:: TRANS 27. RESEÑAS. Págs. 282-285 ::

La obra de Oronce Finé en español. Estudio y edición de la traducción de “Los dos libros de la geometría práctica”

Francisco Javier Sánchez Martín

Comares, Granada, 2023, 200 pp. 

Pedro García Guirao

Universidad de Murcia

ORCID: 0000-0001-6641-508X

Ilan Stavans, traductor

ingüistas por la obra de Oronce Finé (1494-1555) odría parecer, en primera instancia, poco intuitivo, dado que Finé es principalmente conocido por sus contribuciones a las matemáticas y la cartografía, es precisamente en la intersección entre la ciencia, la geografía y la comunicación donde su obra cobra relevancia para el estudio lingüístico. Con este cuidado trabajo de edición filológica, traductológica y lexicológica, el profesor de la Universidad de Murcia, Francisco Javier Sánchez Martín, prosigue con una de sus líneas de investigación centrada en el estudio terminológico que hay detrás de la historia de los conceptos que manejaba la ciencia europea en los siglos XVI-XVII y sus traducciones del latín al castellano; y es que ya en 2019, el autor publicó la obra Método de la Geometría (1640) de Juan Carlos della Faille. Estudio y edición, además de otros trabajos publicados sobre diversas disciplinas renacentistas en el ámbito también de la lexicografía y traductología hispánica.

Oronce Finé (Orontius Finaeus), nacido en Briançon (Francia), fue una de las figuras más destacadas del Renacimiento en el ámbito de las matemáticas y la cartografía. Hijo de un médico, su talento precoz en matemáticas lo llevó a la Universidad de París para estudiar medicina, aunque rápidamente se inclinó por las matemáticas. Fue un pionero en la introducción de métodos matemáticos para describir fenómenos astronómicos y terrestres. Entre sus contribuciones más notables se encuentra el desarrollo del método de triangulación para la cartografía, lo que representó un salto significativo en la precisión de los mapas de la época. El matemático francés también trabajó en la trigonometría esférica, lo que resultó de gran importancia para la navegación y la astronomía. En el campo de la cartografía, una de sus obras más célebres es un mapa del mundo conocido como “Nova et Integra Universi Orbis Descriptio” (1536), un nuevo mapamundi que resultó uno de los primeros en adoptar la proyección cordiforme, que mantenía las áreas geográficas en una representación más precisa que otros métodos de su tiempo. En el ámbito académico, el matemático parisino ocupó la cátedra de matemáticas en el Collège Royal en París, donde tuvo la oportunidad de formar a una generación de matemáticos y científicos. Publicó una serie de libros que abordaban desde la aritmética hasta la cosmografía, pasando por tratados sobre instrumentos científicos. Entre sus obras más notables se encuentra “Protomathesis” (1532), una compilación de conocimientos matemáticos y astronómicos que sirvió, en un sentido moderno, como libro de texto durante muchos años y que, tal como menciona Sánchez Martín, es la base de la que se sirvieron Pedro Juan de la Estanosa y Jerónimo Girava (Hieronymus Giraua o Hierómino Girava) para verter al castellano Los dos libros de la geometría práctica (traducidos al castellano, por cierto, antes que al italiano o al inglés). Oronce Finé falleció en 1555, pero su influencia en las ciencias matemáticas y la cartografía resuena hasta nuestros días. Su habilidad para integrar diversas ramas del saber, desde la astronomía hasta la geografía, lo posiciona como uno de los intelectuales más polifacéticos del Renacimiento francés. Su obra sentó precedentes que influyeron en la evolución de múltiples disciplinas, consolidando su lugar como uno de los grandes pensadores de su época (pp. 19-28).

La obra de Oronce Finé ha tenido una influencia notable en la tradición académica y científica en el ámbito hispánico. Su impacto se puede considerar desde varias dimensiones: la introducción de nuevas metodologías matemáticas y cartográficas, la diseminación de un lenguaje técnico y científico, y la inspiración para el trabajo interdisciplinario. Es preciso subrayar que, durante el Renacimiento, España estaba en un periodo de expansión territorial y naval. Tal como se ha mencionado en el párrafo anterior, en este contexto, las técnicas de cartografía de Finé resultaron especialmente útiles. La utilización de la trigonometría esférica y del método de triangulación en su cartografía fue, por ejemplo, un avance significativo para las expediciones navales españolas. Su célebre mapa del mundo “Nova et Integra Universi Orbis Descriptio” de 1536, con su particular proyección cordiforme, fue objeto de estudio y consideración por parte de geógrafos y cartógrafos españoles del siglo XVI en adelante. La riqueza terminológica de las obras de este tratadista también ha sido de interés para los estudiosos españoles, no solo de la geografía y la matemática, sino también de la lingüística y la lexicografía. Sus tratados proporcionan un valioso corpus para analizar el desarrollo de un léxico científico que más tarde sería adoptado y adaptado en la lengua española. Estos textos funcionan como puente entre el latín científico medieval y las lenguas vernáculas modernas, incluido el español. En lo que respecta a la recepción académica de la obra de Finé en España, su impacto se extendió más allá de las ciencias exactas. Su enfoque interdisciplinario, que combinaba la geografía, la astronomía y las matemáticas, resonó en una cultura académica española que en aquel momento estaba muy interesada en el conocimiento integral del mundo, tanto terrestre como celestial. De ahí la necesidad de analizar la traductología de Los dos libros de la geometría práctica, tal como aparece en la presente obra reseñada. Sus primeras casi cien páginas corresponden a la presentación y a los siguientes apartados: 1. Oronce Finé y su obra; 2. La ciencia matemática española a mediados del siglo XVI: contextos y espacios (la universidad, la corte y los saberes matemáticas); 3. La traducción castellana (autoría, estructura de la obra y de los contenidos, Características internas de la traducción y Léxico: soluciones neológicas en castellano); 4. Normas de la edición; y, por último, 5. Conclusión (más una imprescindible selección bibliográfica). El resto del libro recoge propiamente la traducción en Bruselas de Los dos libros de la geometría práctica (1553) por Pedro Juan de la Estanosa y Jerónimo Girava.

La traducción de obras científicas renacentistas, como esta, plantea una serie de cuestiones académicas y metodológicas, entre otras, que son objeto de análisis en el libro (pp. 55-80). (a) Una de las primeras consideraciones es el contexto histórico en el que la obra fue escrita y posteriormente traducida. Aquí encontramos la condensación de las ideas sobre la ciencia matemática de la época, sobre todo, en la universidad (studium generale) y en la corte (pp. 13-18). El Renacimiento fue un período de renovación intelectual y académica, y la traducción de trabajos científicos de un idioma a otro contribuyó significativamente a la difusión del conocimiento. La traducción de la obra de Finé a otro idioma como el castellano permitió su integración en una tradición intelectual diferente e influyó en el desarrollo de la matemática y la geometría en el ámbito hispanohablante. (b) La terminología técnica plantea un reto particular en la traducción de obras científicas. Los términos técnicos y conceptos matemáticos pueden tener connotaciones específicas que son difíciles de transmitir en otro idioma. Y es que la elección de terminología en la traducción tuvo un impacto significativo en cómo se comprendió y se aplicó el trabajo de Finé. A esto se suma la evolución del lenguaje técnico y científico, que ha cambiado considerablemente desde el Renacimiento. De este modo, Sánchez Martín indaga en las intervenciones de los traductores, a partir de p. 55, recogiendo una serie de recursos traductológicos (alteración o traducción de las voces latinas y alternancias terminológicas o variatio léxica, entre otras) y soluciones que muestran la riqueza neológica de la traducción al castellano (pp. 65-80), por ejemplo, presentando diversas muestras de neologías de préstamos, neologías formales, extensiones semánticas de sentidos, renovaciones lingüísticas, neologismos matemáticos, tecnicismos geométricos y calcos de lexemas griegos. (c) La traducción no es solo un acto de llevar un texto de un idioma a otro; también es una forma de mediación cultural (pp. 81). La traducción de la obra de Finé al español no solo hizo que la obra fuera accesible para un público hispanohablante, sino que también pudieron influir en la forma en que se entienden y valoran las contribuciones del Renacimiento en el mundo hispano.

A través del estudio y de la edición de este volumen, Sánchez Martín expone cómo

[e]n síntesis, han quedado al descubierto aspectos poco explorados en la parcela de la historia de una rama de la ciencia, la geometría, singularmente provechosa para los científicos de esta época, y con ella, de la propia historia de esta lengua especializada, con todas sus implicaciones: las cuestiones de índole histórica y cultural relativas al texto latino meta, así como las tocantes al proceso de composición de esta traducción manuscrita, junto con las de tipo filológico (traductológicas, etimológicas, léxico-semánticas, así como las imbricadas en la tarea de edición y fijación textuales). (p. 81).

Al final, aunque Oronce Finé sea principalmente conocido por su labor en matemáticas y cartografía, la riqueza terminológica, la diversidad de géneros textuales y la influencia de sus obras hacen que sea un personaje de interés en el campo de la lingüística en general y de la traductología en particular. Las traducciones como las de Estanosa y Girava han sido fundamentales para introducir nuevas ideas y conceptos en el mundo hispanohablante, sirviendo como puentes entre diferentes tradiciones académicas y culturales. Y más sabiendo que en la época premoderna y Renacentista, la traducción de textos técnicos y científicos era un elemento crucial para la difusión del conocimiento. Además, tal como nos ha hecho ver Sánchez Martín, las traducciones de la época, presentaban desafíos significativos, dado que la terminología científica y técnica de la época a menudo carecía de equivalencias claras en otros idiomas, lo que requería un grado de creatividad y adaptación por parte de los traductores que tenían que desplegar todo un abanico de recursos traductológicos y de soluciones neológicas.

REFERENCIAS

Sánchez Martín, F. J. (2019). Método de la Geometría (1640) de Juan Carlos della Faille. Estudio y edición. EDITUM.