el formato 9114 sobre el número de estudiantes indígenas que tienen. El director tampoco cuenta con una
manera
fehaciente

de

identificar

a

los

alumnos

indígenas,

por

lo

cual

responde

con

un

dato

sobre

los
alumnos que cree que tiene, y éste no es individualizado, sino agregado. En el caso de las universidades,
no se pregunta por condición de lengua o pertenencia étnica: "Sería ofensivo", me comentó un rector en
alguna ocasión. Podemos suponer que algo similar sucede con los datos que recaban otros sectores. Sólo
el Censo de Población y Vivienda, cada 10 años para algunos indicadores, y el Conteo de Población y
Vivienda, cada cinco años para otros, nos revelan la situación.
En el mismo texto se menciona la necesidad de contar con información acerca de la lengua
materna
de

los

maestros,

su

escolaridad

y

su

actualización

docente,

además

de

contar

con
instrumentos que consideren la diversidad lingüística:
El problema de fondo es que, ante un México diverso cultural y lingüísticamente, el currículo es
único para todo el país; pero, incluso si aceptáramos que este currículo homogéneo frente a la diversidad
fuera válido —cosa difícil de defender frente a los resultados de la investigación educativa—, la evaluación
(se refiere a la prueba ENLACE) que se realiza con todos los niños de tercero de primaria a tercero de
secundaria todos los años, se hace en español. No puede negarse que el desempeño de los infantes no es el
mismo en una segunda lengua de lo que puede ser en la materna.
En resumen, si no se cuenta con cifras reales, estadísticas específicas y análisis pertinentes
de
dichos

datos,

esta

situación

plantea

un

panorama

complejo

para

la

implementación

de

un
programa de fomento de la lectura y la escritura en lenguas indígenas.
Esto
acentúa
la
necesidad
de
un
trabajo
interdisciplinario
con
las
instancias
correspondientes, además de una comunicación constante con la población indígena incluyéndola
en los procesos de construcción y reflexión sobre una propuesta de programa de fomento con en
debate permanente que evalúe la situación desde distintos enfoques.
Estrategias
El Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC),
en
el

documento

titulado

Una

región

de

lectores

que

crece.

Análisis

comparado

de

planes
nacionales de lectura en Iberoamérica 2013 (González, 2014) se menciona la importancia de la
revisión de los planes nacionales de fomento de la lectura y la escritura dada la diversidad cultural
de los países donde se implementan:
El estudio debe ser visto como una fase dentro de un largo proceso dirigido a consolidar estrategias
de
observación

de

los

procesos

de

planificación

en

el

sector

de

la

lectura

y

la

escritura

en

la

región
iberoamericana. A este respecto debe enfatizarse la necesidad de desarrollar sistemas de investigación que
vayan
más

allá

de

la

dimensión

cuantitativa

e

instrumental,

para

adentrarse

en

las

múltiples

y

ricas
dimensiones cualitativas que tienen los planes en su devenir social y político.
En México, un país donde existe una diversidad cultural y lingüística que es base de su
composición,
proponemos

concentrar

tres

estrategias

eje

como

punto

de

partida,

dichos

ejes
corresponden a una competencia lingüística específica:
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