Estudios de Eugenio Coseriu, en lengua española, sobre

aprendizaje/enseñanza de idiomas y gramática contrastiva

JOSÉ POLO

Universidad Autónoma de Madrid

Se trata de un repaso de los espacios bibliográficos y, en menor medida, textuales en la obra Coseriu en los cuales se plantean cuestiones —teóricas, prácticas e historiográficas— en torno al aprendizaje y enseñanza de idiomas, así como alrededor de la gramática contrastiva en sentido lato.

Palabras Clave: Enseñanza de idiomas, gramática contrastiva, poliglotismo, época americana de Coseriu; Luis Vives, Bolinger, Tsugio Sekiguchi, Kanchev.

Concise review of Coseriu’s ideas around language learning/teaching and contrastive grammar. A small incursión into linguistic historiography (Luis Vives) is made.

Keywords: Contrastive grammar, polyglotism, interviews with Coseriu about that; Vives, Bolinger, Sekiguchi, Kanchev.

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El presente trabajo se realiza dentro del proyecto La obra científica de Eugenio Coseriu: ordenación, estudio y edición (Ministerio de Ciencia y Tecnología, Dirección General de Investigación, Subdirección General
de Proyectos de Investigación, Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica: bff2002-01827). Por otra parte, agradezco a mi exalumna D.ª Margarita Rodríguez-Osorio Campos la amabilidad de haberme informatizado el original —en parte mecanografiado, en parte manuscrito—, no exento de dificultades.

1. preliminares

a ) Inicialmente, en su primera redacción, este trabajo llevaba, en la segunda parte del título, el segmento textual sobre enseñanza de idiomas, gramática contrastiva y traducción y todo ello había convivido con otra posibilidad titularia, a saber: Trabajos de Eugenio Coseriu, en lengua española, sobre lingüística aplicada a la enseñanza de idiomas y a la traducción. Podía haber entrado, igualmente, en dicha estructura primigenia, la voz aprendizaje en lugar de enseñanza —pues un concepto implica al otro—, así como la «copresencia» de ambos sustantivos, con un determinado orden según el relieve conceptual o metodológico que deseáramos imponerle a esa pareja no meramente terminológica: aprendizaje/enseñanza, enseñanza/aprendizaje (con variantes en la línea de aprendizaje y enseñanza, etcétera; véase más adelante, 8-b, el título de una conferencia de Coseriu). Pero, decía, cuando me puse a redactar el trabajo, deseché el susodicho título, porque no quería destacar el concepto lingüística aplicada: en Coseriu, estudioso del lenguaje de una sola pieza, perfecto integrador de múltiples universos dentro del inmenso edificio de la realidad lingüística, no hay solución de continuidad entre la teoría y sus innumerables aplicaciones. Coseriu es el gran maestro de las excepciones en un mundo en el que los compartimentos estancos se crean a veces —cuando no se escogen— por deformación profesional y otras, en cambio, su elección es, podríamos decir, casi «de obligado cumplimiento» (no se puede estar en misa y repicando). En fin, viejo y siempre actualizado debate… Pero, en el último tramo del camino he decidido separar —solo en lo material, por razones de extensión, etc., no metodológicamente— de este microsistema lo relativo a la traducción, que será objeto del siguiente inventario que realice en torno a la obra de Coseriu.

b ) Como es sabido, la gran capacidad poliglótica de Coseriu y una práctica muy intensa de traducciones, literarias o de otra naturaleza, en los primeros tiempos de su vida científica, unido todo ello a un pensamiento dilatado y profundo sobre multitud de aspectos de la realidad de las lenguas, hacen del maestro rumano-uruguayo (pero también,
afectivamente, italiano, español, alemán…) el transmisor ideal de la doctrina, con sus aplicaciones, en esta vasta zona del aprendizaje de idiomas y del «problema» de la traducción.

c ) De los frentes anunciados en mi trabajo —aprendizaje/enseñanza de idiomas y, complementariamente, gramática contrastiva, por un lado, y, por otro, teoría de la traducción/la práctica de las traducciones—, es en el segundo donde las indagaciones de Coseriu han sido más largas e intensas, hasta el punto de que la reunión de todos sus estudios al respecto llenarían un generoso volumen (sin tener en cuenta diversos materiales inéditos que podrían acrecentar tal «obra completa» sobre dicho campo). Se entenderá perfectamente que en esta ocasión incluya solo lo relativo al bloque de enseñanza de idiomas, con su entorno pedagógico inmediato (la gramática contrastiva),
y deje para la siguiente oportunidad el desarrollo más amplio: lo concerniente al mundo de la traducción…

2. a manera de introducción

a ) Antes de entrar propiamente en materia, quisiera llamar la atención sobre tres obras de Coseriu y dos artículos que, sin ser nuclearmente de la zona en que nos hallamos instalados, contienen material ilustrativo de no pocas lenguas y otras veces se nos presenta ocasional doctrina en torno a la gramática contrastiva y aledaños o, virtualmente, sobre la traducción. Mencionaré en primer lugar Lecciones de lingüística general (1973 en italiano), Gredos, Madrid, 1981, 1999 (tr. de José M.ª Azáceta y García de Albéniz: «revisada y, en parte, reelaborada por el autor»). Los capítulos en los que la presencia de varias lenguas en la ejemplificación es palpable van desde el vi, «El estructuralismo», hasta el xii, último, «Sistema, norma y tipo»; o sea, págs. 127-321 (más de la mitad del volumen). La segunda obra que interesa presentar aquí es Estudios de lingüística románica, Gredos, Madrid, 1977 (tr., revisada por el autor, de los capítulos v,vi, vii, x y xi, de Marcos Martínez Hernández; los demás habían sido publicados en español). Se recogen estudios de entre 1953 y 1975. No he querido utilizar este libro como una unidad de la parte fundamental de mi exposición porque, según cabe espe-
rar desde el propio título del volumen, lo que domina no es la perspectiva del poliglotismo, de la enseñanza de lenguas (románicas) o de su traducción, sino lo que podríamos llamar el espíritu «filológico»: lingüística histórica antes que «lingüística aplicada». No obstante, me gustaría señalar el capítulo iv, «Tomo y
me voy
. Un problema de sintaxis comparada europea» (1966 en alemán: «Tomo y me voy. Ein Problem vergleichender europäischer Syntax»; págs. 79-151 en el volumen mencionado), como una investigación, además de sabia e incitante, igualmente fructífera por la zona «aplicada» en la que nos hallamos: en cierto modo, transición entre la adusta y fecunda lingüística románica y el contraste multilateral de idiomas. Algo parecido habría que decir de su Das romanische Verbalsystem (Gunter Narr
Verlag, Tubinga, 1976; procede de cursos de 1962, 1963 y 1968-1969); «compilación y redacción»: Hansbert Bertsch; traducida por Carlos Opazo Velásquez: El sistema verbal románico, Siglo XXI, Méjico, 1996. La cuarta obra sugestiva para nuestro frente de batalla es
La competencia lingüística (1988 en alemán
y 1992 en español), volumen del que me ocuparé en un epígrafe ulterior (véase 6), razón por la cual me limito aquí a situarlo en compañía de los otros dos con los que, en mi intención, forma sistema (o, si se prefiere, «microsistema»).

b ) En cuanto al otro bloque, el primer artículo anunciado, también virtualmente proyectado en su ilustración hacia lenguas varias, es «El plural en los nombres propios» (1955), recogido como penúltimo capítulo en su Teoría del lenguaje y lingüística general. Cinco estudios, Gredos, Madrid, 1962, 1973, págs. 259-281. Es parte de una investigación muy amplia, Teoría lingüística del nombre propio, en conjunto todavía inédita. Y el segundo artículo es «La creación metafórica en el lenguaje» (1956 en español; redactado en 1952), capítulo iii, págs. 66-102, en El hombre y su lenguaje. Estudios de teoría y metodología lingüística, Gredos, Madrid, 1977.

c ) Finalmente, no estará de más señalar que, en este mundo de las lenguas, cabría haber incluido, en el repaso que haré, los varios trabajos de Coseriu acerca de la tipología lingüística; pero, dado que se trata de un universo científico con personalidad muy definida en la obra de Coseriu, su tratamiento aquí nos habría apartado de la zona de «lingüística aplicada» en la que he situado inicialmente mi trabajo y, además, habría, cuando menos, duplicado la extensión de esta primera parte. Remito, no obstante, a la bibliografía fichada en la nota 6 para el inventario de todo lo publicado por Coseriu al respecto (que no es poco), según dije al principio.

3. el consabido poliglotismo de coseriu: nota previa

a ) Tal vez debiera haberme valido de un título menos resonante, más apagado, para el epígrafe en que nos hallamos (por ejemplo: Coseriu y su conocimiento de lenguas…), pero, como es una realidad incontestable la de su amplio y profundo conocimiento de idiomas (lo que le permite «hacer lingüística general» con fundamento de causa) y tal hecho, cabría decir, es del dominio público, he dejado el que aparece, pues, de otra parte, ha entrado con naturalidad el adjetivo consabido, tan coseriano (recuérdese su magistral estudio «Determinación y entorno. Dos problemas de una lingüística del hablar», 1955-1956, recogido como último capítulo en Teoría del lenguaje y lingüística general, ya fichado: véase atrás 2-b); y con ello, decía, establecemos una especie de comunicación fática y de aprecio alrededor de esa sobresaliente capacidad no superficialmente poliglótica, sino de conocimiento profundo (con su entorno cultural, etc.) de lenguas en Eugenio Coseriu.

b ) Los testimonios que voy a traer son periodísticos. Es prematuro hacerlo de otro modo, pues los muchos materiales de su archivo científico se hallan en proceso de ordenación y estudio y no me agrada presentar cuadernos con notas de Coseriu relacionadas con el aprendizaje del lituano, del griego moderno y de muchas otras lenguas sin tener un control absoluto de todos esos materiales. En cambio, las citas de entrevistas en los periódicos, etc., que voy a mostrar cumplen perfectamente la misión de avisarnos de una determinada realidad o de recordánosla sin comprometernos con una presentación amplia, estable y rigurosa que en algún momento podrá llevarse a cabo. Se verá que recojo testimonios desde su llegada a Montevideo en 1950 hasta tiempos actuales, con lo que el recorrido nos resultará, sin duda, cuando menos, instructivo.

4. eugenio coseriu, gran conocedor de lenguas (algunos testimonios)

a ) En tres periódicos uruguayos se publica, sin autoría particular, un mismo texto, pero con diferentes titulares (y alguna variación en lo de mayúscula/minúscula de algún tiempo empleado con la fecha…): «Un curso de lingüística se iniciará hoy en la Facultad de Humanidades. Se encargará del mismo el Prof. Eugenio Coserieu [Coseriu]»: El País, 24-viii-1950 (no poseo el dato de la página ni en este caso ni en los dos siguientes); «Sobre metodología de [la] investigación lingüística se dictarán conferencias. Comienzan hoy en la F. de Humanidades»: El Bien Público, la misma fecha del anterior; «Curso de lingüística se inició en Facultad de Humanidades. El destacado Prof. Eugenio Coseriu se encarga del museo [mismo]: 28-viii-1950; en la parte inferior de la página, en el pie de foto (Coseriu y los asistentes al curso) aparece, nada raro, la forma errática Coserin; por otro lado, en dos de los periódicos, primero y tercero, los titulares van, por anglicismo
tipográfico (al menos, de frecuencia), con mayúsculas por doquier (yo las he reconvertido al uso correcto). Bien: voy a reproducir ahora el texto casi completo (omito la parte final, no relacionada con el asunto que tenemos entre manos); sigo materialmente el del primer periódico citado…

En la Facultad de Humanidades se inicia hoy a las 19 horas un ciclo de conferencias sobre Metodología de la Investigación Lingüística a cargo del distinguido lingüista
Dr. Eugenio Coseriu. Los antecedentes de este joven sabio[,] que se radicará en el país [,] justifican la expectativa que despierta su actividad en una disciplina de fundamental interés cultural y en la que poco se ha realizado aún en nuestro medio.

El Prof. Dr. Eugenio Coseriu nació en Mihaileni (Rumanía) el 27 de julio de 1921. Se graduó de doctor en Letras en la Universidad de Roma; de doctor en Filosofía[,] en la Universidad de Milán; fue Profesor de la Facultad de Letras de Milán desde 1947 y socio fundador de la Asociación Lingüística Milanesa, ocupándose al mismo tiempo de la docencia del ruso y la cultura eslava.

Estudió en Roma lingüística general y lenguas romances, eslavas y germánicas con los profesores Pagliaro, Bertoni, Maver, Damiani, Sabetti, participando especialmente en los trabajos de los Institutos de filología romance y eslava y doctorándose con una tésis [tesis] sobre «Las influencias de la poesía caballeresca medieval italiana y francesa en la poesía épica de los eslavos meridionales». Sus estudios de filosofía[,] orientados especialmetne [especialmente] a la estética y la historia de la filosofía culminaron con una tésis [tesis] doctoral sobre «La evolución de las ideas estéticas en Rumanía».

Su especialización requiere el manejo de diferentes lenguas; de aquí que el Dr. Coseriu domine [conozca,] además del latín y el griego[,] las siguientes lenguas de la familia romance: italiano, francés, español, portugués,

rumano, catalán y provenzal; de la familia germánica: alemán, inglés, sueco, danés, holandés [neerlandés]; de la familia eslava: ruso, servio-croata, esloveno, búlgaro, polaco, eslovaco, ucraniano, paloeslavo [paleoeslavo] y checo. De aquí que aparezcan entre sus trabajos [en su historial] varios tomos de obras traducidas [por él] de casi todas las lenguas europeas.

b ) Meses más tarde (3-xii-1950; tampoco poseo el dato de la página) aparece
en el primero de esos tres diarios —o sea, en El País— el siguiente titular: «Un conocido lengüista [lingüista] disertará mañana en la Facultad de Humanidades. Se trata del profesor Eugenio Coseriu». El tema de esa conferencia fue La Lingüística en el Uruguay: perspectivas y posibilidades. En dicho texto periodístico (igualmente, con erratas, etc.: Hansen, que debe ser con doble ese, exije, lingüstica… y con sus anglicadas mayúsculas en el titular), en el párrafo final, se vuelve a dar la lista de conocimiento de lenguas por parte de Coseriu. Con la misma fecha, en La Mañana, bajo el título «Charlas y conferencias» (segundo epígrafe: del profesor coseriu), se repite la información, tampoco libre de erratas.

c ) Avancemos en el tiempo. El 14 de enero de 1960 publica La Patria (Concepción, Chile), como en los casos anteriores, sin firma particular, un texto amplio (toda la página, cuya numeración, igualmente, desconozco) con el titular «La creación de Sociedad Latinoamericana de Lingüística propone Instituto de Montevideo». Luego cita: «“Hay que terminar con el aislamiento de los investigadores”, declaró el profesor Eugenio Coserio [Coseriu]». A continuación: «Eminente lingüista rumano residente en Uruguay llegó ayer para dictar cursos en la Escuela Internacional de Verano». Y el epígrafe «Principales obras» comienza así: «El señor Coserio [Coseriu], aparte de los títulos anunciados, habla treinta idiomas, prácticamente todos los que se escriben, con excepción del árabe, chino y japonés»1.

d ) El siguiente paso lo damos ya en España. En efecto, en El País del 6 de noviembre de 1981, pág. 33, aparece el siguiente titular: «Eugenio Coseriu explica en Pamplona su teoría del “realismo lingüístico”. “La lengua funciona para los hablantes y no para los lingüistas”, asegura». El texto lo firma Fermín Goñi (Pamplona) y, en un momento dado, como si Coseriu fuera un extraño «idiomático» en el mundo hispánico, se lee: «El lingüista rumano, que se expresa en un correcto español [¡!], es autor de varios libros, algunos publicados en España, como […]». Pero vayamos a lo que más nos interesa ahora (a las primeras líneas del párrafo inicial):

Eugenio Coseriu, rumano nacionalizado uruguayo y residente en Tubinga (rfa), es considerado como el creador del estructuralismo realista [mejor: «funcionalismo realista»]. A sus sesenta años, este profesor, catedrático de lenguas románicas, habla dieciséis lenguas, si bien conoce, y es capaz de leer, cien
idiomas diferentes.

e ) En el diario granadino Ideal, el 18 de septiembre de 1993, pág. 11, en la sección universidad («Cursos de la Universidad de Granada en Almuñécar») se publica, de Juan Vellido (de esa localidad), una entrevista con Eugenio Coseriu. Pero en columna aparte, titulada «Don Eugenio», se hace una caracterización de su persona. Voy a reproducir el primer párrafo completo y los comienzos del segundo (van juntos en mi cita, pero me valgo de la pleca doble negrita para deslindarlos):

En el hotel le dicen Don Eugenio, y él trata de usted a todo el mundo. Charla con todo aquel que le dé conversación y ha[a] menudo se le escucha hablar en inglés, alemán, francés, italiano o [en el «dialecto»] bávaro, en función del interlocutor que le aborde. También para el profesorado y alumnos de los Cursos Internacionales de la Universidad de Granada en Almuñécar[,] el lingüista nacido en Rumanía es conocido y tratado como Don Eugenio. Cada año, el profesor de la Universidad de Tubinga viene a Almuñécar en septiembre y, a menudo, se encuentra con los mismo alumnos que repiten curso, ya que éste, con la lingüística como base, aborda distintos aspectos cada año.Conversador empedernido, Coseriu es el centro de atención en los corrillos y en las tertulias improvisadas en La Casa de la Cultura o el Hotel Helios de Almuñécar. Los matices de un chiste en distintas lenguas, la dialéctica entre el uso del lo y el le [cursiva mía en los dos casos], o el porqué de los lenguajes cálidos [¿?], encuentran calmada respuesta en Coseriu […]2.

f ) En la revista Debate (Lima), sin número en la fotocopia que yo he manejado (pero diciembre de 1997/enero de 1998) publica
Giovanna Pollarolo «Entrevista a Eugene Coseriu. “El lenguaje es una actividad libre”»3. La entrevista ocupa de la página 44 a la 46; las dos últimas preguntas son: ¿Hay lenguas que sirven mejor para algunas cosas que para otras? y Usted conoce y habla perfectamente el rumano, el alemán, el italiano, el español, etc. ¿En qué lengua se siente más cómodo escribiendo? He aquí las respuestas, que separo mediante pleca doble negrita:

Es una pregunta muy compleja que no se puede responder en pocos minutos. No se trata del valor intrínseco de las lenguas[,] sino de cuáles son las tradiciones particulares de elaboración de una lengua. Entonces sí se podrá decir que[,] durante cierto tiempo, el alemán podía servir para la filosofía más que el español porque éste todavía carecía de buena parte de la terminología filosófica. Sólo en ese sentido se podría aceptar esa afirmación, pero no por valores intrínsecos de las lenguas. ||Depende. El idioma en el que tengo que escribir algo, ése es en el que me siento más cómodo.

g) Finalmente, Beatriz Abelairas publica, en La Voz de Galicia (La Coruña), 23-ii-1999, pág. 3 del suplemento cultura, «Eugenio Coseriu, de periodista a académico». Voy a citar, separadas mediante pleca doble negrita, dos segmentos textuales: el primero es la parte final de la contestación a la afirmación Se le ha atribuido un escaso apego a la realidad. Son muchos los que se quejan de la imposibilidad de enseñar conjuntamente todos los aspectos de la lengua y la literatura en tres horas semanales; el segundo se corresponde con… Parece que la enseñanza de la «lengua materna» está condicionada por la creencia de que el hombre nace conociendo su lengua. Recientes investigaciones publicadas en los ee[.] uu[.] insisten en esta dirección. He aquí las palabras anunciadas de Coseriu:

Finalmente, es necesario darse cuenta de que es imposible enseñar toda la literatura o toda la lengua. En este sentido, cuando se me pregunta cuántas lenguas domino, suelo responder que ninguna, y que nunca dominaré completamente alguna. || Es una idea completamente absurda la de que el idioma materno se mama con la leche. Estoy seguro de que la leche materna no contiene ni pizca de saber idiomático. El idioma es un hecho social y se aprende con los amigos, en el trato con la familia, en la escuela y se sigue aprendiendo toda la vida.

5. dos notas contrastivas

a ) La primera es «Sobre equivalencias
interidiomáticas», texto de intervención en uno de los coloquios de un determinado congreso: Actes du Xe Congrès International de Linguistique et Philologie Romanes (Estrasburgo, 1962), París, 1965, pág. 147; recogido como epígrafe número 4, págs. 170-171, dentro del capítulo V, «Quaestiones disputatae», en el volumen El hombre y su lenguaje. Estudios de teoría y metodología lingüística, Gredos, Madrid, 1977. Citaré el primer párrafo y las primeras líneas del extenso segundo y último:

Es, sin duda, interesante destacar los valores propios de una lengua mediante la comparación con otras lenguas. Esto puede a menudo revelar hechos que, de otro modo, correrían el riesgo de quedar inadvertidos. Pero puede ser peligroso el querer establecer (deslindar, identificar) y describir los valores propios de una lengua mediante su traducción a otras lenguas.

Así, es cierto que los «perfectos» románicos corresponden a menudo, en la traducción, al aspecto perfectivo de las lenguas eslavas; sin embargo, los respectivos valores de lengua son radicalmente diferentes. La traducción nos dice sólo que los «perfectos» románicos y el aspecto perfectivo eslavo pueden designar los mismos hechos reales: nos permite comprobar una coincidencia (parcial) en la designación; pero de ésta no puede deducirse ninguna coincidencia en la significación. Hay que cuidarse mucho de aplicar a un sistema lingüístico categorías que le son ajenas. En efecto —a diferencia del perfectivo eslavo—, el pretérito indefinido («passé défini») de las lenguas románicas puede muy bien designar acciones «durativas» […]4.

b ) El segundo apunte de Coseriu que voy a presentar se encuentra en el volumen, de edición provisional (transcripción de un curso), Lingüística del texto, Universidad Nacional de San Juan, Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, «Curso de especialización con carácter de Post Grado [postgrado], dictado en el marco del II Congreso Nacional de Lingüística (16-26 Sept.[sept.] 1981)», San Juan (R. Argentina), 1983. Citaré un párrafo de la página 48. Dice así:

En muchísimos casos hay funciones parciales, incipientes, funciones que aparecen en algún campo, que nos ilumina[n] y señalan que en otra lengua tal función puede ser general. Un lingüista norteamericano muy agudo, Bolinger, en una comparación entre el español y el inglés en lo relativo a ser y estar, hacía entender que en inglés esta distinción se hace para ciertos casos[,] pero aclaraba que el español la hace siempre, de modo análogo a aquélla del inglés entre to be y to be all (ser simplemente algo y ser algo enteramente, es decir, estar). De modo que concluía: «[…] partiendo de aquí, de esto que en inglés es parcial, generalicen ustedes». Y en realidad es éste el sistema que intuitivamente aplican los buenos profesores de idiomas, tratando de buscar en la propia lengua algo que corresponda a las funciones de la otra5.

6. una obra revolucionaria

a ) Me refiero a la anunciada atrás, 2-a, La compentencia lingüística. Elementos de la teoría del hablar (editado en alemán por Heinrich Weber en 1988, fruto de cursos entre 1983 y 1985: Sprachkompetenz. Grundzüge der Theorie des Sprechens), Gredos, Madrid, 1992 (tr., no revisada por el autor, de Francisco Meno Blanco). No es este el momento de describir los rasgos de integración de los diversos planos del hablar (universal, histórico y particular; etc.), magistralmente mostrados por Coseriu en pleno funcionamiento en diversos trabajos (especialmente en el acabado de mencionar), pero sí quiero poner ante los ojos del lector varios espacios conceptuales y de ilustración relacionados con el tema que ocupa nuestra atención.

b ) Dentro del epígrafe 2.4.5, «La competencia lingüística particular y la arquitectura de la lengua», entre las páginas 169 y 172 (o, para un contexto holgado, págs. 169-174, el conjunto de dicho epígrafe), se ilustra muy bien tanto el «poliglotismo interno», podríamos decir (o sea: el conocimiento de varias lenguas funcionales dentro de una misma lengua histórica) como la presencia de fórmulas, etc., idiomáticas de otras lenguas, y un vago conocimiento de ellas, incluso en hablantes corrientes, no políglotos (lo ilustra con hechos del italiano, del alemán y del rótulo «lenguas eslavas»). Voy a citar cuatro segmentos, doctrinales; los dos primeros, de la página 169; y los dos últimos, de la 171 (me valgo de la pleca doble negrita para delimitar respectivamente los cuatro párrafos):

En las comunidades lingüísticas normales y corrientes es muy probable que no haya ni un hablante que conozca sólo una única lengua funcional, i.e. un único sistema de la lengua. Un caso semejante podría darse únicamente en comunidades completamente aisladas y perfectamente uniformes desde una perspectiva sociocultural. Todos los hablantes conocen, aunque en distinta medida, diferentes sistemas dentro de su propia lengua (histórica), y, en parte, también algo de distintas lenguas extranjeras. || Comenzamos con el conocimiento de lenguas extranjeras. Hasta el hablante corriente que no sabe ninguna lengua extranjera tiene cierto conocimiento de otras lenguas en base a las tradiciones de su propia comunidad, aunque ese conocimiento sea muy relativo y vago, y a menudo no coincida con los hechos objetivos de la lengua extranjera que sea del caso. || Este vago conocimiento de otras lenguas se da en todas las comunidades lingüísticas, especialmente en Europa, donde hay frecuentes contactos entre las distintas comunidades, de manera que pueden mantenerse las tradiciones de la imitación. En Italia, por ejemplo, está muy extendida la idea de que en alemán […]. Hay otros hechos sobre el conocimiento de lenguas extranjeras que tiene el hablante corriente; pero los mencionados puede que sean los más conocidos. || Si el conocimiento de otros sistemas de la lengua se puede
comprobar ya para las lenguas extranjeras, esto es aplicable en mayor medida aún para los sistemas dentro de una lengua histórica. Todos los hablantes pertenecen a varias comunidades lingüísticas de distintas dimensiones, que se diferencian también en sentido espacial o en su grado de cohesión. Así, por ejemplo, el hablante conoce su dialecto local inmediato, el dialecto común de una región, quizá también un dialecto suprarregional «más alto», así como la lengua común que emplean también hablantes de otros dialectos o incluso de otras lenguas. Éste es el caso precisamente de Suabia, donde hay diferentes niveles de suabo.

[nota 9: págs. 171-172]

Muchos hablantes suabos poseen también un conocimiento activo de la variedad diatópica, Yo lo pude comprobar, por ejemplo, en mis antiguos colaboradores [,] que procedían precisamente de esa región. Cuando un asistente hablaba por teléfono con su familia, utilizaba un tipo muy peculiar de suabo. Con sus colegas hablaba también suabo, pero era diferente, era una especie de suabo común. Cuando no sabía con certeza si el otro era también suabo de la misma región, entonces hablaba alto suabo, i.e. empleaba el suabo de los notables. Cuando yo era incapaz de entenderle, le preguntaba «¿Qué ha dicho Vd.?», y me respondía en alemán.

c ) Dentro del epígrafe 2.4.6, «Problemas en la descripción de una competencia lingüística particular», nos interesa sobre todo el último párrafo (pág. 180):

Las variedades [en este caso, se refiere a las del «eje diatópico»] no sólo traen consigo problemas para la descripción, sino que constituyen la mayor dificultad de todas en el aprendizaje real de lenguas extranjeras. Se aprende siempre una forma determinada de la lengua, y no se excluye en absoluto que se aprenda totalmente; pero no se aprende la competencia lingüística particular real de un hablante normal de la otra lengua, el cual no sólo domina esa lengua —quizá menos perfectamente que nosotros—, sino que también conoce partes de otros sistemas dentro de su lengua
histórica. Por lo menos en el plano de la lingüística aplicada y de la enseñanza de lenguas[,] habrá que intentar hacer referencia, en las descripciones, a lo que un hablante normal de la lengua objeto de la enseñanza conoce acerca de la variedad de su lengua, y en qué tipo de situaciones es capaz de aplicar ese saber.

d ) El epígrafe 2.5.4 se titula «La anulación de la incorrección mediante la adecuación» (págs. 199-204); el 2.5.5, «El sentido como contenido específico del texto» (págs. 204-206). En este segundo, entre otras cosas, se habla de la diferencia entre significado y sentido
a propósito de Guten Morgen!/frente a su literalidad bon matin (compárese, complementariamente, añadiendo yo ahora la parte francesa, Wir haben einen guten Morgen gehabt y, por otro lado, Bonjour/Bonjour!). Del primero me voy a permitir citar algunos segmentos textuales (como siempre, separaré mediante pleca doble negrita esos fragmentos y colocaré, entre corchetes, al final de cada uno de ellos el dato de la página:

Los casos más típicos de esta anulación son: utilizar en textos determinadas expresiones de una lengua extranjera que se consideran especialmente pertinentes; imitar el hablar de extranjeros y el hablar con hablantes de una lengua extranjera [299-200]. || En un texto se utilizan expresiones extranjeras cuando se supone que reproducen más exactamente lo que se quiere decir y, por eso, son más adecuadas. Este caso se da especialmente cuando falta la expresión correspondiente en una lengua particular. Así, por ejemplo, las expresiones […] [200]. || La incorrección lingüística particular se anula también cuando se imita un hablar incorrecto o que se tiene por incorrecto, por ej. el hablar de los niños o de extranjeros. En un caso semejante [,] nadie va a decir que aquel que imita lo incorrecto no conoce bien la lengua que habla. Tiene que hablar con incorrecciones para en su hablar ser adecuado a las cosas. Los autores de Astérix, por ejemplo, en uno de los volúmenes […] [200]. || Un fenómeno muy extendido, que hasta puede hacer que surjan sistemas especiales o bien sistemas parciales de la lengua, es el hablar con extranjeros que no conocen muy bien nuestra lengua o de los que se supone que no realizan perfectamente nuestra lengua y, por eso, tampoco pueden entender perfectamente cuando nosotros la realizamos correctamente. En esos casos se renuncia al propio saber lingüístico particular y se simplifica la propia lengua. En alemán, por ejemplo, se habla utilizando apenas la conjugación y sustituyendo las formas verbales finitas por infinitivos o participios. Se supone, por consiguiente, que […] [201]. || Con el hablar con extranjeros está relacionado también un problema lingüístico muy importante, esto es, el problema del nacimiento de una lingua franca, i. e. de una lengua cuya función es la comunicación lingüística entre comunidades con distintas lenguas. Un problema muy parecido es el del nacimiento de las «lenguas criollas». Por lo que se refiere a las lenguas criollas, se trata de formas de lenguas europeas que éstas han optado en colonias que tienen lenguas completamente diferentes. Esas formas no hay que atribuirlas fundamentalmente, como se cree, a un hablar incorrecto de los pueblos de África o Sudamérica que sean del caso, ni tampoco se basan primordialmente en la influencia de la lengua local sobre la lengua europea. El motivo más importante de su nacimiento es la reducción intencional, i.e. buscada, de las reglas de las lenguas europeas por parte de los mismos europeos [201]. || Es muy probable que otros fenómenos de la historia de las lenguas estén también relacionados con la actitud que se adopta al hablar con extranjeros. Así, por ejemplo, se ha sostenido la opinión —en modo alguno absurda— de que los cambios tan profundos que experimentó el latín en la época de finales de la Antigüedad e inicios de la Edad Media se deben a que los mismos romanos querían hablar con los extranjeros de una forma «más sencilla» y «más comprensible». Renun-
ciaron, por tanto, a lo que en su opinión era demasiado complicado en su propia lengua y se adaptaron voluntariamente al hablar de los extranjeros. Si seguimos esta concepción sobre el nacimiento del latín vulgar y las lenguas románicas modernas, también aquí la adaptación partió primordialmente de los propios hablantes de la lengua particular y no de aquellos que sólo dominaban [conocían] esa lengua de una manera imperfecta [201-202]6. || En este contexto[,] no tiene ninguna importancia que la adaptación a los extranjeros se base en una apreciación falsa, ya que aquéllos entenderían tan bien o incluso mejor un hablar correcto. También aquí se aplica la norma metodológica de que el hablante siempre tiene razón: lo que opina el hablante es lo que determina su hablar. Si la concepción del hablante es falsa, una tarea de la política lingüística es corregirla. Pero en primer lugar tenemos que partir de que los hablantes mismos configuran su hablar con esas normas de la adaptación [202].

e ) Y, finalmente, llegamos al epígrafe 3.1.2, «El saber lingüístico como saber seguro» (págs. 212-214). Citaré partes ajenas a la rica y segura ilustración:

La tesis de que el saber lingüístico es un saber inconsciente tiene como origen el hecho, o al menos lo tiene en cuenta implícitamente, de que los hablantes, por una parte, utilizan al hablar efectivamente un mecanismo muy complejo, pero, por otra parte, no reflexionan sobre ese mecanismo y no son capaces de formular explícitamente sus hechos y reglas. Nos proponemos examinar más de cerca ese hecho básico, a fin de poder apreciar si se han sacado las consecuencias correctas. Veamos primero un ejemplo: [aparte en el original y con mayúscula] en una vieja película francesa, Gérard Philippe hace el papel de profesor de francés, en Inglaterra. Su profesión no es la de gramático ni la de profesor, pero tiene que vivir y, por eso, da clases de francés. Tiene que explicar a una alumna que en francés, al contrario que en inglés, hay una diferencia entre el pronombre posesivo masculino y el femenino. No recuerdo muy bien si éstos eran los ejemplos, pero, en cualquier caso, pertenecían a esa categoría. En un primer caso corrige a su alumna porque ha dicho mon table […] [212]. || De nuestro ejemplo podría sacarse la conclusión de que los hablantes hacen de hecho un uso cotidiano del mecanismo de la lengua, pero que no lo conocen, i.e. que no son conscientes de las reglas de su propia lengua. Deberíamos, sin embargo, dar un paso más. Cuando Gérard Philippe dice: «No, así no, sino así», está expresando implícitamente: «los franceses lo dicen así» o bien «así se dice en francés». Hace, por tanto, referencia a una comunidad. Lo hacemos todos nosotros día tras día, cuando por ejemplo afirmamos: «No, eso en alemán se dice así y así», i. e. «los
alemanes lo dicen así y así». Estamos aludiendo a un saber que en ese sentido es objetivo para todos los hablantes, ya que es el saber de una comunidad, en el sentido de que otros hablantes disponen del mismo o aproximadamente el mismo saber.

7. una vieja conferencia rescatada

Me refiero a «La estructura del saber lingüístico», primera entrega dentro de la serie «Eugenio Coseriu y su entorno. Textos originales y traducciones de una época prodigiosa (Montevideo, 1951-1963); ordenados y dispuestos para la imprenta por José Polo», en Analecta Malacitana, xxiii-2/2000, págs. 437-452. Es trabajo que enlaza con el epígrafe anterior (por lo del saber lingüístico, la competencia idiomática) y, al mismo tiempo, prepara el terreno para el siguiente (artículos «plenos» de Coseriu en la zona en que nos movemos). Esta vez no voy a citar segmentos textuales con doctrina, etc. (serían unos cuantos), sino meramente, con su carácter bibliográficamente orientador, el primer párrafo (pág. 437) de la nota previa que redacté. Aquí está:

Los dos textos que conforman este
artículo fueron la guía de sendas conferencias dadas en Montevideo, entre 1955 y 1956
probablemente [por un documento que hallé después, queda claro que fue en 1958], en el Instituto Inglés la primera y en el Instituto Americano la segunda. He juntado los dos escritos —muy relacionados, como se verá— , creando yo los rótulos «primera parte» y «segunda parte» y manteniendo el orden, apropiado, de esos fundamentales textos, a saber: a) el planteamiento más general y teórico (con algo más que atisbos de aplicación) y b) la síntesis del anterior como base de su proyección más neta, entre otros campos, en la enseñanza de idiomas. En el original manuscrito aparece, en relación con la primera conferencia, «Título: La estructura del saber lingüístico» y para la segunda, simplemente, «Resumen», esto es, resumen del primer texto, el más amplio, y ulterior extensión de lingüística aplicada… a la enseñanza de idiomas, cosa muy natural si tenemos en cuenta los lugares donde se dieron tales conferencias.

8. dos trabajos fundamentales

a ) Entramos en una sección en la que aparecerán no ya segmentos textuales de investigación de espectro amplio, sino estudios directamente relacionados con la zona objeto de atención. De ninguno de los dos trabajos voy a realizar citas (destacando determinadas ideas); más bien recomiendo al lector, sencillamente, que los lea, y los estudie, pues se trata de piezas que delatan solidez y coherencia y todo lo que en ellas figura es digno de ser puesto de relieve.

b ) En primer lugar, siguiendo un orden creciente en el sentido de asentamiento textual, comenzaré con un texto fruto de una conferencia, a saber: «Sobre el aprendizaje y la enseñanza de lenguas», en Moenia. Revista Lucense de Lingüística y Literatura, 5/1999, págs. 127-134. El colega Alexandre Veiga, en consulta hecha por mí, me informa que se trata de la transcripción de la conferencia grabada; entiendo que es texto no revisado por el autor (ya por esa época con problemas de salud). Al parecer, no quedó grabada la parte final de la conferencia (escasos minutos). En fin, para mayor seguridad, convendrá citar la nota que aparece en la primera página. Reza así:

Extracto de la conferencia pronunciada en el marco del Congreso Internacional Adquisición e Aprendizaxe das Segundas Lenguas
e as súas Literaturas
, celebrado en la Facultad de Humanidades de Lugo en septiembre de 1995. Agradecemos al Dr. Coseriu, así como a los Dres. Oro Cabanas y Varela Zapata, organizadores de dicho congreso, las facilidades dadas para la publicación de este escrito[, que solo se publica aquí].

c ) Y ahora viene su trabajo clásico, dentro de la lengua española al menos, en el campo en el que nos hallamos instalados. Se trata de «Alcances y límites de la gramática contrastiva» (1970 en alemán: «Über Leistung und Grenzen der kontrastiven Grammatik»), recogido en Gramática, semántica, universales. Estudios de lingüística funcional, Gredos, Madrid, 1978, iii, págs. 80-111 (tr., revisada por el autor, de Marcos Martínez Hernández). Magistral estudio: con profundidad teórica y metodológica y soberbio conocimiento de las varias lenguas con las que ilustra su doctrina.

9. dos calas de signo distinto

a ) Voy a juntar aquí dos fichas complementarias de lo teórico-descriptivo predominante en lo expuesto hasta el momento. Por un lado, algo de la línea historiográfica y, por otro, un ejemplo de presencia de Coseriu en obra de
un autor relacionada con la enseñanza del español a extranjeros. Veamos…

b ) «Acerca de la teoría del lenguaje de Juan Luis Vives» (1971 en alemán: «Zur Sprachtheorie von Juan Luis Vives»), recogido como capítulo ii, págs. 62-85, en Tradición y novedad en la ciencia del lenguaje, Gredos, Madrid, 1977 (tr., revisada por el autor, de dicho capítulo, entre otros, de Marcos Martínez Hernández). En las citas que voy a hacer, omitiré los textos latinos de Vives citados por Coseriu y solo
quedarán los segmentos textuales de su intérprete; juntaré los diversos fragmentos y los deslindaré, como siempre, mediante pleca doble negrita; al final de cada unidad de cita colocaré entre corchetes los datos de párrafo y página. Veamos, pues, algo del pensamiento de Luis Vives en materia de idiomas…

Por otra parte, Vives pone de relieve que las lenguas son el medio y el «sagrario» de la cultura (eruditio) y que dan acceso a la misma, y entiende que esto vale para todas las lenguas de cultura, no sólo para las lenguas clásicas […] [2.2.4/68]. || En sentido práctico, ello equivale a una justificación del estudio de las lenguas, estudio que debería empezar ya por el de la lengua materna (lengua patria) […] [2.3.1/69]. Pero tal estudio no debe limitarse a la lengua materna y a las lenguas clásicas (griego, latín, hebreo); Vives aboga expresamente también por el estudio del árabe y de otras lenguas de los pueblos islámicos (esto último, claro está, con fines de proselitismo cristiano) […] [2.3.1/69]. || Sólo que el estudio de las lenguas no debe constituir, según Vives, un fin en sí mismo. Aparte de la utilidad del conocimiento de ciertas lenguas para fines proselitistas, el fin propio de este estudio es el conocimiento de las culturas correspondientes. Así, las lenguas clásicas (linguae eruditae) no son superiores a las modernas en tanto que lenguas, sino, precisamente, en tanto que portadoras de cultura […] [2.3.2/69-70]. || Finalmente, en lo que se refiere al método del estudio de las lenguas, Vives —probablemente también en razón de su experiencia personal con diversas lenguas— muestra una marcada predilección por el estudio directo, mejor dicho, por el trato directo con los pueblos correspondientes; sólo cuando éste no sea posible, cabe recurrir a otras vías […] [2.3.3/70].

c ) Ivan Kanchev: Manual de normofonética y fonología españolas para estudiantes búlgaros, Nauta i Izkustvo, Sofía, 1986. La presencia de Coseriu en esta aplicación de la lingüística se realiza fundamentalmente a través de «Sistema, norma y habla» (1952), «Forma y sustancia en los sonidos del lenguaje» (1954), ambos incluidos en Teoría del lenguaje y lingüística general. Cinco estudios (Gredos, Madrid, 1962, 1973), y de «Alcances y límites de la gramática contrastiva» (a través de la edición española, 1978; véase atrás 8-c). Citaré el primer párrafo (pág. 5) de presentación:

Tres son los principales motivos que nos han movido a redactar este manual: en primer lugar, intentar establecer las analogías y las diferencias entre los hechos fónicos constantes —segmentales y supraseg-
mentales— del español y del búlgaro; en segundo lugar, partiendo de los resultados obtenidos en el análisis contrastivo, trazar —mediante modelos de ejercicios normofonéticos y fonológicos— las vías didácticas más adecuadas que los estudiantes búlgaros deben seguir —guiados por el profesor o simplemente respetando nuestras observaciones— para adquirir una correcta
pronunciación española; finalmente, demostrar —esta vez, en un trabajo más extenso— la importancia teórica y la utilidad práctica de la distinción entre norma y sistema, tal como ha sido formulada por E. Coseriu (1973a, págs. 11-113).

10. de los idiomas en contraste al ámbito de la traducción

Como final de este primer artículo en la zona de «enseñanza de idiomas y traducción», y a manera de transición entre ambos aspectos, voy a fichar, no obstante no hallarse todavía en español, el estudio «Kontrastive Linguistik und Übersetzung: ihr Verhältnis zueinander» [‘Lingüística contrastiva y traducción: su relación mutua’], en Wolfgang Kühlwein, Gisela Thome, Wolfram Wilss, editores, Kontrastive Linguistik und Übersetzungswissenschaft. Akten des Internationalen Kolloquiums Trier/Saarbrücken (25.-30.9.1978), Wilhelm Fink Verlag, Múnich, 1981, págs. 183-1997.

recibido en junio 2005


1 A esta última lengua se asomó, si no estoy equivocado, cuando menos en la época en que estudió el pensamiento gramatical de un estudioso japonés. Aparte de diversos materiales aún no elaborados, véase su intervención en Tsugio Sekiguchi, Deutsche Präpositionen. Studien zu ihrer Bedeutungsform. Mit Beiträgen von Eugenio Coseriu und Kennosuke Ezawa. Herausgegeben von Kennosuke Ezawa, Wilfried Kürschner und Isao Suwa: Max Niemeyer Verlag, Tubinga, 1994. El texto de Coseriu (originalmente, conferencia dada en Sekiguchi-Symposium, Universidad de Keio, Tokio, el primero de septiembre de 1990) se titula «Sprachtheorie und Grammatik bei Sekiguchi» (págs. 59-64).

2 Cabe establecer una relación entre dos lugares de esta cita: lo de la modalidad bávara del alemán y los chistes. En La competencia lingüística (véase más adelante), dentro del epígrafe 2.4.5, en pág. 173, nos dice Coseriu: «A mí me resultaría probablemente más fácil entender un chiste si se contara lo principal en bávaro. Pero en Alemania es una tradición que los chistes, o al menos la gracia, hay que contarlos en un dialecto determinado. A veces eso se debe a un motivo directamente lingüístico, por ejemplo cuando se trata de juegos de palabras que sólo son posibles en este o en aquel otro dialecto».

3 No he interpolado nada tras la forma Eugene del título de la entrevista. En contexto hispánico por lo menos, la forma esperable es Eugenio (Coseriu: de origen rumano, pero nacionalizado uruguayo). Eugene es o el nombre en inglés (¡!), o bien errata en español, o bien errata en la
forma francesa (Eugène), innecesaria/absurda en tal situación, o…Tanto en rumano como en alemán tenemos
Eugen (naturalmente, con sus respectivas pronunciaciones); en italiano, Eugenio (visualmente, no fonética o fonológicamente, igual que en español); en portugués, Eugénio; etc. En publicaciones rumanas que se ocupan de la obra de nuestro autor veo con relativa frecuencia, junto a Eugen, la forma española «rumanizada» (así lo entiendo) Eugeniu (Coseriu). En entornos germanohablantes predomina el sano criterio de utilizar su nombre «originario» y representativo de su ciudadanía (digamos: de su pasaporte):
Eugenio. Creo, simplemente, con acogerse a los datos que voy dando, que el nombre universal de este científico universal es el que se deriva del carácter de su (=de Coseriu) lengua más cercana a lo universal, más expandida: su lengua oficial como ciudadano de un país, Uruguay, hispanohablante: la lengua española. Así, pues, Eugenio Coseriu

4 Toda la obra de Coseriu se halla recorrida por la trilogía designación/significado/sentido. Los remites a lugares específicos resultarían abrumadores. Pensando en los lectores no familiarizados con el pensamiento coseriano, envío fundamentalmente a «Significado y designación a la luz de la semántica estructural» (1970 en alemán: «Bedeutung und Bezeichnung im Lichte der strukturellen Semantik»), recogido en Principios de semántica estructural, Gredos, Madrid, 1977, págs. 185-209 (tr., revisada por el autor, de Marcos Martínez Hernández). Por otro lado, véase atrás la tercera obra mencionada en 2-a.

5 Coseriu está aludiendo, sin duda, al artículo «Essence and Accident: English Analogs of Hispanic ser-estar» (1973), recogido en Essays on Spanish: Words and Grammar (edited by Joseph H. Silverman), Juan de la Cuesta, Newark (Delaware), 1991, págs. 64-78. Lo relativo a all, págs. 67-70. Del mismo Bolinger, véanse «Still More on ser and estar» (1947) y «More on ser and estar» (1944), recogidos también en el volumen antes mencionado, págs. 56-63 y 47-55, respectivamente; en págs. 47-48 precede una nota, redactada para el volumen y en la que se explica el sentido y origen de ese estudio de 1944: diálogo sobre dicho tema con William Bull (estudio de 1942) y William Moellering (1943). Finalmente, voy a reproducir el último párrafo del primer trabajo de Bolinger, párrafo dentro del cual se halla el texto original de la traslación conceptual realizada por Coseriu (no difícil de reconocer: se halla en las primeras dos líneas, hasta el primer punto). He aquí tal resumen (pág. 78): «To summarize: If a phenomenon is an accident, it can overtake its host entity with greater or lesser force, i.e. be intensified; hence all. The entity itself can be held in the mind; hence think. And what is essentially unchanging can submit to changes that do not transmute what underlies them into something else; hence get. This is not intended as a scientific explanation of the contrasts, but as a verbalization of the metaphor. A good deal of what passes for meaning in language is pictorial, and can be described better than it can be defined».

6 Puesto que son numerosos los estudios de Coseriu relacionados con el latín vulgar y resultaría para la situación de ahora muy prolijo enumerarlos todos, simplemente remito a las bibliografías que aparecen en los varios homenajes existentes, particularmente al último hasta el momento: Adolfo Murguía, editor, Sprache und Welt. Festgabe für Eugenio Coseriu zum 80. Geburtstag, Gunter Narr Verlag, Tubinga, 2002 («Verzeichnis der Schriften von Eugenio Coseriu»: págs. 215-245).

7 Por tener relación con el fondo de mi trabajo, quiero mencionar el de Olga Mori «Contribución de los principios coserianos a los estudios contrastivos», en Odisea, 3 (primera parte de Eugenio Coseriu in memoriam), 2003, págs. 167-178.