Lenguaje, Derecho y Traducción – Language, Law and Translation
Alonso, Baigorri y Campbell
Comares, Granada, 2011, 181 págs.
Silvia Parra Galiano
La obra que nos ocupa tiene su origen en la tercera edición del Seminario de Traducción Jurídica organizado por la Universidad de Salamanca y el IAMLADP (International Annual Meeting on Language Arrangements, Documentations and Publications) del 15 al 19 de febrero de 2010.
La presentación y los tres primeros capítulos de este volumen abordan la relación entre Lenguaje, Derecho y Traducción desde diversos enfoques mientras que los aspectos más específicos del lenguaje jurídico, y la explotación de corpus y recursos lingüísticos aplicados a la traducción jurídica constituyen el tema de los cuatro últimos capítulos.
Carlos Collantes refleja en la presentación de la obra la diversidad de enfoques desde los que juristas y traductores abordan la Traducción jurídica, gracias a las aportaciones a este campo de estudio de investigadores de distintas disciplinas.
En Reflections on Translation, Exile and Memory, Myriam Salama-Carr muestra la visibilidad en la traducción del manifiesto conflicto entre distintos sistemas culturales y lingüísticos. Para ello recurre al análisis de la traducción inglesa y francesa de la novela autobiográfica de Mourid Barghouti’s (1997), ra’aytu ramallah, y examina la compleja mediación de los traductores cuyas voces aparecen silenciadas o amplificadas por restricciones editoriales y publicitarias.
En opinión de Ovidi Carbonell i Cortés, la traducción implica construir una imagen del otro y transmitir intenciones que al mismo tiempo pueden ser conflictivas. Desde el punto de vista ideológico, el lenguaje es parcial por lo que la traducción intercultural debe ser vista como el resultado de una de las diversas interpretaciones posibles para cuya elección el traductor resulta ser un elemento crucial.
En el tercer capítulo, Ana Messuti muestra una interesante relación entre tres conceptos: verdad, lenguaje y derecho. La interpretación del Derecho y la función que realizan los jueces en su búsqueda de la verdad está condicionada por el cumplimiento de una serie de normas que tienen que hacer compatibles con los hechos que contribuyen a la resolución de los casos de los que conocen. En segundo lugar, decir la verdad equivale a hacer Justicia y la sociedad exige su derecho a la verdad y, por último, el Lenguaje es el elemento subyacente y común, a la hora de interpretar los vínculos, entre memoria y Justicia, por una parte, y el juez y el historiador, por otra.
David Ordóñez-Solís muestra la renovación de la que ha sido objeto el lenguaje judicial español con la democratización de la sociedad española, a partir de la entrada en vigor de la Constitución de 1978 y la adhesión de España a la antigua CEE. La necesidad de adaptar la legislación española a la normativa y directivas de la UE, sumada a la terminología multilingüe acuñada, han hecho que el lenguaje que utilizan los jueces en España, en la actualidad, sea muy distinto al de la época predemocrática.
Miguel Angel Campos Pardillos se centra en los aspectos generales y contrastivos del lenguaje de los Derechos Humanos en inglés, al que considera ser un punto de convergencia entre el Derecho, la Psicología, la Sociología, la Economía, e incluso las Ciencias de la Salud. Al ser un lenguaje de especialidad contiene términos técnicos, semitécnicos y de la lengua común pero con especificidades que tienen su origen en diversos factores, entre otros, la influencia del francés y la del inglés, como lingua franca, y la carga ideológica y connotativa que, además de dificultar la delimitación del significado, constituyen un campo «lleno de trampas para el traductor».
Esther Monzó indica las posibilidades que ofrecen los corpus como herramienta indispensable para la traducción de textos de especialidad en el ámbito profesional, sin que ello implique sustituir el componente intelectual que aportan los traductores. Para ello muestra el uso de corpus en tres organismos internacionales, en los que se traducen textos de contenido jurídico, y hace un balance entre los puntos de convergencia y divergencia en el uso de corpus en las Naciones Unidas y las instituciones europeas.
El último capítulo de esta obra está dedicado al uso de recursos terminológicos, fraseológicos y retóricos aplicados a la traducción jurídica. Belén López Arroyo expone una metodología de análisis y de trabajo mediante la que otorga un valor añadido al encargo de traducción para mostrar que los corpus parecen ser un recurso fundamental y complementario al ofrecer una información adicional a la que se encuentra en los diccionarios, más actualizada y, sobre todo, más relevante puesto que refleja el uso real del lenguaje jurídico, difícil de identificar en la mayoría de los casos en las obras lexicográficas.
En mi opinión, se trata de una interesante monografía que, además de mostrar la variedad en cuanto al perfil de los participantes en el seminario y los temas abordados, contribuye a fomentar la tan necesaria retroalimentación entre el mundo académico universitario y la innovación que exige el dinámico mundo de los profesionales del lenguaje, con respecto a las técnicas y métodos de trabajo requeridos en las organizaciones internacionales. Tal y como indica Collantes en su presentación, esta obra «constituye la evolución natural de los dos volúmenes precedentes»: Reflexiones sobre la traducción jurídica – Reflections on Legal Translation y Translating Justice – Traducir la justicia, publicados ambos en Comares en 2009 y 2010 respectivamente.
Sul tradurre. Esperienze e divagazioni militanti
Susanna Basso
Saggi Bruno Mondadori, Milán, 2010, 160 págs.
Rocío García Jiménez
Susanna Basso es traductora literaria desde hace más de veinte años. Trabaja, principalmente, para la prestigiosa editorial Einaudi y ha traducido al italiano a autores como Jane Austen, Alice Munro, Julian Barnes, Kazuo Ishiguro o Ian McEwan, entre otros. A lo largo de doce capítulos, Basso nos ofrece en este libro una personal reflexión sul tradurre (sobre traducir), basándose en su propia experiencia, en los recuerdos que guarda de sus innumerables traducciones. Dichos recuerdos y experiencias, que en un principio se presentan como individuales (porque lo son), acaban convirtiéndose, una vez leído el libro, en realidades comunes a casi todos los traductores y, por tanto, en un factor fundamental a la hora de construir una verdadera teoría de la traducción literaria que aúne, de una vez por todas, teoría y práctica. Algunos de los recuerdos y experiencias universales sobre traducción que Susanna Basso nos relata en esta obra son:
Los relacionados con la labor traductora, como son la lentitud que acompaña al proceso de traducción y la paciencia que requiere esta tarea por parte de quien la realiza (el traductor debe aprender a aceptar esta lentitud en su trabajo) o la relación entre traductor y diccionario. Según Basso, la mayoría de los traductores noveles suelen poner demasiadas esperanzas en el diccionario, ya que confían en que éste verbalice sus pensamientos, sus intuiciones de traductor. En realidad, el diccionario no es más que una (magnífica) herramienta de apoyo para el traductor, que es quien acabará encontrando el término adecuado.
Los relacionados con la naturaleza del proceso de traducción. Recurrir a las distintas traducciones de una misma obra y compararlas (como hace la autora en el segundo capítulo con las realizadas al italiano por Cesare Pavese y Ruggero Bianchi sobre Moby Dick) puede ser la mejor manera de indagar en la naturaleza de la traducción y de visualizar, según Basso, uno de los milagros que se producen en ella: la trasformación de la unidad en multiplicidad.
La envidia (en el buen sentido) que el traductor siente del texto original, ya que lo considera perfecto, es otra de las características relacionadas con la naturaleza del proceso de traducción. Las traducciones deben aspirar a la perfección del texto original; sin embargo, al tratarse de una traducción y no de un original, nunca la alcanzarán. He aquí otro aspecto vinculado a la naturaleza del proceso traductor: la mentira. Para Basso, traducir es mentir, mentir a través de la sintaxis, del léxico, de la puntuación, etc. A este respecto, la autora cita en el cuarto capítulo las trece tendencias «deformantes», propuestas por Antoine Berman, a las que se ve avocada una traducción y entre las que destacan la racionalización, el alargamiento, el empobrecimiento cualitativo o cuantitativo o la destrucción de los ritmos. De nuevo, el traductor se enfrenta a un texto imperfecto, nunca tan bueno como el original.
Los relacionados con el texto en sí, como la enorme importancia que tiene el comienzo de una novela y de cómo la traducción de éste puede condicionarlo todo. Basso explica esta afirmación con algunos ejemplos (hay un gran número en toda la obra, por lo que su lectura es amena y hace entendibles las reflexiones abstractas), como cuando experimentó con un grupo de jóvenes traductores la dificultad que entrañaba la traducción de la primera frase de una novela de Henry Sutton (capítulo quinto), o como cuando trabajó en el principio de la conocidísima novela de Jane Austin Pride and Prejudice (Orgullo y Prejuicio). En esa ocasión, las traducciones de la novela ya existentes le sirvieron de gran ayuda, pero volverá luego (en concreto en el capítulo undécimo) sobre las ventajas y desventajas de recurrir a antiguas traducciones, un arma de doble filo, ya que, aunque por una parte puede ayudar a resolver dudas, por otra puede hacer que el traductor tienda a alejarse de su propio estilo, a perder su propia voz traductora y a tener la sensación constante de estar plagiando o robando.
Otros ejemplos surgidos de las dificultades que entraña traducir el texto son las complicaciones, como queda patente en los capítulos séptimo y duodécimo, respectivamente, que presentan la traducción de diálogos (para un traductor es necesario e importante estar cerca del lenguaje hablado y coloquial y participar de él), de juegos de palabras o de pasajes donde el absurdo es el protagonista.
Los relacionados con elementos extratextuales. Las «historias» que surgen de las traducciones, es decir, los acontecimientos y sucesos de diversa índole que rodean una traducción y que tienen que ver, por ejemplo, con aspectos externos al traductor y su texto, como son la publicación de la traducción, los problemas derivados de la cultura en la que se insertará la traducción, o incluso, los problemas de carácter económico y ético. Con referencia a esto último destaca el caso, contado en el sexto capítulo, de Laura Escourihela, encargada de la difícil (por razones legales y económicas) traducción al catalán de las primeras novelas de Harry Potter. Basso también nos cuenta las «historias» que nacen de los vínculos psicológicos que el traductor establece con el texto, como lo que puede aportar a un traductor el traducir textos autobiográficos (en el caso de Susanna Basso, por ejemplo, el hecho de estar traduciendo una biografía la llevó a ir escribiendo, paralelamente, un diario de traducción que la hacía reflexionar sobre la traducción en sí y sobre el efecto que ésta ejercía en su vida cotidiana) o el dolor que pueden transmitir ciertas partes de las novelas que se estén traduciendo, como ha sido el caso de un episodio que Basso ha tenido que vivir, a través de la traducción, en varias ocasiones: el encuentro entre madres con Alzheimer y sus hijos (capítulo décimo).
Como decíamos anteriormente, las reflexiones que Basso realiza sobre sus recuerdos y experiencias como traductora literaria pueden constituir una ayuda valiosa en la creación de una teoría sobre traducción literaria en la que la práctica profesional ocupe un lugar significativo. Basso no se olvida de casi nada. No se olvida, por ejemplo, de los autores de los originales (en un apéndice al final del libro, describe cómo han sido los encuentros que ha tenido con algunos de los autores a los que ha traducido). No se olvida, como decíamos, de casi ningún aspecto de la traducción literaria, profesión a la que, como queda claro al leer este libro escrito con esmero y con minuciosidad, se dedica con gran entrega y cariño.
La voce del testo. L’arte e il mestiere di tradurre
Franca Cavagnoli
Universale Economica Feltrinelli, Milán, 2012, 199 págs.
Rocío García Jiménez
Franca Cavagnoli ha escrito las novelas Una pioggia bruciante (Frasinelli, 2000) y Non si è seri a 17 anni (Frasinelli, 2007). Es, además, una de las traductoras más prestigiosas del panorama italiano actual, y entre sus autores traducidos destacan, por ejemplo, los Premios Nobel J. M. Coetzee, V. S. Naipaul y Toni Morrison. Uno de sus últimos trabajos ha sido encargarse, para la editorial Feltrinelli, de la traducción al italiano de El Gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald, traducción con la que ha obtenido el premio Von Rezzori de traducción literaria 2011. El año anterior (2010), Cavagnoli había sido galardonada con otro premio de traducción literaria, en este caso, el premio Fedrigroni. Franca Cavagnoli enseña traducción literaria en las universidades de Milán y Pisa y ha publicado, además del presente libro, un volumen de ensayos sobre traducción literaria titulado Il propio e l’estraneo nella traduzione letteraria di lingua inglese (Polimetrica, 2010). Ya en el número 14 de esta misma revista (pag. 189) reseñamos cómo era una de las personalidades de la traducción entrevistadas por Ilide Carmignani en su obra Gli autori invisibili (Besa, 2008.)
El objetivo de La voce del testo. L’arte e il mestiere di tradurre, según la propia autora, es compartir sus reflexiones y experiencias de traducción. Para ello, Cavagnoli ha estructurado el libro siguiendo las pautas que componen el proceso traductor, esto es, leer, traducir y revisar. Dicha estructuración permitirá al lector ir descubriendo cómo trabajan los traductores literarios y las dificultades a las que se enfrentan desde la primera fase (leer) a la última (revisar, releer). En la primera parte, dedicada a la lectura del original, Cavagnoli analiza aquellos aspectos que pueden incidir de forma decisiva en la traducción, como son, por ejemplo, el tipo de narrador, el tipo de lector al que está enfocada la obra o la presencia de referentes culturales. La autora considera que estos pequeños «detalles», perceptibles tras haber realizado una lectura muy atenta del texto original, son los que definen la obra y, por tanto, su traducción. El traductor debe ser capaz de captar y saber interpretar estos detalles para poder reflejarlos posteriormente en su traducción. Por lo tanto, saber leer es uno de los requisitos fundamentales de la traducción literaria. Es necesario que los traductores literarios sean lectores de calidad, ya que deben saber leer en inglés (si se traduce del inglés, por ejemplo) para estar familiarizados con las diferentes literaturas que componen el panorama literario de dicha cultura; pero también hay que leer en la lengua madre, puesto que para traducir también hay que conocer en profundidad el sistema literario meta y saber hacer uso de él.
La segunda parte del libro está dedicada, como ya se dijo, a la traducción y es, obviamente, la más extensa. Para que la exposición de conceptos sea clara, Cavagnoli ha subdividido esta parte atendiendo a los diferentes tipos de narrativa con los que se puede encontrar un traductor. De entre estos tipos destacan, por ejemplo, la narrativa contemporánea, donde encontraremos extractos de textos (junto con sus traducciones al italiano) de J. M. Coetzee (Boyhood), Naipaul (A House for Mr Biswas), Jamaica Kincaid (My Borther), David Malouf (Remembering Babylon) o Nadine Godimer (The Ultimate Safari). Los clásicos son otro tipo de narrativa que presenta características propias a la hora de ser traducidos. A este respecto, Cavagnoli ha seleccionado episodios de James Joyce (The Dead, The Dubliners), Virginia Wolf (Mrs Dalloway), F.S. Fitzgerald (The Great Gatsby), Katherine Mansfield (Prelude) o William Faulkner (Adolescence). La autora tampoco se ha olvidado de la literatura infantil y juvenil, y comenta las traducciones de Peter Pan, de J. M. Barrie, The Great Wizard of Oz, de L. Frank Baum o The Hen who wouldn´t Give Up, de Jill Morrilson. Por último, está la narrativa de evasión, es decir, los best-sellers. Cavagnoli analiza las traducciones al italiano de algunas de las obras de Ken Follet (Fall of Giants), Stephen King (Full Dark, No Stars), Isaac Asimov (I, Robot) o Danielle Steel (Safe Harbour). La autora nos muestra de esta manera que la traducción literaria es una rama de la traducción caracterizada por la heterogeneidad. Los traductores literarios deben ser capaces de controlar una amplia variedad de registros (Cavagnoli no se ha olvidado de tratar la dificultad que entraña la traducción de los dialectos o del slang, por ejemplo). El último subapartado dedicado a la traducción está dedicado a los «instrumentos de trabajo», es decir, a los materiales de los que se sirven los traductores literarios, como los diccionarios (monolingües, bilingües o enciclopedias) o Internet, principalmente. Este subapartado destaca por su practicidad desde el punto de vista didáctico y profesional, ya que la autora ofrece numerosos consejos sobre cómo manejar las herramientas de las que dispone el traductor. Cavagnoli explica por qué es recomendable acudir siempre, en primer lugar, a los diccionarios monolingües (del par de lenguas con las que se está trabajando) y utilizar los bilingües como un mero apoyo léxico. Los diccionarios bilingües deben consultarse en una segunda etapa, en palabras de Cavagnoli (2012: 155), «dopo che ci si è fatti un’idea del significato, ma ancora non si riesce a trovare la parola che si sta cercando: il possibile significato si aggira nella nostra mente ma si ferma sulla punta della lingua» (es decir, «cuando nos hemos hecho una idea del significado, pero aún no hemos conseguido dar con la palabra que estamos buscando: el posible significado está en nuestra mente, pero se nos queda en la punta de la lengua»). La autora proporciona las referencias bibliográficas de muchos diccionarios en inglés y en italiano, así como sitios web que pueden ser de utilidad a los traductores.
Por último, Cavagnoli reflexiona sobre la etapa de revisión, etapa muy importante a la que habría que dedicar, en condiciones óptimas, casi el mismo tiempo que se ha empleado en traducir. Esta parte final está plagada, al igual que ha sucedido a lo largo de todo el libro, de ejemplos de traducción. Una característica destacable de los ejemplos de traducción es la manera en la que están presentados: primero aparece la versión original y, a continuación, la traducción (con sus correspondientes comentarios), que puede constar de una o varias versiones. Cuando la traducción cuenta con más de una versión, es posible visualizar, de manera muy clara, cuál ha sido su proceso de elaboración. Y es que la sencillez, la practicidad y la atención al detalle son los elementos que definen este libro sobre la traducción literaria, campo en el que Franca Cavagnoli nos ha demostrado ser una auténtica experta.
Teories actuals de la traductologia
Frederic Chaume y Cristina García de Toro
Alzira, Edicions Bromera, 2010, 122 págs.
Juan José Martínez Sierra
La actividad traductora suele rodearse de un aura práctica que, en ocasiones, esconde o difumina la ingente cantidad de planteamientos teóricos que han tratado de sustentarla. Esto es algo que no sólo se aprecia en la práctica profesional, sector en el que incluso puede llegar a ser entendible que ocurra, sino que también quizás empieza a percibirse en el ámbito universitario. La universidad actual pretende, fundamentalmente, formar a futuros profesionales y, en líneas generales, ofrece titulaciones con perfiles eminentemente aplicados, aparcando quizá la reflexión teórica para momentos ulteriores y, por tanto, de carácter complementario (un posgrado, por ejemplo) en la formación del aprendiz. Es por ello que, en este contexto, aquellos que, aceptando como no puede ser de otra manera que el componente práctico en una carrera de traducción debe ser obviamente alto, pensamos que la reflexión teórica no ha de ser relegada a una posición marginal, recibimos con entusiasmo obras como la ofrecida por los profesores Chaume y García de Toro. Como los propios autores recogen, nuestra sociedad se mueve a una velocidad tal que parece necesario dedicar unas páginas a una reflexión que nos ayude a entender mejor el fenómeno de la traducción (9). Se trata, pues, de un libro que intenta (y consigue) sintetizar el alud de propuestas, enfoques y bibliografía en el que estamos inmersos, en plena eclosión teórica de la disciplina (9). Así, Chaume y García de Toro dividen este volumen en ocho capítulos (del II al IX), más los correspondientes a la introducción (capítulo I) y a las conclusiones finales. Veamos a continuación, de manera sucinta, a qué dedican cada uno de esos ocho capítulos centrales.
En el primero de dichos capítulos (II), dedicado a las cuestiones preliminares, los autores adoptan una perspectiva general para abordar la disciplina académica de la Traductología, explicando su origen y su objeto de estudio (la traducción). La retratan como una disciplina multilingüe e interdisciplinaria. La segunda parte de este primer capítulo se centra en el mapa de la disciplina de Holmes, y comienza con un breve repaso a los considerados precursores de los estudios de traducción (Cicerón, San Jerónimo, Dolet, Vives, Tytler, Schleiermacher, etc.), para terminar con la distinción planteada por Holmes entre la rama pura (estudios teóricos y descriptivos) y la aplicada de la traducción.
El tercer capítulo está dedicado a los enfoques lingüísticos, prestando atención a la teorías equivalencistas (comparación entre lenguas) y a autores como Nida o Catford, por ejemplo. En segundo lugar, Chaume y García de Toro dedican unas páginas a los enfoques textuales, más preocupados por el llamado contexto situacional y cultural de todo acto de comunicación (36-37), y aparecen nombres como House, Bell, Baker o Hatim y Mason. El capítulo termina con la consideración de los estudios de corpus, con autores como Baker, Laviosa, Pavesa, Valentini, García Izquierdo y Corpas, entre otros, dedicados a la aplicación de los planteamientos de la lingüística de corpus a la traducción (43).
En el capítulo IV encuentran su lugar las teorías funcionalistas que autores como Reiss y Vermeer primero y Holz-Mäntträri y Nord después desarrollaran en el último tercio del siglo pasado. Aquí, conceptos como propósito (skopos), tipo textual, acción translativa, encargo de traducción, lealtad, fidelidad o visibilidad son desarrollados y explicados con claridad.
El quinto capítulo versa sobre la teoría del polisistema, los estudios descriptivos y las normas, posiblemente uno de los enfoques que más haya influido en la investigación de finales del siglo XX y principios del actual. Chaume y García de Toro logran sintetizar en apenas unas páginas la amplitud y, en ocasiones, espesor de este paradigma y de conceptos tan relevantes como el de norma. La mención a autores como Even Zohar, Toury, Hermans, Nord o Chesterman resulta obligada.
En quinto lugar (capítulo VI) se nos ofrece un repaso a los enfoques culturales surgidos a finales del siglo pasado y cuyo interés reside en la consideración de la interrelación entre la traducción y ese concepto de tan difícil definición que es la cultura (69). Tras resumir sus orígenes, Chaume y García de Toro prestan especial atención al llamado giro cultural experimentado por el ámbito de las ciencias humanas y sociales a finales de los ochenta y principios de los noventa del siglo pasado. Así, los autores nos explican conceptos como cultura, ideología y poder, y señalan la obra de Bassnett y Lefevere como pionera del giro cultural en los estudios de traducción. En una segunda parte de este capítulo, Chaume y García de Toro fijan su mirada en las distintas corrientes mayoritarias que integran los estudios culturales: los estudios sobre traducción poscolonial (Spivak, Robinson, Niranjana, Carbonell…), con especial mención a la escuela canibalística brasileña, y los estudios centrados en la traducción y el género (Godard, Chamberlain, Levine, Maier, Butler…). Finalizan con una consideración de lo que Munday denomina Cultural-oriented analysis, con Venuti a la cabeza (la extranjerización como método).
Seguidamente es el turno de los enfoques filosóficos y hermenéuticos, que incluyen trabajos que se ajustan a planteamientos filosóficos para teorizar sobre la traducción (91). Chaume y García de Toro logran trasladar de modo conciso la densidad conceptual de los trabajos de autores como Benjamin (que defiende que la traducción es la continuación del original), Steiner (que pretende describir el funcionamiento filosófico e intelectual de la mente del traductor) y Pound (y su concepción idiosincrásica de la traducción), así como de los trabajos del llamado movimiento de la deconstrucción (Derrida, y su estrategia de experimentación lingüística).
El séptimo grupo que Chaume y García de Toro incluyen (capítulo VIII) es el de los enfoques cognitivistas, interesados por el proceso mental que realiza el traductor; es decir, por la traducción como actividad cognitiva (97). Dividen estos enfoques en dos grupos: 1) los estudios centrados en el análisis del proceso traductor (la teoría interpretativa de la ESIT o escuela del sentido, los trabajos psicolingüísticos o aquellos interesados por el comportamiento cognitivo de toma de decisiones) y 2) los estudios centrados en la competencia traductora. En el primer grupo se repasa la obra de autores como Seleskovitch y Lederer, Delisle, Wills y Kussmaul, entre otros, y en el segundo la del grupo PACTE (dirigido por Hurtado), la de Kelly o la de Schäffner y Adabs.
Por último, Chaume y García de Toro consideran los enfoques integradores e interdisciplinares, etiqueta genérica en la que incluyen una serie de propuestas integradoras que se caracterizan por entender la traducción y la disciplina como una suma de enfoques teóricos (103). Algunos autores referidos en este capítulo son Snell-Hornby (señalada como la precursora), Niranjana, Baker, Venuti, Tymoczko, Hatim y Mason, Hurtado o Marco.
Como los propios Chaume y García de Toro reconocen, se trata de un breve y, por fuerza, incompleto esbozo de la disciplina (109), pero quizás en dicha brevedad resida el gran valor de este volumen. Existen ya otros títulos dedicados a ofrecer un magnífico retrato teórico de la disciplina traductora, pero a diferencia de éste son volúmenes extensos destinados fundamentalmente a un uso enciclopédico. Por el contrario, Teories actuals de la traductologia es un libro de referencia práctico (de bolsillo, se podría decir) y de rápido acceso y consulta, en el que sus autores logran sintetizar con maestría y con un excelente y riguroso dominio de los conceptos y una gran capacidad explicativa unos contenidos que, no nos engañemos, obviamente presentan su punto de complejidad conceptual y requieren incluso de ciertos conocimientos previos. Es, efectivamente, un libro necesario, ideal para estudiantes por su alcance y formato, pero también perfecto para docentes y académicos, puesto que todos podemos sentir la necesidad de realizar una consulta de vez en cuando. La traducción de esta obra al español y al inglés se antoja ineludible, con objeto de que su público pueda ser mucho mayor.
Para finalizar, es digno de mención el hecho de que Chaume y García de Toro complementen sus explicaciones con una visión crítica de las distintas teorías que recogen, sin obviar lo que la bibliografía ha señalado como defectos o zonas borrosas. Obviamente, la voz de los autores se hace especialmente presente en las líneas finales de su capítulo de conclusiones, cuando, por ejemplo, abogan por el diálogo constante, internacional e intercultural (111) en el seno del panorama investigador. Buen mensaje para terminar.
Qualitätsparameter beim Simultandolmetschen: interdisziplinäre Perspektiven
Ángela Collados Aís, Emilia Iglesias Fernández, E. Macarena Pradas Macías, Elisabeth Stévaux (eds.).
Colección Translationswissenschaft, Editorial Gunter Narr, 2011, 353 páginas.
María José Varela Salinas
La excelencia en la enseñanza con su posterior influencia sobre la práctica laboral, es una de las aspiraciones de la Universidad actual. De ahí que sea necesario que los docentes analicen asiduamente la calidad de la docencia, tanto en sus procesos como en sus resultados. El presente manual proporciona una valiosa herramienta para el ámbito de la interpretación simultánea.
La interpretación adquiere en nuestro mundo globalizado un gran peso, pues existe un contacto cada vez mayor con otros países y culturas (viajes, movilidad laboral, inmigración, etc.) y, con ello, aparecen un mayor número de problemas jurídicos en los que puede ser necesario recurrir a un intérprete cualificado. A su vez, la Unión Europea —a través del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales— garantiza a todos sus ciudadanos los derechos básicos, independientemente de que existan barreras lingüísticas. En esta misma línea, el «Foro de reflexión sobre multilingüismo y formación de intérpretes», creado a instancias de Leonard Orban –Comisario Europeo por el Multilingüismo de 2007 a 2009–, tenía como objetivo definir parámetros de calidad para la interpretación. El marco para ello lo había prestado la comunicación de la Comisión Europea titulada «Una nueva estrategia marco para el multilingüismo» (COM [2005] 596 final) que se había presentado en el año 2005 y que afirma que
Los intérpretes colaboran asimismo con el funcionamiento de las instituciones en las sociedades multilingües. Asisten a las comunidades inmigrantes en juzgados, hospitales, servicios policiales y de inmigración. Los intérpretes, cuando están debidamente formados, contribuyen así a salvaguardar los derechos humanos y democráticos.
Aunque la interpretación simultánea no sea habitual en estos ámbitos, en las sesiones de organismos internacionales o en encuentros científicos internacionales sí es frecuente con objeto de garantizar una comunicación sin trabas, por lo que esta modalidad de interpretación —que requiere destrezas especiales como la capacidad de diversificar la atención o de activar y recuperar con rapidez campos léxicos— bien merece estudios que ayuden a los formadores a mejorar la preparación de futuros profesionales para esta modalidad de interpretación.
Tras este apunte, entenderemos mejor la importancia del presente trabajo. Qualitätsparameter beim Simultandolmetschen ha sido realizado en el marco de dos proyectos de investigación concedidos al grupo de investigación de la Universidad de Granada Evaluación de la Calidad en la Interpretación Simultánea (ECIS, HUM-560) liderado por Ángela Collados Aís. El nombre del grupo revela su objeto de investigación sobre el que tiene numerosas publicaciones en la editorial Comares. En el manual se estudian los diferentes parámetros que intervienen en cómo el usuario de una interpretación simultánea percibe el grado de calidad del servicio que se le presta. Supone una continuación de las publicaciones de Collados Aís y de miembros de su grupo de investigación desde el año 1998 en torno a este tema, pero más concretamente del volumen colectivo La evaluación de la calidad en interpretación simultánea: parámetros de incidencia, publicado en 2007 y editado por Collados Aís, Pradas Macías, Stévaux y García Becerra. El presente libro supone una contribución desde un punto de vista interdisciplinar, teniendo especialmente en cuenta la aportación de la psicolingüística y la sociología. En cada capitulo profundizan investigadores de las universidades de Granada, Córdoba, Jaume I y Las Palmas en un parámetro diferente: incidencia de las primeras impresiones, voz, entonación, fluidez, dicción, acento, cohesión lógica, estilo, terminología y transmisión correcta. La estructura de los capítulos se repite de manera homogénea, de tal forma que la primera parte siempre se ocupa de las aportaciones de otras disciplinas al parámetro analizado, mientras que la segunda profundiza en la calidad de la interpretación desde la traductología y los experimentos llevados a cabo con alumnos. A continuación, y «para abrir boca», resumimos los resultados de los parámetros no verbales mencionados, que son los menos estudiados hasta el momento.
En cuanto al parámetro de la primera impresión, se trata de un elemento de gran importancia: en el primer encuentro con una persona se activan los estereotipos e ideas preconcebidas que tenemos y pueden ejercer una influencia negativa sobre nuestra concepción del interlocutor. Asimismo, la impresión activa sentimientos positivos o negativos que intervienen en la imagen que nos formamos de la otra persona. La autora del correspondiente capítulo expone los resultados de las investigaciones existentes e insiste en la importancia de seguir profundizando en la relación entre las variables medibles y la percepción subjetiva, sobre la que aún existen muchas dudas.
La voz es un elemento que se tiene en cuenta en la selección de profesionales en muchas y diversas profesiones, pero tiene un peso específico en aquellas en la que es la vía principal por la que se transmite información. Los estudios realizados al respecto demuestran que el usuario valora positivamente una voz agradable y segura, y que tal valoración influye sobre la evaluación de la calidad de la interpretación realizada. Como estrechamente relacionados se enumeran los aspectos de la entonación, el acento en la interpretación hacia una lengua extranjera así como las interferencias que pueden surgir en la teleinterpretación.
En las encuestas previas a la realización de una interpretación, los usuarios suelen afirmar que para ellos el contenido correctamente transmitido es el parámetro de mayor peso. Sin embargo, los resultados de los experimentos demuestran que la entonación influye decisivamente sobre la posterior valoración del intérprete y su actuación. Sobre todo una entonación monótona entorpece la comprensión del discurso interpretado, de forma que incluso si desde el punto de vista léxico y gramatical el profesional es óptimo, no se percibe así cuándo la entonación es deficiente.
Otro parámetro estudiado es el de la fluidez, elemento complejo y difícil de definir y, en consecuencia, de estudiar, entre otras razones porque las pausas y los titubeos forman parte del discurso natural, siempre que su frecuencia no sea excesiva. Tal vez el resultado más interesante al respecto sea la correlación encontrada entre la fluidez en la interpretación y la correcta transmisión del sentido del discurso; en algunos estudios se llega incluso a identificar la fluidez con la calidad.
De entre los elementos no verbales se han estudiado además las desviaciones de la dicción y del acento de la norma y su impacto negativo cuando la interpretación se realiza hacia la lengua que es la materna para el intérprete, mientras que existe cierta tolerancia cuando se trata de una interpretación hacia una lengua extranjera.
Cierra esta obra una recopilación bibliográfica exhaustiva de sesenta páginas, broche final a este libro que me atrevo a clasificar como «de cabecera» para cualquiera que desee investigar sobre la calidad en interpretación simultánea.
Lenguas de Especialidad y Terminología
Miguel Ibáñez Rodríguez (Ed)
Interlingua. Editorial Comares, Granada, 2010, 152 págs.
Laura Barahona Mijancos
Lenguas de Especialidad y Terminología es la publicación de los contenidos de las IX Jornadas de la Asociación Española de Terminología AETER celebradas los días 26 y 27 de noviembre de 2009 en la Facultad de Traducción e Interpretación de Soria y organizadas por el GIRTraduvino, bajo la dirección de Miguel Ibáñez Rodríguez.
Precedidas de un índice y una breve presentación que hacen de antesala, muchas son las aportaciones que sus autores proporcionan no sólo al ámbito terminológico sino también al traductológico, empezando por Pierre Lerat, profesor Emérito de la Universidad París XIII, y terminando con la presentación de una base de datos terminológica y biológica de especies pesqueras, a cargo de los profesores Alberto Arias García, Mª Isabel Fijo León y Mercedes de la Torre García.
En el segundo capítulo, Chelo Vargas, profesora de la Universidad de Alicante, hace hincapié en la importancia de aunar el léxico al discurso especializado en su artículo «Combinatoria terminológica y diccionarios especializados para traductores», que resulta especialmente relevante tanto para la traducción en sí misma como para la creación de los diferentes tipos de textos (técnicos, científicos…). Pocos son los estudios realizados sobre aspectos teóricos y metodológicos en torno a esta línea de investigación.
El trabajo que presenta María Luisa Carrió Pastor, titulado «Los errores léxicos en los textos técnicos en inglés», intenta describir los rasgos distintivos de este género desde una perspectiva cognitiva/conceptual a fin de ayudar a los escritores españoles que escriben en lengua inglesa y también a los traductores para que su comunicación sea más fluida y, de algún modo, más natural. Por ello, no es de extrañar que la propia autora vislumbre la posibilidad de aplicar dicho estudio a la enseñanza del inglés como segunda lengua.
La aportación que nos hace Miguel Ibáñez Rodríguez puede aplicarse a cualquier otro campo. Es decir, aunque el autor nos proporciona un estudio ontológico (muy bien organizado y explicado) que parte del dominio vitivinícola y luego se desglosa en subdominios, estableciendo diferentes relaciones entre los diferentes términos, nosotros podemos utilizar dicho método en cualquier ámbito que sea de nuestro interés.
Gloria Martínez Lanzán, por su parte, da a conocer su base de datos -muy útil no sólo para traductores sino también para estudiantes y expertos del mundo de la viticultura- y presenta diferentes recursos electrónicos (glosarios terminológicos, bancos de datos, revistas, etc.) que pueden facilitar en gran medida la tarea del traductor vitivinícola.
Isabel Durán Muñoz desarrolla dos capítulos independientes: uno dedicado a la traducción comunitaria dentro de la UE y, el otro, al análisis de los programas de gestión terminológica que podemos encontrar actualmente en el mercado. Ambos de notable utilidad, especialmente para los alumnos de Traducción e Interpretación y para los traductores noveles.
En líneas generales, aunque se trata de capítulos independientes dedicados cada uno a un tema en concreto, no teniendo mucha relación unos con otros, todos ellos se engloban en el campo de las lenguas de especialidad o lenguas para fines específicos, lo que hace que la obra sea en su conjunto una muestra bien diversa de la multitud de líneas de investigación que dicho campo nos ofrece.
En algunos capítulos se hace referencia directa al mundo de la traducción y, en otros, sin lugar a dudas, se destaca la importancia del conocimiento y uso del léxico apropiado (para cada contexto), aunque no se mencione literalmente. Dado que la traducción es una ciencia interdisciplinar, la terminología de las diferentes lenguas de especialidad se convierte en la herramienta indispensable para que la transferencia de un idioma a otro sea realizada con éxito.
Dentro de las múltiples teorías que giran en torno a la traductología (la teoría lingüística, la teoría interpretativa, las teorías deconstructivas, las teorías polisistémicas, la teoría funcionalista o Skopos…), en esta ocasión podemos resaltar la teoría de la equivalencia, ya que mantiene una estrecha relación con la noción de calidad dentro del ámbito en cuestión. El concepto de «igual valor» (siguiendo a Nord) hace referencia a parámetros semánticos, estilísticos y pragmáticos. Es ahí donde la terminología juega un papel crucial. El uso de unos términos u otros determinarán en gran medida la calidad del producto final que presente el traductor.
María Teresa Cabré, Catedrática de Lingüística y Terminología de la Universidad Pompeu Fabra y Presidenta de AETER, lo dijo en una ocasión: «la calidad de una traducción especializada requiere como recurso habitual el uso de terminología (y no de paráfrasis), adecuada al nivel de especialización del texto (por lo tanto, más o menos especializada según los casos) y real (es decir, que corresponda a los usos efectivos que hacen de ella los especialistas).» Por eso, esta obra recoge algunos aspectos de las lenguas de especialidad y se centra en la necesidad de la utilización de unos términos y no otros, refiriéndose a variantes como la frecuencia de uso, adecuación, sincronía, tipos textuales, etc.
Por otro lado, cabe destacar que el formato de la obra es muy cómodo, ya que tanto su tamaño como el material de sus tapas facilitan su manejo. La sobriedad de la portada coincide con todos los ejemplares de la serie Interlingua de la editorial Comares. Además, su lectura es muy fácil, gracias a su claridad y disposición. La organización por capítulos independientes facilita su consulta y la ilustración de gráficos, cuadros y árboles terminológicos la hacen más amena.
En definitiva, esta obra nos ofrece una gran variedad lingüística y nos propone numerosos recursos de documentación, presentados de forma clara y sencilla. Además, cada capítulo ofrece aspectos muy interesantes y, sobre todo, útiles para la traducción especializada, haciéndonos reflexionar sobre la necesidad de unir Terminología y Traducción para que esta última se desarrolle con éxito dentro de los lenguajes de especialidad, algo que no siempre se tiene en cuenta.
Linguistica Antverpiensia New Series – Themes in Translation Studies 9 (2010): Translating Irony
Katrien Lievois & Pierre Schoentjes (eds.)
Vicente Fernández González
—En verdad ésta es la más dulce de las teologías —dijo Guillermo con perfecta humildad.
Y pensé que estaba utilizando aquella insidiosa figura de pensamiento que los retóricos llaman ironía, y que siempre debe usarse precedida por la pronunciatio, que es su señal y justificación.
Pero Guillermo nunca lo hacía, de modo que el Abad, más propenso a utilizar las figuras del discurso, tomó a Guillermo al pie de la letra, y añadió, llevado aún por su rapto místico:
—Es la vía más inmediata para entrar en contacto con el Altísimo, teofanía material.
Guillermo tosió educadamente…
Umberto Eco, El nombre de la rosa, trad. de Ricardo Pochtar, Barcelona, Lumen, 1982, 177.
Al juzgar por el fragmento, se podría conjeturar que Adso de Melk aprendió retórica de su maestro, el ironista Guillermo de Barkerville, y si Il nome della rosa es, en palabras del propio Umberto Eco, la «versión italiana de una oscura versión neogótica francesa de una edición latina del siglo XVII de una obra escrita en latín por un monje alemán de finales del XIV», se puede afirmar que la ironía ha pervivido hasta la versión castellana de Ricardo Pochtar reformulada una y otra vez a través de ediciones y traducciones de traducciones.
La detección y recreación de la ironía, la lectura, interpretación y reformulación de la ironía en la traducción, es precisamente el objeto de este número de la revista del Departamento de Traductores e Intérpretes de Artesis University College de Amberes, coordinado por dos especialistas en literatura en lengua francesa, Katrien Lievois, profesora de dicha universidad y miembro del consejo de redacción de la revista, y Pierre Schoentjes, profesor de la Universidad de Gante, que explican en su introducción («Traduire l’ironie»):
[…] il serait possible de modéliser la traduction de l’ironie en trois moments. Dans un premier temps le traducteur comprend l’ironie qu’il reconnaît en tant que lecteur du texte source. Dans un deuxième temps, il produira l’ironie dans le texte cible […]. Dans un troisième temps enfin, c’est le lecteur du texte cible qui voit et détecte l’ironie. («Traduire l’ironie», 19).
En todo caso, si, como Wayne C. Booth señalaba en A Rhetoric of Irony —y los coordinadores del volumen recuerdan—, «[l]eer ironía es, en cierta forma, como traducir, como decodificar, como descifrar, y como mirar detrás de una máscara» (Retórica de la ironía, trad. de J. Fernández y A. Martínez, Madrid, Taurus, 1986, 66), la traducción de la ironía comporta de suyo, desde el primer momento, un doble esfuerzo hermenéutico; es, si se quiere, traducción por partida doble.
Pierre Schoentjes es autor de, entre otros trabajos, Poétique de l’ironie (París, Seuil, 2001) [La poética de la ironía, trad. de Dolores Mascarell, Madrid, Cátedra, 2003], uno de los libros de referencia estos últimos años sobre la cuestión de la ironía:
El efecto de la ironía se deja estudiar mejor en el discurso literario que en ningún otro. Puesto que tras la victoria de los modernos sobre los antiguos, el signo literario se considera fundamentalmente ambiguo, la literatura de ficción aparece como el campo de juego privilegiado de la ironía. (La poética de la ironía, 264).
Esta constatación, junto con la relevancia concedida a la traducción en la transmisión de las grandes obras de la literatura irónica, explica la orientación de la selección de artículos hacia el tratamiento de la ironía en la traducción de obras literarias. Los coordinadores aluden, por otra parte, a la existencia de estudios relevantes en campos afines (humor, juegos de palabras), así como en el de la ironía propiamente dicha en los ámbitos de la traducción de textos periodísticos, publicitarios y audiovisuales. En todo caso, el enfoque adoptado es el del examen de la cuestión desde el punto de vista de los agentes de la traducción. Otra preocupación de los coordinadores ilustrada perfectamente en al menos algunos de los trabajos incluidos es la de la dimensión cultural»: «Traduire l’ironie c’est […] toujours traduire aussi des jugements de valeur. C’est dans cette perspective qu’il convient de considérer l’attention portée á la composante (inter)culturelle» («Traduire l’ironie», 18). Y frente al discurso de la supuesta intraducibilidad de la ironía, el interés para ellos estriba precisamente en «renverser la problématique en partant du constat que c’est précisément parce que l’ironie pose problème que les textes ironiques ne cessent de nous intéresser, également dans le cadre de la traduction» («Traduire l’ironie», 12).
El volumen, además de la mencionada, jugosa, introducción («Traduire l’ironie») de los coordinadores, incluye diez trabajos (cinco en inglés, cuatro en francés, uno en alemán), firmados por July De Wilde, Rossella Pugliese, Diana Coromines i Calders, Eszter Etelka Valyon, Daniel Linder, Seija Haapakoski, Maria Constantinou, Charlotte Loriot, David Martens y Marella Feltrin-Morris, que abordan la cuestión en una gama de géneros y obras traducidas —de las novelas de Adolfo Bioy Casares, Guillermo Cabrera Infante, Mario Vargas Llosa, Günter Grass y Dashiel Hammett, al libreto de la ópera Béatrice et Bénédict de Hector Berlioz, pasando por las fábulas de la Fontaine, el teatro de Ionesco, el humor de Campanile y los cuentos infantiles de Christine Nöstingler, sin olvidar la pseudotraducción (Merimée y Queneau)— y combinaciones de lenguas —alemán-italiano, alemán-inglés, alemán-danés, alemán-catalán, alemán-castellano, alemán-sueco, alemán-finlandés, castellano-inglés, francés-alemán, francés-griego, francés-húngaro, francés-inglés, inglés-castellano, italiano-inglés—. Los trabajos combinan la descripción —no sin conclusiones de carácter prescriptivo en algún caso— de las estrategias y procedimientos seguidos para la traducción de la ironía en las obras estudiadas con la indagación retórica y pragmática sobre la ironía desde el punto de vista traductor y las propuestas metodológicas —de orientación teórica diversa— para el estudio de la ironía traducida. El atractivo, en definitiva, del número 9 de Linguistica Antverpiensia New Series – Themes in Translation Studies, más allá de su amena lectura, radica probablemente en la variedad de los enfoques. Todo un debate —¿preferiría Adso de Melk las palabras controversia o disputa?— en 250 páginas.
Cine independiente y traducción
José Luis Martí Ferriol
Tirant lo Blanch, Valencia, 2010, 243 págs.
Paloma Molledo Pérez
Cine independiente y traducción es el título que José Luis Martí Ferriol ha otorgado a la publicación resultante de la investigación sobre el doblaje y la subtitulación de cinco películas de cine independiente americano. Se trata de un estudio novedoso tanto por el tema elegido como por la metodología empleada, ya que el autor ha investigado de forma empírica, descriptiva y con rigor estadístico, las similitudes y diferencias del método de traducción para las modalidades de doblaje y subtitulación en las versiones comerciales españolas de películas del género de cine independiente norteamericano.
El volumen se divide en seis capítulos y anexos. El primero, titulado «El cine independiente (de autor) americano» delimita, en primer lugar, el objeto de estudio que son las películas independientes estadounidenses realizadas entre los años 2001 y 2003, y exhibidas en España desde enero de 2001 hasta junio de 2004, tanto en su versión subtitulada como doblada. Realiza una aproximación al fenómeno del cine independiente americano y una circunscripción del objeto de estudio desde un punto de vista del análisis de la traducción. Describe los criterios que pueden servir para caracterizar una película perteneciente al cine independiente americano y cita las películas seleccionadas y las describe detalladamente. Dichas producciones son Monsters’ Ball (2001), En la habitación (2001), Las horas (2002), Elephant (2003) y Lost in translation (2003). Del mismo modo presenta una clasificación de los géneros cinematográficos. Este primer apartado no solo pretende acotar el objeto de estudio, sino que introduce, de manera novedosa, el concepto de cine independiente americano aplicado al doblaje y subtitulación.
Posteriormente, en «El método de traducción», plantea la hipótesis de partida: se traduce de forma diferente para doblaje y subtitulación. Para él, el método de traducción se explica en función de las restricciones, las normas y las técnicas de traducción. Las restricciones en traducción audiovisual pueden ser de diversa tipología, y por ello establece una clasificación: profesionales, formales, lingüísticas, semióticas (o icónicas) y socioculturales. Las normas son entendidas como «la plasmación de las diferentes regularidades en el comportamiento del traductor a la hora de llevar a cabo su trabajo», y las técnicas de traducción como una forma de etiquetar una solución específica para un problema concreto del encargo de traducción, caso por ejemplo del préstamo, el calco y la transposición. Lo novedoso es su forma de entender el método de traducción, puesto que los diferentes estudios realizados hasta el momento entienden e interpretan de modos muy diversos este concepto.
«Metodología de estudio» es el título del tercer capítulo, donde se deduce la metodología de estudio –de índole descriptiva- partiendo de la fundamentación teórica. Se han recopilado una serie de datos, tanto de la fase preliminar de la traducción, como de la traducción en sí misma, puesto que ambos pueden incidir en el resultado de las versiones finales. Además del estudio de las traducciones, en la fase preliminar se ha pasado una encuesta a los traductores de las películas citadas con el fin de conocer las restricciones profesionales a las que se han visto sometidos, y las normas de recepción que conlleva esta variedad de traducción. Gracias a los datos recopilados es posible elaborar una representación gráfica del método de traducción con rigor estadístico.
El cuarto capítulo atiende a 480 muestras pertenecientes a fragmentos de cinco películas donde se han observado diferencias en las versiones dobladas y subtituladas, o algún rasgo específico del lenguaje fílmico que podría incidir en la traducción. En la publicación únicamente se encuentran 50 muestras de todo el corpus por razones de espacio. La presentación en tablas es muy visual y permite una lectura rápida del análisis realizado.
Por último, el capítulo cinco responde a los resultados fruto del estudio. La principal conclusión que podemos extraer es que el método de traducción es diferente en doblaje y subtitulación, y así la hipótesis de partida se corrobora en gran medida: en el caso del subtitulado el método tiende a ser más literal, y en el del doblaje más comunicativo.
Del mismo modo se extraen conclusiones sobre las restricciones de la traducción audiovisual, sobre las normas de este tipo de traducción, sobre las técnicas y sobre el método de traducción. El libro concluye con la recopilación de la bibliografía empleada y tres anexos.
Con esta publicación el autor ha querido poner de manifiesto la importancia de la forma de traducir o como él lo llama «el método de traducción», abordándolo desde el cine independiente de autor americano, género que resulta muy útil para probar las diferencias entre las versiones dobladas y subtituladas de los textos fílmicos. Por ello, resalta la importancia de cómo se traduce y deja de lado consideraciones personales de si se traduce bien o mal, y da respuestas del porqué.
Consideramos un gran acierto el amplio espectro de público al que va dirigido, y así animamos a que esta obra la descubran profesores, investigadores de traducción audiovisual y de cine, estudiantes de grado, licenciatura y máster de las diferentes titulaciones de traducción, traducción audiovisual o comunicación audiovisual, profesionales de la traducción audiovisual y todas aquellas personas que tengan curiosidad por conocer el apasionante mundo de la traducción audiovisual.
Machado de Assis, tradutor
Jean-Michel Massa
Crisálida, Belo Horizonte, 2010, 123 págs.
Xosé Manuel Dasilva
Machado de Assis es uno de los nombres canónicos de las letras brasileñas, por no decir directamente que representa su mayor figura. Al menos se trata del escritor de esta literatura que ha suscitado a través del tiempo una mayor cantidad de aproximaciones de índole académica. Su vida transcurrió a lo largo de los dos últimos tercios del siglo XIX y abarcó incluso algunos años del siglo siguiente. Se le atribuye, por lo general, la introducción de la estética realista en territorio brasileño, aunque dotando a esta de no pocos rasgos peculiares que hacen que se le haya juzgado en distintas ocasiones un precursor de la eclosión de la narrativa latinoamericana en el período contemporáneo.
Es conveniente señalar que la producción literaria de Machado de Assis no dispone de escasas traducciones en español, sobre todo si comparamos su caso con el de otros autores brasileños significados, muchos de ellos de modo injusto con deficiente presencia en nuestra lengua. Efectivamente, se registran no solo versiones, sino además retraducciones, de los principales títulos machadianos, algo ciertamente inhabitual si hablamos de un escritor del país americano. Por citar algunos ejemplos, contamos con varias ediciones en español, de la responsabilidad de diferentes traductores, de Quincas Borba, Dom Casmurro, O alienista y Memórias póstumas de Bras Cubas. Otras narraciones de Machado de Assis también traducidas entre nosotros son A mão e a luva, Helena y Memorial de Aires, entre más títulos que cabría mencionar.
Jean-Michel Massa, autor de la monografía objeto de este comentario, ya se había destacado como estudioso de Machado de Assis. Hay que citar fundamentalmente el trabajo A juventude de Machado de Assis (1839-1870) (Río de Janeiro, Civilização Brasileira, 1971), centrado en las primeras etapas de la biografía intelectual del narrador, que fue su tesis de doctorado. Otras contribuciones importantes de Massa dedicadas a Machado de Assis son Bibliographie descriptive, analytique et critique de Machado de Assis (1957-1958) (Río de Janeiro, Livraria São José, 1965) y Dispersos de Machado de Assis (Río de Janeiro, Instituto Nacional do Livro, 1965).
El presente libro constituyó en su origen precisamente la segunda parte de la mencionada tesis de doctorado. Entonces estaba acompañado por un apéndice en el cual se transcribían tres obras traducidas por Machado de Assis inéditas hasta aquel momento: Os burgueses de Paris, Tributos da juventude y Força por força. Dicho conjunto de versiones fue publicado en fecha reciente por Massa en otro volumen, minuciosamente anotado, con el título Três peças francesas traduzidas por Machado de Assis (Belo Horizonte, Crisálida, 2008).
Se podría afirmar que el mérito esencial de este tomo es arrojar luz, de forma poco menos que definitiva, en torno a una faceta de la personalidad de Machado de Assis sobre la que hasta ahora circulaban informaciones imprecisas, cuando no erradas. Se sabía, en efecto, que Machado de Assis consagró una parte nada despreciable de sus esfuerzos a verter al portugués de Brasil a autores tan diversos como Dante, Shakespeare, Dickens, Poe, La Fontaine, Racine o Heine. Primordialmente se poseía conocimiento detallado de la ingente tarea que llevó a cabo trasplantando Les Travailleurs de la mer, de Victor Hugo, novela que publicó por entregas en Río de Janeiro en 1866, es decir, al mismo tiempo que la versión original veía la luz en Francia. Ahora bien, con respecto a la actividad de Machado de Assis como traductor resultaba todavía imprescindible cubrir numerosas lagunas, tal como en este volumen con solvencia se hace.
Una elocuente muestra de la necesidad de abordar adecuadamente el peso de la traducción en el escritor brasileño era que, hasta la actualidad, se tenía como auténtico original suyo la obra Queda que as mulheres têm para os tolos, a todas luces una versión. Massa refiere, oportunamente, una investigación antecedente que intentó profundizar en la vertiente traductora de Machado de Assis. Se trata del libro Para traducir o século XIX: Machado de Assis (São Paulo, Annablume, 2004), de Eliane Fernanda Cunha Ferreira. Según Massa, la autora buscó exponer a toda costa los fundamentos de una teoría traductológica elaborada por Machado Assis privativamente, forzando con ese fin la verdadera realidad de los hechos. Sin embargo, en su opinión lo que es posible observar en la práctica traductora del novelista es, por el contrario, una batería heterogénea de estrategias, de acuerdo con un pensamiento que va mudando asistemáticamente en función de los autores, de los textos y hasta de la coyuntura de cada momento.
Machado de Assis realizó, durante su vida, traducciones que podríamos considerar más bien circunstanciales, debido a que responden a motivaciones profesionales, y traducciones propiamente personales, derivadas de sus afinidades electivas en el terreno de la literatura. A las primeras Massa alude sin circunloquios con la etiqueta «trabalhos alimentares», indicando que el traductor se limita a poner en ellas, a disposición de los lectores brasileños, textos inaccesibles desde el punto de vista lingüístico. En cuanto a las segundas, cabe percibir que se hicieron cada vez más habituales en la madurez del escritor, concretamente entre 1870 y 1894, cuando este se hallaba en situación de seleccionar con mayor libertad los abundantes encargos recibidos, sin sentirse constreñido, a diferencia de tiempos pasados, por urgencias de orden material.
Inicialmente, lo que hace Massa es delinear, gracias a un pormenorizado recorrido diacrónico, un elenco de las versiones de Machado de Assis que roza la exhaustividad. Se comprueba, a partir de tal catálogo de referencias, que su trayectoria como traductor no fue ni mucho menos esporádica. Al revés, comprende un largo espacio temporal que se extiende por casi cuatro décadas, desde 1857 hasta 1894. La primera versión de Machado de Assis documentada es A ópera da janela, con base en un texto original francés, transferida cuando acababa de cumplir únicamente dieciocho años.
Una vez inventariadas las aportaciones de Machado de Assis en calidad de traductor, la labor de Massa se concentra en el análisis particular de bastantes de las traducciones, partiendo del cotejo atento con el original respectivo. Múltiples son las conclusiones obtenidas por Massa en su estudio que permiten, como antes adelantábamos, acercarse a una imagen más completa, aparte de más fehaciente, del perfil traductor de Machado de Assis. Una de ellas es la constatación del uso de versiones intermedias en francés para trasladar a autores de otras lenguas. Queda demostrado así que era esta la lengua extranjera en la cual Machado de Assis gozaba de mayor competencia.
Es cierto que Machado de Assis igualmente tenía nociones, mayores o menores según cada caso, de inglés, alemán, español e italiano. Pero sucede que, desde estos idiomas, Machado de Assis hacía frecuentemente traducciones indirectas. Como subraya Massa, uno de los errores más graves cometidos hasta hoy es haber pensado, tan solo a partir de la filiación lingüística de las obras, que Machado de Assis traducía siempre de manera directa. Un ejemplo interesante, y el más revelador acaso de todos, es el que proporciona su versión de Oliver Twist, que data de 1870 y fue estampada como folletín en el periódico Jornal da Tarde. Tras un escrupuloso examen descriptivo-comparativo, Massa demuestra, sin dejar el más pequeño margen para la discrepancia, que esta traducción tomó como fuente una versión interpuesta, cómo no, en francés.
Otra de las conclusiones alcanzadas es que Machado de Assis, traductor-escritor, suele rendirse a la tentación de apartarse de los originales, una circunstancia que parece más acusada cuando el autor traducido es de su predilección. Lo que hace Machado de Assis en esas situaciones es incorporar a la versión elementos tanto temáticos como estilísticos que forman parte de su universo literario individual.
Antes de concluir, quisiéramos recordar que en el mundo cultural brasileño son muy comunes los escritores de prestigio que reservaron una parte más que testimonial de sus desvelos al ejercicio de la traducción. Por traer a colación un ejemplo significativo, Jorge Wanderley elaboró sendos estudios acerca de la experiencia traductora, por un lado, de Manuel Bandeira, Guilherme de Almeida y Adgar Renault, y, por otro lado, de diferentes autores de la denominada Geração de 45, como João Cabral de Melo Neto o Lêdo Ivo, y del grupo concretista, sobresaliendo entre estos últimos los hermanos Haroldo y Álvaro de Campos. Otros muchos casos de escritores que no permanecieron ajenos a idéntico cultivo es posible rastrearlos sin dificultad en la magnífica historia de la traducción brasileña elaborada por Lia Wyler, bajo el título Línguas, Poetas e Bacharéis. Uma crónica da tradução no Brasil.
Nada tiene de extraño, así pues, que Machado de Assis, fundador él mismo de la Academia Brasileira de Letras, hubiese sido un traductor pertinaz, como queda de manifiesto ampliamente en este libro de Jean-Michel Massa.
Sonetos a Orfeo
R. M. Rilke
Trad. esp. de A. Romero Márquez. Pontificia Universidad Católica del Perú, 2011
José A. Gallegos Rosillo
La traducción de la poesía de una lengua a otra lengua o, lo que es lo mismo, la traducción poética, ocupa un lugar muy especial dentro del apartado de la traducción literaria. Y ello, esencialmente, por varias razones. La principal de ellas pensamos que es la siguiente: mientras en la traducción de la prosa (novela, teatro, ensayo, etc.) el elemento más importante que está en juego, y que hay que transmitir lo más fielmente posible, es el contenido semántico, esto es, el mensaje que existe en la lengua de partida, en la traducción poética (que tampoco hay que confundir con la traducción en verso) el mensaje o bien es un aspecto secundario o, por lo menos, habría que situarlo en un plano de igualdad junto con la estructura poética. O dicho de otra forma: en poesía, el continente (la forma, el lenguaje, la disposición de las palabras) adquiere tanta importancia como el contenido (el mensaje). De ahí la dificultad de este tipo de traducción; pues si las ideas son fácilmente exportables, la estructura poética de cada lengua es inexportable. Pero, por otro lado, traducir a otra lengua un poema de clara estructura regular sin dotarlo en la lengua de llegada de una fuerza expresiva equivalente a la del original, es decir, traducirlo en prosa o en verso libre, como si lo importante fuese sólo el mensaje que se transmite, es, como decía el gran poeta francés Paul Valéry, amortajar ese poema. Y por ello, como decíamos antes, es tan difícil y tan especial la traducción poética: hay que intentar recrear en la lengua de llegada las sonoridades y los efectos poéticos de la lengua de partida, además de respetar y transmitir lo más fielmente posible el sentido que se desprende de esas expresiones. El mismo poeta antes citado emplea una comparación muy sensitiva para describir la dificultad de la labor del traductor poético, diciendo que es como bailar cargado de cadenas.
Vienen todas estas consideraciones como prólogo de la presentación en esta revista TRANS de la nueva edición aparecida de la traducción al español de los Sonetos a Orfeo del poeta Rainer María Rilke; traducción realizada por el poeta Antonio Romero Márquez hace ya unos años, que entonces fue publicada por el Servicio de Publicaciones de Unicaja (2005) y ahora ha sido reeditada, con algunos retoques además de cierta importancia, por la Pontificia Universidad Católica del Perú.
La edición actual, más elegante y vistosa que la anterior, pero ambas bilingües, recoge en forma facsimilar la primera edición alemana de los Sonetos a Orfeo, con lo cual se resalta aún más el contraste entre la grafía original de 1923 presentada en la página de la izquierda y la versión actual en español que figura en la página derecha.
Por lo demás, es curioso señalar que los dos autores —Rilke y Romero—, entre otras cosas comunes como poetas, guardan una buena relación con la provincia de Málaga. Y también con Córdoba, adonde Rilke llegó con ocasión de un viaje que realizó por diversas ciudades españolas en 1912 (no se olvide el encuentro del poeta en esta ciudad con una perrita callejera que le inspiró uno de los más bellos sonetos que aparecen en el libro —soneto XVI de la 1ª parte—). En Ronda, pasó dos meses hospedado en el hotel Reina Victoria, al borde mismo de la célebre hendidura del Tajo. Y el hotel conserva aún la habitación donde se hospedó y la muestra a sus visitantes; también conserva en sus jardines una estatua en bronce del poeta.
Los Sonetos a Orfeo, como se sabe, es una obra de madurez de Rilke (nació en 1875), escritos a manera de estela funeraria por la muerte de una muchacha, joven promesa de la danza y a la que, al mismo tiempo, como un nuevo Orfeo con respecto de Eurídice, él quisiera devolver a la vida. Son, pues, 55 sonetos divididos en dos partes, de una gran profundidad en el sentimiento al mismo tiempo que de gran dificultad en su comprensión por las continuas llamadas y alusiones al mundo de la mitología órfica y a experiencias del propio poeta.
Por su parte, Antonio Romero Márquez, poeta cordobés afincado desde hace muchos años en Málaga, es una persona consagrada totalmente al conocimiento literario y a la expresión poética en su vertiente más elaborada y pura. Fruto de ello es la amplia relación de títulos de diferentes recopilaciones poéticas que reúne en su currículo, tales como Versos para ser calumniado (1986), Sobre sombras y esplendores (1995), Jardín de arena (2001), Arcilla iluminada (2002), Málaga clara y otros poemas (2006), Fuego negro (2007), etc., muchas de las cuales le han valido diferentes premios en toda la geografía nacional. Esto nos muestra que la profunda experiencia poética de Romero Márquez es un aval de talla para pensar que la recreación que nos presenta de los sonetos de Rilke es de la máxima calidad y fiabilidad.
Como es natural, existían ya numerosas traducciones en todas las lenguas, incluido el español, aunque las traducciones españolas no recrean el original sino que se limitan, en casi todos los casos, a transmitir, de una u otra manera, el sentido; con lo que, como diría Valéry, destruyen el poema. Y precisamente aquí es donde encontramos la originalidad y el gran mérito de la traducción realizada por Antonio Romero. Él ha analizado y cotejado pacientemente no pocas versiones, incluso algunas francesas, comprobando cómo éstas, a pesar de no encontrarse sometidas a las exigencias que él se impone, difieren enormemente entre sí. Y, tras empaparse del sentido exacto de cada verso, ha propuesto su propia versión, pero respetando el metro, y hasta el orden de la rima, de la obra original. Estamos, pues, ante una auténtica recreación poética que cumple con exactitud el ideal de traducción poética propuesto por Valéry en su comentario a la traducción del Cántico espiritual de San Juan de la Cruz realizada por un monje, el Padre Cipriano de la Natividad: «verdaderamente, traducir es recrear el efecto producido por una causa determinada –la lengua origen- por medio de otra causa –la lengua de llegada.» Sin embargo, para conseguir una auténtica recreación poética, pensamos que falta aún otro elemento de importancia capital: la comunión de ideas y de sentimientos entre el poeta primero y el recreador de su obra. Por eso no es posible, en principio, traducir poesía por encargo, sino que es el propio poeta traductor quien elige la obra que quiere traducir, en función de sus afinidades con el traducido, y afronta ese reto como un capricho que se propone realizar. Capricho más difícil de llevar a término que la propia creación poética, pues aquí el poeta inventa y selecciona palabras e ideas según le conviene; mientras que en la traducción, las ideas le vienen impuestas. Romero Márquez es un profundo conocedor y un admirador del poeta de Praga, por lo que su actitud como traductor y su reto de poeta ha sido como restituir a un amigo la verdadera dimensión poética que éste debía tener en lengua española y que hasta ahora no tenía.
El traductor ha superado con notable éxito esta prueba y, para demostrarlo, sólo basta leer uno de estos poemas:
IX
Sólo el que su lira ha alzado
aun en lo oscuro, alcanza
a expresar, como iluminado,
la infinita alabanza.
Sólo el que haya la adormidera
de los muertos comido,
ya no podrá perder siquiera
el más leve sonido.
Las cosas que el agua refleja
se deshacen veloces;
retén su imagen.
Tan sólo el doble reino deja
que en lo eterno las voces
suaves se encajen.
Enseguida percibimos ese ritmo particular del tono poético y la fuerza expresiva de las palabras bien ajustadas en el verso. Y eso es ya un buen criterio básico para saber que nos encontramos ante verdadera poesía, ante un auténtico poema con valor en sí mismo, independiente de que a continuación pensemos que esas ideas no pertenecen a Romero Márquez, sino a Rilke. Pero el mérito de haber conseguido en español un poema de un vigor poético y sugestivo comparable al original figura indiscutiblemente en el haber del poeta traductor.
Si, a continuación, el lector siente la curiosidad de conocer el poema origen para establecer una comparación, aunque sea superficial, se puede leer en la página de la izquierda este texto (transcribo sólo la primera estrofa):
IX
Nur wer die Leier schon hob
auch unter Schatten,
darf das unendliche Lob
ahnend erstatten.
En él podemos apreciar que la disposición de la rima alternada (ABAB) es coincidente –y eso a lo largo de todo el poema-, así como también la alternancia de versos más largos y otros más cortos dentro de la misma estrofa, aunque con una leve diferencia debido a la naturaleza diversa de cada sistema lingüístico (en el original 7/5; en la traducción 9/7). Pero comparando poemas de un metro más largo, vemos que esas diferencias casi desaparecen, manteniéndose las modalidades de la rima. Cito como ejemplo sólo la primera estrofa del soneto II:
II
Y era casi una niña que surgió
del acorde feliz de lira y canto
y en sus velos de abril brilló su encanto
y en mi oído su lecho construyó.
De versos endecasílabos y rimas abrazadas (ABBA), coincidiendo exactamente con la correspondiente original:
II
Und Fast ein Mädchen wars und ging hervor
Aus diesem einigen Glück von Sang und Leier
Und glänzte klar durch ihre Frühlingsschleier
Und machte sich ein Bett in meinem Ohr.
En lo que respecta a la fidelidad en el uso y disposición de los diferentes recursos poéticos, al ser un punto bastante más problemático, por cuanto que esta labor está sometida a una inevitable ley de pérdidas, de compensaciones e inclusive de ganancias, no vale la pena entrar, ni tampoco es este el lugar apropiado. Creemos que estos dos someros ejemplos bastan para corroborar todo lo que hemos dicho sobre la presente traducción: una recreación auténtica, donde cada poema traducido contiene un innegable valor en sí mismo y nos acerca con toda su fuerza y originalidad la figura del poeta traducido.
Tradução. Da sua importancia e dificuldade
Newton Sabbá Guimarães
Juruá, Curitiba, 2010, 217 págs.
Xosé Manuel Dasilva
La producción bibliográfica brasileña en torno al estudio de la traducción no reduce su excelente ritmo. De forma constante evidencia que es el espacio del mundo lusófono en que la traductología tiene, con notable diferencia, un protagonismo mayor en comparación con otros países del mismo ámbito lingüístico. En esta ocasión, nuestro interés se centrará en una obra de características bastantes peculiares, ya que no se trata de una monografía al uso. Su autor es Newton Sabbá Guimarães, docente adscrito en la actualidad a la Universidade Estadual de Centro-Oeste, en Paraná, tras una larga trayectoria no exenta de vicisitudes. De polifacético perfil, es adecuado destacar sobre todo la vastedad de su cultura idiomática, pues domina con envidiable competencia un ingente número de lenguas.
El volumen en cuestión ofrece un diseño editorial dividido en nueve capítulos, más un texto introductorio, titulado «Duas palavras de explicação», y un epílogo. También incluye una completa bibliografía, tal vez un poco heterogénea aunque la naturaleza del libro probablemente así lo exigía. En el referido prólogo, el autor explica la azarosa génesis de este trabajo, originalmente planeado como un proyecto constituido por varias conferencias que iban a ser impartidas en la institución universitaria donde desarrolla su cometido. No obstante, tal iniciativa no recibió la necesaria autorización por parte de los responsables burocráticos, por lo que se vio condenada al fracaso. La circunstancia descrita, precisamente, lleva a Newton Sabbá Guimarães a exclamar en una de las páginas: «Credo quia incredibile!»
Más que por fundamentarse en presupuestos de carácter teórico, este libro se singulariza, principalmente, por ser el reflejo de la dilatada experiencia del autor en calidad de traductor en los más dispares géneros. Resaltemos su labor en el campo de la poesía, el cuento, la novela y el teatro. No debe omitirse, además, un importante número de versiones de tratados filosóficos. Es hasta cierto punto sorprendente, por tanto, que Newton Sabbá Guimarães revele con modestia que «está longe de ser um excelente tradutor». Matiza a continuación, sin embargo, que aquello de lo que no se puede dudar es justamente de que «gosta da tradução». Tal inclinación le ha conducido durante años a fijarse en la actividad traslativa de muchos otros traductores, escrutando de modo primordial tanto sus aciertos como sus yerros.
El autor indica que esta incansable tarea le ha hecho atesorar una erudición más que apreciable en lo relativo a la transferencia de productos ajenos al portugués de Brasil, tal como queda sobradamente demostrado en las páginas del presente volumen. Cabe subrayar, en ese sentido, la multitud de notas a pie de página que complementan el discurso principal de la obra. En señal de su profunda vocación traductora, Newton Sabbá Guimarães asevera taxativamente: «O ato de traduzir deve ser encarado como um impulso interior muito forte, que, por ser impulso interior, não aceita a superficialidade».
Tamaño cúmulo de vivencias y conocimientos encajan dentro de un modelo nada insólito en tierras brasileñas. Nos referimos al traductor que al mismo tiempo suele dejar constancia por escrito de sus recuerdos en condición de tal. Es pertinente evocar, en ese orden, los nombres, por ejemplo, de Brenno Silveira y Paulo Rónai. Del primero hay que citar inexcusablemente su título ya clásico A arte de traduzir, un manual sui géneris de imperecedera referencia en los estudios traductológicos del país americano.
De Paulo Rónai, por otro lado, traductor de origen húngaro asentado en Brasil desde mediados de los años 40, deben mencionarse las aportaciones Escola de tradutores, A tradução vivida, Encontros com o Brasil, Pois é, Babel & Antibabel y Como aprendi o português e outras aventuras, todas ellas auténticos libros de memorias en donde se da fe de su amplia carrera como traductor. Por cierto, uno de los hitos del currículo de Paulo Rónai es haber sido el coordinador del casi centenar de narraciones que forman parte de La comedia humana, de Balzac, un ambicioso proyecto con destino a la Editora Globo que vio la luz en diecisiete volúmenes publicados a lo largo de una década.
De manera semejante a lo que se observa en las obras nombradas, en esta contribución de Newton Sabbá Guimarães figura un extenso conjunto de «impressões de tradutor que ama o mister», conforme él afirma. Nos hallamos, por consiguiente, más que ante una monografía convencional frente a un mosaico de digresiones amenísimas y a la vez muy instructivas. Del enfoque impresionista esencialmente utilizado son buena muestra los títulos que se escogieron para los nueve apartados, antes aludidos, de que consta la obra. «Dois percalços da difícil tarefa de traduzir», se denomina uno. Otros dos llevan como designación, respectivamente, «Mito e realidade no trabalho de traduzir» y «Os estranhos caminhos da tradução e o porquê disso».
El propio autor admite que el propósito primero de elaborar un breve ensayo fue tomando cuerpo, paulatinamente, hasta transformarse en esta catarata de reflexiones que proceden, en buena medida, de su veteranía. En la nota de cierre del volumen se habla de la tautología, no por casualidad, como principio rector en la construcción de la exposición. Efectivamente, no se hace difícil comprobar que los mismos pensamientos, u otros análogos, se reiteran formulados desde distintos ángulos.
Newton Sabbá Guimarães encara de acuerdo con este punto de vista diferentes temas relevantes que suscita el ejercicio de la traducción en Brasil. Por poner un ejemplo, presta atención al problema planteado por conocidos personajes de la vida cultural brasileña que aparecen sospechosamente como firmantes de una infinidad de traducciones. El autor saca a relucir en concreto los casos de tres famosos escritores: Monteiro Lobato, Godofredo Rangel y Érico Veríssimo. Es sorprendente que, además de su quehacer creativo e incluso laboral en otras esferas —Godofredo Rangel era magistrado de profesión—, estas personas se hubiesen encargado de trasplantar millares de páginas desde otros idiomas al portugués de Brasil.
Otro asunto abordado es el de las traducciones mediadas, mediatizadas o de segunda mano. Hasta no hace mucho tiempo no era anómala la presencia de versiones de este tipo en el mercado editorial brasileño, puesto que no existían traductores capacitados en algunas combinaciones lingüísticas que pudiesen llevar a cabo traducciones directas. Al hilo de esta cuestión, se trae a la memoria oportunamente la narración corta «Traducciones», de Mario Benedetti, recogida en la colectánea Despistes y franquezas. En tal relato, como se sabe, un escritor en español es traducido al francés, y después desde esta lengua al italiano, idioma del que arranca más tarde el traductor inglés del mismo texto. La paradoja es que dicho escritor acabará transportando esa última versión inglesa, que le agrada especialmente, de nuevo al español.
No es conveniente confundir la traducción indirecta, según otra opción terminológica, y la traducción compilada, esto es, la que surge de trasladar diversos textos de origen. De la segunda posibilidad un ejemplo bien notorio en el entorno brasileño lo encarnan los hermanos Haroldo y Augusto de Campos. El primero de ellos tradujo, verbigracia, una parte de la Ilíada a partir de diecisiete fuentes bibliográficas en múltiples idiomas, debidamente reseñada cada una dentro de la propia edición.
En el terreno estricto de la lengua, Newton Sabbá Guimarães incorpora igualmente abundantes comentarios. Así, apunta plena conciencia en muchos pasajes de la índole privativa que distingue al portugués de Brasil. Se pone de manifiesto en un determinado momento, expresamente, el «fundo abismo» existente entre la realidad cotidiana del habla brasileña y el lenguaje de las cantigas medievales gallegas y portuguesas.
No faltan ideas, en todo caso, de alcance más general las cuales sobrepasan los límites de la práctica de la traducción en territorio brasileño. Es lo que ocurre con respecto a la autotraducción, fenómeno al que se atiende a partir del análisis de ciertos casos pertenecientes a áreas culturales disímiles. Uno es el de Celso Emilio Ferreiro, autotraductor de poemas desde el gallego al español. Otro es el de la escritora israelí Margalit Matitiahu, que acostumbra a emplear el ladino y el hebreo como vehículos literarios, vertiendo sus textos entre estos dos idiomas. También se hace referencia al cultivo de la autotraducción por Maria Virgínia Monteiro, poeta portuguesa que publicó el volumen As Cinzas e as Brisas / Les Brises les cendres. As Harpas Doridas / Les Tristes harpes tendres, donde se reproducen, en formato bilingüe, composiciones originalmente concebidas en francés y más tarde trasladadas al portugués. Para esta escritora, tales versiones no serían en puridad traducciones, sino algo diferente que bautiza con la etiqueta «transtextos».
En suma, he aquí un enjundioso compendio de meditaciones alrededor del hecho traductor que merece ser saludado con satisfacción. Sin duda, la traductología brasileña no dejará de proporcionar nuevos frutos en los próximos años.
Últimas Tendencias en Traducción e Interpretación
Daniel Sáez, Jorge Braga, Marta Abuín, Marta Guirão, Beatriz Soto, Nava Maroto (eds.)
Iberoamericana Vervuert, Madrid/Frankfort, 2011, 272 págs.
Giuseppe Trovato
Desde hace ya varias décadas asistimos al florecimiento de numerosos estudios y publicaciones que se plantean brindar aportaciones valiosas a los estudios de Traducción e Interpretación y a sus aplicaciones operativas ya sea en el ámbito profesional como a nivel didáctico. A partir de los años 70 y 80 del siglo pasado se ha indagado mucho el campo de la traductología, llegando a resultados, en muchos casos, prometedores, lo que ha permitido sentar las bases de lo que hoy conocemos como Translation Studies, por emplear la terminología inglesa. De hecho, en la actualidad contamos con aportaciones de gran envergadura en lo tocante al tema de la traducción. Además, en los últimos años se han puesto en marcha numerosos cursos universitarios de grado y posgrado que imparten clases de traducción e interpretación, con miras a formar nuevos profesionales e investigadores. De ahí la necesidad de contar con material de referencia a la hora de planificar las clases o bien de tener una visión de conjunto acerca de la evolución de la materia tratada. Dentro de este ámbito se enmarca la obra reseñada en estas pocas líneas, es decir Últimas Tendencias en Traducción e Interpretación, resultado de los esfuerzos investigadores desplegados por varios profesores en el grado de Traducción e Interpretación de la Universidad Complutense de Madrid. Sus intereses investigadores abarcan desde la sociolingüística y la lingüística histórica a la terminología, de la lingüística aplicada a la traducción, así como la teoría, práctica y didáctica de la traducción y la interpretación. El manual, salido a la luz en el año 2011, es una obra colectiva realizada por profesionales de diferentes campos dentro de la traducción y recoge aportaciones y experiencias prácticas y didácticas en algunas de las principales áreas que componen el mapa traductológico actual. La obra está desglosada en cuatro macrocapítulos que abordan temas diferentes, desde distintas perspectivas. A continuación se enumeran estos grandes apartados:
En el marco de cada uno de los capítulos analizados se desarrollan temáticas variadas, que dan cuenta de cómo han evolucionado todas las cuestiones relacionadas con la proyección internacional de la lengua española, las recientes aplicaciones prácticas de la traducción y sus repercusiones en nuestra vida cotidiana, algunas experiencias traductoras innovadoras y, finalmente, el tema de la interpretación y sus características en determinados ámbitos de intervención.
El primer macrocapítulo se compone de cuatro artículos que se detallan a continuación:
Estas aportaciones desarrollan el concepto de «español neutro» y sus rasgos definitorios además de abogar por la necesidad de realizar productos válidos, en función de diferentes mercados donde se enseña el español. También se hace hincapié en las variedades diatópicas y diastráticas del español a la luz de su difusión internacional y se hace mención al papel que juegan hoy día las nuevas tecnologías en el campo no sólo de la didáctica de lenguas extranjeras sino también de la traducción, con especial referencia al doblaje al español.
El segundo macrocapítulo consta de cinco artículos relacionados con la historia y teoría de la traducción:
Estos artículos se plantean abordar el tema de la traducción desde perspectivas y enfoques distintos que tienen en cuenta su origen y desarrollo así como el estado actual de la cuestión. En este apartado es interesante notar la relación entre traducción, ciencia y religión y los problemas traductológicos planteados por los marcadores discursivos.
El tercer macrocapítulo, en cambio, afronta la práctica de la traducción y contempla cuatro artículos:
En esta área de investigación se indagan aspectos eminentemente prácticos que abordan el proceso traductor y sus problemáticas en términos de adaptación a la lengua y contexto meta. También se esboza el perfil del asesor lingüístico y se analizan las aplicaciones prácticas de las ontologías en la traducción automática.
El último campo de estudio del texto se centra en la práctica de la interpretación y está integrado por cinco artículos emblemáticos, ya que analizan el papel del intérprete en varios contextos profesionales y ahondan en las distintas competencias necesarias para llevar a cabo esta compleja actividad de mediación lingüística oral. A continuación los títulos:
A nuestro entender, se trata de una obra innovadora si tomamos en cuenta otros manuales, ya que aglutina en un único texto dos campos de estudio que guardan estrecho parentesco: traducción e interpretación. Además de proponer enfoques metodológicos variados dentro de las modernas cuestiones traductológicas, se presta especial atención a temas poco indagados hasta la fecha: el español neutro, la praxis de la traducción como forma de vida, la interpretación de la lengua de signos, por mencionar los que más han llamado nuestra atención. La metodología adoptada es abarcadora de orientaciones que, en rarísimos casos, hemos constatado en otras obras que se proponen únicamente ofrecer una panorámica general sobre el desarrollo y la evolución de la disciplina «traducción» a través de la recopilación de las teorías traductológicas contemporáneas más conocidas y referencias a los nombres más paradigmáticos y, nos atrevemos a decir, «privilegiados» en el campo de la traducción e interpretación. Dada la amplitud y variedad de los temas abordados, las referencias bibliográficas recogen aportaciones científicas poco comunes y nombres «menos conocidos» y no por eso, menos prestigiosos e interesantes en términos de contenidos. Otro aspecto que hace el texto merecedor de una mención especial estriba en su carácter práctico aparte de teórico, considerando este último elemento necesario para que una obra pueda preciarse de un auténtico rigor científico. Este carácter práctico que acabamos de mencionar se materializa en los numerosísimos ejemplos brindados a lo largo del manual, con miras a ejemplificar el proceso traductor e interpretativo en sus distintas vertientes: traducción para el teatro, audiovisual, automática, interpretación en el ámbito social o de lengua de signos, por citar algunas.
En definitiva, la obra que hemos reseñado en estas breves líneas ofrece, sin lugar a dudas, una aportación muy valiosa al panorama traductológico, no solo español, sino también internacional. A lo largo de sus 270 páginas quedan reflejadas las nuevas tendencias y líneas de investigación actuales en el ámbito de los estudios de Traducción e Interpretación. Asimismo cabe señalar que el texto puede resultar una obra de consulta de gran interés no sólo por parte de un público especializado, sino también por parte de cuantos quieran acercarse a este campo de estudio. Finalmente este manual puede también trabajarse en las aulas de teoría y práctica de la traducción e interpretación, a modo de guía didáctica y metodológica.