promotores que tienen conocimiento de las necesidades primarias con base en su experiencia, ya
llevan a cabo en contextos multilingües acciones distintas.A partir de dicha exploració n podrá
plantearse un modelo de formación tomando en cuenta las necesidades específicas a partir de las
lenguas y sus contextos, reorientando los modelos existentes.
Uno
de

los

aspectos

principales

es

que

los

modelos

de

capacitación

siguen

una

pauta
monolingüe y parten de competencias lingüísticas concretas. Sin embargo, dichas competencias
son
muy

distintas

en

cada

contexto

y

lengua.

El

diagnóstico

de

dichas

condiciones

lo

pueden
realizar,
con

conocimiento

de

causa,

quienes

han

implementado

programas

educativos

o

han
implementado acciones de fomento de la lectura y escritura en cada comunidad y población.
Integración de grupos de trabajo
Por las razones expuestas, será necesario pensar en un grupo de trabajo permanente que
recopile dichas experiencias, las ponga en práctica, desarrolle una evaluación, diseñe soluciones
y de seguimiento. Dada la diversidad de condiciones y contextos será importante que este grupo
de
trabajo

pueda

plantear

las

dificultades

de

cada

escenario

para

encontrar

similitudes

y
diferencias, pues con éstas se fortalecerá una capacitación con más alcances.
Un grupo de trabajo interdisciplinario permitirá el análisis de las situaciones y tener una
capacidad
de

respuesta

clara

y

sólida.

Además,

la

experiencia

de

quienes

han

trabajado

en

la
materia será necesaria para no comenzar desde cero, sino en un punto medio, aprovechando los
conocimientos prácticos y experiencias.
Desarrollo de una propuesta de capacitación
El programa estratégico Salas de Lectura de la Dirección General de Publicaciones de la
Secretaría de Cultura es quien se encarga de capacitar a mediadores de lectura para llevar a cabo
actividades
que

promuevan

el

hábito

de

la

lectura

con

diversas

estrategias

y

actividades

en

el
marco del Programa Nacional de Fomento a la Lectura. En este contexto se ha establecido un
perfil
del

mediador

de

lectura

en

el

contexto

lingüístico

del

español,

sin

embargo

aún

queda
pendiente el desarrollo de un perfil y una capacitación para mediadores que trabajan en contextos
multilingües y con lenguas indígenas.
Como hemos mencionado, las circunstancias idiomáticas son peculiares dependiendo de
la lengua, por lo que es necesario establecer puntos de encuentro y diferencias que permitan que
los mediadores, aún sin ser hablantes nativos de dichas lenguas, puedan promover la lectura y la
escritura como una actividad habitual.
De esta manera, una propuesta de capacitación vendrá, por una parte, del análisis de los
métodos
que

se

han

implementado

y,

por otra,

con

las

experiencias

frente

a

problemáticas

en
común de los diferentes contextos lingüísticos donde se trabaje.
La propuesta de capacitación podría vincularse de una manera directa con la que ya se ha
implementado por la Secretaría de Cultura con una diversidad de cursos, seminarios y diplomados
de profesionalización que, es importante destacar, han ido integrado la temática de la diversidad
cultural
y

lingüística

en

sus

programas

de

formación.

Sin

embargo,

el

enfoque

que

deberá
70