Si bien el objetivo primario del fomento de la lectura y la escritura no es la alfabetizació n,
sí se integra, en cambio, por actividades que fortalecen estas habilidades fuera del contexto escolar
formal, por lo que es importante no perder de vista que existe un vínculo entre disciplinas que
puede generar nuevos enfoques para diseñar estrategias y acciones.
Condiciones educativas de los pueblos indígenas
Para desarrollar una propuesta de programa de fomento de la lectura y la escritura en LIN,
debemos
considerar

las

condiciones

educativas

de

la

población

indígena

en

función

de

los
indicadores de bienestar y desarrollo (Schmelkes, 2013), ya que cada población y comunidad tiene
características específicas de las que dependerá una eficaz promoción de la lectura y la escritura.
Es
necesario

precisar

que

las

condiciones

de

educación

en

las

que

se

encuentra

la
población
indígena

fue

registrada

por

el

INEGI

en

2010,

el

último

censo.

Schmelkes

en

una
investigación
sobre

el

tema

señala

que

el

índice

de

la

población

analfabeta

que

habla

alguna
lengua
indígena

disminuyó

entre

2005

y

2010

de

34

a

27%,

(INEGI,

2011)

sin

embargo

es
importante destacar que dos de cada tres niños entre los 6 y los 14 años que no están inscritos en
una escuela son indígenas, y el 28% de la población hablante de lengua indígena de 15 años o más
no ha concluido su educación primaria.
La situación de rezago y precariedad educativa de la población infantil indígena plantea
circunstancias que deberán tomarse en cuenta en tanto que serán las condiciones para adaptar un
esquema de trabajo para el fomento de la lectura y la escritura. El aspecto primordial que debe
considerarse
es

la

falta,

tanto

de

infraestructura,

como

de

materiales

de

apoyo,

así

como

las
dificultades del acceso al material de lectura y la ausencia de herramientas prácticas de escritura,
instalaciones adecuadas para realizar dichas actividades o la posibilidad de contar con un acervo
siempre disponible.
Considerando
las

estadísticas

realizadas

por

el

Instituto

Nacional

para

la

Evaluación
Educativa (INEE) en relación con los niveles de aprendizaje de los niños indígenas (Schmelkes,
2013), estos aprenden a leer y escribir mucho más tarde que los niños de escuelas no indígenas,
pero es importante subrayar que
se trata aquí

del español como una segunda

lengua, no de

la
lengua materna o lengua natural (Moreno, 2016). Al revisar los datos del INEGI de 2006, Sylvia
Schmelkes menciona que:
Como
era

de

esperarse,

esto

(el analfabetismo)

es

cierto

de

99%

de los

monolingües

en

lengua
indígena. Este rezago lo conservan los alumnos indígenas respecto a los no indígenas, aunque con menor
distancia, entre los 12 y 14 años, edad en la que teóricamente ya debía haberse concluido la educación
primaria: 1.2% de la población no hablante de lengua indígena y 5.8% de la hablante son analfabetas.
Los
indicadores

mencionados

son

una

muestra

de

la

complejidad

de

la

situación.

Sin
embargo,
también

es

una

evidencia

de

la

necesidad

de

diseñar

instrumentos

e

indicadores
específicos
para

conocer

a

fondo

la

situación

de

la

población

indígena

y

sus

competencias
lingüísticas. Por otro lado, afirma Schmelkes (2013):
…los datos que tenemos para saber cuántos alumnos indígenas están matriculados en escuelas no
indígenas provienen de las respuestas de los directores de las mismas a una pregunta que se les formula en
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