indígena como un apéndice o sector aparte, presuponiendo que, por ejemplo, el “acceso universal
a la culturaes únicamente posible en español.
Por otro lado, en 2016 se hicieron diversas propuestas en el Consejo Nacional de Fomento para
el Libro y la Lectura por parte del INALI para incluir el tema de las lenguas indígenas, las cuales
ya se incluyen en la redacción del Programa de Fomento para el Libro y la Lectura 2016-2018.
Además, en la edición del 2016 se integra como parte de sus programas estratégicos el titulado:
“Programa de Fomento a la Lectura y la Escritura en Lenguas Indígenas Nacionales”, que dice
literalmente:
En
coordinación

con

diversas

instituciones

de

los

sectores

cultural

y

educativo

se

realizarán
actividades para incentivar la creación escrita y la promoción de la lectura en lenguas indígenas nacionales;
se
impulsará

el

desarrollo

de

materiales

en

diversos

formatos

y

ampliando

las

temáticas

de

expresión
escrita con pertinencia cultural y lingüística; se promoverá la creación y el uso de herramientas pertinentes
para
su

lectura

y

escritura.

Por

otra

parte,

se

trabajará

en la

capacitación

de

promotores

de

lectura

en
lenguas indígenas y se buscará incrementar la información respecto a las prácticas de lectura y escritura
en estas lenguas, incluyendo la temática en la Encuesta Nacional de Lectura. sin embargo aún es necesario
una campaña de sensibilización sobre las lenguas indígenas y los contextos multilingües que encontramos
en todo el territorio nacional (67).
n cuando estas inclusiones y menciones son de gran importancia para la visibilización
de las lenguas indígenas como un tema crucial para el fomento de la lectura y la escritura a nivel
nacional,
es

importante

señalar

que

no

hay

un

documento

aprobado

y

oficial

que

presente

las
estrategias y acciones de este programa, por lo que que es necesario establecer consideraciones
específicas sobre su desarrollo con pertinencia cultural y lingüística.
Método
Para
llevar

a

cabo

el

planteamiento

y

diseño

de

un

programa

de

fomento

en

lenguas
indígenas será necesario explorar el estatus actual de dichas lenguas y su població n.
Por
una

parte

nos

encontramos

con

los

procesos

de

normalización

de

la

escritura,
iniciados
desde

hace

décadas

como

proyectos

comunitarios,

asesorados

y

refrendados

por
expertos de instituciones como el INALI.
Estos procesos de normalización o estandarización son complejos puesto que partimos de
que estas lenguas son, en principio, ágrafas (Moreno, 2016, 53-59) y no cuentan con una escritura
alfabética. Esto quiere decir que no cuentan con una escritura alfabética, sin embargo no implica
que no sean aptas para contar con un sistema de escritura, ya que la mayoría de las lenguas pueden
desarrollar un sistema para ser expresadas gráficamente. Sin embargo, es importante señalar que
los procesos de normalización de la escritura son largos, cambiantes e implican una construcción
multidisciplinaria en la que se reúnen diversos puntos de vista y perspectivas. En los procesos de
configuración
de

las

normas

de

escritura

han

participado

hablantes

de

las

lenguas,

profesores
bilingües, escritores, traductores, promotores culturales y lingüistas especializados.
Actualmente,
se

cuentan

con

normas

de

escritura

de

las

siguientes

lenguas:

hñähñu,
maayatꞌaan, mochoꞌ, Kakchikel, tsotsil, tseltal, tojolabal, mam, zoque, chꞌol, pima, pápago, pima,
tének, yaqui, totonaco, y algunas más que siguen en preparación.
De manera complementaria, se cuenta con un documento que propone una clasificación
para la situación de cada una de las lenguas con base en el número de hablantes registrados en los
60