Revisión de investigaciones empíricas en traducción escrita

Mariana Ürozco Jutorán

Universidad Autónoma de Barcelona

Desde 1980 se han llevado a cabo numerosos estudios empíricos en Traductología. En el presente artículo clasifica mas más de 50 investigaciones en traducción escrita según los objetivos perseguidos, las muestras y los instrumentos de medida utilizados, analizamos las críticas que han recibido y proponemos algunos pasos que pueden ayudar a superar esas deficiencias en el futuro.

Empirical research studies in Translation Studies have increased remarkably since the 1980s. In this article more than 50 studies on written translation are classified according to their objectives, the samples and the measuring instruments used. The major problems shown by these studies are analysed and, finally, some steps that could help researchers in this sense are proposed.

INTRODUCCIÓN: BREVE HISTORIA DE LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA EN TRADUCTOLOGÍA

Hasta la década de 1980, la investigación realizada en traducción escrita es básicamente filosófica, abstracta e inductiva, es decir que se realizan comentarios filosóficos o filológicos y se elaboran teorías basadas sobre todo en la experiencia. Todos los enfoques o «escuelas» existentes dan lugar a una serie de teorías basadas en la inducción y la observación, a las que Neunzig denomina «traductología interpretativa» o «aproximación hermenéutica» y cuya metodología es principalmente el análisis de un corpus textual o la auto-observación (Neunzig, 1999:4). Gile también se refiere a este tipo de investigación cuando habla de «theoretical research which focuses on the intellectual processing of ideas» (Gile 1998:70).

Los pocos ejemplos de investigaciones empíricas que nos constan hasta 1980 son individuales y aislados, poco sistemáticos. Es a partir de esta fecha cuando emerge el interés por la investigación empírica en el campo de la traducción, con un enfoque cercano al de las ciencias cognitivas (psicología experimental, psicología cognitiva, psicolingüística, neurofisiología, etc.), en busca de métodos y conceptos para estudiar el proceso de traducción, que cobra un gran protagonismo (cf. Danks et al.,1997).

En 1982 (Sandrock, 1982) y 1986 (Krings, 1986), se aplica por primera vez en un estudio sobre traducción escrita el método introspectivo conocido como Thinking-Aloud Protocol, o TAP, que consiste en pedir al sujeto o sujetos del estudio que verbalicen sus pensamientos mientras traducen, es decir que deben hablar en voz alta expresando las ideas que les pasan por la cabeza. Las verbalizaciones de los sujetos se graban y después se transcriben en protocolos, que se analizan a posteriori. Desde estos primeros estudios, los TAPs no dejan de utilizarse como técnica para recoger datos en estudios empíricos sobre traducción, a pesar de las críticas que reciben, a las que haremos referencia más adelante.

1 LA PROLIFERACIÓN DE ESTUDIOS EMPÍRICOS EN TRADUCTOLOGÍA

Desde 1982, fecha en que apareció la primera tesis doctoral sobre traducción que hablaba de la técnica de recogida de datos introspectiva conocida como Thinking-Aloud Protocol (Sandrock, 1982)1, y desde el primer estudio en que se utilizó esta técnica para analizar el proceso de traducción (Krings, 1986), no han dejado de realizarse investigaciones empíricas utilizando este método, tal como prueban las más de cincuenta investigaciones que revisamos en el presente artículo.

Si bien este artículo se refiere a la traducción escrita y no oral, no nos gustaría dejar de mencionar el hecho de que la gran proliferación de estudios empíricos también se ha dado en el terreno de la interpretación, como muestran los trabajos de Gran 1990; Lambert, 1992; Moser -Mercer 1994; Darò, 1994, 1997; Fabbro, 1994; Kurtz, 1994; Padilla et al., 1994; Padilla, 1995; Padilla et al., 1995; Pöchhacker 1995a, 1995b; Schlessinger, 1995; Tommola, 1995; Braun y Clarici 1996; Gambier et al., 1997; Jiménez, 1999. A estos estudios habría que añadir las obras de Gile (1990a, 1990b, 1991, 1995a, 1995b, 1995c, 1998) que a pesar de no versar sobre estudios del propio autor, analizan multitud de estudios realizados por otros autores y reflexionan sobre el método de investigación.

Volviendo a la traducción escrita, también se han dado estudios empíricos para analizar el proceso de traducción utilizando técnicas diferentes de los TAPs para recoger datos, como el ordenador (Ensinger 1997a, 19976; Ensinger y Neunzig, 1998, Neunzig 1997a, 19976, 1998, Jakobsen 1998 y 1999) o los diarios de traducción (Fox, 2000). Además, también encontramos experimentos cuyo propósito no era analizar el proceso de traducción sino otras variables como, por ejemplo, el uso de diccionarios en las traducciones (Atkins y Varantola, 1997).

Del mismo modo, casi a la vez que surgen estos estudios lo hacen las críticas a dichas investigaciones, y existe en la actualidad un gran número de publicaciones, entre artículos de investigación y tesis doctorales, dedicadas a reflexionar sobre la metodología de la investigación en Traductología: Gile 1990a, 1990b, 1991, 1995b, 1998; Dancette, 1994; Lambert y Moser-Mercer, 1994; Dancette y Ménard, 1996; Jääskeläinen, 1998; Kreutzer y Neunzig 1998; Neunzig, 1999, PACTE 2000; Padilla et al., 1999; etcétera.

2 REVISIÓN DE LAS INVESTIGACIONES

La gran cantidad de investigaciones empíricas sobre el proceso de la traducción escrita llevadas a cabo hasta el día. de hoy, junto con su disparidad en lo que se refiere a objetivos, métodos de investigación y técnicas de recopilación de datos utilizados, hacen necesaria una acotación del tema para poder abordarlas.

El tipo de estudios en que nos centraremos son los que se han llevado a cabo siguiendo métodos empíricos y/o experimentales a partir de 1980, que en su mayoría tratan de analizar el proceso de traducción. Quedan excluidas, evidentemente, las publicaciones que tratan de la metodología de la investigación en general pero no se refieren a ningún estudio en concreto, y quedan excluidos asimismo los estudios que abordan la investigación desde el punto de vista de la gramática contrastiva entre lenguas y culturas.

Existen tres casos especiales (Demers, 1992; Bélanger, 1992; Schäeffner, 1993), en que los autores se limitan a analizar ellos mismos traducciones y originales publicados, sin diseñar previamente una investigación. Si incluimos estos tres casos en nuestra revisión es únicamente porque constan en varias recopilaciones de investigaciones empíricas, lo cual nos ha hecho buscar las publicaciones originales y analizarlas, para advertir después que se trata de estudios sin sujetos experimentales.

A pesar de nuestro esfuerzo por recabar información sobre la máxima cantidad de investigaciones de este tipo, acudiendo a las publicaciones originales, debemos aceptar el hecho de que la enorme proliferación bibliográfica en este campo hace muy difícil poder ser exhaustivos. En la siguiente clasificación se recogen más de 50 investigaciones, ordenadas cronológicamente. En la primera columna citamos al investigador/a y la referencia bibliográfica; en la segunda columna recogemos el objetivo de la investigación; en la tercera columna consta la muestra, es decir, el número de sujetos que tomaron parte en las pruebas, y en la cuarta columna se especifica la tarea realizada por los sujetos así como la técnica o técnicas utilizadas para recoger datos. Se utilizan varias abreviaturas: «N. C.» significa «no consta», e indica, en la columna de las muestras, que los autores no especifican en sus publicaciones cuántos sujetos tomaron parte en el estudio en cuestión; al hablar de las tareas, en los casos en que los autores lo especifican, hemos añadido si las traducciones eran inversas (inv.) o directas (dir.), y en ocasiones también abreviamos traducción (trad.) para ganar espacio.

Respecto a los TAPs, se distingue entre simultáneos (sim.) y retrospectivos (solamente señalamos los estudios que realizan TAPs simultáneos además de retrospectivos, dado que los que realizan solamente TAPs simultáneos son mucho más frecuentes) y añadimos, en aquellos casos en que los autores ofrecen esta información, si los protocolos se han grabado en cinta magnetofónica (audio) o en cinta magnetoscópica (audio y vídeo).

Como se puede observar en la clasificación realizada, existe una gran diversidad en las investigaciones, aunque se podría decir que existe un denominador común: en lo que respecta a las técnicas de recopilación de datos, los TAPs son las más utilizadas (75 %). Sin embargo, en lo referente a las muestras y a los objetivos, existen bastantes diferencias, como veremos en seguida.

2.1 Objetivos

A pesar de la diversidad de objetivos, se pueden observar varias tendencias, mediante las que se pueden agrupar las investigaciones. Si bien algunas se podrían clasificar en varios apartados, hemos elegido el rasgo más prominente de cada estudio:

a) La importancia de diversos elementos durante el proceso de traducción (12 investigaciones):

Dechert y Sandrock, 1986 (la unidad de traducción); Séguinot, 1989 (el encargo de traducción y la edición); Jääskeläinen, 1990 (la atención consciente); Englund, 1993 (el proceso de comprensión del TO); Shreve, Schäeffner et al., 1993 (el papel de la lectura en la comprensión del TO); Tirkkonen-Condit, 1993 (las estructuras de cohesión de la LO); Dancette y Ménard, 1996 (el proceso de comprensión del TO); Königs y Kauffmann, 1996; Halskov, 1998 (el proceso de comprensión del TO); Halskov, 1999 (el proceso de comprensión del TO); Jensen, 1999 (el límite de tiempo); Lorenzo, 1999a (el proceso de comprensión).

b) Los problemas de traducción y las estrategias de traducción como método de resolución de esos problemas (12 investigaciones):

Dollerup, 1982; Krings, 1986 y 1987; Königs,

1987; Tirkkonen-Condit, 1989; Lörscher, 1991, 1992 y 1996; Mondhal y Jensen, 1996; Kussmaul, 1997 (resolución de problemas de creatividad); González, Rodríguez y Scott-Tennent, 2000 (el efecto de la enseñanza de estrategias); Hansen, 1999.

c) La importancia de diversos componentes de la competencia traductora en la traducción (15 investigaciones):

Kussmaul, 1991 (creatividad); Mondhal y Jensen, 1992 (los conocimientos lingüísticos); Tirkkonen-Condit, 1992 (los conocimientos lingüísticos y enciclopédicos); Fraser, 1993 (la transferencia cultural); Laukkanen, r993 (la rutina); Schäeffner, 1993 (los conocimientos del traductor); Dancette, 1994 y 1997 (los conocimientos extralingüísticos y temáticos); Dancette, 1995 (la competencia lingüística y extralingüística); Kussmaul, 1995 (la creatividad); Alves, 1996 (la competencia lingüística y cultural); Tirkkonen-Condit y Laukkanen, 1996 (la afectividad); Atkins y Varantola, 1997 (la documentación); Livbjerg y Mees, 1998 (la documentación); Livbjerg y Mees, 1999 (la documentación).

d) La competencia traductora del traductor profesional, comparada, en ocasiones, con estudiantes y bilingües, (9 investigaciones):

Jääskeläinen, 1987; Krings, 1988; Gerloff, 1988; Jääskeläinen, r989; Tirkkonen-Condit, 1990; Jääskeläinen y Tirkkonen-Condit, 1991; Fraser, 1994; Lorenzo, 1998 (traducción inversa); Lorenzo, 1999b (traducción inversa).

e) La didáctica de la traducción (9 investigaciones):

Séguinot, 1991 (las estrategias de aprendizaje); Kiraly, 1995; Hansen, 1997; Kiraly, 1997 (la evaluación); Neunzig, 19976 (el ordenador como profesor de traducción); Neunzig, 1998; Roiss, 1998; Waddington, 1999 (la evaluación); Fox, 2000 (los diarios de traducción).

f) Los TAPs como técnica de recopilación de datos (2 investigaciones): Gerloff, 1987; Jääskeläinen, 1993.

Esta clasificación por objetivos pone en evidencia que muchas de las investigaciones se centran en subcompetencias de la competencia traductora, más incluso que las que tienen por objetivo el proceso de traducción, de las que lamitad están dedicadas al proceso de comprensión del TO. Otro dato curioso es que sola- mente dos estudios intentan conocer la utilidad de los TAPs como técnica de recopilación de datos, mientras que la inmensa mayoría de los estudios los utilizan. Respecto al objetivo de las investigaciones, debemos hacer constar que muchos de los estudios presentan diseños experimentales inadecuados en el sentido de que se adapta el objetivo a los datos recogidos, en vez de diseñar primero la investigación y decidir qué datos se quieren recoger y con qué finalidad antes de realizar la investigación propiamente dicha.

2.2. Instrumentos de medida

Una de las mayores dificultades que supone realizar estudios empíricos en nuestra disciplina es precisamente la falta de instrumentos de medida propios, ya que la mayoría de instrumentos que se han utilizado en nuestro campo se han tomado prestados de otras disciplinas, como señala Neunzig:

«Dada la falta de tradición en el planteamiento experimental en el campo de la traductología nos vemos ante la dificultad adicional de no disponer, como veremos más adelante, de un amplio fondo de instrumentos de investigación, por lo que tendremos que diseñar instrumentos a medida del experimento que queramos realizar y nos veremos ante la necesidad de realizar, previamente al (o dentro del) experimento concreto, unos estudios dirigidos a valorar la validez del instrumento de medición que, en el mejor de los casos, podrían ser estudios normativos, es decir, que los instrumentos podrían ser utilizados en posteriores experimentos y por otros investigadores para sus propios fines» (Neunzig, 1999:25-26).

Los instrumentos de medida que se han utilizado hasta la fecha en nuestra disciplina se pueden dividir en dos apartados, los instrumentos propios y los instrumentos foráneos, es decir, que proceden de otros campos:

a) Instrumentos diseñados específicamente para la investigación en Traductología: las traducciones y el ordenador (en concreto, dos programas, Trasnlog y Proxy)

b) Instrumentos foráneos: técnicas introspectivas (TAPs simultáneos o retrospectivos, dialogados o individuales, diarios, entrevistas), cuestionarios y medidas psicofisiológicas.

En lo que respecta al ordenador como instrumento, podemos decir que en los últimos años se han desarrollado programas de ordenador que funcionan como instrumentos de recopilación de datos en los estudios de la traducción escrita, como el Translog (creado por Jakobsen, cf. Jakobsen 1998 y 1999) o el Proxy2, y cada vez son más las investigaciones que utilizan estos programas3.

Con la salvedad de los programas de ordenador y las traducciones, existe en nuestro campo una tendencia general a utilizar instrumentos de medida procedentes de otros campos, como la Psicología o las Ciencias de la Educación. No nos extenderemos respecto a las técnicas introspectivas, cuya forma más extendida en las investigaciones de nuestra disciplina son sin duda los Think-Aloud Protocols, o TAPs, ya sean simultáneos a la tarea que realiza el sujeto del estudio o retrospectivos, dado que realizaremos un análisis de las críticas que han recibido. Sin embargo, existen otras técnicas introspectivas que se han utilizado en investigaciones empíricas en nuestro campo, como los diarios de traducción (cf. Fox, 2000) o las entrevistas realizadas a posteriori, en las que se intenta obtener datos sobre el proceso con «ayuda» del investigador, que hace preguntas al sujeto mientras mira su traducción, o mientras observan juntos el proceso de traducción mediante un programa de ordenador que reproduce exactamente el modo en que el sujeto ha ido pulsando cada tecla para crear el texto meta (cf. Hansen, 1998 y 1999).

Los cuestionarios o tests, modalidad en la que algunos autores incluyen el análisis de las traducciones o de las habilidades del traductor, son sin duda el instrumento más antiguo y «tradicional» de las investigaciones en traducción escrita, ya que por un lado el producto, es decir, el texto traducido, es de fácil acceso y además ofrece la posibilidad de acumular una gran cantidad de datos con relativa facilidad, como observa Neunzig (2000). Anuestro entender, la traducción (el acto) es una tarea que se encarga a los sujetos de estudio, y en todo caso el instrumento puede ser la corrección o el análisis del producto mediante un método determinado, pero no creemos que deba llamársele cuestionario ni test, ya que la Psicometría define claramente estos dos conceptos y la acepción de «análisis» o «corrección» no se encuentra en las definiciones.

Respecto a los cuestionarios, tal como los entiende la Psicometría, también se vienen utilizando desde hace cierto tiempo (Nida, 1964; Nida y Taber 1969, Snell-Hornby 1983, etc.), especialmente para analizar la comprensión del sujeto. Si bien se puede suponer que los cuestionarios empleados han evolucionado notablemente, es difícil poder realizar un análisis de éstos, ya que en la gran mayoría de estudios en que se han utilizado cuestionarios, las publicaciones de los autores al respecto no incluyen dichos cuestionarios, lo cual dificulta enormemente la comprensión del estudio llevado a cabo y además impide la replicabilidad. Una excepción a esta afirmación serían los trabajos de Halskov (1999) y Neunzig (1997b y 1998).

También se han realizado estudios que utilizan como indicadores diversos aspectos psicológicos y fisiológicos, si bien se trata en su mayoría de investigaciones sobre la traducción oral. Procedentes del campo de la psicología cognitiva, se han utilizado medidas como los movimientos oculares, la Tomografía por Emisión de Positrones (PET) y el registro de Potenciales Evocados (PE), además de indicadores de procesos como los tiempos de lectura, los tiempos de reacción y de producción y las medidas de precisión (por ejemplo, el tanto por ciento de recuerdo)4.

Por último, nos gustaría dejar constancia de que se han llevado a cabo investigaciones que utilizan múltiples técnicas de recopilación de datos, es decir, que utilizan varios instrumentos a la vez, en los que se interpreta de manera conjunta los datos obtenidos por los diferentes medios, que pueden ser, por ejemplo, TAPs grabados en vídeo y que por lo tanto aportan información visual y auditiva, entrevistas posteriores y un programa de ordenador que graba todo lo que hace el sujeto. Para ver ejemplos concretos de este tipo de investigaciones, cf. Hansen, 1998 y 1999, donde se incluyen trabajos de varios autores del grupo de investigación TRAP, de la Universidad de Copenhague.

2.3. Muestras

Nos gustaría incidir en un punto que no se trata generalmente en la bibliografía sobre las investigaciones empíricas, y es la diferenciación entre investigaciones con sujetos que saben que están tomando parte en un estudio, es decir, aquellos en que se forma una muestra específica para llevar a cabo la investigación, aunque se trate de un estudio de caso con un solo sujeto (cf., p. e., Krings, 1987; Laukkanen, 1993; Kussmaul, 1997) e investigaciones en las que se analizan traducciones, habitualmente publicadas, y se comparan con el TO, también publicado, pero en que el «sujeto», es decir, el traductor, no es consciente de que toma parte en un estudio (cf. Bélanger, 1992; Démers, 1992; Schäeffner, 1993). Ambos tipos de investigaciones son perfectamente válidas, pero consideramos conveniente indicar este particular, que en ocasiones no se cita en las revisiones (cf., p. e., Dancette y Ménard 1996) ya que el tipo de diseño es completamente diferente si el investigador interviene en el proceso o si no lo hace y si el sujeto participa en un experimento previamente diseñado o no.

Como se puede observar en la clasificación de las investigaciones, existe una gran variedad respecto a la cantidad de sujetos que toman parte en las pruebas, ya que existen desde estudios de casos, con uno o dos sujetos, hasta investigaciones con muestras de 54, 64 e incluso 195 sujetos (cf. Halskov, 1998; Waddington, 1999 y Séguinot, 1991, respectivamente), así como un solo estudio que contempla un grupo experimental y otro de control con una muestra total de 24 sujetos (cf. González, Rodríguez y Scott-Tennent, 2000), es decir que la crítica generalizada al tamaño de las muestras en las publicaciones especializadas puede dejar de tener vigencia muy pronto.

Sin embargo, existe un aspecto interesante respecto a las muestras que no queda reflejado en la clasificación realizado, y es su formación, es decir, la procedencia y características de los sujetos de los estudios; para indicar a qué nos referimos citaremos tres ejemplos de muestras de supuestos traductores profesionales.

Tirkkonen-Condit (1990) y Jääskeläinen (1989) comparan la traducción profesional o de expertos con la traducción de novatos, pero los sujetos que utilizan como representantes de los traductores profesionales son en realidad estudiantes de quinto curso de la carrera, que si bien deben de tener una competencia traductora más desarrollada que sus compañeros de primer curso, no pensamos que reúnan las características propias de un traductor profesional; por otra parte, la cantidad de sujetos es muy reducida: solamente uno en el estudio de Tirkkonen-Condit y dos en el de Jääskeläinen. Por consiguiente, se trata de una muestra poco representativa y poco numerosa.

Un segundo caso sería Gerloff (1988), que elige cuatro sujetos que sí son representativos de los traductores profesionales ya que cuentan, al menos, con 1o años de experiencia laboral en este campo; sin embargo, su muestra total, que puede parecer adecuada respecto al número de sujetos (12) está realmente dividida en tres grupos, que representan a traductores novatos, bilingües y profesionales o expertos, respectivamente, lo cual hace que la muestra real de cada grupo sea de 4 sujetos; por lo tanto, se trata de una muestra representativa pero reducida.

El tercer ejemplo sería el estudio de Fraser (1994), que cuenta con una muestra que, además de ser representativa de los traductores profesionales, es adecuada respecto a la cantidad: 21 sujetos, todos ellos traductores con experiencia laboral probada.

Estos tres casos ejemplifican la gran diversidad de las muestras en las investigaciones empíricas en nuestra disciplina, que van desde muestras heterogéneas y poco representativas hasta estudios con muestras adecuadas. A pesar de que estas características son básicas para poder analizar los resultados de las investigaciones, en muchos casos, al analizar los datos obtenidos en las investigaciones, no se tiene en cuenta la formación de la muestra, lo cual es alarmante, especialmente porque los resultados se consideran en muchos casos «tendencias generales» observadas.

Este hecho puede tener consecuencias negativas en posteriores investigaciones. Pensemos en un caso hipotético, en que un investigador «a» decide llevar a cabo un estudio y, al analizar la bibliografía existente acerca del tema que desea investigar, descubre que existe un estudio anterior, llevado a cabo por el investigador «b», que concluye que los sujetos, traductores profesionales, muestran una tendencia a un comportamiento concreto: solamente consultan el diccionario bilingüe. Cuando el investigador «a» realiza su estudio, se basa en esos resultados, dando por sentado que son ciertos y generales para toda la población representada por la muestra, es decir, los traductores profesionales. Partiendo de esa premisa, el investigador «a» diseña un experimento en el que pretende crear un entorno lo más natural posible, y, dado que los traductores profesionales tienden a utilizar el diccionario bilingüe, solamente deja sobre la mesa, junto al ordenador, un diccionario bilingüe. Al comenzar el experimento, cinco de los seis sujetos se levantan y le piden enciclopedias, diccionarios de sinónimos y otras obras de consulta que necesitan para documentarse.

Es evidente que, en nuestro caso hipotético, el experimento habría fracasado porque el investigador debería interrumpirlo e ir a buscar las obras que piden los sujetos. Si el investigador «a» analizara detalladamente el estudio de «b», probablemente descubriría que los sujetos de la muestra no son lo que él consideraría traductores profesionales (sino estudiantes recién licenciados, pero sin experiencia profesional), y que la muestra es muy reducida, por lo que las tendencias observadas, que son ciertas para esos sujetos, no tienen por qué serlo para otros traductores profesionales.

Este es un ejemplo burdo y exagerado, pero muestra la necesidad de basar los resultados en los datos de forma objetiva, sin generalizar resultados imprudentemente, así como adecuar las muestras a los objetivos de las investigaciones, ya que en muchas ocasiones se elige a los sujetos que se pueden «conseguir» con más facilidad, sin tener en cuenta si son los más adecuados para el diseño de la investigación.

3. CRÍTICAS A LAS INVESTIGACIONES EMPÍRICAS EFECTUADAS

Las investigaciones empíricas en traducción escrita han recibido críticas desde varios puntos de vista en el ámbito de la Traductología, a causa del procedimiento de aplicación de la técnica introspectiva, de la técnica introspectiva en sí, de la falta de objetivos de las investigaciones, de la deficiencia de los métodos de análisis de datos, de las características y el reducido tamaño de las muestras y de las generalizaciones indebidas. Sin embargo, antes de repasar todas estas críticas, nos gustaría destacar que los estudios realizados sirviéndose de los TAPs, por ser casi la única vía de investigación sobre el proceso de traducción utilizada en nuestro campo en los últimos tiempos, tienen un gran valor, ya que han abierto todo un nuevo campo de investigación que de otro modo hubiera sido impensable.

3.1. Los TAPs como técnica de recopilación de datos

La aplicación concreta, dentro del método introspectivo, de la técnica de los TAPs, que ya sufrió una amplia polémica respecto a su aplicación en el campo de la psicología (cf., p. e., Jääskeläinen 1998: 266-267), ha sido criticada por varios autores de nuestra disciplina con el argumento de que la verbalización de procesos automatizados (en el caso de traductores profesionales) y de procesos desconocidos para el sujeto (en el caso de los traductores en formación) es muy difícil. En este sentido, podemos citar a Presas: «Un altre aspecte digne de ser tingut en compte és el fet que en el cas de traductors professionals, el procés pot ser altament automatitzat, per la qual cosa no serà accesible via protocols de verbalització.»(Presas, 1996: 24). Hurtado opina del mismo modo:

«A pesar de que estos estudios suponen un acercamiento al análisis de las estrategias traductoras, pensamos que la cuestión no está resuelta por las confusiones que se han producido en los análisis efectuados utilizando los TAP: en primer lugar, la dificultad propia que encierra el método de análisis empleado: la dificultad de los traductores profesionales de verbalizar actividades muy automatizadas, así como la dificultad del aprendiz traductor ya que en él se mezclan estrategias de aprendizaje y estrategias de traducción, que conviene sepa- rar.» (Hurtado, 1996: 57)

Por su parte, Dancette y Ménard (1996: 142) también opinan que «Il y a des limites théoriques et méthodologiques à ces approches d’enregistrement du sujet sur le vif: nature très fragmentaire de la verbalisation et probabilité de grandes distorsions entre le processus réel (boîte noire) et la verbalisation.». En este sentido, también podemos citar las críticas al método introspectivo de los miembros del grupo de investigación TRAP (Hansen, 1998: 62-63), que dudan de que se puedan realizar dos tareas complejas simultáneamente (traducir y pensar en voz alta) sin que una influya a la otra, modificándola. Fraser (r996: 67), que a su vez se refiere a opiniones de Ericsson y Simon (1980: 218), Mann (1982: 95) y Zimmermann y Schneider (1987), ofrece asimismo razones para dudar de la eficacia tanto del método introspectivo como del retrospectivo, y lo mismo hace Jiménez (1999: 118-120). Por último, Bell (1998:189) también habla de las dificultades que conlleva el intento de observar una actividad mental, y Dancette coincide con él:

«On a practical level, however, we must address the difficulties inherent in the methodology of ‘observation of processes.’ Processes are not visible; only clues to such processes are visible. But these signs are not an exact reflection of what is going on in the translator’s mind because it is likely that many, if not most, processes remain unconscious.» (Dancette, 1997: 85)

Algunos autores que utilizan los TAPs han intentado solucionar estos problemas. Por ejemplo, Tirkkonen-Condit y Laukkanen intentar superar la dificultad de verbalizar llevando a cabo estudios con sujetos profesionales (tres traductores .freelanee y un profesor de traducción), que no tienen, según afirman las investigadoras, el problema de verse afectados por lo que el investigador quiera o no quiera oír, ya que tres de los cuatro sujetos de estudio están habituados a pensar en voz alta cuando traducen profesionalmente (1996: 47). Sin embargo, tampoco así se soluciona la no verbalización de los procesos automatizados, ya que aquello que no pasa por su mente «consciente», por ser un proceso automatizado, no puede verbalizarse.

Toury plantea otros problemas relacionados con los TAPs, como la relevancia de los resultados de los estudios llevados a cabo con esta técnica de obtención de datos para la Traductología:

«The validity of introspective data for the study of cognitive processes has often been questioned, but most of the objections seem to have been disproved in an admirable way. In fact, it has been so much as claimed that, of all mental processes, it is translating which is most suitable for verbal reporting. As Hans P. Krings (1987=166) put it, ‘thinking aloud while translating is an almost natural type of activity to which most of the criticism leveled at verbal report data does not apply’. Be that as it may, my own concern here is not with psycholinguistic validity at all, but with the relevancy of the technique from the point of view of translation studies.» (Toury, 1991:63)

Existen numerosas publicaciones donde se critica el uso de los TAPs, pero dado que los puntos que se censuran son los que ya hemos mencionado, nos limitaremos a citar otras obras de referencia en este sentido: cf. Shuttleworth & Cowie, 1997: 171-172; Jääskeläinen, 1998: 265-269; Bell, 1998: 189; Kiraly, 1995: 39-51.

Nuestra postura respecto a los TAPs es que éstos presentan serias limitaciones metodológicas y por lo tanto, en caso de utilizarse, se deberían combinar con otras técnicas de obtención de información y utilizarse con la cautela necesaria respecto a los datos obtenidos. Nos gustaría terminar este apartado con una cita de Neunzig (2000) que resume tanto las críticas como las ventajas de los métodos introspectivos:

«The Think-aloud method, which has become so fashionable (...) is appropriate to inductive research in clarifying matters relating to the translation process: large quantities of data are obtained concerning influence factors, underlying translation strategies, decisiontaking, possible regularities in tackling a problem, etc. which help us to formulate or refine hypotheses (...). However, as a method for validating hypotheses they pose serious problems of environmental validity and extrapolability.

(...) In our opinion, another instrument is needed in order to ensure, at least from a theoretical point of view, the objectivity and environmental validity of the experiment, since these criteria are central to empirical research in the field of translation studies in general and the didactics of translation in particular.»

3.2 Las muestras de los estudios

Otro de los problemas atribuibles a la gran mayoría de investigaciones llevadas a cabo hasta el día de hoy en el campo de la traducción se refiere a las muestras utilizadas para realizar los estudios. En primer lugar, se critica que las muestras no son adecuadas en tanto no son representativas de la población que pretenden estudiar. En este sentido, Hurtado (1996) opina lo siguiente: «Otro problema se encuentra en los sujetos analizados, ya que en algunos casos (Lörscher, Krings) no son estudiantes de traducción sino de lenguas extranjeras.(...)» (Hurtado, 1996:12). En realidad, los mismos autores de los estudios son a menudo conscientes de este problema, y lo reconocen, como ocurre con Jääskeläinen:

«The pronounced differences observed in the professional translator›s behaviour could have been explained by the ‹occupational hazards’ involved in experimentation: in such a small sample of subjects, individual, even idiosyncratic, behaviour, may assume a more dominant role than in larger samples; it could thus be possible that in choosing the subjects we simply came across a group of exceptional personalities. Consequently, differences in personality or different cognitive styles, for instance, could have explained the lack of shared features in the professional processes» (Jääskeläinen, 1993:100).

La autora, refiriéndose a una muestra de 4 traductores profesionales, toca también otro punto débil de las muestras, que de hecho está relacionado con la representatividad: la reducida cantidad de sujetos de las muestras, que no es suficiente para que los resultados de la investigación se puedan generalizar. Toury (1991) se expresa del siguiente modo: «To be sure, samples of insufficient size seem to be a common weakness of all experiments carried out so far. Nor has this fact gone unnoticed by the researchers themselves»( Toury, 1991: 52)

Esta opinión está bastante generalizada, y tiene una base sólida, como muestran los siguientes ejemplos de investigaciones que utilizan muestras que no son adecuadas para su objetivo o que son poco numerosas:

a) Krings, 1986: los sujetos son estudiantes de lengua extranjera que realizan traducciones inversas;

b) Königs, 1987: los sujetos son un traductor profesional y cuatro estudiantes de lengua extranjera;

c) Krings, 1981: solamente hay un sujeto;

d) Tirkkonen-Condit, 1992 y 1993: los sujetos son 3 profesores de traducción, de los que dos hacen traducción inversa y uno directa;

e) Laukkanen, 1993: solamente hay un sujeto;

f) Tikkonen-Condit y Laukkanen, 1996: realizan un nuevo análisis de los datos ya obtenidos con los sujetos de Tirkkonen-Condit 1992 y Laukkanen 1993, es decir, 4 en total, de los cuales uno es traductor profesional, dos son profesores de traducción además de traductores freelanee y uno es solamente profesor de traducción;

g) Jääskeläinen y Tirkkonen-Condit, 1991: el estudio se basa en las pruebas realizadas en 1989 por ambas autoras, con tres sujetos (cf. Tirkkonen-Condit, 1989) y con cuatro sujetos (cf. Jääskeläinen, 1989) es decir, con dos grupos diferentes de estudiantes, que además traduje- ron dos textos distintos y cuyas traducciones se comparan directamente;

h) Dancette y Ménard, 1996: se basan en los TAPs producidos por cinco estudiantes, de los cuales dos son además traductores profesionales, que son los mismos sujetos cuyos protocolos analiza Dancette en sus estudios de 1994 y 1997;

i) Königs y Kauffmann, 1996: utilizan 3 estudiantes de francés que realizan una traducción literaria inversa.

3.3 El diseño experimental

Otra de las críticas generalizadas es la falta de un diseño experimental, que resulta imprescindible para poder llegar a conclusiones con una base sólida. Fraser, por ejemplo, opina que ésta es la clave del futuro de la investigación que utiliza los métodos introspectivos:

«To conclude, it seems clear that, if properly designed and differentiated, the introspective method can deliver valuable and interesting insights into a variety of linguistic activities at a number of levels. Design and differentiation do, however, seem to be the keys to making the findings capable of real/y relevant exploitation.» (Fraser, 1996:77, nuestro subrayado)

En este sentido, existen algunos autores que utilizan los datos recogidos en una ocasión para realizar análisis una y otra vez con objetivos diferentes, y esto demuestra que no existe un diseño experimental previo, ya que en primer lugar se buscan datos a través de una traducción de un texto y a medida que surgen nuevas hipótesis se van añadiendo más datos mediante nuevos análisis de los mismos estudios ya realizados. Podríamos referirnos a autores como Lörscher, Krings, Tirkkonen-Condit, Dancette, etc., pero nos limitaremos a citar el ejemplo de Jääskeläinen, que realiza en 1987 un estudio, utilizando como técnica de recopilación de datos los TAPs, en el que cuatro estudiantes, de primer y quinto curso de la carrera de traducción, traducen un texto del inglés. En un primer momento se analizan los protocolos, de modo cualitativo, para comparar la traducción profesional con la no profesional, dando por supuesto que los estudiantes de quinto curso son profesionales (Jääskeläinen, 1987). Dos años después se analizan los mismos protocolos centrándose, en esta ocasión, en las diferencias en el papel del encargo de traducción (Jääskeläinen, 1989); un año más tarde, se utilizan nuevamente los protocolos de los cuatro estudiantes, añadiendo los TAPs de ocho sujetos más, de los que cuatro son traductores profesionales con 10 ó 15 años de experiencia y 4 son personas con educación superior y buen conocimiento del inglés, y se analizan los 12 protocolos buscando datos respecto a la atención consciente de los sujetos (Jääskeläinen, 1990). En 1993, se vuelven a analizar los 12 protocolos ya mencionados fijándose especialmente en los datos que reflejan el uso de estrategias de traducción, para ver si se pueden analizar las estrategias a través de datos empíricos o si se trata de procesos demasiado automatizados para hacerlo (Jääskeläinen, 1993). El desarrollo de todas estas investigaciones demuestra que no existió un diseño previo, ya que se utilizaron distintos protocolos, obtenidos en momentos diferentes mediante la traducción de dos textos diferentes y se compararon según el interés posterior de los investigadores.

Presas se suma a la opinión de que, en general, no existen diseños experimentales adecuados, y tras un estudio de varias investigaciones empíricas sobre el proceso de traducción, concluye lo siguiente: «Del que hem dit fins aquí es desprèn que el problema a resoldre pels mètodes experimentals ens sembla que és encara l’adequació del mètode als resultats que es pretén d’obtenir o a les hipótesis que es pretén validar.» (Presas, 1996:29)

Dentro del problema de la falta de un diseño experimental adecuado, uno de los puntos débiles de los estudios empíricos realizados con técnicas introspectivas es el objeto de estudio. De un lado, hay una tendencia bastante general, por parte de los investigadores, a no definir con claridad su objeto ni qué hipótesis tratan de contrastar:

«For many of the experiments which were so far applied to translation are characterized precisely by a certain uncertainty as to what they had been designed to do. The questions underlying them were often very general, even vague, and the investigators were all too ready to settle far general ‘insights’ rather than insist on answers which would bear directly on either theory or ordered application.» (Toury, 1991:63)

Por otra parte, también se critica que los objetivos elegidos hasta la fecha para las investigaciones no son los más acuciantes, ya que los estudios se suelen centrar en recoger datos en momentos concretos dentro del proceso traductor de los traductores potenciales (incluso los estudiantes de lenguas) o en los traductores profesionales, pero no se muestra la progresión que tiene lugar entre una y otra condición, ni se estudian los pasos necesarios para que un traductor en formación se convierta en un traductor profesional:

«Thus, differences of performance on the ‹inexperienced-experienced› axis have now been substantiated on the basis of TAPs too (see, e.g. Krings, 1988; Tirkkonen-Condit, 1989; Jääskeläinen, 1989). However, it is not enough to simply take heed of those differences, not even by establishing distinct variants of the psycholinguistic model far inexperienced vs. experienced translators. It is also vital to give some thought to the process whereby one type of ‘translator competence’ evolves into, or maybe is replaced by, the other. What we need to know, in other words, is not only what it takes to perform translation, but also what it takes to become a translator.» (Toury, 1991: 62)

Lo mismo opina Fraser: «Yet the transition from one to the other [from translation students to professionals( is not tackled systematically in any of the studies, although it is a major area of interest in both Séguinot’s and Tirkkonen-Condit’s work.» (Fraser, 1996: 75)

Por último, también existen críticas acerca de la falta de objetividad en el análisis de los datos que se recogen en las investigaciones y en la posterior generalización de los resultados. Hurtado, por ejemplo, afirma lo siguiente:

«De todos modos, el problema fundamental radica en el análisis de los resultados a los que se llega. Así el análisis de Lörscher (...) queda distorsionado al concebir que los problemas de traducción (...) son únicamente léxicos, sintácticos y léxicosintácticos. Kiraly, por su parte (...) llega al paradójico resultado de que no existen diferencias entre los traductores profesionales y los traductores en formación.» (Hurtado, 1996: 12)

Gile apunta que los investigadores tienden a generalizar los resultados de sus estudios de manera imprudente, es decir, sin tener en cuenta el resto de elementos del diseño experimental y la validez interna:

«A second major weakness in Translation and interpretation research lies with extrapolation. The flaws referred to here are not the technical problems caused by ‘convenience sampling’ in statistical inference (...) nor are we referring to the cases in which non-professionals are selected for experiments on professional practice. The problem is that even when professionals are given tasks that can be considered valid as Translation or interpreting tasks, even in observational studies, which deal by definition with real I/T tasks, researchers tend to extrapolate somewhat imprudently.» (Gile, 1991: 165)

CONCLUSIONES

Basándonos en el estudio de las investigaciones que hemos clasificado, podemos concluir que las investigaciones empíricas llevadas a cabo hasta el presente muestran una serie de deficiencias, que resumimos a continuación en forma de cuadro.

Críticas efectuadas a las investigaciones empíricas.

Respecto a estas deficiencias, creemos que es importante tenerlas en cuenta para no repetirlas en el futuro y contribuir de este modo al avance de nuestro conocimiento del complejo fenómeno que es la traducción. En este sentido, pensamos que existen varios pasos que ayudarían a este propósito.

En primer lugar, la creación y validación de instrumentos de medida y de diseños experime tales adecuados5; en segundo lugar, la utilización de otros instrumentos de medida complementarios cuando se utilicen los TAPs como instrumento principal en un estudio; en tercer lugar, la formación de muestras representativas; por último, la rigurosidad en la administración de los instrumentos de medida y en la interpretación y el análisis de datos resultantes de los estudios efectuados.

RECIBIDO EN ENERO DE 2000

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1 A pesar de que 1982 es la fecha en que aparece la tesis doctoral de Sandrock, la publicación de los resultados no se produce hasta 1986, cf. Dechert y Sandrock, 1986.

2 Programa informático adaptado por el grupo de investigación PACTE para el estudio del proceso de traducción.

3 Para obtener más información respecto a las investigaciones traductológicas llevadas a cabo utilizando el ordenador como instrumento, cf. Hansen, 1998 y 1999, donde se exponen varios estudios diferentes que utilizan, entre otros instrumentos, el ordenador; Neunzig 1997a, 1997b, 1998, 1999 y 2000, que describe varios experimentos centrados en la didáctica de la traducción que utilizan el ordenador como instrumento.

4 Para profundizar en la utilización de este tipo de instrumento en investigaciones traductológicas, cf. Padilla, 1995; Padilla, Bajo, Cañas y Padilla 1994; Padilla, Bajo, Cañas y Padilla, 1995; Padilla, Bajo, y Padilla, 1999.

5 En este sentido, ver Orozco 1999, 2000a y 2000b, tesis doctoral en_ la que se construyen y validan tres instrumentos de medida de la adquisición de la competencia traductora. y se diseña un experimento para comparar el efecto de distintas metodologías en los estudiantes de primer curso de la carrera de Traducción e Interpretación.