posibilidad absoluta y abierta del ser, mientras que la concre-
debe exigir entonces un realismo? En principio, que haya algo
que opere sin el hombre, sin conciencia y sin lenguaje, pero teniendo efectos
vaya del lenguaje a las cosas solamente, sino también de éstas a aquel, pero
también de la multiplicidad al uno y del uno a la multiplicidad; que el mundo
posea su propia estructura autónoma y, con ello, su propia libertad e inventi-
va, lejos de una abstracta y estéril multiplicidad; que la naturaleza, las cosas
y el mundo sean algo más para nosotros que la mera pantalla de proyección
pensamiento no son sino una idea, que podemos formular entre comillas: “las
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Pero con invertir los términos no se resuelve el problema de la comunicación entre ellos (la
hacer de la matemática precisamente un lenguaje trascendental, capaz de hablar del ser sin
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surge, lo sabemos, para resolver el escándalo de la paradoja de Russell: una contradicción en
, E., VI. Cartesianische
Meditation: Teil 1. Die Idee einer transzendentalen Methodenlehre,
pues, para que ella hable de la ontología, sus términos deben ser apareados, con los conceptos
Que algo “escape” para nosotros, que no se agote ni en las palabras ni en las representa-
paradójico porque, por un lado, para ser real, debe exceder nuestra aprehensión, pero, por el
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a priori el marco
de todo lo que la naturaleza puede ser, si ella solamente fuese lo que es “para nosotros”,
Pero si el lenguaje no fuese sino un mero nombre en correspondencia con las cosas (teoría de
mundo de las cosas, las divide, las reparte, las une, las envía, las recibe, las promete, les