Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 14, Núm. 28, Julio-Diciembre, 2022, ISSN: 2007-9699
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ance control).
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El primero envuelve un acceso metafísico genuino a las posi-
bilidades alternativas, mientras que el segundo se basa en la capacidad del
agente de poder manejarse bajo ciertos límites. Si la responsabilidad moral
obedeciera únicamente al control regulador, entonces uno podría esperar que
la vida sea o bien una especie de sucesión de vivencias afortunadas, o bien
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co, su presencia en un mundo plenamente indeterminista no hace a ningu-
na acción inevitable, mientras que en un mundo plenamente determinista la
en términos de Fischer, los casos del estilo Frankfurt muestran que la respon-
sabilidad moral no requiere del control regulador. Por eso, aun cuando no
hubiera tal control regulador, todavía quedaría el control de orientación que
no requiere de alternativas posibles, como cuando uno gira con su automóvil
hacia la derecha aun si no pudiera, por desperfectos técnicos, girar a la izqui-
erda.
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Si el determinismo excluye el control regulador, pero no el control de
orientación, es porque la responsabilidad moral se fundamenta en la capaci-
dad que tienen los agentes para controlar sus conductas: tanto en la habili-
dad de responder a las acciones de otros agentes, como en las conductas que
implican mecanismos de deliberación racional. De manera análoga, Juan es
responsable de muchas de sus elecciones, aunque se encuentre causalmente
acción, pues consiste en un tipo de dependencia contrafáctica de las acciones
sobre razones o motivos. Y, según Fischer, uno puede encontrar razones o
motivos aún en un mundo determinista.
Las ideas de Fischer se basan en la capacidad de percibirse a sí mismo y
de hacer las cosas cada uno a su manera-
tación es una especie de valor de la expresión de uno mismo. Por ejemplo,
piénsese en el momento de enfrentarse a la muerte. Si se sigue a Heidegger
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Estrictamente hablando, Fischer es un semicompatibilista, pues es compatibilista en lo que se
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moral, al margen de si el determinismo causal elimina el acceso a las alternativas relevantes.
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Piénsese también en el clásico ejemplo de Locke: supongamos un hombre que es trasladado a
una habitación mientras duerme. Cuando despierta se encuentra una persona que desea ver
y con la que quiere hablar; y supongamos también que sin darse cuenta que este hombre sea
encerrado, de manera que no pueda salir. Cuando despierte, estará feliz de encontrarse con
la compañía deseada con la que decidirá quedarse, es decir, que preferirá permanecer allí en
lugar de salir fuera. Locke se pregunta: ¿no es esta estancia voluntaria? Y responde que nadie
dudará que lo es, aunque, como ha sido encerrado, resulta evidente que no está en libertad
de permanecer o de salir. , J., Ensayo sobre el entendimiento humano, México: FCE, 1992.
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, M., Sein und Zeit, Frankfurt am Main: Klostermann, 1977.