53
Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo
para la formación y edicación del bien común
temporal en Clemente de Alejandría
The pedagogical action of the Logos-Pedagogue for the development and
edication of the temporal common good in Clement of Alexandria

Universidad Tecnológica de Querétaro, México
alejandro.gutierrez@uteq.edu.mx

Clemente de Alejandría nos ofrece, en su libro de El Pedagogo, la primera formulación
de Cristo como Bien Común. En este texto se analiza la herencia cultural del que es deudor
Clemente y cómo lo lleva al perfeccionamiento con su fe cristiana, después un análisis de

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
bien común temporal.
Palabras clave: Clemente de Alejandría, bien común, Reino de Dios, paideia griega,
paideia cristiana, pedagogía

The Pedagogue
of Christ as The Common Good. In this paper is analyzed the cultural heritage of which
Clement is a debtor and how he improves it with his Christian faith; then is an analysis of
-
-
ned which is the ultimate purpose, for whom it is and which actions should be developed
to cultivate the temporal common good.
Key words: Clement of Alexandria, common good, God’s Kingdom, greek paideia,
christian paideia, pedagogy.
1

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Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
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Introducción
-


XXI.
2
Asimismo, también encontramos un avance en el aspecto teológico,
tanto en la teología moral como en la Doctrina Social de la Iglesia,
3
no así en
los estudios de los Padres de la Iglesia de forma particular.
4
El objetivo de este escrito es conocer cómo concebía el bien común Cle-
mente de Alejandría y cuáles son las acciones que se deben generar para

Pedagogo
famosa trilogía, el Protréptico y los Strómata, como el Quis dives salvetur?,
las Hypotyposeis, los Excerpta ex Theodoto o las Eclogae propheticæ no sean
importantes, sino que en el libro del Pedagogo encontraremos la primera
formulación, dentro de la patrística y del pensamiento cristiano, que Dios
es el bien común de la humanidad; y con esto, formula lo que será uno de
los principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
5
Si Dios es el bien común
2
, J., Teoría de la justicia, México: Fondo de Cultura Económica, 1979. , E., El
gobierno de los comunes. La evolución de las instituciones de acción colectiva, México: Universi-
dad Nacional Autónoma de México, 2000. Ostrom, E., Trabajar juntos. Acción colectiva, bienes
comunes y múltiples métodos en la práctica, Universidad Nacional Autónoma de México, 2012.
, M., Filosofía pública. Ensayos sobre moral en política, España: Marbot ediciones, 2008.
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, M., Las fronteras de la justicia. Consideraciones sobre la exclusión, Barcelona: Paidós, 2006;
, W., “The Common Good”, en The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Spring, 2018


3
, P., Global Ethics and Global Common Good, USA: Bloomsbury, 2015; , P., A
Politics of the Common Good, Dublin: Institute of Public Administration, 1996; , P., Re-
covering the Common Goods, Dublin: Veritas, 2017; , M., “Operacionalizar el bien común.
Teoría, vocabulario y medición”, en Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida, año 10,
núm. 20, julio-diciembre 2018; , D., The common good, Cambridge: CUP, 2002.
4

Evangelization”, en Nova et Vetera, vol. 14, núm. 4, 2016, p. 1072; , J., “Una aproxima-
ción a las actitudes constructivas del bien común a partir del De Nabuthe de Ambrosio de
Milán”, en Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida, año 12, núm. 24, julio-diciembre,
2020, pp. 115-142; , C., “The common good: historical roots in the Greek patristic
texts and modern foundations”, en T. (eds.), Searching for the Common
Good. Philosophical, Theological and Economic Approaches, Baden: Nomos Verlag, 2018, p. 161;

Good’ ”, en , J., , B. & , J. (eds.), Reading Patristic Texts on Social
Ethics. Issues and Challenges for Twenty-First-Century Christian Social Thought, Washington: The
Catholic University of American Press, 2011, pp. 103-123.
5
Restituto Sierra dirá que a Clemente de Alejandría sólo le debemos la formulación de otro prin-
cipio de la Doctrina Social de la Iglesia; a saber, la licitud de la propiedad. Cf. , R., Doctrina
Social y Económica de los Padres de la Iglesia
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La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
universal de la humanidad y su Logos, Cristo, es el Pedagogo, una primera
aproximación que tendremos es que Él nos lleva hacia este bien común,
pero ¿cómo lo realiza?, ¿qué es lo que nos enseña este Pedagogo para po-
der alcanzar esta meta?, ¿cuáles son las acciones que debemos realizar para
llegar?, ¿qué repercusiones tiene el alcanzar este bien común eterno con el
bien común temporal?
Tito Flavio Clemente es uno de los Padres de la Iglesia importantes en el
desarrollo del concepto del bien común, pero no sólo eso, es el primero en

encontrar aproximaciones de esta conciliación con san Justino, quien fue el
pionero en este encuentro;
6
quien lo hace de manera privilegiada es nuestro
autor.
7
Aunque no fue un teólogo, sí que hizo un gran aporte metafísico
para la comprensión de la realidad divina, especialmente en el conocimien-
-
fías que existían en ese momento en Alejandría.
8

el periodo de la apologética y se inicia un nuevo periodo dentro de la Igle-
sia, pues sus escritos ya no serán como la de los primeros cristianos, ahora
tendrán una connotación moral más estructurada y sistemática,
9
y además,
podemos decir que encontramos una raíz dentro de sus escritos que empie-
zan a fundamentar algunas ideas de la Doctrina Social de la Iglesia, como
lo es, el uso correcto de las riquezas y la fundamentación de la licitud de
la propiedad, especialmente en su Quis dives salvetur?
10
Estas ideas origi-

Orígenes de Alejandría, que este a su vez tenía como discípulo al capadocio
Gregorio Taumaturgo, y después encontramos en los Capadocios (Basilio,
Gregorio de Nisa y al Nacianceno), en San Ambrosio de Milán
11
, San Agus-
6
Cf. , Fides et Ratio, Vaticano: Editrice Vaticana;  XVI, San Justino, Vati-
cano: Editrice Vaticana, 2007.
7
Cf. , M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”, en Teología y vida, vol. LII, 2011, pp. 51-92.
8
“Prosiguió con una mayor preparación la tarea iniciada por San Justino de descubrir la armo-
, R., Doctrina Social..., p. 95. “Aun-

el creyente, no tuvieron conciencia –nos parece–, al menos explícita, de la importancia de las
relaciones entre razón y fe, como de un problema que era urgente resolver. Sería Clemente de
Alejandría el primero en advertirlo en toda su crudeza”. , M., “Razón y fe en Clemen-
te de Alejandría”, p. 53; Cf. , Fides et Ratio; , Clemente de Alejandría,
Vaticano: Editrice Vaticana.
9
Existía una necesidad de defensa de la Iglesia ad extra y ad intra, ad extra contra los paganos,

sistemática, ordenada, completa y exacta. Cf. , J., Patrología I. Hasta el Concilio de Ni-
cea, Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1977, p. 317.
10
Cf. , R., Doctrina Social. , J., “Una aproximación a las actitudes constructivas...”.
11
, J., “Una aproximación a las actitudes constructivas...”. Cf. Contra Gentiles, lib. 3,
cap. 17 n. 6.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
56
tín de Hipona, y en el pensamiento medieval con Santo Tomás de Aquino,
12
y San Buenaventura, especialmente en temas como el conocimiento, la ilu-
minación y el magisterio.
13
El objetivo de este trabajo es redescubrir la noción de bien común en
quien podríamos catalogar como el primer Padre de la Iglesia
14
que em-
pieza a conformar una doctrina social y la noción de bien común.
15
Para
poder lograr estos objetivos, se divide el escrito en tres partes, el primero
es una biografía de Clemente de Alejandría, conocer sus raíces y fuentes
El Pedagogo, así como el ambiente que se
encontraba en Alejandría en el momento que escribió la obra; el segundo
apartado es conocer algunos pasajes donde Clemente hable sobre el bien
común y las acciones que nos enseña el Logos-Pedagogo para tender ha-
cia el bien común (Dios) y cómo estas acciones repercuten en la sociedad
política; por último, se hará una interpretación de estos pasajes con la
propuesta de Susan Holman. Ella hace notar que la noción de bien común
que tenemos dentro de la Doctrina Social de la Iglesia está estructurada
con el pensamiento de Santo Tomás de Aquino, quien a su vez interpreta
la justicia política de Aristóteles. Tenemos que decir que en realidad el
Aquinate bebe y se nutre de toda esta raigambre que inició con Clemente,
-
guiente diagrama que se muestra (Figura 1.2), lo realiza Holman tomando
12
Cf. Contra Gentiles, lib. 3 cap. 17 n. 6.
13
Cf. , M., Introducción a El Pedagogo, Madrid: Editorial Ciudad Nueva, 2009, 2ª ed.
14
Si bien, es cierto que para considerar a un escritor como Padre de la Iglesia se deben con-
siderar 4 aspectos; a saber, 1) antigüedad, 2) ortodoxia, 3) aprobación unánime por parte
de la tradición del magisterio de la Iglesia y 4) santidad de vida; parece ser que nuestro
autor no cumple con dos de estos requisitos, la ortodoxia y la santidad de vida. Los tres
siglos posteriores a su muerte, existían numerosos testimonios de su fama de santidad y

dos elementos en Clemente. Es por esta razón que el papa Clemente VII excluye a Cle-

enviada al rey de Portugal. Cf. , P., Le Gnostique de saint Clément d’Alexandrie, opus-
cule inédit de Fénelon, publié avec une introduction par le P. Paul Dudon, Paris: Beauchesne,
1930, “Études de théologie historique”. Alfonso Ropero dirá que sigue conservando su
fama de santidad Cf. , A., Lo mejor de Clemente de Alejandría: El pedagogo, España:
Editorial CLIE, 2001. Se ha llegado a decir que en Clemente existe una interpretación del
docetismo con respecto a la carne de Cristo por su compleja concepción de la logología Cf.
, D., Clement of Alexandria: Incarnation and Mission of the Logos-Son, United Kingdom:
University of Saint Andrew, 2016. En el caso de la Iglesia Copta y la Ortodoxa, Clemente
sigue siendo venerado y conserva el título de santo.
15
Aunque san Ireneo de Lyon es anterior a Clemente de Alejandría, los escritos de Ireneo no se
encargaron de exhortar y enseñar a los cristianos en lo moral, sino en la defensa de la fe. A
pesar de esto, Restituto Sierra recupera algunas ideas germinales de la Doctrina Social de la
Iglesia en el escrito Adversus Hæreses, especialmente del libro IV, cap. 30, 1-3, no se le atribu-
yen algunas consideraciones sobre el bien común como en el caso de Clemente, sino sólo en
la comunicación de los bienes. Cf. Op. cit.
57
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
como base el diagrama del bien común en la Doctrina Social hecha por
David Hollenbach (Figura 1.1), ella trata de hacer una adaptación con la
terminología patrística, como se muestra enseguida.
Common Good
Adequate housing
Accesible Jobs
Quality education
Child care
Health care, etc.
Distributive Contributive
Justice Justice
(Welfare) Social Justice (Agency)
(Participation)
Citizen Citizen Citizen Citizen
Commutative Justice
Figura 1.1. The Modern Model of the “Common Good” in Catholic Social Ethics.
Fuente: Holman, S. Out of the Fitting Room. Rethinking Patristic Social Texts on “The Common Good”. Ed.
Leemans, J., Matz, B. & Verstraeten, J. Reading Patristic Texts on Social Ethics. Issues and Challenges for
Twenty-First-Century Christian Social Thought. Washington: The Catholic University of American Press. 2011.
p. 107
Figura 1.1. The Modern Model of the “Common Good” in Catholic Social Ethics.
Fuente:

, J., , B. & , J. (eds.), Reading
Patristic Texts on Social Ethics. Issues and Challenges for Twenty-First-Century Christian
Social Thought, Washington: The Catholic University of American Press, 2011,
p. 107.
Después de analizar las ideas de Clemente de Alejandría se propondrá un
nuevo diagrama o modelo para comprender cómo entendía el Alejandrino el
bien común. Por último, en esta última parte, se responderán a las siguientes
preguntas siguiendo El Pedagogo 
último del concepto de bien común?, ¿para quiénes existe el bien común?, y
¿cómo puede uno cultivar acciones hacia el bien común?
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
58
Common Good
Material divestment as literal
deposit to attain the kingdom of
Heaven after physical death in this life;
share food, clothing, shelter,
hospitality as acts of mercy;
treating the poor with dignity as Christ;
cosmic balance (weather, health);
dispassionate legal justice;
kingdom kinship;
“orthodox” holiness prevails
Distributive Contributive
Justice Justice
(alms and Social Justice (righteousness/
restitution) (Participation) “tzedakah”)
With God
Anthropos Anthropos Anthropos Anthropos
In imago Dei In imago Dei In imago Dei In imago Dei
Commutative Justice
Figura 1.2 Patristic Concepts of the Common Good within Hollenbach’s Framework.
Fuente: Holman, S. Out of the Fitting Room. Rethinking Patristic Social Texts on “The Common Good”. Ed.
Leemans, J., Matz, B. & Verstraeten, J. Reading Patristic Texts on Social Ethics. Issues and Challenges for
Twenty-First-Century Christian Social Thought. Washington: The Catholic University of American Press. 2011.
p. 107
Figura 1.2. Patristic Concepts of the Common Good within Hollenbach’s Framework.
Fuente: 
, J., , B. & , J. (eds.), Reading
Patristic Texts on Social Ethics. Issues and Challenges for Twenty-First-Century Christian
Social Thought, Washington: The Catholic University of American Press, 2011, p. 107.
1. Ambiente en el que fue redactado El Pedagogo
Tito Flavio Clemente nació en el año 150 d. C. en Atenas, se convierte
tempranamente al cristianismo y se va en búsqueda de una buena instruc-
ción, recorre la Italia Meridional, Siria y Palestina, hasta que en su viaje a
Alejandría hacia el 180 d. C. conoce a Panteno, quien le satisface comple-
tamente sus inquietudes intelectuales. Clemente fue el sucesor de Panteno
en el magisterio en la escuela catequética que se encontraba en Alejandría
entre los años 190
16
a 202, que es el año en el que escapa a Capadocia, pues
el emperador Septimio Severo inicia una persecusión contra los cristianos
16
Marcelo Merino menciona que Eusebio de Cesarea data que en el año 190 d. C. Panteno asocia
a Clemente a la escuela catequética de Alejandría y que 10 años después (200 d. C.) toma la
59
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
en Alejandría. Clemente ya no regresará a Alejandría y morirá en Capadocia
hacia el 215. En estos 12 años que estuvo en la escuela de Alejandría, fue
ordenado presbítero
17
y además se circunscriben las obras del Protréptico, El
Pedagogo y los Stromata. Estos tres escritos son conocidos como una trilogía:
El Προτρεπτικός πρὸς Ελληνας (Exhortación a los helénicos) es una exhorta-
ción que tiene ciertos tintes apologéticos, es una polémica contra la religión

convertirse. Clemente «ensalza a Cristo como cantor y maestro del nuevo
orden de las cosas que establece el cristianismo”.
18
Al acuñar en esta obra
a Cristo como Verdad y Sabiduría muestra cómo el Logos es un educador
de la humanidad. Con Τίτου Φλαυίου Κλήμεντος κατὰ τὴν ἀληθῆ φιλοσοφίαν
γνοστικῶν ὑπομνημάτον στρωματέων, conocido como los Stromata, Clemente
busca enseñar que el cristiano es elevado gracias a la doctrina cristiana, la

lleva al conocimiento verdadero de Dios. En este escrito es donde encontra-

sobrenatural, la perfección de la vida cristiana, entre otros.
Para comprender la obra El Pedagogo hay que tomar en cuenta los si-
guientes elementos: a) la civilización en Alejandría, b) el helenismo en Ale-
jandría, b.1) la paideia
el gnosticismo.
1.1. La civilización en Alejandría
En las conquistas realizadas por Alejandro Magno, funda una ciudad en
honor a él con el nombre de Alejandría en el año 331 a. C. en lo que fue la anti-
gua capital de Egipto, ahora será la capital del helenismo. Esta ciudad estaba
dedicada a las ciencias y a las artes, las cuales fueron cuidadas y cultivadas
gracias a la dinastía de los Ptolomeo. La cultura que vivía ahí era la copta
(la antigua religión de los egipcios) y esta civilización asimila el helenismo
traído por Alejandro, pues tras las conquistas realizadas, Alejandro Magno
ayuda a difundir la cultura griega por todo el Mediterraneo. Pero en el 31 a.
C., con el emperador Octavio, el Imperio Romano toma el último bastión de
dirección de la escuela. Y siguiendo a san Jerónimo, parece que Clemente nunca dirigió la
escuela. Cf. , M., Introducción a El Pedagogo, p. 13.
17
Algunos autores como Jaeger, Bardy y Gallinari aceptan que fue ordenado presbítero, Bow-
man menciona que fue ordenado obispo, y Merino menciona que existe o existía una discu-
sión, que parece ser superada por algunos investigadores modernos, de si era laico o presbí-
tero Cf. , M., Introducción a El Pedagogo.
18
, M., Introducción a El Pedagogo, p. 21.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
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los helénicos, que es el reino de la dinastía de los Ptolomeos, con Cleopatra
VII, y así los romanos absorben la herencia de la cultura helénica. A pesar de
la caída del último bastión a manos de los romanos, se conservaron varios
templos dedicados a Serapión.
En esta ciudad, vivían también judíos. Los primeros judíos de la diáspora

los judíos en Alejandría que con Ptolomeo II construyeron tres sinagogas, y
con Ptolomeo IV construyeron una réplica pequeña del Templo de Jerusa-
lén. Durante este tiempo, los judíos adoptaron y se acostumbraron al idioma
griego,
19
algunos participaron en los juegos atléticos griegos, también ellos

a otros dioses, a pesar de ello, algunos dejaron la circunsición. Asimismo,
durante este tiempo la población judía creció tanto que ocupaban más de
dos de los cinco barrios que existían en Alejandría y se les reconocía como
colonos casi autónomos.
20
Un efecto importante de este encuentro entre
la cultura helénica y el judaísmo es la traducción de la Biblia de los LXX y la

el platonismo y estoicismo el Antiguo Testamento para los judíos, así como la


Un elemento importante a destacar para la comprensión de este escrito,
es la importancia del vocablo Logos que tiene una tradición helénica, pero
que los judíos de la diáspora usarán, y que después lo encontraremos en el
Evangelio de san Juan. La traducción de la palabra hebrea davar, que para los

atención a lo hablado,
21
origen de la fe, llamada-respuesta, razón con poder
creador,
22
se tradujó al griego koiné como logos.


como discurso o declaración. El segundo, es la ennumeración de los elementos;
pues el logos es una declaración de los elementos del objeto del conocimiento:
uno tiene conocimiento de algo cuando, además de la verdadera creencia que
se tiene, uno es capaz de atravesar los elementos de la cosa que se conoce. En

19
Cf. -
go en el cristianismo primitivo, a partir del concepto de lógos”, en Palabra y Razón, núms. 7 y
8, julio-diciembre, 2015, Universidad Católica del Maule, pp. 65-78.
20
Cf. , A., Introducción a El Pedagogo, Madrid: Gredos, 1998.
21
Cf. 
22
Cf.     
Filosofía y Psicología, vol. 1, núm. 14, 2006, pp. 57-86.
61
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría

consiste en una creencia verdadera sobre el objeto más una explicación (signo
o característica) que diferencia al objeto de todo lo demás.
23
Aristóteles le dará al logos una connotación apophántica, «como un juicio
con el que se declara categóricamente algo»
24
, el logos hace que el ser huma-
no sea racional, que tenga palabra, que a partir de ella pueda generar una

idea de logos apophántico es el que se encuentra en el Evangelio de San Juan,
pues el Logos es Aletheia, es quien nos desvela (desoculta) a Dios.
25
Para Filón de Alejandría, uno tiene la existencia gracias a la ayuda de Dios,
quien es la fuente de la libertad, del logos y la conciencia; situó el logos den-
tro de la perspectiva de la trascendencia divina. Para Filón, el logos tiene
dos caras, y lo representa con Moisés y Aarón: el logos prophoricós es el de la
comunicación y el logos endiathetós es el mundo interno de los pensamientos,
y cada uno es imposible sin el otro.
26
Hay diferencias doctrinales entre el
pensamiento de Filón y el de los estoicos con respecto al concepto logos: para
los estoicos era razón (individual y universal), naturaleza, ley natural (en su
función de mandar qué se debe hacer y evadir) y Dios; para Filón no era la
realidad última, sino lo que nosotros podemos ver y comprender de Dios,
quien está él mismo lejos de la comprensión humana. «En el estoicismo, el

δυνάμεις, los poderes de Dios quien creó el mundo y lo gobierna.»
27
Dios es la
única causa activa a través de su logos, pues Dios tiene dos poderes principa-
les; a saber, la creación y la regia. La compleja formulación del Logos en Filón

el primogénito de Dios.
28
En pocas palabras, podemos decir que la civilización a la que llega Cle-
mente es una ciudad cosmopolita, una ciudad sobrepoblada (contaba con
un millón de habitantes), pues aquí se encontraban las culturas orientales,
la egipcia, la griega, la romana (y su humanitas) y la cultura hebrea. Por esta

23
Cf. , S. “Plato on Knowledge in the Theaetetus”, The Stanford Encyclopedia of Philoso-
phy, 

24

25
Cf. 
26
Cf.  C., “Philo of Alexandria”, The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Spring, 2018, Ed-

27
 C., “Philo of Alexandria”. La palabra en griego es introducción propia. “In Stoicism, lo-
gos is God; in Philo it corresponds to his specific doctrine of the dunameis, the powers of God
who created the world and governs it”.
28
Cf.  C., “Philo of Alexandria”; 
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
62
para las rutas entre África y Asia, es por eso que rivaliza y supera a Atenas.
29

-
ciaciones dionisíacas; así como un interés en el cultivo de la ciencia: la medici-

30
Todo lo anterior

Biblioteca y el Museo.
31
Clemente en la misma obra El Pedagogo nos ofrece una visión de cómo se
encontraba la civilización alejandrina en el momento en el que él vive. En
los libros II y III nos da una visión detallada la vida diaria de un cristiano
en esta civilización, asimismo hará una especie de manual de buenos usos y
costumbres. Empieza mencionando uno de los actos más importantes de las
tardes: la cena; menciona cómo se debe comportar uno en la mesa, cómo se
debe comer y beber; cómo no se deben dejar llevar por las borracheras, que
dejen la vida desordenada, ociosa, entregada a los placeres, los excesos, etc.
También habla de cómo se debe aprovechar el tiempo para dormir, los actos
sexuales y sus consecuencias, la procreación de los hijos; sobre la risa; las
conversaciones; vivir en compañía; el uso de los perfumes y de las coronas;

privada: los zapatos, los muebles de lujo, las piedras preciosas, las alhajas
de oro. En el libro III encontraremos cómo habla de la belleza espiritual, la
coquetería masculina y femenina, el mal uso de los criados y de los animales.
Clemente se dirigía a la aristocracia cristiana que asistía a la liturgia divina,
pero que saliendo de ella se comportaban como paganos.
32
1.2. El Helenismo
Esta palabra era usada para hacer referencia a la cultura que se desarrolló
en la Hélade, especialmente con Alejandro Magno el helenismo tiene una
connotación de adopción de la cultura, los usos griegos y la forma de vivir
como griegos. Con la introducción del cristianismo en Alejandría, el concepto

culto y a la religión de los paganos. Además, el crisitianismo también adopta

29
Cf. , A., Introducción a El Pedagogo.
30
Cf. , H., “La representación del pedagogo en Clemente de Alejandría”, en Byzantion
nea hellás, núm. 37, Santiago, octubre, 2018.
31
, M., Razón y fe en Clemente de Alejandría.
32
, J., “La alta sociedad de Alejandría según el Pedagogo de Clemente”, Universidad
Complutense de Madrid, Gerión, núm. 11, 1993, pp. 185-227.
63
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
nutre de conceptos y categorías intelectuales, esto se debe a que, como ya
mencionamos, los judíos ya estaban helenizados, tanto los de Alejandría y en
gran medida los de Palestina (aunque éstos eran más localistas y conserva-
dores)
33
, y a ellos son a los primeros que evangelizan los cristianos, usaban
la forma de hablar griego (aforismos) y las formas literarias griegas: una de
esas formas era la protréptica
en el periodo helénico y tenía como objetivo lograr nuevos seguidores en su

34
es decir, bus-

de la vista cristiana de Clemente con la conversión al cristianismo, como a él
mismo le sucedió.
1.2.1. La paideia griega
En Grecia, el pedagogo era un esclavo griego que debía llevar al niño
(παιδαγωγός) con el maestro (διδάσκαλος). Mientras el pedagogo conducía
al niño, él era el que debía cuidarlo de los peligros que podrían acecharlo
en su camino, tenía que cuidarlo de los malos ejemplos y malas actitudes
o las inmoralidades que se encontraban en las calles helénicas, se tenía que
encargar que el niño aprendiera la lección, que prestara atención al maestro
y que no se durmiera en clases, de regreso a casa iba repasando las lecciones
que había aprendido y era quien llevaba la lámpara encendida por las noches
para que el niño viera por dónde tenía que caminar. La acción del pedagogo
no era la enseñanza, para ello estaba el maestro, sino que la exigencia que se
le pedía al pedagogo era velar el comportamiento del niño y exigirle modales
correctos y vivir moralmente bien; es por esta razón que la función del peda-
gogo en la educación del niño era ser el formador del carácter y de la morali-

35
La formación de la paideia la encontramos en Sócrates, Platón y Aristóte-
les. En los momentos que ellos viven, existe un desarrollo artístico y espiri-
tual que eran una expresión auténtica de los afanes espirituales; con esto se
despierta un ideal consciente de educación y cultura. La máxima expresión
del ser humano no se encontraba en las guerras, sino en la cultura, para ello
creían que debería existir un ideal que fuera nuevo que fuera más alto del
estado y de la sociedad. Los muchachos helenos leían a Homero y a Hesíodo,
pues consideraban que leyéndolos se enardecería su espíritu de virtudes he-
roicas. En el siglo IV a. C. se da la paideia con múltiples manifestaciones del
33
, M., Razón y fe en Clemente de Alejandría.
34
Cf. , W., Cristianismo primitivo y paideia griega, México: Fondo de Cultura Económica, 1952.
35
Cf. , H., Historia de la educación en la antigüedad, Madrid: Akal, 1985.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
64


y la retórica– es como llega la herencia espiritual helénica a los demás pue-
blos del mundo.
36
Las aportaciones de Sócrates a la paideia fueron: la determinación de con-
ceptos generales, el método inductivo de la investigación, la teoría de las ideas,
la teoría del retorno del saber como recuerdo del alma, la teoría de la inmorta-
lidad (por estas razones, se le considerará el padre de la metafísica occidental).
Pero, la paideia la proyecta en un plano moral y religioso, él busca curar el
alma, la salud espiritual de sus amigos, pues el alma se encuentra en peligro y
la forma de rescatarla es a través de: 1) un examen de conciencia (mayéutica)
y 2) la educación. Sócrates entiende que la misión educativa es prestar a Dios
un servicio, pues para él el alma es lo que hay divino en el hombre y hay que
curarla. La medicina y el reposo que necesita el alma para curarse es la verdad.
37
Platón continuará con las enseñanzas de su maestro, y dirá que Sócrates
ha mostrado y señalado la curación del alma y la meta a la que debe ir el
ser humano: el bien. El camino que se debe seguir para llegar a la meta es la

nos permite distinguir las cosas que se nos aparecen como verdad, para tener
pronto la salud y la salvación de nuestra alma.
38
Platón nos muestra que exis-
ten dos caminos para llegar a la felicidad: el poder y la paideia, éstas son con-
cepciones antagónicas de la dicha humana y el hombre se tiene que decidir

educación (el educador que ennoblece y perfecciona la naturaleza humana).
39
También contrapone la paideia sofística, la cual se encargaba de embutir el
alma de conocimiento, con la paideia propuesta por Sócrates, la cual mencio-
na que el alma se alimenta y se nutre del saber.
40
Platón entenderá la paideia
como expresión del perfeccionamiento del hombre en general, conforme al
destino de su propia naturaleza y que tiene un sentido esencialmente ético,
y que no tiene sólo efecto en el individuo sino también para toda la colectivi-
dad y, además, la paideia se perfeccionará en la vida después de la muerte;
por esta razón hay que ayudar a las personas que sufren de παιδευσία, esto
es, personas que son ignorantes con respecto a los bienes supremos de la
vida, pues ésta les cierra el camino hacia la verdadera salvación.
41
La paideia
36
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, México: Fondo de Cultura Económica,
1957, pp. 381-388.
37
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, pp. 389-457.
38
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, pp. 458-488.
39
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, pp. 511-548.
40
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, pp. 489-510.
41
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, pp. 511-548.
65
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
es el puente que une al alma humana y a Dios, es lo que ayuda a perfeccionar
al hombre, y este proceso de perfección es laborioso.
42
Platón elimina de la educación helénica a Homero y a Hesíodo pues con-
sideraba que la poesía no era paideia, no puede dictaminar conductas mo-
rales,
43
y por lo tanto no era expresión de la verdad; por el otro lado, los
estoicos recuperaron a Homero y Hesíodo diciendo que la poesía era la base
de la expresión de la verdad. Esta recuperación por parte de los estoicos será

recuperar la sabiduría del Antiguo Testamento para los judíos, pues creía


que el Antiguo Testamento les corresponde a los cristianos, pues todos ellos
hablan y apuntan al Mesías, que es Cristo.
Los alejandrinos de esos momentos se percataron que la tradición helénica
y el cristianismo tenían mucho en común y el punto donde se ofrecía un de-
nominador común de éstos era la paideia.
44
Así como Platón hizo una escisión
entre de la paideia sofística y la paideia socrática, Clemente dirá que la pai-


que la continuación de la paideia griega (propaideia) –la cual ya estaba en
decadencia– es el cristianismo, es la verdadera paideia, pues es una paideia
divina, es decir, proviene de Dios (gnosticismo cristiano). Clemente creció

tiempo, sino también conocía y dominaba la paideia helenista tradicional.
45
Para la elaboración del Pedagogo, Clemente retomará algunas ideas impor-
tantes del libro de las Leyes de Platón. De lo expuesto anteriormente sobre
Platón, hay que decir que en el libro de las Leyes muestra con contundencia
que la paideia es la última palabra y la primera; aquí es dónde encontramos
mayores argumentos y disquisiciones sobre el problema de la educación (en
comparación con su libro de la República), especialmente en los libros I y II;
46
también que la legislación es obra de la sabiduría superior, es decir, de una
divinidad individual y que el legislador es el prototipo de educador. Una ale-
goría que encontramos en el escrito y que se debe rescatar es el siguiente: los
dos interlocutores que representan el espíritu de las leyes son un espartano y
un cretense, y el tercer interlocutor, es un extranjero ateniense quien es un es-
42
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, pp. 389-457.
43
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, pp. 589-676.
44
Cf. , W., Cristianismo primitivo y paideia griega, pp. 92-93.
45
Cf. , W., Cristianismo primitivo y paideia griega.
46
Cf. , Diálogos VIII. Leyes (Libros I-VI), Madrid: Gredos, 1999.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
66
partano atenizado o un ateniense amigo de los espartanos y se muestra como
superior; los dos interlocutores anteriores lo aceptan de buena gana: es la ten-
dencia «a fundir en una unidad superior lo dórico y lo ateniense. Algo com-
parable a los intentos de los humanistas que, siglos más tarde, pretendieron
aunar el espíritu de Grecia y de Roma en una armonía de contrarios.»
47
Otra
idea clave, es que Platón al tratar el tema de las virtudes, mencionará que
cuando el hombre se preocupa por los bienes divinos, el hombre también se
preocupa de por sí (de forma simultánea) por los bienes humanos: la salud,
la fuerza, la belleza y la riqueza; pero si sólo atiende a los bienes humanos,
pierde tanto los bienes divinos como los humanos.
48
Por último, para Platón
el Logos es el Legislador y el Pedagogo por excelencia, pues Dios es el peda-
gogo de todo el universo;
49
también es padre del universo, providente y rey.
50

En la ciudad alejandrina del siglo II d. C. se encontraban diversas pos-

cínicos, los escépticos y los neopitagóricos y neoplatónicos.
51
A pesar de la


ni nuevos aportes en ningún ámbito, sólo vivían de sus antiguas glorias, y
se encuentra en una franca decadencia.
52
Es por eso que, cuando Clemente

tercer testamento)
53
y también tendrá su parte apologética diciendo que la
47
, W., Paideia: los ideales de la cultura griega, p. 1021.
48
Cf. , W., Paideia: los ideales de la cultura griega, p. 1021.
49
, Leyes, I, 645 a-c; θεὸς παιδαγωγεῖ τὸν κόσμον Cf. , Leyes, X, 897b. También
esta idea del legislador que tiene su vínculo con la educación la encontramos en Aristóte-
les, y tiene la función de formar hombres buenos. Cf. , H., “La representación del
pedagogo...”.
50
Cf. , O., “La teología de las Leyes X de Platón”, en Revista de Filosofía, vol., 16, núm.
1-2, pp. 69-93.
51
Cf. , A., Introducción a El Pedagogo, Madrid: Gredos, 1998, p. 9.
52
“Pero el espíritu de fría investigación y de análisis crítico de las facultades cognoscitivas de

hacer el mayor ataque a ese tipo de conocimiento de salvación como principio, y el resultado
-

abstención de toda declaración positiva acerca de lo verdadero y lo falso, no sólo respecto a
la especulación metafísica sino también respecto a las ciencias físicas y matemáticas.
En cierto sentido, la inteligencia griega nunca se recuperó de este golpe, y no produjo ya
skepsis”. , W., Cristia-
nismo primitivo y paideia griega, p. 64; Cf. , M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”.
53
, A., “La philosophie, trosième testament? La pensée grecque et la foi selon Clément
d’Alexandrie”, en Lumen vitae, núm. 161, pp. 15-23.
67
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría


En las obras de Clemente encontramos marcadamente un platonismo que
era reinterpretado desde unos sentimientos religiosos, esto debido a que la
civilización alejandrina tenía un interés en la religión mistérica la cual le daba
una relación más personal con la divinidad, totalmente distinto con la reli-
gión de los dioses olímpicos.
54
Aunque algunos dicen que Clemente muestra,
en el Protréptico
en Alejandría, excepto con el platonismo,
55
lo cierto es que también tiene ele-
mentos estoicos y aristotélicos; o que encontramos un platonismo en su meta-
física y en su teología y en su ética un estoicismo.
56
Un elemento a considerar
es que los cristianos de esa época tenían y mostraban una hostilidad hacia la

producía herejías dentro del cristianismo.
57
Por esta razón, Clemente conce-

los griegos no pudieron llegar por sí mismos a esos conocimientos y que la
Divina Providencia los condujo a esos conocimientos,
58


están hinchados por el orgullo de la razón y de la presunción.
59
Clemente se
-
54

Ammonius Saccas fue contemporáneo de Clemente; algunos dicen que sólo se conocían
de nombre o que se sentaban juntos en la catequesis de Panteno. Cf. , M., “Résur-
gences platoniciennes dans la pensée théologique de Fénelon: le gnostique de Saint Clément
d’Alexandrie”, en Revue philosophique de la France et de l’étranger, núm. 2 (Tome 128), 2003,
pp. 211-232. Para Lilla, S., Clemente vivía en un platonismo medio y que existen algunas
ideas que son características del neoplatonismo, Cf. , S., Clement of Alexandria. A Study in
Christian Platonism and Gnosticism, Oregon: Wipf & Stock, 2005. Para Jaeger, existía un plato-
nismo medio en el siglo II d. C y llega a un punto máximo (neoplatonismo) durante el siglo
III d. C. con la generación de Orígenes, Cf. , W., Cristianismo primitivo y paideia griega;
, M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”; , J., “The Twofold way (I). Pla-
Vigiliae christianae, año 1957, vol.
11, núm. 1, pp. 226-245; 
Clement of Alexandria”, en Vigiliae christianae, año 1960, vol. 14, núm. 1, pp. 129-153.
55
Cf. , R., “The Hellenism of Clement of Alexandria. The Classical Quarterly”, vol. 25,
núms. 3-4, Jul-Oct 1931, 195-204; 
The Journal of Religion, vol. 20, núm. 3, julio, 1940, pp. 217-240.
56
Cf. , S., Clement of Alexandria... En esos momentos, los platónicos y los estoicos mostra-
ban una metafísica más postiviva, Cf. , W., Cristianismo primitivo y paideia griega.
57
Cf. , S., Clement of Alexandria...; , W., Cristianismo primitivo y paideia griega; -
, H., Historia de la educación en la antigüedad.
58
Cf. , W., Cristianismo primitivo y paideia griega; , A., Introducción a El Peda-
gogo. El epicureísmo además de proponer la ataraxia, también propusieron la aponía, la cual
consideraban como equilibrio del cuerpo que pretendía una felicidad en un sentido negativo.
Esta palabra será utilizada para hablar de la providencia divina. Cf. , M., “Razón y fe
en Clemente de Alejandría”.
59
Pedagogo , M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
68
nariamente vasta; un cristiano culto que es iluminado por las verdades de fe
-
mento; logra una síntesis, bastante compleja, del pensamiento griego y cris-
tiano; un hombre con un espíritu bastante optimista pues es un enamorado
de la vida y del mundo, de todo lo bueno y bello que se encuentra en ellos.
60

griega tuviera un renacimiento de conceptos, y así con el contacto creador del
-
dad de catolicidad y de que es la verdad. Clemente se convierte en el funda-

-
fía en una teología, pero esta teología no surgía de las investigaciones hechas
por los seres humanos, sino que parte desde la misma revelación divina.
61
La

metafísica, tiene una preferencia en el pensamiento de Platón y la interpreta-
ción alegórica de las Sagradas Escrituras.
62
1.3. El gnosticismo
El gnosticismo que se encuentra en Alejandría del s. II d. C tiene sus ini-
       
religiosa o podríamos decir una religión alternativa que despreciaba el mun-
do, y usaba como técnicas para alcanzar la gnosis el platonismo y el estoicis-

63
Existe un sincretismo con esta
postura y el cristianismo en el siglo II d. C., especialmente en Alejandría. En
palabras de Gilson, encontramos que el gnosticismo es un «intento de ciertas
  
64
Una de las consecuencias que trae consigo el gnosticismo es que Dios es el
autor del mal y la existencia de cierto determinismo.
Gracias a la obra de san Ireneo de Lyon Adversus Hæreses sabemos cómo

sólo símbolos para poder enseñar a las personas sencillas que no pueden
comprender cosas complejas; por el otro lado, se encuentran los “gnósticos”,
60
, M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”, p. 57.
61
Cf. , W., Cristianismo primitivo y paideia griega; 
en Clemente alejandrino”, en , A.; , F. F.; , G. (eds.), La losoa come
Paideia, Roma, 2016, pp. 35-50.
62
, J., Patrología didáctica, Navarra: Verbo Divino, 2018, p. 70.
63
Cf. , M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”.
64
, E., La losofía en la Edad Media, Madrid: Gredos, p. 35.
69
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
los iniciados en la sabiduría, los intelectuales que comprenden esos símbolos
formando así una élite cristiana.
65
Este gnosticismo parte de ideas platónicas,
especialmente del dios artesano conocido como demiurgo, éste tiene a su car-
go otros dioses que trabajan para él y éstos son conocidos como eones. Debi-
do a que es una corriente intelectualista, la gnosis se fragmentará y enseñará
cosas diversas, por ejemplo, uno de esos eones es la Sabiduría y gracias a ella
somos elevados y alejados del mal en el mundo, a saber, la materia. Buscan
los medios para poder encontrar la unión del alma con Dios, esto es, una ex-

Algunos de los gnósticos que enseñaron en Alejandría en los años ante-
riores en los que vivió Clemente fueron Basílides (130 d. C.), Valentín (135
d. C.), y Carpócrates, quien nació en Alejandría y también enseñó el gnos-
ticismo (130-160 d. C.); hay otro gnóstico del siglo II que también tiene re-
levancia, pero vivió en Roma: Marción.
66
De estos, hay que tomar en cuenta
que Clemente combatió las herejías de Carpócrates y sus seguidores (carpo-
cratianos), de hecho, ellos mencionan la existencia del Evangelio secreto de
Marcos. En una carta a Teodoro (Carta Mar Saba), Clemente menciona que
hay muchas tergiversasiones por parte de los carpocratianos en el Evangelio

67
Así pues, ante el gnosticismo que existía en Alejandría, Clemente tomó la
tarea de reforzar la formación de los catecúmenos y cristianos con una alta
metafísica
68

69
que ya no se mos-
traban a los ojos de los paganos como una religión de iletrados, esclavos, ar-
tesanos o como plebe;
70
buscaba el diálogo con creyentes y no creyentes, con
herejes y ortodoxos, con personas de la alta y de la baja sociedad. Además, no
se puede negar que Clemente hizo un gran aporte en delimitar la línea entre
la herejía y la ortodoxia en el tema de la gnosis.
71
65
Cf.  XVI, San Ireneo de Lyon, Vaticano: Editrice Vaticana, 2017.
66
Cf. , E., La losofía en la Edad Media; , J., Patrología didáctica.
67
Cf. , M., “Clement of Alexandria and Secret Mark: The Score at the End of the First
Decade”, en The Harvard Theological Review, vol. 75, núm. 4, oct., 1982, pp. 449-461.
68
Cf. , J., Patrología didáctica.
69
, L. “Clement of Alexandria and the Logos”, Faculty and Sta – Articles & Papers, núm.
73, 2020, p. 5.
70
, M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”.
71
Cf. , S., Clement of Alexandria..., p. 7.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
70
2. El pedagogo
72
El libro de El Pedagogo fue escrito entre el 190 y 203 d. C. y es la secuencia
de El Protréptico y está unido a los Sromata y los Hypotiposes (aunque de este
escrito nos queda muy pocos fragmentos que fueron conservados por Euse-
bio de Cesarea).
73
Después de haber convencido a los paganos de convertirse

enseñarles los deberes de la vida cristiana, pero antes de ello, será necesa-
rio curarlos. En los Stromata, Clemente menciona que el libro de El Pedagogo
está dividido en tres libros,
74
pero se encuentra diferenciada en dos partes:
la primera corresponde al libro primero y la segunda a los libros dos y tres.
Debemos tener en cuenta que para Clemente el Logos-Pedagogo instruye al
cristiano en lo práctico y no en lo especulativo, pero el libro I trata más temas
especulativos o sobre los principios, que los libros II y III que versan sobre la
moral, tanto teórica como práctica, sobre los deberes del cristiano y el camino
a la salvación; no se puede separar el libro I de los otros dos, sino que el libro
I es una guía que ilumina los otros dos libros.
75
El libro primero se divide en 13 capítulos: 1) lo que promete el Pedagogo;
2) por nuestros pecados, necesitamos que el Pedagogo nos dirija; 3) el Peda-
gogo ama al hombre; 4) El Logos es igualmente Pedagogo de los varones y de
las mujeres; 5) todos los que conocen la verdad son niños a los ojos de Dios;
6) contra quienes opinan que con los nombres de “niños” y “párvulos” se

7) quién es el Pedagogo y cuál es su pedagogía; 8) contra quienes consideran
que el Justo no es Bueno; 9) es propio de la misma facultad el premiar que el
castigar justamente. ¿Cuál es, pues, el estilo de la pedagogía del Logos?; 10)
el mismo Dios, por medio de su Logos, aparta de los pecados a los hombres
amenazándolos; y los salva, exhortándolos; 11) El Logos nos ha educado por
medio de la Ley y de los profetas; 12) el Pedagogo, con una índole análoga a
la de un padre, usa de la severidad y de la benignidad; y, 13) la acción virtuo-
sa es la que se realiza según la recta razón; el pecado, en cambio, es un acto
contrario a la razón.
En la división del libro II ya encontramos las enseñanzas prácticas mora-
les, especialmente en la sociedad: 1) cómo comportarse en lo relativo a los
alimentos; 2) cómo usar de la bebida, 3) no hay que afanarse por el lujo de
72
Para los textos que se citarán de Clemente de Alejandría, sigo la edición bilingüe 
, M., Clemente de Alejandría, Madrid: Ciudad Nueva, El Pedagogo, 2009, 2
a
ed.
73
, M., Introducción a El Pedagogo.
74
Stromata, VI, 1, 3.
75
Cf. , M., Introducción a El Pedagogo.
71
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
los enseres; 4) cómo debemos comportarnos en los banquetes; 5) sobre la risa;
6) sobre el lenguaje soez; 7) de qué cosas deben guardarse quienes desean
convivir honestamente; 8) si es conveniente usar perfumes y coronas; 9) cómo
usar del sueño; 10) algunas consideraciones sobre la procreación; 11) sobre el
calzado; y, 12) no conviene dejarse deslumbrar por las piedras preciosas, ni
por los adornos de oro.
Y en el libro III, se nota un poco más la enseñanza moral teórica que prác-
tica: 1) sobre la verdadera belleza; 2) no es necesario embellecerse; 3) contra
los hombres que se embellecen; 4) con quiénes debemos pasar el tiempo; 5)
cómo comportarse en los baños; 6) sólo el cristiano es rico; 7) la frugalidad es
un hermoso bagaje para el cristiano; 8) las imágenes y los ejemplos son parte
muy importante de la recta enseñanza; 9) por qué motivos se debe tomar el
baño; 10) también los ejercicios gimnásticos deben permitirse a los que viven
conforme al Logos; 11) breve descripción de la vida mejor; y, 12) breve expo-
sición, semejante a la anterior, acerca de la vida mejor.
El libro I empieza apelando a la verdad, el Logos mismo ha creado dentro
del ser humano un fundamento para que habite la verdad, el cual es el tem-
plo de Dios, y en este templo donde habita Dios se encuentra un fuerte y fer-
viente deseo de vida eterna (I, 1, 1).
76
En el hombre, que es imagen de Dios, se
encuentran tres cosas; a saber, costumbres, acciones y pasiones. El Logos, que
es único, tiene 3 funciones con base en los tres elementos mencionados; con
respecto a las costumbres el Logos es Protréptico, nos exhorta a convertirnos,
a dejar nuestras viejas y malas costumbres; el Logos-Protréptico es el sustrato
de nuestra fe, porque es el guía de la religión, siendo sustrato tendremos que
acrecentar nuestra fe relacionándonos cada vez más con el Logos, pues nos
rejuvenece en vistas de nuestra salvación (I, 1, 1).
Con esta primera parte del Pedagogo, podemos darnos cuenta que
Clemente tiene en cuenta que la paideia cristiana es el acabamiento y el
perfeccionamiento de la paideia griega, pues la relación personal con Dios

encuentra plenamente en el cristianismo, pues Dios habita en el ser humano




conduce a esta salvación que se da por la fe en Dios; así nos rejuvenecido
76


Parece el germen de lo que dirá san Agustín en De vera religione “noli foras ire, rede in te ip-
sum. In interiore homine habitat veritas”.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
72
paideia antigua, y el culmen de esta paideia divina se encuentra
en que el Logos-Pedagogo nos educa para la santidad,
77
nos prepara para
estar realmente en contacto y en presencia de Dios, estar cara a cara.
Todavía hay que mencionar dos cosas en esta primera parte del primer ca-
pítulo: 1) aquí le da el nombre de Pedagogo al Logos, porque después de ser
Protréptico, busca sanar nuestras heridas y pasiones y nos quiere conducir
hacia el perfeccionamiento; pero este Pedagogo, 2) es un educador práctico y

través de una vida virtuosa; así, queda excluida de la función de este Pedago-

vida de erudición, el mismo Logos tiene otra función que es el de ser maestro
-
trinales (I, 2, 1). El Pedagogo nos dicta los preceptos que debemos vivir, los
deberes que debemos cumplir, y éstos deben conservarse intactos; para ello
el Pedagogo nos instruye de dos maneras, a través del consejo y del consuelo:
-
cia; el otro, que procede con ejemplos, también es doble, de modo semejante
a la primera pareja: el primero consiste en que lo imitemos eligiendo el bien;
el segundo, en que evitemos la parte mala del ejemplo rechazándola.» (I, 2, 2).
El método que usa el Pedagogo tiene un efecto: la curación de nuestras pasio-
nes y la medicina es el perfecto conocimiento de la verdad; el Pedagogo es el
médico de nuestras almas. ¿Por qué está empeñado el Logos-Pedagogo en
curarnos? Porque es amigo cabal de los hombres, siendo amigo se preocu-
pa por la curación de nuestra alma (en la paideia propuesta por Sócrates, es
Sócrates mismo quien se preocupa por la salvación del alma de sus amigos,
en la paideia cristiana es Dios mismo quien se preocupa por esto y nos sal-
va) y también se preocupa por la salud de nuestro cuerpo, como se puede
ver en la curación de enfermos. Para la curación de nuestra alma, realiza


Clemente nos está diciendo que el hombre no nace virtuoso, sino que gra-
cias a la paideia divina uno se hace virtuoso. La paideia cristiana comprende,
mejora, completa y perfecciona el spoudaios aristotélico: ya no es sólo un hom-
bre diligente, virtuoso, sabio, maduro, alguien con quien se puede contar
porque siempre está dispuesto, su palabra y compromiso siempre valen, es
alguien que siempre actua; sino que además de estos elementos, es un hom-

77
Cf. , J., “Pedagogía divina y cooperación humana. La dinámica de la Paideia cristia-
na en los Stromata de Clemente de Alejandría”, en Educación XXI, vol. 16 núm. 2, 2013, pp. 23-
 , M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”.
73
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría

cada ser humano, pues el hombre tiene la naturaleza corrompida por el peca-
do original: nos educa porque hemos incurrido en la desobediencia (I, 5, 3);
por esta razón y porque seguimos pecando necesitamos del Logos-Pedagogo.
¿Quién es este Pedagogo? Es el Hijo de Dios en esquema humano, es el
Logos-Dios, Cristo. Para Clemente, el Logos 1) es la mente de Dios, y ésta es
idéntica a Dios, es la unidad
78
que comprehende todo en sí mismo (I, 4, 1); 2)
es una hipóstasis separada, sale del pensamiento divino, es la totalidad de las
ideas o poderes de Dios y es el principio por el cual todas las cosas fueron crea-
das, arquetipo del hombre, es la Sabiduría de Dios (I, 6, 1; I, 24, 3; I, 97, 2) y, 3) la
representación de la ley inmanente del cosmos.
79
Siendo Dios, no se encuentra
mancha alguna en su esquema humano, es la imagen sin defecto;
80
ya que así
es nuestro Pedagogo, Clemente nos insta en asemejarnos (ἐξομοιοῦν) a Él (I,
4, 2). Ésta es la meta de la paideia divina, la semejanza con Cristo; la educación
(paideia) consiste en la santidad y esta se da en la semejanza en el Hijo de Dios
en su aspecto –esquema– humano (I, 4, 2; I, 99, 1), pues nos ha mostrado la
vida auténtica que se debe vivir, la vida saludable, y así nos convierte de hom-
bres terrenales en hombres santos y celestiales, para cumplir así plenamente
la palabra de Dios Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza

81

que acompañaba al niño a la enseñanza del maestro. Cuando el Logos de
Dios se hace carne, baja del cielo como rocío (I, 41, 3), toma la condición
de esclavo (Fil. 2, 6-11) y así se hace nuestro Pedagogo para llevarnos a Dios,
nos muestra el camino que debemos seguir, nos alumbra en esta vida para

los males que acechan nuestro camino hacia Dios. Él es el pedagogo divino
(perfecto) pues conociendo y experimentando la muerte, sabía que nuestro
destino no estaba ahí, sino en Dios, y Él era el único que nos podía llevar hacia
Él; se hizo esclavo para configurarnos en Él, para divinizarnos. Para Jaeger,
Cristo no es como el pedagogo esclavo, sino que tiene la forma que Platón le
ha dado en las Leyes, Dios es la medida de todas las cosas y es el pedagogo
78
Es un Dios, pero es Padre, Hijo y Espíritu Santo; ellos son consubstanciales, en una analogía
con la carne y la sangre, menciona que “El Señor, es una mezcla de ambos [de la carne y de
, M.,
“Razón y fe en Clemente de Alejandría”, I, 43, 2.
79
Cf. , S., Clement of Alexandria...
80
Esta idea es la primera aproximación de Clemente al tema de la creación del ser humano a
“imagen y semejanza” de Dios. Cf. El Pedagogo I, 4, 2 nota al pie de página 8.
81
Todos los demás hombres que enseñan, lo hacen en cuanto iluminados por el Logos, y son
buenos porque actúan como cooperadores de la Gracia.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
74
del cosmos.
82

-
praban en la Hélade, los pedagogos negligentes, o los pedagogos de Persia;
Cristo al hacerse esclavo descendió a la oscuridad que invadía al mundo para
iluminarnos con su luz y llevarnos a la luz que no tiene ocaso, somos hijos de
la luz (Jn, 1, 4-5, 9).
La misión de este Pedagogo es cuádruple: crearnos (modeló al hombre con
el polvo de la tierra), regenerarnos (con el agua), perfeccionarnos (por el Espí-

la salvación) (I, 98, 2). Para alcanzar esta vida saludable, debemos imprimir en
nosotros la imagen de Cristo (vivir en la incorruptibilidad – Cristo quiere estar
pegado a nosotros como túnica de nuestra piel) (I, 84, 3; I, 98, 1) y esforzarnos
en pecar lo menos posible, pues el pecado es algo “contra la razón”, contra el

83
(I, 101,

alejarnos de las pasiones antinaturales (I, 6, 1) (oscurecen a la razón y se vive en
la densa espesura del mal) (I, 5, 1) y, segundo, en tratar de no recaer en esos ma-
los hábitos (I, 4, 2). El no caer en las pasiones y en las debilidades se da de tres
formas: 1) de ninguna manera, lo cual solo le corresponde a Dios; 2) no cometer
deliberadamente ninguna clase de pecado, lo cual es de sabios y, 3) no caer en
muchas faltas involuntarias, lo cual es de quienes han recibido una esmerada
educación. Ante los dos últimos, Clemente exhorta a esforzarse por estar el
menor tiempo posible en el pecado, y hay que recomenzar la lucha constante-
mente porque esto es provechoso para los que han sido llamados a la salvación
    

El Logos-Pedagogo es también pastor (I, 11, 2; I, 53, 2; I, 84, 1) pues guía
a los niños a la salvación con solícito amor; el cristianismo es paideia divina
porque «es aprendizaje del servicio de Dios y conducción al conocimiento de
la verdad y educación recta que conduce al cielo» (I, 53, 3). Hay que recordar
que, en los primeros tiempos del cristianismo, en los que vive Clemente, ante


las artes más esenciales: «el arte de ser hombre de manera recta, el arte de
vivir y de morir».
84
Los cristianos se dieron cuenta que los que se autodeno-
82
Cf. , W., Cristianismo primitivo y paideia griega, p. 89.
83
En este XIII Capítulo del libro I, Clemente usa la palabra logos “para referirse, casi siempre,
-

implícito en esa misma moral”. , M., El pedagogo, XIII, n. 2.
84
XIV, Spe salvi, Vaticano: Editrice Vaticana, 2007, n. 6.
75
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría

no la enseñanza de lo más esencial de la vida humana. Cristo es el verdadero

85
y nos muestra el camino hacia la ver-
dad; nos indica el camino (la vida saludable) que va más allá de la muerte,
nos conduce al cielo; Cristo se fatiga con nosotros, y da su vida para el rescate
de muchos, para darnos la incorruptibilidad (I, 85, 1). Él es el verdadero pas-
tor pues conoce el camino que pasa por el valle de la muerte
86
Aquel que incluso por el camino de la última soledad, en el que nadie me
puede acompañar, va conmigo guiándome para atravesarlo: Él mismo ha
recorrido este camino, ha bajado al reino de la muerte, la ha vencido, y
ha vuelto para acompañarnos ahora y darnos la certeza de que, con Él, se
encuentra siempre un paso abierto.
87
Ante las propuestas gnósticas de que Dios es el autor del mal y que Dios
realmente no es creador, que el cosmos procede de una materia eterna, Cle-
mente pone en el centro de la dilección de Dios al ser humano: el ser humano
es la más bella de sus criaturas y un ser vivo capaz de amar a Dios (I, 63, 1). Si
Dios hubiera creado al ser humano por otra razón que no sea que éste es ama-
ble por sí mismo a Dios, entonces nada en el cosmos tendría sentido. Es el ser

3)
88
, donde Dios se desborda de amor y por él crea todas las cosas que se en-
cuentran en el cosmos, sin el ser humano nada hubiera creado, pues es el mo-
tivo de la creación. Siendo dignos del amor de Dios y amados por Él, nosotros
debemos corresponder con este amor, por lo tanto, debemos apartarnos de
nuestras malas costumbres e imitarlo del mejor modo que nosotros podamos,
así, de esta forma, nosotros podemos hacer las obras que el Pedagogo hace.
Hay dos ejemplos excelentes para demostrar que Dios es bueno y ama al ser
humano 1) el Logos ha «condescendido en compartir las afecciones huma-
nas» (I, 74, 4), se ha hecho carne, y con esto nos enseña contundentemente
que la virtud es tanto teórica como práctica; 2) ha padecido por nosotros,
ha dado su vida por nosotros, se ha hecho víctima única por nosotros (I, 97,
3). Nosotros que tenemos en común la vida y naturaleza humana, también
tenemos en común la gracia (la cual reclama la participación del hombre), la
salvación, la virtud (el amor fraterno) y la educación (el estilo de vida).
89
85
“El bastón del pedagogo, de jefe, que es el símbolo del que ejerce el mando; a los que no cura
el Logos exhortador, los curará con la amenaza; y a quienes la amenza no cura, los curará la
vara; y si la vara tampoco lo consigue, el fuego los devorará”. El Pedagogo I, 61, 1.
86
“Haber sido corregido por el Señor y haberlo tenido como pedagogo, equivale a ser librado
de la muerte”. El Pedagogo I, 61, 2.
87
 XIV, Spe salvi.
88
Lo que se encuentra dentro del ser humano es el soplo divino, es el Espíritu que Dios nos ha dado.
89

El Pedagogo I, 10, 2.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
76
Un último punto que combate Clemente contra los gnósticos es el uso de
la palabra niños contra los cristianos que no alcanzaban la gnosis o que no

potencial de salvación y que depende de cada uno si queremos acrecentarla o
no, si queremos acrecentar nuestra relación con Dios o no. Clemente propone
tres estadios en los que se puede encontrar un cristiano: costumbres, acciones
y gnosis; aunque hay algunos que no llegan a este último, ésta no es necesaria
para la salvación de todos sino de algunos; es decir, los del segundo estadio
se salvan cultivando y acrecentando su fe según sus circunstancias; pero los
que llegan al tercer estadio, los que podríamos decir que son los gnósticos
verdaderos, tienen dones naturales para llegar y están obligados a investigar,
razonar, conocer y crecer en conocimiento (I, 1-3). Para defender el uso de la
-

(I, 16, 1), el Logos-Pedagogo quiere por amor que vivamos en la paideia. En un
primer momento, Clemente dirá que los niños son los seres humanos que ya

90
, para
ello recurre al pasaje bíblico donde Jesús menciona que, si no nos comporta-
mos como los niños, entonces no tendremos parte en el Reino de los Cielos (I,
12, 3). Clemente ve que la palabra niños no se debe tomar en su forma literal,
sino que es una alegoría, pues Cristo quiere estimular a los discípulos a que
presten atención y quiere despertar en ellos un deseo más intenso de «reco-
ger con avidez los abundantes frutos de la verdad mientras que el Logos no
haya subido al cielo» (I, 13, 2). En un segundo momento, dirá que los niños
son como los corderos: humildes, sencillos; Dios ama la sencillez de espíritu,

conocen el pecado, no tienen doblez, temen al pecado (I, 14, 3), no han sido
domados por el mal, y corren velozmente hacia la verdad, son ágiles para la
salvación (I, 15, 1). También observa que la palabra niños es una forma mís-
tica, y habla de la simplicidad del alma, de la naturaleza del alma humana

niños no cesamos de aprender (I, 17, 3).
91
Por último, mencionará que Cristo
también es un niño, pues es el Hijo de Dios y se encuentra en el regazo del
Padre (I, 24, 3), le ha escuchado desde la eternidad y le conoce.
¿Cómo el hombre se puede volver a hacer niño? ¿Cómo puede abandonar
completamente el dominio del mal? Cristo nos ha enseñado, nos ha puesto
el ejemplo a través de su bautismo (con el Logos) (I, 29, 4) que nos podemos
regenerar, podemos ser reengendrados, podemos librarnos de las ataduras

90
Ibid. I, 32, 1.
91
Algo totalmente contrario al pensamiento gnóstico.
77
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría

(divinas) las captamos y conocemos por iluminación (I, 27, 3; I, 28, 1; I, 29,
3-4). Para Clemente, el bautismo es algo totalmente dinámico, es un acto si-
multáneo,
92
pues nos abre las puertas de la salvación (inmortalidad), y ésta se
prolonga en la tierra con la conversión del hombre (somos hijos de Dios por
adopción) bajo el impulso y la guía del Espíritu (somos perfeccionados) (I,
26, 1). Es importante el bautismo, porque Dios nos da la gracia y la fe (el lazo
que nos une a Dios). Además, Clemente se muestra bastante optimista, pues
menciona que para alcanzar la salvación, los cristianos tienen la propaidea (las

usar para la salvación,
93
así como los mandamientos y las leyes humanas (I,
30, 2).
94
En contraposición de los gnósticos de su tiempo, mencionará que la
santidad no depende de los conocimientos adquiridos, no sirve la posesión
de la cultura, o del simple esfuerzo personal, es decir, la perfección que pro-
mulgaban los gnósticos no depende del conocimiento, sino de la eliminación
del pecado (I, 52, 2); uno no se hace cristiano por poseer una vasta cultura o
por tener mayor conocimiento. La pedagogía del Logos es para todos, pues
todos somos niños, todos estamos llamados a ser discípulos (I, 17, 3) y Dios

una muy buena formación en las cosas buenas de la propaideia, puede pro-
gresar con mayor seguridad y velocidad a la santidad, pues nuestro deber
es asemejarnos a Cristo tanto en su divinidad como en su humanidad.
95
La
perfección de la que hablan las Sagradas Escrituras no va en el sentido de
los gnósticos, sino que en cuanto somos bautizados llegamos al perfecciona-
miento de la gracia.
El bautismo es tanto actualización de la salvación, como puerta de acceso al
-
ción y formación espiritual: Dios quiso crear el universo, Dios quiere salvar al
hombre y a estos se les llama Iglesia (I, 27, 2). Clemente cree en la sinergia entre
Dios y el hombre: el hombre es un cooperador con la gracia para alcanzar su
santidad;
96
no alcanzamos la salvación solos, sino acompañados, cooperando

97
pues so-
92
“Y así como la gnosis que ilumina la inteligencia se produce simultáneamente con la iluminación,
así también, en el acto, sin antes haber aprendido nada, oímos llamarnos discípulos; la enseñanza
se nos da anteriormente, pero no se podría precisar en qué momento”. El Pedagogo, I, 30, 1.
93
Cf. , M., “Razón y fe en Clemente de Alejandría”.
94
Cf. , J., “Pedagogía divina y cooperación humana...”.
95
Cf. , J., “Pedagogía divina y cooperación humana...”.
96
Cf.  “The Twofold way (I)...”.
97
Los padres también ayudan en la educación, aunque esta es transitoria (I, 54, 3). El Logos-Pe-
dagogo es maestro de pedagogía, es maestro de maestros (I, 58, 1).
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
78
mos Iglesia y Cristo es su Cabeza (I, 18, 4); así como lo semejante es amigo de lo
semejante, lo santo es amigo de la divinidad, y por eso se le llama luz (I, 28, 2).
Ahora bien, para nutrir y fortalecer en esta salvación a los que ya están
bautizados, los niños pueden comer del cuerpo y de la sangre de Cristo. Una
analogía que menciona Clemente sobre el cuerpo y la sangre, es el alimento
nutricio que tienen los niños: la leche; la sangre de Cristo es como leche (otro
nombre que podemos darle a la sangre de Cristo es el de leche, así como lo es
con el vino), porque se nos da la gracia y se nos da la vida (es nutritivo) (I, 40,
2). Cuando Dios se hizo hombre, cuando el Padre envío el rocío de su Logos,
Él mismo se convirtió en alimento espiritual de los sencillos (I, 41, 3), y ya
que nuestra regeneración es espiritual, nosotros tenemos necesidad de este
alimento espiritual (I, 49, 3). La Iglesia, que es madre, alimenta al pueblo joven
(niños) con el Logos de Dios (I, 42, 2), Quien se nos da como carne irrigada
de sangre (I, 47, 1). Al comerlo, lo hacemos nuestro y lo metemos en nosotros
para destruir las pasiones de la carne (I, 43, 1); así de esta forma, Dios nos aco-
ge en su seno para aliviar nuestros dolores, recibimos también la esperanza de

Con todo lo dicho hasta ahorita, podemos ver cómo Clemente ha dado va-
rios pasos más, ha rejuvenecido el pensamiento de la Antigüedad y el de su
tiempo; ha dado pasos, que resultarían escandalosos para ellos. Pero está por
dar un paso más decisivo, la primera formulación en toda la cristiandad sobre

común no es un concepto abstracto, inalcanzable, sino que es una Persona que
está al alcance de todos y, que además, nos lo podemos comer para mejorar al
ser humano y a la sociedad. Primero, debemos recordar lo que Clemente ha di-
cho hasta ahorita sobre la esencia de Cristo cuando nos preguntábamos quién
es el Pedagogo; ahora, debemos decir que en el Libro I, capítulo 8, nos mostra-
rá que el Logos está más alla del Uno y está por encima de la unidad misma;
así Dios es más incognoscible que como nos lo mostraban Platón, Aristóteles,
Filón, Hermes Trimesgisto y adelantándose a Plotino;
98
pero como ya hemos
notado, nosotros podemos conocerlo y alcanzarlo gracias al Logos-Pedagogo
(I, 53, 3; I, 74, 1; I, 88, 2), pues es una hipóstasis separada, es consubstancial al
Padre, no se separa de Él, gracias a Él se ha creado el universo, es providente e
ilumina todas las inteligencias (I, 62, 1-4; I, 71, 1-3; I, 73, 1-3).
99
En este mismo capítulo, Clemente combate a los marcionitas pues creen
que Dios no es bueno porque castiga con el báculo, y menciona que ellos han
interpretado mal las Sagradas Escrituras, donde se dice que «El que teme al
98
, E., La losofía en la Edad Media....
99
En palabras de Santo Tomás “bonum autem summum, quod est Deus, est bonum commune,
cum ex eo universorum bonum dependeat” S. C. lib. 3 cap. 17 n. 6.
79
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría

la más grande prueba de que Dios es bueno es la máxima expresión de amor
que Dios ha tenido con nosotros: se ha hecho hombre por nosotros; y por
haber experimentado en su carne lo mismo que cualquier ser humano sufre,

no las quisiera no existirían, por lo tanto, el Logos nada odia. Y porque el ser
humano es el receptáculo de su amor y él también lo puede amar, Dios ama-
rá sobre todas las demás creaturas al hombre. Siendo que Dios es el amante,

100
al hombre: «y ser útil es superior a no serlo;
y como nada hay mejor que ser bueno, resulta que el que es bueno es útil»,
101
y ya que Dios es el Sumo Bien, Dios es la Suma Utilidad. Dios siendo bueno


humano educándolo por medio del Logos. También interpretará el Evangelio
de Mt 5, 45 y dirá que hay que reconocer que Dios es bueno y es creador, tá-

tomar en cuenta es que Dios es tan bueno y tan justo que reparte sus dones

idea de que Dios es el bien común, lo dirá de otro modo:
se dice que lo que es útil es un bien, no porque agrade, sino porque es con-

102
. Y todo esto es justicia: es un bien en cuanto que es
virtud, y es amable por sí misma, no porque produzca placer; pues no juzga
conforme a lo que agrada, sino que da a cada uno lo que se merece. Así, pues,

103
100
Susan Holman en su escrito Out the Fiing Room. Rethinking the Patristic Social Texts on “The
Common Good” menciona que la palabra bien común se presenta en los textos patrísticos griegos

teológicas; en san Basilio lo encontramos usado este término en dos ocasiones, en la Homilía 6
y en la Epístola 265, Cf. 

101

El Pedagogo I, 63, 1.
102
Christos N. Tsironis en The common good: historical roots in the Greek patristic texts and modern foun-
dations, menciona que es raro que los Padres de la Iglesia usen como tal la palabra “bien común”
-

, C., “The common
good: historical roots in the Greek patristic texts...”. También ver , O., “Religionsfreiheit
Acta, núm. 17, 2012, p. 56.
103
             


El Pedagogo I, 64, 1.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
80
Si el Logos es el Bien Común, podemos decir que el Bien Común nos edu-
ca y que existe una paideia (o pedagogía) del bien común. Nuestras pasiones
y pecados son como úlceras que dañan a la verdad y al bien (común), por
lo tanto, hay que eliminarlas, hay que zanjarlas de un solo tajo, de una sola
operación; el Logos es capaz de hacer esto, pues puede perdonar los pecados
porque Dios lo ha constituido Pedagogo de todos (I, 68, 1), y esta acción bus-


no es el culpable del mal en el mundo, sino que es el hombre, cada uno es
responsable de su elección y cada uno elige así los castigos correspondientes
(I, 69, 1): donde el Señor muestra su rostro hay paz y alegría. El mal se ha

mal, por esta razón, Dios aparta su rostro. Dios, siendo justo, juzgará al ser
humano conforme a sus obras (I, 71, 3), y como busca su salvación lo corrige.


estimula a perseguir una vida mejor” (I, 74, 3).
Hasta aquí hemos visto que Clemente usa el término de su tiempo de
“útil” para referirse a Dios como bien común y que éste es universal; también
hemos mencionado que el Logos es Pedagogo y que instruye no de manera
teórica, sino práctica. Daremos paso al último apartado de este escrito para
ver cómo el Bien Común Logos-Pedagogo nos instruye de manera práctica
para alcanzar y asemejarnos a Él y como esto tiene repercusiones en la
edificación del bien común aquí en la tierra.
3. La práctica para la edicación del bien común temporal
Pedagogo, Clemente nos mostrará que el Logos-Pe-
dagogo nos alecciona de manera y formas prácticas para salvarnos: 1) por
medio de la amenaza y castigo, y para ello nos amonesta, nos reprende, nos re-
procha, nos da una reprimenda, a veces se sirve del temor, reprueba nuestros
actos de forma pública, nos da improperios, nos recrimina, se queja, hace vitu-
perios, da reprimendas (I, 75-81); este es el método adecuado para provocar en
el corazón del hombre el arrepentimiento, evitar el pecado, el perdón de sus
pecados y la exhortación e invitación a la conversión; 2) por medio de la ex-
hortación y el premio, esto lo realiza a través del género laudatorio (puede ser
encomiástica y de censura), el género deliberativo (el cual puede ser persua-
soria o disuasoria), aconseja (usando ejemplos del pasado, tomando ocasión
de las cosas presentes, y de acontecimientos futuros); este método lo utiliza en
aras del bien, exhorta a la humanidad a la salvación, mitiga las faltas e infunde
81
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría

naturales, santos y rectos (edek)
104
como la “iota” del nombre Jesús (I, 85, 3-4).
Además de este modelo pedagógico que usa el Logos-Pedagogo con no-
sotros, Clemente menciona que Él nos insta a vivir un modelo de conducta
-
ner como premio la vida bienaventurada, la vida santa y eterna. La conducta
cristiana consiste en vivir como el justo, es decir, el que vive de acuerdo con
los mandamientos y los preceptos –dar de comer al hambriento y vestir al
desnudo– de Dios (I, 95, 2), debemos vivirlos para nosotros mismos y para
nuestros prójimos y, al vivirlos, estos preceptos vuelven de rebote, como sal-
vación, hacia quien nos lo lanzó (I, 103, 1).
Clemente ya nos ha advertido, usando las palabras del Evangelio (Mt 18,
3) que, si no nos hacemos como niños, no entraremos en el Reino de los Cie-
los (I, 12, 3), pero ¿qué entiende Clemente por Reino de los Cielos? Clemente
hace referencia al pasaje evangélico de san Mateo (13, 31-35) y dice que el Lo-
gos-Pedagogo ha hecho una excelente descripción de sí mismo comparándose
con un grano de mostaza (I, 96, 1): el Reino de los Cielos se parece a un gano
de mostaza. Así pues, Clemente nos quiere decir que el Reino de los Cielos
es Cristo mismo, dando la idea germinal que usará Orígenes de Alejandría al
decir que Cristo es autobasileia.
105
Este Reino de los Cielos ha sido sembrado
en la tierra y tiene una naturaleza espiritual y fecunda; el poder de este Reino
es grande, pero todavía puede crecer más: es una tensión que existe aquí en

(salvación) (I, 96, 1); vivimos en la tierra tratando de imprimir (grabar) en
nosotros mismos la vida saludable, la vida celestial, que nos diviniza (I, 98, 3).
De lo dicho hasta este momento, podemos ya dar respuesta a las tres pre-
guntas que nos hicimos al inicio para saber cómo es que el Logos-Pedagogo

-
mún?, y ¿cómo puede uno cultivar acciones hacia el bien común?
El bien común es universal, es para todos, tanto para no cristianos como para
cristianos, porque todos tenemos la facultad de pensar (somos niños); para los
hombres que sólo se parecen a Dios según la imagen y para los hombres que
son imagen y semejanza de Dios. Los hombres que han pasado por la malla del
bautismo son imagen y semejanza de Dios, son los alumnos del buen Logos-Pe-
dagogo y buscan cumplir la voluntad del Padre (I, 98, 3), por la obediencia al
Logos-Pedagogo (fe) se engendra en los cristianos el deber (I, 101, 1) de cumplir
104
Cf. Lv. 26, 21-23. 27.
105
Cf. 
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
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y vivir en rectitud según los mandatos y preceptos divinos, para ellos mismos
(uno mismo y demás cristianos) y para el prójimo (no cristianos). El deber con-
siste en lo que Dios y Cristo quieren, en obrar rectamente en orden a la vida
eterna (I, 102, 4). Para poder vivir estos mandatos y preceptos, debemos ser
virtuosos, y la virtud es la práctica de la recta razón –entendida ésta tanto razón
humana y el Logos divino, pues el Pedagogo es práctico–, es una disposición del
alma (I, 101, 2). Si no vivimos conforme a la práctica de la recta razón, vivimos
contra la razón, nos volvemos irracionales, y por esta razón nos asemejamos a
las bestias, según lo que dicen las Escrituras cuando nuestros primeros padres
pecaron (I, 101, 3).
-
mejantes a Dios podemos vivir una vida saludable, una vida que se encuen-
tra después de esta vida terrenal, la transformación de ser hombres terrenales
a hombres santos y celestiales, alcanzar la incorruptibilidad quitándonos una
túnica carnal y revistiéndonos de la túnica de Cristo, y así alcanzar la salva-
ción. Los mandamientos y los preceptos que debe vivir el cristiano tienen por
meta la verdad y ésta nos conduce a la última cosa que apetecemos: el reposo
eterno con Dios y así empieza, es el principio, nuestra eternidad, la vida salu-
dable, feliz, santa y eterna.
Clemente entiende que para cultivar el bien común temporal en la tierra,
primero debió sembrarse el Bien Común en la tierra (I, 41, 3), nos enseñó de
forma práctica que debemos ser regados (I, 29, 4) y regenerados en el agua
(I, 98, 2) y así empezaremos a dar fruto. Cuando el hombre realiza actos vir-
tuosos inspirados en Dios, cumple sus deberes por medio de las obras y no
en palabras o ideas (teórico). El modelo de conducta cristiana es una vida
de actividad del alma racional y que está conforme al Logos –«acorde a un
juicio recto y con el amor a la verdad» (I, 102, 3)–, esta actividad del alma
es realizada por medio de «su compañero y aliado en la lucha» (I, 102, 3): el
cuerpo. Con esto, Clemente nos recuerda que tanto lo espiritual y lo material
son buenos, pues Dios es su creador, y él es bueno; y que el hombre se debe
fatigar aquí en la tierra para tener su recompensa en el cielo.
Ahora bien, dado que la vida cristiana es un conjunto de acciones racio-
nales y que debemos mantenernos en la práctica perseverante de lo que nos
enseña el Logos (I, 102, 4), las acciones que nos enseña el Logos-Pedagogo
para cultivar el bien común aquí en la tierra y que tenga su fruto en el cielo,
Clemente dirá que entre las cosas necesarias «algunas lo son solamente para
nuestra vida de aquí; otras nos dan alas para volar desde aquí a la vida feliz
de allá arriba» (I, 103, 2). Las cosas necesarias que son para nuestra vida paga-
na (natural, terrenal, común a cristianos y no cristianos), son conocidos por la
mayoría; pero los que se ordenan a la vida feliz y de los que depende la vida
eterna, podemos describirlos sumariamente, recogiéndolos de las mismas
83
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
Escrituras (I, 103, 2). Hasta aquí, Clemente termina el libro I de El Pedagogo
y en los libros II y III ya son cuestiones más prácticas en el día a día del cris-

buenos modales que da Clemente a los cristianos alejandrinos de ese tiempo
son las cosas necesarias que no son conocidos por la mayoría y que se orde-
nan a la vida feliz. El Pedagogo divino nos instruye en la vida pública, pues
la moral pública alejandrina de ese tiempo dejaba mucho que desear: había
prostitución de hombres y mujeres, había muchos borrachos caminando en
la calle que continuaban su borrachera del día anterior, se escupían el vino
en la cara, hacen gestos indecentes;
106
y los cristianos de ese tiempo vivían
como hombres celestiales en las reuniones liturgias, pero como hombres pa-
ganos en las reuniones públicas.
El Logos-Pedagogo nos ha educado de forma práctica castigándonos y
premiándonos, nos educa a bastarnos a nosotros mismos, que debemos pres-

libre que conviene al viajero que quiere llegar a la vida eterna y feliz, ense-
ñando que cada uno de nosotros debe ser para sí mismo el tesoro de sus pro-
visiones» (I, 98, 4). Somos educados para la paz, pues no se necesitan armas y
demás elementos de la guerra, sino lo único necesario es el alimento (Cristo)
(I, 98, 4 – 99, 1); por nuestro Pedagogo hemos aprendido la modestia, el amor
por la libertad, por los hombres y por el bien (I, 99, 1); su divina pedagogía
nos da una condición en el alma siempre proclive al bien y cuando las accio-
nes materiales están sometidas a esta pedagogía, se ennoblecen: «la marcha
y el reposo, el alimento y el sueño, el descanso, el modo de vida y todas las
otras acciones bien encaminadas» (I, 99, 2).
Así pues, todas las cosas materiales y nuestras acciones en esta vida se en-
noblecen, se perfeccionan y son llevadas a culmen siempre y cuando estén den-
tro de los mandamientos y preceptos de la pedagogía divina; todavía más, los
bienes comunes que generamos aquí en la tierra se ennoblecen, se perfeccionan
y tienen su culmen en el Bien Común que es Cristo. Las actividades humanas
que Clemente menciona en sus libros II y III de El Pedagogo se encuentran en-
marcadas en el Bien Común y genera una tensión entre el presente y el futuro:
-
miento y perfección del bien común aquí y ahora en la tierra, apresura y trae
con mayor fuerza el Reino de los Cielos; si grabamos, imprimimos, en nuestras
vidas a Cristo haremos las obras que Él hace, y así, estamos haciendo violencia
al Reino de los Cielos (Regnum Cœlorum vis patitur, et violenti rapiunt illud, Mt.
11,12). Si aplicamos de manera análoga la ley de elasticidad de Hooke (ut tensio
sic vis), estamos imprimiendo una fuerza (virtud) aquí en la tierra para atraer
106
, J., “La alta sociedad de Alejandría...”, p. 218.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
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el Bien Común y al dejar esta vida, nuestras acciones corren ágil y velozmente
y rebotan en el cielo para nuestra salvación.
Un ejemplo claro y realmente práctico del cultivo de acciones para la edi-

el libro III, 34-36 donde nos explica que solamente la persona que es rica es el
cristiano. Aquí, Clemente no descarta el uso razonable de las riquezas y el ser
generosos con el prójimo.
     
Clemente (las limosnas que se daban se guardaban en una caja para socorrer
a viudas, huérfanos, presos o personas que estuvieran en necesidad)
107
y de la
lectura que hizo sobre el Evangelio Secreto de Marcos. En la carta que envía
a Teodoro (Carta Mar Saba) acepta que hay algunas cosas que son verdad del
Evangelio Secreto de Marcos y otras que los carpocratianos mienten para su
favor, y hace hincapié que en la siguiente parte de Mc 10, 17-31 es verdade-
ra.
108
La parte que toma como verdadera, es la continuación del pasaje donde
un joven le pregunta a Jesús qué debe hacer para heredar la vida eterna, Jesús
le dice al joven rico que venda todas sus posesiones y después le siga; pero
el joven se marcha triste (Mc 10, 17-31); antes de este pasaje, es el encuentro
de Jesús con los niños y donde menciona que quienes no se conviertan como
ellos, no entrarán en el Reino de Dios.
Este pasaje bíblico (Mc 10, 17-31) tiene cierta similitud con la estructura
del libro del Pedagogo: nos acercamos a Dios como Pedagogo, le preguntamos
qué debemos hacer para conseguir la vida eterna (Mc 10, 17), Cristo nos dice
107
, J., “La alta sociedad de Alejandría...”, p. 221.
108
Clemente dice en esta carta que el Evangelio que conocemos como canónico lo redactó estan-
do con san Pedro, pero cuando Marcos llega a Alejandría después de la muerte de san Pedro,
compuso uno segundo, más largo y más espiritual, Cf. , M., “Clement of Alexandria
and Secret Mark”; , H., “The Secret Gospel of Mark”, en Ancient Christian Gospels:
Their History and Development, Londres: SCM Press, 1990, pp. 293-303; , J., “El
evangelio secreto de Marcos autenticado por el Códice Beza”, Fortunatae: Revista canaria de
Filología, Cultura y Humanidades Clásicas, núm. 19, 2008, pp. 167-192; , T., “A Study
in Authenticity: Admissible Concealed Indicator of Authority and Other Features of Forger-

Mark”, Tesis doctoral, Universidad de Helsinki, 2019. Existe la discusión de que este Evange-
lio Secreto es un escrito realizado en el siglo XX por el mismo Smith, pues el contenido de la
carta no responde a las preguntas de Teodoro, sino fundamentar la autenticidad del Evange-
lio Secreto, Cf. , Q., “The Mar Saba Clementine: A Question of Evidence”, en Catho-
lic Biblical Quaterly, núm. 37, 1975, pp. 48-67; , Q., “Reply to Smith”, Catholic Biblical
Quaterly, núm. 38, 1976, pp. 200-203; 
Markus”. En , W. (ed.), New Testament Apocrypha, I, Gospels and Related Writ-
ings, James Clarke, Cambridge 1991, pp. 89-92; , S., The Gospel Hoax: Morthon Smith’s
Invention of Secret Marc, Waco: Baylor University Press, 2005; , F., “Beyond Suspicion:
Journal of Theo-
logical Studies, NS, vol. 61, april, 2010, pp. 128-170.
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La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
que solo Dios es bueno (Mc 10, 18), el Pedagogo nos educa en los manda-
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educa en los preceptos (Mc 10, 21); debido a que sus posesiones y sus accio-
nes no estaban conforme al Logos, no alcanza la vida (eterna), frunce el ceño,
se va malhumorado (muere). Como niños, Cristo alecciona a sus discípulos
que los ricos (aquellos que no llevan una vida sencilla y austera para el viaje
a la vida feliz) les es difícil entrar en el Reino de Dios (Mc 10, 23), y los niños
(discípulos) preguntan «¿quién podrá salvarse?» y responde el Pedagogo que
para los hombres es imposible pero no para Dios (a través de la amenaza,
castigo, exhortación y premio).
A continuación, se transcribe lo que se encuentra en el Evangelio Secreto
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en su pensamiento.
<60. 
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airado Jesús, se marchó en compañía de ella al jardín donde se encontraba el
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adonde se encontraba el joven, extendió la mano y lo resucitó cogiéndolo
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109
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Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
86
El hermano muerto es el joven rico, pues al no atarse (fe) y no asemejarse
a Dios muere, no se vistió de la túnica de la incorruptibilidad porque sus
acciones estaban contra la recta razón (Logos). Pero Él, que es la vida, le
muestra la luz en la oscuridad más oscura de la vida del hombre, la muerte
lanza un alarido desde la oscuridad del sepulcro del joven rico muerto.
Cristo lo toma de la mano, lo resucita y lo regenera en la nueva vida, y por
esto le muestra afecto; así como Dios lo ha amado, no solo por crearlo, sino

ahora se pone a los pies de Cristo como Pedagogo (antes le había llamado
Maestro, pero el joven rico todavía no estaba preparado para acceder a la
gnosis). El joven rico pasa seis días con el Pedagogo, los seis días que nos re-
cuerdan a la creación del cosmos, que Dios ordena la existencia y la inclina-
ción al bien de las cosas; el joven ordena sus cosas materiales y sus acciones
humanas hacia el Bien Común (es una nueva creación), hay una conversión
y esto permite hacer las cosas que el Pedagogo hace, Éste le da un precepto:
el de dar a los pobres de sus bienes, pues el joven se muestra con una sábana
que cubre su desnudez, cumple el precepto que le dio anteriormente y que
no cumplió; ahora que lo ha cumplido permanece con Cristo y Él le enseña
lo más recóndito del Reino de Dios: Cristo mismo. Ahora sí, el joven rico es
verdaderamente rico pues se ha asemejado al Logos; ya no se encerró en sí
mismo en el egoísmo (en el sepulcro), sino que se dejó abrir para salir de
sí mismo y al darse a los demás tuvo la vida saludable.
110
Clemente en el Libro III, 34, 1 de El Pedagogo dice
Debemos adquirir razonablemente las riquezas y participarlas con genero-
sidad, no por interés, ni por ostentación: y no transformar el amor a lo bello
en amor a sí mismo y en mal gusto, no sea que alguien diga de nosotros: su
caballo, o su campo, su esclavo, su oro, vale quince talentos, pero él apenas
vale tres piezas de bronce.
La persona que obra así, está atesorando muchas riquezas en el cielo, «ese
tal, vendiendo sus bienes terrenos y dando su importe a los pobres, encuentra
un tesoro imperecedero» (III, 34, 3); pero quien vive contra este precepto, anda
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eterna, lo instruye en la virtud, pues es la «palabra transmitida por el Pedago-
go para que la practiquemos» (III, 35, 2). Por lo tanto, el precepto que nos en-
seña el Pedagogo es a vivir en la generosidad con los demás: dar de comer al
hambriento y de vestir al desnudo, así como las demás obras de misericordia.
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evangelio secreto de Marcos...”.
110
Cf. , J., La muerte de Cristo, Madrid: Encuentro, 2013.
87
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
Conclusión
Clemente de Alejandría nos ha mostrado el gran conocimiento que tenía
de su tiempo, de su cultura, y cómo se apropia de ella para llevarla a la ple-
nitud del conocimiento gracias a su fe en Cristo. En esta última parte no ha-
remos un recuento o elogio del conocimiento que tenía Clemente, sino que
se busca dar las aproximaciones que Clemente nutrió al concepto de bien
común para una correcta y adecuada re-actualización del mismo.
En el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, el numeral 170 parece
que pasa desapercibido cuando se trata del principio del bien común; recupe-
ra de la Carta Encíclica Centesimus Annus n. 41 que el bien común temporal

que es Dios. Si el bien común se queda en lo meramente histórico y material,
corre el peligro de quedarse como un simple bienestar socioeconómico. Los
dos diagramas que se presentaron al inicio sobre el bien común en la Doctri-
na Social de la Iglesia de Hollenbach y el bien común en el pensamiento de
los Padres de la Iglesia de Holman tienen este problema, sólo están enfoca-
dos en una visión que limita al bien común en un bienestar socioeconómico.
Mientras que el esquema que nos presenta Clemente de Alejandría y, que los
siguientes Padres de la Iglesia y teólogos de la Escolástica tomarán, trascien-
de esta visión, nos muestra cómo los bienes comunes temporales deben estar
unidos a Dios, así ofrecemos un nuevo esquema Figura 1.3: el Bien Común en
El Pedagogo de Clemente de Alejandría.
En primer lugar, Clemente nos muestra ciertos atributos (δυνάμεις) di-

cristianos ha generado a su Logos, que es Jesucristo, y Él lo ha puesto como
nuestro Pedagogo – Bien Común. Ellos con su poder divino crean al ser hu-

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do el Padre envía al Hijo como el rocío a la tierra, Cristo nos alecciona para

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y nos alecciona en su bautismo que debemos regenerarnos y que somos hijos

Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
88
Eternidad
Tensión escatológica
Esperanza futura
Dios
Uno-Bien-Creador, totalmente alejado
Bienes comunes eternos-espirituales
Florecimiento de los frutos
Gracia (exige participación del hombre), salvación,
virtud (amor fraterno), educación (estilo de vida)
Estilo de vida cristiana (deberes cristianos): vivir de
acuerdo con los (10) mandamientos y los preceptos
(Obras de misericordia corporales y espirituales), estos
nos ayudan a vivir en rectitud, justicia y santidad.
Ciudadanía en el cielo (πολίτας οὐρανῶν)
Sinergia Cristo Cooperación
divina Reino de Dios - Bien Común ὁμολογουμένως
Fe-Bautismo: lazo que nos une a humana
Dios y engendra el deber
Bienes comunes temporales-terrenos
Siembra de la semilla
Vida y naturaleza humana, amor por la libertad, los demás
seres humanos y el bien, modestia y concordia en esta vida
(τῆς πολιτείας ὁμόνοιαν εἰρηναγοφεῖ), salud, fuerza, belleza,
riquezas, investigación, conocimiento, cultivo de las ciencias y
de las artes.
Ser humano
Hecho a imagen (εἰκόνα) y semejanza (ὁμοίωσιν); es hijo
de Dios por la adopción filial (υἱοθεσίαν) a través del
bautismo y se debe asemejar (ἐξομοιοῦν) a Cristo
es el filtro del amor de Dios.
ciudadanía en un lugar geográfico
Esperanza presente
Tiempo
Figura 1.3 Elaboración propia. El bien común en El Pedagogo de Clemente de Alejandría
Amor humano
Amor divino
Figura 1.3 Elaboración propia. El bien común en El Pedagogo de Clemente de Alejandría.
89
La acción pedagógica del Logos-Pedagogo para la formación
y edicación del bien común temporal en Clemente de Alejandría
Un elemento que no debemos perder de vista, es que el bautismo es diná-
mico, es simultáneo (espiritual-terrenal), nos abre las puertas a la salvación
y ésta se prolonga aquí en la tierra con las acciones y la conversión del hom-
bre; así se reinstaura en cada cristiano la continuidad de la creación (bienes
comunes temporales-terrenales) y la formación espiritual (bienes comunes
espirituales). Ya que nuestro Pedagogo lo es más en las cosas prácticas que en
las teóricas, el Bien Común es práctico, pero Clemente advierte que también
es teórico, podríamos decir que es teóricamente práctico.
Gracias a que estamos hechos a imagen de Dios, tenemos en común la
vida y la naturaleza con todos los seres humanos, pero por gracia de Dios

cristianos, la gracia, la salvación, la virtud (el amor fraterno) y la educa-
ción (el estilo de vida). La gracia es potencial de salvación y reclama a los
      
en cumplir sus deberes que conoce gracias al estilo de vida cristiano: los
mandamientos y los preceptos. Por todos estos elementos, el cristiano está
llamado a estar atento a los signos de los tiempos y esto debe despertar en
ellos un deseo cada vez más intenso de recoger los frutos que genera el Bien
Común que fue sembrado en la tierra.
El Bien Común es como el grano de mostaza, en un inicio es muy peque-
ño, pero tiene en sí la fuerza de la salvación, y esta fuerza se puede acrecentar
cada vez más, sus ramas se pueden extender en un espacio y un tiempo ma-
yor y producir los frutos. Ya que se encuentra en ex-tensión el Bien Común
aquí en la tierra, los cristianos corremos cada vez más veloces, le imprimimos
mayor fuerza, y somos cada vez más ágiles en alcanzarlo, apresuramos el
Reino de Dios – Bien Común aquí en la tierra; y por ser ciudadanos del cielo
-

nos preocupemos por los bienes de este mundo, sino que también nos preo-
cupamos de forma simultánea por ellos, por los bienes del hombre: la salud,
la fuerza, la belleza, la riqueza; pero sobre éstos, procuramos el amor por la
libertad, por los hombres, por la concordia en esta vida y por el bien (común)
por el cual tenemos una inclinación dada por Cristo. Pero si el cristiano sólo
atiende a los bienes humanos, pierde tanto los bienes divinos como los huma-
nos; así como el joven rico que no quiso preocuparse por los bienes divinos,
perdió tanto los bienes divinos (la salvación) como los bienes humanos (la
vida, la juventud y las riquezas)
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 26, Julio-Diciembre, 2021, ISSN: 2007-9699
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