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Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
Retour à la philosophie”. La sociología como
“mediación metafísica” en la obra de J. Freund
“Retour à la philosophie”. Sociology as a “metaphysical
mediation” in J. Freund’s work
Juan Carlos Valderrama Abenza
28
Universidad CEU Cardenal Herrera, Valencia
jvalabe@uchceu.es
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
el análisis político, la polemología, la historia, epistemología y metodología de las ciencias
-

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del conjunto de la obra del autor francés, y de qué manera él mismo concibió su atención

amplio de comprensión de problemas siempre presentes en la existencia humana, esto es,
como una mediación metafísica.
Palabras clave: Teoría social; Metasociología; Ciencias Sociales; Fenomenología;
Metafísica

            -
emology, history, epistemology and methodology of social sciences, Julien Freund was,

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losophical approach to reading all the work of this French author, and how he conceived
his dedication to social sciences as a mediation to a broader framework of understanding
permanent problems of human existence, i.e.: a rational mediation to metaphysics.
Keywords: Social theory; Metasociology; Social Sciences; Phenomenology;
Metaphysics.
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ORCID:


Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
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Introducción
Filósofo que como a tantos de su generación la fortuna condujo inespera-
damente hacia la sociología, Julien Freund (1921-1993) no desdeñó ni mucho
menos esta dedicación, a la que reservó capítulos importantes de su obra. No
obstante, si lo hizo, no fue tanto debido al valor intrínseco a este tipo de proble-
mas –por otra parte evidente–, cuanto por el servicio incluso subsidiario que

campo propio de acción del sociólogo tout court. Algo que ciertamente él nunca
se consideró,
29
por más que esa fuera su ocupación durante casi tres lustros de
docencia en Estrasburgo,
30
y pese al destacado lugar que le hicieron merecer en-
tre los historiadores de esta disciplina no sólo sus trabajos sobre Weber, Simmel
o Pareto,
31
cuyas obras contribuyó a difundir en Francia de modo decisivo en su
momento
32
, sino también sobre algunos de los grandes patrones de la sociología
-
cular, pero en todo caso importantes, como Adolphe Quételet, Lorenz von Stein,
Georges Sorel, Gaston Bouthoul, Raymond Aron y un largo etcétera.
Con todo, las referencias sobre las que el lorenés hizo descansar las bases de
sus exploraciones más cercanas a la sociología sistemática no se limitaron a es-
29
“Je le reconnais, je n’ai jamais été un pur sociologue: j’ai seulement occupé à l’Université une
chaire de sociologie”, , J. [= JF], “Ébauche d’une autobiographie intellectuelle”, en
Revue européenne des sciences sociales, vol. 19, núms. 54-55, 1981, p. 31.
30
Ahí fundó, además, y dirigió algunos centros especializados, como el Centre de Recherches
et d’Études en Sciences Sociales (1967) y su Revue des sciences sociales de la France de l’Est
(1972) –hoy Revue des sciences sociales–, el Institut de Polémologie (1970) o el Laboratoire de
Sociologie Régionale (1973).
31
Sobre todo, Sociologie de Max Weber, París: PUF, 1966; Max Weber, París: PUF, 1969; Études sur
Max Weber, París: Droz, 1990; “Questions fondamentales de la sociologie”, en , G., Socio-
logie et épistémologie, París: PUF, 1981, pp. 7-78; Pareto, la théorie de l’équilibre, París: Seghers, 1974.
32
Cf. , F., La marcha de las ideas. Historia de los intelectuales, historia intelectual, Valencia: Uni-
versitat de València, 2006, p. 115. El caso de Weber es el más obvio, sobre todo por el número de
fuentes. Mucho más reciente, en cambio, es el reconocimiento de su labor en la difusión de los
otros dos, sobre cuyas obras ofreció importantes claves de lectura condensadas en todo un ma-
gisterio. Pueden encontrarse valiosas observaciones, especialmente con relación a Simmel, en
Revue des sciences sociales dedicado a las tradiciones sociológicas en Estras-
burgo (“Strasbourg, carrefour des sociologies”, núm. 49, 2008). Ante todo: , M. & , F.,
“Strasbourg, carrefour des sociologies (1872-1972)”, pp. 8-11; , P., “Y a-t-il une École de
Strasbourg?”, pp. 12-17; , H. J., “Georg Simmel à Strasbourg (1914-1918). Trois entretiens
avec un témoin: Charles Hauter”, pp. 42-49; y , T., “Julien Freund, l’intellectuel-frontière
qui n’a pas de frontière”, pp. 154-161. Sobre la recepción por Freund de la sociología paretiana,
, V., Pareto: la naissance d’une autre sociologie, París: PUF, 1990, y “Julien Freund, lecteur
de Pareto”, en , G. & , P. et al., Julien Freund, la dynamique des conits,
París: Berg International, 2011, pp. 194-202; , G., “Lire Pareto aujourd’hui”, en ,
A., Pareto aujourd’hui, París: PUF, 1999, pp. 23-33; y “Autour de l’édition des œuvres de Pareto
et sur ses interprétations”, en Revue européenne des sciences sociales, vol. XLI, núm. 125, 2003, pp.
55-75. Para el elenco completo de sus escritos sobre estos autores, Cf. , J.
C., Julien Freund, la imperiosa obligación de lo real, Murcia: Sepremu, 2006, pp. 112-117.
49
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund
tos autores, protagonistas casi todos ellos en el proceso de su institucionalización
-
llo más reciente de las ciencias sociales extra e intracontinentales, a excepción de
Aron, Marcuse, Bouthoul y algún otro, pero anduvo perfectamente al corriente
de muchas de sus discusiones actuales, así como sobre sus representantes más


más allá. Las notas de lectura que durante una treintena de años tuvo ocasión de
publicar en L’Année sociologique son de lo más elocuente a este respecto, e inva-
lidan cualquier acusación de outsider que la sociología académica, a la vista de
   

y tendencia tan dispar como Lewis H. Morgan o Robert Michels, distantes ya
en el tiempo; Robert Schumpeter, Karl Mannheim, Herbert Marcuse, Henri Le-
         
Duverger, Friedrich Tenbruck, Georges Balandier, François Bourricaud, Pierre
Fougeyrollas, Alain Touraine, Niklas Luhmann, Peter L. Berger, Hans Albert,
        
Esto no les ha impedido a algunos ver en su obra una lectura “très tradi-
tionnaliste et ‘Mieleuropa’ de la culture”
1
, ni reprocharle otros, como Michel
Fortmann a propósito de Sociologie du conit (1983), ignorar “la casi totali-
dad de autores, sobre todo anglosajones” dedicados a ese particular desde el

equipado” técnicamente para el análisis sociológico en general…
2
El inven-
tario anterior da una mínima pista de lo problemático de semejantes aprecia-


Schmoll, Jean-Vincent Holeindre, Bernard Valade, Georges-Elia Sarfati, etc.
3
1
Lo dice D.  a propósito de Politique et impolitique (Sirey, París 1987), Canadian Jour-
nal of Political Science, vol. 22, núm. 1, 1989, pp. 225-226.
2
De ahí su sorprendente conclusión, aconsejando al lector interesado en polemología “de lire
ou relire les grands classiques du genre, particulièrement G. Bouthoul ou Quincy Wright, et

la notion de sociologie”, , M., “Sociologie du conit (PUF, París 1983)”, en Canadian
Journal of Political Science, vol. 18, núm. 2, 1985, pp. 428-429.
3
Sólo como botón de muestra, además de los incorporados supra en n. 4, y sobre este punto en
Revue
des sciences sociales, núm. 10, 1981, pp. 36-45; , B., “Guerre, polémologie et sciences
sociales”, en , M. (Ed.), Héritage et actualité de la Polémologie, París: Téraèdre, 2007,
pp. 17-26; , G.-E., “De la sociologie des guerres (Bouthoul) à la sociologie du con-
, G. &
, P. et al., Julien Freund, la dynamique des conits, pp. 37-45; , J.-V., “De
, G. & -
, P. et al., Julien Freund, la dynamique des conits, pp. 54-64; , D., “War and
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
50
De todos modos, nada de esto es decisivo. La sola erudición no da la cien-
cia. Incluso si la sociología fue un capítulo importante en el total de su obra,
         
también por otras de índole temática, epistemológica y metodológica, entre
las que hay que situar en primer término su aportación doctrinal más relevan-
te: la “théorie des essences”. Aunque Freund la orientase muy particularmente
a lo político, cuyo fruto más logrado fue L’essence du politique (1965), él mismo
la concibió desde el principio como un modelo teórico de alcance general,
en deuda principalmente con el interaccionismo metodológico (incluso on-
tológico)
4
de Simmel y von Wiese, y con las líneas maestras de la Verstehende
Soziologie weberiana, revisitadas ambas desde una óptica personal.
Por otra parte, adviértase que entre los varios cientos de títulos que reúne
la bibliografía freundeana son muchos más los dedicados a problemas espe-


los que abordan entre ellos problemas de historia y teoría sociológica, de epis-

importancia. Todo esto permite hablar con bastante sentido de un “Freund so-
ciólogo” adscrito por derecho propio a la École de Strasbourg, sobre la que hace
no mucho se preguntaba Patrick Schmoll a partir de los ecos de la presencia de

1. Una mirada metafísica sobre la realidad social
Una cosa, sin embargo, es cierta: si puso Freund los pies en tierra sociológica

en no pocos de sus escritos, no siempre sus métodos, sus conceptualizaciones ni

   teoría general
sobre la realidad social. Ni en sus métodos o procedimientos ni en sus conceptos,
que parten de lo empírico a lo abstracto sin regresar siempre a lo primero, fue
Freund estrictamente sociólogo. Desde luego, no en el sentido en que se entiende
hoy, consumado el tránsito de la teoría a la investigación, que uno debería serlo.

Peace in the Political Philosophy of Julien Freund”, en Peace Review. A Journal of Social Justice,
vol. 26, núm. 3, 2014, pp. 334-341; , D., “Between two rights: Julien Freund
and the origins of political realism in France”, en Paerns of Prejudice, vol. 48, núm. 3, 2014, pp.
248-264; , C. & , L., “De Julien Freund à René Thom. Vers le processus mor-
Stratégique, vol. 3, núm. 110, 2015, pp. 153-174.
4
Cf. , F., La sociologie de Georg Simmel, París: La Découverte, 2001, pp. 48-49.
51
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund
heterogéneos de discurso, sin que siempre se pueda señalar con precisión dónde

toma la palabra, dónde el historiador de las ideas o dónde el analista.
5

los cánones habituales, criterios y perspectivas interpretativas que se suelen
dar mezclados en su obra. Pero en su origen responde a una necesidad, o
incluso a más de una, tres:
1) sortear en primer término, como sugiere Campi, el encasillamiento im-
puesto por la profesionalización de nuestras formas de conocimiento, a costa de
una más que provechosa interfecundación mutua –hasta donde tal cosa es po-
sible– en cuanto perspectivas de acceso a la que es siempre una y la misma rea-
lidad, favoreciendo así su convergencia (que no su indistinción) respecto a ella;
-
ción esencial, “secrète et fondamentale”: la metafísica.
6
De ahí lo no extempo-
ráneo de sus escritos metafísicos respecto de las otras líneas de su discurrir
intelectual, empezando –o según se mire, terminando– por Philosophie philo-
sophique
7
(1990); y al mismo tiempo, y por último,
3) dar valor también a lo que, quiérase o no, está en la médula misma de
Geisteswissenschaften

cátedras europeas con evidente éxito: esa “sociologie américanisée” a la que
Freund oponía su visión más humanística, de estándares deliberadamente
clásicos (valga decir, pues, germanisée).
8
5
Cf. JF, “Ébauche d’une autobiographie intellectuelle”, p. 31. De ahí el problema metodológ-
ico al que, a juicio de Alessandro Campi, se enfrenta cualquier intento de visión global del
pensamiento freundeano: “Sul piano della metodologia di ricerca, Freund ha alternato la
-
-
blema interpretativo, che va ben oltre le preocupazioni, che egli ha sempre giustamente
stigmatizzato, di collocazione accademica e disciplinare”. Ahora bien, eso lo ha hecho, sigue
diciendo, “pagando […] lo scoto di un’eccessiva dispersione tematica e di una rischiosa so-
         vue d’ensemble
, A., “Per una fenomenologia del Politico:
introduzione al pensiero de Julien Freund”, en Freund, J., Dirio e politica. Saggi di losoa
giuridica , J. C.,
“Julien Freund, analista político: contextos y perspectivas de interpretación”, en ,
P. & , C., Miradas liberales. Análisis político en la Europa del s. XX, Madrid:
Biblioteca Nueva, 2014, pp. 99-127.
6
Cf. JF, La aventura de lo político. Conversaciones con Charles Blanchet, Madrid: Encuentro, 2019,
pp. 19 y ss.
7
JF, Philosophie philosophique, París: La Découverte, 1990.
8
Revue des sciences sociales
de la France de l’Est, núm. 17, 1989-1990, pp. 8-12.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
52
De todos modos no sólo había una intención detrás de este planteamiento.
La intención fue tomando cuerpo más bien tardíamente, después de tener que

profesionales, que él mismo no eligió, sino que le vinieron dadas. En el caso de


mediación de R. Aron, obtuvo una plaza de investigación del CNRS en esa área,
en contra de sus expectativas iniciales y, por supuesto, de las de su mentor.
9
Esto indudablemente redundaría en sus preocupaciones últimas, pues aunque
-
ral o incluso dentro de sus márgenes, esta misma, en realidad, sólo se nos hace
accesible –al menos en lo fundamental– dentro de aquellas otras: en los límites
discursivos de su teoría social y, aún más en particular, de la política.
2. Lo “philosophique” de la “philosophie”: un
pensar sin presupuestos
           
intentar esclarecerla obligue a un proceso de abstracción respecto de los aná-


en ellos, transita por sus fueros. Abandonar el valor metafísico de esos análi-
sis, su función en orden a la comprensión del ser, entrañaría por eso perder
-
píritu. Freund aludió constantemente a esta difícil necesidad de conciliación
entre los caminos de las ciencias particulares y los de la metafísica, de secular
divorcio. Pues es evidente que la emancipación histórica de las ciencias de la
-
gresiva desconexión de todo fundamento metafísico, sino que supuso en el

con la inmediatez de la experiencia, algo no menos fatal que lo anterior:
Como otros de mi generación –decía en su introducción a Philosophie philoso-
phique–, abandoné de modo casi fortuito, sólo en parte con premeditación, el
9
“J’avais envoyé mon dossier de candidat au CNRS, avec son accord [Raymond Aron], à la com-
mission de philosophie, puisqu’il s’agissait d’une thèse de philosophie politique. On peut ima-

de philosophie avait transmis le dossier a celle de sociologie qui devait se réunir quelques jours
plus tard. Je voyais mes chances réduites à néant. R. Aron, tout aussi surpris, usa de toute son

membre”. JF, “Raymond Aron, directeur thèse”, en Commentaire, vol. 4, núm. 28, 1984, p. 56.
53
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund

ciencias humanas o sociales. El largo periplo a través de las ciencias humanas

me ha permitido comprender que si en algún momento la ciencia ha creído
triunfar sobre la metafísica no ha sido más que desvirtuándola. Si yo en esta

como investigador que vuelve a su patria con vistas a recordar la experiencia

10

aquí no debería verse como un volver a un lugar abandonado un tiempo, pues
su incursión también en esas otras ciencias fue de hecho su principal modo de es-
tar en él. Y es que existe una manera de “volver” adonde ya se está, y es tomando
conciencia, o sea: reexivamente. Esta es la novedad –a mi juicio– de Philosophie
philosophique respecto de obras previas: una toma de conciencia de las impli-

11
Una
explicitación análoga a la que había sugerido Merleau-Ponty tiempo atrás, muy
presente, como Bergson, Ricoeur y otros, en las páginas de aquel libro de 1990.

(1947)– no hace vano el esfuerzo de objetivación de la ciencia”, sino que lo pone
exactamente en su lugar: en relación al hombre. Entre las dos no debería existir


cosa que verdades formales, es decir, errores”. Y es que en última instancia, si-
gue diciendo Merleau-Ponty, hacer metafísica “no es entrar en un mundo de co-
nocimiento separado, ni repetir fórmulas estériles”, sino intentar pensar hasta el
fondo los mismos fenómenos que la ciencia cubre, restituyéndoles –y esto es lo
verdaderamente interesante aquí– “su trascendencia y extrañeza originarias”.
12
li-
berté des présupposés”,
13
noción frecuente en sus escritos desde la publicación
          
10
JF, Philosophie philosophique-
sofía no supone en modo alguno un redescubrimiento de esta disciplina, sino la decisión de
hablar abiertamente […] de problemas que me atraían y sobre los que he intentado profundi-
zar constantemente en mi meditación”. JF, La aventura de lo político, p. 161.
11
Entiendo de este modo lo que Piet Tommissen llamaba “la mutation du philosophe Freund
en sociologue”: no como un cambio de escenario temático, como él sugería, sino, a lo sumo,
como un “dédoublement des activités qui s’est avéré fructueux”.  P., “Julien
Freund vu sous l’angle de quatre déceptions”, en , M. (Ed.), Histoire et théorie des
sciences sociales (Mélanges en l’honneur de Giovanni Busino), París: Droz, 2003, p. 111. Sobre el
sentido de este desdoblamiento, cf. Philosophie philosophique, p. 313.
12
, M., Sens et non-sens, París: Nagel, 1966, pp. 170-171.
13
Cf. JF, Philosophie et Sociologie, Louvain-la-Neuve: Cabay, 1984, p. 36; Philosophie philosophique,
pp. 52-72.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
54
actuelle”,
14
cuya génesis nunca revela –salvo en una ligera alusión a Hus-
serl–,
15
pero que, como en otros casos, probablemente se retrotraiga a Simmel,
a esa misma posibilidad mantenida en Hautprobleme der Philosophie (1910) de
pensar precisamente “sin supuestos previos” (vorausseungslos zu denken)
16
lo

1.– Que a diferencia de las ciencias particulares, cuyos objetos y métodos de-
-
mente indeterminada, de modo que deberá determinarse –autodeterminarse– en
-
cendental como el propio pensamiento. Todo, absolutamente todo, dice Freund,
Cogito, la sensación o el


y de la experiencia humana”.
17
Esto no la convierte, como algunos concluyen, en
un pensar en el vacío, sino al revés más bien, pues que todo pueda ser para ella
objeto no se debe tanto a que en su inicio no posea actualmente ninguno cuanto a
que los tiene potencialmente todos; es decir, a que su campo de exploración lo cons-
tituye en el fondo esa tal “totalidad” con referencia a la cual en cada momento el
pensamiento determina el sentido y el objeto de su propio interrogar.
2.– Y en segundo lugar, su gratuidad. Coincidiendo con la forma de su pre-
guntar, sólo su preguntar es su objetivo. Nada exterior a su propia interrogación
 Esto es algo para
Freund prácticamente evidente: “Si puede partir de no importa qué, puede igual-
mente llegar a no importa dónde”.
18
Saber, por tanto, último, que no medial, no se

el ut propio de la utilitas. Tal fue el carácter que le reconoció Aristóteles al carac-
terizarla como un saber en sí mismo causa de su apetibilidad, una “ciencia libre”

19
3. El horizonte metateórico del conocimiento cientíco


14
Revue de l’enseignement philosophique, núm. 1, 1962, pp. 1-16.
15
Revue de l’enseignement philosophique, p. 4.
16
, G., Problemas fundamentales de la losofía, Madrid: Revista de Occidente, 1946, p. 12.
17
JF, Philosophie et Sociologie, pp. 36-37. Cf. Philosophie philosophique, p. 57.
18
JF, Philosophie et Sociologie, p. 37. Cf. La aventura de lo político, pp. 171-173.
19
Metaf., A, 2, 982b 25-28.
55
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund
la rúbrica de una «antropología fenomenológica», Freund quiso recoger en el pro-
yecto de su «phénoménologie métaphysique»
20
: su intento de renovación no solo de
la propia metafísica, obligada a confrontarse con los logros de otras ciencias, cuyo
valor quizá haya podido desestimar en ocasiones, sino también para la ampliación
de las posibilidades heurísticas de estas últimas, no menos displicentes con la tarea

21
En este punto encuentran las ciencias sociales la tierra que no pueden pisar, so
pena de devenir losofía
cuanto las ciencias incluso empíricas le muestran como aspectos del ser por el cual
él se interroga, tampoco puede el sociólogo, en nombre de una objetividad más
restringida, desprenderse de principios lógicos y gnoseológicos, metodológicos
y ontológicos, que aunque no sean estrictamente empíricos, ni deriven por tanto
de sus propios modelos de explicación, están siempre tras ellos, determinando las
bases de su formalidad como saber. A sabiendas o no, siempre una imagen del
mundo y del ser humano preside todas y cada una de nuestras interpretaciones.
Pertenecientes, como dice Dahrendorf, a la “antesala del conocimiento -
co”,
22
metateórico– sin referencia al
-
cas, sino tampoco saber, en realidad, de qué estamos hablando por su medio.
La importancia que el enfoque positivo y el análisis cuantitativo tienen
para el desarrollo de cualquier ciencia social está fuera de duda. Pero el valor
heurístico de una ciencia no reside en ese “fastidioso aunque indispensable

23
incapaz de ge-
nerar por sí solo los principios que permitirían la sistematización e interpreta-
ción de esos hechos sobre los que los métodos operan. El método nomotético
basado en la observación, formulación de hipótesis y experimentación local,
tiene un alcance relativo cuando el investigador pretende abrirse paso hacia
una posible interpretación global o de alcance medio. En este preciso punto el
contexto de descubrimiento se amplía sobre el inmediato de la investigación,
20
Cf. JF, Philosophie philosophique, p. 105.
21
Esta doble dirección la señala también François Dosse en su Historia del estructuralismo, pero
-

responder mejor a las cuestiones planteadas por las ciencias sociales. Ahora bien, Julien Freu-
nd abandona sus investigaciones sociales para volver a una Philosophie philosophique, y llama


territorio de las ciencias sociales […]. [S]implemente constata que éstas no pueden sustituir a
-
nes de verdadero y falso, bien y mal, juzgando que la pregunta metafísica es fundamental”.
, F., Historia del estructuralismo. II.– El canto del cisne, Madrid: Akal, 2004, pp. 321-322.
22
, R., Sociedad y libertad, Madrid: Tecnos, 1966, p. 42.
23
JF, Philosophie et Sociologie, p. 17.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
56
interviniendo en él hipótesis de trabajo, procedimientos y conclusiones que
desbordan necesariamente los métodos ordinarios del análisis empírico.
Tiene sentido, por eso, la sospecha de Maurice Duverger, cuando al constatar
las limitaciones objetivas de nuestras aproximaciones a los fenómenos sociales,
se pregunta si la remisión a marcos e hipótesis globales que permitieran expli-
-
mo.
24
Aunque necesaria para la interpretación de los hechos sobrepasado el nivel
puramente factual de la investigación, con la formulación de teorías generales,

“cosmogónicos” –así dice el autor– contrarios a las exigencias básicas de un saber
racional estricto? En cierto sentido sí, piensa Duverger, lo que explicaría el carác-
ter “todavía subdesarrollado” –dice– de las ciencias sociales, necesitadas aún de

luego no es así para Freund. Para él, la referencia a principios metateóricos se-
-


argumentación todavía imperfecta, como sugiere Duverger, sino un recurso heu-
rístico fecundo perteneciente a un uso del logos diferente al de la ciencia en cues-

-
-
pletamente estéril para la explicación (cosa que, sin embargo, podría discutirse).
Es verdad que la remisión a principios y marcos teóricos de ese tipo puede
suponerle un desafío incluso emocional en algunos casos al investigador; que siga
creyendo posible alcanzar una visión “especular” de la realidad, independiente
de cualquier sistema interpretativo de pretensiones globalizadoras. Ahora bien,
-
mento de su investigación, no es que corone su tarea abandonándola, como si
       
-
nes que en efecto no lo son. El hecho de que supuestos de tipo metateórico inter-
vengan en el proceso de construcción de nuestras teorías, dotando de contenido a
nuestros conceptos y métodos de investigación, o incluso como instancia crítica del

tal actividad. No se trata de que el sociólogo –el investigador en general– se vuel-
va contra los imperativos de su disciplina para tratar de abrirla a otros usos de la
razón que no son el suyo, sino tener de ella –de la razón– una concepción distinta,
más amplia a la exigida reductivamente por las constricciones del cientismo.
24
Cf. , M., Métodos de las ciencias sociales, Barcelona: Ariel, 1981, pp. 378-380.
57
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund
Una mirada excesivamente angosta puede provocar no sólo que se renun-
cie directamente a este esfuerzo de construcción de marcos globales, con la
vana esperanza de detener el conocimiento en sus niveles de análisis más par-

presupuestos quizá no tan ligados al análisis empírico como en un principio

expulsa premeditadamente por la puerta vuelva a introducirse de manera in-
sidiosa por la ventana, acompañada de postulados e intereses revestidos de
apariencia racional. Es decir, una ideología. Y así lo reconoce también Duverger.
Métodos de las ciencias sociales que las teorías generales son ne-


inconsciente de la realidad, subestimación de ciertos hechos, sobreestimación
de otros, etc.”–,
25
en Sociología de la política-
ción” directamente carácter ideológico. Entendiendo por ideología él “un siste-

de base a una acción para mantenerla, transformarla o destruirla”
26
, entonces
resulta que debemos adjudicar a ese nivel teórico global una dimensión valo-

frente a otros. Lo cual obliga a plantearse, cuando menos, tres cuestiones, que
sólo podemos apuntar aquí: 1) si las referencias metateóricas que sostienen los
procesos teóricos discursivos de cada disciplina, de naturaleza lógica, meto-

efecto a valoraciones-


de la realidad para su mantenimiento, transformación o supresión; y 3) si la
no implicar semejante cosa, pudiendo verse libre

clase (y eso de aceptarse, además, lo que es muy discutible, que la ideología sea
en verdad sólo instrumento de legitimación de un cierto status).
4. Las insuciencias de la razón positiva

de la experiencia suponen la existencia de un marco teórico previo de natura-
25
, M., Métodos de las ciencias sociales, p. 380. Sensu contrario, , P., Ciencia social y
losofía, Buenos Aires: Amorrortu, 1971, pp. 11 y ss.
26
, M., Sociología de la política, Barcelona: Ariel, 1976, p. 22.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
58

primer momento. Los problemas planteados en y con relación a dicho marco,
tanto de naturaleza lógica como metodológica y ontológica, aunque determi-


no es sólo una ayuda pertinente, sino precisamente el juego de lenguaje especí-


deba poner esos supuestos en reserva, en el sentido simplemente de presuponerlos.

una de ellas en particular. De la presuposición de esos principios no resulta su
expulsión de los límites de lo racionalmente escible, sino sólo del terreno, mucho
más restringido, de lo que es capaz de fundamentar cada una de ellas por sí sola.
Un saber sin presupuestos, enteramente incondicional, como el que tan-
tas veces el positivismo ha imaginado, sencillamente es imposible. Semejante
-
cionalidad la pluralidad de modos en que el verbo “conocer” puede conjugar-
se,
27
no sólo priva a nuestras posibilidades de conocimiento de una parte nada
desdeñable de la realidad, que trasciende con mucho lo que todas las ciencias

a los que el positivista presume atenerse, ignorando aspectos suyos que tam-
bién le pertenecen. Hay que atenerse a los hechos, como dice el positivista,
ciertamente; pero en ellos siempre hay más de lo que un simple golpe de vista
es capaz de reconocer inmediatamente. Y eso por una doble razón:
1.– porque la realidad de lo que conocemos no se reduce a su condición de
ser efectivamente conocido, siendo siempre algo más el ser que su concepto (en
última instancia, aquello que hace “real” lo real no es “lo que sea” lo real, tal
y como recoge su concepto, sino el acto por el cual eso real “lo es”);
28
y
2.– porque tampoco la ciencia opera desde la simple posibilidad por parte
de las realidades de ser efectivamente conocidas, sino desde la previa deter-
minación de lo que en cada caso de ellas interesaría conocerse, de acuerdo con
-
gación. A pesar de las ilusiones del “objetivismo”, la misma realidad, aunque
pueda ser vivida subjetivamente en la experiencia como inmediatamente sig-

ni goza de la misma evidencia en el terreno del conocimiento objetivo. Al con-
27
Cf. , K. R., La responsabilidad de vivir. Escritos sobre política, historia y conocimiento, Barce-
lona: Paidós, 1995, pp. 43-79; , J. V., La pluralidad de la razón, Madrid: Síntesis, 2004.
28
Cf. , Sto., Disput. super Sent., lib. 1, disp. 33, q. 1, 1 ad 1.
59
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund
re-
levante, qué tener cierto interés y con relación a qué.
29
Discernir qué sea en cada


vista” que no sólo da forma al objeto de conocimiento, sino que lo constituye.
30
Una lectura excesivamente limitada de esos hechos, que redujera toda po-
sibilidad de explicación a los solos criterios del análisis empírico, no sólo con-
duciría a una dramática amputación de lo real, del que quedarían excluidos
cuantos rasgos fuesen más allá de lo estrictamente empiriológico, sino a una
reducción también de nuestras distintas formas de conocimiento al que nos
proporciona la ciencia positiva, en cuyos solos límites se concentraría toda
posibilidad para lo objetivamente escible.
Por eso, cuando en su obsesión por liquidar la metafísica enarbola el positivis-
mo la bandera de los simples hechos, no es la metafísica, sino la propia ciencia –y
así también la empírica en primer lugar– la que se arriesga a colapsar con ella
31
.
-
ciados de experiencia” o hechos previos a cualquier interpretación.
32
Los hechos
sobre los que trabajan nuestros distintos modelos de explicación no son los que
podríamos considerar sin más “reales”, en el sentido bruto de los maers of fact de
Hume, sino al contrario, hechos y procesos reconstruidos racionalmente (i.e., objetiva-
mente) en el curso de la investigación por nosotros mismos. Es precisamente mediante
tal reconstrucción que nuestros conceptos pueden hacerse cargo de lo real: como
una versión racional y limitada suya, no coextensiva a su referencia empírica.
33


ellos y nuestros modelos no existe tal inmediatez inferencial, sino un proceso de


29
Cf. JF, D’Auguste Comte à Max Weber, París: Económica, 1992, p. 204; JF, Philosophie et Sociologie,
pp. 269-270.
30
Cf. , “La objetividad cognoscitiva de la ciencia social y de la política social”, en Ensayos
sobre metodología sociológica, Buenos Aires: Amorrortu, 1990, p. 66.
31
Cf. JF, Les théories des sciences humaines, París: PUF, 1973, pp. 96-97. “L’erreur du rationalisme

conséquent de devenir prisonnier d’une optique unilatérale. Quand la science conduit à une
telle étroitesse, elle n’est plus vraiment de la science”. JF, “Aphorismes sur l’architecture ru-
rale”, en Revue des sciences sociales de la France de l’Est, núm. 3, 1974, p. 20.
32
, K. R., The logic of scientic discovery, London-NY: Routledge, 2002, p. 13.
33
“L’expérience et l’histoire ne sont pas directement intelligibles par elles-mêmes, elles le de-
viennent par une rationalisation abstractive qui essaie de trouver des éléments constants
grâce à une élaboration conceptuelle de la réalité”, JF, L’essence du politique, p. 87. Cf. JF, “De
l’interprétation dans les sciences sociales”, en Cahiers internationaux de Sociologie, vol. 64, 1978,
pp. 230 y ss.; JF, D’Auguste Comte à Max Weber, p. 211.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
60
saber objetivo en ese estricto sentido: un saber de “objetos”, no de “hechos”, ya
que entre estos y “yo” cuando menos existe una mediación, la del conocimiento

en el hecho por eso de que, frente a cualesquiera otros, esos conocimientos –y so-
lamente ellos– traduzcan de forma especular experiencias inmediatas carentes ab
initio de toda interpretación. Y es que la ciencia no comienza en la simple observa-
ción de fenómenos hasta entonces a la espera de hacerse inteligibles, sino mucho
antes, en una observación absolutamente original, capaz de generar problemas en

esos “hechos” de los que pretende darse luego alguna explicación.
34
5. La ganancia reexiva de la “experiencia vivida”
-
tituye para Freund un conocimiento de segundo grado u orden,
35
de naturaleza
crítica respecto de otras formas de conocimiento previas. Esto se debe a la dis-
tancia que ella misma supone y hasta introduce en el tejido de las formas inme-
diatas de conciencia que todo hombre posee en la estructura de su experiencia
ordinaria (“du vécu”) y que constituye, de hecho, nuestro primer grado u orden
de saber: ese “sentido común” que presenta la experiencia a la conciencia como

-
pa someterlo a un proceso crítico de análisis, sino, simplemente, que en todo
caso no lo necesita. En la medida en que la propia experiencia resulta para
 ser esclarecida. Para
ello sería preciso volver sobre ella deliberadamente, romper su espontaneidad
vital, hacerla disponible en términos –ahora– de reexividad. Para la propia ex-
periencia tal cosa supone un auténtico cambio de estatuto por el que deviene
“objeto” lo que fue “vivido” y “problemático” lo que (com)pareció “evidente”.
           
sentido común,
36
no tienen otra pretensión que dar forma a esa transición con
vistas a un nuevo esclarecimiento de sus objetos mediante la “advertencia”
o “desocultación” de sus supuestos. A esta posibilidad responde la adopción
freundeana del programa fenomenológico, que en cualquier caso no toma en
34
Cf. , K. R., “La lógica de las ciencias sociales”, en , T. W. & , K. R. et al.,
La disputa del positivismo en la sociología alemana
35
Cf. JF, La n de la Renaissance, París: PUF, 1980, pp. 80-81. Se trata, pues, de un saber “seconde”,
pero no “sécondaire”. JF, Philosophie philosophique, p. 67.
36
Cf. , K. R., Conocimiento objetivo, Madrid: Tecnos, 1974, p. 42.
61
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund


un fenómeno”
37
mediante la gradual decantación de la experiencia. Algo que
es posible siempre que se mantenga: a) la inteligibilidad del ser en términos ob-
jetivos (siendo aquí ser supuesto del objeto intencional y, por tanto, ontológica-
mente primero respecto a su presencia objetiva como verum) y, b) su accesibili-
dad a formas de aprehensión no exclusivamente “representativas”, en tanto que
el contacto del hombre con el ser no se reduce a la pura razón analítica, ya que
“existen aspectos del ser que no son accesibles al pensamiento discursivo”.
38
El ser, por tanto, al que la conciencia accede de forma primera en la expe-

de la inmediatez de su objeto, “distanciándole” de su autoevidencia vivida, le
permite sin embargo “ganarlo” en ese contenido implícito que se le daba sólo
inadvertidamente, quedando por desvelar –o según Ortega, salvar
39
mediante
-
miento semejante pueda lograrse de forma absoluta, pues lo mismo que funda en
las cosas su posibilidad de ser conocidas hace imposible que se las conozca absolutamente.
Hay un logos en la cosa que la experiencia tiene a su modo; pero la cosa no es sin
más el logos que en ella comparece. Esto, que aparta a Freund expresamente de
la herencia fenomenista de neokantianos y positivistas, le acerca en cambio a la
-
dad de la intuición –en este caso eidética– de las esencias. En efecto:
A diferencia de la ciencia empírica, que es análisis de hechos concretos y con-
tingentes, es decir, de la facticidad, la ciencia eidética construye por medio
de la intuición de la esencia (Wesenschau) lo constitutivo para los fenómenos
empíricos, es decir, lo que hay de invariable y de permanente en los cambios.
[…] La esencia es por lo tanto el fondo (Bestand) al cual es preciso apelar para

40
No se trata de esa ingenuidad que los críticos imputan al realismo por ver en
él la defensa de una especie de adivinación de los aspectos más recónditos de la
intimidad de las cosas. Se trata de la posibilidad de captar algo que es o puede ser
37
JF, L’essence du politique, París: Dalloz, 2004 [1ª: 1965], p. 90. Hasta en dieciséis ocasiones alude
-
dológico, sino como término antitético –por descriptivo y no prescriptivo– a la interpretación
justicativa de las ideologías y del moralismo abstracto.
38
JF, L’essence du politique, p. 115. “En réalité –explica Freund en otro lugar– la science n’est
qu’une manière parmi d’autres de prendre contact avec le réel”. JF, “Bref essai sur les Sciences
Sociales”, en Revue de l’enseignement philosophique, núm. 6, 1960, p. 65.
39
Cf. , J., Meditaciones del Quijote, en Obras Completas (I), Madrid: Alianza,
1983, p. 311.
40
JF, Les théories des sciences humaines, p. 143.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
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tomado como un aspecto permanente en las realidades dadas. “La réalité est la don-
née”,
41
recuerda Freund; el datum no es la razón, sino el ser. El logos no lo engendra
el sujeto, ni él lo proyecta sobre experiencias huecas. Antes que la pregunta por
las condiciones de la representación objetiva, es preciso advertir el acontecimiento
del ser al que ella apunta en su intención en tanto que ser-dado (“être donnée”).
6. “L’esprit métaphysique”

ganando en generalidad, transcienda la particularidad fenoménica de su punto
de partida. Porque la problematización de los objetos llevada a cabo por el uso


una elucidación fenomenológica de sus “objetos”, pero no aún del “ser” al cual
-
periencia un nivel en cierto modo transcendente, éste todavía puede abrirse a
otra forma de intelección –en este caso transfenoménica– donde lo particular
pueda verse a la luz del “ser” que él mismo presencializa en relación con la
totalidad de lo existente. Pues así como nuestro conocimiento “objetivo” opera
mediante la concentración en la unidad inteligible del concepto de todos los
matices que determinan cada realidad particular, abstrayendo toda diferencia,
el objeto de la metafísica, por el contrario, como dice Bergson de Ravaisson,
“consiste en aprehender en las existencias individuales, y en perseguir, hasta la

su matiz propio, lo relaciona de ese modo con la luz universal”.
42
La unidad del
ser no responde a una especie de remoción abstractiva de lo diverso, sino preci-
-

43
Y es así en el horizonte de
lo múltiple, de lo que de hecho puede decirse de formas muy diversas, donde
irrumpe la pregunta por el ser, sin travestirlo en “el más universal y vacío de
los conceptos”,
44
como avisa Heidegger, cosa que ciertamente sería de tomarlo
sólo como el resultado de un proceso de abstracciones sucesivas, algo así como
el mínimo común denominador de todo a costa de sus diferencias.

en sus objetos, la metafísica, al contrario, implica una actividad de un tipo espe-
41
JF, Philosophie philosophique, p. 182.
42
, H., Memoria y Vida, Madrid: Alianza, 2004, p. 45.
43
Cf. Metaf
44
, M., Ser y tiempo, México: FCE, 1974, 5ª §1, p. 11.
63
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund

que ese mismo objeto impone como proporcionado a él (de la meditación a la vi-
sióna priori de poder
volcarse sobre cualquier dominio con total libertad de presupuestos (razón de su
transcendentalidad), la metafísica se dirige en cambio a la realidad misma de
las cosas tomadas en tanto que son, no pues en su solo ser para el conocimiento,
dándole con ello otro contenido a la transcendentalidad aquélla en la dirección
de la proté philosophía
45

la que separa a ésta de las posibilidades cognitivas de las otras ciencias, tanto
-
-
lica, emplaza en el orden de la “contemplación” frente a la discursividad de la

en una suerte de conocimiento comprehensivo de los aspectos todos de lo real,
sino en una observación del mundo que tiene por objeto “reducir la distancia
entre sujeto y objeto”, es decir: “captar en la medida de lo posible las cosas en
sus principios, en su simplicidad, diría que en la desnudez de su simple presen-
cia [dans la nudité de la simple présence]”.
46
Un rebasamiento metódico, pues, del
“límite” constatado por el pensamiento en el nivel objetivo del conocimiento.
Se suma Freund así a una interpretación del logos no reductivamente silogísti-
ca, y en consecuencia plural, contra los intentos de contención del conocimiento al
proporcionado por las solas categorías del saber analítico. Sería en efecto un abuso,
   -


Existen formas diversas de acceso cognitivo al mundo. Lo importante es que un
saber demostrativo no es posible sin la vigencia de una serie de principios de im-
posible demostración, que son en los que la metafísica se centra, haciendo del suyo
un “saber del límite”, en tanto en cuanto versa sobre los “principios”. La ciencia en
cambio no soporta el “límite”: vive en su interior y lo constata, pero sin encararlo.
Trata de verter en categorías y parámetros conceptuales lo que a la razón se le pre-


[…] implica el reconocimiento de una superabundancia de las manifestacio-
nes del ser, de las que sólo un pequeño número se deja reducir a lo racional-
45
Cf. Metaf.
46
JF, La aventura de lo político, p. 173.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
64
mente elucidable. […] El ser […] desborda la racionalidad, incluso si se toma
esta noción en su sentido más amplio posible.
47
En ella no se produce el escándalo de la razón ante las “questions insolubles
–para ella– de lo existente,
48
pues parte de la evidencia de la “superabundan-
cia” con que atraviesa y trasciende el ser la particularidad de todas sus re-
presentaciones.
49
La conciencia de esta superabundancia constituye el primer
acto metafísico:
50
la advertencia del límite antes de su tematización. Ésta es, decía

mundo circundante”:
51
que “el ser es”; “sin el reconocimiento de esta evidencia
–es Freund ahora quien habla– el discurso se hace tan hueco como la acción”.
52
Conclusión: una mediación hacia la metafísica
Siguiendo a la inversa el ejemplo de Weber, cuyas preocupaciones socioló-


una doble prevención: superar el afán antimetafísico (remanente del cientis-
mo) de buena parte de los cultivadores, presentes y pasados, de la sociología,



principios últimos –metasociológicos– supuestos en el desarrollo explicativo
del saber de lo social.
53
-
vamente en la experiencia qué principios permitirían dar razón de ella en la
variedad mudable de sus expresiones,
54
así como también de la pluralidad de
perspectivas teóricas que podrían tomarla como objeto.
De algún modo le vino a pasar lo mismo que a Simmel tiempo antes, cuando

47
JF, La aventura de lo político, p. 168.
48
JF, Utopie et Violence, París: Rivière, 1978, p. 256.
49
Cf. JF, La aventura de lo político, pp. 179-180.
50
Cf. JF, Philosophie philosophique, p. 72.
51
, G., Problemas fundamentales de la losofía, p. 53.
52
JF, La aventura de lo político, p. 169.
53
Cf.
Barataria. Revista Castellano–Manchega de Ciencias Sociales, núms. 2-3, 2000, p. 188.
54
théorie des essences”: “Le sens premier que je donne

constantes qui caractérisent les diverses activités humaines. L’essence est indissociable de
l’expérience. C’est en ce sens que j’ai conçu L’Essence du politique comme une recherche et

“Ébauche d’une autobiographie intellectuelle”, p. 17.
65
“Retour à la philosophie”. La sociología como “mediación metafísica” en la obra de J. Freund
en la Europa del momento, sin recibir otra consideración que como sociólogo, in-
cluso después de haber dado a conocer a Bergson en una Alemania que hasta en-
tonces le ignoraba.
55
Tampoco Freund fue un sociólogo, politólogo o polemólogo
-
tafísico venido casualmente al análisis circunstancial. Moldeó más bien con forma

de hecho es una de sus dimensiones junto al análisis lógico y empírico: su relación
con quien en el fondo actúa siempre como sujeto y en última instancia también
objeto suyo, el hombre. Esa fue su auténtica preocupación: “être théoricien” en
un sentido estricto, sin ceder a la ofensiva, muy extendida entonces, contra una
razón capaz de realidades.
56
Concibió por eso que las ciencias humanas, econó-
micas, históricas o de cualquier otro género, no sólo no escamotean el problema
de nuestro acceso al ser, sino que le abren realmente una nueva vía de acceso:
Mi idea –sostiene– es que la metafísica debe integrar en su meditación […]
también la economía, la política, el derecho, la técnica, el arte o la religión,
por la sencilla razón de que el ser también se ofrece a todas estas activi-

consecuencia, el ser a partir únicamente de la ciencia o según los métodos

metafísica a todas las dimensiones de la acción humana.
57
No creo que esta apertura metafísica le lleve a Freund a una torsión, ilegítima

-

–valga decir– “tensional” que caracteriza a esa tal apertura en el interior mismo
de las otras formas de conocimiento, cuya validez no abandona al trascenderlas.
Que desde la sociología stricto sensu -
-
dad ganada tan trabajosamente durante el pasado siglo, sino más bien abrir el
camino a una exploración especulativa de una de sus dimensiones.
Forma de realidad sui generis, el acontecer histórico-social constituye en la
-
-
nos que sólo por referencia al hombre, a lo total de su ser y su existir, pueden

55
“Es un tanto doloroso para mí que solamente se me conozca en el extranjero como sociólogo, cuan-

de la sociología como disciplina subsidiaria”. JF, “Carta a Célestin Bouglé”, 2.III.1908 (cit. , J.,
“Introducción”, en , G., La ley individual y otros escritos, Barcelona: Paidós, 2003, pp. 15-16).
56
Cf. JF, La aventura de lo político, p. 19.
57
JF, “Ébauche d’une autobiographie intellectuelle”, p. 32.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
66
de comprensión de lo humano, que enmarca en el proyecto de una “anthropo-
logie phénoménologique”, núcleo vital de su “fenomenología metafísica”.
58
“Filo-

y una teología», dirá, por lo que el problema de lo humano debe plantearse
siempre a la luz e incluso dentro del “contexto mismo del problema del mundo
y del universo”.
59
Por eso concebirá la “médiation métaphysique
60
que le ofrece el
conocimiento sociológico como una aproximación en última instancia a la signi-

del orden de la acción a su suppositum, del orden de las répresentations a su raíz.
En la delimitación de esta perspectiva Freund revela incluso con mayor
patencia que en otros casos, el peculiar modo con que asume y transforma
en su propia óptica tradiciones intelectuales incluso inicialmente discor-
dantes: (1) un genérico realismo aristotélico, que descubrió tempranamente,

61
(2) las aportaciones de la Escuela Histórica, en el marco de las Geisteswis-
senschaften y la crítica de la cultura (Dilthey y Simmel sobre todo); y (3) el
“vitalismo”, si quiera como inclinación, subyacente a la línea francesa del
espiritualismo desde Ravaisson-Mollien a Boutroux, Lachelier, Bergson, etc.
Ascendencias todas ellas que merecen un análisis aparte, pero que constitu-
yen el horizonte interpretativo desde el que habría que leer –a mi juicio– la
entera obra de Freund, el enfoque que quizá permita hacerse cargo del rico

su valor para la sociología o la ciencia política en concreto.
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58
JF, Philosophie philosophique, p. 105.
59
JF, “Négation et manipulation de la nature humaine”, pro ms., p. 18 (hay traducción española: “Ne-
gación y manipulación de la naturaleza humana”, en Empresas Políticas, núm. 5, 2004, pp. 187-197).
60
Así, , G., “Notre ami Julien Freund”, Philosophie Politique, núm. 6, 1994, pp. 175-176. Cf.
, J. C., Julien Freund, la imperiosa obligación de lo real, pp. 48, 60-69, 72-75.
61
Cf. JF, La aventura de lo político, p. 36.
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   Stratégique, vol. 3, núm.
110, 2015, pp. 153-174.
, J., Obras Completas (T. I), Madrid: Alianza, 1983.
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, J. C., Julien Freund, la imperiosa obligación de lo real, Sepremu:
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, J. C., “Julien Freund, analista político: contextos y perspectivas
de interpretación”, en , P. & , C., Miradas liberales. Análi-
sis político en la Europa del s. XX, Madrid: Biblioteca Nueva, 2014, pp. 99-127.
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, P., Ciencia social y losofía, Buenos Aires: Amorrortu, 1971.
Normas editoriales
Presentación de originales
• Los textos, originales e inéditos, deberán ser relativos a los temas que
sugieren el título y subtítulo de la revista y que se explicitan en la Informa-
ción general (Cobertura temática). Para optar a su publicación es preceptivo
atenerse a las siguientes normas:
1. La extensión máxima, incluidos los espacios, será de 70.000 caracteres
para los Artículos y de 45.000 para las Notas. Esta norma general es suscep-
tible de excepciones, cuando se trate de trabajos cuya unidad temática lo re-
quiera. Asimismo, los trabajos que, por el mismo motivo, excedan el doble de
la extensión aquí indicada, podrán ser publicados en dos números sucesivos.
2. El Título de los trabajos ha de constar en el idioma original y en inglés.
Los artículos irán precedidos de un resumen, entre 500 y 1000 caracteres,
seguido de 5 a 7 palabras clave (o expresiones muy breves); uno y otras —el
resumen y las palabras o expresiones clave—, también en los dos idiomas.
3. Los trabajos se redactarán en formato Word (.doc o .docx), con las si-
guientes características:
Tipo de letra: Palatino Linotype
Tamaño de letra: 11
Márgenes: 3 cm laterales y 2.5 superior e inferior
Espacio interlineal: Sencillo
4. Las citas y referencias deberán redactarse en el orden y con el formato
siguientes: (s) e inicial(es) de nombre(s), título de la obra o “artículo”,
revista y volumen (si es el caso), ciudad de publicación, editorial, año y pági-

, J., Metafísica de la persona, Barcelona: Balmes, 2008, p. 159.
, “Autoconciencia y ser en Santo Tomás de Aquino”, en
Revista Española de Filosofía Medieval, 
J.-P., L’être et le néant, Paris: Gallimard, 1976, pp. 11-30.
Tras la primera cita de una obra, en las siguientes podrán utilizarse (no es
preceptivo) las abreviaturas comunes en los trabajos de investigación.
Cuando se trate de autores clásicos, las obras se citarán según las normas
y costumbres habituales entre los especialistas.


• Normas para el envío de originales:
Para someter el original al procedimiento de arbitraje de la revista, se envia-
rá un documento en Word, con el trabajo correspondiente, además de propor-

1. Con objeto de preservar el carácter anónimo de las colaboraciones y
posibilitar el arbitraje ciego, los trabajos se enviarán a través del Sitio Web
del OJS (Open Journal System) de Metafísica y Persona:


Además del texto completo, con las notas correspondientes a pie de página,

Para que el texto pueda someterse al arbitraje ciego, según se describe en
el Procedimiento de evaluación, no constará en él ni el nombre del autor ni

2. Al registrarse en la Web del OJS como autor, con objeto de enviar una
colaboración, será preciso rellenar un formulario, en el que se incluyen los da-
    
remitidos a la revista. Como se ha indicado, ninguno de esos datos personales

Procedimiento de evaluación
La selección de los artículos y notas para Metafísica y Persona se rige por el
siguiente sistema de evaluación.
1. Arbitraje. Todos los trabajos serán evaluados y dictaminados por dos
académicos del máximo nivel y especialistas en el tema sobre el que versa el
artículo o la nota. Los árbitros siempre serán ajenos al Consejo Directivo y al
Consejo de Redacción.
Se tratará de un arbitraje doble-ciego. Los artículos han de recibir dos dic-
támenes favorables. En el caso de las notas, un solo dictamen favorable hará
posible su publicación, y uno solo en contra podrá impedirla.
Con independencia de cuál sea el dictamen, las opiniones de los árbitros
y sus observaciones o sugerencias se comunicarán al autor a través del sitio
Web del OJS de la revista.
— En caso de que se considere publicable, pero el dictamen incluya su-
gerencias, el autor será libre de tomarlas o no en cuenta e incorporarlas al
trabajo, siempre dentro del plazo previsto.
— Si la publicación está condicionada a ciertas mejoras, la aceptación de-

propuesta de los dictaminadores.
— Cuando el dictamen rechace la publicación, el autor tiene plena libertad
para asumir las correcciones, elaborarlas, incorporarlas al texto y volver a
presentarlo para su publicación en un número posterior de Metafísica y Per-
sona, que en su momento se someterá, como cualquier otra publicación, a
nuevo arbitraje.
2. Autoría. Una vez editados sus escritos, los autores podrán utilizarlos y
    Metafísica y
persona como el lugar en que inicialmente se publicaron.
3. Certicación y envío de ejemplares. Los autores cuyos trabajos sean pu-
blicados recibirán por correo postal dos ejemplares de la revista en que el


trabajo ha sido aceptado para su publicación por la revista y que será publi-
cado en su momento.
Suscripciones
La suscripción a la Revista es anual y comprende dos números. Existen
cuatro tipos de suscripción, cada una con sus propias características:
Suscripción a la versión digital.- Para recibir por correo electrónico nuestra
publicación, así como también las noticias relevantes sobre la Revista, es ne-
cesario enviar un correo electrónico a contacto@metyper.com, añadiendo los

Suscripción a la versión física.- La suscripción anual a la versión física
de la Revista tiene un costo de $62.00 USD, más gastos de envío. Para recibir-
-

institucional, correo electrónico y dirección completa a la que se enviarán
los ejemplares. Una vez recibida esta información, la Revista hará llegar al
interesado los datos necesarios para realizar el pago y este, una vez hecho
efectivo dicho pago, enviará una copia escaneada del recibo al mismo correo.
Intercambio de publicaciones.- Para solicitar el intercambio de publica-
ciones, es necesario enviar un correo electrónico con todos los datos de la

Adquisición de números individuales.- Para solicitar un número es-
pecífico en su versión física, contactar con la Revista en la dirección:
metafisicaypersona@upaep.mx.