Metodología de la traducción directa del inglés al español. Materiales didácticos para traducción general y especializada
Mariana Orozco Jutorán
Segunda edición. Editorial Comares, Colección Interlingua, Granada, 2012, 293 págs.
Mireia Vargas-Urpi
El mundo de la traducción vive en un cambio constante y el manual que reseñamos a continuación consigue reflejar a la perfección el dinamismo de este ámbito. Se trata de un manual eminentemente práctico, orientado claramente al docente que busca nuevos recursos para revisar su aproximación a la enseñanza de la traducción y adecuarse a las directrices del Espacio Europeo de Educación Superior, así como también a las nuevas demandas del mercado y al perfil de los estudiantes que llegan a los nuevos grados de Traducción e Interpretación. A medida que avanza en la lectura, el lector se da cuenta de que se trata de una recopilación de conocimientos y de saber hacer ordenada para facilitar una progresión lógica y gradual en la adquisición de la competencia traductora, desde las cuestiones básicas que se enseñan en una introducción a la traducción, hasta cuestiones mucho más complejas y propias de asignaturas de traducción especializada. Sin lugar a dudas, un manual que plasma toda la experiencia docente e investigadora de la autora del mismo.
El manual se vertebra en unidades didácticas que siguen una estructura similar. De este modo, la autora combina ejercicios prácticos con fragmentos de reflexión que contextualizan las actividades. Al final de cada unidad se proponen textos para traducir seleccionados en función de los objetivos de la unidad didáctica.
En las reflexiones cabe destacar el tono ameno y didáctico adoptado por la autora. Se trata de uno de los logros del manual: saber presentar reflexiones en torno a la traducción y, a la vez, entretener al lector con ejemplos cercanos, anécdotas y metáforas. De hecho, la metáfora cobra una importancia especial en las descripciones del proceso traductor y de la traducción como resultado. Por ejemplo, en la unidad didáctica 4, dedicada a los mecanismos de coherencia y cohesión, la autora asemeja el acto de traducir al de tejer un jersey con hilos de varios colores y materiales; una metáfora que ayuda al lector a crear una imagen mental muy gráfica de lo que puede representar la traducción.
Por otra parte, aunque en algunas reflexiones se presentan conceptos teóricos (por ejemplo, al hablar de la traducción como acto de comunicación, o al debatir la cuestión de la equivalencia traductora), la autora evita sobrecargar el manual con reflexiones teóricas sobre la traducción, subrayando así su objetivo esencialmente práctico. Si tenemos en cuenta que la mayor parte de grados en Traducción e Interpretación en España incluyen alguna asignatura sobre teoría de la traducción, la decisión de no incluir teoría en las clases prácticas de traducción queda perfectamente justificada. Algunas unidades didácticas combinan las reflexiones con tablas, cuadros o listas, o con textos divulgativos sobre el tema de la unidad (por ejemplo, varios artículos en los que el traductor Xosé Catro presenta, con su toque irónico, las interferencias del inglés en las traducciones al español).
El libro contiene, además, sesenta y cinco ejercicios prácticos, para su realización de manera grupal o individual. La variedad de estos ejercicios constituye otra de las contribuciones del manual y se convierte en una fuente de inspiración para el docente que, como en otros manuales precedentes, huye de la clásica aproximación práctica basada únicamente en la corrección de traducciones en el aula. Aunque esta siga siendo una actividad importante, los ejercicios complementarios dan la oportunidad al alumnado de reflexionar sobre los conceptos presentados en la unidad didáctica a partir de su aplicación práctica, el análisis de fuentes de documentación o la comparación de diferentes traducciones de un mismo texto, ayudándolo así a desarrollar ese punto de vista crítico tan necesario para la formación de traductores.
La selección de textos para traducir es otra de las bazas del manual. En total se presentan treinta y cuatro textos de temática general, seis traducciones para revisar y doce textos de traducción especializada, cada uno escogido cuidadosamente en función de las competencias que se van a trabajar. Los textos son variados en cuanto a su temática y género, y reflejan la diversidad de encargos a la que tendrá que enfrentarse el traductor profesional: desde fragmentos de textos literarios a noticias de prensa, tiras cómicas, canciones infantiles, diálogos de series de televisión o contratos y artículos científicos en la parte de traducción especializada.
Aparte de las unidades didácticas, el manual empieza con una evaluación diagnóstica y termina con algunas preguntas para la autoevaluación. Esto también confiere cohesión al manual, ya que ambas se complementan entre sí y ponen énfasis en la conciencia que va tomando el alumnado en cuanto a sus propios avances en la adquisición de conocimientos declarativos y operativos. Por otro lado, el apéndice con pautas para trabajar las traducciones en clase y para su evaluación es otra de las partes que todo docente sabrá apreciar y a la que probablemente recurrirá en busca de ideas para añadir dinamismo a la corrección de traducciones en el aula.
Finalmente, cabe elogiar la gran voluntad de plasmar los cambios vividos en el sector de la traducción y de presentar una visión actualizada de la profesión. Por ejemplo, el auge de las tecnologías aplicadas a la traducción y la «amenaza» que pueden suponer en este ámbito se contemplan ya desde la segunda unidad didáctica, donde se plantea el valor añadido de una traducción realizada por un ser humano frente a una traducción automática. Esta reflexión sirve para introducir los argumentos a los que puede recurrir todo traductor para hacer valer su labor y, en este sentido, se insiste en la necesidad de hacer pedagogía en el mercado.
Los cambios en el sector también se reflejan en la unidad didáctica sobre la profesión del traductor, donde se describen diferentes salidas profesionales e incluso se propone un ejercicio para comparar tarifas. También se observan claramente en la unidad didáctica sobre revisión de traducciones; una tarea para la que se requiere una formación sólida y cierta experiencia en traducción.
En definitiva, se trata de un manual completo, actualizado y muy bien estructurado y redactado, totalmente recomendable como fuente de recursos y actividades o incluso como manual de clase para la traducción directa del inglés al español, la asignatura reina de la mayor parte de grados de Traducción e Interpretación en España.
Un clásico de la ficción feminista
El papel pintado amarillo
CHARLOTTE PERKINS GILMAN
Editorial Contraseña, Zaragoza, 2012, 83 págs.
Carmen Velasco Rengel
The Yellow Wall-Paper es un relato breve11 de Charlotte Perkins Gilman publicado a finales del siglo XIX. Mediante este dispositivo autoficcional la autora consigue escapar de la locura arrastrándose como las mujeres fantasmagóricas que describe, como si ella misma también estuviese atrapada en el empapelado amarillo de la habitación de la casa señorial que describe. La escritora concibió este texto en contra de las prescripciones y curas de reposo aplicadas a las mujeres que sufrían depresión postparto o neurastenia a finales del siglo XIX.
Gilman fue una creadora prolífica, publicó alrededor de quinientos poemas, más de doscientos cuentos, cientos de ensayos, ocho novelas y una autobiografía. Este texto, cuya edición bilingüe ahora reseño, salió a la luz por primera vez en 18922 en la New England Magazine (n.º 5, págs. 647-656).3 La autora, como la protagonista, padeció una depresión de similares características y fue atendida por el reputado doctor y neurólogo Silas Weir Mitchell (que aparece con su nombre en el relato) quien había desarrollado una terapia específica para las mujeres con vocación creativa. El tratamiento consistía en reposo absoluto, una severa cura de sueño, una dieta rica en calorías y la prohibición de practicar cualquier actividad creativa, intelectual o artística.
El impedimento para crear y pensar, para someter la autonomía y el talento femeninos, era lugar común en la práctica médica de la época. De hecho, el doctor Edward H. Clarke (profesor retirado de la Harvard Medical School), expone en su libro Sex in Education: or, a Fair Chance for the Girls (1873)4 cómo las chicas que estudian durante la menstruación y el periodo de desarrollo sexual desvían su energía sexual de sus órganos reproductores con la consiguiente atrofia de su vientre lo que, según él, aumentaría su cerebro. De este modo, este tipo de mujeres desarrollaría todo tipo de enfermedades como menorragias, dismenorrea, hemorragias, amenorrea, dolores de cabeza, dispepsia, histeria, locura, etc., que finalmente las conducirían a la muerte.
Razones como estas, sumadas a los diversos tratados feministas que Gilman escribió a lo largo de su vida,5 aportan a su obra un matiz didáctico que adopta en ocasiones el tono de una proclama política.
Quizá por esto también se sintiera en la obligación de explicar más de veinte años después el motivo de su escritura en un artículo, «Why I wrote The Yellow Wall-Paper», que vio la luz en octubre de 1913 en The Forerunner (n.º 4, p. 271), añadido como epílogo al final de la edición que nos ocupa. Según afirma la autora en ese escrito aclaratorio, uno de los principales motivos del relato fue convencer al neurólogo mencionado, S. W. Mitchell, de que cambiase sus métodos curativos, los cuales condujeron a la paciente a la locura. El doctor fue receptivo a su lectura tardía del texto y decidió modificarlos, hecho que en cierta medida justificó, según declaró la propia Gilman, esos años suyos de locura.
El acierto de la nueva edición bilingüe de El papel pintado amarillo (que ya había sido publicado con anterioridad en nuestro país como El empapelado amarillo6) con el epílogo aclaratorio, prólogo de María Ángeles Naval y la propuesta de traducción de María José Chiliá, se ve ensombrecido por una versión al español que no respeta un recurso fundamental de este texto, utilizado además por Gilman con objeto de incidir en el lado inquietante de la historia: me refiero al uso de la cursiva. Sorprende la ausencia de este elemento, sobre todo porque la edición a la que se atiene el texto original, según se indica al final del libro, es la publicada por Penguin en 2009 a cargo de Denise D. Knight, que sí respeta este procedimiento utilizado por la autora. A la hora de abordar la traducción, hubiera sido muy conveniente cotejar la copia del manuscrito (fechado en 1890-91) con la primera edición, publicada en la New England Magazine (n.º 5, pp. 647-656) y acopiada por Shawn St. Jean,7 pues en el original la autora subraya ex profeso las palabras que luego pondría en cursiva.
La edición de Shawn St. Jean contiene un estudio de los textos originales y las ilustraciones de The Yellow Wall-Paper realizado por Catherine J. Golden (2006: 70), «Gilman manuscript; the 1899 Small, Maynard chapbook; or the 1892 illustrated text at is appeared in the New England Magazine…», donde se comparan los asteriscos que aparecen en los tres textos para llegar a la conclusión de que no hay que privilegiar solo el texto lingüístico. Según Golden, este relato de Gilman cuenta una historia diferente y paralela a partir de la hilera de asteriscos dejados por la autora.
En efecto, al ser la cursiva en un texto escrito en redonda una marca gráfica que sirve para dar a una letra o a una palabra algún valor distintivo, cuando leemos el texto en inglés de la edición que nos ocupa, sentimos que Charlotte Perkins Gilman pretende realzar ciertas palabras para indicar los síntomas de su enfermedad. Serían señales dejadas para el lector, rastros de su delirio igual que las migas de pan que Hansel tiró por el camino la segunda vez que fue abandonado en el bosque junto a su hermana, y que se pierden en la translación al español.
Por así decir, la traducción de un texto literario implica una posibilidad de llegar de forma efectiva a desarrollar el mayor número de posibilidades o mundos posibles del texto original. Como ha señalado Venuti8 es importante que el texto meta mantenga la intención del texto fuente, y en las traducciones literarias es especialmente relevante que se tenga en cuenta el análisis del texto concreto. No se puede negar que en la traducción de textos literarios se deben considerar en todo momento tanto los aspectos textuales como los extratextuales. The Yellow Wall-Paper pretende reflejar la incognoscibilidad de los mecanismos más recónditos de la imaginación de una escritora y necesita de soluciones ortotipográficas para dar vida a lo que nos quiere contar. Estos dispositivos deberían ser tenidos en cuenta a la hora de la traducción porque si no, tomando prestadas las palabras a la propia narradora, «perhaps that is one reason [I do] not get well faster».9
La palabra ilusa. Transcodificaciones de vanguardia en Italia
Alessandro Ghignoli
Comares, Granada, 2014, 104 págs.
Natalí Andrea Lescano Franco
Los movimientos de vanguardia han sido muy prolíferos no solo desde el punto de vista de la literatura, sino también desde otras disciplinas como son la música o la arquitectura. El hecho de que los vanguardistas estuviesen adelantados a su tiempo junto a sus ansias de romper con lo que estaba establecido para volver a reconstruir una sociedad diferente ha tenido como resultado la creación de numerosas obras y estudios basados en estas. No olvidemos que las vanguardias, al igual que casi todos los movimientos culturales, se extendieron a lo largo de todo el mundo. En Europa destacan países como Francia, Italia, España y Portugal. Sobre estos dos últimos podemos encontrar algunas obras de referencias a través de las cuales se puede analizar la literatura de vanguardia, obras como Las vanguardias literarias y el grupo del 27 (1989) de Montserrat Tarrés; Las vanguardias literarias en España (1999) de Harald Wentzlaff-Eggebert; Orficos y ultraístas: Portugal y España en el diálogo de las primeras vanguardias literarias (1915-1925) (2001) de Antonio Sáez Delgado. Además podemos encontrar obras dedicadas a las vanguardias latinoamericanas como es el caso de Las vanguardias literarias en Argentina, Uruguay y Paraguay (2003) de Dieter Reichard y Carlos García. Sin embargo, tanto en el ámbito de la traducción como de la literatura, son pocas las obras escritas en español que tienen como tema principal las vanguardias en Italia y aún menos aquellas que recogen en su interior un análisis de la evolución de los diferentes grupos de la época y las diferencias y similitudes que se pueden apreciar entre ellos. La palabra ilusa llena ese espacio hasta ahora vacío y sirve de referencia a aquellos que quieren tener otra visión de este movimiento en Europa.
La palabra ilusa pasa a formar parte de la dilatada carrera literaria y traductora del autor, Alessandro Ghignoli, quien además de escritor y poeta es docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Málaga. Entre sus publicaciones anteriores encontramos estudios críticos como: Un diálogo transpoético. Confluencias entre poesía española e italiana (1939-1989) en 2009, Transmediazioni. Lingua e poesia en 2011 o (con Llanos Gómez) Futurismo. La explosión de la vanguardia en 2011. Además, en su labor como traductor, destaca la traducción de varios poetas españoles, hispanoamericanos y portugueses al italiano entre los que podemos citar a José Hierro, Luis García Montero, Camilo Pessanha, Hugo Mujica y Juan Gelman.
En este caso Ghignoli vuelve a centrarse en el estudio de las vanguardias y más concretamente en la evolución del uso de las palabras que hacen los diferentes autores a través de los distintos movimientos que surgen en Italia a lo largo de los siglo XX y XXI. De esta forma autores, que en principio, no guardarían mucha relación están relacionados por un hilo conductor: La palabra ilusa que cambia y se adecua al tratamiento que cada autor quiere darle y a la función que cada uno de ellos pretende que ésta desarrolle en un momento concreto, ya sea la ruptura de ésta para volver a crear algo totalmente nuevo o la crítica a los medios del poder a través de la manipulación de textos periodísticos. El discurso de los autores se concreta a través de dos elementos que se mezclan: palabras e imágenes que se completan y se unen para formar un todo.
El libro está claramente dividido en ocho capítulos. Cada uno de ellos se centra en un autor o un grupo concreto que a su vez forma parte de uno de los diversos movimientos vanguardistas. Los capítulos que conforman el libro son: 1) «La ilusión de la palabra». Este breve capítulo sirve como introducción al tema que posteriormente se desarrollará. Es una forma de poner al lector en situación y de esta manera situarlo en el contexto del cual se hablará a continuación. 2) «Una poética de la palabra en Filippo Tommaso Marinetti». Como creador del futurismo, Marinetti buscaba la ruptura con la tradición que existía, aunque no con toda la tradición, ya que debido a su formación a lo largo de su obra tendrá influencias de Leopardi y de Dante, escritores que marcaron una etapa y que le sirvieron de referente. En este capítulo se desarrolla la manera en la que Marinetti comprendía la poesía y la escritura entendida por él como «un conjunto de palabras —en libertad— imágenes, sonidos, gestos, gritos, ruidos, comunicación teórica y formulaciones políticas» (Ghignoli, 2014: 10) y esto es lo que plasmará en textos como Zang Tumb Tumb (1914), obra escrita como la mayoría para ser declamada. Por el contrario, en Spagna veloce e toro futurista (1931) Marinetti se acercará más a la sintaxis convencional. En este capítulo podemos encontrar más ejemplos de sus obras y observar la evolución del autor a lo largo de los años. 3) «El recorte poético-informativo en Antonio Porta». En este caso se destaca el hecho de que la neovanguardia, movimiento al cual pertenece Porta, no cuente con un manifiesto como el que había producido Marinetti. Al igual que ocurre en el capítulo anterior, se recurre a la exposición de las diferentes obras de este autor para explicar las principales características de este movimiento y de los grupos que lo conforman, como el Gruppo 63, uno de los más heterogéneos y en el que podremos encontrar diferentes formas de entender la escritura. Podemos apreciar las diferencias que existieron entre este movimiento y el futurismo, diferencias que surgirán sobre todo por la diferente visión ideológica con respecto a la ruptura con el pasado. En este capítulo se mencionan libros de Porta como La palpebra rovesciata (1960), Quanto ho da dirvi (1977) o el análisis de los Collages (1964) que usa para coger elementos de la realidad, a priori caducos, para crear un nuevo texto y acercarse de esta forma también a la realidad. 4) «El sincronismo de la palabra-imagen en Lamberto Pignotti». El año 1963 es un año muy prolífero en la producción literaria en Italia. En esta fecha no solo surge el Gruppo 63, sino también la poesía visiva y años más tarde el Gruppo 70. El resultado es un movimiento poético en el cual los sentidos se mezclan para obtener una lectura completa de las obras. Los escritores de este movimiento se valdrán aún más de la técnica del collage, según la cual unirán imágenes y palabras para crear una nueva escritura que irá un paso más allá y que obligará al lector a emplear todos sus sentidos para comprenderla. Se trata de «manipular a los manipuladores» (Ghignoli, 2014: 27). Entre las obras que se destacan de Pignotti encontramos L’Italia se ne va (1964) o Che c’è scritto? (1977). 5) «Tachaduras y desenfoques en Emilio Isgrò». Emilio Isgrò buscaba un discurso verbovisual, por lo que sigue con la línea marcada en los capítulos anteriores, aunque este autor lo lleva al extremo llegando en ocasiones a prescindir de las palabras y abandonando su posición privilegiada frente a la imagen que cobra una mayor importancia y un valor icónico. Se busca acercarse a la poesía de Mallarmé y para eso se recurre al uso de mapas, caligramas o jeroglíficos que apoyan la parte visual frente a la palabra en sí. Algunos textos que se destacan en este capítulo son Giornale cancellato (1965) y Jacqueline (1964). En ambos se juega con la imagen y la palabra, se manipula una realidad mediante la tachadura de determinadas palabras o el desenfoque de las imágenes para crear otra. 6) «La disolución de la palabra en Gianfranco Baruchello y Alberto Grifi». En este caso la transcodificación de la palabra en imagen va un paso más allá. La palabra y la imagen cobran vida gracias a la película Verifica incerta (1964) en la cual se aúnan todas las características del cine de vanguardia que aparecen reflejadas en el manifiesto de Marinetti, I poeti e la cinematografia (1938). En esta cinta no se pretende que el receptor entienda lo que está pasando ni que sea bello, y sus directores lo consiguen mediante la repetición de imágenes, o el juego con el sonido. Se pierde la concepción lógica del cronotopo y en este caso la imagen prima más que nunca sobre la palabra, lo que hace que esta película se convierta en uno de los máximos exponentes del movimiento de vanguardia. 7) «La reescritura del texto o la transducción en Gabriele Frasca». A lo largo de los capítulos anteriores se desarrolla la escritura de vanguardia en la poesía y en el cine, mientras que este capítulo se centra en el teatro y su transformación gracias a Gabriele Frasca. Se vuelve a insistir en la necesidad de buscar la oralidad en las obras, para que de esta forma la palabra cobre vida. En la nueva concepción del teatro se busca la sonoridad y el desconcierto del público quien en este caso ya no tiene una labor pasiva sino que la cuarta pared desaparece y éste pasa a formar parte de la obra. Al final del capítulo podemos encontrar una lista de la obra literaria de Gabriele Frasca y las traducciones que ha llevado a cabo, ya que para Gabriele Frasca la labor traductora es tan importante como la creación de una obra teatral. Éstas son las más representativas de este periodo y en las que podemos encontrar las características propias del teatro desarrollado por Gabriele Frasca. 8) «Desorden y entropía textual en Armando Bertollo». Como se ha mencionado anteriormente, la vanguardia no es un movimiento que solo surge en la literatura, sino que se desarrolla en varias áreas. Prueba de ello es este último capítulo, en el cual se mezcla la palabra con el arte y el gesto arquitectónico para formar una nueva composición en la página, en ella se atan palabras, líneas, trazos que se unen y se rompen a gusto del autor. Esto hace que el lector se convierta en un nuevo autor y que cree la obra mediante su particular mirada. Las obras que mejor representan esta nueva lectura del texto son: Ribeltà. Esperienza del linguaggio (2004) y Il teatrino della scrittura. Attraverso i sintoimi (2009).
Podemos destacar también los contenidos extralingüísticos que están estrechamente relacionados y que complementan al contenido lingüístico. En este caso no se entendería la exposición de los capítulos y la defensa que se hace de la unión entre palabra e imagen sin la aparición de ejemplos concretos que sirven para ilustrar al lector y darle una idea sobre cada uno de los movimientos que se tratan en el libro. No solo cuenta con las imágenes, sino también con un anexo final en el cual se pueden encontrar una ampliación de las referencias internas que se hacen a la obra de los diferentes autores. Estas referencias son textos que están en italiano y que van desde el Manifesto tecnico della letteratura futurista (1912) de Filippo Tommaso Marinetti pasando por la descripción de la película Verifica incerta (1964) de Grifi y Baruchello para acabar con Didascalia (o sequenza-operativa) di un’esperienza multipolare della scrittura (2012) de Armando Bertollo.
Los contenidos y la novedad que este libro conlleva dentro del panorama de los estudios de vanguardia y sus transcodificaciones hace que sea un libro que debe tenerse en cuenta para aquellos a los que les interese ahondar en este campo de estudio ya sea desde la perspectiva literaria o traductológica, pues es el único libro dentro de la vanguardia en el cual podemos apreciar la traducción no solo desde el punto de vista interlingüístico, sino también intersemiótico. Por lo cual tenemos una doble aproximación a la traducción recogida en una sola obra.
Traducción, identidad y nacionalismo
en Latinoamérica
Nayelli Castro Ramírez (coord.)
Bonilla Artiga Editores, Conaculta/Fonca, 2013, 286 p.
Raúl Ernesto Colón Rodríguez
Octubre de 2013 fue generoso en publicaciones sobre Historia de la Traducción en la América hispana. Apareció el primer Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica en España, lógica y esperada consecuencia del Diccionario histórico de la traducción en España (2009). En México aparecía también Traducción, identidad y nacionalismo en Latinoamérica, obra colectiva que reseñamos aquí, coordinada por Nayelli Castro Ramírez. A pesar del título inclusivo, esta publicación se concentra exclusivamente en temas hispanoamericanos, constituyendo, no obstante, un primer y digno de elogio esfuerzo por historiar de manera continental y en varias dimensiones, la traducción que hacia el español allí se ha hecho. Ambas obras coinciden al introducir colectivamente el campo de investigación traductológica que es la Historia de la Traducción en Hispanoamérica o, si se quiere, en América Latina.
La obra mexicana cuenta con diez colaboradores, además de la coordinadora. Ha sido concebida siguiendo un diseño temático y cronológico tradicional y concentra su atención en algunos países de la región, particularmente México, Colombia, Chile y Venezuela. El texto está dividido en tres secciones o capítulos titulados: «Avatares traductores de la colonia a las independencias», «Forjar la nación: traducir para educar», y «Coyunturas actuales: traducción e interculturalidad». La actualización teórica y la descripción del estado actual de los estudios en Historia de la Traducción en América Latina, o en otras zonas geográficas pero sobre la región, es tratada en varios de los capítulos de la compilación.
La primera sección está consagrada a temas relacionados con la traducción en la época de la transición entre la colonia y las independencias hispanoamericanas. Por ejemplo, Payàs se concentra en el caso chileno, aportando al mismo tiempo reflexiones teóricas sobre la utilidad revisionista de la Historia de la Traducción con respecto a la Historia en general. Bastin, Echeverri y Campos estudian la importancia histórica y político-ideológica de la traducción hecha por el colombiano Antonio Nariño de La Déclaration des droits de l’homme et du citoyen de 1789 y de la Lettre aux Espagnols Américains de Viscardo, publicada en 1792 por el venezolano Francisco de Miranda; dos documentos que tuvieron una importancia cardinal en los procesos independentistas hispanoamericanos. Navarro se concentra en un soporte específico, la prensa, para mostrar que la apropiación del original en América hispana es un procedimiento usado por los dos campos políticos en lucha en esa época. Los tres artículos pertenecen a investigadores que trabajan o se han formado en el espacio traductológico canadiense, subrayando la influencia de ese país en el desarrollo de la disciplina en América Latina.
La segunda sección está consagrada al papel de la traducción en los procesos de implantación del credo nacionalista por medio de la educación, tanto en Colombia como en México. El capítulo de Montoya Arango sobre Colombia exhibe una excelente y bien informada introducción al tema de la Historia de la Traducción en ese país. Los de González Kahn y de Castro Ramírez tratan el tema mexicano, tocando el primero las traducciones que promovió José Vasconcelos —Ministro de Educación de 1921 a 1924—, y explorando el segundo la traducción de la filosofía de la antigüedad en el México posterior a 1910. Si bien se hace un énfasis en las particularidades de instituciones nacionales, personalidades políticas y redes intelectuales que, a través de la traducción, han trabajado en pro de la consolidación de los estados-nación en formación, un análisis crítico del paradigma nacionalista ha quedado ausente de estos estudios, concebido quizás como algo «natural». Urge la crítica del paradigma nacionalista en Historia de la Traducción, como se ha venido haciendo ya en Traductología (Cronin, 2013).
En la tercera sección el eje central es «la heterogeneidad cultural que caracteriza a las sociedades latinoamericanas contemporáneas» (Castro Ramírez, 2013: 17), a partir del análisis de la traducción de documentos específicos en contexto mexicano. El capítulo de D’Amore Wilkinson promueve la glosa como recurso de aproximación a la otredad, para explicitar los matices culturales y raciales en traducción inglesa de los apodos utilizados frecuentemente en la vida social y política mexicana o latinoamericana. Zaslavsky trata el conflicto traducción-interpretación transformado en tema político, en torno a un caso policial en espacios aborígenes mexicanos. Por su parte, Limón Aguirre propone una traducción constructora de interculturalidad en esos contextos, lo cual testimonia el interés creciente en torno a la temática aborigen en México.
La ausencia de índices más robustos es de lamentar, pero Traducción, identidad y nacionalismo en Latinoamérica es una obra de consulta recomendada a todos aquellos que se interesan en la Historia de la Traducción en América Latina.
La interpretación consecutiva
y simultánea
MARÍA GRACIA TORRES DÍAZ
Publicaciones y Divulgación Científica, Universidad de Málaga, 2014, 150 págs.
Beatriz Flores Silva
La interpretación ha conseguido adquirir una posición notable en los actuales planes de estudio en Traducción e Interpretación, aunque su presencia no parece haber cobrado aún la relevancia que realmente se merece, pues esta disciplina se ve inevitablemente ensombrecida por la imponente figura de la traducción. A pesar de los esfuerzos, la interpretación todavía no ha llegado a ocupar el lugar que le corresponde. En la tercera edición revisada de su obra La interpretación consecutiva y simultánea (la primera se publicó en 1998 bajo el título Manual de interpretación consecutiva y simultánea y se tradujo al polaco en 2012), María Gracia Torres Díaz, profesora titular en la Universidad de Málaga, se hace eco de esta situación. Además, profundiza en el estudio de la interpretación consecutiva y simultánea, de manera que la obra queda dividida en dos partes. En esta edición se adjunta un CD con contenidos idénticos a los publicados en 1998, en esta ocasión con archivos mp3, y con el audio mejorado por el CTI de la Universidad de Málaga. Este CD incluye ejercicios prácticos de interpretación en inglés presentados por I.S. Bains, que se pueden descargar para practicar en cualquier dispositivo móvil, y así responder a la versatilidad que requiere el usuario de hoy en día.
El objetivo es que los lectores, alumnos, profesores o interesados en la materia, conozcan estas dos modalidades para que se puedan iniciar en el aprendizaje o la enseñanza de la interpretación.
En la primera parte de la obra, la autora aclara cuáles son las diferencias entre la traducción y la interpretación. Al contrario de lo que se suele pensar, la interpretación no consiste en una simple «traducción oral», pues, a veces, se trabaja con un texto escrito: el discurso. Además, las condiciones bajo las que se realiza esta actividad difieren a las del proceso traductológico, ya que el intérprete está sometido a la presión temporal y circunstancial, atiende a dos procesos (escucha y comprensión, y posterior transmisión en vivo) e igualmente, debe contar con destrezas que no se requieren en un ejercicio de traducción, tales como la agilidad mental y la memoria. Sin embargo, convergen en ciertos aspectos, pues ambas disciplinas trabajan tanto con lenguas como con culturas, y comparten la misma finalidad: transmitir un mensaje.
En esta parte se incluye un segundo capítulo donde se explica detalladamente las dos fases que se dan durante el proceso de interpretación: la recepción y la comprensión auditiva, seguida de la transmisión del mensaje. En la primera etapa, el intérprete realiza una escucha comprensiva que le permite entender la información y captar el sentido del mensaje. No obstante, este proceso entraña ciertas dificultades a nivel cognitivo, pues el intérprete, a la vez que escucha y procesa el mensaje, tiene que comprender su contenido en una lengua extranjera o materna. Si se quiere obtener un resultado satisfactorio, es esencial la toma de notas que ayuden a activar el recuerdo de las ideas previamente transferidas a la hora de reproducir el mensaje. Además, la memoria, la atención y la documentación colaboran en el proceso de captación del sentido. En cuanto a la etapa de transmisión del mensaje, el intérprete deberá reconstruir el discurso pronunciado por el orador en otra lengua para crear un mensaje que comunique el sentido y las ideas principales, con la intención de que cause efecto en el público. En esta fase, el intérprete debe cuidar su expresión y su pronunciación, regular su tono de voz, hacer uso de las notas, y no dejarse influenciar por estados de ánimos negativos. Para concluir, se añade un apéndice con símbolos hechos a mano para la toma de notas y una extensa bibliografía sobre interpretación. Este apéndice se mantiene igual que en la primera edición.
La segunda parte está dedicada a la interpretación simultánea, definida por la autora como (2014: 91) «una compleja actividad de procesamiento, que consiste en la escucha de una unidad de sentido en una lengua de partida a través de un material electrónico, a la que otra unidad de sentido, previamente escuchada, está siendo transformada en una lengua término». Por tanto, esta actividad requiere del intérprete habilidades, cierta capacidad innata y mucha práctica.
En esta parte la autora incluye ejercicios prácticos para iniciar al alumno en esta actividad antes de enfrentarse a prácticas reales. Se destacan tres tipos de ejercicios con su consecuente desglose: aquellos dirigidos al discurso para que el intérprete en potencia ejercite la memoria y aprenda a adaptarse a las circunstancias (cloze, shadowing, time-lag, traducción a la vista y ejercicios de anticipación); los destinados a los elementos subordinados al proceso (ejercicios con cifras, con nombres propios y también en la cabina para monitorizar el output mientras se escucha y comprende el input); y los relacionados con las variedades de la interpretación simultánea (ejercicios de interpretación a la vista y de relé). Para la correcta realización de los ejercicios, el alumno deberá utilizar también el soporte auditivo que se le facilita. Los ejercicios parten de un nivel básico y su dificultad aumenta progresivamente. Se clasifican en tres niveles: elemental, intermedio y avanzado. Al final, se agrega un apéndice con un glosario de términos (inglés-español) que aparecen en los ejercicios y una bibliografía.
A modo de reflexión, este volumen constituye un importante material didáctico enfocado a la enseñanza tanto teórica como práctica de la interpretación. La autora explicita que esta obra está principalmente destinada a los alumnos en periodo de formación, aunque también puede servir de gran ayuda para otros profesores que impartan docencia en este campo. Además, La interpretación consecutiva y simultánea también es recomendable para todo aquel que muestre especial interés por explorar el mundo de la interpretación o, simplemente, desee cultivar sus conocimientos en esta fascinante disciplina.
A Literary Map of Spain in the 21st Century
GRACIELA SUSANA BORUSZKO
Peter Lang, Nueva York, 2013, 186 págs.
Álvaro Calero Pons
Graciela Susana Boruszko es profesora en la Pepperdine University de California y dirige el grupo de investigación Identidades Emergentes en las Literaturas de la Cartografía Española. Entre sus numerosas publicaciones en el ámbito de la literatura comparada habría que destacar el libro sobre el que trata esta reseña. A Literary Map of Spain in the 21st Century se divide en nueve capítulos, cada uno dedicado a un área lingüística y cultural de España o a una temática literaria. Este libro nos ofrece una visión caleidoscópica de los espacios lingüísticos y culturales de España en el siglo xxi desde un punto de vista literario, sin llegar a incidir profundamente en ninguno de ellos.
En el primer capítulo, la profesora Boruszko explica cómo abordará la cartografía lingüística y literaria española. Se refiere a los conceptos transnacional e hipernacional y presenta la literatura como un elemento cohesionador. En el segundo capítulo, introduce los contextos sociopolíticos de los espacios literarios. Se centra en explicar cómo el contexto nacionalista del siglo xx fabricó una identidad española idealizada en detrimento de otras identidades, que quedaron invisibilizadas.
En el tercer capítulo, se centra en describir cada uno de los espacios lingüísticos, culturales y literarios. Hace una mención especial a la traducción, pues esta ha desempeñado un papel activo para visibilizar las periferias. Partiendo de la premisa de que la literatura es un elemento de reafirmación, la autora se plantea cómo encauzará España la riqueza literaria a partir de los nuevos contextos económicos y sociopolíticos. A partir de la literatura actual, describe los espacios literarios catalán, vasco, gallego y castellano.
El cuarto capítulo está dedicado al papel de la traducción en España, a los peligros del bilingüismo social y a la situación lingüística de Asturias. La profesora plantea aquí la problemática de escribir en una lengua «central» o en una lengua «periférica», ya que apunta que la traducción es la única manera de que un autor produzca su obra sin sentirse traidor. También reflexiona sobre los hablantes de lenguas «minoritarias», pues conocen lenguas «mayoritarias» con el nivel de lengua materna.
El quinto capítulo versa sobre la literatura de las Islas Canarias y de las Islas Baleares. El sexto capítulo, por su parte, se centra en la literatura del exilio en el mundo globalizado del siglo xxi. La profesora Boruszko hace una mención especial al caso de Hispanoamérica como lugar donde ha emergido el transnacionalismo, así como a las voces literarias femeninas. Afirma que, con Hispanoamérica, se ha creado un espacio literario para el siglo xxi, formado por los que se quedaron y los que se fueron.
En el séptimo capítulo la autora reflexiona sobre las mujeres, el terrorismo y la literatura en España. El octavo capítulo trata de los espacios literarios de transculturación y de las identidades migratorias en la cartografía. Para finalizar, el noveno y último capítulo habla de los espacios literarios híbridos y de las metafóricas fronteras literarias en España. Aquí, la profesora Boruszko reflexiona sobre las fronteras en la memoria del «yo» y del «otro» como reto de futuro y sobre la dificultad de los estados para aceptar la diversidad lingüística.
Un aspecto especialmente interesante es lo que afirma la autora en relación a la oposición entre «lengua universal» y «lengua minoritaria», pues considera que todas tienen los mismos derechos, sin establecer jerarquías. Sin embargo, no estoy tan de acuerdo cuando critica el hecho de que, en la Feria del Libro de Fráncfort de 2007, solo se invitara a los autores que escribían en lengua catalana, dejando de lado a los autores de origen catalán que escriben en otras lenguas, pues de otro modo la proyección de la lengua y cultura catalanas no habría sido tan notoria. Se invitó, en cambio, a una representación muy importante de escritores en lengua catalana, de cualquier territorio de habla catalana, por lo que este hecho quedó compensado. La Feria no estaba dedicada a Cataluña como espacio político, sino a la lengua y cultura catalanas.
Cabría destacar asimismo el uso del término lenguas «cooficiales» para referirse solo al catalán, al vasco y al gallego. En ese sentido, quizás habría sido más oportuno utilizar el término «oficiales», o bien emplear «lenguas cooficiales» si se incluye al español entre ellas —pese a todo, entiendo que esta denominación obedece a su distinto estatus—. En un plano personal, como valenciano y catalanohablante, este reseñista ha echado en falta alguna mención a la compleja situación lingüística, política y cultural que se está viviendo en la Comunidad Valenciana desde finales del siglo xx, situación de la cual la literatura ha dado buena cuenta.
Para los traductores que trabajan con varias de las lenguas de España, y a los que apasiona la traducción literaria, este libro resultará especialmente interesante, pues ayuda a conocer con profundidad, y de una manera cohesionada e interconectada, los espacios literarios que reciben estas traducciones. Como afirma la profesora, la traducción ha desempeñado un papel ético fundamental en España. Los estudios más recientes señalan que la traducción de estas diferentes lenguas al español está consolidándose como una combinación lingüística nada desdeñable, gracias a la constitución de estos espacios lingüísticos y culturales y al consecuente aumento de su producción propia. Al fin y al cabo, a un país se lo conoce leyéndolo.
Asimismo, para cualquier traductor, conocer este espacio común de lenguas y culturas resulta siempre enriquecedor, puesto que abordar las lenguas con la humanidad con la que lo hace la profesora Boruszko es indispensable para ser mejores profesionales. A pesar de algunas discrepancias puntuales, la lectura de este libro ha resultado enriquecedora, fundamentalmente porque ayuda a comprender cómo nos vemos desde dentro y cómo nos ven desde fuera, sin olvidar el profundo humanismo que se desprende de sus páginas.
La traducción como comunicación interlingüística transcultural mediada. Selección de artículos de Gerd Wotjak
Catalina Jiménez Hurtado (ed.)
Peter Lang, Frankfurt, 2015, 283 págs.
Cristina
Álvarez de Morales Mercado
La selección de artículos del traductólogo de Leipzig, Gerd Wotjak, que conforma este volumen no nos puede dejar indiferentes; muy al contrario, hacía falta un libro de estas dimensiones para que los traductores, profesionales o no, académicos o investigadores, legos o expertos, pudiéramos volver a reflexionar una vez más sobre asuntos tan destacados de la Traductología como los que aquí se plantean. En este trabajo se habla de todo, de todo lo que tiene que ver en el proceloso proceso traductor, desde el concepto de competencia translatoria, hasta los conocimientos que ha de poseer el traductor a la hora de abordar las traducciones, o el uso apropiado de herramientas tan necesarias como son los textos paralelos, los diccionarios (tan mal utilizados a veces), pasando por la recepción de las traducciones y los variados aspectos comunicativos, cognitivos y culturales que subyacen en toda actividad traductora. Posiblemente la grandeza de este libro se halle en la forma con la que el autor aborda cada sección, lo hace con un estilo depurado, teóricamente muy consistente, a la altura de sus precursores, a los que no solo apostilla con ejemplos y postulados, sino que dialoga con ellos, lo que sin duda facilita a los lectores un acercamiento a todos y cada uno de los problemas planteados y otorga al texto una sensación de estabilidad teórica y autoridad académica.
El volumen comienza con una sección dedicada a la Escuela de Leipzig, que inició su andadura a mediados de los años 60, aunque sus mayores éxitos académicos verían la luz algunas décadas después. La Escuela de Leipzig está conformada por «un núcleo de lingüistas y traductólogos interesados en la descripción de los complejos fenómenos de la traducción y la interpretación» (p. 15). Entre los nombres más destacados, Wotjak señala a tres como los autores de ese triunvirato traductológico-lingüístico de Leipzig, a quienes de forma indirecta, quizá sin pretenderlo, les ofrece un bonito homenaje a lo largo de estas páginas. Ellos son: Otto Kade, Albrecht Neubert y Gert Jäger, a los que suma el nombre de Heide Schmidt, especialista en lengua rusa, y que tanto tuvo que decir en la Teoría de la Traducción. En el seno de esta joven Escuela se formó nuestro autor y bebió de sus fuentes. En palabras de Wotjak, el mérito de la Escuela de Leipzig fue precisamente tener en cuenta la perspectiva del receptor, es decir, lo que ha querido decir el emisor, su intención comunicativa. Casi se podría decir que los teóricos de Leipzig fueron una especie de visionarios, que en virtud de sus acertadas teorías y perspicacia, supieron avanzar en su objeto de estudio: la traducción. De hecho hicieron hincapié en la importancia de la descripción científica del texto, en tanto que entidad semiótica, contribuyendo significativamente a que la Traductología se transformase en una ciencia de suma importancia «por su marcado carácter interdisciplinar y novedoso, llena de sugerencias hasta incluso para la descripción del sistema lingüístico» (p. 30). Uniéndose así a la línea de los teóricos literarios del momento (Escuela de Praga), que al igual que hicieran los formalistas rusos, décadas anteriores, luchaban por convertir su objeto de estudio, la literatura, en una ciencia.
Así pues, y asentadas las bases de la Traductología de la Escuela de Leipzig, Wotjak se lanza de pleno con el análisis de algunos de los aspectos más importantes para la comprensión adecuada de la traducción, conceptos necesarios y sumamente útiles para el traductor profesional (aunque él mismo confiesa no serlo), entre los que destacan: los tipos de traducciones, el escopos, la fidelidad y lealtad de los textos, las estrategias y técnicas de traducción, la enseñanza de la traducción y la adecuación comunicativa.
Me interesa resaltar el capítulo titulado «La Traductología, ¿qué puede aportar al traductor profesional?», pues aquí nuestro autor analiza algunas de las cuestiones que más nos preocupan a los traductores. Y lo hace tanto desde una perspectiva teórica como práctica. Cuestiones tan fascinantes como la imposibilidad de la traducción, según algunos autores, o, muy al contrario, la creencia de que todo acto de traducción es un acto artístico, siempre que se haga hincapié en la vertiente creativa y sobre todo en la inspiración. Aunque estos aspectos, entendemos, son más apropiados para el caso concreto de la traducción literaria.
El capítulo dedicado a los aspectos comunicativos, cognitivos y culturales de la actividad traductora es esencial para comprender la defensa tan grande que hace Wotjak sobre la importancia del carácter interdisciplinar de esta actividad. En opinión de nuestro autor, solo desde una concepción amplia de cultura pueden explicarse todas las divergencias observadas en el comportamiento, interacción, comunicación y cognición entre los hablantes de distintas comunidades culturales. También lo es el dedicado a las estrategias y técnicas traductológicas, pues a lo largo del capítulo se sistematizan coherentemente las principales técnicas que el buen traductor ha de dominar en su manejo de los textos. Desde la trasposición, pasando por la modulación y la equivalencia hasta la adaptación, como las estrategias principales, y la amplificación, omisión, explicitación y compensación como técnicas complementarias. Además esclarece muchas de las teorías que por su uso ya tenemos viciadas.
Los dos últimos capítulos de este volumen son mucho más prácticos. A lo largo de ellos, Wotjak se hace eco de algunos de los aspectos más interesantes de la traducción del alemán al español y viceversa: la traducción de unidades fraseológicas y los falsos amigos. Son sin duda, de consulta obligada a los amantes y profesionales de ambas lenguas.
Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica
FRANCISCO LAFARGA Y LUIS PEGENAUTE (eds.)
Iberoamericana-Vervuert, Madrid-Frankfurt, 2013, 515 págs.
Beatriz Gómez-Pablos
Francisco Lafarga y Luis Pegenaute, editores del Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica, se embarcan aquí en un proyecto de grandes dimensiones, con unas coordenadas espacio-temporales que abarcan más de cinco siglos y diecinueve países del continente americano; a lo que cabría añadir las numerosísimas lenguas de las que se vierte al español. Se trata, como ambos investigadores señalan, de un campo que ha sido explorado de modo fragmentario en artículos y parcialmente en algunas pocas monografías, publicadas sobre todo en los diez últimos años. Los editores apuntan que «se echan particularmente en falta obras de referencia que puedan dar a conocer la personalidad y labor de los traductores hispanoamericanos, así como la traducción y la recepción de los grandes autores y obras de la cultura universal en este ámbito geográfico» (p. 7). Este es precisamente el vacío que Lafarga y Pegenaute desean llenar con su Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica y así lo explican en la introducción: «el presente volumen intenta reunir, de manera ordenada y de fácil acceso –adoptando la forma de un diccionario enciclopédico– un conjunto de informaciones y noticias hasta ahora disperso, reelaborando los materiales y aumentando los resultados ya conocidos con investigaciones propias y originales» (p. 9). Para esta labor tan ambiciosa han invitado a un centenar de especialistas de fama internacional a colaborar en la redacción de los diversos artículos.
La información que ofrece el Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica de se complementa además con un portal titulado Biblioteca de traducciones hispanoamericanas que se puede visitar en la página del Instituto Cervantes.
La obra comienza con una breve introducción de cinco páginas donde se presentan el objetivo del diccionario y el estado de la investigación. A continuación se mencionan por orden alfabético los nombres de los autores que han colaborado y junto a estos aparecen las voces de su autoría. El elenco revela un equipo internacional de renombrados expertos en la materia. Las dos páginas siguientes están encabezadas por la palabra «Ámbitos». Cada uno de estos se corresponde con uno de los diecinueve países hispanoamericanos, además del ámbito «Virreinato» y del ámbito «Exilio». Lafarga y Pegenaute brindan de este modo una rápida visión de conjunto y facilitan al lector la consulta de voces relacionadas con un país o una época concreta.
El diccionario recoge un total de 214 entradas de diversa extensión (págs. 23-495), cada una de ellas con su propia bibliografía. La mayoría de estas entradas versan sobre traductores; otras describen la historia de la traducción en los diferentes países y algunas pocas tratan sobre la labor de revistas culturales (Sur en Argentina, la Gaceta de Caracas en Venezuela), movimientos nacidos a raíz de estas (los originistas en Cuba) o instituciones que promovieron la traducción (la Academia Antártica en el Virreinato de Perú). Lafarga y Pegenaute han deseado «poner el acento en los traductores, convirtiéndolos en el elemento nuclear de la investigación histórica del pasado de la traducción» (p. 9). Los traductores son, pues, los protagonistas del libro. Pero al mismo tiempo es lógico que al realizar una selección, se echen en falta algunos nombres. Por eso, los dos profesores explican los motivos que les han llevado a dar prioridad a unos traductores sobre otros: «El catálogo de traductores que cuentan con entrada propia en el diccionario se ha efectuado a partir de criterios de prestigio, de relevancia histórica de su tarea o de la fuerza de su personalidad (su importancia, por ejemplo, como escritores, políticos, intelectuales, es decir, personas que se han distinguido en ámbitos no estrictamente traductores)» (p. 10).
El diccionario recoge, además, artículos sobre la historia de la traducción en catorce repúblicas independientes. «Los editores lamentan que, a pesar de las arduas gestiones realizadas, no se haya podido encontrar colaboradores que se ocuparan de preparar los artículos generales relativos a Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua» (p. 9). No obstante, han conseguido que los cinco países ausentes, cuenten con artículos sobre algunos traductores de dichas naciones. De este grupo de voces, las entradas más extensas son Argentina, Chile, Colombia, México y Perú; todos ellos sobrepasan las diez páginas y resultan una valiosa e interesante aportación a la historia de la traducción en Hispanoamérica. Como señala Vázquez Villanueva, refiriéndose a Argentina, «a comienzos de la década de 1930 se inició la experiencia traductora más importante en la literatura argentina, que continuó hasta finales de la de 1950» (p. 50) y lo atribuye a dos factores: la creación de nuevas editoriales que tradujo gran cantidad de obras extranjeras, y la publicación de la revista Sur. Por su parte, refiriéndose a México en la misma época, también Castro y Zaslavsky destacan “el éxito de las empresas editoriales del siglo xx mexicano» (p. 267), «el trabajo traductor de muchos de los intelectuales del exilio español» (p. 268) –entre los cuales sobresalen José Gaos, Wenceslao Roces y Tomás Segovia– y la edición de textos y manuales traducidos por profesores de distintas universidades. A pesar de esto, los países que cuentan con más artículos en el Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica son Perú (un total de treinta) y Venezuela (con veintiséis). No es posible comentar el contenido de todos los países, pero deseamos detenernos brevemente en Cuba. Esta entrada, como todos los demás artículos relacionados con dicha nación, corre a cargo de Arencibia Rodríguez. La autora se centra en la labor realizada en el siglo xix y apenas da algunas pinceladas sobre el siglo xx. A la hora de escoger los traductores se inclina por los anteriores a la revolución y en todo momento evita mencionar la censura política del régimen castrista.
Si atendemos al aspecto histórico, encontramos seis entradas pertenecientes al siglo xvi: Durán, Felipillo, Garcés, Malinche, Martín Esteban, Molina, Olmos, Sahagún y Vega; es decir, artículos relacionados con los intérpretes –conocidos también como «lenguas»– (indígenas, mestizos y españoles), que actuaron de puente entre las dos culturas, y artículos relacionados con misioneros que tradujeron a y desde las lenguas indígenas. Al siglo xvii pertenecen cuatro entradas y casi dos decenas al siglo xviii. De este siglo resulta especialmente interesante el artículo Ollantay, obra de teatro escrita en quechua «que constituye la pieza artística más traducida desde esta lengua a cualquier otro idioma a lo largo de la historia» (p. 308). La gran mayoría de las voces corresponden al siglo xix, época de la Independencia y formación de las primeras repúblicas, y al siglo xx, que coincide en Hispanoamérica con la escolarización a gran escala, el desarrollo de la industria editorial, etc. El Diccionario histórico de Lafarga y Pegenaute incluye, además, a traductores jóvenes, con una breve pero rica trayectoria como Melgar (25 años), Obeso (35 años) y Palacio (también 35).
En el elenco de traductores nos sorprende la entrada sobre Andrew Hurley, traductor norteamericano, que a nuestro modo de ver no debe figurar en la obra que reseñamos, pues Hurley traduce al inglés y en ese caso habría que mencionar a cientos de traductores que vierten las obras de autores hispanoamericanos al alemán, checo, francés, italiano, japonés, ruso, turco, etc.
El Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica se cierra con un índice onomástico de los autores traducidos. Este índice resulta muy práctico para conocer con rapidez a quien se deben las traducciones de un autor extranjero (Luigi Pirandello, Marcel Proust, Paul Valéry, Oscar Wilde o Marguerite Yourcenar, por tomar algunos nombres al azar). En la lista se mencionan algunos autores hispanohablantes (Juan Ramón Jiménez, Pablo Neruda, Vicente Huidobro) y las páginas indican las traducciones de sus obras a otros idiomas; si bien –como ya advertimos al comentar la entrada de Hurley–, la inclusión de autores hispanohablantes haría obligatorio añadir infinidad de nombres (los traductores de las obras de Borges, García Márquez, Vargas Llosa, Julio Cortázar, etc., a los diferentes idiomas).
Como apuntan Lafarga y Pegenaute, «la obra debe ser vista como instrumento general de referencia y consulta, como un intento de ofrecer de forma compendiada una panorámica sobre la rica labor traductora desarrollada en Hispanoamérica, como una aportación a la constitución de su historia» (p. 11). En este sentido cumple con creces su cometido, por lo que los editores del Diccionario histórico de la traducción en Hispanoamérica y el centenar de especialistas de todo el mundo que han colaborado en la redacción de los diversos artículos merecen el agradecimiento y aplauso de todos. No está de más, elogiar la cuidadosa edición de Iberamericana-Vervuert.
Traducción e industrias culturales. Nuevas perspectivas de análisis
xoán montero domínguez (ed.)
Frankfurt am Main: Peter Lang, 2014, 160 págs.
Patricia Pérez López
Xoán Montero Domínguez, autor de varios trabajos científicos sobre traducción audiovisual y normalización lingüística y profesor de la Universidad de Vigo, es el encargado de editar este libro sobre la importancia de la traducción y de la interpretación en la industria cultural, entendida esta desde los más diversos espacios culturales. El libro está compuesto de diez capítulos escritos por profesores de la Universidad de Vigo. Ya en el prólogo, Antonio Bueno García, de la Universidad de Valladolid, alude al término de «paratraducción» para llegar a una traducción más coherente. Bueno García menciona también los intereses que afectan actualmente a toda traducción y contrapone la invisibilidad del autor frente a su responsabilidad, sin olvidar la importancia de la traducción para la cultura y la sociedad, y la de esta obra para ampliar los horizontes sobre traducción y tomar conciencia de la relevancia de la industria cultural.
Si hacemos un recorrido por la obra nos encontramos, en primer lugar, que el doctor Álvarez Lugrís va más allá del término de ‘paratraducción’ para acercarnos al de «paratraducción editorial». Tomando como ejemplo dos traducciones literarias publicadas en contextos sociopolíticos e históricos diferentes, Lugrís hace un interesante análisis paratraductivo desde la portada, hasta los títulos, que presentan a las autoras y a las traductoras al mismo nivel para así acercar textos y culturas. Recoge también las diferencias de nivel entre lenguas, en otro momento histórico. A continuación, la investigadora Galanes Santos se basa en el estudio de la traducción literaria en Galicia, llevado a cabo por el Grupo Bitraga, para sacar a la luz el doble o triple papel que desempeña el traductor (autor, docente o crítico a la vez). Para ello escoge la figura de Carlos Casares por contar con una amplia experiencia en el ámbito literario, editorial, institucional y traductológico. En este capítulo podemos conocer la importancia, para una cultura minorizada, de cumplir ciertas reglas que le permitan insertarse en el panorama literario nacional. Xoán Manuel Garrido Vilariño escribe, a continuación, sobre el Holocausto, centrándose en el proceso editorial de Se questo è un uomo (1947), del escritor Primo Levi, en los mercados norteamericano y francés. ¿Por qué el uso en Francia del término ‘Shoah’, o cierto cuestionamiento nacional en torno a la resistencia y a la colaboración nazi; o por qué, en la traducción de la obra al francés, desempeña un papel fundamental la traducción del título? Son cuestiones que se aclaran en este capítulo, además de los motivos que pueden mover la tan conocida utilización del traductor como chivo expiatorio.
Basándose en la asignatura de Traducción para los Servicios Culturales del Máster en Traducción para la Comunicación Internacional de la Universidad de Vigo, la doctora Luna Alonso analiza la existencia de una planificación en traducción y de una evaluación del capital social, económico, cultural y simbólico de los agentes que intervienen en la importación y la exportación de esta. José Yuste Frías, por su parte, hace que el lector se plantee la falsedad de la idea de «competencia nativa» y que desmitifique términos como «nativo» y «bilingüe». Yuste es un defensor acérrimo de preparar al alumnado de Traducción para el mercado laboral en traducción inversa, porque el mercado no entiende que un profesional de la traducción solo pueda traducir en un sentido. Además, cierto es que la importancia de tener un buen dominio de las dos lenguas no solo es fundamental para la traducción inversa. Sin ese dominio, las directas tampoco se harían correctamente. En otro orden de cosas, el investigador Ferreiro Vázquez escribe un excelente capítulo en el que nos presenta al rapero francés como un truchement (trujamán, truchimán —intérprete—), mediador entre la banlieue y el «sistema». En una original distribución de párrafos, ordenados por tracks (pistas), Ferreiro hace un recorrido por esta expresión artística, desde sus orígenes estadounidenses hasta su llegada a Francia. También hace una comparación de letras, temas y portadas, estableciendo puntos en común. Con ello queda claro que la industria del rap seguirá estando presente muchos años en la sociedad francesa.
Lejos de verse, hace años, como un producto para niños, los videojuegos han evolucionado hasta convertirse en el pasatiempo preferido de millones de personas e integrar contenidos tan variados como música o cine. Una pieza clave para el funcionamiento de estos productos en otros países es una buena localización, es decir, una adaptación lingüística y cultural que incluya elementos textuales y paratextuales. Con explicaciones certeras, Ramón Méndez González demuestra la complejidad de esta industria cultural. En cuanto a otro tipo de pantalla, el editor de esta publicación, Montero Domínguez, centra su capítulo en la importancia de la creación de canales de televisión autonómicos en Galicia, País Vasco y Cataluña para la normalización lingüística del gallego, el euskera y el catalán. Parece importante destacar el doblaje en los canales autonómicos de televisión, con el fin de asegurar la supervivencia de lenguas minorizadas existentes en la sociedad actual. Por otra parte, el doctor Fernández Ocampo aborda la figura del guía-intérprete como negociador entre el visitante y los actores locales y expone las condiciones que afectan a la calidad y a la eficacia de la práctica traductora. Desde un punto de vista antropológico y traductológico, este capítulo contribuye a equilibrar la importancia de la interpretación en lo referido al patrimonio, lo cual ayudaría a resolver algunas cuestiones de método que se plantean (tanto en las lenguas como en los estudios de traducción). La profesora Romasanta González hace, en su caso, un análisis paratraductivo de la ciudad de Bilbao, para ofrecernos un logrado retrato de los elementos que componen la identidad del lugar, además de la integración de los nuevos elementos culturales en los ya existentes. Aunque se echa de menos el color en las fotografías, este recorrido nos muestra, de una manera tan gráfica como sutil, la transformación de una ciudad industrial a industria cultural.
En definitiva, esta obra no solo nos permite descubrir el panorama actual de la traducción en las industrias culturales, sino que nos presenta un abanico de posibilidades culturales de traducción, con las claves específicas para traducir en cada ámbito. Gracias a su disposición en capítulos breves y a la diversidad de temas tratados, se convierte en una lectura no solo instructiva, sino también amena y de gran utilidad para investigadores y profesionales de la traducción.
Literary Translation. Redrawing the Boundaries
jean boase-beier, antoinette fawcett, philip wilson (eds.)
Palgrave Macmillan, Basingstoke, 2014, 272 págs.
Marina Alonso
Esta obra, incluida dentro del catálogo Languages and Linguistics de la editorial Palgrave para 2014, constituye un alegato a favor de una aproximación multidisciplinar al estudio de la traducción literaria en la que la retroalimentación entre esta y otras disciplinas resulte en un enriquecimiento mutuo y conduzca a un replanteamiento sobre la naturaleza de los límites de la propia disciplina. Tal y como señalan en la Introducción, la intención de sus editores, Jean Boase-Beier (profesora de Literatura y Traducción de la Universidad de East Anglia), Antoinette Fawcett (investigadora perteneciente a la misma institución) y Philip Wilson (profesor asistente de Lenguas y Literaturas Occidentales de la Universidad İnönü), es la de impulsar la interdisciplinariedad en este campo, puesto que, si bien James S. Holmes ya señaló en los años setenta la necesidad de que el estudio de la traducción literaria se sirviera de otras disciplinas y desde entonces algunos autores como Bowker o Cronin han considerado ciertos aspectos relacionados con la cuestión que ocupa este libro, la relación entre la traducción literaria y otras disciplinas adyacentes cabe ser abordada desde nuevos enfoques.
En cada uno de los catorce capítulos en los que se divide este libro distintos autores presentan una serie de casos en los que se aprecia la relación interdisciplinar y a menudo simbiótica que existe entre la traducción literaria y disciplinas tan diversas como la filosofía, la lingüística, la semiótica, el poscolonialismo, la narratología, la traductología, la teoría literaria, la estilística o los estudios sobre el Holocausto. En todos ellos se ponen de manifiesto los frutos derivados del intercambio entre disciplinas, del efecto de cruzar esos límites que teóricamente separan unas de otras.
Por citar solo algunos ejemplos, en el primer capítulo Maria Tymoczko defiende el uso de la traducción literaria como modelo a la hora de elaborar teorías acerca de diversos aspectos de la traducción en su conjunto, aportando como argumento una serie de características de los textos literarios (entendidos en un sentido amplio que permita abarcar géneros como el ensayo) que los convierten en un corpus textual más que adecuado para el fin propuesto, tales como su representatividad, su variedad, su complejidad o la existencia de varias traducciones de un mismo texto. Rocío G. Sumillera, por otra parte, señala la gran cantidad de información acerca de la traducción en la Inglaterra del siglo xvi que puede obtenerse a partir de los libros de texto para el aprendizaje de lenguas extranjeras de la época, tanto por lo que se refiere a su uso en la enseñanza de idiomas como al estatus general del que gozaba la disciplina entonces. Christine Calfoglou observa la importancia de incorporar a la traducción literaria puntos de vista procedentes del estudio y la traducción de géneros no literarios mediante el análisis de la iconicidad en dos tipos textuales diferentes, el de la poesía y el de los cronogramas. Hilal Erkazanci-Durmus utiliza el caso práctico de la traducción al turco de la novela de Elif Şafak The Bastard of Istanbul, en la que colaboró la propia escritora, para ilustrar, por una parte, cómo la narratología puede alentar al traductor literario a encontrar narrativas implícitas en el texto original y, por otra, la copiosa fuente de información que los textos literarios traducidos constituyen para la narratología. Otro caso práctico es el que presenta Dorota Goluch, la traducción al polaco de la ópera prima del nigeriano Amos Tutuola The Palm-Wine Drinkard. Goluch analiza las estrategias de traducción de dos traducciones diferentes de esta obra en el marco de las relaciones entre Polonia y Nigeria en el momento en que se llevaron a cabo, lo que le permite ejemplificar la contribución que el estudio de la traducción de obras literarias procedentes de países poscoloniales puede aportar al poscolonialismo en lo que se refiere a la identificación de los discursos sobre la cultura poscolonial de origen en las culturas receptoras de las traducciones. La contribución de Susanne Klinger también se basa en la traducción de una novela nigeriana, en este caso Things Fall Apart de Chinua Achebe. Klinger analiza el posible efecto de su traducción al alemán en forma de audio libro en la representación mental del narrador por parte del lector y aboga por una mayor simbiosis entre distintas disciplinas (más concretamente, entre la traducción literaria y la teoría literaria) a la hora de abordar cuestiones como la posición del traductor en el texto. Sobre esta misma cuestión discurre por su parte Peter Davis en relación con los estudios sobre el Holocausto y, más específicamente, sobre los testimonios de víctimas del Holocausto, en los que la traducción desempeña un delicado papel, y el encuentro entre ambas disciplinas plantea una serie de cuestiones en las que entran en juego conceptos como ética o fidelidad. Finalmente, uno de los editores, Jean Boase-Beier, cierra la obra con una reflexión acerca de la relación entre la traducción literaria y la estilística, explorando la utilidad de la traducción en la lectura de textos literarios mediante la comparación de dos poemas de R.S. Thomas con sus traducciones al alemán, comparación que revela la presencia en el original inglés de una ambigüedad (ausente en la versión alemana) que permite ahondar en las múltiples y simultáneas lecturas de ambos poemas.
Tal y como indican los editores en la Introducción, Literary Translation. Redrawing the Boundaries no pretende ser una obra ni sistemática ni exhaustiva. Su objetivo, que estimamos conseguido, consiste en servir de catalizador a las consideraciones académicas acerca de los muchos aspectos de la traducción literaria en los que se produce un encuentro, un intercambio o una superposición con disciplinas colindantes.
Traducción multimedia: diversas pantallas, enfoques diversos
M.ª Teresa Veiga Díaz, Marta García González (eds.)
Universidade de Vigo, Servizo de Publicacións, Vigo, 2013, 180 págs.
Marta Iravedra
En la era de la comunicación «en tiempo real», el acceso inmediato a la información y los soportes digitales, la obra Traducción multimedia, diversas pantallas, enfoques diversos que nos ofrece la Universidad de Vigo se vuelve casi de obligada divulgación.
Solo el título del volumen nos presenta ya las 3 claves de la obra, un triángulo conceptual que abarca uno de los ámbitos emergentes con más fuerza dentro del campo de la traducción: el sector multimedia. Desde los años setenta, la televisión y la tecnología en general han evolucionado a un ritmo sin parangón en cualquier otro sector. La investigación al respecto de este campo no debería quedarse atrás, pues «obsoleto» e «investigación» son dos conceptos que deberían mantenerse opuestos.
De ese modo, la universidad ha de estar, pues así le corresponde, al principio y al final de ese recorrido investigador que ayude y favorezca el avance, el desarrollo de la sociedad en su conjunto; y al igual que se erige en la institución de inicio y como formadora de quienes serán futuros descubridores, también ha de situarse al final de dicho viaje. Divulgando los resultados obtenidos en todos esos trabajos intermedios y posteriores a los estudios superiores de los jóvenes y quienes integran su comunidad, la universidad ayuda a abrir puertas a futuras líneas, a nuevos trabajos y perspectivas, a mejoras y avances que resultan no solo útiles sino también imperativos para un completo desarrollo social.
Así surge la obra que aquí nos atañe, con la idea de dar luz y voz a trabajos de alumnos y alumnas que han sabido estrenarse como investigadores, aportando ideas nuevas y líneas y propuestas de avance.
Las editoras rompen el hielo con un prólogo al que siguen siete artículos que bien podríamos agrupar en tres bloques diferenciados. La selección de trabajos se inicia con tres aportaciones cuyo tema central corresponde al subtitulado en sus diferentes versiones. El primero de ellos ofrece una visión general sobre la evolución e historia de los subtítulos en pantalla, desde los primeros intertítulos en las películas mudas hasta sus versiones más recientes como estrategia de comunicación con el espectador. El segundo capítulo del libro se centra de forma más específica en el subtitulado en directo, también llamado rehablado, que se lleva a cabo mediante programas de reconocimiento de voz. Lo hace desde una perspectiva práctica que muestra un análisis crítico de esta modalidad y su uso en la cadena de televisión pública de nuestro país. Visto esto, este bloque se cierra con un trabajo de análisis crítico, práctico, de las especificidades del subtitulado para personas sordas o con discapacidad auditiva. De nuevo, un caso concreto y con ejemplos reales, que da muestra de la más rabiosa actualidad en cuanto a normativas, regularizaciones y avances y necesidades, en un sector que hasta bien poco vivía en una situación de letargo absoluto pero que, por fin, empieza a despertar interés en la comunidad investigadora.
Si el auge del subtitulado, especialmente para sordos o personas con discapacidad auditiva, se debe, en parte, al avance en materia de igualdad y derechos, el segundo bloque de este volumen sobre traducción multimedia se adentra en otro de los sectores fetiches actualmente: la localización de videojuegos. En el quinto enfoque diverso que presenta esta obra sobre diversas pantallas se ofrece una narración teórica y descriptiva de la autorregulación y censura presentes en los EE.UU. y en Europa dentro de un sector que en España facturó en 2013 cerca de 750 millones de euros. Todo ello, aportando datos concretos y ejemplos específicos que ilustran sus percepciones y las acercan a un público que no necesariamente está al tanto de los movimientos del sector pero sobre el que puede estar interesado. Para los lectores más avezados en cuanto a localización de videojuegos tenemos el capítulo seis, que se desarrolla usando como hilo conductor la gestión del género gramatical en la localización al español de productos que parten del inglés, un idioma que no presenta dicha flexión; un apunte estratégico para aquellos y aquellas que estén embarcados en el mundo de la traducción de este tipo de productos, o quieran iniciarse en él.
Cierran el volumen dos trabajos que ponen de manifiesto la pluralidad de pantallas, no solo de enfoques, que da nombre al título de la obra. Uno de ellos aborda el tema de la traducción y la localización de uno de los productos audiovisuales más modernos y llamativos del momento: las aplicaciones para móvil. La autora se centra en los dispositivos Android y muestra la estructura interna de estas aplicaciones al mismo tiempo que presenta las herramientas existentes para proceder a su localización. Al igual que muchos de los trabajos anteriores, este capítulo también ofrece una muestra concreta de cómo se realiza la localización de estas aplicaciones al mismo tiempo que evidencia una fuerte carencia de bibliografía académica específica para traductores de este tipo de productos, debida, en parte, al rápido avances de estas tecnologías.
Ya para terminar, el octavo y último artículo hace lo propio con el ámbito de la localización de páginas web con carácter mercantil. La estudiante que lo firma presenta problemas y estrategias para sumergirse en una actividad que, de tomarse o no con el rigor que requiere, puede suponer fácilmente el éxito o fracaso de una empresa. Con minuciosidad, se nos presentan las características que se habrían de tener en cuenta a la hora de querer abrir los horizontes de una empresa propia o una web concreta, y lanzarnos a explorar nuevas fronteras. En este caso concreto, se propone Asia Oriental, una cultura extremadamente alejada de la nuestra; cualquier error de adaptación, traducción o traslación, acarrearía consecuencias incalculables.
Y así es como esta obra actúa de tentación para quienes quieran saber de qué se habla hoy en los estudios de traducción, del sector audiovisual, más concretamente; pero no de ese tipo de tentaciones que debamos evitar por los problemas que nos puedan acarrear. Al contrario, es de las que nos hacen querer más, de las que necesitamos para que nos pique la curiosidad para seguir adelante, para buscar respuestas y lanzarnos a investigar.
Que la propia universidad avale los trabajos de su alumnado con publicaciones semejantes ayuda a este a verse valorado, y a la comunidad universitaria (germen de la investigación) a tener una referencia, una guía, una base de datos actualizada que anime a quienes dudan y oriente a quienes inician un viaje investigador del que, bien seguro, directa o indirectamente, nos beneficiaremos toda la sociedad.
Literaturas extranjeras
y desarrollo cultural
ana luna alonso, áurea fernández rodríguez, iolanda galanes santos & silvia montero kûpper
Peter Lang, Berna, 2015, 243 págs.
Marta Iravedra
Decía el filósofo e historiador francés Hipólito Taine que viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas. Hace tres años, en una obra titulada Traducción de una cultura emergente, cuatro profesoras de la Universidade de Vigo exponían que el estudio y el análisis del viaje que hacen las letras y la literatura gallega a culturas y horizontes lejanos podían usarse como herramienta eficaz para romper mitos y quitar credibilidad a esas ideas políticas de tinte evasivo sobre la escasa rentabilidad de promocionar una lengua minorizada como la gallega. Presentaban, para ello, un catálogo de traducción llevado a cabo por el grupo de investigación Bitraga, que vincula obras originales con su traducción o traducciones y muestra los autores/as, traductores/as y lenguas de origen y partida involucrados en este proceso de intercambio cultural.
Si bien en aquella obra ofrecían una visión cuantitativa de la literatura gallega que se exporta más allá de sus fronteras, lo que permite al sistema editorial buscar nichos de mercado que fomenten el diálogo literario entre lenguas y culturas, en el volumen que nos ofrecen ahora recogen el flujo de traducciones en la dirección opuesta: la literatura extranjera que viaja hasta Galicia traducida al gallego. Su objetivo es, esta vez, analizar el lugar que ocupa la traducción en el sistema literario gallego y conocer la evolución de sus distintos géneros de manera que se pueda estudiar el impacto de una cultura foránea en la propia, así como analizar estrategias de resistencia a la hegemonía de los mercados.
Tenemos ante nosotros un nuevo decálogo que comienza con una introducción de la mano de Ana Luna y Áurea Fernández, quienes explican los objetivos del estudio y presentan las diferentes perspectivas que abarca la obra. Al igual que el volumen de hace tres años, este busca analizar el intercambio literario de las últimas tres décadas y media, desde que en 1981 el Estatuto de Autonomía reconociese la cooficialidad del gallego.
A partir de ahí la obra se divide en dos bloques, de los cuales el primero se centra en proporcionar un contexto teórico del análisis sobre literatura traducida en Galicia. Silvia Montero inicia este viaje literario exponiendo al lector las políticas editoriales y las iniciativas de apoyo a la traducción que han estado presentes (o más bien ausentes) en el sector gallego a lo largo de estos treinta años. Afrontando temas tan delicados como subvenciones, premios de traducción, la implicación (o no) de las instituciones y entidades públicas y privadas, la profesora Montero presenta una visión crítica de cómo el sector editorial habría de buscar qué traducir/importar en función de qué falta, interesa o se necesita; alejándose, pues, del factor globalizador que de forma más o menos directa imponen las culturas llamadas dominantes, y con el objetivo de ensalzar las características diferenciadoras y potenciar las cualidades propias.
Con esta idea en mente, Iolanda Galanes hace visibles gráficas con datos concretos sobre la literatura extranjera traducida al gallego. Así, se nos permite visualizar la evolución que ha experimentado el sector literario gallego en cuanto a público receptor, género al que pertenece la obra importada traducida y lengua de origen. Una evolución que Áurea Fernández desglosa en el siguiente capítulo. En él se habla desde la perspectiva de los sellos editoriales, uno de los agentes más significativos del intercambio literario, pues su labor consiste en decidir qué obras abordar sin dejar de lado dos objetivos cruciales que habrán de saber conjugar en las proporciones adecuadas: las necesidades de su público lector, por un lado, y la obtención de beneficios para su negocio, por otro.
Ana Luna retoma la narración para desgranar las características, condiciones, prácticas, dificultades y recursos de los agentes involucrados en la traducción literaria en gallego desde que se instauró la democracia hasta el momento actual, dejando constancia de las distintas fases por las que ha pasado el sector (normalizadora lingüística primero, normalizadora cultural después). Todo ello mientras se profesionalizaban sus participantes gracias, en parte, a la implantación de Estudios de Traducción y una mayor conciencia sobre la labor de mediadores que deben desempeñar los agentes literarios como editores a la hora de tomar decisiones sobre qué estrategias desarrollar.
Una vez se han expuesto los diversos contextos teóricos que ubican al lector en el tema que nos atañe, Isabel Mociño abre el segundo bloque del libro —una exposición analítica de las traducciones de literatura extranjera al gallego, pero ya clasificada por géneros literarios—, con el capítulo dedicado a la literatura infantil y juvenil. Como ella misma resalta, el sector de LIJ no solo es el que más traducciones ha presentado (de y al gallego) desde comienzos de la década de los ochenta, sino que además ha mostrado una evolución claramente marcada con respecto al tipo de obras importadas: primero los grandes clásicos universales infantiles; después obras procedentes de culturas próximas como la española o la catalana; y, más recientemente, creaciones que llegan desde otras culturas europeas. Una evolución que, sin duda, se ha debido en gran parte al papel activo y reflexivo que han desempeñado las nuevas editoriales en lo referente al riesgo y la innovación que han visto necesarios para avanzar con buen ritmo y paso firme en la consolidación de la lengua gallega dentro del sector literario. El factor definitivo ha sido poder traducir directamente de y al gallego, sin pasar por lenguas «puente» como el español.
Si nos centramos ya en la traducción de literatura para adultos, Dolores Vilavedra presenta el esquema que ha seguido este sector desde las primeras obras traducidas tras la aprobación de la Lei de normalización lingüística de Galicia en 1983, mayormente obras clásicas aptas para un público juvenil, que cubriesen, así, el hueco recientemente creado en cuanto a repertorio de lecturas necesario en enseñanza secundaria, hasta el 2012, año en que una obra de Paul Auster se publicaba traducida al gallego antes, incluso, que su versión original en inglés; sin duda, un ejemplo de marketing que habrá de tenerse en cuenta para futuras estrategias.
Los dos últimos géneros analizados en esta obra son la poesía y el teatro. María do Cebreiro Rábade aborda la primera y define inicialmente unas cuestiones metodológicas sobre importación y exportación para explicar posteriormente la relevancia que ha tenido en cuanto a tendencias de traducción poética en Galicia el trabajo de cuatro agentes principales: Darío Xohán Cabana (poeta y traductor al gallego de obras clásicas como la Commedia de Dante), Manuela Palacios (coordinadora de un grupo de investigación de la Universidade de Santiago de Compostela sobre traducción poética como mecanismo de mediación cultural), Yolanda Castaño (poeta e importadora de poesía contemporánea) y Emilio Araúxo (poeta, filósofo y difusor en Galicia de poesía internacional a través de un proyecto editorial alternativo propio). Tras insistir Rábade Villar en la importancia de evaluar críticamente el papel de la cultura gallega en el tráfico internacional de las literaturas, no solo para reconocer sus vínculos históricos con otras culturas literarias sino también para establecer cierta resistencia a las presiones homogeneizantes que buscan monopolios monoculturales y monolingües, Manuel Francisco Vieites nos ofrece su visión del campo teatral. Una visión que destaca la dificultad de un género literario tan poco desarrollado en su vertiente editorial (no tanto si nos referimos a producción escénica) en una lengua que todavía «lucha por existir, por su legitimidad, por un número suficiente de lectores». Vieites analiza las razones artísticas y estéticas, ideológicas o económicas, entre otras, esgrimidas para justificar ciertas selecciones. Asimismo, concluye su artículo con un amplio abanico de posibilidades y puertas abiertas no solo a la investigación sino también a la divulgación del teatro en gallego como texto, como libro.
Cierran el volumen Iolanda Galanes y Silvia Montero con un resumen de los avances en la historia de la traducción literaria en Galicia. Como bien resume el título, nos encontramos ante el análisis del desarrollo de una cultura (minorizada, en este caso, dentro de un mundo globalizado) a través de la literatura.
Gracias a las aportaciones de los cuatro expertos en crítica y literatura comparada que han colaborado en esta obra, se pone en común lo que se produce en gallego con lo que se importa, y todos ellos inciden en la conveniencia de aprovechar ese viaje de letras y literaturas de una cultura a otra para que el sector al completo cambie de ideas, como decía Taine, y busque contribuir a la autovalorización, sensibilizar a la sociedad en relación con sus propios bienes culturales.
Индустрия леревода
[Industria de la traducción]
Tamara Serova (ed.)
Servicio de Publicaciones de la Universidad Nacional Politécnica y de Investigación de Perm (PSTU), 2014, 158 págs.
Kseniya Tokareva
La publicación que aquí presentamos es un producto colectivo que nace fruto de la iniciativa de investigación de académicos del departamento de la Facultad de Lenguas Extranjeras, Lingüística y Traducción de la Universidad Nacional Politécnica y de Investigación de Perm en Rusia y de otros investigadores internacionales sobre traducción e interpretación. Esta obra forma parte de un conjunto de publicaciones que la Universidad de Perm edita desde el año 2006. A partir del año 2012 se publican anualmente.
Se trata de un ciclo de trabajos de investigación reunidos bajo el título de Индустрия леревода [Industria de la traducción]. La obra aborda la problemática actual del ejercicio de la traducción en el mundo, cuestiones sobre la teoría de la traducción y la puesta en práctica de la formación de los traductores e intérpretes.
La colección está formada por 32 contribuciones, cada una de ellas estudia algún aspecto relacionado con la traducción o la interpretación. A excepción de dos trabajos recogidos en esta obra, el de Mª Gracia Torres Díaz sobre la interpretación médica no profesional en el sur de España: «Medical Interpreting and Cultural Awareness in the South of Spain»; y el de Alessandro Ghignoli sobre la traducción literaria como un acto de comunicación intercultural, lingüístico y dinámico: «Para una teoría de la traducción literaria», el resto de los trabajos adscritos al volumen están presentados en ruso y provienen de diversas universidades de toda Rusia, tales como: Moscú, San Petersburgo, Tomsk, Bashkiria (Ufá), Perm, los Urales del Sur, Kubán (Krasnodár), Cheliábinsk, Krasnoyársk, Lípetsk, Novocherkásk, Nizhnevártovsk, Jabárovsk, y de otros países como Bielorrusia y Kazajistán.
Industria de la traducción es una obra dirigida principalmente a los docentes e investigadores de traducción e interpretación y de lenguas extranjeras, traductores, filólogos, estudiantes de traducción e interpretación de grado y posgrado. Los temas van desde la didáctica de la enseñanza de la traducción y la interpretación, a las dificultades traductológicas que se producen en lenguas tales como el alemán, el inglés, el chino, el francés o el español.
Dos de los trabajos incluidos en esta obra se dedican a la interpretación de lenguas. La primera aportación, mencionada ya anteriormente, y la segunda, «Métodos de enseñanza de interpretación: informes discursivos», cuya autora, T. A. Vólkova, ofrece un nuevo método analítico de la situación comunicativa esencial para el proceso de preparación de un encargo de interpretación.
El resto de los trabajos recogidos en este volumen se centran sobre la fraseología, la terminología, la traducción literaria, la traducción del cine bélico y de textos audiovisuales, así como sobre los aspectos culturales y lingüísticos de la traducción, entre los que cabría mencionar los siguientes: «Las peculiaridades fraseológicas en los XXII Juegos Olímpicos de Invierno celebrados en Sochi»; «El uso del corpus en la didáctica de la traducción»; «La formación de nueva terminología en el ámbito económico y los posibles métodos traductológicos»; «Los problemas de traducción de la jerga: análisis de las traducciones de El guardián entre el centeno de J. D. Salinger»; «Autotraducción literaria: el carácter polifacético del autor»; «Traducción en el mundo de la comunicación intercultural»; «Las características específicas del eslogan publicitario en el ámbito farmacéutico», entre otros.
Por último, podríamos mencionar la solidez del Comité asesor internacional de este ciclo de ediciones que colabora desde el año 2006 en estas publicaciones sobre la industria de la traducción. Entre sus miembros podríamos destacar a la Dra. Alikina, la Dra. Serova, la Dra. Kushnina de la Universidad de Perm y la Dra. Torres Díaz de la Universidad de Málaga.
Este volumen nos ofrece una visión panorámica e interesante del estado de la investigación en lenguas, traducción e interpretación en Rusia en los últimos años. Los temas estudiados son muy variados, actuales y poco comunes en la literatura sobre la traducción e interpretación escrita hasta el momento.
Traducción y recepción de la literatura italiana en España
ASSUMPTA CAMPS
Edicions de la Universitat, Barcelona, 2014, 283 págs.
Laura Carlucci
La labor investigadora de Assumpta Camps a lo largo de los últimos treinta años es realmente loable, pues sus numerosas publicaciones nos permiten tener una visión global de las investigaciones en el campo de la literatura italiana traducida, al tiempo que nos acercan a una visión cada vez más completa de los vínculos existentes entre aspectos tan importantes como son la traducción, la censura, la recepción literaria y la política editorial. Este nuevo volumen continúa con algunas de las líneas contenidas en anteriores libros de los que Assumpta Camps ha sido autora o editora, entre ellos La recepción literaria (2002); Traducción e interculturalidad (2008); Italia-España en la época contemporánea. Estudios críticos sobre traducción y recepción literaria (2009), y el más reciente Italia en la prensa periódica durante el franquismo (2014).
Se trata de un libro muy denso que, por la cantidad de datos y referencias, requiere unos conocimientos literarios y culturales muy profundos. Posiblemente la grandeza de este volumen se halle en la forma con la que la autora aborda cada una de las secciones que lo componen: se trata de un atento y detallado estudio sobre el papel y el valor social de la traducción en el ámbito de la recepción hispánica, que se nutre de planteamientos teóricos como el concepto de reescritura formulado por Lefevere y los trabajos de Even Zohar y Toury sobre la teoría de los polisitemas, apoyándose, a la vez, en los conceptos de domesticación y extranjerización formulados hace dos décadas por Lawrence Venuti. En la introducción se define el enfoque teórico en el que se fundamenta cada sección y su organización, facilitando al lector una primera toma de contacto con los distintos temas que se pretende abarcar. Tras esta introducción teórica, el volumen se articula en dos partes: Parte I: Traducción y recepción; y Parte II. Traducción y alteridad: Género y poscolonialismo. Los quince ensayos que lo componen, aunque distintos entre sí por los diferentes autores, estilos literarios, épocas, perspectivas y enfoques que abarcan, presentan similitudes que no hacen sino incrementar el interés de este libro para todo investigador de literatura italiana y traducción literaria. De hecho, a pesar de su carácter aparentemente misceláneo, el profundo análisis de la autora en torno a las diferentes formas de recepción de todo texto traducido, que permiten abordar la traducción literaria como un fenómeno social que asume una posición determinada dentro de un polisistema concreto, hace de hilo conductor entre los diferentes ensayos, aportando coherencia y continuidad al conjunto.
Podríamos condensar la cantidad de información presentada en una sola pregunta: ¿en qué medida la recepción de una obra literaria traducida puede contribuir a un mayor o menor reconocimiento de su autor en otro país? La respuesta a esta pregunta, distinta en cada una de las quince aportaciones, se caracteriza por la documentación meticulosa y las incansables reflexiones de su autora entorno a las múltiples dimensiones de la recepción una obra literaria italiana en España. En todas y cada una de ellas la autora nos presenta un interesante análisis de las traducciones al castellano y/o al catalán a lo largo de la historia editorial española, con el fin de ofrecer un magnífico recorrido a través de la literatura italiana traducida al castellano y al catalán a lo largo de nada menos que tres siglos: desde finales del siglo xix —con el estudio de la recepción de la obra poética y en prosa de Giovanni Pascoli, que ocupa los primeros dos ensayos—, hasta llegar al estudio de recepción de tres grandes escritores del siglo xx, el poeta Umberto Saba y los novelistas Carlo Emilio Gadda y Dino Buzzati; pasando por los más destacados autores del siglo xix, como Giosuè Carducci, cuyas versiones catalanas de su obra poética corren a cargo de destacados componentes de la «Escuela Mallorquina», como Joan Alcover y Miquel Ferrà, o de escritores reunidos en torno al periódico El Poble Català, como Manuel de Montoliu y Gabriel Alomar, entre otros. Asimismo, se estudia la recepción de dos de las mayores figuras del Romanticismo, Giacomo Leopardi y Alessandro Manzoni, del que se analizan las versiones de la célebre oda El cinco de mayo, de la mano del poeta y dramaturgo español Juan Eugenio Hartzenbusch, cuyas traducciones forman parte de la historia de la recepción española del Romanticismo italiano. Los dos ensayos que cierran la primera parte del libro nos parecen esenciales para entender los mecanismos de recepción de obras literarias en un momento concreto de la historia de España. En ellos Camps aborda la presencia de la poesía italiana traducida en la revista catalana Serra d’Or durante las fuertes restricciones impuestas por la censura franquista, analizando las traducciones de Tomàs Garcés y Narcís Comadira. Remitimos a la lectura de esta sección para entender de qué manera la censura llega a condicionar la política de traducción de una obra y su autor, y qué relación se establece entre la traducción literaria y la actividad periodística.
En la segunda parte del libro la autora modifica ligeramente sus planteamientos y se adentra en el tema fascinante de la traducción y alteridad, explorando el binomio traducción-género y defendiendo, a la luz de la crítica posestructuralista y poscolonial, la relevancia de los estudios de género en el complejo proceso de transmisión-recepción de una obra literaria. A través del análisis de la recepción de la literatura escrita por mujeres nuestra autora concluye que «la escritoras italianas son en gran medida, aún hoy en día, unas grandes desconocidas en nuestro país y la traducción de sus obras, esporádica y relativamente reciente en el tiempo, se concentra en su mayor parte en la etapa posterior a los años 90 del siglo xx» (p. 211). En el tercer ensayo de esta segunda parte —el único que no se relaciona directamente con la recepción de la literatura italiana—, la autora se hace eco de algunos de los planteamientos traductológicos de los hermanos y traductores brasileños Haroldo y Augusto De Campos para abordar conceptos como la manipulación o la visibilidad del traductor y la noción de traducción como ejercicio de (re)creación del canon literario. La lectura del este último ensayo es de obligado cumplimiento para todo lector que desee profundizar en la realidad de la traducción literaria desde una perspectiva poscolonial y en el escenario multicultural y multilingüístico de Brasil.
Creemos que el libro que aquí reseñamos constituye una valiosa contribución tanto al estudio de la literatura italiana traducida como al estudio comparativo de los polisistemas literarios en el contexto plurilingüístico español. La forma en que Assumpta Camps presenta conceptos tan importantes y al mismo tiempo tan complejos como «recepción», «traducción», «transculturalidad» o «censura literaria», así como su mirada atenta a la hora de estudiar las relaciones intersistémicas e intrasistémicas de las obras traducidas, son una demostración de su gran capacidad para entrelazar temáticas distintas y conferirles sentido, profundidad y relevancia académica.
Reseñas de eventos
I Encuentro profesional de la traducción editorial
ace Traductores y cedro
19-21 de septiembre de 2014. Salobreña (Granada)
Teresa Lanero Ladrón de Guevara
Durante el fin de semana del 19 al 21 de septiembre de 2014 se celebró en la localidad granadina de Salobreña el I Encuentro profesional de la traducción editorial, organizado por ACE Traductores y Cedro con el objetivo de recuperar un espacio de acercamiento entre profesionales donde discutir las cuestiones prácticas del oficio de traductor. Tanto las mesas redondas incluidas en el programa como las de los almuerzos y cenas sirvieron para poner en común las preocupaciones más acuciantes de los traductores y encontrar posibles vías de solución.
Este encuentro pretendía diferenciarse de otro tipo de jornadas, como las que se realizan anualmente con el nombre de «El ojo de Polisemo», también organizadas por ACE Traductores en colaboración con diferentes universidades, que este año celebraron ya su sexta edición y que suponen una puesta en común entre traductores y estudiantes de las facultades y departamentos de Traducción. Parecía necesario que en la creciente oferta de actos relacionados con la traducción hubiera un acercamiento exclusivamente profesional centrado en los asuntos más apremiantes que afectan a los traductores para el mundo editorial.
El programa, que puede consultarse en la página de ACE Traductores, fue muy denso tanto por la cantidad de temas propuestos como por su trascendencia. Aunque habría sido conveniente contar con más tiempo para profundizar en algunos aspectos concretos, se esbozaron, gracias a la participación de todos los asistentes y al trabajo de los ponentes, algunos proyectos en los que aplicarse durante los próximos meses que pueden suponer un avance en la lucha por unas condiciones laborales justas y razonables para el sector.
El tema más tratado fue, sin duda, el de la Ley de Propiedad Intelectual. Además de la mesa redonda específica sobre la LPI en otros países y la magnífica exposición de Fernando Carbajo sobre la situación legislativa en España, prácticamente en todas las intervenciones se abordó esta cuestión de una forma u otra, lo cual muestra la inquietud del colectivo respecto a las leyes actuales. Al mismo tiempo, otro de los principales escollos legislativos con los que actualmente se encuentran las asociaciones profesionales de traductores es la imposibilidad de establecer unas tarifas recomendadas debido a las normas sobre la libre competencia. En este sentido, una de las principales conclusiones fue la necesidad de encontrar algún resquicio legislativo que permita la recomendación de unas tarifas mínimas, como sucede en Alemania y Bélgica. Para ello, una posible vía sería desarrollar un análisis económico que demuestre las ventajas económicas que supone para el sector el establecimiento de esas tarifas mínimas recomendadas.
Rogelio Blanco, presidente de ACE, también incidió en la necesidad de cuantificar el valor de la cultura desde un punto de vista económico, ya que actualmente parece que puede ser la manera más directa para negociar con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y con los diferentes organismos políticos. De este modo, sería muy útil mostrar cifras que reflejen el capital que mueve la industria cultural y, más concretamente, el sector del libro.
También se debatió sobre las relaciones, no siempre simbióticas, entre traductores y correctores editoriales. Representantes de ambos colectivos explicaron cómo es el día a día en su trabajo común y cuál es, a su vez, la relación de cada uno de ellos con el editor. Se abrió la posibilidad de establecer un futuro acuerdo entre traductores y correctores para negociar con los editores, que pasaría primero por un encuentro profesional entre ACE Traductores y la Unión de Correctores (UniCo) donde se debatieran los puntos exactos de esa negociación y se elaborara un catálogo de buenas prácticas profesionales.
Hubo también ocasión de analizar otros temas relacionados con la labor diaria del traductor. En la mesa redonda sobre traducción de terminología científica se constató que desde el mundo científico también hay preocupación por el uso correcto de la lengua y por la invasión de los neologismos en inglés, no siempre necesarios. Muestra de ello es la reciente incorporación a la página del Instituto Cervantes de los «Cien conceptos de astronomía», entre los que no aparece un solo anglicismo.
Otra ponencia bastante fructífera fue la centrada en la traducción dentro del marco de las distintas religiones, y más concretamente entre luteranos y católicos. La falta de cultura religiosa dificulta la comprensión de los textos a la hora de traducir expresiones como «¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?». En las distintas religiones existen términos y conceptos que no encuentran una correspondencia con la cultura de llegada. En definitiva: no solo traducimos lenguas, traducimos culturas.
Hay que destacar que el encuentro no habría resultado igual de productivo sin la colaboración de la concejalía del Ayuntamiento de Salobreña. Es de agradecer también el trabajo tanto de Carmen Montes, socia de ACE Traductores y premio nacional de traducción, como de la junta directiva de ACE Traductores.
Como conclusión, cabría añadir que es fundamental que los profesionales de la traducción se reúnan en torno a este tipo de encuentros para luchar por el cumplimiento y mejora de las leyes existentes, porque la unión siempre hace la fuerza, y más aún en una profesión tan solitaria. Es imprescindible asociarse, participar en los debates, tomar conciencia de que el traductor no está solo y de que es posible cambiar la situación de desamparo que se sufre en la actualidad. Confiemos en que este encuentro profesional haya sido el primero de muchos otros y que de él surjan mejoras concretas para las condiciones laborales del colectivo.
1 Investigadoras como la Dra. Eulalia Piñero Gil señalan el texto como representativo del «relato gótico» (Daguerrotipo, pág. 73) a partir del término «gótico femenino» acuñado por Ellen Moers en Literary Womens: The Great Writers, 1976.
2 La autora, sin embargo, menciona el año 1891 como fecha aproximada de publicación en el artículo «Why I wrote The Yellow Wall-Paper», publicado en The Forerunner: «When the story first came out, in the New England Magazine about 1891, a Boston physician made protest in The Transcript».
3 Donde la escritora firma Charlotte Perkins Stetson (véase pág. 23 de la edición de Shawn St. Jean, 2006), utilizando el apellido del primer marido y padre de su única hija.
4 Clarke, E. H., Sex in Education: or, a Fair Chance for the Girls (1873; repr., New York: Arno Press, 1972).
5 Uno de los más famosos, Women and Economy, apareció en 1898.
6 Gilman, C. P. ([1892] 1996). El empapelado amarillo. La wisperia gigante, León, Universidad de León, introducción traducción y notas de Victoria Rosado Castillo, prólogo de Bárbara Ozieblo Rajkowska.
7 «The Yellow Wall-Paper» by Charlotte Perkins Gilman. A Dual-Text Critical Edition, St. Jean, Shawn (Editor), Ohio University Press, OH, USA, 2006.
8 Véase Venuti, L., The Translator’s Invisibility, Routledge, New York, USA, [1995], 2008.
9 Gilman, C. P. (2012). El papel pintado amarillo, Editorial Contraseña, Zaragoza, 2012, pág. 57.