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La gracia como trascendental participado por Dios a su creación,
reexion desde Tomás de Aquino
3. La gracia como trascendental
No es el espacio para explicar la doctrina de la participación y los trascen-
dentales de forma exhaustiva y por ello remitimos a otra investigación.
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Dios
crea y participa de sus perfecciones a todo lo que existe. No hay por tanto algún
ser que carezca de los trascendentales participados gradualmente por volun-
tad divina, al menos desde el planteamiento
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de Santo Tomás de Aquino. De él
ubicamos brevemente, en su Cuestión disputada De Veritate, la convertibilidad
de y entre los trascendentales, pues no hay ente que no sea verdadero:
pues, el mismo ser tiene razón de bien, de donde así como es imposible que
haya algún ente que no tenga ser, así es necesario que todo ente sea bueno
por esto mismo que tiene ser, aunque también es verdad que en ciertos entes
se sobreañaden muchas otras razones de bondad sobre su ser en el que sub-
sisten. Ya que el bien incluye razón de ente, como resulta patente de lo dicho,
es imposible que algo sea bien que no sea ente; y así se mantiene que el bien
y el ente se conviertan.
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Ahora bien, para hablar de la gracia como un trascendental proponemos
primero una distinción sobre la gracia, pues a Dios mismo, en cuanto tal se le
considera como gracia increada, mientras que la gracia creada es un don sobre-
natural distinto de Él o un efecto causado por Él.
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En cuanto a efecto causado
por Él, consideramos con Santo Tomás de Aquino que podríamos extenderlo a
toda la Creación, en cuanto depende causalmente por Dios y es sostenida en el
todo lo que existe de algún modo existe por Dios. Porque si se encuentra
algo por participación en un ser, necesariamente ha de ser causado en él
por aquel a quien esto le corresponde esencialmente, como se encandece el
hierro por el fuego. Se ha demostrado anteriormente (q.3 a.4), al tratar sobre
la simplicidad divina, que Dios es por esencia el ser subsistente, y también
se ha demostrado que el ser subsistente no puede ser más que uno, pues
si la blancura fuese subsistente no podría haber más que una sola, pues se
tanto, es necesario que todas las cosas, menos Dios, no sean su propio ser,
sino que participen del ser, y, por lo tanto, es necesario que todos los seres,
que son más o menos perfectos en razón de esta diversa participación, ten-
19
., El conocimiento de Dios en cuanto Causa...
20
Cfr. ., La losofía medieval y los trascendentales. Un estudio sobre Tomás de Aquino.
(trs.), Navarra: EUNSA, 2003, pp. 349-401.
21
Q. d., De veritate, q. 21, a. 2, respuesta.
22
., Manual de Teología Dogmática