:: TRANS 27. RESEÑAS. Págs. 301-304 ::

Traducción literaria y género: estrategias y prácticas de visibilización

Patricia Álvarez Sánchez (Ed.)

Granada, Editorial Comares, 2022, 140 pp.

Andrea Sanz de la Rosa

Universidad de Alcalá

ORCID: 0000-0002-4083-5120

Ilan Stavans, traductor

Patricia Álvarez Sánchez, docente en la Universidad de Málaga e investigadora en lingüística y traducción con especial interés en ideología, género y recepción de la literatura, es la editora de Traducción literaria y género: estrategias y prácticas de visibilización, un volumen que recoge once capítulos en los que quedan plasmadas interesantes reflexiones y análisis acerca de la conexión entre la traducción literaria y las identidades de género a lo largo del tiempo, el concepto de traducción feminista y la práctica de la traducción como herramienta para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres.

El capítulo 1, redactado por la propia editora, sirve como introducción al resto del volumen y reflexiona acerca del fenómeno de la manipulación de textos feministas en el proceso de traducción y la tradicional falta de reconocimiento a la labor de las mujeres traductoras, entre otros aspectos. Así, queda establecido el objetivo principal del volumen, que no es otro que visibilizar el excelente trabajo de las mujeres en el ámbito de la traducción y los numerosos problemas a los que se enfrentan.

El capítulo 2, escrito por Tamara Andrés, de la Universidad de Vigo, analiza la traducción poética al gallego entre los años 1983 y 2001, señalando la escasa presencia de mujeres traductoras y mujeres traducidas en este campo a finales del siglo XX. Teniendo en consideración diferentes formatos de publicación, como los poemarios, las antologías y las revistas, Andrés llega a la conclusión de que el número de mujeres traductoras y traducidas es significativamente menor que el de hombres, con diferencias tales como un 15 % de autorías femeninas traducidas frente a un 85 % masculinas en el caso de las revistas. En el proceso de análisis, se hace mención explicitica de estas autoras y traductoras, poniendo en valor su trabajo y sirviendo de este modo al objetivo de visibilizar la presencia femenina en el campo de la traducción.

En el capítulo 3, Pilar Castillo Bernal, María Luisa Rodríguez Muñoz y Soledad Díaz Alarcón, de la Universidad de Córdoba, analizan seis obras de literatura intercultural europea escritas por mujeres migrantes de segunda y tercera generación, y sus traducciones al español. La premisa es que, aparte de las evidentes diferencias lingüísticas, la literatura intercultural suele plantear los mismos problemas traductológicos y, por tanto, sería posible sistematizar su estudio y elaborar un modelo de traducción aplicable a obras similares que aún no se han traducido. Así, establecen la función exotizante de la literatura intercultural y, por tanto, la importancia de seguir una estrategia de traducción extranjerizante que preserve la identidad cultural de las autoras, y señalan nuevamente la escasez de obras de autoría femenina publicadas y traducidas en este género.

Sofía Lacasta Millera, de la Universidad de Salamanca, es la autora del capítulo 4, en el que reflexiona acerca de la intersección entre traducción y género a través del análisis de la obra Alisoun Sings (2019) de Caroline Bergvall, artista y activista franco-noruega. En Alisoun Sings, Bergvall da voz al personaje de Alisoun, Wife of Bath, de los archiconocidos Canterbury Tales de Chaucer, en forma de monólogo a varias voces. Lacasta señala las dificultades de traducir este tipo de relatos, en los que la experimentación lingüística está presente en todas sus formas: fragmentos en diferentes idiomas, el uso de diferentes variedades diacrónicas de una lengua al mismo tiempo, la importancia de la sonoridad y los elementos visuales... Finalmente, Lacasta concluye que solo mediante un estudio interdisciplinar que aúne lingüística, traducción y género será posible transmitir la variedad de voces e identidades femeninas que aparecen en obras como la de Bergvall.

En el capítulo 5, Ana Teresa Marques dos Santos, de las universidades de Aveiro y Lisboa, nos habla de la (in)visibilidad de la traductora a través de un estudio de caso de la traducción de Jane Eyre al portugués europeo en el siglo XIX. Joanna Eyre es la primera y única traducción de la famosa novela de Charlotte Brontë hasta mediados del siglo XX y plantea un paradójico debate acerca de la (in)visibilidad de la traductora: solo los últimos estudios han logrado identificar a la periodista Francisca Wood como la traductora detrás de Joanna Eyre, que se publicó anónimamente por capítulos en O Zoophilo, el boletín oficial de la Sociedad Protectora de Animales Portuguesa. Sin embargo, Marques dos Santos argumenta con ejemplos que el anonimato de Wood le permitió expresar sus creencias feministas a través de un prólogo, notas a pie de página y comentarios en el texto, así como decisiones traductológicas plenamente conscientes, y sirvió para poner a la sociedad portuguesa en contacto con la posibilidad de una realidad distinta y más igualitaria. En otras palabras, fue la invisibilidad de Wood lo que dio voz a sus ideales en un contexto hostil y preparado para intentar ponerle freno al progreso.

Juan Pedro Martín Villarreal, de la Universidad de Cádiz, es el autor del capítulo 6, que profundiza en el proceso de visibilización de las autoras femeninas a través de la traducción (entendida como un ejercicio de política y ética) y publicación de sus obras. Concretamente, se analiza del caso de la publicación en español de la producción poética de la escritora británica Mary Ann Evans, más conocida por el pseudónimo George Elliot. Martín Villareal explica los diferentes aspectos que se tuvieron en cuenta desde la editorial Torremozas y el equipo de traducción y edición a la hora de elaborar una antología poética que permitiera recuperar la voz de esta autora y hacer su poesía visible. Entre ellos destaca el uso de su nombre real en la cubierta; la contextualización de su obra mediante la introducción de una breve biografía que permita entender las características de cada poema según el momento de su vida; y enfatizar su labor como agente cultural y traductora. Concluye indicando que solo mediante la visibilización de este tipo de voces lograremos crear un sistema literario más plural.

El capítulo 7, escrito por Ángelo Néstore, de la Universidad de Málaga, analiza la trayectoria de la novela gráfica queer en italiano, un género que, pese al interés que suscita entre numerosos lectores, se ha topado con infinidad de obstáculos impuestos por la ideología conservadora de los gobiernos italianos de las últimas décadas. Por esta razón, los autores se han visto obligados a buscar vías alternativas que favorezcan la publicación de sus obras como los fanzines o los blogs. En este contexto, la traducción de este tipo de novelas gráficas funciona como motor del pensamiento crítico y la pluralidad, y se convierte en una herramienta para visibilizar y dar voz un colectivo tradicionalmente silenciado en numerosos contextos culturales y sociopolíticos, entre ellos, el italiano. Asimismo, Néstore señala que la falta de referentes autóctonos y la situación de resistencia ideológica puede llegar a ser un impedimento para la traducción y, por tanto, la difusión de una obra literaria feminista y/o queer en Italia.

También de la Universidad de Málaga es Ioanna Nicolaidou, que analiza en el capítulo 8 el caso de la autora y traductora griega Elisávet Mutsán-Martinengu y su Autobiografía para hablar de conciencia feminista, (in)visibilzación y censura. De este modo, hace un recorrido por la vida de Mutsán-Martinengu, poniendo especial énfasis en el hecho de que, en su Autobiografía, se centra exclusivamente en sí misma y en sus experiencias, factor que pudo ser decisivo para su hijo a la hora de censurar ciertos fragmentos del texto original para su publicación. Asimismo, Nicolaidou señala algunos aspectos que aparecen en texto analizado y que deben tenerse en a la hora de traducirlo, entre ellos, el timbre de voz, los recursos retóricos y estilísticos empleados, y cómo expresa el yo la autora y a quién se dirige... Así, pone de manifiesto la importancia de un análisis textual pretraslativo minucioso a la hora de enfrentarse a textos redactados por figuras femeninas alejadas no solo en el tiempo, sino también culturalmente.

El capítulo 9, redactado por Raffaella Tonin, de la Universidad de Bolonia, analiza el panorama actual de la literatura infantil y juvenil (LIJ) feminista y/o LGBTQ+ publicada en España y su presencia en el mercado italiano. De este modo, se mencionan diversas editoriales y autores españoles, y se habla de cómo en Italia son las mujeres las que trabajan por ofrecer una LIJ inclusiva y plural: son ellas las que escriben, son ellas las que traducen y son ellas las que dirigen las pequeñas editoriales comprometidas. Mediante diferentes ejemplos, Tonin demuestra la importancia de apoyar y promover la creación de obras de LIJ que promuevan una educación más igualitaria, desafiando los estereotipos de género, luchando contra la LGBTfobia y dando visibilidad a distintas figuras femeninas tradicionalmente silenciadas que, sin embargo, han desempeñado papeles inspiradores en áreas como la historia, el arte y la literatura.

M.ª África Vidal Claramonte, de la Universidad de Salamanca, reflexiona en el capítulo 10 sobre los espacios que tradicionalmente se han reservado para las mujeres y de cómo estos se han incluido en la literatura feminista como herramienta para traducir sus sentimientos. Específicamente, se centra en la cocina y la comida, entendida como una parte fundamental de nuestra identidad, nuestra cultura y nuestras relaciones con otros individuos. Así, se incluyen diferentes ejemplos de novelas, relatos y cuentos en los que la comida se utiliza como herramienta para expresar emociones y/o sentimientos, la mayoría de ellos tomados de literatura de migrantes en la que entra en juego el factor cultural.

Finalmente, en el capítulo 11, elaborado por Sicong Yu, de la Universidad de Sevilla, se analizan diecinueve novelas españolas traducidas al chino en la última década con el objetivo de establecer el nivel de visibilidad y reconocimiento de la mujer traductora en el mercado editorial chino actual. Teniendo en cuenta diferentes factores como el tratamiento de nombres y apellidos; la presencia de notas de presentación, epílogos o prólogos; y los galardones otorgados a la traductora, Yu concluye que, si bien la mayoría de los textos analizados fueron traducidos por mujeres, rara vez reciben el reconocimiento que merecen: los caracteres chinos no permiten identificar si un nombre es femenino, así que no hay manera de saber el género del traductor, por mucho que aparezca su nombre; la mayoría de las notas de presentación hablan únicamente del autor o autora de la obra original; y los traductores masculinos reciben un mayor porcentaje de premios.

El impacto de la traducción en nuestra sociedad, educación y riqueza cultural es indiscutible, y dar visibilidad y voz a aquellos que ejercen e investigan esta disciplina se convierte ahora más que nunca en una necesidad. Traducción literaria y género: estrategias y prácticas de visibilización contribuye eficazmente a esta labor, situando a traductoras, autoras e investigadoras en el centro de la cuestión y tratando el problema de (in)visibilidad al que se han enfrentado (y aún se enfrentan) teniendo en cuenta diferentes contextos lingüísticos, temporales, geográficos, ideológicos y culturales. Además, el hecho de que el volumen explore el papel de la traducción con perspectiva de género y considerando otras realidades, como la de los migrantes o el colectivo LGBTQ+, aporta relevancia y contribuye a construir un panorama académico e investigador más diverso e inclusivo.