En
el

ámbito

de

las

lenguas

indígenas,

como

se

expondrá

a

detalle

más

adelante,

la
situación es compleja debido a la diferencia en el desarrollo de las competencias de los hablantes
y la vitalidad de cada lengua.
La
importancia de implementar un programa de fomento de la

lectura y

la escritura en
lenguas indígenas parte de las siguientes premisas (Igarza, 2013):
A.
Producción editorial:

Ausencia de materiales en las variantes lingüísticas con diferentes objetivos.

La necesidad de generar materiales monolingües desde las propias comunidades en sus
lenguas (no sólo traducciones).

Apoyo institucional para el desarrollo de contenidos con pertinencia cultural considerando
los diversos entornos y no únicamente con contenidos exógenos.

Implementar

programas

de

capacitación

para

que

las

mismas

comunidades

desarrollen
materiales con base en sus necesidades.
B.
Herramientas de escritura:

Contar

con

herramientas

de

escritura

como

una

tipografía

que

pueda

utilizarse

con
teclados
lógicos

en

cualquier

computadora

y

posibilite

la

escritura

con

las

grafías

y
diacríticos propios de la lengua.

Una

tipografía

apta

para

el

diseño

de

productos

editoriales

con

pertinencia

cultural

y
lingüística.

n cuando se desarrollan normas de escritura de diversas lenguas, es importante, más no
limitativo, contar con una convención de escritura basada en acuerdos de las comunidades
que comparten una lengua.
C.
Promoción de la lectura:

Incluir a los mediadores, promotores y agentes culturales hablantes de lenguas indígenas
en el desarrollo de estrategias para el fomento de la lectura y la escritura.

Capacitar a los mismos agentes culturales, tanto en su lengua materna como en español.
Los puntos anteriores están vinculados a un mismo proceso que tiene como punto nodal
la lectura y la escritura, habilidades en relación con la oralidad como actividad fundamental. De
la
misma

manera,

es

importante

destacar

que

aun

cuando

el

papel

del

libro

como

objeto
tecnológico, soporte y
medio de trabajo tiene un

papel central, es necesario percibirlo

no sólo
como el punto de llegada (del proceso editorial o
la cadena del

libro) sino como un punto de
partida
que

genera

problemáticas

nuevas

implícitas

en

el

diseño

de

estrategias

de

distribución
focalizada
o

estrategias

de

lectura

multilingüe.

Por

esto

último,

es

preciso

enfatizar

que

un
programa de fomento de la lectura y escritura en lenguas indígenas requiere de consideraciones
específicas por el estado de vitalidad de cada lengua, las competencias lingüísticas de la población
meta, y el estado de la actividad editorial, por esto no se debe limitar a una “adaptación” de los
programas actuales de fomento de la lectura a nivel Latinoamérica (PFLyL, 2017), aún cuando
éstos incluyen el trabajo con las lenguas originarias de cada país.
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