísticas respetando el fin por excelencia de la expresión literaria, el de la desautomatización, garantizando la equivalencia dinámica, si necesario sustituyéndola por la funcional que le exige al traductor provocar en el receptor del texto meta efectos idénticos o similares a su matriz original.

Cumple lo que el título del libro promete en cuanto a su discurso sobre los problemas de recepción del teatro popular vienés y, a pesar de las ejemplificaciones puntuales sobre la problemática traductológica en referencia a antropónimos, nombres hablantes significativos con valores connotativos y situacionales; extranjerismos, culturemas del propio ámbito, ajenos al mundo del receptor español, deformaciones jocosas de palabras y fraseologismos en las obras de Raimund y Nestroy que en ocasiones no pueden más que apoyarse en notas aclaratorias, hubiera esperado en la parte de la aplicación una propuesta traductográfica propia de un texto de estos dos vieneses donde se hubieran visto materializados los principios establecidos en este trabajo, dando, como reza el prologo, «conejo por liebre». Esto no quita que la investigación aquí reseñada se convierta en un referente para traducir literatura que a través del grado de coloquialidad de los hablantes constituye signos identitarios que definen la idiosincrasia del pueblo en un marco referencial concreto.

La conclusión del autor de traer la reescritura creativa de la literatura con marcas dialectales al terreno académico para evitar la presión de las editoriales unida a uno de los aspectos reiterativos de este trabajo, la preocupación por la falta de traductores que comprendan el texto de origen y a su vez dominen el texto meta, puede tener su desenlace en el co-working.

L’ambiguità in interpretazione simultanea italiano-spagnolo. Un esperimento

Matteo Anfuso

Roma: Aracne, 2013, 148 págs.

Carmen Mata Pastor

«La ambigüedad en la interpretación simultánea italiano-español. Un experimento». Ese es el título con el que Matteo Anfuso nos ha presentado recientemente un riguroso estudio sobre las estrategias aplicadas en la interpretación simultánea a la hora de abordar la traducción de la ambigüedad en el par italiano-español. Este trabajo se basa en uno anterior de su maestra y ahora colega en la Universidad de Génova, Mara Morelli, en el que se afronta el estudio de la ambigüedad como obstáculo para la interpretación en general y en especial en el caso de la interpretación entre lenguas estrechamente emparentadas, como el italiano y el español. Pero Anfuso en su obra nos conduce más allá y se adentra en el espinoso terreno de la direccionalidad seleccionando cuidadosamente a los individuos que van a formar parte de su muestra. Así, se arriesga a incorporar a intérpretes noveles junto a otros experimentados al igual que mezcla a profesionales cuya lengua materna es el español con otros italófonos. Este peculiar grupo hace que el experimento de Anfuso despierte gran interés desde su planteamiento.

Para llevar a cabo su experimento, el autor, como indica Morelli en su prefacio, parte de dos premisas: de una parte, la consideración de la interpretación como una actividad intelectual compleja de resolución de problemas, actividad que exige una clara conciencia por parte del intérprete de su papel para no incurrir sistemáticamente en automatismos que le hagan descuidar la ejecución de cada acto interpretativo; y de otra, el convencimiento de que las estrategias aplicadas por un intérprete para resolver problemas como la ambigüedad no varían solo en función de la tipología textual, del orador, de la técnica o la situación comunicativa, sino que también resulta relevante la combinación lingüística en cuestión.

Por lo que respecta a la metodología empleada, se trata de un estudio empírico que pretende analizar variables concretas, como la ambigüedad y la direccionalidad, pero que por su propia naturaleza no está exento de limitaciones derivadas de la manipulación del discurso de partida, las reducidas dimensiones de la muestra o la dificultad que supone analizar y comparar las estrategias empleadas por los diferentes sujetos a posteriori. En cualquier caso, no se trata de un estudio empírico que pretenda ir a la caza y captura del error; por el contrario, lo que Anfuso persigue es el análisis de las estrategias diseñadas por los intérpretes para resolver problemas surgidos durante la interpretación. La ambigüedad se presenta en este marco como un problema deliberadamente recurrente que sirve como una atalaya privilegiada desde la que observar cómo se comportan intérpretes con mayor o menor experiencia y con lenguas maternas distintas a la hora de detectar, afrontar y solventar su presencia en un discurso.

El trabajo consta de dos partes claramente diferenciadas: la primera de ellas nos invita a acercarnos a la práctica desde la teoría y consta de dos capítulos. En el primero, Anfuso aborda la ambigüedad en el proceso interpretativo y repasa algunas de las trampas que dos lenguas aparentemente tan afines como el italiano y español esconden para los intérpretes y que han sido recogidas y estudiadas con gran maestría, como indica el autor, por investigadoras como Russo y Morelli. En el segundo, el autor nos presenta la segunda variable de su trabajo, la direccionalidad en la interpretación de conferencias, e incluye un interesante análisis retrospectivo hasta llegar al papel de la direccionalidad en el siglo XXI. En este capítulo nos parecen especialmente ilustrativas para entender el experimento propuesto las páginas dedicadas a la relación entre direccionalidad y calidad de la reformulación, direccionalidad y combinaciones lingüísticas, y direccionalidad y contexto comunicativo.

A esta primera parte le sigue una segunda, en la que Anfuso se centra en su estudio empírico, dividida en tres capítulos. El primero de ellos está dedicado a la presentación del estudio, sus objetivos y metodología. A continuación, Anfuso presenta los resultados de su experimento mediante tres instrumentos: los resultados de la interpretación simultánea, los resultados de los cuestionarios de autoevaluación y los resultados de las traducciones escritas. Tal vez sea oportuno justificar la presencia de estas traducciones escritas, que no son más que la traducción del fragmento de discurso que contenía las ocho ambigüedades propuestas por el autor a modo de traducción a vista: el objetivo era llegar a entender si la detección y la resolución del problema generado por la ambigüedad dependía solo de la comprensión del texto o de otras variables propias de la interpretación simultánea, como la inmediatez en la búsqueda del equivalente adecuado. En el último capítulo, dedicado al análisis y el procesamiento de los resultados, y a las conclusiones del estudio, el investigador reconstruye el proceso de interpretación de cada individuo en un intento de dar respuesta a preguntas muy pertinentes que trascienden la persecución fácil del error, preguntas como: ¿advirtieron los intérpretes la presencia de dificultades?, ¿de qué ha dependido que la ambigüedad pasara inadvertida?, ¿qué estrategias diseñaron, en tal caso, para afrontarlas?, ¿resolvieron felizmente los problemas encontrados?, ¿cuáles son las soluciones posibles?

El volumen se cierra con una bibliografía actualizada y que se ajusta perfectamente al trabajo, seguida de unos utilísimos índices de autores citados y de materias. Por último, en apéndice a la obra, el autor nos proporciona el material del que se ha servido para su experimento (discurso original manipulado para introducir las ocho ambigüedades, cuestionario de autoevaluación, transcripción de las interpretaciones simultáneas, resolución de las ambigüedades en interpretación simultánea, respuestas al cuestionario y resolución de las ambigüedades en traducción).

Se trata, en definitiva, de un manual ágil, de lectura fácil y, sin duda, de gran utilidad tanto para intérpretes en formación como para profesionales experimentados. Quien, además, esté interesado en la investigación en este campo encontrará en esta obra de Anfuso, a la que esperamos sigan pronto otras igualmente interesantes, un compendio de referencias indispensables que le permitirán profundizar en el estudio de la interpretación simultánea, y de su relación con la ambigüedad y la direccionalidad no sólo en el par italiano-español.

Translation Right or Wrong

Susana Bayó Belenguer, Eiléan Ní Chuilleanáin Y Cormac Ó Cuilleanáin

Four Court Press, Dublín, 2013, 299 págs.

Rocío García Jiménez

La presente obra se centra en uno de los temas míticos planteados por los Estudios de Traducción, esto es, la (in)corrección de las traducciones o, lo que es lo mismo, qué es lo que demuestra si una traducción está bien o está mal, si es buena o mala, o si tales términos en traducción no deberían ser siquiera empleados. Sin embargo, debido a que desde los años noventa se ha tomado en consideración la dimensión cultural de la traducción y ésta se ha dejado de entender como algo puramente lingüístico, los parámetros utilizados para estudiar este tema han aumentado considerablemente en los últimos años, lo que permite arrojar nueva luz a cuestiones en principio antológicas.

Precisamente éste es el objetivo del libro editado por Susana Bayó Belenguer, Eiléan Ní Chuilleanáin y Cormac Ó Cuilleanáin, tres especialistas en traducción literaria del Trinity College de Dublín, donde enseñan español, inglés e italiano, respectivamente. Los orígenes de Translation Right or Wrong se remontan al año 2009, cuando se organizó, durante el mes de marzo, en el ya mencionado Trinity College, un congreso internacional que versaba sobre ello. Al éxito del congreso contribuyeron los más de 53 participantes provenientes de doce países distintos, por lo que se decidió publicar un libro con algunas (diecinueve, para ser exactos) de las aportaciones más destacadas al congreso. Gracias al variopinto y elevado número de ponentes, los editores han tenido la oportunidad de cubrir una gran variedad de lenguas, culturas y periodos históricos que han contribuido a la diversificación y amplitud de la obra. Tal y como ellos mismos afirman en la introducción, en este volumen la traducción está tratada desde una amplia variedad de perspectivas, lo que ha provocado que muchos de los conceptos tradicionales se hayan puesto en duda, el ámbito de estudio haya sobrepasado las fronteras de la traducción literaria o se haya tenido en cuenta el impacto de las nuevas tecnologías.

Sin embargo, la amplitud de enfoques puede llegar a convertirse en uno de los grandes escollos de la edición de una obra, pues le resta cohesión y hace que estructurarla se convierta en una tarea complicada. No es el caso de Translation Right or Wrong, ya que los editores han sabido agrupar acertadamente las diecinueve contribuciones en tres bloques temáticos que abordan la idea principal desde diferentes puntos de vista, y de los cuales el primero es el más extenso, puesto que está compuesto por más de la mitad de los artículos (diez en total).

Este primer bloque temático trata, además de la cuestión primordial, otras sub-cuestiones, como es el caso de la influencia del género en traducción, sea éste entendido como el sexo del traductor (si es un hombre o una mujer) o como el género literario al que pertenece la obra traducida (novela policíaca o literatura infantil, por ejemplo). Michelle Woods, por ejemplo, reflexiona sobre género y traducción a través del caso de la amante y traductora de Frank Kafka, Milena Jesenská. No obstante, el género no es lo único de lo que se discute acerca de la figura del traductor en esta obra, puesto que en el primer bloque se pueden encontrar trabajos en los que se trata su estatus y su función. Josephine Balmer también examina la figura del traductor y sus funciones, y lo hace tomando la traducción de poesía clásica como ejemplo. Otro de los autores que han estudiado la traducción de poesía es Carmen Mangiron, aunque no se ha tratado de poesía clásica, sino de poesía japonesa y su traducción al inglés.

Con respecto al género literario, resulta interesante señalar la manera en la que los parámetros sobre lo correcto y lo erróneo en traducción se modifican dependiendo del tipo de género literario al que nos enfrentemos. Por ejemplo, ¿se usan los mismos parámetros para la considerada alta literatura que para la literatura infantil? Tres artículos exploran la traducción de este género, como el de Virgina Jewiss, que habla de la traducción de la Divina comedia de Dante para niños y muestra cómo el estilo de un autor medieval puede ser digerible para los lectores más jóvenes. Algo parecido estudia Mette Rudvin con los Jungle Books (El libro de la selva) de Kipling y sus traducciones (e incluso adaptaciones cinematográficas) al italiano. Por su parte, Emer Delaney explica cómo las historias de William (Guillermo), de Richmal Crompton, o las de Harry Potter, de J.K. Rowling, se trasladaron desde Inglaterra a Italia.

El género policíaco es tratado por Jane Dunnett mediante el análisis de las traducciones al italiano de las novelas de Agatha Christie. Siguiendo con el contexto italiano, Ilaria Parini muestra cómo el lenguaje soez y las referencias sexuales que aparecen en las películas de Tarantino se tamizan en su traducción. Bart Defrancq también se centra en la traducción de los insultos y Sabine Strümper-Krobb, por su parte, nos hace volver a la figura del traductor, en este caso de novela negra, y sostiene que dicha figura se puede vislumbrar a lo largo de la obra traducida.

El segundo bloque engloba aquellas contribuciones cuya temática guarda relación con la historia y la política de la traducción. Una vez más, la figura del traductor vuelve a estar presente en la obra, como demuestra el artículo de Pilar Ordóñez, donde, a través del estudio del ensayo de Ortega y Gasset Miseria y esplendor de la traducción, la autora nos hace ver que, para el filósofo español, el traductor, a pesar de ser retratado como un agente menor, era sin duda un elemento fundamental en la literatura. Sabine Dedenbach-Salazar Sáenz estudia cómo la traducción es el claro reflejo de la evolución conjunta de ciertas culturas, como es el caso del uso del verbo muchay en los pueblos aborígenes que fueron conquistados por los españoles. Este tema conecta en cierta manera con el de Anne Markey, quien se pregunta si traducir, en general, es bueno o malo, y para ello se vale del ejemplo del escritor irlandés Patrick Pearse, que se oponía a que sus obras fueran traducidas al inglés. Por último, Simone Schroth analiza las traducciones de dos obras que ponen de manifiesto el horror nazi y observa cómo dichas traducciones se han valido de la atenuación, algo que Schroth no sabe si considerar correcto o incorrecto.

El tercer y último bloque se ha denominado translation now (la traducción en la actualidad) y en él se tienen en cuenta las aplicaciones tecnológicas en el mundo de la traducción. Podemos observar que en este apartado la mayoría de los trabajos están vinculados a la TAV y a los nuevos fenómenos que la acompañan, sobre todo, aquellos que tienen que ver con el plagio, la autoría o la comparación de textos. Alberto Fuentes realiza un análisis cuantitativo sobre la re-traducción de textos literarios del inglés al español, la influencia que la tecnología puede tener en este campo y los problemas relacionados con el plagio y la autoría de los textos (resultantes, en muchas ocasiones, de la legalidad española de los años cincuenta). Dentro de la TAV, Francisca García Luque reflexiona sobre las diferencias que presenta la traducción de documentales en contraposición a la traducción de películas y Kathleen Shields trata el tema de la (no) traducción de anuncios publicitarios en Francia. Con respecto al subtitulado, Annjo K. Greenall retoma el tema de la traducción del lenguaje soez y los insultos que se veía en el primer bloque, pero lo hace centrándose en la percepción que el público que lee subtítulos tiene sobre lo que está bien o mal a simple vista. Por último, Minako O’Hagan trata el fenómeno de los fansub en la traducción del Anime japonés.

Como decíamos al principio de esta reseña, nos encontramos ante una obra muy variada que ha actualizado un concepto traductológico clásico —right vs. wrong— con éxito y ha sabido sobrepasar las fronteras de la traducción literaria, teniendo en cuenta las demás ramas de la traducción y la influencia de las nuevas tecnologías.

Audiovisual Translation: Dubbing

FREDERIC CHAUME

St. Jerome Publishing, Manchester, 2012, 208 págs.

Mercedes Enríquez-Aranda

No es la primera vez que el catedrático de la Universidad Jaume I de Castellón, Frederic Chaume, publica una obra centrada en la traducción audiovisual. Antes bien, se trata de la culminación (afortunadamente con punto y seguido comprobado) a muchos años de docencia, investigación y práctica profesional en el campo de la traducción audiovisual y, en concreto, en la modalidad del doblaje. En esta ocasión, Frederic Chaume ha elegido la colección Translation Practices Explained de la editorial británica St. Jerome Publishing para albergar un estudio escrito en inglés específicamente dirigido a docentes y discentes interesados en la práctica del doblaje desde y hacia cualquier lengua.

Como el propio autor indica, las 208 páginas de Audiovisual Translation: Dubbing deben entenderse como complemento indispensable de un libro anteriormente publicado en la misma colección por Jorge Díaz-Cintas y Aline Remael, titulado Audiovisual Translation: Subtitling (2007), por cuanto sigue su misma metodología, incluye un DVD adicional y presenta una estructura muy similar.

El libro se divide en ocho capítulos principales a los que se añaden dos capítulos finales complementarios: un glosario de términos utilizados en traducción audiovisual y en doblaje y un compendio de las referencias bibliográficas y filmográficas usadas para la investigación.

La estructuración temática del libro se desarrolla de lo general a lo concreto y la distribución de cada uno de los capítulos en epígrafes muy específicos contribuye de forma expresa a la intención didáctica global que fundamenta la obra y que la hace accesible tanto a lectores especializados en la materia como a lectores noveles.

Podríamos considerar que para estos últimos, los lectores noveles, un primer acercamiento al doblaje como modalidad de traducción audiovisual pasaría por la lectura obligada de los dos primeros capítulos, «Translation for dubbing» y «The professional environment», en los que el autor define el doblaje y lo sitúa como práctica profesional en el mundo. Especialmente interesante en el primer capítulo resultan, por un lado, el mapa global del doblaje en los cinco continentes que traza el autor (y que recientemente ha concretado y ampliado en el caso español como parte de un proyecto desarrollado dentro del grupo de investigación TRAMA) y, por otro lado, el intento de especificación de estándares de calidad aplicados al doblaje (y que no están exentos de revisiones ulteriores basadas en la subjetividad propia inherente al acto de recepción del producto doblado). Del segundo capítulo destaca la veracidad de los datos que el autor aporta en referencia al proceso profesional de la traducción para el doblaje. El análisis del mercado y de las tarifas que se aplican, la descripción de los agentes que intervienen en el proceso del doblaje y el papel que desempeña el traductor en este proceso sirven de base expositiva sobre la que debatir cuestiones relativas a la visibilidad del traductor y a su formación lingüística, cultural e instrumental, entre otras.

Estos lectores noveles encontrarán en los siguientes capítulos un manual didáctico muy accesible sobre los entresijos propios del oficio del traductor de textos para el doblaje, en tanto los lectores especializados podrán actualizar conocimientos propios de una actividad profesional en continua evolución y, sobre todo, podrán manejar una fuente de consulta organizada a la que recurrir en caso de necesidad didáctica, profesional y/o investigadora. A este último respecto, es de destacar el capítulo «Research in dubbing», que cierra la obra con la aportación en exclusiva de un modelo semiótico de análisis de textos doblados basado en la relación de los niveles externo e interno en los que se puede dividir el estudio del texto doblado, cuyas características son pormenorizadamente descritas en los capítulos precedentes. En ellos se analizan la segmentación textual, los símbolos del doblaje y los diferentes tipos de sincronización como las fases propias del proceso traductor para el doblaje («Text segmenting and dubbing symbols» y «Synchronization or lip-sync: Read my lips»), al tiempo que se profundiza en cuestiones de orden lingüístico («The language of dubbing: A matter of compromise»), acústico y visual («The specific nature of AVT: Acoustic and visual dimensions»), y traductor («Translation issues»). La oralidad del discurso, la dimensión acústica y la dimensión visual del texto objeto de doblaje así como el tratamiento en la traducción de la convivencia de diferentes códigos lingüísticos, de la variación lingüística, de las referencias culturales e intertextuales, de la traducción del humor y de la traducción de la ideología son algunos de los puntos que se tratan en estos capítulos y que terminan de configurar una imagen completa del doblaje como actividad traductora profesional compleja e integradora de competencias variadas.

Cada capítulo se termina de acorazar de finalidad didáctica y reflexiva gracias a sus invitaciones al debate iniciales y a sus ejercicios finales de carácter intencionadamente universal. La obra se complementa con un DVD que egoístamente cada lector querría ver ampliado con materiales específicos de sus combinaciones lingüísticas particulares. ¿Quizás para otra ocasión? Chapó en esta.

Libri dal mare di fronte. Traduzioni ispaniche nel ‘900

Nancy de Benedetto

Pensa MultiMedia, La Stadera, Lecce, 2012, 136 págs.

Rocío García Jiménez

La autora del presente libro, profesora de lengua española en la Università degli Studi di Bari «Aldo Moro» y reconocida traductora, aborda la cuestión de la marginalidad de la narrativa hispánica traducida en Italia durante la primera mitad del pasado siglo xx, y lo hace desde un punto de vista descriptivista, es decir, teniendo en cuenta los sistemas culturales y centrándose, sobre todo, en la relación entre centro y periferia, o mejor dicho, entre lenguas centrales y lenguas periféricas. Tal y como apunta la propia De Benedetto en el capítulo cuarto, uno de los principales objetivos de la obra es describir la consistencia de esta marginalidad, que hasta el momento se ha sobrepuesto a la noción de periferia, y que en ocasiones ha provocado que las contribuciones críticas de los estudiosos que habían constatado las características e investigado las causas de dicha marginalidad hayan caído en el olvido.

Para llevar a cabo este estudio, Nancy de Benedetto ha tomado como corpus de trabajo aquellas obras que aparecen recogidas en el catálogo Clecsi (Catalogo di letteratura catalana, spagnola e ispanoamericana) –Catálogo de literatura catalana, española e hispanoamericana–, disponible en la dirección clecsi.uniba.it.

Financiado por la Universidad de Bari, el Clecsi es un proyecto consistente en la creación de una base de datos en la que se pueden encontrar aquellas traducciones del español y el catalán aparecidas en Italia durante el siglo xx. En el caso concreto del presente libro (considerado como un primer volumen), la autora ha dedicado cuatro apéndices a mostrar aquellas obras traducidas del español y del catalán en Italia durante la primera mitad del Novecento, es decir, desde 1900 hasta 1945. Así, el libro se divide en dos partes, siendo la primera un estudio preliminar sobre los datos que se aportan en la segunda, presentados en forma de apéndices.

La primera parte del libro se divide en nueve concisos capítulos que abarcan, desde diferentes perspectivas, el análisis de la marginalidad de la literatura española traducida en Italia. El primer capítulo examina, grosso modo, cuáles eran las tendencias literarias y las lenguas más traducidas en la Europa de la segunda mitad del siglo xx (suponemos que como anticipo de lo que se verá en el volumen o volúmenes siguientes). El segundo trata sobre la relación establecida entre Italia, Francia y España con respecto a la literatura traducida a principios del siglo pasado y recalca el hecho de que la literatura española solía traducirse primero en Francia, de lo que se deduce que este país funcionaba en la época como un referente cultural para los italianos. El tercer capítulo hace mención a la marginalidad de los estudios hispánicos en Italia y a cómo la situación está cambiando gracias a la aparición de diferentes repertorios de literatura traducida. Estos repertorios, como sucede con el presente libro, permiten pensar en la literatura española traducida como un corpus para estudiar, de manera cuantitativa y cualitativa, la literatura producida en Italia y la relación entre lenguas periféricas.

En los capítulos cuatro y cinco se explica la metodología que se ha seguido (basada en los Estudios Descriptivos de Holmes) y se realiza un escueto análisis cualitativo y cuantitativo sobre la marginalidad en el mercado editorial. El capítulo sexto estudia el rol sociocultural, estético y expresivo que desempeñaron las traducciones en Italia, sobre todo, durante la época del fascismo.

Avanzando en la investigación, los capítulos siete y ocho hacen referencia a la importancia que tuvieron para el panorama literario italiano la traducción de dos tipos de libros: los clásicos y la novela de consumo, donde destacan las figuras de Cervantes y Vicente Blasco Ibáñez, respectivamente. El noveno capítulo cierra esta primera parte, y en él se recogen, a modo de conclusión, algunas de las reflexiones y datos más significativos aportados a lo largo de la obra.

La segunda parte se ha estructurado en cuatro apéndices según (1) autores, con Blasco Ibáñez, Cervantes y Unamuno como los más populares; (2) traductores, donde se puede ver que los más prolíficos son aquellos que han traducido a Blasco Ibáñez, como es el caso de Gilberto Beccari; (3) clásicos, entre los que destaca, de nuevo, Cervantes; y (4) autores catalanes, cuyo número no alcanza la veintena y de entre los que sobresalen nombres como Josep María Folch i Torres, Ramon Llull o Eugeni D’Ors.

Con esta obra Nancy De Benedetto ofrece, de un lado, un excelente repertorio de consulta sobre la literatura hispánica traducida en Italia durante la primera mitad del siglo xx y, de otro, un variado análisis descriptivo sobre los datos aportados. Libri dal mare di fronte se trata, sin duda, de un nuevo libro de imprescindible consulta para los interesados en la recepción de la literatura hispánica en Italia.

Don de errar. Tras los pasos del traductor errante

Miguel de Tolosa Igualada

Universitat Jaume I, Castellón de la Plana, 2013, 315 págs.

Isabel Jiménez Gutiérrez

Tanto en el mundo profesional como en el académico, el error en la traducción (entendida como producto final de un proceso) siempre ha tenido connotaciones negativas, puesto que se considera un indicador de una deficiencia en la resolución de dificultades de traducción. No obstante, el autor de la obra aquí reseñada destaca la importancia del error desde el punto de vista pedagógico, y lo considera un elemento fundamental en el aprendizaje de los estudiantes de Traducción e Interpretación.

Como se indica al inicio de la obra, son pocos los estudios dedicados al análisis del error en traducción y, en aquellos en los que se considera, suele abordarse desde la perspectiva de la evaluación del texto meta. En este sentido, existen aportaciones centradas en la clasificación de los tipos de error o en la identificación de sus causas. En esta obra se propone abordar el error desde el enfoque de la traductología procesual, es decir, considerando no solo el producto final (el texto traducido), sino también el propio proceso de traducción.

La obra se divide en seis partes: cinco capítulos, un apartado de consideraciones finales y un apartado de bibliografía.

En el primer capítulo, el autor recopila las contribuciones en las que se ha tratado el error en traducción y constata que no existe una caracterización del error en el proceso de traducción.

En el segundo capítulo, el autor aborda la traductología procesual, que constituirá la base de su estudio. Comienza por establecer la noción de proceso, entendido como un acto cognitivo cuyo resultado es el texto traducido. A continuación revisa las investigaciones realizadas sobre el proceso mental en traducción desde 1968 hasta nuestros días, cuando comienzan a utilizarse métodos de investigación más empíricos y experimentales. Considera también las metodologías que se han aplicado en la investigación del proceso de traducción, desde los Tkinking Aloud Protocols (tap) hasta las herramientas informáticas más modernas (Translog, Proxy), con las que se puede capturar y grabar todas las operaciones que el traductor realiza. Una vez expuestas las diferentes herramientas, el autor aboga por combinar diferentes elementos en el estudio del proceso de traducción, siguiendo el método de la triangulación; esto implica no solo recopilar datos del proceso, sino también del producto de dicho proceso (el texto meta), cruzarlos y analizarlos. Para finalizar, se retoman algunas de las conclusiones que se han alcanzado a través de las investigaciones realizadas en el marco de la traductología procesual.

En el tercer capítulo, el autor realiza una propuesta de investigación en este sentido, con la que pretende elaborar un modelo pedagógico que permita tratar el error tanto en el producto de la traducción, como en el proceso en sí mismo. Introduce también uno de los conceptos más interesante de la obra, el de elementos potencialmente detonantes (epd), que son aquellos que producen en el traductor (estudiante o profesional) una actuación para resolver, mediante recursos externos (diccionarios, por ejemplo) un problema de traducción. Asimismo, describe otros parámetros de su investigación (participantes, herramientas para la recopilación y el análisis de los datos, etc.).

En el capítulo cuarto se describe el análisis de los datos recopilados desde la triple perspectiva del producto (el texto traducido), del proceso y del análisis combinado de ambos. Así pues, resulta el más enriquecedor para los docentes de traducción, ya que ilustra cómo tomar conciencia de las acciones que pueden desembocar en errores y, una vez identificados estos, de los medios para solucionarlos.

Destacaremos aquí solo algunas de las aportaciones más interesantes de este capítulo. En primer lugar, el modelo de proceso que se elabora a partir de la observación de los datos, y que se compone de ocho acciones (ergonomización, lectura íntegra del texto original, traducción, corrección, revisión parcial y revisión total, consulta de diccionarios, consulta de Internet y pausas). En segundo lugar, los conceptos de errores de brote postsintomático (los que se producen tras una incidencia en el proceso de traducción) y de errores de brote presintomático (los que se producen sin que se identifique en el proceso una causa evidente). Y, por último, la paradoja del automatismo, que el autor formula tras observar comportamientos aparentemente controlados (consultas en diccionarios) que en realidad son automáticos, y tras los cuales no existe ningún proceso de reflexión.

En el quinto capítulo se aborda la propuesta de un modelo metacognitivo para abordar el error en traducción desde una perspectiva didáctica (el momtet) con el que se pretende identificar las causas del error en el proceso y en el producto de traducción, y hacer que el alumno tome conciencia de ellas y que desarrolle las destrezas necesarias para mejorar su competencia traductora.

Para concluir, en las consideraciones finales, el autor resume los aspectos más relevantes de su propuesta en relación con el estado actual de la cuestión.

Como se constata en esta obra, abordar el error en traducción desde la perspectiva combinada del proceso y del producto contribuiría a mejorar considerablemente la preparación de los futuros traductores, ya que les ayudaría a desarrollar la capacidad de detectar errores, tomar conciencia de ellos y corregir las acciones que los han motivado. La implantación progresiva de un modelo metacognitivo como el propuesto por el autor para la explotación didáctica del error en los estudios universitarios no resultaría necesariamente compleja y, sin embargo, conllevaría considerables beneficios, tanto desde el punto de vista del alumno, que adquiere la preparación necesaria para continuar autónomamente con su desarrollo profesional una vez que abandone la universidad, como para el profesorado, puesto que dispondría de información más detallada y precisa para orientar a sus alumnos en su aprendizaje y para realizar una evaluación más objetiva y completa de su nivel de desempeño en la realización de tareas de traducción.

Olhares & Miradas. Reflexiones sobre la traducción portugués-español y su didáctica

Oscar Diaz Fouces (Editor)

Granada, Atrio, 2012, pp. 172

Carmen Mata Pastor

Olhares & Miradas es una obra que despierta simpatía sólo por el hecho de tratar (por fin) de una combinación lingüística tan poco presente en la literatura especializada como el portugués-español. El hecho de que esta combinación lingüística sea de las minoritarias, al menos en España, condiciona indefectiblemente la naturaleza amplia y variada de la obra, probablemente impensable en las combinaciones mayoritarias, como el español con el inglés, el francés o incluso el alemán. De ahí que compartan páginas trabajos dedicados a la interpretación, a la traducción audiovisual, a la gramática contrastiva o a la tradumática, por poner sólo algunos ejemplos. Este rasgo de la obra, sin embargo, resulta, bien mirado, atractivo dados el par de lenguas y las carencias bibliográficas señaladas. Incluso el propio editor confiesa que su objetivo indisimulado es «dar mayor visibilidad a una combinación lingüística que no suele tener el protagonismo que en nuestra opinión merece».

El volumen, en el que se suceden contribuciones escritas, indistintamente, en portugués y en castellano, no presenta división alguna. Se adivina, acaso, un sesgo más marcadamente didáctico en los tres primeros trabajos, que se diluye en los tres siguientes para finalizar con dos aportaciones más «técnicas», si se me permite la simplificación, una sobre lexicografía y otra sobre tradumática.

La «colectánea» se abre de la mano de Heloísa Pezza Cintrão (Universidade de São Paulo), que, con cierta perspectiva histórica, aporta un pormenorizado repaso del lugar ocupado por los Estudios de Traducción español-portugués en la enseñanza superior en el estado de São Paulo. A continuación, presenta una propuesta curricular para la formación de traductores en la Universidade de São Paulo.

Le sigue Xoán Montero Domínguez, que entra de lleno en el campo de la interpretación, concretamente en la modalidad de simultánea. Advierte el profesor de la Universidad de Vigo de los problemas que acucian a un perfil de estudiante que con frecuencia tiene como lengua materna el gallego, lengua que agrava el riesgo de interferencia con las dos entre las que se interpreta: el portugués y el español.

Interviene en tercer lugar Maria Dolores Lerma Sanchís (U. do Minho), que aborda la Didáctica de la Traducción Audiovisual con una interesante propuesta para la presentación en el aula de la recepción del cine español en Portugal sirviéndose de la versión subtitulada de Todo sobre mi madre, de P. Almodóvar. La traducción audiovisual cobra una importancia especial en esta combinación por incluir a una «lengua dobladora», el español, y a otra «subtituladora», el portugués.

Sigue una «(po)ética de traducción literaria», con un interesantísimo trabajo de Rebeca Hernández (U. de Salamanca) sobre la figura del escritor-traductor en las literaturas postcoloniales de lengua portuguesa, en las que confluyen la lengua de la metrópolis y las distintas lenguas vernáculas de los territorios colonizados.

María Carolina Calvo Capilla, desde la U. de Brasilia, aporta una cuidadosa y profunda reflexión sobre la traducción entre lenguas próximas, sumándose así a la advertencia (nunca excesiva) sobre los fantasmas de las interferencias, siempre presentes cuando en el proceso de traducción intervienen dos lenguas afines.

Sigue la aportación del propio editor, Oscar Diaz Fouces (U. de Vigo), un trabajo amplio y ambicioso, que bien podría ser el germen de una suerte de manual de referencia para los traductores de este par de lenguas.

Llegamos al capítulo de Álvaro Iriarte Sanromán, de la U. do Minho, autor del Diccionario Español-Portugués (Porto Editora, 2008), quien se interroga acerca de cuestiones metalexicográficas fundamentales en la construcción de «o dicionário de tradução», como la supuesta direccionalidad de las fuentes de consulta bilingües, cómo distinguir entre diccionarios de langue o de parole, cuál debe ser la unidad lexicográfica, si las combinaciones lexicales han de ser consideradas lemas, entre otras.

Cierra el volumen colectivo un estudio de Ana Belén García Benito, U. de Extremadura, que se ocupa de tradumática y, concretamente, de la colaboración de instituciones públicas y empresas privadas para la ejecución de un proyecto de investigación en curso que prevé la traducción al portugués de la versión digital de El Periódico Extremadura, en un esfuerzo de ajuste y compenetración entre un equipo de investigadores de la U. de Extremadura y herramientas informáticas a su servicio.

Adquisición inexcusable, pues, para los lusistas e hispanistas que se dediquen a este par de lenguas, y obra de indudable interés para los estudiosos de combinaciones lingüísticas «menores» y afines, que pueden encontrar en el caso del portugués y el español una fuente de reflexión e inspiración. Y, por supuesto, una obra de referencia no sólo en el panorama europeo sino también en otros escenarios en los que esta combinación no es considerada tan «menor». Otro gran acierto, sin duda, del profesor Diaz Fouces, esta colectánea alejada de la Filología y bien asentada en las inquietudes de la Traductología.

Traducción de una cultura emergente

Áurea Fernández Rodríguez, Iolanda Galanes Santos, Ana Luna Alonso & Silvia Montero Kûpper

Peter Lang, Berna, 2012, 257 págs.

Marta Iravedra

En un mundo globalizado como en el que vivimos, el «todo», el producto final que se muestra y se exhibe, engloba muchas veces, sin desvelar, los diferentes y múltiples elementos que lo conforman, o incluso su origen. Como en esos restaurantes donde la carta presenta nombres rimbombantes y opacos de platos cuyos ingredientes no logramos descifrar sin preguntarle al camarero. Y así, indagando, hemos ido descubriendo, con los años, alimentos o recetas comunes en otras culturas como la «focaccia» o el «tikka masala», exóticos todavía en la nuestra, de los que, a veces, y como mucho, sabemos el país de origen, pero nada más.

Según las cuatro profesoras de la Universidade de Vigo que firman este libro, a la literatura gallega le ocurre algo similar. Las cuatro concuerdan en que hoy en día, por lo general, los factores políticos que han oprimido la lengua gallega durante siglos, la manida crisis económica y diversos factores sociales que, por alguna extraña razón, siguen menospreciando las lenguas minoritarias de España han provocado que la literatura gallega se presente en el extranjero como un «todo», como producto final, y que en su mayor parte lo haga ocultando su ingrediente principal, su origen. De ahí que en muchos países europeos y de otros continentes se la conozca como literatura española directamente.

Para ahondar en los motivos por los que las autoras abogan por exportar literatura gallega directamente desde el texto original, nos presentan una especie de decálogo. Diez capítulos con los que intentan romper mitos, quitar credibilidad a ciertas excusas habituales y demostrar que sí se puede, con un poco de voluntad, presentar al mundo la cultura gallega como un ente propio.

Los dos primeros capítulos del libro sirven al lector de contextualización teórica. Una contextualización que va más allá de la propia teoría de la traducción o los polisistemas de Evan-Zohar y Gideon Toury, pues Ana Luna y Áurea Fernández abordan no solo el contexto sociolingüístico de las comunidades bilingües y diglósicas, como es la gallega, la situación de las lenguas minorizadas frente a las dominantes en el mercado literario y de la traducción o los diferentes agentes involucrados en los procesos traductológicos, sino también los criterios políticos, económicos y sociales que se siguen para decidir qué se traduce y para qué espacio receptor, y las metodologías empleadas para ello. Además, para quienes no estén familiarizados con el marco histórico de la lengua gallega, Silvia Montero repasa la evolución de su literatura desde finales del siglo XII hasta la actualidad, pasando por el momento en que el Estatuto de Autonomía de 1981 reconoció su cooficialidad en el Estado español. Una fecha que resulta clave también para este estudio, pues nuestras cuatro autoras centraron sus investigaciones, mayormente, en la literatura gallega publicada y traducida a partir de la década de 1980.

Una vez nos han presentado los términos clave que usarán para describir esos hallazgos, Iolanda Galanes, en el cuarto capítulo, nos habla de la herramienta que han utilizado para sacar las conclusiones del estudio que las han llevado a publicar este libro. El Catálogo da Tradución Galega del grupo de investigación BITRAGA es una base de datos que, vinculando las obras originales con su traducción o traducciones, permite saber qué obras de una misma autoría se han traducido, a qué lenguas y en qué momento, así como el traductor o traductora que participó en ese intercambio cultural.

La segunda parte del libro se centra ya en ofrecer información concreta sobre aspectos específicos a partir de los datos del catálogo. Son precisamente esos datos cuantitativos los que, en gráficas claras y concisas, se nos muestran a lo largo de esta obra; datos en los que se apoyan las autoras para, por ejemplo, romper el mito de que en Galicia importamos literatura pero no exportamos, que leemos autores foráneos pero no se leen los nuestros en el extranjero. O también para cuestionar que lo que más se lee es novela, cuando el catálogo de BITRAGA (al que se puede acceder a través de http://www.bibliotraducion.uvigo.es) muestra de forma objetiva que lo más se exporta desde la literatura gallega es, no obstante, poesía.

En un intento por ofrecer alternativas y pautas de actuación, los capítulos centrales de esta obra están dedicados, respectivamente, a tres de las características más representativas de la literatura gallega actual: la literatura infantil y juvenil, la autotraducción al español por parte de los autores y autoras gallegos más reconocidos y el feminismo, en una literatura cuyos cimientos extendió Rosalía de Castro. Es así como demuestran que la exportación desde el gallego es posible, pues como bien nos muestra Ana Luna en el sexto capítulo, la literatura infantil y juvenil gallega lleva tiempo viajando al exterior de forma rentable. Los datos objetivos del catálogo demuestran tanto el esfuerzo de diversas editoriales gallegas, que han puesto en marcha proyectos plurilingües y acuerdos de colaboración con otras lenguas minorizadas, como la eficacia de las ferias internacionales en lo que a difusión se refiere. Además, las autoras promueven la figura del mediador, cuya función consistiría en facilitar la distribución; algo semejante a lo que hacen los autores gallegos cuando se autotraducen al español para usar esta lengua como puente hacia los mercados extranjeros.

Mercados a los que dedican el noveno capítulo y que nos presentan en tres grupos diferenciados: ibéricos, minorizados e internacional occidental. Mercados a los que, en su opinión, se deben dirigir estrategias de planificación concretas que ayuden a la literatura gallega a sobrevivir frente a la globalización.

Esta obra supone un soplo de aire fresco, un gran empujón cargado de energía, pues ofrece al sector literario un amplio abanico de datos que permitirá buscar huecos de mercado. De ese modo, se podrán elaborar, tal y como recomiendan nuestras cuatro autoras, estrategias específicas que permitan definir qué falta y qué se puede ofrecer a los mercados de fuera de Galicia. Con gran acierto y objetividad presentan un recopilatorio y una eficaz herramienta de trabajo, similar en forma y objetivos a los que existen ya en Cataluña con respecto a su literatura exportada y a los diferentes espacios receptores de esta. Completar ese cuadro con trabajos semejantes sobre la literatura éuscara o, incluso, la española nos daría una visión a escala nacional que serviría, muy probablemente, para fomentar el diálogo entre las diferentes lenguas de nuestro país. Un diálogo que daría fuerza a quienes intervienen, que potenciaría el intercambio, que daría a conocer a sus interlocutores. Y, así, con el tiempo, el «todo» que reciben más allá de las fronteras gallegas llegaría a su destino sin opacidad, mostrando a quien esté interesado esos ingredientes que porta con orgullo. Y, así, poco a poco, cada vez más lectores sabrían reconocer la cultura gallega como tal, y podrían situarla como corresponde en la República Mundial de las Letras.

Por qué la traducción importa

Edith Grossman. Trad. de Elvio E. Gandolfo

Katz Editores, Madrid, 2011, 149 págs.

Mariola Luque Martín

El título de este ensayo de Edith Grossman llama la atención del lector, Por qué la traducción importa. Y ya no sólo el título, también la autora. Recordemos que Edith Grossman publicó en 2003 una traducción de Don Quijote que es considerada como una obra maestra de la traducción del español al inglés.

El libro está estructurado en una introducción y tres capítulos:

Introducción: Por qué la traducción importa.

Capítulo 1: Autores, traductores y lectores hoy.

Capítulo 2: Traducir a Cervantes.

Capítulo 3: Traducir poesía.

A lo largo de la introducción, Edith Grossman explica al lector los motivos que la llevaron a dedicarse a la traducción, así como una parte de su trayectoria profesional. Anuncia también las incógnitas que pretende despejar con su ensayo: «para poder reenfocar el interrogante y averiguar no sólo por qué la traducción importa, sino también si en efecto importa y, si de hecho tiene importancia, a quién le importa exactamente.»

Surgen en este primer apartado del libro temas de debate en torno a la traducción, como puede ser la importancia que tiene para un autor ser traducido al inglés, la invisibilidad del traductor o el porcentaje bajo de traducciones en algunas lenguas.

En la introducción Grossman presenta también su definición de la labor del traductor:

El factor único de la experiencia del traductor es que nosotros no sólo somos oyentes del texto, los que escuchamos la voz del autor en el oído de la mente, sino también hablantes de un segundo texto –la obra traducida– que repite lo que hemos oído, aunque en otro idioma, un idioma con su propia tradición literaria, sus propios aditamentos culturales, su propio léxico y sintaxis, su propia experiencia histórica, todo lo cual debe ser tratado con tanto respeto, estima y apreciación como los que nos inspira el idioma del escritor original. Nuestro propósito es recrear hasta donde sea posible, dentro del sistema ajeno del segundo idioma, todas las características, los avatares, las rarezas y las peculiaridades estilísticas de la obra que estamos traduciendo.

Esta manera de ver la traducción se opone totalmente a la traducción literal y pone de manifiesto la importancia de la competencia traductora. La traducción literal está presente a lo largo de todo el ensayo, y siempre mostrando un rechazo lógico hacia esa forma de traducir. Emplea una imagen muy acertada para representar la traducción literal: papel de calcar lingüístico.

En el primer capítulo del ensayo, Edith Grossman presenta otro tema de debate que puede parecer que va en contra de la profesión del traductor. La autora se pregunta por qué seguir traduciendo libros, ya que en el mundo en el que vivimos la falta de tiempo es algo generalizado, y los pocos lectores que quedan no tienen tiempo para poder leer todas las obras de calidad que están ya traducidas. En otras palabras, ¿qué sentido tiene traducir libros? Presenta a continuación una propuesta que resulta curiosa cuanto menos: algunos pedagogos apoyan el hecho de leer sólo en el idioma original del autor, rechazando así todas las traducciones. La respuesta a esta actitud, y a la pregunta formulada anteriormente, queda respondida por la autora con otra pregunta: «¿Cómo podría yo seguir sin ellas [sin las traducciones], cuando hay tantos idiomas importantes en el mundo que no puedo leer y tantas obras valiosas de literatura que ignoraría por completo si no hubiesen sido traducidas al inglés?»

El segundo capítulo empieza con una descripción de la profesión del traductor: labor apreciada por algunos, despreciada por otros y subvalorada por los editores. Presenta de nuevo un tema de debate, esta vez es el turno de traduttore è traditore, o, lo que es lo mismo, los traductores son traidores. Retoma la crítica a la traducción literal y hace un recorrido por algunas traducciones de autores como Gabriel García Márquez o Jorge Luis Borges. Además, narra su experiencia como traductora de la obra Don Quijote de Cervantes. En primer lugar enumera los problemas previos a la labor de traducción, para después detallar algunas de las dificultades encontradas a lo largo de todo el proceso y su método de trabajo.

En el último capítulo, dedicado a la traducción de poesía, la autora confiesa su preferencia por este tipo de traducción. Tras hacer esa pequeña introducción, presenta algunos poemas ya traducidos, y detalla algunas dificultades que tuvo en el momento de traducirlos (como el hecho de que el español cuente las sílabas y el inglés cuente el pie). Al contrario que los capítulos anteriores, este capítulo es casi un catálogo comentado de las traducciones de la autora.

Podemos concluir afirmando que este ensayo es una obra de actualidad con una fuerte carga crítica, sin ninguna duda positiva para el traductor. El ensayo pretende ser, y lo consigue, una apología del traductor. Quizá hubiera sido un acierto no centrarse sólo en la cultura anglosajona, pero a pesar de eso hay muchos elementos que se pueden aplicar a cualquier cultura. Consideramos adecuado terminar esta reseña con una cita del ensayo, en la que la autora da respuesta a la pregunta de por qué la traducción importa: «Imaginen lo desprovistos que estaríamos si los únicos mundos ficticios que pudiéramos explorar, las únicas experiencias literarias indirectas que pudiéramos tener fueran las escritas en idiomas que podemos leer con facilidad. La privación sería indescriptible.»

A tradução literária

Paulo Henriques Britto

Rio de Janeiro, Civilização Brasileira, 2012, 160 págs.

Xosé Manuel Dasilva

Tiene el brasileño Paulo Henriques Britto una personalidad polifacética. En el género poético es autor de varios libros de apreciable calidad y también ha cultivado la prosa de ficción. Además de ensayista, ejerce como profesor en la Pontifícia Universidade Católica de Río de Janeiro, donde enseña traducción literaria y literatura brasileña. Por último, cabe resaltar su faceta de traductor con una larga experiencia acumulada, siendo hoy en día uno de los más acreditados profesionales en lo concerniente a la lengua inglesa, tanto directa como inversamente, que existen en Brasil. De la dedicación de Britto a este campo dan fe más de una centena de libros de géneros diversos. En el ámbito de la poesía, sobresalen sus versiones de Lord Byron, Elizabeth Bishop, Wallace Stevens y Ted Hughes. En la narrativa, el catálogo de autores es todavía más nutrido, y entre ellos resulta imprescindible mencionar a Henry James, Edmund Wilson, William Faulkner, Thomas Pynchon y Salman Rushdie. Concretamente, Britto obtuvo el prestigioso Prémio Paulo Rónai por la traducción de la novela A mecânica das águas, del narrador norteamericano Edgar Lawrence Doctorow. En cuanto a sus trabajos del portugués de Brasil al inglés, hay que reseñar obras de Luiz Costa Lima y Flora Süssekind.

Este libro que ahora nos brinda Britto en su condición de ensayista forma parte de la denominada Coleção Contemporânea, puesta en circulación por la conocida editorial Civilização Brasileira. Dicha serie trata con un enfoque monográfico temas que revisten especial interés en el entorno de las disciplinas humanísticas. Por tal motivo, el propósito que orienta la obra radica en proporcionar una guía de tenor divulgativo. Ahora bien, la calidad de este volumen hace que pueda llegar a un amplio espectro de receptores que abarca desde el público en general hasta los especialistas en los estudios traductológicos.

Y es que el presente volumen, ciertamente, no puede considerarse un manual en sentido estricto, o al menos no se atiene a las convenciones propias de las entregas de este corte. El autor huye de suministrar recetas precisas en torno a lo que compete a quien trasplanta una obra, de modo que las prescripciones están aquí totalmente ausentes. Así se anuncia en el primer capítulo, de naturaleza teórica. En esta parte introductoria, Britto profundiza en las ideas que pululan acerca de la actividad de traducir sobre todo con la intención de evidenciar, a través de una hábil estrategia argumentativa, que las cosas no son tan sencillas como por lo común se piensa.

El autor consigue con ese proceder despertar la curiosidad de los lectores menos versados, a fin de que traten de hallar en las páginas siguientes explicaciones más sólidas que aquellas de las que disponen de inicio. Muchas son las nociones cardinales que Britto desarrolla en lo referente a su concepción del hecho traductor. Hasta avanza, tras un análisis demorado, algunas conclusiones que no podemos dejar de consignar. Por citar un caso, subraya que la traducción y la creación no son lo mismo, incluso cuando el traductor se fija como aspiración insuflar una alta dosis de originalidad a su quehacer. En conexión con ello, Britto sostiene que la tarea de quien trasporta un texto a otra lengua implica la necesidad de permanecer fiel, en la mayor medida posible, a la voluntad que se observa en el creador del mismo cuando lo escribió. Otra conclusión importante tiene que ver con la convicción de que cualquier traducción, aun mereciendo respeto en sí misma, es susceptible de evaluación con el objeto de determinar su diferente grado de calidad.

El resto del volumen deja al descubierto un aspecto bastante destacado, el cual no es otro que la combinación de formación teórica y experiencia práctica que Britto posee. En efecto, sus reflexiones se apoyan en la exposición de abundantes ejemplos extraídos de su dilatada carrera trasladando textos del inglés al portugués de Brasil. Esto da lugar a que el libro adquiera al final una dimensión eminente didáctica, ya que el lector puede aprender, a partir de tales muestras, a comprender qué es lo que corresponde hacer cuando surgen escollos que dificultan el transvase del texto. En ese sentido, quedan de manifiesto las cualidades pedagógicas con que cuenta el autor como fruto de su prolongado desempeño docente.

No es baladí, por lo demás, que Britto haya decidido destinar un capítulo a la traducción del género narrativo y otro a la traducción del género poético. Con respecto al primero, llama la atención sobre los obstáculos de índole estilística que surgen cuando se trasplanta a autores con un discurso muy marcado. Profundiza en lo que sucede con no pocos escritores norteamericanos en cuya obra se oponen, con firme voluntad estilística, modos de decir de distintos grupos sociales de aquella realidad cultural. En cuanto a la poesía, el punto de vista de Britto pone de relieve que esta es la traducción más compleja de todas, puesto que se construye, conforme afirma, con todos los planos del lenguaje y el poema, como consecuencia, «mobiliza sons, imagens, ideias, tudo».

Es perceptible un dilema que asoma a lo largo del volumen. Se trata del doble compromiso que el traductor contrae con el original que transfiere y con el público que va a leer la traducción, lo que conlleva la sempiterna cuestión relativa a si el producto traducido, principalmente en el dominio de la literatura, puede llegar a gozar de completa autonomía o es más bien la mera transposición de una obra. Britto procura mantener una posición de equilibro entre ambos extremos. Así, no pierde ocasión de manifestar que, como traductor, su meta estriba en reproducir en la lengua de llegada los múltiples efectos que presenta el original.

Aún más, el autor discrepa de quienes postulan que escribir y traducir casi no difieren, por lo que quien vuelca una obra a otro idioma está autorizado a dejar en el texto traducido una marca explícita de su labor. Conviene citar un pasaje que condensa la opinión que defiende Britto: «O tradutor deve produzir um texto que possa ser lido como a mesma coisa que o original, e portanto deve reproduzir de algum modo os efeitos de sentido, de estilo, de som (no caso da tradução de poesia), etc., permitindo que o leitor da tradução afirme, sem mentir, que leu o original». En fin, he aquí una contribución más de indudable utilidad que proviene de la siempre sugerente traductología brasileña. Es de subrayar, además, el ritmo tan regular de las publicaciones que allí salen alrededor de esta temática, lo cual demuestra la perseverante curiosidad que en este país se advierte por la traducción.

Cincuenta estudios sobre traducciones españolas

Francisco Lafarga & Luis Pegenaute (Eds.)

Berna, Peter Lang. Col. Relaciones literarias en el ámbito hispánico: Traducción, Literatura y Cultura, 2011, 498 págs.

Encarnación Postigo Pinazo

Francisco Lafarga, profesor emérito de la Universitat de Barcelona, y Luis Pegenaute, profesor titular de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, los editores del volumen objeto de esta reseña, han sido también responsables de la Historia de la traducción en España (2004), el Diccionario histórico de la traducción en España (2010) y el Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica (2013), obras colectivas que son una muestra más de su extensa aportación al estudio de la historia de la traducción en España, así como de su capacidad para reunir a destacados expertos en este campo de investigación en torno a proyectos de enorme envergadura y calado.

Cincuenta estudios sobre traducciones españolas, volumen número cinco de la colección «Relaciones literarias en el ámbito hispánico: Traducción, Literatura y Cultura», dirigida a su vez por Luis Pegenaute, cuyo objeto primordial es difundir contribuciones de carácter multidisciplinar en el campo de la traducción y las relaciones interliterarias en el ámbito hispánico, constituye también un excelente ejemplo de la capacidad de los profesores Lafarga y Pegenaute para llevar a buen puerto una tarea de esta complejidad. En realidad, los cincuenta capítulos del presente volumen tienen su origen en la colaboración de la mayor parte de los cuarenta especialistas en sus respectivas materias, de veinticinco universidades y centros de investigación europeos, con la Biblioteca de Traducciones Españolas, alojada en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, http://www.cervantes virtual. com/ bib/portal/ bitres/.

Cincuenta estudios sobre traducciones españolas ofrece al investigador y a cualquier persona interesada en profundizar en aspectos relacionados con la historia de la traducción una excelente oportunidad para acercarse a una serie de textos vertidos entre el siglo XV y el primer tercio del siglo XX, elegidos por los editores por la influencia que ejercieron en su tiempo, el éxito que obtuvieron entre el público lector o por ser las primeras versiones de determinadas obras extranjeras. Un aspecto común a todos los capítulos del volumen es la relevancia de la obra original en la producción literaria de los autores seleccionados, entre los que cabe mencionar los siguientes: de lengua francesa, Balzac, Baudelaire, Chateaubriand, Destouches, Goncourt, Hugo, Lamennais, Lebrun, Lemoine, De Maistre, Martainville, Mercier, Molière, Racine, Ribié, Rousseau, Sand, Scribe y Voltaire; inglesa, Fielding, Irving, Macpherson, Richardson, Scott, Shakespeare, Thackeray y Wilde; latina, Boecio, Fedro, Horacio, Terencio y Virgilio; alemana, Heine, Kant, Kotzebue; griega, Aristóteles; italiana, Alfieri; portuguesa, Camoes y rusa, Chéjov.

Las traducciones analizadas a lo largo del volumen son estudiadas en el contexto de las traducciones del autor correspondiente y de su recepción en la cultura de lengua española. Tampoco faltan, por otra parte, un conjunto de perfiles biográficos y profesionales de los traductores incluidos en el volumen, entre los que predominan prestigiosos intelectuales que compatibilizan su labor traductora con otras actividades literarias, como es el caso de Manuel Bretón de los Herreros, Enrique Díez-Canedo, Leandro Fernández de Moratín, Ignacio García Malo, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Tomás de Iriarte, Mariano José de Larra, Teodoro Llorente, José Marchena, José Mor de Fuentes, Eugenio de Ochoa, Emilia Pardo Bazán, Pedro Pedraza, Dionisio Solís o Antonio Valladares, frente a un único ejemplo de traductor profesional, como es el caso de Julio Gómez de la Serna. Sin embargo, tampoco faltan trabajos en los que se estudia la labor de traductores sobre los que se cuenta con menos información biográfica, como por ejemplo, Pascual Genaro Ródenas, Lamberto Gil, Francisco Gutiérrez-Brito, Isidoro López Lapuya, Ignacio de Ordejón y Ángel Pumarega.

Nos parece un enorme acierto el hecho de haber incluido estudios sobre la traducción de autores clásicos griegos y romanos durante la Edad Media tardía y el Renacimiento, como puede constatarse en los trabajos de Antonio Doñas y José Luis Calvo Martínez. En este sentido también resultan muy reveladores de las prácticas traductoras durante el siglo XVIII los tres capítulos de Francisco Salas Salgado sobre las traducciones de Tomás de Iriarte de obras de Horacio, Fedro y Virgilio, así como algunas polémicas literarias en las que se vio envuelto. Resultan de obligada mención, asimismo, los excelentes trabajos firmados por el profesor Eterio Pajares, recientemente fallecido, sobre las traducciones de Tom Jones o El expósito, de Henry Fielding, y Pamela Andrews o La virtud premiada de S. Richardson.

Las traducciones de obras francesas publicadas durante el siglo XIX constituyen el apartado más amplio del volumen, aunque tampoco faltan versiones de obras portuguesas o danesas. Enrique Bernárdez, por ejemplo, aporta un original estudio sobre una versión española de tres cuentos de H. Ch. Andersen, traducida por el casi olvidado crítico literario Leopoldo García Ramón para la Librería Española de Garnier de París, a partir de un texto intermedio francés, que a su vez había sido vertido del alemán. No menos valiosa, asimismo, resulta la aportación de Marta Giné Janer sobre una traducción de Atala, de F.-R. Chateaubriand, obra clave en la difusión de las ideas románticas en España.

De enorme utilidad para conocer en profundidad el papel que ejerció la traducción en la obra de los grandes escritores de este periodo resultan los cuatro estudios consagrados por René Andioc y Pedro Pardo Jiménez a Leandro Fernández de Moratín, y por Roberto Dengler y Lidia Anoll a Mariano José de Larra, en los que las traducciones de obras de teatrales de ambos autores contienen numerosos ejemplos de adaptación cultural y traducción creativa.

Respecto de los estudios centrados en las traducciones publicadas durante el primer tercio del siglo XX, David Marín Hernández reivindica la vigencia de las traducciones del crítico literario y antólogo Enrique Díez-Canedo, así como la modernidad de sus ideas sobre la traducción poética. Marcos Rodríguez Espinosa y Arno Gimber, por su parte, analizan, respectivamente, traducciones firmadas por los prestigiosos traductores Manuel Ortega y Gasset y Manuel García Morente, colaboradores ambos de proyectos culturales de corte europeísta inspirados por José Ortega y Gasset, cuyas obras se han seguido reeditando hasta hace poco tiempo. En este apartado tampoco faltan aproximaciones a figuras marginales menos conocidas hasta la fecha. Tal es el caso del exiliado ruso de origen judío Nicolás Tasin, uno de los principales traductores de Chéjov durante la década de los años 1920 y 1930, del que se ocupa Roberto Monforte, y de Ángel Pumerga, militante del Partido Comunista de España, cuya traducción del Discurso sobre el origen de la desigualdad, de J.-J. Rousseau, analizada por Irene Aguilà, es representativa del desarrollo que el libro de avanzada alcanza durante la dictadura del general Primo de Rivera.

En definitiva, consideramos Cincuenta estudios sobre traducciones españolas una obra de consulta obligada por la amplitud cronológica abarcada, la variedad de traducciones analizadas y los abundantes perfiles biográficos de traductores desconocidos que ofrece al estudioso de la historia de la traducción en lengua española.

Silencios fructuosos/ Tăceri roditoare

Cristian Muntean

Edición bilingüe de Aurora Comşa. Cultiva Libros, Madrid, 2010, 137 págs.

Andreea Nora*

Publicado en rumano en 2005, el segundo libro del escritor y sacerdote Cristian Muntean fue reeditado en 2010 en una edición bilingüe en rumano y español bajo la supervisión de la traductora Aurora Comşa.

El formato de la presente edición fue cuidadosamente elegido, aspecto que se nota en la calidad del papel y en la selección de los colores de la cubierta. Además, el dibujo que aparece en la cubierta, propiedad de las hijas del poeta, es un elemento clave para la interpretación del libro porque representa el cáliz y el árbol de la vida, hablando de los silencios del Cáliz, silencios fructuosos.

Tomando en consideración la preparación académica del emisor del texto origen (teólogo), el tema de la búsqueda espiritual se entiende por sí mismo. Sin embargo, la perspectiva del sacerdote no es didacticista, sino profundamente humana, marcada por circunstancias tétricas o fervorosas que acompañan el trayecto iniciático desde la infancia del alma hacia la antecámara de la muerte. La traductora se convierte en el nuevo emisor, haciendo otra oferta comunicativa porque el nuevo receptor es diferente del receptor de origen. Notamos un cambio de enfoque en el receptor meta: el libro se dirige a un público menos especializado, que desconoce la religión ortodoxa y las referencias culturales rumanas. No obstante, Aurora Comşa logra guardar los aspectos más generales de la intención del emisor inicial, es decir, la de provocar reflexiones sobre los padres, la esposa, Dios, la despedida, la sequía del alma, el amor tácito, la profundidad de la fe o el dolor de la soledad.

La traductora decide guardar solamente la variante en español de la dedicatoria a los padres del poeta con la cual abre el libro y del motto de Agustín de Hipona («!Ay de los que no hablan de Ti, Señor! Ay de los que podrían hablar y se quedan mudos!»). Notamos una antinomia intrigante entre la cita y el título del libro Silencios fructuosos, antinomia que despierta el interés del lector: el silencio es fecundo, pero la abstención de hablar de Dios es infausta. Por consiguiente, el horizonte de expectativas del lector ya está configurado por el afán de aclarecer esta duda ontológica, siguiendo las pautas de lectura.

Aurora Comşa reconoce desde el principio sus límites: Un traductor es al mismo tiempo traidor porque es prácticamente imposible encontrar una correspondencia perfecta entre los dos textos. Su perspectiva traductológica es la preservación del mensaje, mensaje que logra trasmitir muy bien, aunque lo hace con el riesgo de modificar algunas veces la forma de los poemas. Por esta causa, la rima interior y el ritmo de los versos o la presencia de aliteraciones o asonancias se alteran a veces; asimismo, el dativo posesivo del rumano se traslada al español perdiendo el matiz semántico de la posesión generada a través del verbo: bucuria de a-Mi te şti în preajmă. Sin embargo, intenta disminuir estas pérdidas a través de medidas compensatorias; por ejemplo, usa el adjetivo pronominal en los títulos (A mi padre), marca encontrada en el poema rumano, pero no en el título (Tatălui).

Además, la traductora se acerca al universo rumano porque su propósito no radica solamente en fomentar los pensamientos y los sentimientos religiosos, sino también en ofrecer explicaciones de los elementos culturales rumanos como la Puerta del beso, la Mesa del silencio, las oraciones de la misa ortodoxa o la literatura rumana. En consecuencia, el texto está orientado hacia la cultura de origen. Sin embargo, a veces notamos la preocupación por integrar al lector en la obra a través del reemplazo de palabras típicas rumanas por palabras pertenecientes al mundo español para facilitar la recepción de la obra (adaptación), como por ejemplo los bailes folclóricos horă/ danza.

Asimismo, la selección del vocabulario sugiere la sensibilidad del yo lírico, que prefiere las palabras cargadas de afecto y emociones a las palabras pertenecientes al registro neutro, palabras que sirven para vertebrar el universo poético y que gravitan alrededor de la introspección y de la dimensión de lo más allá. Muchos verbos o sustantivos tienen connotaciones fuertes: súplica, intento, inquietud, lluvia de lágrimas. La traductora intenta explotar el lenguaje a través de varios procedimientos que mejor encajen con su propósito. Por ejemplo, guarda el registro semántico buscando correspondencias como ro. odaie/tabuco o elige palabras comunes a los dos idiomas, pero que en español tienen poca frecuencia de uso para conservar los matices significativos: liturgia, flores dalbas, la clepsidra. De vez en cuando, usa palabras que no siguen fielmente al original, como frate/cofrade, cuminţi/obedecientes, ofreciendo una significación bastante imprecisa, pero cuyo uso es el mantenimiento de los procedimientos poéticos. El texto está cargado de metáforas, de juegos de palabras (Crina/crin), algunas frases son largas, otras cortas, obteniendo un ritmo muy variado incluso dentro del mismo poema, aspectos que la traductora generalmente logra mantener.

Aurora Comşa usa varios procedimientos de traducción: traducción palabra por palabra («tu, amintirea care doare»/«tú, recuedo que duele»), la transposición («păcatul ni-e un frate/ vitregit de sănătate»/adjetivo «el pecado es un cofrade/ que de sanidad carece»), la transferencia (Neamţ), la amplificación («colindă»/«cantar villancicos»), la modulación («şi nu mai poate-a glăsui»/«se quedó enmudecido»), la equivalencia («mă simt mai aproape de Cel prin Care sunt»/«me siento más cerca del que me creó»), la explicitación («dragele»/«las hijas queridas»). A veces el orden de las palabras es diferente del texto de origen y resulta poco habitual en español con el propósito de conceder la rima («Señor, más amor danos/ y lugar en Tu eternidad haznos»).

En conclusión, se podría decir que este libro constituye una radiografía de los mecanismos introspectivos universales a través de la sensibilidad de los versos y a través de las imágenes creadas por el poeta. Además, la calidad de la traducción está avalada por los métodos de compensación y por las aclaraciones puntuales ofrecidas por la traductora. Esperamos que nuestros argumentos sean suficientemente convincentes para que los lectores se acerquen al libro.

* Este trabajo fue posible gracias al apoyo financiero ofrecido a través del Programa Operativo Sectorial de Desarrollo de Recursos Humanos 2007-2013, cofinanciado por el Fondo Social Europeo, en el marco del proyecto POSDRU/107/1.5/S/77946, titulado «El Doctorado: una carrera atractiva en la investigación».

Fraseopragmática

Inés Olza & Elvira Manero Richard (Eds.)

Romanistik, Band 15. Berlín, Frank & Timme, 2013, 423 págs.

Diana Toma

La fraseología está de moda. Son incontables las publicaciones, congresos, seminarios y reuniones científicas dedicadas al estudio de esta disciplina, tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Son también numerosos los enfoques que aúnan fraseología y otras disciplinas adyacentes, como la semántica, la gramática, la sociolingüística o la lexicografía. Sin embargo, todavía se detecta una relativa escasez de investigaciones procedentes de áreas muy necesarias para la correcta comprensión de la esencia fraseológica, a saber, el análisis del discurso y la pragmática (fraseopragmática), por un lado, y el procesamiento de lenguaje natural (PLN), por el otro (fraseología computacional). Son, sin duda, dos de las asignaturas pendientes de la fraseología actual.

Tras la introducción teórica de las editoras, en la cual se reivindica el necesario «giro pragmático» en la fraseología, el volumen se articula en cuatro partes: I. Perspectivas fraseográficas y contrastivas; II. Funciones textuales o discursivas; III. Procesos de fijación y gramaticalización; y IV. Nuevos acercamientos desde la Pragmática. En realidad, se trata de un agrupamiento de límites difusos y no siempre bien justificados. Por ejemplo, hay trabajos de corte contrastivo o de traducción en otras partes del libro distintas de la primera (Carmen Mellado Blanco y Gloria Corpas Pastor).

El primer bloque presenta una orientación lexicográfica o contrastiva. En él se reúnen trabajos que evidencian la apremiante necesidad de aplicar la perspectiva fraseopragmática en la descripción del componente pragmático en los diccionarios, así como en la traducción y el contraste de unidades fraseológicas. En el primer capítulo, Inmaculada Penadés Martínez trata de exponer la dificultad que entraña la descripción lexicográfica de los valores diafásicos de las locuciones en español, los diferentes criterios de categorización y la confusión con los aspectos diastráticos. A continuación, Pablo Zamora y Arianna Alessandro analizan desde una perspectiva interlingüística y contrastiva los puntos de convergencia y divergencia entre los marcadores conversacionales, las unidades fraseológicas pragmáticas y las interjecciones entre el español e italiano a través de un corpus de películas dobladas. Concluyen que la lengua italiana muestra una marcada tendencia a recurrir a formas interjectivas, mientras que en español se prefieren otros recursos lingüísticos funcionalmente equivalentes. Teniendo en cuenta el registro coloquial, el italiano exhibe un repertorio más extenso y diversificado en cuanto a interjecciones se refiere, mientras que el español emplea más marcadores conversacionales y otras unidades fraseológicas pragmáticas en lugar de las interjecciones, ya sean estas simples o complejas. El tercer y último capítulo de esta primera parte versa sobre los fraseologismos que expresan hostilidad (injuriar, criticar, reprender, entre otros) en el par de lenguas español-alemán. A partir del análisis de estos fraseologismos en el corpus FRASEPAL, Ana Mansilla llega a la conclusión de que definitivamente existe una polisemia interlingüística de los elementos fraseológicos. El entorno lingüístico, esto es, el contexto, adquiere un papel sustancial en la comunicación para descifrar plenamente el sentido de un enunciado.

Los trabajos del segundo bloque tratan sobre las funciones textuales y discursivas. En el primer capítulo, Jean-Claude Anscombre pretende llegar a una definición operativa del concepto de paremia prescriptiva basándose en propiedades exclusivamente lingüísticas, diferenciándola de la paremia descriptiva. El trasvase de las primeras a las segundas es posible y depende de la disposición y forma de sus elementos lingüísticos constituyentes. La clave parece estar en su estructura. Elvira Manero Richard también se ocupa de las paremias, concretamente del refrán «en boca cerrada no entran moscas», en un corpus de textos periodísticos actuales (comprendidos entre 2002 y 2012). Se hace hincapié en la función prototípica que desempeña este refrán, sus particularidades pragmáticas y las estrategias polifónicas de uso en este tipo de textos. El tercer trabajo se centra en la explotación de la fraseología con fines humorísticos. Leonor Ruiz Gurillo constata que la fraseología es una de las elecciones lingüísticas básicas que lleva a cabo el humorista en textos como el chiste, el monólogo o la parodia. El último trabajo sobre funciones textuales y discursivas de las unidades fraseológicas corre a cargo de Inés Olza. La autora se ocupa del valor pragmático-discursivo de estas unidades, sobre las cuales apenas se ha investigado.

El tercer bloque temático del volumen agrupa tres trabajos que abordan procesos de fijación y gramaticalización de las unidades fraseológicas. Carmela Pérez-Salazar se centra en la perspectiva diacrónica de la fraseología. Partiendo desde la Edad Media hasta nuestros días, la autora estudia la evolución de la existencialidad negativa (nulla cosa, ninguna cosa, cosa ninguna, cosa del mundo, cosa alguna, nada de esto, etc.), el cambio semántico, la lexicalización y gramaticalización de dichas unidades y su deficiente cobertura en los diccionarios. En la misma línea, Catalina Fuentes Rodríguez se ocupa de la evolución sufrida por las secuencias encima, para colmo, para más inri y por si fuera poco hasta convertirse en operadores argumentativos (marcadores que señalan la orientación o fuerza argumentativa de un enunciado). El último trabajo de este bloque es de índole contrastiva, como hemos indicado más arriba. Partiendo de la teoría de la imagen pública (Brown y Levinson, 1987), ya clásica en los estudios de fraseología, Carmen Mellado Blanco trata de establecer paralelismos entre ciertas preferencias de uso de persona y tiempo verbal y la valoración e implicaturas del hablante en alemán y en español. A través del estudio del corpus FRASESPAL se demuestran la relación que existe entre las restricciones morfosintácticas de uso y el significado connotativo-pragmático de los fraseologismos.

El cuarto y último bloque arranca con el trabajo de Gloria Corpas Pastor, que aboga por un enfoque pragmático-tecnológico hasta llegar a la fraseología computacional. Se presenta una metodología de corpus, de corte pragmático-discursivo, ejemplificada con el par de lenguas inglés-español. Esta novedosa metodología utiliza distintas aplicaciones de PLN —corpus en línea, corpus web, bases de datos de conocimiento y sistemas CLIR (cross-language information retrieval)— para el análisis (monolingüe y contrastivo) de la fraseología y la traducción. Siguen dos trabajos centrados en tipos de unidades fraseológicas o en aspectos pragmáticos escasamente estudiados en español. Esteban T. Montoro del Arco aborda la locución pronominal, sus valores pragmáticos diferenciales con respecto a los pronombres equivalentes, así como la búsqueda de la expresividad intrínseca a su uso. Finalmente, Aina Torrent sostiene que la intensificación es una de las funciones esenciales del sistema fraseológico español, y desde ahí ahonda en el papel que desempeñan algunas locuciones como elementos de intensificación y vehículo para la manifestación de estados de ánimo y de emociones vehementes.

Este volumen viene a cubrir parte de las lagunas mencionadas al principio, pues recoge una selección de trabajos de primer orden sobre el uso de las unidades fraseológicas en el discurso, el uso pragmático que de ellas hacen los hablantes, desde una perspectiva monolingüe o contrastiva. La mayoría de los trabajos emplea también una metodología innovadora que, como no podía ser de otra manera, gira en torno al dato real, con un enfoque empírico, con metodología de corpus, y en ocasiones, hasta tecnológico. Se entiende ahora, pues, que la fraseología esté de moda, que la fraseopragmática marque tendencia o que la fraseología computacional sea avant-garde.

Subtitling Through Speech Recognition: Respeaking

Pablo Romero-Fresco

St. Jerome Publishing, Mánchester, 2011, 194 págs. + DVD

Nieves Jiménez Carra

El rehablado, la técnica de producción de subtítulos mediante el reconocimiento de habla, es uno de los campos más inexplorados en Traducción Audiovisual (TAV). En los últimos años, sin embargo, el creciente interés en la investigación en TAV ha supuesto un empuje significativo para que modalidades anteriormente menos estudiadas adquieran mayor protagonismo en la disciplina.

Uno de los investigadores pioneros en el estudio del rehablado es Pablo Romero-Fresco, profesor de la Roehampton University, quien, tras años dedicados a la investigación y la docencia de esta modalidad, publica ahora este volumen que marca un punto de inflexión en la percepción del rehablado y que sienta las bases para su conocimiento por parte de investigadores, docentes y profesionales.

La monografía, de 12 capítulos, forma parte de la colección de St. Jerome Translation Practices Explained y está acompañada de un DVD con fragmentos de vídeos y lecturas que ayudan a la realización de ejercicios. Según se indica en el volumen, la obra está dirigida a docentes y estudiantes, profesionales e investigadores, responsables de museos, cines y teatros y miembros de asociaciones de personas sordas.

Los dos primeros capítulos, Introduction to Respeaking y Live Subtitling, abordan el concepto del rehablado y realizan un repaso a la historia y los orígenes del subtitulado para personas sordas y con discapacidad auditiva y de la subtitulación en directo. También se tratan en ellos las denominaciones que se han dado a estos conceptos, así como la legislación aplicable y una clasificación de los métodos de subtitulación en directo.

El capítulo 3, Respeaking as a Professional Practice, se centra en la profesión. Se analiza información recabada mediante cuestionarios enviados entre 2009 y 2011 a canales y empresas de subtitulado en el Reino Unido, España, los Países Bajos, Suiza, Dinamarca, Francia, Italia, Canadá y Estados Unidos. El autor estudia la situación en el Reino Unido y repasa las empresas, las condiciones de trabajo, la formación y las características de los subtítulos rehablados. Posteriormente se expone la situación en el resto de países. Cierra el capítulo una visión general de la formación a nivel universitario en Europa, así como en Estados Unidos.

En el capítulo 4, Respeaking Skills, Romero-Fresco explica que las características del rehablado lo acercan más a la interpretación interlingüística que a la traducción. La parte más interesante de este capítulo se encuentra en el último apartado, donde se pueden observar las habilidades que el rehablado toma del subtitulado para sordos, de la interpretación simultánea y aquellas que son específicas a esta técnica, según se necesitan antes, durante o después del proceso.

Romero-Fresco expone los pasos, las habilidades y los programas informáticos necesarios para el proceso de creación de rehablado en los siguientes 6 capítulos (del 5 al 10): Respeaking Skills Applied before the Process. General Knowledge of SR (donde SR corresponde a speech recognition), Respeaking Skills Applied before the Process II. Preparation of the Software –Respeaking with Dragon, Respeaking Skills Applied during the Process I, Respeaking Skills Applied during the Process II. Respeaking Different Genres, Respeaking Skills Applied during the Process III. Respeaking in Other Settings y Respeaking Skills Applied after the Process. Accuracy Rate – the NERD model. En estas páginas, se muestran, entre otros aspectos, los componentes y el proceso mediante el cual funciona el reconocimiento de habla, su empleo para el rehablado y una selección de software disponible (gratuito y de pago) (capítulo 5). También se tratan los aspectos técnicos a tener en cuenta cuando se trabaja con el programa en el que se centra el autor, Dragon NaturallySpeaking (capítulo 6), y las características que forman parte del proceso de rehablado (y cómo el tipo de formación se acerca al de una interpretación simultánea y sus características son similares a las del subtitulado para oyentes y para personas sordas) (capítulo 7). Se explican, asimismo, los géneros en los que el subtitulado en directo es usado con mayor frecuencia (programas deportivos, informativos, entrevistas o debates, entre otros) (capítulo 8), además del rehablado en museos, congresos o aulas (capítulo 9). Resulta especialmente interesante conocer que determinadas universidades están haciendo pruebas para hacer las clases accesibles a sus estudiantes mediante esta técnica.

Por ultimo, Romero-Fresco analiza en el capítulo 10 los diversos tipos de calificación de errores en rehablado: el método WER ¾Word Error Rate¾, el del CRIM ¾Centre de Recherche Informatique de Montréal¾ y el método NERD, basado en el WER y el CRIM y centrado en diferentes variables. Sigue un apartado en el que se muestran ejemplos de cómo se aplicaría el método NERD. Esto resulta especialmente útil para el docente interesado en impartir clases de rehablado.

El capítulo 11, The Reception of Respeaking, muestra los resultados de un estudio de recepción llevado a cabo por el autor como parte de un proyecto de investigación. Advierte de que, aunque el énfasis en los últimos años, a menudo impulsado por legislación estatal, ha sido lograr un elevado porcentaje de programación en directo subtitulada, ahora es necesario que el enfoque se centre en la calidad de esta subtitulación. Así, estudia cómo es recibida, comprendida y percibida por parte del público meta.

El libro se cierra con el capítulo 12, Final Thoughts. En él, Romero-Fresco reflexiona acerca de la inmediatez que caracteriza a la investigación en TAV que hace que cualquier enfoque pueda quedar rápidamente obsoleto, aunque justifica que la formación en rehablado es un aspecto que siempre será necesario investigar, aunque varíen las técnicas o los programas. Reivindica también la colaboración entre universidad y empresa como elemento clave para la mejora de la práctica.

El libro publicado por Romero-Fresco es el primero dedicado al rehablado y sin duda supone un antes y un después en el conocimiento de esta modalidad. La concienciación por parte del público general y especializado de la necesidad de la presencia de estas modalidades en los medios es imprescindible. Un primer paso lo constituye este volumen, que no deja lugar a dudas sobre la importancia de la accesibilidad y que resulta indispensable para cualquier interesado en TAV.

Idiomatik Deutsch-Spanisch/Diccionario idiomático alemán-español

Hans Schemann, Carmen Mellado Blanco, Patricia Buján, Juan P. Larreta & Ana Mansilla

Buske, Hamburgo, 2013, 1253 páginas

Jorge Leiva Rojo

El presente diccionario surge de la necesidad de poner de relieve lo que Schemann denomina en el prólogo sensibilidad idiomática y de atajar las carencias que, como es de esperar, estarán presentes en mayor o menor medida en los hablantes de lenguas extranjeras. Y es que del acierto con que se traduzcan las unidades fraseológicas presentes en un texto dado dependerá en gran medida el éxito o fracaso de su resultado final.

El diccionario ante el que nos encontramos, que recopila la nada desdeñable cifra de 33 000 unidades fraseológicas, es fruto de varios años de trabajo y constituye la punta de lanza de un trabajo más amplio, en el que, tomando como lengua de origen el alemán, se han elaborado otros diccionarios idiomáticos que tienen como lengua de destino el francés, inglés, italiano y portugués. Por ese motivo, se trata de un diccionario bilingüe unidireccional que, sin embargo, está concebido para un uso tanto activo como pasivo, aunque con un predominio superior de la función descodificadora, ya que los ejemplos empleados se han redactado en lengua alemana.

Con relación a la organización de la obra, tras el prólogo encontramos, en primer lugar, una lista con las abreviaturas, las indicaciones y los signos empleados en el diccionario, a la que sigue una introducción en la que se especifican, de una parte, el material lingüístico que se ha empleado como base para la elaboración de un material y, de otra, diversas cuestiones de organización del diccionario, tanto teóricas —qué se entiende por idiomático en este diccionario, por ejemplo— como de índole más práctica —sistema de remisiones internas o de alfabetización de las entradas–.

De la detallada explicación que aparece en las páginas introductorias del diccionario es fácil deducir que su elaboración ha sido fruto de un esfuerzo que ha dado unos resultados más que evidentes. En lo tocante a la macroestructura de este diccionario semasiológico, se advierte que no solo es ingente el corpus de textos empleado como base, compuesto tanto de obras literarias como de prensa y revistas, sino que también lo es la recopilación de diccionarios —de lengua general o fraseológicos— que toma como referencia. Igualmente, también se afirma que la lengua hablada ha servido como material para la recopilación de unidades fraseológicas (pág. xxvii), lo que se nos antoja como algo imprescindible (aunque no por ello sea tan frecuente como debiera) para que el diccionario sea un reflejo de la lengua actual. Esta preocupación por que las entradas reflejen un uso exacto se advierte, por lo demás, en el vasto catálogo de etiquetas de uso que se emplea para indicar el nivel, registro y estilo de cada entrada. De esta forma, encontramos etiquetas tan variadas como lenguaje literario, elevado, coloquial, familiar, descuidado, vulgar, arcaico, neologismo, irónico, humorístico, enfático, eufemístico, peyorativo o infantil, entre otras.

En lo que respecta a la organización de las entradas en el cuerpo del diccionario, gracias a unos exhaustivos criterios de organización (cf. págs. xviii y ss.), esta es sencilla y, sobre todo, coherente, lo que permite al usuario, tras la lectura de tales criterios o la consulta de un reducido número de unidades fraseológicas, sacar el máximo provecho de esta obra.

La microestructura, por su parte, es en líneas generales la usual de cualquier diccionario, con una parte enunciativa y otra informativa claramente diferenciadas y siguiendo las recomendaciones lexicográficas habituales —cf., a modo de ejemplo, Haensch y Omeñaca (1997 [2004]: 250 y ss.) Haensch (2003: 85)— en cuanto a la presentación tipográfica. En la parte enunciativa, además, se deja claro qué elementos son los obligatorios de la unidad fraseológica —mediante el empleo del tipo de letra negrita— y, mediante el empleo de letra redonda, barras o puntos suspensivos, cuáles se han de actualizar o no son de obligada aparición. En cuanto a la parte informativa, dos fuentes tipográficas distintas permiten distinguir claramente el equivalente del ejemplo.

En lo concerniente a la variedad y calidad de las entradas, consideramos que nos encontramos ante una obra rigurosa, exhaustiva (el número de unidades fraseológicas registradas, como hemos mencionado, es elevadísimo) y, además, honrada, como se aprecia por dos hechos que no se ocultan en ningún momento: en primer lugar, que los ejemplos se han elaborado ex profeso y, en segundo, que en algunos casos la inequivalencia es inevitable, lo que se indica mediante un signo específico. Si toda nueva incorporación a la fraseografía es motivo de satisfacción, en este caso la complacencia es doble, ya que Idiomatik Deutsch-Spanisch permitirá al traductor, además, errar menos en la traducción de unidades fraseológicas al español, lo cual no es poco avance.

Obras citadas:

Haensch, Günther (2003). «Los diccionarios bilingües españoles en el umbral del siglo XXI». En M.ª Antonia Martín Zorraquino y José Luis Aliaga Jiménez (eds.). La lexicografía hispánica ante el siglo xxi: balance y perspectivas. Zaragoza: Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. 77-97.

Haensch, Günther y Carlos Omeñaca (2004). Los diccionarios del español en el siglo xxi. 2.ª ed. corr. y aum. Salamanca: Universidad.