Traducción inversa: una realidad

María M. de la Cruz Trainor

Traductora e intérprete

El propósito de este artículo es demostrar que hacen falta traductores competentes, capaces de traducir a una lengua meta que no es la lengua materna. Tales traductores requieren una formación específica en traducción inversa.

En el caso del inglés se deberá prestar especial atención a la creciente importancia de la variedad internacional, con todas las posibilidades que ofrece en áreas tales como el uso cada vez más extendido del vocabulario de origen latino-romance.

The purpose of this article is to prove that there is a need for competent translators who are capable of translating into a target language which is not their mother tongue. Such translators require specific training in L2 translation.

In the case of English special attention should be paid to the growing importance of the international variety, with all the possibilities it offers in a reas such as the expanding use of the Latin-Romance vocabulary.

1. INTRODUCCIÓN

La traducción inversa, es decir, la realizada de la lengua materna hacia una lengua extranjera, se ha considerado hasta la fecha como un ejercicio académico, relegado a un segundo plano y desaconsejado como actividad profesional. El motivo es la consideración de que «the L2 translatorss reduced proficiency in the foreign language jeopardises the validity of the final product» (Stewart, 2000: 206), Hasta los mismos términos empleados para hacer referencia a la traducción inversa confirman la impresión de que se trata de algo antinatural que se aparta de la norma:

The disparaging connotations of terms adopted in the literature to describe L2 translation would appear to confirm the general impression that this activity constitutes some sort of deviation from the norm. The relevant nomenclature includes: «indirect translation», «inverse translation», «marked translation», «service translation», and, possibly the unkindest of all, ‘pedagogical translation (i.e., no more than an academic exercise, of no value beyond the walls of the classroom) (Stewart, 2000: 207).

Allison Beeby (1993: 5) achaca la dificultad de encontrar un término inglés adecuado para hacer referencia a la traducción inversa a la falta de consideración de esta modalidad en los estudios de traducción. Coincidimos con la autora al afirmar que:

Translating from the mother tongue into a second language (traducción inversa, tbéme) has become the Cinderella of translating among translators, translation theorists, and teachers of «real» translation (traducción directa, version). Itis so consistently ignored that it is difficult to know what to call it in English. The traditional English expression «prose translation» is not very well known or often used. The 1964 edition ofThe Shorter Oxford English Dictionary defines prose as «expressing or translating in a foreign language, 1805».

Lo cierto es que son pocos los teóricos de la traducción que admiten este hecho. La prueba está en la escasa atención que se le ha prestado a la traducción inversa en los manuales de teoría de la traducción.

En este artículo pretendemos demostrar que la traducción inversa es una realidad a nivel mundial, europeo y nacional, por lo que merece un papel más relevante en los cursos de formación de traductores e intérpretes. Destacamos la importancia del inglés como lengua B para la comunicación internacional y citamos tres casos en los que la traducción inversa es necesaria: 1) en los países con elevado número de emigrantes y las sociedades poscoloniales, 2) en la Unión Europea y 3) en áreas de traducción donde no se exige perfección estilística y donde los conocimientos temáticos tienen más peso que la condición de nativo, por ejemplo, el caso del turismo en España.

2. LA IMPORTANCIA DEL INGLÉS COMO LENGUA B. EL INGLÉS INTERNACIONAL

Es indiscutible que el inglés como lengua meta cobra una importancia especial, porque no solamente es una de las primeras lenguas del mundo en cuanto a usuarios que la tienen como primera lengua, sino que también es la primera en cuanto a usuarios que la tienen como segunda. No debemos olvidar tampoco que el inglés es el principal idioma de los libros, los periódicos, los aeropuertos, los controladores de tráfico aéreo, los negocios internacionales, los congresos universitarios, la ciencia, la tecnología, la medicina, la diplomacia, los deportes, los concursos internacionales, la música pop y la publicidad. Más de dos tercios de los científicos del mundo escriben en inglés. Tres cuartos del correo mundial está redactado en inglés. El 80% de la totalidad de la información de los sistemas de recuperación de datos que está en formato electrónico (electronic retrieval systems) está almacenada en inglés. El inglés es además el idioma empleado para la comunicación en Internet (cf. Crystal, 1997:360).

El inglés ha ganado terreno al francés en el seno de la Unión Europea:

In the European Union as in the wider world, English has become the most commonly used language for business exchanges, academic discussion and, at least in international settings, political debate. Inside the EU’s own institutions, the amount of original material generated in English, in the form of working papers, discussions, memoranda, draft reports and legislative proposals, is rising steadily every year (McC!uskey, 2002: 40).

Los traductores, por tanto, como especialistas en comunicación, no pueden conformarse con un conocimiento pasivo de esta lengua. La capacidad de traducir desde y hacia la misma se ha convertido en una necesidad ineludible. Esta lengua se emplea además con frecuencia como idioma relé, por lo que su demanda supera con creces a la de otros idiomas:

Another use of English in the context of enlargement will be as a relay language for translations between combinations of languages, such as the Baltic languages and almost any other, where the Commission and the other Eu institutions are unlikely to find enough, or any, translators who can bridge the gap directly (McCluskey, 2002: 43).

En los manuales de estilo de la lengua inglesa es frecuente la recomendación de evitar determinadas palabras ampulosas y rimbombantes o de difícil comprensión. Lo curioso es que muchas palabras de raíces latinas son consideradas como tales. Esta sugerencia se tambalea hoy en día con el surgir del denominado ‘inglés internacional’. La sustitución de palabras de origen latino, lejos de simplificar la comprensión para una audiencia internacional, puede dificultarla. Compárense las dos filas de palabras que aparecen a continuación:

Fuente: Servicio de traducción de la Comisión Europea. 2002. Fight the Fog. http://europa.eu.int/comm/sdt/en/ftfog/index/htm

¿Cuáles son más comunicativas? Antes de contestar a esta pregunta nos tenemos que hacer otra ¿para quién? Las palabras de la primera columna, palabras desaconsejadas, son en nuestra opinión más claras y comprensibles para una audiencia compuesta por personas cuya lengua materna sea una de las lenguas romances, mientras que para un anglófono la segunda columna contiene palabras más directas y sencillas. Como puede comprobarse, los factores situacionales son decisivos para la toma de decisiones en traducción y es muy difícil hacer afirmaciones generalizadas.

El inglés no se puede considerar como una lengua más, sino como el gran vehículo de comunicación internacional empleado por no nativos que redactan y leen habitualmente en este idioma. Como consecuencia, emerge en nuestro siglo un nuevo tipo de inglés que nace con agrado para los que lo emplean como segunda lengua. Sin embargo, esta variedad de inglés, que no refleja ninguna cultura específica, ha sido objeto de críticas por parte de los anglófonos que, como afirma McCluskey, se tendrán que mantener al margen a la hora de opinar sobre su grado de corrección:

There is no doubt that a form of international English is emerging, or possibly severa! forms of it, and native speakers had perhaps better acknowledge the fact that since they are, by definition, not using these new forms they are not going to have much say in the moulding of them. Perhaps it will be primarily up to the devisers and users of international English to decide what is or is not correct in it (Me Cluskey, 2002: 43).

3. ¿CUÁNDO SE RECURRE A LA TRADUCCIÓN INVERSA?

3.1. La traducción inversa en países de elevada emigración y sociedades poscoloniales

En países de elevada emigración, como Australia, las comunidades que más necesitan hacer uso de los servicios de traducción son aquellas para las cuales es muy difícil encontrar traductores cuya lengua materna es el inglés y que sean capaces de traducir ‘lenguas exóticas’. Por tanto en estos casos, para hacer frente a la demanda, se recurre a la traducción inversa:

( ... ) first language writers are, presumably, less likely to make gramatical errors and unfortunate vocabulary choices than second language writers. In theory this is fine, but in practice it poses sorne difficulties since the supply of translators into particular languages may not match the demand, so that translation sometimes (or perhaps even often) has to be undertaken into the second language (Campbell, 1997: 57).

Los traductores que trabajan hacia su segunda lengua proceden de la misma comunidad. Campbell advierte que en Australia la traducción inversa no sólo es necesaria, sino que posiblemente sea la norma (1997: 28).

En el caso de las sociedades poscoloniales, la necesidad de traductores de inversa no es algo excepcional, de reciente aparición, sino que viene siendo práctica habitual en los países donde la lengua de sus colonizadores aún goza de un estatus significativo:

The majority of writing on translation tacitly implies that translation is done into one’s first language. Yet for many parts of the world, translation into the second language is a regular and accepted practice. In virtually any post-colonial society in the developing world where a major European language still has a foothold, there will be people who regularly write and translate in that language as a second language. Similarly in countries of high immigration, there will be second language speakers of the host language, who write and translate in that language (Campbell, 1997: 12).

Esta necesidad se ha hecho aún más patente en los últimos años, hecho que se deduce de la gran demanda de traducción inversa y el escaso número de traductores y herramientas informatizadas para hacerle frente. Los traductores de ‘lenguas exóticas’ no sólo se ven obligados a trabajar hacia una lengua que no es la propia, sino que además parten de una situación de desventaja con respecto a los traductores de otras lenguas, dada la práctica inexistencia de bancos terminológicos y corpora que contribuirían a facilitar su trabajo (cf. McEnery y Baker, 2003: 89-102).

3.2. La traducción inversa en la UE

En el caso de la UE, la traducción inversa ha cobrado gran importancia en los últimos años como consecuencia de la reciente ampliación. El multilingüismo es una característica clave de la Unión Europea, por lo que el número de lenguas oficiales se incrementará aún más con la próxima oleada de adhesiones1, tal y como apunta Kaisa Koskinen:

Multilingualism is one of the key characteristics of the European Union. It also makes the EU different from other international organizations. Instead of opting for two or three working languages, the founding fathers saw it essential to state from the beginning (see Council Regulation No 1) that all the official languages of the Member States have equal status. At that time, of course, there were only four official languages, and they could hardly foresee the present situation of eleven official and working languages and more to come. With each new accession, the regulation has been amended and new languages have been added to the list (Koskinen, 2000: 50).

Hasta tiempos recientes, la norma general en las organizaciones internacionales ha sido que la traducción se realice siempre hacia la lengua materna del traductor:

According to the Code of Professional Conduct of the Institute of Translating and Interpreting, «a member shall translate only into a language in which he has mother-tongue or equivalent competence», In International Organizations such as the United Nations and the European Community, translators are expected to translate into their A language, or mother tongue. This attitude is a natural reaction to the non-texts, or nonsense texts, that are sometimes produced as prose translation (Beeby, 1993: 5).

En la actualidad, ante la dificultad de encontrar traductores y redactores cuya lengua materna sea el inglés o el francés y que sean capaces de traducir lenguas menos comunes hacia la materna, se ha producido cierta permisividad en la UE. Se prefiere disponer de traductores y redactores nativos, pero se admiten algunas excepciones. Este cambio de parecer ha tenido lugar para colmar la laguna lingüística creada como consecuencia de la incorporación de nuevos países a la Unión. Tomemos, por ejemplo, el caso de Finlandia:

In the early stages of Finnish membership, it proved to be impossible to recruit enough non-Finnish translators capable of putting documents from Finland into a more widely spoken language, and we had not yet had enough time to train our existing staff to do it (McCluskey, 2002: 43).

Con el advenimiento de los nuevos estados miembros se repetirá la experiencia. Pensemos en un idioma tan complicado como el húngaro, que no es una lengua indoeuropea. Es una lengua finoúgria. Es decir, está únicamente relacionada con el finlandés, el estonés y algunas lenguas más habladas por los habitantes de los pueblos del norte de la antigua Unión Soviética. El húngaro, por tanto, se diferencia totalmente de la mayoría de las lenguas europeas, tanto a nivel de léxico como de estructura gramatical. ¿Quiénes sino los húngaros estarán capacitados para realizar los trabajos de traducción e interpretación de su idioma al inglés o al francés?

La gran paradoja es, como apunta Koskinen, que el objetivo de la traducción en estos casos, más que satisfacer una necesidad comunicativa para los hablantes de lenguas minoritarias, en cuanto al número de personas que las hablan, se realiza para cumplir lo estipulado sobre esta cuestión por los padres fundadores de la UE:

Sometimes the primary function of the translation of a particular official document is simply to be there, to exist. Rather than just conveying a message or providing possibilities for communication, the role of the translation is then to stand as a proof oflinguistic equality (Koskinen, 2000: 51).

Por lo que, aunque la meta sea que todas las lenguas gocen del mismo estatus, sigue siendo una gran ventaja dominar alguna de las dos lingua francas de la UE:

Nótese que a raíz de la gran operación de traducción en la UE, se han producido variantes de todas las lenguas de los países miembros mediante la introducción de nuevas palabras y ciertas estructuras forzadas:

( ... ) the specific EU culture has produced a new variant of each language, moulding its structures and introducing a variety of new words (Koskinen, 2000: 53).

En las traducciones de la UE, por tanto, la equivalencia se ve reducida a la más extrema literalidad para conseguir tener el mismo número de párrafos, títulos y subtítulos. Es decir, lo que importa es que todas las versiones parezcan equivalentes.

Aunque el tema tratado en este artículo sea la traducción, creemos necesario señalar que para los intérpretes también es imprescindible poder trabajar hacia la lengua B. Incluso en congresos donde uno trabaja como intérprete de directa, raro es que uno no se vea obligado a demostrar sus aptitudes en interpretación inversa en una rueda de prensa, mesa redonda, o sencillamente en el turno de preguntas y respuestas. Los intérpretes hoy en día se tienen que acostumbrar a escuchar gran variedad de acentos, no sólo de angloparlantes (australianos, estadounidenses, ingleses, canadienses o irlandeses), sino también de personas que emplean el inglés como idioma para la comunicación internacional, por ejemplo los escandinavos. En la actualidad tampoco se considera como problema el acento «extranjero» de un intérprete. Con tal de que la entonación sea adecuada y el discurso se entienda de manera objetiva y con claridad por un público internacional, no tiene por qué constituir un obstáculo a la comprensión el hecho de que el acento delate la nacionalidad del intérprete.

3.3. Áreas de traducción donde no se exige perfección estilística y donde los conocimientos temáticos tienen más peso que la condición de nativo. Las traducciones turísticas en España

En el caso de España, el escaso número de horas dedicadas a la práctica de la traducción inversa, debido a las razones indicadas en la introducción, tiene una influencia directa en la inseguridad que experimentan los traductores a la hora de manejar su lengua B como lengua meta. La consecuencia es el rechazo, por parte de los traductores, de encargos de inversa.

Existen en España casos palpables de traducción inversa donde nuestro papel es fundamental. El ejemplo por excelencia es el caso del turismo. Al ser el turismo un producto que se origina en España, suelen ser españoles los que llevan a cabo los encargos de traducción inversa. Toda la publicidad y la propaganda de este sector se traduce con objeto de llegar a un amplio sector de la población. Para asumir esta difícil tarea, lejos de considerarse como algo negativo, se considera ventajoso disponer de un traductor que conozca a fondo su país, a pesar de que su traducción pueda contener pequeños errores estilísticos y de redacción que, de todas formas, probablemente pasarán desapercibidos si el receptor no es un hablante nativo de inglés2:

The reader interested in a text dotted with references to handbell festivals, mule races and bullocks on a spit is perhaps unlikely to be particularly intransigent about questions of style or collocation. Any linguistic quaintness will more than likely be considered compatible with, or even to spring directly from, the cultural oddness of the traditions described. Readers of such texts, whether native speakers of ‘major’ or of ‘minor’ languages, are mentally prepared for, and wish to be informed of, local curiosities, unfamiliar situations, peculiar customs and traditional tales. ( ... ) So much tourist literature whether appearing in leaflets, in brochures, on Internet or wherever, is translated in this way that the reader may even subconciously expect and look favourably upon faintly bizarre linguistic patterns (Stewart, 2000: 217).

Por tanto, lo que verdaderamente caracteriza a la traducción de textos turísticos no es sólo el contexto lingüístico sino el cultural, entendido éste como todo el conjunto de costumbres y tradiciones, todos los valores espirituales, todo el sistema de reglas de comportamiento, la interpretación del entorno y el universo que cada comunidad de hablantes posee, así como el conocimiento de su historia y su literatura. El traductor de textos turísticos se tiene que enfrentar al problema que surge debido a la existencia en una sociedad de objetos, costumbres, comidas, ideas, que son propios de la misma y que no existen en otras culturas, incluso próximas a ellas.

El hecho de que el inglés no sea la lengua materna del traductor de textos turísticos facilita, como señala Stewart (2000:217), que en su discurso no se refleje ninguna cultura anglófona concreta:

In the case of a world language such as English, many translated texts such as company brochures, tourist guides and sector magazines are addressed to an intemational readership, with the result that native-speaker competence in the TL becomes far less important. Indeed it may occasionally prove to be a hindrance, since the L1 translator may tend to use a more country-and culture-specific, less intemationalised English. This may turn out to be tough going and therefore discouraging for large numbers of those readers whose mother tongue is not English, which would defeat the object of the exercise.

La perfección estilística en textos pragmáticos no es fundamental, pero sí el cumplimiento de las condiciones básicas indicadas por McAlester:

A competent translation is one that transmits the intended message in a language which is clear and sufficiently correct not to contain unintended comic effect or strain the reader’s patience unduly (McAlester, 1992: 294).

Lamentablemente, en un estudio minucioso de las traducciones inversas de textos turísticos en nuestro país, realizado a propósito de nuestra tesis doctoral, hemos comprobado que las traducciones al inglés efectuadas en España suelen estar plagadas de errores, no sólo de traducción sino también lingüísticos, y que las premisas básicas de McAlester no se cumplen. Las erratas y errores de traducción no son menos frecuentes en la documentación traducida de los establecimientos turísticos con elevados ingresos en comparación con los más modestos, y la corrección de errores no es suficientemente exhaustiva cuando se revisan los textos. Constatamos que gran número de las erratas y errores se podrían haber evitado de haber contado con un revisor de traducciones o cuando menos con un corrector ortográfico automático. Por desgracia, la falta de preparación y práctica de los que trabajan en este campo tiene como resultado traducciones tan absurdas como las que frecuentemente encontramos y que, sorprendentemente, provienen en multitud de ocasiones de traductores cualificados.

4. CONCLUSIONES

La traducción inversa existe y constituye una práctica necesaria que cobra cada día más importancia en los ámbitos en los que es difícil o imposible encontrar traductores nativos.

Aunque su aplicación puede verse limitada a textos pragmáticos, donde se acepta una redacción que no sea estilísticamente perfecta, creemos que se merece mayor consideración en los cursos de formación de traductores e intérpretes. El idioma elegido como lengua meta debería ser el inglés, por ser ésta la principal lengua de comunicación internacional. Para su enseñanza es imprescindible diseñar diferentes programas apropiados y desarrollar modelos específicos que permitan describir la competencia traductora necesaria para realizar traducción inversa, ya que no es lo mismo traducir a una lengua que no es la materna. Aunque la pregunta de si el traductor nace o se hace sigue siendo objeto de debate, pocos ponen en duda que la práctica es clave para mejorar en diversidad de ámbitos y la traducción no es una excepción. Al igual que se pueden adquirir técnicas de expresión escrita, estamos convencidos de que también podemos adquirir destrezas para mejorar nuestra habilidad para traducir, incluso a una segunda lengua.

RECIBIDO DICIEMBRE DE 2003

BIBLIOGRAFÍA

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1 Se espera que en una nueva oleada de adhesiones, Estonia, Letonia, Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Malta y Chipre pasen a ser miembros de la UE en el 2004. La adhesión de Bulgaria y Rumanía se producirá en la siguiente oleada.

2 El inglés es el idioma prioritario en la traducción de textos turísticos ya que, si un documento turístico se traduce, el idioma elegido en primer lugar es el inglés. En función de la audiencia esperada se traducirá también a otros idiomas.