Parámetros sociales y traducción

Roberto Mayoral Asensio

Universidad de Granada

Este trabajo se centra en la traducción de la variación lingüística como producto de la variación sociológica y situacional. Se analiza la variación lingüística desde los puntos de vista de la lingüística, la sociolingüística, la estilística y los estudios de traducción. Desde la perspectiva de la lingüística, la variación lingüística se observa principalmente en los valores connotativos del significado y el sistema de la lengua. Desde el punto de vista de la estilística, la variación tiene lugar en escalas estilísticas. Desde el punto de vista de la sociolingüistica, la variación se refleja en las categorías descritas por M.A.K. Halliday. Los estudios de traducción Han tendido a adoptar estas perspectivas y categorías de forma indiscriminada e incluso contradictoria. La variación lingüística se traduce identificando lossegmentos marcados en el texto original (pistas de contextualización, marcadores) que nos remiten a parámetros sociales y situacionales para después marcar el texto traducido con otras pistas de contextualización y marcadores. Los parámetros sociales se asocian con estereotipos (activados mediante frames) que no coinciden con la realidad sociolingüística. El proceso cognitivo real tras esta tarea no se conoce todavía, pero debe respetar tanto las exigencias del texto dado que se debe traducir como las normas generales de la eficacia en la comunicación. La relación entre el texto original y el texto traducido no es una relación de equivalencia.

This article focuseson the translation of linguistic variation of the product of sociological and situational variation. Linguistic variation is analyzed from the standpoints of linguistics, sociolinguistics, stylistics and translation studies. From the linguistic perspective, linguistic variation is observed mainly in the connotative values of meaning and in the language system. From the stylistic point of view, variation occurs on stylistic scales. From the sociolinguistic point of view, variation is refflected in the categories described by M.A.K. Hallliday. Translation studies have tended to adopt these perspectives and categories indiscriminately, even contradictorily. Linguistics variation is translated by identifying segments marked in the original text (con textual clues, markers) that refer us to social and situatianal parameters, then marking the translated text with other contextual clues and markers. The social parameters are associated with stereotypes (activated by frames) that do not coincide with the sociolinguistic reality The actual cognitive process behind this task is not yet understood, but it must take into account the demands of the specific text to be translated as well as the general rule: for effective communication. The relationship between the original text and the translated text is not one of equivalence.

Este trabajo resume una tesis doctoral leída por este autor en la Universidad de Granada (Mayoral, 1997), basándose en la cual se ha publicado un libro recientemente (Mayoral, 1999). Variación es un término que se puede entender con significados muy diferentes. En una formulación general es, en palabras de Muñoz (1997, comunicación personal), «la expresión potencial de significados similares mediante estrategias y segmentos textuales distintos», concepto que voy a limitar a lo que a mi entender resulta de más interés para los traductores y para los estudiosos de la traducción, a la variación entendida, en palabras de Halliday (1978, 2), como «expresión [lingüística] de atributos fundamentales del sistema social», Los condicionantes sociales son tanto las estructuras como los procesos sociales, es decir, la información transmitida por las variantes es sociológica en sentido estructural y también sociológica en cuanto refleja las relaciones y actitudes entre las personas. La variación a la que me refiero ha sido estudiada anteriormente como connotación, estilo, variedades de lengua, dialecto y registro (modo, campo y tenor), etc.

La traducción de la variación reviste un enorme interés tanto desde el punto de vista teórico, del aplicado (formación de traductores) o del práctico (el ejercicio de la traducción). Desde el punto de vista teórico, ha sido centro del interés de los grandes estudiosos de la traducción: de Nida (1996, 1975 [1972], 1947), Nida y Taber (1982) [1969] Y Catford (1965) a Hatim y Mason (1997, 1990), pasando por Newmark (1988b, 1988a [1981]), o Bell (1991). La didáctica de la traducción no se ha beneficiado en exceso del estudio de la variación, debido en gran parte a la bisoñez de esta disciplina, pero también a la escasez de reflexiones aplicables de forma directa a los propósitos de la formación. En estos momentos se ha dado un gran esfuerzo de desarrollo didáctico para la traducción encabezado por laprofesora Hurtado (1999) que adopta como soporte para la variación el esquema consagrado por Gregory (1967) y trasladado al campo de la traducción por Hatim y Mason en 1990 (variedades de uso y de usuario; dialecto y registro; campo, modo y tenor). En el terreno de la práctica, la experiencia tanto en la formación de traductores como en e1mismo ejercicio profesional de la traducción nos indica que la variación es una encrucijada en la que se dilucidan grandes cuestiones: la traducción de la variación parece encontrarse al alcance tan sólo de los que traducen hacia su lengua materna, la traducción de la variación parece encontrarse tan sólo al alcance de los que reúnen especiales cualidades innatas para ser traductores (formados en la universidad o autodidactas). La capacidad para resolver este problema establece por tanto de alguna manera una frontera entre una traducción plena (por eficaz) y otra traducción que, a pesar de tener su realidad en el mercado, siempre se nos va a presentar como una traducción mejorable que otro traductor, con determinadas cualidades, hubiera hecho mejor.

Los estudios de traducción han extraído normalmente sus modelos sobre la variación de lo establecido por otras disciplinas lingüísticas y esta operación la han realizado en muchos casos sin una revisión crítica, sin criterios de adecuación a sus fines propios. Los estudios de traducción se han visto en estos casos obstaculizados por todo un aparato descriptivo y clasificatorio, heredado de disciplinas que tienen como fin la descripción de una lengua, o la descripción de las diferencias entre lenguas, pero que no añaden a los parámetros de su trabajo el uso de la lengua como medio de comunicación bajo un encargo determinado. Para que las descripciones y categorizaciones resultaran provechosas al estudio de la traducción, tendrían que responder tanto a los parámetros de la observación de la lengua como a los parámetros de eficacia en la comunicación y sometimiento a las condiciones del encargo profesional.

De la lingüística y disciplinas afines, los estudios de traducción han heredado el concepto de equivalencia; concepto que, a pesar de las diferentes y sucesivas matizaciones que han intentado sortear la evidencia de su carácter ocasional y el concepto lingüístico de la intraducibilidad, sigue conteniendo la idea de que una unidad lingüística tiene un correlato en las otras lenguas. La aparición de cierto número, mayor o menor, de estos correlatos en todas las operaciones traductivas se ve contrarrestada tanto por la inexistencia de estas formas en otras muchas ocasiones como por el hecho de que las unidades que resultan en el acto de la traducción vienen determinadas en forma importante no por las formas presentes en el texto a traducir, no por las relaciones de equivalencia o falta de equivalencia que se dan en diferente grado entre diferentes lenguas sino por otros factores externos a los textos y a las lenguas como son las condiciones del encargo (el skopos), la eficacia de la comunicación y la personalidad y creatividad del traductor. La equivalencia en la traducción parece más un hecho fortuito fruto de la cercanía entre diferentes lenguas y la semejanza de los recursos expresivos de que disponen que la regla de oro que guía la operación de traducir.

Los modelos lingüísticos también pueden introducir distinciones que resultan extrañas al proceso general de la traducción.

Una de las grandes perspectivas que todavía hoy (Hatim y Mason, 1997) encuentran vigencia en el estudio de la variación en la traducción es la que atribuye la variación a la connotación, entendida ésta como los valores periféricos o añadidos al significado, real, inalterable, referencial de una forma lingüística. Esta distinción entre significado connotativo y significado denotativo no tiene carta de naturaleza en el proceso de la traducción pues la asignación de estas categorías al significado de una forma del texto a traducir no lleva a optar por formasdiferentes para el texto traducido. El significado de una unidad de traducción es percibido como un significado único e indivisible, afirmación que se ve ratificada por los análisis cognitivos del proceso de la traducción.

Una buena parte de los modelos que la sociolingüística ofrece para la variación se basan en una concepción especular de la relación entre los hechos no lingüísticos (sociales) y los hechos lingüísticos, por la cual un dato sociológico tiene su correlato en la lengua y viceversa. La separación entre datos lingüísticos y sociales está condenada al fracaso dada la imposibilidad de separar ambos tipos de datos tanto en el mundo real (en el que la lengua es un hecho sociológico también) como en nuestro mundo mental (donde los estudios cognitivos evidencian la existencia de un único conocimiento enciclopédico activado mediante framesen los que todo tipo de experiencias y datos se encuentran entremezclados). La distinción entre lingüístico y social lleva también en algunos casos a proponer alteraciones en la norma lingüística para alterar las relaciones sociales.

Por otro lado, los datos que ofrece la sociolingüística sobre las formas lingüísticas que se asocian con los parámetros sociales resultan de dudosa calidad debido a diferentes cuestiones metodológicas. Baste recordar la afirmación de Fasold (1990,223-5) en el sentido de que «es raro que dos sociolingüistas utilicen el mismo método». La existencia de diferentes concepciones sobre la organización social basadas en principios ideológicos diferentes no hace más que relativizar todavía más sus conclusiones.

La distinción entre lengua y habla (Saussure, 1916), entre el sistema lingüístico y la realidad de los enunciados llevó a localizar la variación lingüística no ya en el cambio histórico sino en la realidad sincrónica. Así, Coseriu (1981 [1973]) habla de diasistema (con variaciones diatópicas, difásicasy diastráticas] y de lectos. Los lectos son categorías dentro de la estructura, de la lengua; en este sentido son constructos mentales que pueden o no encontrar su constatación de los datos de la realidad. De aquí arranca una largas tradición que alcanza hasta nuestros días (Nida, Catford, Crystal y Davy (1969), el grupo de Halliday, Hatimy Mason) y que ha establecido, bajo unos nombres u otros, una categorización de la variación lingüística. Las categorizaciones establecidas son contradictorias entre sí y dentro de sí mismas; no establecen una separación clara entre el sistema y los enunciados o la realidad social; no establecen categorías claramente separadas y no son capaces de reflejar la realidad del habla. En algunos casos, se produce una reificación de estas categorías en un intento vano por ajustar la realidad a las categorías mentales. Este punto de partida se evidencia como poco provechoso en el estudio y la práctica de la traducción. Cuando intentamos encajar un enunciado en un sistema clasificatorio, esta acción difícilmente nos llevar a escoger estrategias y soluciones de traducción (repertorio de estrategias y soluciones que por otro lado nadie ha establecido todavía para el caso de la variación lingüística en base a las mencionadas clasificaciones) y más bien nos empujará a una discusión circular sobre la validez de la clasificación. Tendremos que llegar, con Hudson (1980,40), a la conclusión de que «no existe manera de delimitar las variedades y, por consiguiente, debemos concluir que concluir que las variedades no existen. Lo único que existen son las personas y elementos, y las personas se pueden parecer más o menos entre sí en los elementos que tienen en su lengua».

Otra perspectiva desde la que históricamente se ha contemplado la variación ha sido la estilística.Joos(1959) abrió el trabajo con escalas estilísticas en las que se intenta reflejar formas diferentes de hablar de acuerdo con cierta gradación. Estas escalas se han encontrado en el campo de la traducción, y también en el de la sociolingüística, con un fuerte escepticismo sobre su validez cuando no con un rechazo rotundo.

Podemos afirmar que la variación lingüística es transmitida por elementos del texto, responde a la forma de hablar -podemos llamarla idiolecto- de una persona o personaje particular en un momento dado y en una situación dada y facilita información sobre los parámetros sociales bajo los que esa persona emite un mensaje. El número de parámetros sociales y su tipo varía para cada enunciado y nos conviene contemplarlo como un conjunto abierto si queremos recoger fielmente la riqueza de las situaciones reflejada en la comunicación.

La comunicación de la variación se realiza mediante la transmisión de estereotipos, estereotipos que en una medida apreciable pero variable están basados en convenciones sociales. Esto explica la diversidad con la que se formulan las formas de hablar de un grupo determinado, la asociación entre formas estereotipadas de hablar y valoraciones sociales negativas, etc. Los estereotipos están basados en buena parte en el conocimiento folclórico o popular y no en el conocimiento científico. Para una comunicación eficaz, es necesario utilizar el estereotipo que el destinatario pueda interpretar en el sentido deseado. Los estereotipos son evocados en la mente del destinatario haciéndole llegar elementos que activen los frameso marcos mentales en los que están contenidos. Los elementos activadores son partes del texto que contienen la información necesaria para activar los framesy que denominamos pistas de contextualización (fragmentos del texto pero también formato, tipografía, editorial, información sobre el género etc.). A las pistas de contextualización de la variación convencionalizadas, codificadas, las denominamos marcadores. Analizado el proceso de la mediación lingüística a la luz de los estudios comunicativos, un segmento de texto estará marcado si el destinatario específico lo percibe como diferente a lo que era de esperar en la situación comunicativa concreta y no si difiere de una norma establecida. Así, todo segmento de texto está marcado respecto a unos parámetros sociales pero sólo algunos son percibidos como tales. La traducción de la variación lingüística consistirá por tanto en su nivel más inmediato en la traducción de las pistas de contextualización de la misma presente en el texto de acuerdo con las exigencias de la eficacia en la comunicación y el encargo de traducción.

El concepto cognitivo de un doble procesamiento paralelo e interrelacionado de la información ayuda a resolver el problema que plantea la perspectiva de las unidades de traducción aplicada al caso de la variación lingüística (fundamentalmente, la aplicación del concepto del texto como unidad). El proceso de arriba-abajo (de lo general a lo particular) es el que nos permite aplicar soluciones de traducción coherentes a una misma situación a lo largo del texto; el proceso de abajo-arriba (de lo particular a lo general) lo aplicamos a otra información no relacionada con la variación social y nos permite apreciar además los cambios situacionales.

La variación lingüística la podemos encontrar en el texto al menos a dos niveles: el del macro texto o perfil del texto -que refiere la situación a eventos comunicativos entre el autor o eltraductor y el lector - y el del microtexto-que refiere la situación a eventos comunicativos propios de las personas o personajes internos de ese texto. Una parte de los estudios realizados hasta ahora se ha centrado en el nivel del macrotexto, proporcionando elementos útiles para la comprensión del texto original y para la adopción de estrategias textuales en el proceso de la traducción pero que dejan sin resolver una buena parte de los problemas suscitados por la traducción de la variación, los que se originan en las situaciones microtextuales cuando el texto aparece más de una voz.

Para el análisis de nuestro corpus hemos aplicado un procedimiento de caja negra (apropiado cuando no conocemos el proceso), en el que el input está constituido por los elementosmarcadores de variación del texto original y el output por los elementos marcadores de variación de dos textos traducidos.

Estos marcadores se han considerado contenidos en segmentos marcados del texto, que pueden contener uno o varios marcadores.

Los marcadores encontrados en los textos estudiados son los de: mujer, homosexual, lengua familiar, negro, norteamericano, sureño, años 50, años 60, adolescente, inculto y diferentes marcadores de formalidad/informalidad.

Las posibles relaciones que se han contemplado entre el input y el output han sido las siguientes:

Y, además de confirmar lo establecido en la discusión teórica, las principales conclusiones obtenidas del estudio del corpus (35.328 palabras y 3.975 marcadores extraídos de diferentes fragmentos de TbeCatcher in theRye, de J.D. Salinger, y A Conftderacyof Dunces, de John KenndyToole, y de sus traducciones al español) han sido las siguientes:

1.- El número de marcadores, palabras marcadas y segmentos marcados varía normalmente entre el texto original y la traducción, así como en las diferentes traducciones.

2.- Parece darse una tendencia general (con excepciones) a una pérdida cuantitativa de marcadores con el proceso de la traducción, es decir, los textos traducidos resultan, por lo general, menos marcados que los originales.

3.- El número de marcadores presente en las diferentes traducciones puede llegar a variar enormemente.

4.- Diferentes lenguas marcan los mismos parámetros, en parte, con marcadores de tipo diferente.

5.- Algunos parámetros presentes en el original no aparecen en las traducciones por no resultar significativos para el lector de éstas (norteamericano y sureño)

6.- Las técnicas que sugieren relación de equivalencia en la traducción de la variación (traducción por el mismo parámetro) aparecen sin ninguna regularidad con porcentajes que oscilan entre 0% y 100%.

REFERENCIAS

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RECIBIDO EN OCTUBRE DE 1999