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Casales García, R., Avatares de la contemplación y otros ensayos críticos
de losofía, México: Editorial Torres Asociados, 2009, 265pp.
puede ser considerada al modo en que se considera el cambio o el movimien-
El séptimo apartado habla del paso de una causalidad determinista a una
causalidad indeterminista con la física cuántica. Uno de los problemas en
Principio
cosmológico antrópico-
lidad en el cosmos y que, al mismo tiempo, ha incursionado en el terreno de
la física cuántica. El principio cosmológico antrópico no contradice las apor-
taciones de la física cuántica, sino que son compatibles en algunos aspectos,
al aceptar cierta indeterminación parcial y admitir una tendencia que no se
opone a esa indeterminación.
Posteriormente encontramos un acercamiento al idealismo trascendental
de Kant desde el estudio de lo que él mismo denominó el giro copérnico. Se
la epistemología; Kant propondrá evaluar todo el conocimiento racional para
poder eliminar el saber ilusorio.
En el noveno capítulo se hace la diferencia entre una versión parcial
de la filosofía y su verdadera naturaleza, llamada a buscar la unidad, la
verdad, el bien y la belleza, no en las meras apariencias, sino, en el ám-
bito de lo más originario, de forma sincera, para lo cual son necesarios la
humildad y el diálogo.
El décimo capítulo enuncia que para alcanzar una verdadera paz es insu-
respeto. La paz, sólo puede gestarse en la vivencia auténtica y legítima de la
cuestión, bajo este panorama se presenta una vía alternativa, aquella que pri-
vilegia el respeto sobre la tolerancia, en la cual se atiende al ser de las cosas.
Así pues, sólo es digno de respeto aquello en lo cual reconocemos un valor
que se eleva por encima de las cosas mundanas, esto es, en aquello cuyo ser
en el mundo es insustituible. A diferencia de la tolerancia, el respeto impulsa
a reconocer y a apreciar el valor que se oculta en el ser de las cosas, de modo
que sólo a través del respeto, en cuanto que presupone saber reconocer lo ver-
Finalmente, en el último capítulo del libro, el autor hace ver que la socie-
dad se encuentra ante una crisis existencial con pérdida de referentes que
orienten los juicios y la existencia, donde el único criterio de validación es la
búsqueda insaciable del placer, en una cultura del instinto y del instante, de
modo que el individuo ya no está dispuesto a trascender sus intereses par-