Revising and Editing for Translators

Mossop, Brian (2001).

Manchester: St. Jerome Publishing. 176 pp.

Silvia Parra Galiano

Universidad de Granada

INTRODUCCIÓN

La revisión de traducciones no constituye ninguna novedad puesto que esta práctica se viene realizando desde hace cientos de años. Sin embargo, la institucionalización de la figura del revisor, como agente de la misma, es relativamente reciente. Este carácter oficial de la revisión tiene un doble origen: por una parte, en el ingente aumento experimentado por el volumen de traducciones de textos técnicos y científicos, frente a los literarios, a mediados del siglo XX, y por otra en la creciente importancia de entidades, organismos e instituciones de carácter internacional.

Resulta muy significativo que la presente obra de Mossop, Revising and Editing for Translators sea el tercer volumen publicado en la colección Translation Practices Explained, de St. Jerome Publishing, que nace como complemento de otra más teórica (Translation Theories Explained), y en la que se incluyen obras consagradas a ámbitos profesionales en los que la demanda de especialistas va en aumento: «court interpreting, multimedia translation, text revision, elect ronics tools» [St. Jerome. 2000/2001 Catalogue].

Como ya mencionó Louise Brunette, autora junto con Paul Horguelin de uno de los pocos manuales de revisión que existen, en su artículo «L’auto-révision - Contexte d’une formation en révision»1, la literatura sobre revisión es muy escasa y más aún la relativa a la autorrevisión. Esta afirmación está basada en un informe de 1999, que muestra que el porcentaje de artículos que tratan el tema de la revisión, directa o indirectamente, representa menos del 1% en el seno de la Traductología. Posiblemente, una de las razones sea el que no se sepa dónde incluir el estudio de la revisión bilingüe, considerada ya por determinados autores como una rama o subdisciplina de la Traductología.

En el ámbito académico, no se puede decir que abunden los formadores en revisión y podemos afirmar que tan sólo un reducido número de centros de formación de traductores han integrado la revisión en sus planes de estudios. Las pioneras en la materia fueron las universidades canadienses, donde ya en 1974 Paul Horguelin impartió el primer curso de revisión destinado a estudiantes francófonos de la Universidad de Montreal. En Europa, a título de ejemplo, mencionaremos Rennes 2 (Haute Bretagne) y la Facultad de Traducción e Interpretación de Granada con la implantación en el año 2001 del plan de estudios adaptado que incluye una asignatura cuatrimestral optativa de tipo D (es decir, nocional y profesional de traducción e interpretación de segundo ciclo) denominada «Revisión, Edición y Maquetación textual».

De hecho , por regla general, en el transcurso de los estudios de formación, casi ningún traductor ha aprendido los principios generales de la revisión así como tampoco a aplicar de forma sistemática los procedimientos de autorrevisión. Así mismo, hemos de recordar que el extraordinario avance tecnológico de los últimos veinte años y, sobre todo, el uso generalizado, en la última década, de herramientas informáticas y de comunicación como procesadores de textos, Internet, bases de datos on-line y programas de edición y autoedición, han supuesto un profundo y beneficioso cambio en el ejercicio de la profesión.

La importancia que, desde hace relativamente poco tiempo, se otorga al estudio de la revisión está vinculada con el auge de la investigación sobre la calidad en dos ámbitos: el de la Traductología y el de la Gestión. Con la práctica de la revisión pragmática, es decir de la revisión de traducciones realizadas por terceros, en tanto que modalidad de control de la calidad en el ámbito de la gestión, pocas veces se cuestiona con un espíritu crítico si con el procedimiento utilizado, normalmente impuesto por las instituciones, organismos o agencias en las que el revisor realiza su trabajo, se ha logrado el objetivo previsto y, lo más importante, ¿cuál es ese objetivo?. Esta pregunta nos remite a otra cuestión clave: ¿qué es la calidad? y cómo vamos a considerarla a la hora de revisar.

Este es el contexto en el que aparece la presente obra de Mossop, que pretende ayudar al lector a responder o al menos a reflexionar sobre los procedimientos que se han de seguir para la edición, revisión y autorrevisión de traducciones.

La revisión es una actividad con una historia institucional específica, que constituye un aspecto de la profesión de traductor pero que se ha desarrollado de forma independiente de la profesión de editor. No obstante, el hecho de que incluya el tema de la «edición» en su libro se debe a la relación evidente entre «edición» y «revisión». Aunque estas dos actividades presentan muchas diferencias, no podemos obviar el solapamiento o coincidencia parcial que existe entre ambas en determinadas cuestiones. La práctica de la revisión bilingüe, al igual que la de la edición, conlleva el control del lenguaje y estilo utilizados en la traducción, si bien difiere fundamentalmente de la práctica de la edición en el sentido de que el proceso de producción de textos en traducción, o reproducción textual, no es el mismo que el de la redacción, o producción, de un texto original dado que el traductor se encuentra siempre bajo la influencia del texto de origen.

Por otra parte, Mossop presenta tres razones por las que los estudiantes de traducción pueden beneficiarse de la adquisición de conocimientos básicos sobre edición:

a) Por razones económicas, puesto que los titulados ganarán más dinero si además de traducir están capacitados para editar.

b) Porque los conocimientos sobre edición les facilitarán la revisión de sus propias traducciones, las de terceros, así como la postedición del producto de traducciones automáticas.

c) Para traducir textos de baja calidad o mal escritos.

Una vez conocidos los motivos que llevan al autor a incluir el tema de la edición en su libro, conviene aclarar que éste no pretende en modo alguno ser un manual de edición. De hecho, los temas y aspectos relacionados con la edición se tratan única y exclusivamente en la medida en que resulten de utilidad tanto para traductores como para revisores de traducciones de textos no literarios, de ahí el título de su obra que tampoco tiene pretensiones de constituirse en un manual de estilo o en una compilación de problemas de traducción.

Mossop no presenta reglas sino la aplicación de principios inteligentes, es decir de una serie de ideas que guíen la tarea del revisor y del traductor. Como el propio autor indica, la aplicación de los principios de revisión que propone es probablemente más universal que la de los relativos a la edición, que pueden ser diferentes en función del par de lenguas de trabajo debido, fundamentalmente, a factores socioculturales.

ESTRUCTURA DE LA OBRA

En cuanto a su composición estructural, la obra consta de dos introducciones, catorce capítulos, cinco apéndices, entre los que merece destacar el número cinco que es un glosario de la revisión y edición, una concisa bibliografía y, finalmente, un índice analítico.

La prueba de que Revising and Editing far Translators ha sido concebida como una obra eminentemente práctica y didáctica es que su autor haya decidido dotarla de dos introducciones: una dirigida a los usuarios en general y otra a los formadores. Considerando el doble carácter de la obra de Mossop, práctico y didáctico, el propósito de la misma es proporcionar material didáctico, no en forma de ejercicios sino de preguntas que induzcan a la reflexión, y constituirse en guía para dos tipos de usuarios: a) estudiantes de traducción que están aprendiendo a editar textos escritos por terceros, y b) traductores profesionales que pretendan perfeccionar su técnica de autorrevisión y/o aprender a revisar las traducciones realizadas por otras personas.

Siguiendo la lógica de este planteamiento, el primer capítulo del libro comienza con una consideración sobre por qué son necesarias la edición y la revisión, y sobre la relación de estas técnicas con el concepto genérico de calidad y las limitaciones implícitas para la edición y revisión de traducciones.

El segundo capítulo está dedicado por completo al trabajo del editor. En el mismo se especifican las diversas funciones que lleva a cabo, se explican las diferencias existentes entre tareas como editar, reescribir y adaptar, así como los grados y procedimientos de edición.

Los cuatro capítulos siguientes (3-6) versan en su totalidad sobre la edición y tratan las diferentes modalidades que existen para la corrección de textos, comenzando por la más sencilla, es decir la edición de texto (copyediting) a la que siguen otras variantes como la edición estilística, la edición estructural y la edición de contenido.

Los capítulos siete y ocho están relacionados respectivamente con el grado de coherencia (consístency) que el editor y el revisor deben pretender lograr, en otras palabras, sobre el alcance de la edición y revisión, y sobre las herramientas informáticas de las que pueden valerse para su trabajo tanto editores como revisores.

Más interesantes, en mi opinión, son los restantes capítulos que abordan de lleno el tema de la revisión, la vinculación entre revisión, edición y traducción automática, y la autorrevisión.

En el capítulo nueve se describe desde un enfoque muy práctico la función del revisor en el ámbito profesional (organismos, instituciones y agencias de traducción), las especificaciones que guían su trabajo, como el encargo de traducción, la relación interpersonal (con autores, clientes y destinatarios) y la relación calidad-tiempo, la revisión del producto de la traducción automática. Así mismo se explican las diferencias entre la revisión y otras actividades relacionadas con esta técnica como la evaluación de la calidad (quality assessment) y el aseguramiento de la calidad (quality assurance).

Novedosa es, sin lugar a dudas, la propuesta de Mossop (Cap. 10) por la clasificación que hace, en cuatro grupos, de los doce parámetros que se pueden utilizar para la revisión bilingüe, en función de los problemas identificados en la traducción: problemas de transferencia de sentido (Grupo A); problemas de contenido (Grupo B); problemas de lenguaje y estilo (Grupo C) y problemas de presentación (Grupo D). Los parámetros que utiliza, formulados en forma de preguntas acerca de la traducción, y a los que se refiere, por cuestiones prácticas, con un solo término son los siguientes:

Grupo A (parámetros de transferencia).- 1) Exactitud (accuracy); 2) integridad (completeness)

Grupo B (parámetros de contenido).- 3) lógica (logic); 4) hechos (facts);

Grupo C (parámetros de lenguaje).- 5) fluidez (smoothness); 6) adecuación (tailoring); 7) terminología (sub-language); 8) idiomatismos (idiom); 9) norma (mechanics)

Grupo D (parámetros de presentación).- 10) disposición de página (layout); 11) tipografía (typography) y 12) compaginación del texto (organization).

Los factores que determinan los diferentes grados de revisión (del texto completo o de una muestra), las consecuencias e implicaciones de la revisión parcial y la importancia relativa de los parámetros de transferencia y lenguaje, son los aspectos abordados en el capítulo once. El siguiente capítulo (cap. 12) trata sobre los procedimientos de revisión, el orden en el que se realizan las diferentes operaciones inherentes a la revisión, los principios para efectuar correcciones, cómo tratar los problemas no resueltos, el tratamiento de los cambios realizados y la revisión de la presentación.

La autorrevisión como fase inherente al proceso de traducción y la importancia de que el traductor realice un autodiagnóstico sobre sus puntos fuertes y débiles, constituyen el objeto de un capítulo (cap. 13) bastante escueto, característica que así mismo comparte el último de este volumen (cap. 14) que versa sobre los problemas que plantea la revisión del trabajo realizado por terceros, las relaciones revisor/revisado y sus implicaciones (diagnóstico y asesoramiento).

El libro termina con cinco apéndices: (1) revisión de los principios de la revisión; (2) aspectos de la evaluación de la calidad de traducciones en el marco profesional; (3) un método de anotación y graduación cuantitativa para evaluar los ejercicios de edición; (4) una muestra de revisión unilingüe y, finalmente, (5) un glosario que contiene sesenta y ocho términos de la edición y revisión, definidos conforme al uso que de los mismos hace el autor.

CONSIDERACIONES DIDÁCTICAS POR PARTE DELAUTOR

En la introducción destinada a los formadores, Mossop menciona la utilidad de su obra como herramienta didáctica en dos casos concretos:

a) en el marco de cursos de edición o cursos que contengan esta materia, dirigidos a estudiantes de traducción

b) en el marco de talleres de formación profesional continua en revisión o autorrevisión, dirigidos a traductores en ejercicio así como a formadores de traductores y/o a personas cuya misión consiste en supervisar el trabajo de estudiantes en prácticas en el ámbito de la traducción.

En el primer supuesto, más que en adquirir una técnica se trata de que el estudiante adquiera conocimientos. En cuanto a los profesionales de la traducción, el caso es bien distinto, puesto que se trata de proporcionarles principios que puedan poner en práctica al realizar su trabajo.

Mossop no considera acertada la idea de dedicar una asignatura completa al tema de la revisión de traducciones. Tampoco es partidario de considerar la «revisión bilingüe» como tema principal en el marco de los primeros ciclos de formación de traductores, si bien, dependiendo del método de enseñanza que se utilice, puede practicarse con una finalidad didáctica, mediante ejercicios en clase. Al contrario, opina que durante los primeros años de formación, los estudiantes deben centrarse en la lengua de llegada como el mejor método para adquirir una competencia crítica y comprender los problemas que aparecen en el transcurso de la redacción/reescritura.

Sin embargo, la autorrevisión debe practicarse desde el inicio de la formación en traducción, insistiendo en la importancia de revisar el propio trabajo y haciendo que el estudiante reflexione sobre cómo hacerlo. La mejor manera de inculcar al estudiante la importancia de la autorrevisión es practicándola, de tal forma que desaparezcan de forma progresiva las dificulta- des para asumir el concepto de «cambio necesario» que, a su vez, implica evaluar las repercusiones del mismo en relación a la función última de la traducción.

En el marco de la formación de traductores, el autor considera fundamental distinguir entre «lo que los estudiantes necesitan saber y lo que deberían ser capaces de hacer una vez titulados»2 (Mossop 2001: XII). Estos dos temas: hacer versus saber o conocer, y lugar de trabajo versus clase, están estrechamente relacionados con un principio pedagógico más general: el logro de resultados frente a la interiorización de procedimientos y principios. Lo que el estudiante necesita es interiorizar principios y procedimientos para editar y traducir. De ahí que Mossop sugiera a los formadores:

· el uso de ejercicios cuya finalidad sea que el estudiante se centre en los problemas, principios y procedimientos de edición en lugar de en los resultados (correcto/incorrecto)

· un uso muy moderado o reducido de herramientas informáticas (computer aids) y programas para editores, puesto que la edición, traducción y redacción están informatizadas desde hace unos 20 años pero no automatizadas. De hecho un uso adecuado de correctores ortográficos en los procesadores de textos requiere conocimientos de ortografía.

Por otra parte, el enfoque pedagógico que se requiere para formar a los estudiantes en edición es muy diferente del que requiere la formación de traductores profesionales en revisión. Los traductores profesionales que participan en cursos de postgrado o en talleres de formación continua en revisión están trabajando en el mercado de la traducción, lo cual implica que están familiarizados con la actividad. Los traductores cuya misión consiste en revisar el trabajo realizado por traductores principiantes (junior translator) o sin experiencia, en opinión del autor, deben tener una práctica en revisión de un mínimo de seis meses antes de participar en un taller sobre el tema.

Este tipo de talleres tienen dos finalidades:

a) fomentar la confianza de los traductores en sí mismos (es importante que el traductor descubra que no es el único que tiene que afrontar problemas de traducción que no ha sido capaz de resolver)

b) concienciar al traductor, mediante la verbalización del procedimiento de revisión o autorrevisión que utiliza, en la mayoría de los casos de forma mecánica o semiautomatizada, de la importancia de que juzgue personalmente si es el más apropiado.

Dado que los ejercicios que se utilizan no son simulados, la clave y el éxito del taller radican en tratar aspectos que los participantes nunca hayan considerado de forma explícita así como en fomentar la reflexión sobre aspectos de los que no somos conscientes durante el proceso de revisión. En la práctica de la revisión en los talleres es fundamental la justificación de cualquier tipo de cambio. Mossop da por supuesto que los potenciales lectores de su obra disponen de una base conceptual importante sobre gramática, pero considera crucial presentar una terminología para hablar sobre los diferentes tipos de cambios que realizan los revisores (metalenguaje de la revisión).

Por otra parte, si bien la actividad de traducir es individual, al igual que la de revisión, por motivos pedagógicos, propone que los ejercicios se hagan en grupo al objeto de acelerar el aprendizaje tanto de los estudiantes como de los participantes en los seminarios.

Este libro no es un libro de ejercicios porque, entre otros, no ofrece textos para editar o revisar. A la hora de seleccionar el material de trabajo es importante considerar tanto el número como el tipo de errores que contienen los textos. En este sentido el formador tiene dos posibilidades: encontrar textos que contengan errores (lo cual a veces resulta problemático por razones de longitud del texto o cantidad de errores) o insertar los errores. Aconseja evitar el uso de textos o traducciones de pésima calidad porque en la práctica sería poco realista dado que en el mercado serían inaceptables tanto para su edición como revisión.

El problema de utilizar textos reales es que suelen contener diversas categorías de errores lo cual dificulta la identificación y corrección de un determinado tipo de error, clave fundamental de algunos de los ejercicios que utiliza. En este sentido, resultan muy valiosos desde el punto de vista pedagógico los textos redactados por no nativos en la lengua A del estudiante, siempre y cuando se eviten los de pésima calidad. Como fuentes para conseguir textos de este tipo sugiere los grupos de discusión en internet, o de profesores de otras asignaturas que cuenten con estudiantes extranjeros.

UTILIDAD DIDÁCTICA DE LA OBRA

En términos generales, este libro puede utilizarse como libro de texto durante un curso de postgrado o taller sobre revisión, siempre y cuando se complemente con lecturas sobre evaluación de la calidad.

De forma más específica y considerando que algunos de los capítulos de este libro se refieren únicamente a la revisión (9-14), otros sólo a la edición (2-6), y los capítulos restantes (1, 7 y 8) así como la introducción para usuarios tratan sobre los dos temas, Mossop realiza una propuesta sumamente práctica para los formadores, puesto que indica concretamente los capítulos que se pueden utilizar en tres tipos de formación.

a) Para la formación de traductores.-Aconseja incorporar el tema de la edición en las clases de traducción en lugar de impartir la enseñanza de ésta técnica en el marco de una asignatura independiente. Con los estudiantes de primer ciclo se pueden utilizar los capítulos 1, 3 y 7, insistiendo en los ejercicios de edición de textos. Los capítulos restantes más el referente a la autorrevisión (cap. 13) son apropiados para estudiantes de segundo ciclo así como para los que ya dispongan de una cierta experiencia traduciendo.

b) Para impartir un seminario sobre autorrevisión.- Aconseja utilizar los siguientes capítulos: 1, 7, 8 y 10 a 13. En este caso el seminario requiere un mínimo de dos días y un máximo de 6 a 8 participantes.

c) Para impartir un seminario sobre revisión de traducciones realizadas por terceros.-Los capítulos que se pueden utilizar en este tipo de seminario son: la introducción para usuarios y los capítulos 1, 7, 8, 9 a 12 y 14. En este caso propone que los capítulos 1 y el 9 se lean fuera del seminario.

Finalmente, indica la posibilidad de incorporar al seminario de revisión y/o autorrevisión los ejercicios de edición de textos, edición estilística, estructural o de contenido (cap. 3-6), relacionándolos con la revisión unilingüe y siempre y cuando la traducción se revise sin hacer referencia al texto de origen, como describe en el cap. 11.

BIBLIOGRAFÍA

En cuanto a la bibliografía, sorprende la parquedad de la misma (treinta y siete referencias, sin incluir la relación de manuales de estilo y obras de referencia que aparece al final del capítulo 3) en comparación con la de obras de corte similar, pero que se justifica teniendo en cuenta la finalidad práctica y el carácter elemental que el autor ha deseado imprimir a su obra.

Por otra parte, todas las referencias indicadas son publicaciones escritas en lengua inglesa lo cual podría explicar, aunque tan sólo en cierta medida, ausencias notables y, en mi opinión, prácticamente injustificables en una obra monográfica de estas características. Baste con indicar que no se hace referencia alguna a la primera obra de carácter didáctico sobre la revisión Pratique de la révision, de Paul Horguelin, que data de 1978 y que ha sido publicada por el autor en sucesivas reediciones en colaboración con otros especialistas en la materia3.

De ser plausible la anterior justificación, resulta inexcusable que no figure en la bibliografía la correspondiente versión inglesa de Pratique de la révision, A practical guide to bilingual revision, fruto de la colaboración entre P. Horguelin y Brenda M. Hosington (Thaon), así mismo prestigiosa experta en revisión y profesora en la École de Traduction de la Universidad de Montreal4.

A pesar de que la bibliografía no contemple algunas de las más valiosas aportaciones al ámbito de la revisión aplicada a la traductología, se agradece por partida doble el que Mossop proponga una serie de lecturas al final de cada capítulo para profundizar sobre el tema en cuestión: por su pertinencia e interés y por su actualidad, ya que más del setenta por ciento de las mismas datan de la última década.

CONCLUSIÓN

A modo de conclusión cabe decir que Revising and Editing for Translators:

- en términos generales, viene a llenar el vacío existente en la literatura en lengua inglesa sobre revisión bilingüe desde 1980 (fecha en la que se publicó la anteriormente referida obra de Hosington en colaboración con Horguelin).

- en particular, cubre una laguna importante en el ámbito de la aplicación práctica de la edición a la revisión y autorrevisión de traducciones, al incorporar a los parámetros tradicionales en revisión una nueva categoría, la de los parámetros de presentación, en consonancia con las actuales exigencias del mercado de trabajo

-es una obra sumamente práctica y muy recomendable para tres tipos de usuarios: estudiantes de traducción de segundo ciclo, profesionales en activo que pretendan adquirir conocimientos sobre cómo revisar las traducciones realizadas por terceros y/o mejorar su técnica de autorrevisión, y para formadores, como herramienta didáctica

- presenta una terminología en inglés escueta pero clara y concisa sobre la revisión y la edición aplicadas a la traducción.

En resumen, una obra que cumple sobradamente con las pretensiones de su autor puesto que responde con creces a muchas de las dudas que afloran a la hora de enfrentarse al espinoso tema de la revisión de traducciones.

1 En Gouadec, Daniel. Formation des traducteurs. Actes du colloque internationa Rennes 2 (24-25 Septembre 1999). Paris: La Mruson du Dictionnaire (173-179)

2 «things they need to know about and things they should actually be able to do upon graduation» (Mossop 2001: XII)

3 Cf. Horguelin, P. (1985) Pratique de la révision, 2ª ed., Montreal: Linguatech.; Horguelin, Paul A. et Louise Brunette (1998). Pratique de la révision, 3ème édition revue et augmentée. Brossard (Québec): Linguatech éditeur

4 Cf. Hosington, Brenda M.(aut.) / Horguelin, Paul A.(coaut.) (1980). A Practical Guide to Bilingual Revision. Montréal : Linguatech