La doble interpretación aspectual de predicados en la traducción alemán-español de secuencias narrativas: análisis de un corpus de traducciones estudiantiles

maría teresa sánchez nieto

Universidad de Valladolid

En este trabajo describimos e intentamos explicar un fenómeno observado en nuestras clases de traducción: cómo en las traducciones estudiantiles al español de secuencias narrativas alemanas, un mismo predicado, cuyo núcleo está conjugado en un tiempo de pasado, puede recibir diferentes interpretaciones aspectuales. Para ello, tras una breve introducción en la que ponemos en relación conceptos de la teoría cognitiva de la aspectualidad con la teoría de las escenas y los marcos aplicada a la traducción, expondremos los resultados del análisis de un corpus paralelo DE>ES de traducciones estudiantiles. Finalmente se apunta al calco en el tm español de ciertos micromarcos del to alemán como posible explicación de la doble interpretación aspectual y se esbozan dos nuevas hipótesis para un estudio más en profundidad de este fenómeno.

Palabras clave: traducción alemán-español, aspectualidad, teoría de las escenas y marcos aplicada a la traducción, tiempos verbales de pasado en la traducción alemán-español.

Double aspectual interpretation of predicates in German-Spanish translation of narrative sequences: Analyzing a corpus of student translations

In the following article we are presenting a common phenomenon we notice in our everyday translation classes: the different aspectual interpretations given by prospective translators with Spanish L1 of German narrative sequences, given the same predicate whose nucleus is conjugated in a (German) past tense. The aim of this paper is to provide a description of this phenomenon, along with an attempt of explanation of it. First, a brief overview of the Cognitive Theory of Aspectuality is given, and its main concepts are related to the Scenes & Frames theory applied to Translation Studies. Then, data of a parallel corpus (DE>ES) from students´ translations is analyzed and the results explained. Finally, we suggest the calque of certain microframes of the German source text as a possible explanation for this double aspectual interpretation phenomenon and two new hypotheses are outlined, which constitute a starting point for deeper studies of this issue.

Key words: translation from German into Spanish, aspectuality, Scenes-and-Frames theory applied to Translation Studies, past tenses in translation from German into Spanish.

Punto de partida y marco teórico

Pilar Elena (2001:167) ya advertía hace más de una década que la traducción al español de las formas verbales alemanas de pasado, en ausencia de elementos temporales en el cotexto, «está sometida a un mayor grado de interpretación por parte del traductor», debido inicialmente a que el español es una lengua que gramaticaliza en su sistema verbal, al menos en parte, la oposición aspectual perfectivo / imperfectivo (si bien, como veremos adelante, también entran en juego otras categorías diferentes). El docente de traducción alemán español, y muy especialmente el docente de traducción general, se convierte en observador privilegiado de este interesantísimo fenómeno de variación gracias a su trato con grupos de traductores en formación que generan múltiples traducciones de un mismo texto origen, obteniendo así un valioso material para el estudio de este y otros fenómenos de variación. El presente estudio no solo nos ha permitido describir el fenómeno de la doble interpretación aspectual y presentarlo ahora a otros investigadores, sino (cosa no menos importante) sistematizar datos que luego hemos presentado a nuestros alumnos, por su indudable interés para su formación como traductores del alemán al español, y que han generado en ellos no poca sorpresa.

Los fenómenos observados en las traducciones que componen nuestro corpus y que nos disponemos a describir tienen que ver con la interpretación que el hablante (en este caso, el traductor) hace de las características temporales de las situaciones a las que se refieren los predicados de una secuencia textual original, esto es, con la aspectualidad. Sin embargo, desde el punto de vista de la teoría semántica de las escenas y marcos, las características temporales de la situación bien pueden contemplarse como una parte (decisiva) de los rasgos de la escena cognitiva que el hablante procesa y codifica en un marco. Así pues, en los siguientes apartados, mientras damos cuenta del concepto de aspectualidad que manejamos y detallamos su potencial descriptivo, intentaremos poner en relación la categoría de la aspectualidad con la teoría de las escenas y marcos. Antes, no obstante, expondremos la manera en la que la traductología, y particularmente la corriente funcionalista, ha aplicado las conclusiones de la teoría de las escenas y marcos a la descripción (didáctica) del proceso de traducción.

El proceso de traducción y la teoría de las escenas y marcos

A mitad de la década de los noventa, algunos traductólogos comenzaron a subrayar en diversos trabajos la utilidad de aplicar la semántica de escenas y marcos de Fillmore (1977) a la descripción del proceso traductor, y particularmente a la didáctica de la traducción (Fawcett 1997, Hönig 1995 [cit. en Järventausta 1998], Kussmaul 1995, Snell-Hornby 1988, Vannerem y Snell-Hornby 1986). Según esta teoría, el hablante archiva los contenidos semánticos en forma de escenas, a las cuales tiene acceso por medio de marcos lingüísticos. Una escena es una representación mental de origen experiencial, es decir, una construcción cognitiva o abstracción que el hablante hace sobre la base de situaciones reales experimentadas por él. Las escenas

include not only visual scenes but familiar kinds of interpersonal transactions, standard scenarios, familiar layouts, institutional structures, enactive experiences, body image; and, in general, any kind of coherent segment, large or small, of human beliefs, actions, experiences, or imaginings (Fillmore 1977:63).

El marco, por otra parte, es cualquier tipo de elemento lingüístico que pueda asociarse con una escena prototípica. El concepto de marco de Fillmore es bastante vago, pues lo utiliza para referirse a diferentes categorías: (i) representaciones complejas del saber semántico, (ii) el régimen verbal en su gramática de casos, así como (iii) cualquier forma lingüística. En traductología se ha venido utilizando un concepto restrictivo de marco como codificación lingüística de escenas cognitivas (Järventausta 1998). Entre una escena y su marco existe una relación que puede definirse como perspectiva: el hablante puede codificar una misma escena con ayuda de diferentes marcos, pero con cada marco el receptor percibirá la escena desde una perspectiva diferente, como explica Fillmore en su ejemplo de una situación de compra:

John bought the sandwich from Harry for three dollars. Henry sold him the sandwich for three dollars. The sandwich costs John three dollars. (Fillmore 1977: 58-60, apud Järventausta 1998)

En este ejemplo, los elementos de la escena se mantienen constantes pero en cada caso resulta enfocado uno de sus elementos, y por lo tanto cambia la perspectiva sobre el conjunto.

Desde el punto de vista traductológico y de la didáctica de la traducción resultan especialmente aprovechables (i) el concepto de texto como macromarco y (ii) las explicaciones que esta teoría da de los procesos de producción y recepción textuales.

Con respecto a (i), en la teoría de las escenas y marcos se entiende que los textos son marcos complejos, macromarcos, que evocan una escena compleja, la macroescena. El texto o macromarco está compuesto por un tejido de micromarcos de diferente complejidad y que juntos contribuyen a que el receptor (en este caso el traductor del texto de partida) evoque la macroescena que habita detrás del macromarco.

Con respecto a (ii), durante el proceso de producción textual, mediante complejos procesos de abstracción y selección, el hablante tiene que codificar las microescenas que componen la macroescena en micromarcos para componer el macromarco textual. Por el contrario, en la recepción textual el hablante evocará la macroescena a partir de los micromarcos que componen el macromarco en el que la macroescena esté codificada, en un proceso de amplificación.

Vannerem y Snell-Hornby (1986) ponen de manifiesto con ayuda de la teoría de escenas y marcos el papel creativo del traductor en el proceso de reproducción textual, tal y como recoge Järventausta (1998) en el esquema 1:

El productor codifica la escena de partida en un marco de partida, en función de su intención comunicativa. El traductor, que en un primer paso constituye el receptor del texto de partida, mediante un proceso de amplificación, convierte el marco de partida (y sus múltiples micromarcos) en su propia escena (conformada gracias a las correspondientes microescenas). La amplificación, esto es, la generación de una escena a partir de un marco, es posible gracias a los saberes prototípicos que el traductor ha interiorizado gracias a su experiencia del mundo en general y su experiencia como hablante en particular, y por lo tanto un proceso típicamente subjetivo: evidentemente, dichos saberes y dicha experiencia van a condicionar el proceso de amplificación de la escena. Además, unas escenas se asocian con otras escenas, y ciertos marcos activan ciertas escenas en función de la sociocultura del hablante (en este caso del traductor), así como de la situación en la que se produce el proceso de amplificación. El traductor recodifica y acomoda su escena (y las microescenas de las que consta) en el marco meta (formado a partir de los correspondientes micromarcos), mediante un proceso de reducción en el que se abstraen y se seleccionan rasgos de la misma. Este proceso de reducción es necesario porque una escena cognitiva no puede acomodarse en un marco con todos sus detalles. De nuevo la sociocultura del traductor desempeña un papel esencial al favorecer la asociación preferente de ciertas escenas con ciertos marcos. Evidentemente, las macroescenas del productor del texto partida, del traductor y del receptor del texto meta son necesariamente diferentes.

Así, el papel del traductor es esencialmente creativo, puesto que hace suya la macroescena de partida y genera un macromarco que, además, acomoda al escopo de la traducción (Vannerem / Snell Hornby 1986). Traducir, entonces, no es un mero proceso de codificación de escenas y marcos y viceversa, sino una tarea compleja en la que los procesos de amplificación y reducción (abstracción) vienen acompañados de inferencias y asociaciones: en la memoria del hablante se asocian marcos entre sí que comparten material lingüístico similar y unas escenas se asocian con otras cuyas entidades, relaciones, substancias o contextos de aparición comparten rasgos similares (Järventausta 1998, Post 1988). Estos procesos asociativos cambian de hablante a hablante, y, por lo tanto, de traductor a traductor.

En el siguiente apartado mostramos cómo los elementos principales de las teorías aspectuales de Smith (1991), Bache (1995) y Schwall (1991) pueden interpretarse a la luz de la teoría de las escenas y marcos.

La categoría semántico-funcional de la aspectualidad y la teoría de las escenas y marcos

Con Schwall (1991:100) y De Miguel (1999) entendemos la aspectualidad como una categoría semántico-funcional, esto es, una categoría de carácter universal cuyos elementos, aun perteneciendo a diferentes niveles lingüísticos, tienen una misma función semántica. Interpretando esta definición desde la teoría de las escenas y marcos diríamos que al codificar una escena en la que un elemento del significado aspectual resulta relevante el marco correspondiente puede dar cabida a un solo elemento o a la combinación de varios elementos de la categoría de la aspectualidad, si bien en algunos casos el significado aspectual haya que deducirlo simplemente del contexto1.

Según Smith (1991), el hablante, a través de su percepción, media entre la situación real (que tiene unas características temporales objetivas) y la codificación lingüística (subjetiva) de las características temporales de dicha situación. La percepción de las situaciones reales está condicionada por unos esquemas cognitivos comunes a la mayoría de los hablantes, basados en las propiedades más llamativas de las mismas: los prototipos (o idealizaciones) de las situaciones, también llamados tipos de situaciones2. Poniendo en relación esta categoría de Smith con la teoría de las escenas y marcos, resultaría que los tipos de situaciones son microescenas que vienen evocadas por micromarcos, los cuales determinan una perspectiva sobre la situación objetiva. Dentro de las diversas unidades que pueden formar micromarcos, esto es, oraciones, cláusulas, incluso lexemas individuales (cf. Järventausta 1998:228), es el predicado el marco que evoca la escena que se corresponde con un tipo de situación dado, esto es, el «verbo con sus satélites» (Helbig 1992) o el Aktionsart oracional (Sánchez Prieto 2004).

Pero, de nuevo según Smith (1991), el hablante puede enfatizar ciertas características de una situación, restando importancia a otras, seleccionando un prototipo de situación determinado para referirse a una situación real concreta, como ocurriría p. ej. en El barco se movía frente a El barco estaba en movimiento3. En la teoría de las escenas y marcos, el concepto de énfasis se relacionaría con el de la perspectiva: al codificar una situación objetiva como perteneciente a uno u otro tipo de situación, el hablante otorga una perspectiva concreta a la escena (si bien en este caso la perspectiva se refiere sobre todo a las características temporales de la escena). El hablante, llevando a cabo la reducción propia de toda codificación de escenas en marcos, decide resaltar ciertas características temporales de la escena frente a otras, seleccionando un tipo de situación concreto para referirse a la situación objetiva (Smith 1991) o escena cognitiva (Vannerem y Snell-Hornby 1986, Järventausta 1998).

Las convenciones de uso de una lengua guían al hablante a la hora de asociar un tipo de situación concreto a una forma lingüística concreta, pero como tal convención, no son normativas y pueden ser transgredidas por razones pragmáticas. Al transgredir las convenciones de uso, el hablante hace que su codificación lingüística quede marcada, con lo que consigue «llamar la atención» del oyente. Este hecho puede relacionarse con la explicación presente en la teoría de las escenas y marcos de que ciertas escenas suelen asociarse preferentemente a ciertos marcos, lo cual no impide que en un momento dado se seleccionen otro u otros marcos por razones pragmáticas o discursivas o, como veremos tras el análisis de nuestros datos, por interferencia con otros marcos (cf. apartado «Discusión»).

Además de la subcategoría del tipo de situación (que hemos relacionado con las escenas), otras dos subcategorías completan el inventario descriptivo de la categoría semántico-funcional de la aspectualidad: el foco situacional4 y el foco pragmático (positivo o negativo). El foco situacional podría compararse con una cámara que, situada en un determinado ángulo, nos permite visualizar toda la situación o ciertas fases de la misma. Existen tres maneras de visualizar, esto es, tres ángulos que convencionalmente adopta la cámara del hablante, o lo que es lo mismo, tres focos situacionales posibles: perfectivo, imperfectivo y neutro. También es posible que se dé una ausencia de foco situacional (foco Ø), en el caso de situaciones que son indiferentes al aspecto5. Cuando el hablante presenta una situación con un punto de vista perfectivo, el oyente visualiza la totalidad de la situación, incluyendo sus límites inicial (I) y final (F). El punto de vista imperfectivo hace visible únicamente parte de las fases internas de la situación. Por último, el punto de vista neutro es, según Smith (1991:119) un punto de vista abierto pero no ilimitado, lo cual quiere decir que es bastante flexible. Se caracteriza por incluir uno de los límites de la situación (I ó F) y al menos una de sus fases internas.

Foco situacional

foco situacional perfectivo: I F

/////////////

Foco situacional imperfectivo: I…///////…F

Foco situacional neutro: (1) I .

(2) . F

Esquema 2: Subcategoría del foco situacional (Smith 1991:119)

En español la expresión del foco situacional viene de mano del significado aspectual de algunos tiempos verbales y de otros recursos léxico-gramaticales como las perífrasis verbales, algunas de las cuales se integran poco a poco en la conjugación (Fernández de Castro 2007) o ciertos complementos del verbo de significado temporal.

Las convenciones de uso a las que nos referíamos antes con Smith (1991) regulan también la asociación de los tipos de situaciones con los puntos de vista o focos situacionales con que son presentados. Así, un estado se asocia típicamente con el punto de vista o foco situacional imperfectivo, lo cual no impide, por otra parte presentar estados desde un punto de vista perfectivo6.

Por último, el foco pragmático constituye un énfasis en la información procurada por los signos lingüísticos sobre los que se apoya la interpretación aspectual. El foco pragmático puede ser positivo o negativo. En palabras de Smith (1991:126),

Positive [Pragmatic] Focus emphasizes the information made visible by a viewpoint [un foco situacional]. With a negative focus, what is emphasized is that part of a situation which is not made visible by the viewpoint chosen7.

En resumen: la interacción del significado situacional (o de la Aktionsart) del núcleo verbal con el foco sobre dicha situación, proporcionado por las formas de la conjugación u otras formas verbales perifrásticas, así como con diferentes complementos del verbo de significado temporal daría lugar al significado aspectual de la oración con la que el hablante se refiere a una situación objetiva, o, en términos de la teoría de las escenas y marcos, al marco del que se sirve el hablante para presentar las características temporales de una escena cognitiva (donde situación ha de entenderse como un tipo específico de escena).

Metodología

Para poder estudiar sistemáticamente el problema de las diferentes interpretaciones accionales del mismo predicado conjugado en una forma de pasado alemana, decidimos compilar un corpus de traducciones estudiantiles. Este tipo de corpus viene siendo usual durante la última década en investigación en didáctica de la traducción o en los estudios descriptivos de traducción aplicados a la didáctica de la traducción (Bowker y Bennison 2003, Castagnoli 2008, Sánchez Nieto 2009). Su principal ventaja reside en su capacidad diagnóstica de puntos débiles de los estudiantes y son una fuente de conocimiento para el estudio del comportamiento traductor en fases iniciales y avanzadas de la adquisición de la competencia traductora.

Para compilar nuestro corpus propusimos una misma tarea de traducción en dos sesiones diferentes a dos grupos de estudiantes de características similares: el español es su lengua materna y el alemán su segunda lengua extranjera, aún en proceso de adquisición en el momento de realizar la prueba, pues contaban con una competencia lingüística de alemán como lengua extranjera comprendida entre los niveles B1 y B2 del Marco común europeo de referencia para las lenguas (Consejo de Europa 2002). En el momento de participar en el experimento los alumnos se encontraban en su 4º año de estudios en la Facultad de Traducción e Interpretación de Soria. Puede suponerse, por lo tanto, que su competencia traductora se encontraba aún en desarrollo. Las sesiones de traducción tuvieron lugar en mayo de 2010 y en septiembre de 2011 respectivamente. A ambos grupos se les entregó el mismo encargo de traducción: el texto formaba parte de un volumen de cuentos breves de la autora alemana Ursula Wölfel, cuya traducción encarga una editorial española especializada en literatura infantil y juvenil para un público lector español de entre 8 y 12 años. Se recalcó a los alumnos que emplearan en sus textos meta un estilo natural y accesible a este público. Se dio un plazo generoso para la entrega de la versión final de la traducción: a lo largo de aproximadamente una semana, los alumnos fueron entregando las versiones electrónicas de sus textos españoles una vez consideraban que estaban suficientemente maduras. Así pues, tras el experimento conseguimos reunir un corpus paralelo de traducciones alemán-español con 26 traducciones, que, empleando el concepto de Rabadán y Fernández (2002) constituye un bi-texto8 con una característica particular: cada elemento original del bi-texto está vinculado a 26 elementos meta.

Cada una de las versiones estudiantiles fue alineada con la versión original para su tratamiento posterior con el generador de concordancias Tetrapla (Wolls 2008). Para ello, tomamos como referencia la puntuación del TO alemán y separamos el texto en segmentos que se correspondían con una oración alemana9. Cada uno de estos segmentos oracionales o cuasi-oracionales fue identificado con una sigla que corresponde a las iniciales del nombre y los apellidos del alumno. Cada traducción alineada se conservó en un archivo diferente. Todos los archivos tuvieron que ser convertidos a texto plano para poder ser procesados por el generador de concordancias. Este generador nos permitió posteriormente localizar rápidamente una forma verbal alemana concreta junto con todos los segmentos textuales españoles que contenían la traducción del segmento alemán que incluía dicha forma.

De esta manera pudimos preparar el material paralelo para poder proceder a análisis tanto cuantitativos como cualitativos, en sintonía con la postura de Olohan (2002), para quien solo la combinación de varios métodos descriptivos puede dar mejor cuenta de los fenómenos de uso de la lengua en situaciones de traducción.

Precisamente para afinar en nuestros análisis cualitativos decidimos incluir en el corpus dos traducciones profesionales ya publicadas del texto en cuestión (cf. nota 10), así como la traducción de un alumno cuyas características no coincidían con el resto del grupo, al dominar por igual ambas lenguas, la española y alemana (los segmentos de su traducción están identificados con las siglas [pss]). Como se verá más adelante durante el análisis de los datos, estas traducciones nos permiten en ciertos momentos comparaciones puntuales diferenciadas.

Con respecto a los posibles errores en las traducciones estudiantiles hemos de comentar que algunos de los elementos meta del bi-texto contenían errores de diferente tipo. Hemos descartado aquellos elementos meta en los que se apreciaba la existencia de un error de comprensión del TO. Sin embargo, hemos considerado ejemplos válidos aquellos elementos meta que contenían algún error léxico o morfo-sintáctico del texto meta, siempre que estos errores no fueran sintomáticos de una comprensión errónea de las características temporales de la situación de partida (pues precisamente estas interpretaciones son objeto de nuestro análisis), en cuyo caso los hemos descartado.

Descripción de los datos

Ayudándonos de los conceptos presentados en el marco teórico, en este apartado detallamos las observaciones que hemos hecho durante el análisis de las traducciones estudiantiles y de las dos traducciones publicadas: la existencia de diferentes patrones de interpretación aspectual de un mismo predicado en las traducciones de un mismo segmento de TO o, en términos de la teoría de las escenas y marcos, la existencia de diferentes escenas para un mismo marco que contiene una forma verbal de referencia pasada (Perfekt).

El texto de partida

Die Geschichte vom Schnuller10

Einmal sollte ein Junge auf das Brüderchen achtgeben. Die Mutter war einkaufen gegangen. Zuerst hat das Brüderchen geschlafen, aber dann ist es aufgewacht und hat geweint. Es wollte seinen Schnuller haben. Der Junge hat den Schnuller im Bettchen gesucht. Er hat alle Tücher und Decken und Kissen und Decken herausgeholt. Aber da war der Schnuller nicht und das Brüderchen hat am Gitter gerüttelt und geschrien. Der Junge hat das Brüderchen auf den Teppich gesetzt. Er hat ihm den Teddy und die Ente und den Ball gegeben. Aber das Brüderchen hat alles weggeschmissen und noch lauter geschrien. Der Junge hat den Schnuller in der Schublade vom Tisch gesucht, er hat die ganze Schublade ausgekippt. Aber da war der Schnuller auch nicht und das Brüderchen ist durchs Zimmer gerutscht und hat gebrüllt. Der Junge har alle Kleider und Mäntel aus dem Schrank geräumt und da hat er endlich den Schnuller gesehen: oben auf dem Schrank! Er ist auf den Stuhl geklettert und vom Stuhl auf den Schrank. Aber da hat das dumme Brüderchen vor Ungeduld den Stuhl umgeworfen, und der Junge musste oben sitzen bleiben, und das Brüderchen hat gebrüllt und gebrüllt. Gerade ist die Mutter gekommen. Sie hat den Jungen vom Schrank geholt und dem Brüderchen den Schnuller in den Mund gesteckt. Da war es endlich still. Und die Mutter und der Junge haben sich an den Tisch gesetzt. Sonst war ja nirgendwo ein freier Platz im Zimmer. Sie haben Mohrenköpfe gegessen und über die große Unordnung gelacht.

Lo primero que llama la atención en este texto es el uso consecuente del Perfekt como la forma verbal de referencia pasada. Según Sánchez Prieto (2004: 37), una corriente de temporólogos germanistas defiende que el Perfekt presenta dos grandes grupos de variantes de significado: uno de ellos equivale semánticamente al Präteritum retrospectivo o Vergangenheitspräteritum y el otro muestra «características aspectuales de temporalidad no pasada» (ibídem). El uso que se actualiza a lo largo de la secuencia que acabamos de presentar pertenece al primer grupo de variantes de significado, que Sánchez Prieto denomina Vergangenheitsperfekt. La diferencia entre el Vergangenheitspräteritum y el Vergangenheitsperfekt reside en que el segundo suele aparecer en enunciados de carácter comentado «de la lengua coloquial o (levemente) dialectales» (ib.: 87-88). Efectivamente, Die Geschichte vom Schnuller se organiza en torno a una secuencia narrativa11, pero su carácter es comentado, puesto que contiene valoraciones del narrador; el contexto narrativo de la obra de la que forma parte este cuento evoca una situación en la que un narrador cuenta una historieta a un grupo de niños, con el fin de divertirles y hacerles reír (no en vano el título del volumen reza Achtundzwanzig Lachgeschichten). El discurso, pues, contiene tintes de oralidad, entre los que se comprenden rasgos de un registro coloquial, otro mecanismo con el que la autora se acerca a su público receptor (niños de entre 8 y 12 años). Todas estas características del contexto en el que se inserta nuestro texto explican que el narrador se haya decantado por el uso del Perfekt en lugar del Präteritum.

Del texto original alemán hemos seleccionado una serie de segmentos, cada uno de los cuales se corresponde con un complejo oracional. Cada uno de estos segmentos, por otra parte, se identifica en el plano narrativo con cierto paso de la acción presentada en la secuencia narrativa del texto (que constituye, a su vez, la secuencia envolvente o principal).

(1) Die Geschichte vom Schnuller
(2) Einmal sollte ein Junge auf das Brüderchen achtgeben. (3) Die Mutter war einkaufen gegangen. (4) Zuerst hat das Brüderchen geschlafen, aber dann ist es aufgewacht und hat geweint. (5) Es wollte seinen Schnuller haben. (6) Der Junge hat den Schnuller im Bettchen gesucht. (7) Er hat alle Tücher und Decken und Kissen und Decken herausgeholt. (8) Aber da war der Schnuller nicht und das Brüderchen hat am Gitter gerüttelt und geschrien. (9) Der Junge hat das Brüderchen auf den Teppich gesetzt. (10) Er hat ihm den Teddy und die Ente und den Ball gegeben. (11) Aber das Brüderchen hat alles weggeschmissen und noch lauter geschrien. (12) Der Junge hat den Schnuller in der Schublade vom Tisch gesucht, er hat die ganze Schublade ausgekippt. (13) Aber da war der Schnuller auch nicht und das Brüderchen ist durchs Zimmer gerutscht und hat gebrüllt. (14) Der Junge har alle Kleider und Mäntel aus dem Schrank geräumt und da hat er endlich den Schnuller gesehen: oben auf dem Schrank! (15) Er ist auf den Stuhl geklettert und vom Stuhl auf den Schrank. (16) Aber da hat das dumme Brüderchen vor Ungeduld den Stuhl umgeworfen, und der Junge musste oben sitzen bleiben, und das Brüderchen hat gebrüllt und gebrüllt. (17) Gerade ist die Mutter gekommen. (18) Sie hat den Jungen vom Schrank geholt und dem Brüderchen den Schnuller in den Mund gesteckt. (19) Da war es endlich still. (20) Und die Mutter und der Junge haben sich an den Tisch gesetzt. (21) Sonst war ja nirgendwo ein freier Platz im Zimmer. (22) Sie haben Mohrenköpfe gegessen und über die große Unordnung gelacht.

Dos cámaras, dos ángulos: Una filma solo el principio y otra toda la situación

Nos fijaremos inicialmente en las oraciones 6 (Der Junge hat den Schnuller im Bettchen gesucht) y 22 (Sie haben Möhrenköpfe gegessen und über die große Unordnung gelacht): tanto para una oración como para la otra hemos encontrado en nuestro corpus traducciones que, evocando la misma escena, la enmarcan de manera diferente. Utilizando la metáfora del traductor como cámara, diríamos que los traductores filman la misma situación pero desde ángulos diferentes. En lo que sigue trataremos de detallar estas interpretaciones aspectuales diferentes y de ponerlas en relación.

La oración 6, analizada dentro de la secuencia narrativa, supone el inicio de la intervención del hermano mayor en la acción presentada en el relato. La expresión Der Junge hat den Schnuller im Bettchen gesucht puede entenderse como un resumen de las acciones que a continuación se desglosan y que lleva a cabo, por supuesto, el propio hermano mayor: (7) Er hat alle Tücher und Decken und Kissen und Decken herausgeholt. De esta oración disponíamos de 26 ejemplos traducidos aprovechables, entre los que hemos detectado dos posibles interpretaciones aspectuales de la situación referida:

(i) Un grupo de traductores ha interpretado la situación den Schnuller im Bettchen suchen como una situación télica (esto es, que posee duración pero también un fin natural, que sería el momento en el que se encuentra el chupete) y la han presentado con un foco situacional perfectivo, esto es, desde su principio a su fin, con límites incluidos. En la escena que evoca el receptor a partir del marco que proporciona el traductor con su «cámara» el niño comienza a buscar, continúa con su búsqueda rastreando todos los rincones de la cama hasta que llega al último rincón y deja de buscar:

El niño buscó el chupete en la camita,... [lca]
El joven buscó el chupete en la camita,… [ioa]

Esta interpretación está presente en 23 de los 26 ejemplos y es, por lo tanto, la mayoritaria con diferencia.

(ii) Un pequeño grupo de traductores ha interpretado la situación den Schnuller im Bettchen suchen también como una situación télica; sin embargo, estos traductores han decidido presentarla al lector con un foco situacional neutro, esto es, centrado en el límite anterior de la situación y sus fases iniciales. De este modo, al evocar la escena, el marco sólo permite percibir cómo comienza la situación, pero no el límite posterior de la misma: la «cámara del traductor» no muestra al lector-espectador si el niño concluye este intento de búsqueda o no:

El chico se puso a buscar su chupete en la cunita [Bravo-V].
El niño empezó a sacar todas las mantas y almohadas // para ver si lo encontraba en la cuna [pss].
El niño comenzó a buscar el chupete por la camita [rss].

Reproducimos aquí los tres ejemplos de este tipo de los que dispone nuestro corpus (frente a los 23 de la interpretación restante)12.

Así pues, en el 88,4% de los casos nuestros traductores se han decantado por una interpretación aspectual perfectiva, mientras que el 11,6% restante de los traductores nos muestran la misma escena con otro marco, prefiriendo la interpretación incoativa (posible gracias al foco situacional neutro). Analicemos ahora las traducciones para la oración 22, en las que se observa un fenómeno similar al descrito, si bien algo más complejo.

El segmento narrativo coincidente con la oración 22 (Sie haben Mohrenköpfe gegessen und über die große Unordnung gelacht) constituye el cierre de la secuencia narrativa y, además, del relato. La «cámara del narrador» nos muestra las últimas acciones que llevan a cabo dos de los protagonistas de la narración: la madre y el hermano mayor, mientras que el bebé queda fuera del plano. Este segmento narrativo alberga una oración de naturaleza compleja: de un mismo auxiliar dependen dos participios, con lo que se produce la referencia a dos situaciones diferentes o, lo que es lo mismo, el receptor evoca dos escenas diferentes. Estas situaciones o escenas suceden, en principio, simultáneamente13. Ahora bien, la ordenación del relieve narrativo, esto es, la distribución de la información narrada entre el primer y segundo plano narrativos (Nord 2003) depende precisamente de cómo evoque el traductor la macroescena. Así, hemos observado que:

(i) Un grupo de traductores ha interpretado esta macroescena o situación compleja como dos situaciones télicas (probablemente simultáneas), y las presentadas con foco perfectivo (22 ejemplos):

Comieron pasteles de chocolate y rieron juntos por el desorden [pcg].

Esta interpretación está presente en 23 de los 25 ejemplos válidos (92%)14.

(ii) Un único traductor ha interpretado esta macroescena o situación compleja como una única situación télica, que presenta con foco situacional neutro (fases iniciales) en primer plano, y que enmarca en una situación atélica:

Se pusieron a comer merengues cubiertos de chocolate mientras se reían del enorme desorden que se había formado [spa].

En este caso, la interpretación incoativa es totalmente residual, pues sólo disponemos de un único ejemplo con este tipo de marco entre 25 válidos15; por el contrario, la interpretación perfectiva se impone con total claridad entre nuestros traductores (incluidos los dos traductores profesionales). Siendo ambas interpretaciones igualmente válidas, cabe preguntarse la razón de esta desproporción entre ambas, desproporción que, por otra parte, se da curiosamente tanto en este último ejemplo (oración [22]: Möhrenköpfe essen) como en el primero de los estudiados en esta sección (oración [6]: den Schnuller im Bett suchen). Antes de buscar una respuesta, es necesario analizar los datos que ofrecen otros dos segmentos narrativos que contienen situaciones de naturaleza ligeramente diferente, de los que nos ocupamos en la siguiente sección.

Dos cámaras, dos ángulos: Una filma solo el principio de la situación y otra la situación in media res

En esta sección analizamos en detalle los segmentos narrativos realizados mediante las oraciones 8 (Aber da war der Schnuller nicht und das Brüderchen hat am Gitter gerüttelt und geschrien) y 13 (Aber da war der Schnuller auch nicht und das Brüderchen ist durchs Zimmer gerutscht und hat gebrüllt).

En principio las escenas enmarcadas en ambos segmentos tienen un factor en común: constituyen dos pasos de la secuencia narrativa en los que el personaje que lleva a cabo la acción es el bebé, el «hermanito» al que tiene que cuidar el hermano mayor. Más concretamente, estas acciones son reacciones del bebé a la búsqueda infructuosa del chupete por parte de aquel.

Lo que se observa al estudiar las traducciones presentadas para cada uno de estos segmentos es que conviven dos interpretaciones diferentes de una misma situación-escena. Estas interpretaciones están condicionadas de nuevo por el ángulo que adopta la «cámara del traductor» al «filmar» la situación, esto es, por el foco situacional explícito en el marco.

Por lo que respecta al relieve narrativo observable en la oración 8 (Aber da war der Schnuller nicht und das Brüderchen hat am Gitter gerüttelt und geschrien), ante la presencia de la conjunción und parece lógico concluir que las situaciones am Gitter rütteln y schreien ocurren simultáneamente. Resulta curioso comprobar cómo al igual que en las oraciones 6 y 22, en el caso de la oración 8 también se configuran claramente dos bloques diferentes de pares problema-solución, si bien –y he aquí el dato interesante– estos bloques están más equilibrados que en el caso de las oraciones 6 y 22.

(i) Algunos traductores han decidido utilizar su «cámara» para mostrarnos el complejo situacional resultante en las primeras fases de su desarrollo. Así pues, los marcos elegidos por los traductores nos permiten evocar dos situaciones paralelas unitarias que comienzan a la vez (el traductor presenta las situaciones con un foco situacional neutro sobre sus fases iniciales):

pero no encontró el chupete y su hermanito comenzó a gritar y a sacudir los barrotes de la cuna [vv].
Pero el chupete no estaba ahí // El hermanito se agarró a los barrotes de la cama y comenzó a zarandearlos y a vociferar16 [jmm].
Pero el chupete no estaba y su hermano empezó a sacudir los barrotes de la cuna y a llorar [amur].

Existen nueve soluciones de este tipo, que constituyen el 34,6% del total.

(ii) Otro grupo de traductores presenta dos situaciones que han interpretado también como unitarias, si bien este grupo nos las muestra en su transcurso, esto es, con un foco situacional imperfectivo. En este caso los marcos elegidos por los traductores nos permiten observar las fases intermedias de la escena integrada por las situaciones gritar y sacudir los barrotes:

Pero el chupete no estaba allí y su hermanito gritaba y sacudía los barrotes [cjj].
Pero no encontró el chupete // El hermanito, agarrado a la barandilla, no hacía más que llorar [Bravo-V].
Pero allí no estaba el chupete y el hermanito daba sacudidas a la cuna y berreaba [sd].
Pero el chupete no estaba ahí y el hermanito no paraba de sacudir la reja17 y gritar [ehp].

Como puede comprobarse en estos ejemplos, este segundo grupo de traductores ha decidido utilizar su «cámara» para mostrarnos la situación in media res, esto es, en proceso, sin enseñarnos sus límites (comienzo o final).

Dentro de este mismo bloque, merecen mención aparte los siguientes ejemplos que, clasificados dentro de la misma interpretación, incorporan un matiz adicional en forma de presuposición: si el bebé sigue gritando es porque ha empezado a gritar en algún momento (cosa que en esta escena no muestra la cámara). Smith (1991) lo denomina aumento de la situación, puesto que podemos inferir que la situación tiene fases previas, aunque no estén visualizadas. Desde la teoría de las escenas y marcos, esta particularidad podría explicarse como la asociación de una escena con otra con la que comparte una relación lógico-temporal.

Pero el chupete no estaba allí y el hermanito seguía gritando agarrado a los barrotes [Meyer].
El chupete no aparecía y el bebé seguía chillando y zarandeando la cuna [pss].

En lo que se refiere a los recursos formales, pese a que nueve de los 15 ejemplos de este bloque responden al esquema -aba/-ía y -aba/-ía (reduplicación del pretérito imperfecto de indicativo), en cinco casos se ha recurrido a perífrasis verbales (no hacía más que + infinitivo, no parar de + infinitivo, seguir + gerundio, estar + gerundio)18. El tiempo verbal en el que están conjugadas las perífrasis, el imperfecto de indicativo, es parte del marco, puesto que contribuye, junto con el significado léxico de las construcciones, a configurar el foco situacional sobre las fases intermedias de la situación.

Son 15 los ejemplos de esta interpretación que hemos denominado in media res, lo que supone un 60% del total. Claramente, esta última interpretación se impone a la interpretación incoativa (que proyectaba el foco situacional sobre las fases iniciales de la situación, con el 36,4%)19.

A pesar de la mayor presencia en nuestro corpus de la interpretación in media res con respecto a la interpretación incoativa, es evidente que ambas resultan aceptables. Lo que cabe preguntarse es por qué. Creemos que la razón reside en que ambas interpretaciones tienen un rasgo pragmático en común, que resultará más patente después de analizar los datos de la oración 13 y compararlos con los presentados para este último segmento (oración 8).

En el segmento narrativo con el que se identifica la oración 13 (Aber da war der Schnuller auch nicht und das Brüderchen ist durchs Zimmer gerutscht und hat gebrüllt) tenemos, como el caso del anterior, una macroescena integrada por dos situaciones simultáneas protagonizadas por el bebé. Ambas situaciones (durch das Zimmer rutschen y brüllen) son unitarias, esto es, no tienen un fin natural implícito ni presupuesto. Como en el caso de la oración 8, se observan dos preferencias entre los traductores a la hora de «filmar» o enmarcar esta macroescena:

(i) Un grupo de traductores ha interpretado las dos situaciones simultáneas como unitarias y las presenta al espectador-lector con foco situacional imperfectivo. Lo que el marco nos permite visualizar es solo parte de la escena; las fases intermedias de las situaciones, pero no los límites:

Pero ahí tampoco estaba el chupete y el hermanito no paraba de moverse por toda la habitación sin dejar de gritar [ehp].
Pero el chupete no estaba ahí y el hermanito se arrastraba por el cuarto y gritaba [ChSD].
Pero el chupete tampoco estaba allí y el hermanito gritaba gateando por toda la habitación [Meyer].

De los 15 ejemplos disponibles, 11 reproducen este esquema, es decir, un 60% del total. Observamos que esta interpretación, que hemos llamado in media res, tiene lugar con la misma frecuencia que en el caso de la oración 8 (situación am Gitter rütteln und schreien). En cuanto a los recursos formales, ocho traductores prefieren el uso del imperfecto de indicativo y los tres restantes reproducen perífrasis verbales (destaca la traducción [ehp] con una perífrasis para cada situación).

(ii) Otro grupo de traductores ha interpretado ambas situaciones como simultáneas en el tiempo y unitarias en su constitución interna, si bien una está en primer plano y otra en segundo plano. La que está en primer plano recibe un foco situacional neutro sobre las fases iniciales (esto es, el marco elegido por el traductor nos permite evocar el límite anterior de la situación pero no el posterior), mientras que la que está en segundo plano recibe un foco situacional imperfectivo:

Pero ahí tampoco estaba el chupete y el niño pequeño comenzó a moverse por toda la habitación mientras berreaba [apb].

Tres de los 15 ejemplos disponibles responden a este esquema (12%). Como particularidad mencionaremos que uno de los traductores de este grupo nos muestra ambas situaciones simultáneas unitarias sin distinción de plano y con foco situacional neutro sobre las fases iniciales:

El chupete no estaba ahí tampoco y el hermanito comenzó a arrastrarse por la habitación y a gritar [rap]

Al analizar los datos de las situaciones que representan las oraciones 8 y 13 hemos constatado, pues, que en ambos casos conviven el marco incoativo y el que hemos denominado in media res (si bien con más equilibrio en la 8). Creemos que ambos marcos comparten una misma función: sirven a nuestros traductores para marcar a su modo la ausencia de límite posterior, y, por lo tanto, para añadir a la escena que evocamos un rasgo de exageración: la fantasía de que el llanto del bebé, algo tan molesto, nunca concluirá.

Precisamente con arreglo a un criterio pragmático es como se puede explicar la diferencia entre lo que ocurre en las oraciones 6 y 22 por un lado (situaciones télicas im Bett suchen y Möhrenköpfe essen) y en las oraciones 8 y 13 por otro (situaciones unitarias am Gitter rütteln, schreien, durch das Zimmer rutschen y brüllen). Las primeras tienen una naturaleza implícitamente delimitada, al poseer argumentos de recorrido (Miguel Aparicio 1999, Morimoto 1998)20, mientras que las segundas no. Parece una convención de uso del español (al menos de España) el hecho de que, ante una situación con límite natural (la cama y los merengues en nuestras situaciones), el hablante siente el peso de ese límite en la conciencia y tiende a incluirlo en la escena, presentando la situación en su conjunto. Por esta razón son menos frecuentes los marcos incoativos (esto es, los focos situacionales neutros que solo nos permiten visualizar el principio de la situación) que los perfectivos (que nos permiten visualizar toda la situación). Sin embargo, en el caso de las situaciones de las oraciones 8 y 13 (zarandear la cuna, gritar, gatear por la habitación y chillar), típicamente unitarias (sin límite implícito) la interpretación incoativa es más frecuente y resulta también muy natural. La razón podría residir –y he aquí nuestra hipótesis– en lo que parecería ser otra convención de uso del español: presentar escenas negativamente valoradas exagerando su duración y, por ende, señalando su ausencia de fin (Sánchez Nieto 2005). Los marcos que encuadran tales escenas incluyen típicamente

  1. el pretérito imperfecto y determinantes adverbiales como perífrasis de gerundio y perífrasis hiperbólicas (no parar de + infinitivo etc.), marcos que proporcionan focos situacionales imperfectivos y que favorecen las evocaciones de escenas in media res y
  2. perífrasis verbales inceptivas o «de gradación incoativa» (Fernández de Castro 1999), recurso especialmente frecuente en español21, con las que el hablante indica que la situación comienza pero que el momento de su conclusión es incierto (marcos que proporcionan focos situacionales neutros y que favorecen evocaciones incoativas, esto es, evocaciones de escenas en las que la situación solo comienza).

    Ahora bien, en nuestro corpus observamos cómo los traductores «desactivan» esta segunda convención, esto es, la de adoptar un foco situacional neutro sobre el principio de la situación (marcos incoativos) durante el proceso traductor, decantándose con mayor frecuencia por el foco situacional imperfectivo (interpretación in media res). ¿Podría residir la razón de esta preferencia en una tendencia a la adecuación, esto es, en la dificultad de alejarse del marco de partida (en este caso de una forma gramatical del TO) y crear un marco propio aceptable para el receptor del texto meta? No en vano dentro de las 11 interpretaciones in media res ocho marcos reproducen la estructura verbo + verbo o verbo + gerundio, ambas similares a la estructura del TO alemán (verbo + verbo). Para contrastar esta hipótesis, analizaremos las traducciones disponibles para un último segmento del TO cuyo predicado contiene una reduplicación del núcleo verbal y observaremos en qué medida se ha reproducido también una estructura similar en los marcos de los textos meta.

Una pista decisiva: emulando la extraña técnica de la rueda del hámster

En esta última sección de la exposición de los datos analizaremos el segmento del TO que se corresponde con la oración 13 (Aber da hat das dumme Brüderchen vor Ungeduld den Stuhl umgeworfen, und der Junge musste oben sitzen bleiben, und das Brüderchen hat gebrüllt und gebrüllt) y las 25 traducciones disponibles para el mismo. La reduplicación del verbo en torno al que se forma el predicado es un recurso frecuente en la lengua alemana para mostrarnos una situación no solo en sus fases intermedias, sino sin un fin previsible. Se trata de un recurso léxico-sintáctico para conferir un foco pragmático negativo sobre el límite posterior de la situación (unitaria en este caso).

Prácticamente todos los traductores coinciden en la escena mostrada: una situación unitaria que percibimos en su transcurso, ya que los traductores nos la muestran con un foco situacional imperfectivo, y que no tiene fin previsible. Lo llamativo en este caso es la distribución de los recursos formales de los marcos que han creado los traductores para mostrarnos tales escenas.

(i) 16 traductores (64%) optan por soluciones muy cercanas formalmente al recurso de la reduplicación que observábamos en el segmento original (hat gebrüllt und gebrüllt): el esquema -aba/-ía y -aba/-ía:

Pero su tonto hermanito, rabioso de la impaciencia, volcó la silla y el niño tuvo que quedarse sentado sobre allí arriba mientras el hermanito berreaba y berreaba [rss]

Incluimos en este grupo los traductores que optaron por una la perífrasis seguir + gerundio (con la que hacen referencia indirecta al principio de la situación), puesto que también contiene una reduplicación, en este caso del gerundio:

…pero su estúpido e impaciente hermano le quitó la silla y tuvo que quedarse sentado en lo alto del armario mientras que el pequeño seguía gritando y dando voces [apb].
…y el hermanito siguió berreando y berreando [Bravo-V].

(ii) Sólo 7 traductores (28%) recurren a estructuras sin reduplicaciones formales, ya sean perífrasis (no parar de + infinitivo), la locución adverbial sin parar u otros adverbios:

Pero el hermanito era un poco bruto y de impaciencia volcó la silla, el joven se tuvo que quedar sentado arriba del armario mientras su hermanito no paraba de berrear [csv].
Pero el pequeño monstruito lo tiró de la silla y el niño tuvo que quedarse sentado arriba mientras el pequeño berreaba sin parar [dsm].
Pero entonces, el tonto de su hermano pequeño impacientemente tiró la silla y el muchacho tuvo que quedarse encima del armario mientras su hermano chillaba ininterrumpidamente [vv]22.

En nuestra opinión, la imitación de la reduplicación propia de la estructura alemana (que evoca para nosotros la escena en la que un hámster da vueltas y vueltas en su pequeña rueda) podría constituir en español un calco gramatical (cf. apartado «Discusión»). Sin tratarse ni mucho menos de una estructura errónea en nuestra lengua, creemos que su presencia en los textos traducidos atestigua una falta de distancia con respecto al segmento correspondiente del TO. Esta falta de distancia podría llegar incluso a interpretarse (quizá erróneamente) como intento de adecuación al polo origen. Creemos, además, que el fenómeno observado en este segmento puede explicar lo ocurrido en los segmentos 8 y 13, donde más a menudo de lo esperable se reproducen en el TM estructuras verbo + verbo similares a la del TO, lo que explica la relativa frecuencia del foco imperfectivo frente al foco neutro sobre el inicio de la situación, siendo el primero un foco más convencional en español cuando se quiere valorar negativamente una situación repetitiva y que amenaza con no tener fin (Sánchez Nieto 2005: 141-163).

Como último apunte en esta sección de descripción de los datos, indicamos que hemos observado que en un buen número de traducciones del corpus la puntuación del TO se ha reproducido íntegramente en el TM. Ello nos lleva a pensar que en posteriores estudios de este tipo se podría operacionalizar el tratamiento de la puntuación como variable para a continuación relacionarla con otras variables que midan también la mayor o menor distancia entre los marcos del TO y los del TM.

discusión

Al analizar los datos expuestos arriba parece que, efectivamente, un mismo marco evoca diferentes escenas en los traductores, que a su vez, tras el necesario proceso de reducción –channel reduction según Vannerem y Snell-Hornby (1986)–, presentan la escena en marcos que difieren de un traductor o grupo de traductores a otro. Ello demostraría la plausibilidad del presupuesto de la teoría de las escenas y marcos aplicada a la traducción, según el cual las escenas del productor, del traductor y del receptor necesariamente se diferencian entre sí (Järventausta 1998:225)23. Concretamente, hemos observado en nuestro corpus de traducciones (compuesto por ejemplos de traducción DE>ES de una misma secuencia narrativa) las siguientes regularidades de «dobles interpretaciones» o «dobles escenas» posibles:

  • Las escenas que presentan situaciones de cierta duración pero con un fin natural cuyo marco en alemán incluye una forma verbal de pasado (en el caso de nuestro texto, el Perfekt en su uso como Vergangenheitsperfekt), suelen interpretarse por parte de los traductores como escenas que reproducen situaciones de principio a fin (el traductor las visualiza con un foco situacional perfectivo) y el traductor al español las presenta con ayuda de marcos que incluyen formas de pretérito indefinido. Las interpretaciones de este mismo tipo de situaciones (télicas) como escenas de situaciones que se inician y sus correspondientes marcos, que incluyen perífrasis incoativas (p. ej. se pusieron a comer merengues como traducción de sie haben Möhrenköpfe gegessen), son residuales en nuestro corpus (que contiene principalmente traducciones estudiantiles). Sin embargo, Cartagena y Gauger (1989a:410-412) detectan este fenómeno en la traducción alemán-español y lo caracterizan como una «sobreespecificación» o explicitación sin, por otra parte, detenerse a estudiarlo más en profundidad (cf. a este respecto Sánchez Nieto, en prensa)24. En nuestra opinión, hay motivos para pensar que la generación de escenas incoativas en estos contextos supone una mayor distancia con respecto al polo origen y una búsqueda de la aceptabilidad en español por parte del traductor. Por un lado, los ejemplos que aportan Cartagena y Gauger proceden de traducciones publicadas (y, por tanto, de traductores si no profesionales, sí altamente competentes). Por otro lado, los ejemplos de este fenómeno presentes en nuestro corpus provienen de un alumno altamente competente en ambas lenguas y de una de las traducciones publicadas (concretamente la de Carmen Bravo-Villasante). Finalmente, recordemos aquí la afirmación de K. Reiss, citada en Elena (2001:144), según la cual «se puede casi predecir que una traducción no es adecuada cuando faltan en ella construcciones que son propias de la lengua en la que está escrita esa traducción, pero que no existen en la lengua de la que se traduce». Elena (ibídem), en el contexto de la crítica pedagógica de traducciones como método de aproximación a la traducción de textos literarios, afirma que «este sería el caso de la escasa aparición de perífrasis verbales en las traducciones españolas de obras alemanas». Para el grueso de nuestros alumnos, que se inclinó por la reproducción de escenas que presentan la situación de principio a fin (con el pretérito indefinido como marco), podría afirmarse que, como traductores en formación que son, la búsqueda de la adecuación está en primer plano y la aceptabilidad pasaría a un segundo plano. Sin embargo, en el caso de los traductores profesionales y del alumno bilingüe habría ocurrido lo contrario.
  • Las escenas que presentan situaciones unitarias o complejas iterativas (das Brüderchen hat am Gitter gerüttelt und geschrien), cuyo marco en alemán incluye una forma verbal de pasado, suelen interpretarse por parte de la mayoría de los traductores como escenas en las que una situación está en su transcurso (el traductor visualiza las situaciones con un foco situacional imperfectivo) y el traductor al español las presenta con ayuda de marcos que incluyen formas de pretérito imperfecto. Ahora bien, si las situaciones están marcadas axiológicamente, esto es, con una carga de un valor, en este caso negativo (chillar y sacudir los barrotes de la cuna lo están en este contexto), pueden ocurrir dos cosas:
  • conclusiones

    A la luz de la discusión anterior, querríamos concluir formulando dos nuevas hipótesis, que deberían ser contrastadas con estudios empíricos de mayor alcance:

    En primer lugar, en la traducción DE>ES de secuencias narrativas y ante formas tan polisémicas como el Präteritum o el Perfekt, la falta de distancia con respecto al polo origen podría llevar a calcar en el TM español por parte de los estudiantes la configuración morfosintáctica del verbo alemán o, lo que es lo mismo, el marco en el que se presenta la escena o situación a la que remite el predicado (hat gebrüllt und gebrüllt traducido como lloraba y lloraba). Como demuestra el ejemplo anterior, existen traducciones correctas desde el punto de vista del contenido proposicional (no incurren en falsos sentidos) pero en las que se observa a nivel expresivo la selección de configuraciones morfosintácticas para el predicado (marcos) menos frecuentes en detrimento de otras configuraciones o marcos más usuales o frecuentes, como ciertas perífrasis o semi-perífrasis verbales, más complejas aspectualmente, pero más frecuentes en español.

    En segundo lugar, en términos de la teoría de escenas y marcos, el calco morfosintáctico o de forma verbal implicaría (y he aquí nuestra segunda nueva hipótesis) que no se ha llegado a amplificar correctamente la escena, o que, en el proceso ideal de amplificación del marco de partida (esto es, en la creación de la escena del traductor y su reducción para la creación del marco meta, cf. Esquema 1) el traductor ha obviado en parte o no ha llegado a completar correctamente la creación de «su» escena. El calco en sí no nos daría tanto que pensar si no fuera porque sospechamos que calcar una forma verbal o una configuración morfosintáctica del predicado impide al traductor seguir pensando y encontrando marcos alternativos narrativamente más aceptables en la LM.

    Mientras tanto, es importante concienciar a nuestros alumnos de la posibilidad del fenómeno del calco para que estén alerta y lo eviten donde sea posible. Ello hará que su narración en español cobre viveza y capacidad referencial.

    Por último, no podemos concluir sin indicar que los resultados de este estudio no tienen por qué ser necesariamente extrapolables a otros tipos y géneros textuales. La literatura infantil (y su traducción) tiende a la fijación de la norma, mientras que de los textos literarios para un público adulto a menudo puede esperarse lo contrario, esto es, la trasgresión consciente de la norma con fines diversos. Este es un hecho, además, que tendremos que tener en cuenta en el diseño de posibles estudios subsiguientes.

    Perspectivas

    En el apartado anterior hemos indicado algunas hipótesis cuyo contraste podría llevarse a cabo en estudios posteriores. No obstante, querríamos apuntar aquí otras vías de estudio complementarias que abriría este trabajo:

    Algunos datos de nuestro corpus revelan una mayor distancia entre el TO y las soluciones ofrecidas por los (dos) traductores profesionales o altamente competentes que en el caso de las soluciones ofrecidas por los traductores en formación (el grueso del grupo). Datos biográficos como la experiencia traductora del sujeto y su historia de adquisición o aprendizaje de las lenguas en cuestión resultarían de inestimable valor para explicar el fenómeno de variación estudiado en este trabajo, y podrían incluirse en estudios que profundicen en el mismo.

    La descripción del fenómeno de la doble interpretación aspectual abre, además, otra perspectiva: el estudio de la posibilidad de esta doble interpretación de manera simultánea en varias combinaciones lingüísticas (alemán-español y alemán-inglés / alemán-francés, etc.).

    recibido en noviembre de 2011

    aceptado en marzo de 2012

    versión final de marzo de 2012

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    1 En algunas lenguas, p. ej. en las eslavas, el núcleo de la categoría semántico-funcional puede ser de naturaleza puramente gramatical. Desde luego, este no es el caso del español ni del alemán, donde la expresión de la aspectualidad se asienta en un entramado de significado de las formas verbales, elementos léxicos verbales y no verbales y elementos sintáctico-oracionales.

    2 Con Bache (1997:240 y ss.), distinguimos situaciones –accionales (no tienen lugar ni ocurren en un momento y lugar concretos del mundo proyectado: La tierra es redonda), situaciones múltiples (El cliente hojeaba el libro), que pueden ser descritas como iterativas, frecuentativas, habituales o intermitentes; situaciones puntuales que ocurren o culminan en un punto (¿Ha saltado el flash? ¡Por fin hierve el agua!); situaciones télicas (Estoy empachado porque me he comido toda la tarta); situaciones dirigidas (Se acercaban al edificio) y situaciones unitarias (Juan y Jorge navegaban a lo largo de la costa). De estos tipos de situaciones, así como de las otras subcategorías aspectuales que detallamos más abajo, nos servimos para describir los fenómenos aspectuales de nuestro corpus de trabajo. Cf. Sánchez Nieto (2005) para un trabajo descriptivo de traducciones más extenso.

    3 Ante una misma escena, en este caso una situación (el desplazamiento de un barco) puede enfatizarse el dinamismo de la situación (en el primer ejemplo) o su estatismo (en el segundo).

    4 Smith (1991) prefiere el término punto de vista aspectual.

    5 Las situaciones-accionales son indiferentes al aspecto. En nuestro mundo real no tiene sentido aplicar un foco situacional imperfectivo a una situación como La tierra es redonda, sirviéndonos, p. ej. de la perífrasis estar + gerundio: *La tierra está siendo redonda. Para una exposición más extensa de las particularidades del foco Ø, cf. Sánchez Nieto (2005: 22) así como Bache (1995: 270-276), de quien es originario este concepto.

    6 Smith emplea los conceptos de «nivel básico» y «nivel derivado» o marcado. El primero de ellos lo define como «the natural way that people cognize and categorize situation in the world; and the way they associate verb constellations with idealizations». El nivel derivado, por su parte, son las maneras «no naturales» de conceptualizar las situaciones. La modificación del predicado con adverbios oracionales o de frecuencia, los puntos de vista o focos aspectuales u otros recursos lingüísticos implica el paso del nivel básico al nivel derivado. Interpretando estas ideas desde la teoría de las escenas y marcos diríamos que dichas modificaciones del predicado implicarían asociaciones no naturales de ciertas escenas con ciertos marcos.

    7 Un ejemplo de foco pragmático negativo sería el que se centra sobre el límite final de una situación que está presentada con un foco situacional imperfectivo, el cual se caracteriza precisamente por excluir los límites de la situación.

    A – ¿Qué hace Pepe?

    B – Hace un rato estaba pelando las patatas para la tortilla.

    En esta respuesta resulta acentuado el límite posterior (desconocido) de la situación pelar patatas para la tortilla.

    8 Estas autoras emplean el concepto de bi-texto en relación a las memorias de traducción: ésta es «una base de datos lingüística de textos paralelos alineados en la que se almacenan un conjunto de textos originales y sus traducciones, divididos en unidades que reciben el nombre de segmentos» o, lo que es lo mismo, «una colección de estructuras bi-textuales (bi-textos) preparadas para su reutilización» (ibídem: 81).

    9 En los casos en los que la sintaxis de las oraciones españolas no coincidía con la sintaxis del TO alemán, incluimos el carácter «/» al final de las oraciones españolas «partidas», para poder reconstruir posteriormente, si fuera necesario, la sintaxis de la traducción en cuestión.

    10 Ursula Wölfel (1969). Achtundzwanzig Lachgeschichten. Düsseldorf: Hoch. Manejamos la edición nº 33, de 1993, en la editorial Thienemann, de Stuttgart. Las dos traducciones de este volumen al español son Veintiocho historias de risa. Valladolid: Miñón, 1981 (traducción de Carmen Bravo-Villasante); Veintiocho historias para reírse. Sevilla: Kalandraka, 2009 (traducción de Frank Meyer).

    11 Adam (1987:62) propone una superestructura prototípica de la narración, según la cual esta constaría de una historia y una moral o situación final. En la historia, por su parte, podrían distinguirse una orientación o marco descriptivo y un desarrollo. Este desarrollo se compone de una serie de acontecimientos, que resultan finalmente evaluados. Los acontecimientos, por su parte, se complican y finalmente se resuelven. Calsamiglia y Tusón (1999: 271), por su parte, señalan como elementos básicos de la secuencia narrativa la temporalidad o sucesión de acontecimientos, la unidad temática, la transformación, la unidad de acción y la causalidad.

    12 Es de destacar que de estos tres ejemplos que transgreden lo que parece ser la norma de traducción para este par problema-solución, uno proviene de la pluma de una traductora profesional tan prestigiosa como Carmen Bravo-Villasante, mientras que el otro, con una notable modulación, proviene de un alumno bilingüe con competencia similar en las lenguas alemana y española (cf. apartado «Discusión»).

    13 Efectivamente, la presencia de la conjunción copulativa y en el enunciado anterior permite dos interpretaciones: (a) las situaciones comer pasteles y reír suceden a la vez y (b) las situaciones comer y reír se suceden. Quizá (a) es la interpretación más lógica según la experiencia de este tipo de situaciones.

    14 Uno de ellos con una ligera variación, pues presenta la situación Möhrenköpfe essen enmarcada en una situación atélica presentada con foco imperfectivo, esto es, en proceso: Comieron besos de moza/ galletas mientras se reían del gran desorden [sd].

    15 Resta una interpretación más bien idiosincrásica, que querríamos llamar «bíblica» por la frecuencia en la que este tipo de representaciones situacionales se encuentra en los Evangelios, que consiste en presentar la situación o el complejo situacional final de una secuencia narrativa con un foco imperfectivo: El narrador da así a entender al lector que «deja a sus personajes» inmersos en cierta situación, si bien no puede decir nada más acerca de la duración de dicha situación, es decir, acerca de si terminó o no la situación y de cuánto duró (dos situaciones unitarias paralelas o simultáneas, presentadas con foco situacional imperfectivo, esto es, que muestra las fases intermedias de las situación: Comían pasteles de chocolate y reían por el desorden [dsm]).

    16 Reproducimos esta traducción, pese al desacierto que supone la selección léxica vociferar en este contexto, porque el uso que se ha hecho del participio constituye un ejemplo acertado de configuración de la simultaneidad de dos situaciones.

    17 De nuevo, reproducimos esta traducción pese a la selección léxica cuestionable que supone reja en el contexto de cuna.

    18 Fernández de Castro (2007) define las perífrasis verbales como determinantes adverbiales, cuya significación «valora, cuantifica, acota o sitúa la acción, proceso o estado referidos por el elemento al que acompañan». Esta definición encaja particularmente bien con la función que están desarrollando las perífrasis referidas en las traducciones de nuestro corpus: actuar como foco situacional sobre una situación, cuantificándola, o lo que es lo mismo, enmarcando la escena de tal modo que percibamos su duración exagerada y su falta aparente de límite.

    19 El 3,6% restante lo constituyen dos ejemplos en los que se ha recurrido al indefinido.

    20 Cuando se acaban los Möhrenköpfe (algo similar a unos merengues recubiertos de chocolate) concluye la situación; cuando se termina de rastrear la cama en búsqueda del chupete, concluye la situación.

    21 En Fernández de Castro (1999:55) leemos que «una de las características más llamativas de la expresión de la inceptividad en español es que puede llegar a servirse de auxiliares extraordinariamente diversos, con tal de que alberguen en alguna medida la noción de ‘esfuerzo’, ‘dinamismo’, ‘cambio brusco’». Así, arrancar a, apretar a, desenredarse a o liarse a + infinitivo, entre otros efectivamente documentados, se integran en construcciones sinónimas a romper a o echar a + infinitivo.

    22 Incluimos como muestra esta solución, pese al problema de adaptación al registro que contiene.

    23 En este sentido, somos conscientes de que, como investigadores que analizan ejemplos concretos de traducciones y por ende como receptores que somos de las mismas, nuestras interpretaciones de los marcos que nos proporcionan los traductores bien podrían diferir de las interpretaciones que los traductores han hecho de las escenas de partida. Metodológicamente este problema no puede solventarse sino con el concurso de varios investigadores que analicen a la vez los mismos ejemplos y pongan en común sus interpretaciones.

    24 Cartagena y Gauger (ibídem) dan ejemplos como el siguiente: «...sie sah die beiden sich umschlingen, hörte ihre Küsse, dabei ZITTERTE sie zugleich vor Erregung... (HN 108) – ...los vio abrazarse y oyó sus besos y, a la vez, SE PUSO A TEMBLAR de excitación. (NHÜ 141)».