Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
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los autómatas y no a los otros objetos que llenan el cuarto corresponde a las
similitudes y diferencias en sus conductas. De esta manera el niño apren-
de a aplicar el concepto de persona de manera lógicamente adecuada, en el
sentido de Strawson, y así logra satisfacer la condición de que está listo para
aplicar el concepto de persona a otras y a otros seres. Sin embargo, a pesar de
todo esto, no parece claro que los autómatas tengan estados mentales. Luego,
el niño está (honestamente) equivocado al adscribir estados mentales como
conciencia y experiencias a los autómatas, pero esto no necesariamente impli-
ca que sea imposible adscribirse estados mentales a sí mismo.
Este experimento mental, como el argumento de Strawson, también es bri-
llante. Muestra no sólo que es posible adscribirnos conciencia y experiencias
a nosotros mismos mientras estamos equivocados al adscribir conciencia y
experiencias a otras y otros; también muestra que los criterios que se toman
como lógicamente adecuados para adscribir conciencia y experiencias a otras
y otros determinan únicamente la corrección de la locución de lo que en tales
o cuales circunstancias se tiene que decir, pero de esto no se sigue que lo que
se dice es verdad. Y, por tanto, si el argumento de Ayer es correcto, el argu-
mento de Strawson puede ser brillante pero no puede ser sólido.
Como Strawson sostiene que es una condición necesaria que la adscrip-
ción de estados mentales que hacemos con nosotros sea la misma que ha-
argumento de analogía sería circular. Sin embargo, el argumento de Ayer
muestra que podemos saber de nuestros estados mentales sin saber o sin
poder saber que otras y otros los tienen, por lo que el argumento de Straw-
son no necesariamente evita el problema de la existencia de otras men-
tes. De esto Ayer concluye que la premisa 1 del argumento de Strawson
debería ser más fuerte: que debería añadir que al adscribir conciencia y
experiencias a otras y otros tenemos que excluir la posibilidad de que este-
mos equivocados al hacer tal adscripción. Por supuesto, Ayer no cree que
estemos invariablemente equivocados, pero lo que su experimento mental
muestra es que, en principio, es posible estar equivocados.
(coherente) y la importancia del cuerpo. Así si, de acuerdo con la tesis del
y su posición espacio-temporal y, de acuerdo con el argumento de Strawson,
la entidad a la que atribuimos estados mentales como conciencia y experien-
cias es una persona, entonces los estados mentales, conciencia y experiencias
que atribuimos a una persona tienen que mantener un nexo causal, aunque
contingente, con un cuerpo. En consecuencia, los estados mentales de una
persona deberían ser considerados como los estados mentales de la persona