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Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
Del realismo losóco a la pedagogía realista
From philosophical realism to realistic pedagogy
José Antonio Cabello Gil
1
Universidad Tecnológica de Querétaro, Santiago de Querétaro
pepecabello2@hotmail.com

Dado que detrás de toda pedagogía hay una epistemología y una metafísica, esta nota
crítica presenta el argumento de que los rasgos característicos de las pedagogías activas
-
nente, así como el desarrollo de habilidades (genéricas, cognitivas y socioemocionales),
-
cimiento de la realidad, así como de la capacidad de la persona para conocerla. Esta nota
crítica argumenta a favor de la pedagogía realista como aquella en la que la persona puede
conocer la realidad, acceder a la verdad y trascender.
Palabras clave: pedagogía, educación, realismo, idealismo, conocimiento

Given behind all pedagogy there is an epistemology and a metaphysics this critical
note presents the argument that the characteristic features of active pedagogies are iden-

as the development of skills (generic, cognitive and socio-emotional), while a realistic pe-
dagogy is based on philosophical realism, which starts from the knowledge of reality, as
well as the capacity of the person to know it. This critical note argues in favor of realistic
pedagogy as one in which the person can know reality, access the truth and transcend.
Key words: pedagogy, education, realism, idealism, knowledge
Detrás de toda pedagogía hay una antropología y una epistemología. Y

la causa de los males que aquejan a la educación, que pretendamos cons-
truir una solución a sus problemas o promover un modelo educativo, tarde
1



Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
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
fundamental respecto del mundo, de la persona y de la realidad. O, en todo
caso, habrá uno implícito.
En efecto, dice Edith Stein que “la teoría de la formación de hombres que
denominamos pedagogía es parte orgánica de una imagen global del mundo,
es decir, de una metafísica”.
2
Por eso, una buena forma de abordar la realidad

ver con un abordaje metafísico.
¿A qué nos referimos con “abordaje metafísico”? Nos referimos al hecho
-
ción de persona humana (su antropología), la forma en que entiende el cono-
cimiento (su epistemología), su actitud frente a la realidad (su metafísica), así
como por la forma en que estos ámbitos interactúan.
En el ámbito de la epistemología, las nociones de conocimiento y realidad

entendamos la realidad será la forma en que concibamos al conocimiento, lo
mismo que lo que entendamos por conocimiento nos referirá a una noción de
realidad. De la forma en que establezcamos esta relación, se derivará también
una metafísica y una pedagogía. En este sentido, puede decirse que hay dos
grandes posiciones metafísicas sobre el tema del conocimiento y la realidad:
la realista y la idealista. De ellas se derivarán sus respectivas pedagogías.

diríamos que es la “doctrina en que se admite como evidente la existencia real
del objeto”.
3

pone aquí como distinto del pensamiento, el esse se pone aquí como distinto
del percipi”.
4
Establecer como “evidente la existencia real del objeto” es un
-
macía del objeto y de la realidad, de lo objetivo por encima del sujeto y de la
percepción subjetiva que éste pueda tener de aquel.
De este postulado, sin embargo, se sigue otro de la misma relevancia: ese
objeto real que existe es susceptible de ser conocido; más todavía, la reali-
dad no solamente puede ser conocida, sino que el sujeto la puede conocer,
rompiendo así con cualquier tipo de escepticismo. En ello, sin embargo, hay
prelación: primero es el objeto cognoscible y luego es el sujeto cognoscente.

2
, E., La estructura de la persona humana, Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2007, p. 3.
3
, E., El realismo metódico, Madrid: RIALP, 1974, p. 70.
4
, E., El realismo metódico, p. 74.
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Del realismo losóco a la pedagogía realista
es que lo que nos es dado primeramente es la existencia de las cosas… no
sería lo aprehendido lo que debería ser mostrado en primer lugar, sino lo
existente”.
5
Diríamos con Bochenski, cuando cuestiona a Gorgias, que pue-
den establecerse “tres tesis”: 1) que existe algo; 2) que podemos conocer algo
de lo que existe; y 3) que podemos comunicar a los otros algo de lo que cono-
cemos.
6
En pedagogía diríamos que hay contenidos, que se pueden conocer
y que se pueden enseñar.
    
que consiste esencialmente en captar un objeto”
7
a través de un proceso que
pasa por los sentidos, pero que termina en la inteligencia; que empieza en
la realidad y concluye en la mente. Por ello el conocimiento tiene ciertos
rasgos característicos: es una relación objeto-sujeto, puede ser sensible e
intelectual y es una relación intencionada, entre otros.
Estos postulados epistemológicos nos remiten al concepto de verdad, el
-
lación entre el sujeto que conoce y la realidad cognoscible y conocida. En

el entendimiento y el objeto”;
8
la adecuación de inteligencia con la realidad.
Una cosa será verdad en la medida en que existe esta adequatio, esa conformi-

de Jalisco” es verdadera no porque la piense, sino porque se corresponde con
la realidad, lo mismo que “2 + 2 = 4”; porque lo que tengo en mi inteligencia
se adecua con la realidad de las cosas y no depende del sujeto que así sea.
Tales cosas simplemente son, con independencia de mí y de mi percepción de
las cosas. Es la posición de Santo Tomás de Aquino, quien sigue a Aristóteles.
Diríamos que la verdad está en la inteligencia porque se conforma con la
realidad y en eso se distingue de la certeza-
hesión de la mente a un juicio”.
9
En efecto, la certeza es un estado inmanente
por el que la mente se adhiere a un juicio emitido por sí misma, sin que nece-
sariamente exista vínculo o adecuación con la realidad objetiva. En la Edad
Media tenían certeza de que la tierra era plana, aunque ésta no lo fuera. La
certeza es fundamentalmente una actitud de la mente que surge del sujeto y
se queda en el sujeto; la verdad, por el contrario, es un estado que se da en la
mente del sujeto, pero que tiene su fundamento en la realidad objetiva de la
que parte y sobre la que se construye.
5
, E., El realismo metódico, p. 120.
6
, J. M., Introducción al pensamiento losóco, Barcelona: Herder, 2006.
7
, E., El realismo metódico, p. 170.
8
, De Veritate, 2020, q. 16, a. 2.
9
, R., Introducción a la Lógica, México
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
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-
sición con el realismo, el idealismo es una doctrina en la que se “convierte el
conocimiento en condición del ser”.
10
Es la posición de Descartes, para quien
el pensamiento antecede y constituye la realidad, convirtiendo su cogito ergo
sum, en cogito, ergo res sunt: se pasa así de “pienso, luego existo” a “pienso,
luego las cosas existen”.
11
Así, como dice Gilson, “mientras que Descartes
encuentra el ser en el pensamiento, Santo Tomás encuentra el pensamien-
to en el ser”,
12

planteamos.
En el idealismo el pensamiento es constituyente de las cosas; las “constru-
ye”. Por ello, como dice Gilson,

la diferencia mayor entre el realista y el idealista está en que éste piensa,
mientras que el realista conoce. Para el realista, pensar es sólo ordenar co-

  
posible el pensamiento si no hay antes conocimientos.
13
En el idealismo cartesiano el método para abordar la realidad es la duda.
La duda metódica a través de la cual, y de manera paradójica, pretende alcan-
zar un saber cierto e indudable.
         
que se parte de la existencia de una realidad cognoscible y un sujeto cognos-
cente, de la primacía del ser sobre el pensar, de las cosas sobre la mente, de la
verdad sobre la certeza, se desprende una pedagogía realista que se caracte-
rizaría, entre otras cosas, por reconocer la importancia del conocimiento de la
realidad, por encima de lo que pensemos de ella; por la preponderancia del
conocimiento sobre el pensamiento.
Esta importancia del conocimiento de la realidad, trasladada a la educa-
ción, no es otra cosa que la importancia del conocimiento de los contenidos en
-
tuye objeto del conocimiento de la realidad (ciencias, matemáticas, historia,
lengua, arte) y, por tanto, son objeto de enseñanza y transmisión. Por ello,
resulta fundamental que los programas educativos sean ricos en contenidos,
que estén robustamente diseñados y lógicamente secuenciados.
10
, E., El realismo metódico, p. 63.
11
, E., El realismo metódico, p. 63.
12
, E., El realismo metódico, p. 117.
13
, E., El realismo metódico, p. 170.
151
Del realismo losóco a la pedagogía realista
Dado que la realidad se puede conocer y se traduce en contenidos, éstos
pueden y deben ser enseñados y aprendidos explícitamente. Los contenidos,
como la realidad, son para conocerse, los profesores los pueden enseñar y los
alumnos los pueden aprender. No conocerlos y aprenderlos es permanecer
en la ignorancia. Conocerlos y aprenderlos mal es caer en el error.
El pensamiento, en tanto actividad inmanente, puede generar certeza u
opinión, pero no necesariamente aprendizaje y verdad. Quizás por eso las ac-
tuales generaciones son incapaces de distinguir entre hecho y opinión. Sólo
en una pedagogía realista se puede alcanzar la verdad, en tanto que el alum-
no conoce y aprende los contenidos, estableciendo esta adecuación entre su
inteligencia y las cosas que conoce. Es en una pedagogía realista en la que
el alumno trasciende su propia individualidad, sale de sí mismo y aprende.
Como podrá notar el lector, las palabras en cursiva que aparecen en párra-
fos anteriores (duda, ignorancia, error, certeza y opinión) son precisamente
los estados de la mente frente a la realidad descritos por diversos autores,
entre ellos Gutiérrez Sáenz. “Se trata de estados subjetivos, que varían de
un momento a otro, aun en el mismo sujeto, con respecto a la misma propo-
sición, sin que ésta cambie su cualidad de verdadera o falsa”.
14
Por eso, no
basta con asumir una posición con la verdad, sino primero hay que tenerla,
hay que conocerla.
En la medida en que los alumnos conocen la realidad, aprenden los con-
tenidos y la herencia cultural que compartimos es en la medida en que se
genera no solamente aprendizaje, sino identidades. De ahí la relevancia de
la tradición y el pasado en la educación.
15
El conocimiento compartido de la
-
gamento que construye sólidos vínculos sociales que hacen posible no sólo

contrario, en la medida en que cada vez tengamos menos cosas en común,

veré cada vez más como un extraño, para luego acabar viéndolo como un

Pareciera que no es una mera coincidencia la reducción de los conte-
nidos programáticos en los planes de estudio y el incremento del bullying
en la escuela. Lo mismo puede decirse de la violencia en la sociedad y el
   
presente en los planes de estudio sobre la importancia de la inteligencia
14
, R., Introducción a la Lógica, p. 247.
15
, H., Entre el pasado y el futuro; ocho ejercicios sobre reexión política, Barcelona: Ediciones
Península, 1996.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
152
emocional, la tolerancia y el respeto, entre otros valores, al mismo tiempo
que crece la violencia.
Esto tiene implicaciones no sólo académicas, sino sociales y políticas por-
que lo primero que uno puede aprender es que el otro es otro como yo. Y eso

República con hombres que no se reconocen como tales”.
16
Una pedagogía realista es también aquella que, siguiendo a Luigi Giussa-
ni, concibe la educación como una “introducción a la realidad total”,
17
como
“el desarrollo de todas las estructuras del individuo hasta su realización inte-

activa de esas estructuras con toda la realidad”. En ese sentido, “este realismo



18

privilegiar el pensamiento y las habilidades cognitivas por encima del co-
nocimiento, rasgos distintivos de las pedagogías activas. Ahora resulta más
conveniente y constituye parte del discurso pedagógico contemporáneo, la
preferencia por el pensamiento crítico por encima del aprendizaje de con-
tenidos, desconociendo que sólo se puede pensar críticamente algo que
previamente se conoce. De esta manera, el supuesto pensamiento crítico no
pasa de ser una mera opinión, subjetiva y sin fundamento, creando paradó-
jicamente generaciones de jóvenes que cada vez más aceptan acríticamente

importante aprender a aprender que aprender algo, privilegiando lo que
Hirsch llama una actitud “formalista”,
19
que se preocupa más por la forma
que por el fondo, convirtiendo las diversas asignaturas en una especie de
clase de lógica general.
En una pedagogía realista no es el alumno el que está al centro del proceso
educativo, sino el maestro, en tanto que es el maestro el que hace una labor de
mediación (está en medio) entre los contenidos y el alumno, entre la realidad
y la inteligencia, entre saber y no saber. Esto no implica el desconocimiento
           
educación. Lo que implica es reconocer el carácter objetivo de los contenidos
y el rol mediador que desempeña el profesor en el proceso.
16
, E., Charlas sobre educación, Madrid: Losada, 2002, p. 387.
17
, L., Educar es un riesgo, Madrid: Ediciones Encuentro, 1991, p. 38.
18
, L., Educar es un riesgo, p. 38.
19
, E., La escuela que necesitamos, Madrid: Ediciones Encuentro, 2012.
153
Del realismo losóco a la pedagogía realista
En la pedagogía idealista, que igual es romántica y naturalista, se asume una
actitud “paidocéntrica”, en la que se pone al alumno al centro, lo mismo que el
aprendizaje por encima de la enseñanza. En esa lógica, es mejor que el alumno
construya y descubra el conocimiento por sí mismo, a que el profesor le enseñe.
Así, el profesor acaba siendo simplemente un acompañante, un guía, un facili-
tador, con lo que no sólo su función queda minimizada, sino también su autori-
dad, la autoridad del conocimiento que tiene sobre lo que enseña, subordinado
al desconocimiento del alumno sobre lo que aprende. ¡Vaya paradoja!
En una pedagogía así, no importa que el profesor no conozca la materia
que imparte, que no sepa inglés para enseñarlo,
20
porque los contenidos ya
no son relevantes. Por eso “ahora se vale copiar”,
21
ya que es más importante
el supuesto trabajo colaborativo que el aprendizaje de contenidos. Ahora es
más importante la estabilidad emocional del alumno, en vez de que aprenda
la asignatura, planteando con ello una actitud falaz por dilemática.
Una pedagogía así promueve modelos educativos “mínimamente inva-
sivos”,
22
caracterizados por justamente marginar el rol del docente y reducir
los contenidos, confundiendo modelos y modalidades educativas.
-
plican un vaciado de contenidos y privilegian la forma por encima del fondo.
Aurelio Nuño lo decía con todas sus letras: “ahora habrá menos contenidos,
pero con mayor profundidad… nos concentraremos en los aprendizajes cla-
ves… en Historia, por ejemplo, dejar por atrás [sic] la memorización de fe-
chas, para que [los alumnos] tengan pensamiento histórico”.
23
Estos modelos educativos privilegian la habilidad cognitiva por encima
del conocimiento; establecen una suerte de primacía del pensamiento y de la
actividad inmanente, por encima del conocimiento y de la actividad trascen-
dente. Destacan el ámbito subjetivo (el pensamiento, la certeza y la opinión)
por encima del objetivo (el conocimiento, la ciencia y la verdad). Promueven
la experiencia y el hacer, en vez del conocer para aprender y practicar.
El problema que existe en la pedagogía contemporánea, de rasgos idealis-
tas y románticos, es que ha asumido una serie de principios y postulados que
privilegian la espontaneidad, que desprecia el esfuerzo, que desprecia el libro,
el conocimiento, la cultura y su transmisión, dejando al niño a la buena de sus
deseos y capacidades personales, sin importar lo limitada que puedan ser.
20
, E., Excélsior, 28 de enero de 2019.
21
, E., Aristegui Noticias, 13 de diciembre de 2018.
22
, S., La nueva escuela mexicana.
23
, A., “Aurelio Nuño en los foros más importantes de educación y ciencia”, Excélsior, 30
de junio de 2017.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
154
A mediados del siglo pasado, Hannah Arendt abordaba el tema de “la
crisis en la educación”.
24
Lo hacía en un contexto en el que efectivamente los
Estados Unidos habían caído en la cuenta de que la padecían. Los medios
de comunicación la documentaban y los gobiernos tomaban acciones para
enfrentarla. Tal crisis justamente tenía que ver con los efectos que su sistema
educativo vivía por la aplicación de modelos educativos que precisamente
privilegiaban una pedagogía basada en el idealismo.
Dice Arendt: “En ningún lugar [como en Estados Unidos] los problemas
educativos de una sociedad de masas se han agudizado tanto, y en ningún
otro lugar las teorías pedagógicas más modernas se aceptaron de un modo
menos crítico y más servilmente”.
25
En ese contexto, Arendt señala tres su-
puestos básicos que están detrás de esa crisis educativa: el primero tiene que
ver con la autonomía que se deja al alumno y al propio grupo infantil, en don-
de el docente “está inerme ante el niño y no establece contacto con él. Sólo se
le puede decir que haga lo que quiera y después evitar que ocurra lo peor…
de tal manera que se desterró a los niños… del mundo de los mayores”.
26

supuesto por el que, siguiendo

pedagogía se desarrolló… como una ciencia de la enseñanza, de tal manera
que llegó a emanciparse por completo de la materia concreta que se va a
transmitir. Un maestro… es una persona que… puede enseñarlo todo; está
          
profesor no tiene que conocer su propia asignatura, ocurre con frecuencia
que apenas si está una hora por delante de sus alumnos en cuanto a conoci-

abandonados a sus propias posibilidades sino también que ya no existe la
fuente más legítima de la autoridad del profesor.
27
-
cación, entendiendo por ello a la pedagogía activa de Dewey y otros. “Este
supuesto básico sostiene que sólo se puede saber y comprender lo que uno
mismo haya hecho”. Y remata: “en la medida de lo posible, hay que sustituir
el aprender por el hacer”.
28
24
, H., Entre el pasado y el futuro…
25
, H., Entre el pasado y el futuro…, p. 190.
26
, H., Entre el pasado y el futuro…, p. 192.
27
, H., Entre el pasado y el futuro…, p. 193.
28
, H., Entre el pasado y el futuro…, p. 194.
155
Del realismo losóco a la pedagogía realista
Por eso, el verdadero problema educativo no es de gestión ni de desempe-
ño docente. Tampoco es un problema de infraestructura o equipamiento. El
problema mucho menos es presupuestal. Ni siquiera es pedagógico o antro-
pológico. El problema es metafísico. O, para decirlo mejor, es pedagógico y
antropológico porque es metafísico.
Conclusión
Se dice frecuentemente que vivimos actualmente un cambio de para-
digma en la educación. No es así. O, en todo caso, el verdadero cambio de
paradigma educativo se dio con Descartes, quien, anticipado en Rousseau,
planteó una ruptura entre mente y realidad, entre pensamiento y conoci-
miento, poniendo las bases de teorías educativas que, varios siglos después,

En efecto, si bien podemos ubicar los antecedentes de la pedagogía mo-
derna en aquellos pensadores franceses, se concreta en propuestas educati-

Dewey, William Kilpatrick, María Montessori, Baden Powell, por sólo men-
cionar algunos de ellos.
Si queremos mejorar la educación, es importante abordar las causas y no
los efectos. El problema que padecemos en el ámbito educativo no es un pro-

que resolverlo.
La solución está en pasar de una pedagogía idealista y romántica a una
pedagogía realista. La solución está en establecer la primacía del ser, de la
realidad, del conocimiento, de la ciencia y la verdad, como fundamento de
una pedagogía realista, que nos permita trascender, con la inteligencia y el
corazón, al encuentro con la realidad, con el otro, con los otros y con el Otro.
Lo demás es lo de menos.
Bibliografía
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