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Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
Personalismo y pecado original: la inclinación
al mal en dos textos personalistas
Personalism and original sin: evil inclination in two personalist works

Universidad Anáhuac México, México
clepe@anahuac.mx

El objetivo de esta investigación es ofrecer elementos para establecer si el concepto
de pecado original
es decir, si su uso es apto para referirse al fenómeno intrínsecamente humano de la incli-

aclara, en primer lugar, el contenido del concepto de pecado original desde la perspectiva
católica. En segundo lugar, se establece el nexo que ha existido, históricamente, entre el

pasajes clave de una obra de Emmanuel Mounier y otra de Paul Ricoeur en las que se
puede encontrar una referencia a esta noción. Se concluye que el concepto, a pesar de ser

-

realista. Esta investigación quiere ofrecer un ejemplo de los puntos de contacto que existen



Palabras clave: 

This investigation means to establish whether the concept of original sin or, otherwise,
the content of this concept, is philosophically valid. Whether other words, if it is useful
to refer to the intrinsic human phenomenon of evil inclination, particularly in the con-

content of the concept of original sin from the Catholic perspective. In second place, it is
established the link between the Christian thought and personalist philosophy. Finally,
1



Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
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in third place, key passages of a particular work of Emmanuel Mounier and Paul Ricoeur,

that, although alien to philosophical tradition, it exists, at least in an implicit manner, in

this concept constitutes a relevant reference toward the development of a realistic philo-

exist between theology and philosophy. It presents that there is a potential enrichment of
-
ned personalist philosophers, toward this objective, each one in a single work.
Keywords: philosophical anthropology, original sin, person, evil, realism
Introducción
¿Es el pecado original

trata de una mitología digna de olvido, si no es que francamente superada.

personalista, nos muestra que, en ciertos pasajes de su obra, acaso no halla-
mos el término (pecado original), pero sí el contenido propio de este concepto.
El personalismo ha nacido, fundamentalmente, como una empresa inte-
lectual centrada en la antropología, esto es, orientada a un inquirir acerca de
la persona humana. Por ello, ha debido enfrentar al mysterium iniquitatis, es
decir, la realidad inevitable del mal en la vida humana. No sólo del que pro-
viene de fuera (la violencia, la enfermedad, la muerte), sino, particularmente,
el que proviene de dentro (el mal moral, la ejecución de una conducta que la
propia persona juzga como éticamente inaceptable o, al menos, objetable).
A partir de dos pasajes de obras diversas de sendos autores personalistas,
en el presente escrito quiero tratar, en el contexto más amplio de la doctrina
sobre el pecado original, el modo como los autores se aproximan a este mis-

En la primera parte abordo la noción católica de pecado original y hago
énfasis en sus consecuencias. En la segunda parte apunto un aspecto que
ofrece fundamento y contexto al tema tratado: la matriz cristiana de los prin-
cipales autores personalistas, entre ellos, los abordados en este artículo. En

y Paul Ricoeur, en los cuales hacen referencia al contenido del concepto se-

mostrar, en estos dos casos puntuales, que existe, efectivamente, un plantea-

Finalmente, en la cuarta parte, presento la discusión y las conclusiones.
27
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas
1. La noción católica de pecado original
Sin duda, el concepto de pecado original posee un origen teológico. Exis-
ten tantos matices doctrinales sobre el pecado original, en el contexto del
cristianismo, como Iglesias históricas, comunidades eclesiales y, también, co-
rrientes teológicas, entre muchas otras posibilidades.
2
pecado ori-
ginal, en este lugar desarrollaré su contenido con base en la enseñanza cató-
lica. Considero que el modo como la Iglesia Católica desarrolla esta noción,
particularmente en el Catecismo de la Iglesia Católica de 1992,
3
pone a nuestro
alcance una referencia sintética y adecuada, la cual nos permitirá avanzar en

No vamos a reconstruir en este lugar el relato que aparece en el capítulo
tercero del Génesis
una exégesis y una hermenéutica del texto bíblico, antes bien, explicitaré los
elementos clave de la lectura católica de aquel texto y el contenido teológico
propio de la noción de pecado original, así como sus consecuencias.


-
          
4
Este
hecho implica, desde la perspectiva católica, una tergiversación del orden
del universo. El hombre se pone en el centro, en lugar de reconocerlo a Dios:

despreció a Dios: hizo elección de sí mismo contra Dios, contra las exigencias

5
2
Un ejemplo puede encontrarse en , A.S., Original Sin and Everyday Protestants:
The Theology of Reinhold Niebuhr, Billy Graham and Paul Tillich in an Age of Anxiety, Chapel
Hill, NC: The University of North Carolina Press, 2009. Se trata de una exploración del
concepto y su uso a mediados del siglo XX, en el marco de la predicación de aquellos tres
conocidos pastores.
3
Es en 1992 cuando, mediante la Constitución Apostólica Fidei Depositum, San Juan Pablo II
Catecismo de la Iglesia Católica-
-
nes posteriores. Como lo señalaré más adelante, para el presente artículo utilizaré una traduc-
ción al español de 2016.
4
Catecismo de la Iglesia Católica, México: Buena Prensa, 2016, No. 397.
5
Catecismo de la Iglesia Católica-
tualidad basada en la idea de que el hombre debe volver a encontrar el verdadero centro
de su existencia en Dios, lo podemos encontrar en el libro de Centered, USA:
Word on Fire, 2020.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
28
Inmediatamente después del pecado, algo queda roto en la persona y en
-
labra de Dios dirigida al hombre, como por la experiencia de la persona ante
la realidad:
el dominio de las facultades espirituales del alma sobre el cuerpo se quiebra;
la unión entre el hombre y la mujer es sometida a tensiones; sus relaciones
estarán marcadas por el deseo y el dominio. La armonía con la creación se
rompe; la creación visible se hace para el hombre extraña y hostil. A causa
      

-

6
Este es uno de los aspectos clave en la comprensión de la doctrina sobre el
pecado original. No se trata simplemente de un relato mítico, originario, sim-
bólico, sobre la relación entre Dios y el hombre, sino de una explicación sobre
la condición actual del hombre, en su relación consigo mismo, con los demás
y con el mundo (y, sin duda, con Dios). Esto es, el pecado original nos explica,
desde la perspectiva católica, los aspectos disfuncionales que encontramos en
el mundo. Estos son efectos directos del pecado original.
Dicho de otro modo: lo antropológicamente relevante del pecado original
no es el hecho del mismo, sino los efectos que permanecen y que son evi-
dentes entre nosotros. Podríamos mencionar, entre ellos, algunos de los más
notables y universalmente reconocibles: el oscurecimiento de la inteligencia,
la debilidad de la voluntad; nuestras múltiples limitaciones: el cansancio, el
hambre, la enfermedad y la misma muerte; el riesgo relativo, pero en ocasio-
nes violento, que representa el mundo: los fenómenos naturales, los animales
salvajes, las múltiples enfermedades. Estos hechos, más allá de su atribución
al pecado original, describen nuestro ser y nuestro mundo, el modo como nos
experimentamos a nosotros mismos y, también, la realidad que nos rodea.
7

en sus propias fuerzas naturales, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al
imperio de la muerte e inclinada al pecado (esta inclinación al mal es llamada

8
Conviene aclarar que la doctrina católica sobre el pecado original se dis-

6
Catecismo de la Iglesia Católica, No. 398.
7
Una exposición sistemática de este tema, desde la teología, se puede encontrar en 
 Antropología teológica, Pamplona: EUNSA, 2009. pp. 38ss.
8
Catecismo de la Iglesia Católica, No. 405.
29
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas
-
ción) es, exclusivamente, el pecado. En cambio, para la tradición católica, las
facultades humanas y el mundo entero han quedado sometidos a cierto des-
orden, a un grado de disfunción, pero aún en el cual la persona humana es
siempre capaz de bien, tanto desde su misma naturaleza como especialmente
en la colaboración con la gracia de Dios. La diferencia es crucial: la inclina-
ción al mal (en la tradición católica) deja a la persona abierta la posibilidad
de elegir el bien, lo cual resulta meritorio. En cambio, el sometimiento al mal

no tenga la marca del pecado.
9

el pecado original posee los siguientes rasgos centrales:
1. Se funda en el hecho del rechazo, por parte de la persona humana,
representada por los primeros seres humanos creados, del orden ins-
taurado y explicitado por Dios.
2. El pecado tiene efectos sobre la persona humana, así como sobre
la realidad.
3. Las consecuencias del pecado original, sin hacer una enumeración ex-
haustiva, son constatables en la propia persona y en la realidad, bajo la
forma de limitaciones (cansancio, ignorancia, debilidad, enfermedad,
muerte), tensiones (entre las personas, entre hombre y mujer, en la
convivencia comunitaria) y oposiciones (entre la naturaleza y la perso-
na, entre las sociedades; también entre las personas mismas).
4. El principal efecto del pecado original es la inclinación al mal, paradó-
jica rebeldía de los deseos de la persona ante los dictados de la razón.
10
5. La manifestación más notable e identificable del pecado original
en la conducta de la persona se encuentra en el egoísmo: la desvia-
ción de la atención y los esfuerzos personales en pos de sí mismo,
en lugar de dirigirse a los demás a la solidaridad, no sólo a la reci-
procidad, sino al don y la generosidad.
Efectivamente, la limitación del mundo, así como la debilidad de nuestra
naturaleza, independientemente del modo como la expliquemos, es una ex-
periencia humana universal.
11
9
Ver, por ejemplo, , M.,   
Teología y vida, núm. 2, 2020, pp. 217-241.
10

-
cia del primer pecado (Gen 3,11). Desordena las facultades morales del hombre y, sin ser una
Catecismo de la Iglesia Católica, No. 2514).
11
Platón, en el Fedro
-
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
30
En este punto, es necesario dar un paso más. En la tradición cristiana, el
bautismo es el primer sacramento, la puerta de entrada para la salvación. Del
mismo modo, es por medio del bautismo como se perdona el pecado original.
¿Cuál es la relación que existe, en el pensamiento católico, entre el bautismo

Señala el Catecismo de la Iglesia Católica
gracia de Cristo, borra el pecado original y devuelve el hombre a Dios, pero
las consecuencias para la naturaleza, debilitada e inclinada al mal, persisten

12
-

de los sacramentos, ninguno de éstos últimos cancela los efectos del pecado
original.
El bautismo reconcilia a la persona con Dios, le incorpora a Cristo, pero
las consecuencias del pecado original, bajo todas las formas que hemos enu-
merado antes, y otras que no han sido señaladas, permanecen intactas en este

encuentra inscrita en la persona humana.
13
2. Personalismo y cristianismo

alguna manera, referencia a la noción de pecado original-


En su obra ¿Qué es el personalismo comunitario?
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

a cierta rebeldía y desorden que se encuentra inscrito en lo íntimo del alma humana para

el alma humana es difícil de dominar por la razón y que encuentra una resistencia implícita
a su propia naturaleza.
12
Catecismo de la Iglesia Católica, No. 405.
13
No trataremos en este lugar la doctrina sobre el combate contra la concupiscencia, lo cual
nos llevaría al tema de la gracia. Ciertamente, este abordaje excede los límites impuestos a
este artículo, pero conviene mencionarlo como parte fundamental de la respuesta católica al
asunto que consideramos en este texto (ver Catecismo de la Iglesia Católica, Nos. 1996ss).
31
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas

14
Díaz, en esta
obra, desarrolla el tema de la persona humana haciendo referencia a las dis-
cusiones cristológicas y trinitarias de los primeros siglos de la fe cristiana.
Este mismo enfoque es aceptado también desde la matriz intelectual de los
principales autores personalistas.
En efecto, el propio Díaz enumera a los personalistas más destacados
       
Emmanuel Mounier), entre los cuales encontramos numerosos que se re-
conocen como cristianos y que desarrollan su pensamiento expresamente
desde una matriz cristiana: Charles y Rama Péguy, el mismo Emmanuel

Zubiri y muchos otros.
15
Qu’est-
ce que la personne?-
bre no puede ser estudiado ni analizado sino a través de su determinación

16

-

Por su parte, Juan Manuel Burgos dedica también una sección de su po-
nencia El personalismo: una antropología para el siglo XXI, al origen del persona-
lismo. Señala que hay cuatro tendencias que determinan la aparición de esta
-

17
retroceso de la cultura cristiana, Burgos
anticristianismo de la cultura contemporánea, sino
-


18
En efecto, existe entre los autores personalistas, como hemos dicho, una
-

Burgos, el desarrollo del personalismo también obedece a un motivo
14
, C., ¿Qué es el personalismo comunitario?, Madrid: Fundación Emmanuel Mounier,
2002, p. 16.
15
Cf. , C., ¿Qué es el personalismo comunitario?
16

Aula, núm. 21, 2015, p. 183.
17
Memorias del II Con-
greso Philosophia Personae, Bogotá: Universidad Católica de Colombia, p. 8.
18

Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
32
-
derna y ortodoxa que reemplace al sistema tomista. Los motivos son eviden-

sistema, por él generado,

19
Este divorcio entre la cultura moderna y la fe cristiana, en general, y cató-
lica en particular, exigen de una creatividad intelectual que, de acuerdo con
 -


grandes valores de la fe cristiana: la dignidad de la persona, la vocación a la
solidaridad, el valor particular de los menos favorecidos, entre otros (por no
-
tan, entre ellas, la del pecado original).
      
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  

20
Mounier no renuncia a diagnosticar su época (y la
nuestra):
Pero es una lección ahora evidente del siglo XX que allí donde las formas reli-
giosas desaparecen con su rostro cristiano, reaparecen con otra faz: diviniza-
ción del cuerpo, de la colectividad, de la Especie en su esfuerzo de ascensión,

21
Como podemos ver, los autores personalistas, al menos algunos de ellos,

sino un proyecto para posibilitar que el cristianismo desarrolle una mayor in-
cidencia y pertinencia social. Ante los totalitarismos del siglo XX, particular-
mente el comunismo y el nazismo, ambos de corte ateo y opuestos a las tesis

persona humana por encima de los colectivismos, de los valores de Estado y
de cualquier otra realidad que se le quiera anteponer.

Mounier comparte la centralidad e importancia del concepto de persona

19
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
Metafísica y persona, núm. 13, 2015, pp. 24-25.
20
Mounier, E., El personalismo, Argentina: EUDEBA, 1972, p. 66.
21
, E., El personalismo, p. 67.
33
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas


eternidad, de perseverancia, pero se siente el vacío de que no fundamenta su
concepto de persona desde Dios.
22
Es indudable que la inquietud de los personalistas es, en un sentido pre-

a la vez y con tanta fuerza como esta primera motivación, existe un referente
religioso, de orden cristiano y, en algunos casos, expresamente católico. De
este modo, la matriz cristiana del personalismo constituye un elemento que
no podemos obviar.
23

Marcel sobre la religión (y, la que llama, irreligión contemporánea), la cual,
          
personalista.
-

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
24
Considero
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única respuesta razonable es: porque lo que está de por medio es la verdad.
El cristianismo no se entiende a sí mismo como una opción ideológica en-
tre otras. No quiere ser preferido, en igualdad de circunstancias, sobre las re-
-

contenido de su fe y, luego, procura entenderlo, expresarlo y comunicarlo.
25
22

23
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
p. 7). Esta dicotomía parece débil, en cuanto que el cristianismo se nutre también de una raíz
helénica, la cual deja su huella en el mismo Nuevo Testamento, no sólo por la lengua griega
en que se escribió en su totalidad, sino en numerosos conceptos teológicos centrales como,
por ejemplo, Logos.
24
, G., Ser y tener, Madrid: Caparrós Editores, 2003, p. 165.
25


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resurrección y confía en ella, como victoria sobre la muerte y el pecado. Pero si Cristo no
resucitó, la fe es vana: es una mera ilusión sin sustento alguno. Como hemos dicho: primero

Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
34

sobre el terreno de la verdad sobre el que en primer término debe ser prose-

26

grandes exponentes del personalismo, sino, acaso todavía más importante,
la convicción fundamental bajo la cual escriben. No se trata de una defensa a
ultranza de una fe envejecida y sobre la cual sólo vale volver, una y otra vez,
-
tencia de Dios, del verdadero acontecimiento de la Encarnación y de la Resu-
rrección, hechos, entre tantos otros, que son realidad también para el hombre

verdaderos. Al igual que el pecado original y sus efectos.
3. Pecado original en Mounier y Ricoeur
El personalismo-
car, no sólo de fundacional, sino también de programática.
27
En efecto, ade-
más de ser uno de los primeros esfuerzos por expresar qué es el personalis-
mo, también marca la pauta para los estudios que tendrán su continuación
en las décadas siguientes.

-

-

28
-
sona humana. La persona no es un compuesto, sino unidad. El alma y el cuer-
po pueden ser considerados aspectos
partes de la misma, como si fueran separables. Al contrario, la idea persona-

psicofísica; cuerpo y alma son distinguibles, pero no separables; se hallan
íntimamente unidos, pero no confundidos.
29
Como hemos dicho, se trata de
-

26
, G., Ser y tener, p. 185.
27
, E., El personalismo, Argentina: EUDEBA, 1972.
28
, E., El personalismo, p. 12.
29
Cf.  Antropología teológica, pp. 208-212.
35
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas

la paradójica limitación humana, lo que hemos llamado en este texto, entre
otras, consecuencia del pecado original:
cuando este todo tira en sentido inverso al de la vocación sobrenatural del
hombre, el cristianismo llama a este movimiento la carne, y designa con este
término tanto la pesadez del alma como la de los sentidos; cuando lleva hacia

el reino sólido de Dios y no en el reino etéreo del Espíritu.
30

tema. En primer lugar, que la carne, tal y como entiende esta expresión de cor-

la sensibilidad. Es, al contrario, un dinamismo del todo, del alma y del cuerpo.
El cristianismo no es dualista (lo hemos mostrado previamente) y, aún
menos, espiritualista. La antropología personalista, en el pensamiento Mou-
nier, tampoco puede serlo. La persona humana es unidad. Por ello, la carne,
-

Se trata, como hemos dicho, de un dinamismo propio de la persona, el
cual le aleja de su vocación más elevada por seguir la tendencia de la carne, y
que se encuentra inscrita en su naturaleza.

la naturaleza humana, es el compuesto humano en su totalidad lo que está
afectado; desde los Evangelios, la malicia y las perversiones del espíritu han


31
Mounier hace, en este lugar, mención de la falta original. No profundiza en
ella, no explica su origen, da por supuesto que el lector comprenderá perfec-
tamente que está hablando del pecado original y de las consecuencias del mis-
mo. Sin embargo, establece que esta falta original

unidad. La consecuencia de aquella falta es que existe malicia y perversión

limitado de la palabra, como aclara nuestro autor.
-
tudio. En primer lugar, se establece, desde la perspectiva cristiana, la unidad
30
, E., El personalismo, p. 12.
31
, E., El personalismo, pp. 12-13.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
36
de la persona. Luego, se constata que se encuentra sometida a límites y a un
cierto desorden que sólo puede ser atribuido a la falta original. Encontramos
aquí una primera constatación de lo que nos proponemos: antropológica-
mente el contenido del concepto de pecado original resulta relevante para el
pensamiento personalista. Como hemos dicho, no sólo por la matriz cristiana
de sus autores, sino por la verdad que implica: el ser humano no es indiferen-
te, en su libertad, ante el bien y el mal, sino que el mal le representa, por algún
motivo misterioso, cierto atractivo, se experimenta cierta debilidad ante él.
Mounier volverá, brevemente, a estas ideas en páginas posteriores. Señala


32
Debo decir que, a pesar de realizar una lectura atenta de las primeras pági-


primeras páginas de la obra, mismas que hemos analizado y que, implícita-
falta original, existe un cierto desorden
inscrito en la naturaleza de la persona.
Ahora bien, en torno a esta última cita de Mounier, encontramos en ella un
señalamiento breve, pero profundo. Al referirse a la reciprocidad, indica que

caracterizar inicialmente el pecado original, una de sus manifestaciones más
claras y evidentes es la conducta egoísta. La persona humana tiende a poner-
se en primer lugar, a preferirse a sí misma, a anteponer sus gustos e intereses.
De este modo, se resiste, por supuesto, a la reciprocidad. No sólo a ella, sino
también al don y a la generosidad, como hemos dicho antes.
-
ción de la falta original-
ral– una mera proyección de los contenidos de su fe cristiana sobre el pensa-

Se trata de una pregunta válida que, además, podría extenderse a todos

religioso), representantes de diversas escuelas. El presente estudio no discute

lugar se quiere evidenciar es la importancia del contenido del concepto de
pecado original para Mounier y Ricoeur, al señalarse la presencia del mismo
en el núcleo de su antropología.
32
, E., El personalismo, p. 22.
37
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas
A manera de introducción a la antropología de Ricoeur, podemos recoger
las palabras de Federico Adaya, quien nos explica:
Los rasgos ontológicos que integran su antropología y que siempre van como

-
léctica de lo voluntario (proyecto, decisión acto) y lo involuntario (motivos,

aspectos, y pone en evidencia su unidad constitutiva, además señala cómo


se pasa el orden práctico y por último al afectivo.
33
Como veremos en lo que sigue, estas generalidades de la antropología
de Ricoeur nos pueden orientar en torno al problema particular que aquí
abordamos.
          
en torno al thymós platónico, como mediador entre la razón y el deseo.
34
Es en
esta coyuntura que recurre a Kant, en su obra Antropología en sentido prágmá-
tico
tener (Habsucht), del poder (Herrschsucht) y del valer (Ebrsucht
35
Al referirse
a estas pasiones, Ricoeur aclara que éstas no son contingentes, sino que, al con-


36
Partimos de esta constatación, de acuerdo con Ricoeur, que el ser humano
tiene inscrita, en su constitución natural, la pasión por la búsqueda del tener,
del poder y del valer.
Inmediatamente después, nuestro autor señala que:

un sí mismo humano. Incluso más, estas búsquedas reenvían a su vez a una
-
signan las palabras tener, poder y valer; rigen la temática más radical de una
economía, de una política y de una cultura.
37
33
Thémata. Revista
de Filosofía, núm. 46, 2012, p. 102.
34
, P., Antropología losóca, Madrid: BAC, 2020, pp. 58-60.
35
, P., Antropología losóca, p. 60.
36
, P., Antropología losóca, p. 60.
37
, P., Antropología losóca, p. 60.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
38
Es claro que, para Ricoeur, el tener apunta a la economía, el poder a la
política y el valer a la cultura. Todavía más, echa mano de unos sinónimos


38
Encontramos, de esta manera, términos estrechamente relacionados que
conviene hacer explícitos: tener-economía-apropiación; poder-política-do-
minación; valer-cultura-opinión. Como veremos más adelante, este nexo es
sumamente relevante para el tema que nos ocupa.
Ahora bien, si aquellos tres terrenos sociales tienen como su fuente las
-

        
cuando se examina cómo estas búsquedas pueden ser satisfechas, cuáles
son sus modos de terminación, de acabamiento de cumplimiento de estas

39
thymós entre la vida del cuer-

40

inestable entre lo vital y lo espiritual. Las búsquedas vitales desembocan en

41
Por su parte, el thymós es dinámico, no conoce reposo:

thymós

tendría sucientesucientemente estableci-
sucientemente

42
Dicho de otra manera: ¿por qué la insatisfacción fundamental que acom-
-
plicar sus posesiones, a aumentar su autoridad o su reputación, pareciera que
nunca, nada, en momento alguno, es suciente

          

38
, P., Antropología losóca, p. 61.
39
, P., Antropología losóca, p. 61.
40
, P., Antropología losóca, p. 61.
41
, P., Antropología losóca, p. 61.
42
, P., Antropología losóca, p. 61.
39
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas
se transforman en intermediarias y la vida humana está en peligro de olvidar


43

claramente que la inevitable búsqueda del yo, que tiende a centrarse sobre sí

es estructural a la persona.
La búsqueda de riqueza, de poder y de honor (que sería otro modo de
denominar a las tres búsquedas enumeradas por Kant y desarrolladas por

-
so entero (el universo de los bienes, del poder, de la fama).
Llegamos así a un punto central de nuestra exposición. Para Ricoeur exis-
te, en la naturaleza humana, una tendencia egoísta (de cierto grado que no se
precisa) a la búsqueda del poder, de la riqueza y del honor. Del mismo modo,
en la adquisición de estos bienes, la persona humana puede experimentar su

le ofrezca, particularmente, la realización personal y lo que nuestro autor ha
llamado, más arriba, la felicidad. Baste, en este lugar, volver al objeto de nues-
tro estudio: el paralelismo indudable que se establece entre el pecado original

Para completar esta exposición, conviene ahora volver a un tema anuncia-
do previamente: el de la fragilidad. Explica Ricoeur:
-
mano: es el conicto. El conicto está inscrito en la desproporción misma de


la intimidad misma del thymós humano, dividido entre lo vital y lo espiritual,
y polarizado por el principio del placer y el principio de la felicidad.
44
Nuevamente, ¿no es razonable equiparar esta desproporción entre las as-
piraciones humanas a la felicidad permanente y serena, y la fragilidad del cora-
zón humano, que no se satisface nunca y que está llevado, estructuralmente,
por los deseos de poseer, de poder y de aparecer, a la idea cristiana de pecado


43
, P., Antropología losóca, p. 62.
44
, P., Antropología losóca, p. 63.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
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4. Discusión y conclusiones
Volvamos a la pregunta inicial de este texto: ¿es el pecado original o, aún me-

En las páginas previas hemos establecido el contenido de este concepto

de una ruptura originaria en el origen de la creación humana, sino, todavía

hombre. En efecto, las consecuencias del pecado original, señala la fe católica,
se pueden constatar en cada uno de nosotros: cierto desorden entre el bien y
los deseos (frente a la riqueza, el poder, el placer y el honor), así como una
limitación inscrita en nuestro ser (bajo la forma de ignorancia, debilidad, en-
fermedad y muerte, entre muchas otras posibilidades).
Para resolver la pregunta que nos hemos propuesto, hemos seguido una

algunos autores personalistas del contenido propio del concepto de pecado

Emmanuel Mounier nos ha ofrecido no sólo el contenido de este concepto,
sino incluso una formulación propia: falta original. Por su parte, Paul Ricoeur
nos ha mostrado que la naturaleza humana tiende a ciertos bienes, los cuales,
sin embargo, son incapaces, por sí mismos, de otorgarle felicidad, plenitud,
realización: se trata del poder, la riqueza y el honor, como hemos visto.
Aunque los ejemplos podrían multiplicarse, nos ha parecido que estos so-
los dos ejemplos abren la discusión que deseamos continuar en el futuro.

que el contenido del concepto de pecado original se encuentra presente en el

Adicionalmente, hemos señalado que el personalismo surge de una ma-


sino al contrario, nativo del personalismo.
El personalismo, orientado esencialmente a la construcción de una antro-

geometría en la cual los teoremas se derivan de los axiomas de cada pensa-
dor, sino, al contrario, ha de partir de la observación de la persona, de sus
dinámicas más íntimas, una de las cuales nos descubre su tendencia al egoís-
mo, su preferirse a sí mismo, tanto en las decisiones que afectan a su persona,
como en la relación con los demás.
41
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas
En el curso de esta investigación hemos señalado una posible objeción:
¿no es el recurso al pecado original una proyección de la fe cristiana (de

En su lugar aclaramos que no es intención del presente estudio responder
a esta pregunta, sin embargo, queremos dejar indicado que constituye un
cuestionamiento adecuado para una investigación futura. En todo caso, y de
manera preliminar, podemos señalar que, de acuerdo con lo abordado hasta

creencia previa.
Mounier y Ricoeur, al contrario, nos dan una muestra de realismo al es-
tablecer en sus respectivas antropologías el hecho de que hay una tendencia
desordenada y egoísta, íntimamente inscrita en la persona humana.
Ahora bien, ¿es el término pecado original-
-
tenece, propiamente, al ámbito de la teología. Las referencias bíblicas que se
encuentran implícitas en él, así como la historia milenaria (y, especialmente,
la de los últimos quinientos años, después de la Reforma protestante) harían

Sin embargo, queda claro que el contenido de este concepto no sólo puede

el ejemplo de las líneas dedicadas por Mounier al tema, así como las de Paul
Ricoeur.
En efecto, para desarrollar una antropología integral es sumamente rele-
vante no perder de vista el hecho de que, en la dinámica íntima de la persona,
hay una inclinación hacia ciertos bienes que, en sí mismos, podrían consi-
derarse indiferentes: el poder, el placer, el honor, la riqueza. Sin embargo,
descubrimos, como hemos dicho, en la observación de la persona, que existe
una estructural debilidad en torno a ellos, una inclinación natural que los
hace atractivos y deseables. Esto no tendría consecuencia ninguna para la
naturaleza humana si no fuese por el hecho de que esta atracción puede ir en
contra del bien propio de la persona.
En efecto, la persona puede preferir aquellos bienes por encima de su pro-
pio bien y del de los demás. Dicho de otro modo, el desorden al que hemos


son meros medios. Por tanto, sólo por una tendencia desordenada, en sentido

a la persona (o a las personas) como medio.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 15, Núm. 29, Enero-Junio, 2023, ISSN: 2007-9699
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Si hemos dicho que hay que observar la conducta humana, podemos ha-
cerlo brevemente en este lugar. La historia nos muestra, especialmente en sus

las grandes guerras de la humanidad, en el Holocausto y en los totalitarismos
(particularmente los del siglo XX), entre muchos otros fenómenos suscepti-
bles de ser señalados, encontramos los siguientes fenómenos antropológicos,
uno al lado del otro: el olvido de la dignidad de la persona, la exaltación del
egoísmo (no sólo personal, individual, sino social) y el desorden fundamen-


enfrenta a fenómenos que ponen en entredicho la justicia y el bien debido a
la persona: la acumulación masiva de riqueza en pocas manos; el acceso des-
igual, a nivel mundial, de los bienes que la ciencia y la tecnología han hecho
posibles (pensemos en el acceso totalmente diferenciado a las vacunas por re-

disputa bélica por territorios, son apenas algunos ejemplos de los fenómenos
terribles, que ponen en riesgo vidas humanas y con los que convivimos, cuya
fuente y explicación se encuentra en las consecuencias del pecado original,
en el insaciable apetito que despierta, como lo señala Ricoeur, el poder, la
riqueza y el honor.
No quiero dejar de señalar otro aspecto, el cual no hemos abordado expre-
samente en este artículo, pero que resulta enriquecedor para nuestro análisis.



A manera de ejemplo sobre la antropología optimista, podemos recordar,
en este lugar, a Jean Jacques Rousseau, en su célebre Discurso sobre el ori-
gen de la desigualdad entre los hombres. En él, Rousseau plantea la imagen del
hombre primitivo, solitario, feliz y bueno. Este último rasgo es fundamental
para el tema que tratamos en este lugar. Para Rousseau –y otros autores, por
supuesto– la persona humana es buena por naturaleza, y esta bondad se ma-
nifestaría, particularmente, en el contexto de su condición natural, originaria,
anterior a la sociedad. En efecto, para Rousseau, la persona pierde esta ino-
cencia primigenia desde el mismo momento en que comienza a establecerse
la sociedad y decide vivir en comunidad.
-

otro modo, que carece de una inclinación al mal inscrita en su propio ser. Por
tanto, que el mal es un mero efecto de su convivencia social, como hemos
visto, y no una tendencia o inclinación propia.
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Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas
A diferencia de la posición anterior, encontramos el pesimismo antropo-
lógico. Por supuesto, nuestro ejemplo será Thomas Hobbes, en su célebre
obra Leviatánel hombre es el lobo del hombre. Dicho de otra
manera, el hombre es malvado por naturaleza y tiende a imponer la ley del
más fuerte en la relación con sus semejantes, incluso en los estadios más pri-
mitivos de su desarrollo histórico. Por ello, es necesario ceder el control del
poder y la violencia al Estado, de modo que se puede garantizar una relativa
paz entre las personas.
En todo caso, para Hobbes, la persona humana es mala por naturaleza,
como hemos dicho. Tiende a someter a los demás, de modo que no habría
algo más contrario a la naturaleza humana que la solidaridad, el don, la en-
trega, la gratuidad. Por este motivo, es un representante de lo que denomina-
mos pesimismo antropológico.
Si sostenemos una posición antropológica optimista, habría que decir que
la sima de horrores que hemos visto en la historia responde, efectivamente, a
condiciones excepcionales, fallos en la normalidad humana, locura inevitable

habría nada más natural que esperar este tipo de hechos terribles. El ser hu-
mano utilizaría su poder indiscriminadamente, en la medida en que le fuese
posible. No sería locura: la naturaleza humana estaría fuera de control desde
su origen mismo.
-
tenido del concepto de pecado original se situaría, desde nuestra perspectiva,

buena sin más y que la persona humana, salvo por ciertos accidentes, persis-

humano y, por tanto, su irresistible tendencia al dominio y la violencia. Preci-
samente entre estos dos extremos encontramos que la idea de pecado original
muestra que la persona tiene inclinación al mal, pero aún es capaz de bien.
Que su libertad se encuentra herida por la inclinación al egoísmo, pero que es
capaz de reconocerlo y de buscar una fuerza contraria que evite hacer el mal.
  
describe adecuadamente la naturaleza humana y permite una comprensión
objetiva de la misma, aunque la demostración de esto requeriría de estudios
ulteriores y más profundos, sin duda.
A este respecto, el planteamiento de este problema suscita diversos cues-
tionamientos y, por ende, temas de investigación futuros. Por ejemplo, ¿cómo
conciliar, desde el personalismo, la tendencia de la persona humana hacia
Dios y, junto con ella, la inclinación de la persona humana hacia el mal, es
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
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

señalamientos, pero se trata de un aspecto que conviene precisar con mayor
nivel de profundidad. ¿Qué implicación tiene, para el personalismo, en el
-
des, ¿de qué modo o modos el pecado original y la consecuente inclinación al

45
Las preguntas anteriores, que quedan abiertas a investigaciones futuras,
como hemos señalado, rebasan los límites impuestos a la actual investiga-
ción. Sin embargo, están implicadas en este planteamiento y conviene seña-
larlas como desarrollos posteriores que resultan necesarios, en la aplicación
de las conclusiones de esta investigación.
A manera de conclusión, consideramos que conviene realizar las siguien-
tes puntualizaciones.
Como hemos visto, el concepto de pecado original posee un indudable origen

El nexo natural entre la doctrina del pecado original y las observaciones,
-


El contenido del concepto de pecado original remite a una escisión fun-
damental en la persona, la cual implica una inclinación al mal inscrita en la
naturaleza misma de la persona.
-
sente estudio hemos señalado dos con amplitud y uno en una nota: Em-
manuel Mounier, Paul Ricoeur y Platón.
El ser humano no posee una libertad indiferente ante el bien y el mal. An-
tes, parece que existe cierto atractivo por lo grotesco, la violencia, el poder;
la riqueza, la extravagancia; la fama, el honor, la popularidad. El contenido

-

Del mismo modo, concluimos que este modo de entender a la persona cons-
tituye un modo de realismo, frente a los optimismos incapaces de comprender y
45
Agradezco a un dictaminador de este artículo, quien tuvo la amabilidad de plantear estas
preguntas, las cuales, como digo en el cuerpo del texto, apuntan a desarrollos futuros de esta
misma temática.
45
Personalismo y pecado original: la inclinación al mal en dos textos personalistas
explicar el mal en la persona y en la historia humana, así como frente a los pesi-
mismos, los cuales estarían imposibilitados de dar razón del bien, del heroísmo
y de la solidaridad que hacen su presencia en el devenir humano.
-

realista en torno a la persona humana. Una recta comprensión de la persona
exige explicar sus diversas tendencias. Una de las más relevantes es su intrínse-
ca inclinación hacia el mal o, de otro modo, su estructural debilidad ante el mal.
El concepto de pecado original, aunque requiere de una formulación propia en

de aportar una perspectiva novedosa sobre la existencia humana, ya señalada
-
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Bibliografía
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Teología y vida, núm. 2, 2020. pp. 217-241.

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