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Metafísica y Persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
El bien común desde las causas aristotélicas
The Common Good from the Aristotelian Causes

1
Centro para el Desarrollo Sostenible y el Bien Común, Querétaro, México
alejandro.gutierrez@uteq.edu.mx

En el presente texto se analiza el concepto de bien común desde las cuatro causas

concepto en una sociedad, especialmente en un Estado. En un primer momento, se analiza
cuáles son los elementos que constituyen el bien común; en un segundo momento, cuál es
la esencia del bien común; en un tercero, quiénes y cómo generan el bien común; y, por

Palabras clave:

In this paper, the author analyzes the concept of the common good from the four Aris-


that constitutes the common good; second, what is the essence of the common good; third, who

Key words: common good, Aristotelian causes, citizenship, political philosophy, ethics
Introducción

normalmente empleamos otros conceptos para poder acercarnos a conocer de
qué estamos hablando; y algunos conceptos muy utilizados para entender el
bien común son: justicia social, solidaridad, destino universal de los bienes,
1

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Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
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entre otros. Estos no son conceptos totalmente alejados de la realidad del bien
común, pero éstos -
mún, y esto se debe gracias a que cada palabra le corresponde un universo de
-
trido al concepto; pero la desventaja es que, cuando usamos ese concepto, no

muchas ocasiones pareciera que el concepto de bien común le pertenece a un
grupo selecto de personas, parece que se quieren apropiar de este concepto.
Hay que advertir que el bien común no le pertenece al ámbito de la política
partidista, a una universidad, a un instituto, a la derecha o izquierda, al libera-
lismo, neoliberalismo o socialismo, a alguna comunidad religiosa, como podría
ser la Iglesia Católica; sino que este concepto le pertenece a todo el género hu-

política –entendida esta palabra en su acepción general– tiene un presupuesto
o un punto de vista sobre lo que es el bien común.
Es por esta razón que se propone un breve acercamiento a lo que puede sig-
á

2
Existen algunos estudios
recientes sobre el bien común;
3
están enfocados en dimensiones sociales y prác-
ticas; pero el desarrollo de la noción de bien común se ha estancado por tratarlo
desde los aspectos metafísicos-éticos. Los esfuerzos por comprender lo que es
el bien común se enfocan en el que-hacer o, mejor dicho, desde la dimensión
del hacer. Es verdad que el bien común tiene que ver con el hacer y que involu-
cra y afecta a todos los miembros de la sociedad; pero antes del hacer, siempre
está precedido por las ideas, los argumentos o discursos.
4
2
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



-
man, Dworkin y Michelman, que dicen que el objeto es el alcance y los límites del principio
de mayoría, referidos a una democracia y cómo los poderes ejecutivo, legislativo y judicial
protegen las libertades constitucionales básicas.
3
, P., A Politics of the Common Good, Dublin: Institute of Public Administration, 1996; -
, P., Global Ethics and Global Common Good, USA: Bloomsbury, 2015; , J., Recovering the
Common Goods, Dublin: Veritas, 2017; , M., Filosofía pública. Ensayos sobre moral en política,
España: Marbot, 2008; , M., “Operacionalizar el bien común. Teoría, vocabulario y medi-
ción”, en Metafísica y persona, Año 10, núm. 20, julio-diciembre, 2018; , “The Common
Good”, en The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Primavera, 2018, Edward N. Zalta (Ed.), URL =

4
John Rawls menciona esta disputa de la política teórica-conceptual contra la política real-co-
tidiana. Cf. , J., Lecciones sobre la historia de la losofía política, México: Paidós, 2018.
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El bien común desde las causas aristotélicas
El tema del bien común debe abordarse desde la metafísica, pues al pre-
guntarnos sólo por lo que es el bien ya es de suyo un problema metafísico
que no se puede abordar desde los otros ámbitos del conocimiento. Se puede
considerar el bien común desde la siguiente analogía:
5
el ser humano tiene
inteligencia y voluntad, la inteligencia conoce la verdad y la voluntad quiere
el bien, pero este bien es algo totalmente individual; si pensamos la sociedad
como un mega-hombre podemos decir que la sociedad también tiene una inteli-
gencia, pero de forma colectiva, y una voluntad, pero de forma colectiva. Con
esto no se quiere dar a entender que exista realmente este mega-hombre, no

6
concreto, no se está ontologizando a la
sociedad. La observación sobre la analogía del mega-hombre nos ayuda a
comprender que, para querer el bien, se necesita conocerlo: no se puede que-
rer algo que no se conoce; de manera que la sociedad debe conocer este bien
común para poder quererlo, adquirirlo y deleitarse en él.
La aproximación que se hará será desde las causas aristotélicas.
7
Aristóte-
les ofreció estas causas para poder llegar a conocer la cosa que quisiéramos, o
mejor, ir profundizando en el conocimiento de la cosa que queremos conocer.

responden a una pregunta; para la causa material la pregunta es “¿de qué
 o
¿quién hizo esta
,
5
-
ta, predominando la distinción. Un ejemplo que puede servirnos es la palabra inteligente:
conocemos seres inteligentes, los seres humanos somos seres inteligentes; este término lo

igual), sino que tienen algo parecido a nosotros, pero diametralmente opuesto (parte dife-
rente, predominando la diferencia) a nosotros. También podemos entender la analogía como
igualdad proporcional.
6
La palabra ente la entiendo como aquello que tiene acto de ser. Normalmente lo traducimos
como “cosa”.
7
En el escrito Los deberes de la persona para el bien común de Luis Pascal, encontramos la idea de
abordar el bien común desde las causas aristotélicas, en ella sólo dice “según la causa formal, el
bien común es el orden orgánico de la organización social, sus leyes y estructuras instituciona-


vivir en paz, es la vida virtuosa que alcanza la Bondad que la hace plenamente feliz”. ,
L., Los deberes de la persona para el bien común. Conferencia impartida en la Universidad Popular
Autónoma del Estado de Puebla. 21 de septiembre de 2014, pp. 3-4. En el escrito El bien común
de la empresa en la tradición aristotélico-tomista de Sisón, A. y Fontrodona, J., se mencionan el tema
de la causalidad aristotélica, pero no se aborda desde las cuatro causas aristotélicas; sólo se

de un elemento del bien común (adecuada organización social) son: el ordenamiento jurídico,
ordenamiento económico, sistema educativo y orden político. Cf. , J., “El bien común en
la sociedad”, en Revista de Marina, año CXXI, vol. 122, núm. 885, marzo-abril, 2005, pp. 158-162.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
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Antes de abordar el tema, hay una distinción que es conveniente mencionar.
Para Santiago Ramírez existe el bien común inmanente y el bien común trascen-
dente;
8
el segundo es un bien totalmente unívoco
9
pues es el bien común uni-

bien común análogo, un bien que es para todos, pero que al perfeccionarse la
sociedad perfecta (sociedad política)
10
también perfecciona a cada individuo.
11
1. Causa material del bien común
Normalmente cuando escuchamos la palabra “material” siempre viene a
nuestra mente cosas materiales, es decir, cosas que podemos conocer a través
de nuestros sentidos, cosas que podemos ver y tocar principalmente; pero esto
es normalmente un error cuando tratamos la causa aristotélica que tiene que
ver con el de qué cosas están hechas las cosas que vamos a estudiar. Cuando

podemos decir que es un compuesto de células, que tiene músculos, huesos,
órganos vitales, pero también decimos que el ser humano es un ser pensante,
y normalmente materializamos esta idea, decimos que el ser humano es pen-
sante porque tiene un cerebro determinado, pero esto no es así, el ser humano
es inteligente o pensante porque tiene un alma espiritual, y ésta no es algo
material que podamos ver o tocar, pero está ahí en un ser humano en concreto.

los componentes materiales, sino también hay elementos inmateriales; y esto
sucede también con la respuesta que encontramos en el caso del bien común.
Siguiendo un poco el pensamiento de Santiago Ramírez, podemos decir
que lo que compone el bien común inmanente en su causa material son: los
8
Cf. , S., Doctrina política de santo Tomás, Madrid: Instituto Social León XIII, 1951. San-
tiago Ramírez hace una división del bien común: bien común inmanente natural, bien común
inmanente sobrenatural, bien común trascendente natural y bien común trascendente sobre-
natural. El bien común del que tratamos en este escrito es el bien común inmanente natural.
9

mesa, mochila, luz, etc.
10

superior, por ejemplo, la sociedad doméstica no puede ser perfecta porque necesita de otras
sociedades, como la sociedad de colonos, la sociedad agrícola, la sociedad educativa, etc.
11
Esta es una buena pregunta que se hace Jacques Maritain en su escrito La persona y el bien
comúnDoes
Con esto se quiere decir
que el bien común no es un individualismo (vicio por defecto) ni un totalitarismo (vicio por
exceso), sino que es algo que tiene algo de la sociedad y algo del individuo, preponderando
el individuo, pues la impronta de la dignidad de la persona humana se encuentra como pri-
macía inscrito en el núcleo del bien común.
121
El bien común desde las causas aristotélicas
bienes exteriores del cuerpo, los bienes interiores del cuerpo, los bienes exte-
riores del alma y los bienes interiores del alma. Todos estos deben existir en

en disposición de todos y de cada uno.
Como su nombre lo indica, los bienes exteriores son todas aquellas cosas que
están fuera de cada ser humano, como pueden ser los servicios públicos bá-
sicos, dígase agua, luz, gas, drenaje, comida, escuelas, hospitales, institutos,
dependencias gubernamentales, entre otros; todos estos son un tipo de bien,
que es conocido como bien útil, son todas aquellas cosas que nosotros utili-
zamos y que en muchas ocasiones no nos preocupamos por su uso indebido
y por su uso abusivo (como puede ser el uso del agua), ni nos preocupamos
qué sucede después de usar esos bienes (como la basura que generamos).
En muchas ocasiones, este tipo de bienes es considerado como índice para
conocer la prosperidad urbana o la prosperidad económica de una ciudad o
-
te elemento que compone la causa material del bien común son los bienes inte-
riores del cuerpo. Los bienes que abarcan este tipo de bien son los elementos de
salubridad, condiciones para el esparcimiento y la recreación, para el ejercicio
físico, la nutrición, la higiene, la salud mental, etcétera; por este tipo de bienes
que se encuentran en los bienes interiores del cuerpo, es que se considera el
tipo de bien conocido como placentero o deleitable.
Un elemento que no se encuentra en la visión de Santiago Ramírez y que
agregamos son los bienes exteriores del alma, los cuales consideran los elementos

pueden ser el caso de la economía, la sociedad, el arte, la educación, entre
otros; cosas que produce el ser humano gracias a que está dotado de un alma
espiritual, pero que no se encuentran dentro del alma y que se encuentran de
alguna forma materializadas en los bienes exteriores del cuerpo, como puede
ser un banco para el bien exterior del alma que es la economía, una escuela en
particular para el bien exterior del alma que es la educación; es decir, los bie-
nes exteriores del alma podríamos decir que son la economía, la política (no
entendida como partidista), ambiente, seguridad, educación, arte, etc.
Por último, se encuentran los bienes interiores del alma. Este tipo de bienes,
en muchas ocasiones, se les relega u omite al considerar el bien común, y
son de suma importancia; pues si sólo nos enfocamos en los bienes exterio-
res e interiores del cuerpo correremos el riesgo de considerar el bien común

hombre se encontraría solamente en los elementos materiales. De esta forma,
el hombre encontraría plenamente su realización y su felicidad en las cosas
materiales y esto sólo nos lo puede proporcionar la utopía marxista. Además,
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
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122
la experiencia nos dice que el hombre no encuentra su plena realización y fe-

-

plena, pues el hombre está llamado a algo trascendente por el simple hecho
de tener un alma espiritual. Por esta razón, los bienes interiores del alma
–que también son conocidos como bienes honestos–
12
juegan un papel funda-
mental a procurar, desarrollar, incrementar y custodiar, y lo que implican los
bienes interiores del alma son dotar de recursos para el perfecto desarrollo de
las facultades, de los hábitos del alma, las relaciones interpersonales, el goce
efectivo de sus derechos humanos, la cultura, las virtudes tanto intelectuales
como volitivas (donde también entran las virtudes cívicas) y la religión (la
cual también es una virtud cívica orientada a la gratitud).
La relevancia de los bienes interiores espirituales se debe a que éstos orde-
nan y jerarquizan los bienes inferiores, los bienes interiores del cuerpo y los
bienes exteriores; en efecto, cuando los ciudadanos de la sociedad perfecta
poseen y desarrollan las virtudes, ellos no se dejan sorprender ni abusar de
las riquezas ni del poder, y como efecto de poseer estas virtudes los llevan
al contento y satisfacción según las normas de la recta razón; y este contento
y satisfacción llevan a un progreso ulterior de todos los ámbitos de la causa
material del bien común. Además, este tipo de bienes tiene la capacidad de
 
perfeccionamiento tengamos de este tipo de bienes, las potencias del alma
humana tendrán una mayor habilidad para mayores, mejores y sublimes ac-
ciones y producciones. A pesar de su relevancia, no podemos dejar de lado
que a quien le hace falta el pan material, no le encuentra el gusto al pan es-
piritual,
13
quien vive preocupado diariamente por conseguir los elementos
materiales básicos, nunca se va a preocupar por procurar y acrecentar los
elementos espirituales.
2. Causa formal del bien común
Al hacernos la pregunta que se hace para conocer la causa formal, parece
que caemos en una tautología, ¿qué quiere decir que la pregunta “¿qué forma

12
La palabra honesto
conceptos de veracidad, probidad, rectitud; sino con honesto se quiere referir a lo que se ape-

13
Cf. , C., Los tres misterios, España: Encuentro, 2008.
123
El bien común desde las causas aristotélicas
Metafísica menciona que es preguntarnos por la esencia de la cosa y, Santo
Tomás de Aquino menciona que el nombre de esencia ha sido concebido por
-
Metafísica y
dice que la forma es “perfección o certeza de cualquier cosa”.
14
Entonces po-
dríamos reformular la pregunta sobre la causa formal de la siguiente manera:
¿qué hace que el bien común tenga perfección
15

Para tratar la causa formal necesitamos recurrir al elemento metafísico,
16
pues al preguntarnos por su forma estamos preguntando por su esencia. La
perfección del bien común se encuentra en la misma noción del bien. Tomás
   -


17
Además, para poder comprender lo
que es el bien, Tomás parte de tres conceptos fundamentales; a saber, modo,
-


18
por especie entiende la forma en sí misma, “porque por la forma
algo queda constituido como especie”,
19
además, la especie le da al bien la


20
Una interpretación que nos ayuda a comprender más estos tres conceptos,
nos la ofrece Edualdo Forment, y nos dice que el modo es “la vertiente existen-
-
minadamente en un lugar concreto”;
21
la especie es “el aspecto conceptualizable
de la entidad, lo que atrae la atención de nuestra inteligencia”;
22
y el orden es:
14
, Sobre el ente y la esencia, México: Editorial Tradición, 1975.
15
Tomás no entiende la palabra perfección como algo que se agota en sí mismo o que contiene
en sí la totalidad o que no le hace falta nada para ser perfecto; sino que la perfección o lo per-
fecto entendido desde el punto de vista de santo Tomás es “lo que está en Acto”. Cf. 
, Sobre los principios de la naturaleza.
16


     
asociados con sus actos; aquél lo merecen solamente con sus acciones, no lo producen; aquél
es común o universal in causando, es decir, en sentido causal y dinámico; éste es común o uni-
versal in essendo, esto es, en sentido formal, lógico o metafísico”. , S., Doctrina política
de santo Tomás, p. 34.
17
Cf. , Suma Teológica, Iª pars.
18
Cf., Suma Teológica, Iª pars.
19
, Suma Teológica, q. 5, a. 6, co.
20
, Suma Teológica, q. 5, a. 6, co.
21
, E., Id a Tomás, Pamplona, España: Fundación Gratis Date, 2ª ed., 2015, p. 30.
22
, E., Id a Tomás, p. 30.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
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el elemento relativo, fundado en los otros dos. Da razón de la referencia y
orientación de las cosas, de su dinamismo tendencial, tanto en su aspecto de
apetición o de búsqueda como de difusión de sí. El orden es, por tanto, la
inclinación o tendencia que el ente según su forma, o perfección intrínseca,
tiene a otras cosas distintas, a sus acciones, a la comunicación de sus perfec-

23
Ahora bien, esto es con respecto al concepto de bien, pero ¿qué se entien-
-
nes del ámbito de lo unívoco ni de lo equívoco,
24
sino de lo analógico. En
efecto, el bien es algo en común que buscamos por nuestra facultad volitiva,
pero no todos tenemos los mismos bienes. Es importante que la palabra “co-
mún” –del concepto de bien común– lo entendamos como algo analógico o,
en otras palabras, como igualdad proporcional. En efecto, si consideramos
el término como unívoco caeríamos en el egoísmo o solipsismo, y si lo con-
sideramos como equívoco caeríamos en el comunismo propuesto por Marx
y Engels. Aquí nos tendríamos que preguntar ¿qué es la parte igual y cuáles
  
debe considerar la dignidad de la persona humana, todo ser humano por el
simple hecho de existir goza de este bien honesto, inmutable e inalienable
que es su dignidad, pues el mayor bien honesto que existe en todo el univer-
so es la persona humana; las partes distintas son todos los bienes exteriores,
bienes interiores del cuerpo y bienes interiores del alma, ¿todos deben tener
-
pias necesidades y condiciones de vida.
Además, por común también nos referimos a que “forma parte de”, “ser
parte de”, “tener parte de” y así se renuncia a “la lógica del tener y de la
acumulación realzando la importancia del ser […]. Incluso etimológicamente
cum-munus
don que requiere vínculos morales recíprocos”.
25
Así, pues, tratando de dar una respuesta a la pregunta que responde por
la causa formal,
sin la pretensión de decir que ésta es la esencia del bien común o pretender
agotar en pocas líneas la esencia del bien común, podemos decir que la per-
fección del bien común se encuentra en los siguientes elementos:
23
, E., Id a Tomás, p. 30.
24
Por equívoco se entiende que una palabra puede ser predicada de muchas formas, como
puede ser el caso de banco (un asiento, un lugar donde se hacen transacciones económicas,
una conglomeración de peces).
25
      Íconos. Revista de
Ciencias Sociales, núm. 48, Quito, enero, 2014, p. 47.
125
El bien común desde las causas aristotélicas
1) La totalidad de su esencia, pues, comprende todos los bienes útiles, bie-
nes placenteros o deleitables y bienes honestos, esto se debe gracias al modo
-

2) La tríada perfección-perfectivo-perfeccionante, el bien común es per-
fecto en cuanto a su esencia, a su forma, porque existe en la realidad social
por muy baja o pobre que sea; es algo que está en acto (modo del bien común),
no es un ideal o una utopía de una sociedad, sino que es algo en concreto,
pero que tal vez la sociedad no se ha encargado de procurar e incrementar;
además, es perfecto por su especie porque es algo que hemos conceptualizado,
y cuando nuestra inteligencia conoce este concepto es atraída por ella, trata
de perseguirla y conseguirla, pero no por sí misma, sino en comunión con
otras personas que integran la sociedad; por eso la especie le da razón y ten-

y actuar, sino todos los demás miembros de la sociedad debemos tender y
actuar para conseguirlo. El bien común es perfectivo “no sólo bajo la razón
de su especie, sino también bajo la razón del ser real”,
26
es decir, es perfectivo
en cuanto a la razón de su especie porque a pesar de hacer varios escritos
sobre el bien común, nunca vamos a agotar el conocimiento de lo que es el
bien común, nunca vamos a agotar el conocimiento de su esencia, por eso,
siguen existiendo muchos esfuerzos de muchas personas, instituciones, uni-
versidades, para conocer qué es el bien común; además, con todo el progreso
material y espiritual que ha hecho el ser humano, cada día va cambiando la
percepción del ser real del bien común, la razón principal por el que el bien
común inmanente bajo la razón del ser real se va perfeccionando se debe a
que se encuentra inscrito en dos categorías:
a) La temporalidad. El tiempo es una medición de un antes y un des-
pués. Gracias a la temporalidad el bien común inmanente no se puede
concretar perfectamente en ningún momento del universo, sino que
con nuestra medición temporal comparamos si el bien común anterior
se ha ido perfeccionando o se ha quedado estancado en el momento
actual en el que vivimos, además, hacemos una proyección hacia el
futuro sobre la razón real del bien común que queremos no sólo para
nosotros, sino para las futuras generaciones.
b) La espacialidad. Gracias a la espacialidad, el bien común tampoco se
puede concretar perfectamente en algún lugar del universo, lo que va-
mos realizando es comparar el bien común de cierta familia, colonia,
delegación, municipio, ciudad o país.
26
, Suma Teológica Iª, q. 5, a. 6, co.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
126
Por último, el bien común es perfeccionante, esto gracias a que el ser hu-
mano es perfectible, cuando consigue un bien, el bien, al ser perfecto lo per-
fecciona; cuando se alcanza un elemento del bien común perfecciona a toda
la sociedad y a cada uno de sus miembros según sus capacidades y necesi-
dades. Podríamos decir que el bien común es perfectivo y perfeccionante en
dos ámbitos; estos son, “en su aspecto cualitativo de perfección intensiva,
[y] en su aspecto cuantitativo de perfección extensiva al mayor número de
miembros de la misma”.
27
3) Difusivo de sí, gracias a que el bien común es perfeccionante, no es
algo que uno o algunos se queden para sí mismos, sino que es algo que se
difunde entre todos. La idea de que el bien es difusivo de sí la encontramos
con un ejemplo que Platón nos proporciona: al estar en el mundo de las ideas,
conocemos las cosas en sí (las ideas) gracias a que son iluminadas por los
rayos del Sol (La Máxima Idea, la Idea en sí, el Bien), todas las ideas que se
encuentran en el mundo de las ideas de Platón son perfeccionadas gracias a
la difusión del bien que proporciona el sol, no es que una idea o varias ideas
se apropien o enajenen todos los rayos del sol.
28
De la misma manera, todos
los miembros de la sociedad son perfeccionados gracias a la difusión que tie-
ne esencialmente el bien común. Por esto, podemos comprender que el bien
común tiene el concepto metafísico de orden, pues orienta las cosas, orienta
los bienes útiles, placenteros y honestos hacia los miembros de la sociedad,
genera un dinamismo tendencial entre los miembros de las personas y el bien
común, y por último la perfección intrínseca del bien común comunica todas
sus perfecciones y su fin. Además, así como todos podemos gozar de la difu-
sión de la luz y el calor que proporciona el sol sin intermediarios, el bien co-
mún se difunde a todos los miembros sin intermediarios y sin interferencias.
     


5) Igualdad proporcional, como ya he mencionado, el bien común no pue-
de ser exclusivo de uno o algunos sino de todos los miembros de la sociedad;
no es un bien con absoluta igualdad, si no caeríamos en totalitarismos, se da
“en cada uno según la proporción que le es debida y conveniente”.
29
Una
analogía que nos podría ayudar a entender esta situación es cómo el alma
humana está y actúa en todo el cuerpo humano; la esencia del alma humana
se encuentra totalmente en todo el cuerpo y en cada una de sus partes; “pero
27
, S., Doctrina política de santo Tomás, p. 31.
28
Cf.  República, Madrid: Gredos, 2011.
29
y Derechos humanos y naturaleza humana, México: UNAM-Instituto
de Investigaciones Jurídicas, 2017, p. 131.
127
El bien común desde las causas aristotélicas
no con totalidad de virtud, sino que en cada órgano está según su capaci-
dad y aptitud funcional”.
30

el bien particular o los bienes de las sociedades naturales imperfectas (como
son las sociedades conyugales, sociedades familiares, sociedades educativas,
etc.), no son absorbidos ni mucho menos suprimidos o aniquilados, sino que
la sociedad debe comprometerse a respetarlos y, en la mayor medida posible,
acrecentarlos.
Ahora bien, partiendo del elemento perfectivo del bien común de la socie-
dad perfecta, creo que su causa formal no es sólo una especie, sino que tiene
cierta concreción en la realidad o una razón de ser real. Podemos encontrar
la causa formal del bien común en su razón de ser real en cuanto a que da
un orden orgánico de la sociedad a través de tres elementos: 1) el Estado de
Derecho, 2) las leyes, y 3) las estructuras institucionales.
1) Estado de derecho.
Este elemento formal del bien común es de suma relevancia. Me parece que en
algunas ocasiones o se da de hecho o no se toma en cuenta, pero creo que tiene
De civita-
te Dei vislumbró la preponderancia del estado de derecho al interrogarse: ¿qué
    
tipo de sociedad, también buscan un bien común, están organizados, tienen
-
ger
31
menciona que el Estado también se ha desvirtuado y se ha convertido en
una banda de criminales muy bien organizada con las leyes y las estructuras
institucionales a su servicio; todo esto sucedió porque el poder se separó del
derecho, y al separarse de él se encarga de destruirlo.
Por esta razón, es necesario hacer explícito dentro de la causa formal del
bien común la existencia del Estado de Derecho, porque sin él las alcaldías,
municipios, ciudades y países corren el riesgo de perder el rumbo y no con-
seguir el bien común.
Es verdad que al tratar el bien común queremos saber la forma en la que
nos organizamos y convivimos, que es una comunidad que persigue un cier-
to bien y que este bien organiza a la comunidad que la persigue, y que ade-
más se dan ciertas reglas y que se crean hábitos adquiridos,
32
pero volviendo
a la idea de san Agustín, también una banda de ladrones se organiza y con-
vive, es una comunidad que persigue un cierto bien y que éste lo organiza,
30
y Derechos humanos y naturaleza humana, p. 34.
31
Cf.  XVI, La caridad política, Ciudad del Vaticano: Editrice Vaticana, 2012.
32
Cf. , M., “Operacionalizar el bien común…”
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
128
se dan ciertas reglas y se crean y adquieren hábitos. Pero esto sucede por tres
cosas: la primera, porque hay una mala concepción de lo que es el bien, y
actualmente por el relativismo muchas personas llaman bueno algo que in-
trínsecamente es malo y llaman malo algo que es bueno; parafraseando a G.
K. Chesterton: han llamado “derechos” a sus deseos personales y “abusos” a
los derechos de los demás. La segunda, porque el mal a muchas personas se
les presenta como un cierto tipo de bien, y éste es conocido como aparente.

puede iluminar al ser humano para poder dirigirse hacia donde debe, y al
estar oscurecida la luz natural de la razón el hombre ya no puede discernir
entre lo que es lo bueno y lo malo.
Ante un Estado Democrático, el Estado de Derecho debe tener ciertas
características como la existencia de una Constitución que vaya conforme a
la identidad de los miembros de la Nación, el cual debe mostrar de dónde
venimos, quiénes somos, a dónde vamos y quiénes queremos ser como co-
munidad, cómo nos vamos a organizar, cómo consideramos que vamos a
encontrar la justicia;
33
los principios de primacía de la ley; el apego del Estado
a la ley, y si existiera un desapego, la existencia de procedimientos serios y

34
autocon-
tención y control por parte del Estado; la división, interdependencia y control
de poderes, especialmente la existencia de un Poder Judicial independien-
te; la responsabilidad de los servidores públicos frente a la ciudadanía. De
alguna forma, estas características del Estado de Derecho nos permitirán ir
acabando tanto con la banda de ladrones, como con las bandas de criminales
que someten a su arbitrio las leyes y las instituciones.
2) Las leyes.
En la actualidad podemos constatar la creación de leyes absurdas, hechas
a modo para los servidores públicos y en algunas ocasiones para oprimir a la
ciudadanía.
35
Esto se debe a que las leyes hechas por los seres humanos, cono-
cidas como leyes positivas, no se adecuan a las leyes morales. Como se men-
cionó
33
Según Weiler, las Constituciones hacen tres cosas: 1) organizan las funciones de los Estados,

los valores, símbolos e ideas que hacen que esa sociedad sea esa sociedad, asimismo como
el ethos y el thelos, los fundamentos y aspiraciones culturales de una comunidad política. Cf.
 G., The Cube and the Cathedral. Europe, America, and Politics Without God.
34
Cf. ONU, La ONU y el Estado de derecho. Hacia un modo justo, seguro y pacíco regido por el estado
de derecho.
35
Podemos poner como ejemplo a la Alemania Nazi, que persiguió a los jóvenes que se autode-
nominaban Die Wieße Rose, o bien, los soldados conocidos como Guardianes del Muro de Ber-
lín que mataban a civiles amparados por el Derecho de la República Democrática Alemana.
129
El bien común desde las causas aristotélicas
leyes positivas se han separado y desviado de las leyes morales. La respuesta

moral es algo del ámbito privado y no se puede llevar al ámbito público; pero
esto es un error.
Es un error porque todas las leyes positivas deben participar y emanar de
las leyes morales, lo que hacen o deberían hacer los legisladores es la inter-
pretación de las leyes morales y escribirlas de forma entendible, accesible y
aplicable para todos los ciudadanos. Esto, debido a que la ley moral regula
y mensura las leyes positivas, al ser regla y medida ayuda a los seres huma-

positiva le da disciplina al ser humano para poder alcanzar y perfeccionarse
en las virtudes, pues las virtudes le ayudan a retraerse de los placeres indebi-
dos; y esto se hace de dos modos, el primero con la persuasión de la palabra,
para los que es más fácil retraer del mal, y la segunda con la fuerza y el mie-
do, para los que es más difícil retraer del mal pues son rebeldes y propensos
al vicio, y la disciplina de la ley es necesaria para alcanzar la paz. Entonces,

participación de la luz de la ley moral, porque la ley moral nos indica cuál es
el bien que se debe hacer y cuál el mal que se debe evitar; si la ley positiva es-
cinde de la ley moral, entonces generaremos ciertas reglas que atenten contra
el bien común y a partir de estas reglas propiciaremos la creación de ciertos
hábitos, que degeneran en vicios, en detrimento del bien común; es decir, la
ley está en orden al bien común. Este ordenamiento de la ley al bien común se
debe a lo que es la ley: “la ordenación de la razón al bien común, promulgada
por quien tiene el cuidado de la comunidad”.
36
3) Estructuras institucionales
Para garantizar los dos elementos anteriores, son imprescindibles las es-
tructuras institucionales, mejor conocidas como instituciones gubernamen-
tales, pues la sociedad reunida en muchedumbre ¿cómo podrá asegurar el
Estado de Derecho y cómo podrá interpretar la ley moral y crear leyes posi-


        
poder establecer mecanismos e instituciones que puedan garantizar tanto
el Estado de Derecho –como el sistema de checks and balances del gobierno
de Estados Unidos de América para que ninguna rama de gobierno se haga
más poderosa que otras–, así como la interpretación de la ley moral y la
36
, Suma Teológica I-IIæ q. 90, a. 4, co.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
130
creación de las leyes positivas. El poder que se encarga de interpretar la ley
moral y crear la ley positiva es el poder legislativo, pero el que ejecuta estas
leyes es el poder ejecutivo. El poder que se encarga de asegurar el Estado
de Derecho de un Estado Moderno es el poder judicial, pero para que esto
pueda darse de facto es necesario, como habíamos apuntado más arriba, la
existencia de este poder judicial de forma independiente.
Pero la realidad social es tan vasta y compleja que estos tres poderes no

y por esta razón también existen los Ministerios o Secretarías, y en general,

México, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Comisión Federal de
Competencia Económica, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la
Información y Protección de Datos Personales, el Banco de México, Mexicanos
Contra la Corrupción y la Impunidad, México Libre de Corrupción, etc.,
37
para
tratar cada parte de la realidad y poder comprender e interpretar la ley, y a

3. Causa eciente del bien común
La respuesta a la pregunta de esta causa pareciera que es algo totalmente
sencillo, pero en la realidad también tiene cierta complejidad. La respuesta
inmediata es la sociedad, o también podríamos decir “el pueblo”; pero la
realidad es que no existen ontológicamente ni la sociedad ni el pueblo, no
son masas informes que encontramos caminando por la calle, sólo son cons-
trucciones mentales para poder referirnos a la reunión de todas las personas
humanas para alcanzar un objetivo en común. En algunas ocasiones, estos
conceptos son manoseados por gobernantes autoritarios para hacer creer a
los miembros de la sociedad que existe una distinción: por un lado, encon-
tramos a los miembros de los partidos políticos, quienes son los malos y co-
rruptos y, por el otro, los ciudadanos, el pueblo bueno (donde se encuentra
hipostasiado el gobernante autoritario). Estos gobernantes hablan en “re-
presentación del pueblo”, pero si les preguntáramos a nuestros familiares,
amigos, vecinos, colegas, académicos, empresarios, líderes sociales: ¿cuándo
se reunió todo el “pueblo” para que el gobernante hable en representación

ni sucederá, y el gobernante no puede tomar la palabra por todo el pueblo

37
La experiencia en otros países también es relevante: el Ombudsman en los países nórdicos, la
Reserva Federal en USA, etc.
131
El bien común desde las causas aristotélicas
un solo pensamiento, un solo interés, un solo sentimiento y una sola voz,
los del gobernante autoritario, y no la polifonía y la gama cromática de

sucede cuando la autoridad habla en nombre del pueblo es la divinización
del puesto, la frase: vox populi, vox Dei
Para abordar este problema sobre lo que es la sociedad, también lo podre-
mos abordar desde las cuatro causas aristotélicas, pero no lo haré in extenso,
sino sólo se resaltarán algunas cuestiones importantes para el bien común. Para
la causa material de la sociedad, es la persona humana; para la causa formal,
-

causas, sólo quiero explicar lo que entiendo por la causa material, formal y

El centro y el núcleo de la sociedad y del bien común es la persona hu-
mana. Como ya hemos mencionado, la persona humana es el mayor bien
honesto existente, su valor es invaluable, vale más que todas las cosas exis-
tentes en el universo, y vale por sí misma gracias a la dignidad que posee. Por
esta razón, la sociedad debe comprometerse a proteger a todo ser humano y
hacer valer todos y cada uno de sus derechos; porque cada ser humano es
único e irrepetible, es una novedad única en todo el universo, todo el uni-

nos ofrece la visión y la comprensión que tiene del universo, además por él
es como todo el universo material es llevado a la trascendencia a través de lo
verdadero que diga del universo, de lo bueno que pueda aprovechar de él,
y de lo bello a través de sus manifestaciones artísticas. Todas aquellas cosas
que aporta y aportará cada ser humano nunca existirían si no existiera ese ser
humano en particular; cuando muere un ser humano o no se le permite nacer
o desarrollarse, nunca más existirá esa novedad única, perdemos la única
comprensión y visión que tiene él del universo mismo, y así todo el universo

capacidad de ser libre, y el Estado debe garantizar la protección de su liber-
tad; asimismo, por su dignidad, el hombre es igual a otro, esto no contradice
lo anteriormente expuesto sobre la novedad única existente, sino que todos
valemos por igual, todos los seres humanos tenemos la misma dignidad y no
se debe eliminar sus libertades o excluir de la sociedad por sus características
de raza, religión, posición económica, clase, etnia.
Resulta interesante que la causa formal de la sociedad sea la autoridad
y que la causa formal del bien común inmanente sean el estado de derecho,
-
timamente establecida es garante de la existencia, protección, procuración e

Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
132
goza de la potestas. La discusión sobre el origen de la potestad ha llevado a los

como Platón, Aristóteles y Cicerón el origen de la potestad proviene de la
misma divinidad, por esta razón podemos encontrar un “enloquecimiento”
o “emborrachamiento” (υβρις) de poder por parte de los que ostentaban la
autoridad en esos momentos, pues se creían hijos de los dioses, o hijos de dios, y
hasta algunos se creían el mismísimo dios, como son los casos del faraón en
Egipto y del César en el Imperio Romano. Cuando empieza la época moderna,
tratan de hacer esta escisión, por ejemplo, con Maquiavelo vemos la separación

modernos e ilustrados, como son Hobbes, Locke, Rousseau, Montesquieu, Ro-
bespierre,
38
dirán que el origen del poder proviene de la voluntad del pueblo,
pues ellos, a través de un pacto, han decidido ceder su voluntad y el poder de
su voluntad a alguien que los gobierne; además, al ceder el poder de su volun-
tad también han decidido otorgar su poder, entendido como fuerza, a un po-
der público a través de las fuerzas armadas para establecer y conseguir la paz.

de gobierno de la democracia participativa que tenemos, creemos que el poder
proviene del pueblo y se lo otorgamos al gobernante, lo damos por hecho y por

Santo Tomás de Aquino nos ofrecer una respuesta esclarecedora sobre
este punto. Considera que hay tres razones
39
que nos permiten examinar el
origen de la potestad, las cuales no debemos considerar independientes sino
interdependientes; a saber:
i) La primera razón es en cuanto a la misma autoridad, aquí nos referi-
mos a quien es por antonomasia el poder, y este es Dios, pues esen-
cialmente Dios es Poder, es la εξουσία (exousia).
40
El poder concebido
como exousiaes
algo que va de dentro hacia afuera (εξ) del ser (ουσία), y esto no signi-

produce y desarrolla desde dentro para salir fuera de sí mismo, sino
-

guarda una íntima relación con el derecho. Concebido el poder como
38
, M., Filosofía política, México: Editorial Torres, 2006.
39
Cf., Super Epistolam ad Hebraeos.
40
El concepto griego de εξουσία es totalmente distinto a otros conceptos griegos que están
relacionado con el término poder, a saber, κρατος (que lo conocemos comunmente como
gobierno) y δυναμις (que lo conocemos comunmente como fuerza). La palabra εξουσία tiene
una connotación de derecho, facultad, libertad, abundancia y riqueza.
133
El bien común desde las causas aristotélicas
exousia, pensamos que el poder no es un poder que viene de uno mis-
mo, sino es un poder que se da.
ii) La segunda razón es por el modo de adquisición o de apropiación de
la autoridad; cuando la autoridad proviene de Dios, se adquiere según
un orden o de un modo ordenado; cuando no es de Dios, se da por un
perverso apetito del hombre, que puede ser por ambición o cualquier
modo ilícito. Debido a que el poder es algo que se da, toda autoridad

Gracias al orden o modo ordenado que da la estructura jurídica del
derecho, así el poder es responsable y está anclado en un orden intrín-
seco (anclado en el ser mismo, y esto posibilita la operación a través
del derecho).
41
Además, el gobernante debe cultivar la virtud de la
prudencia (y es la virtud que le corresponde por antonomasia, porque
contiene el imperio o mandato), las personas reunidas en muchedum-
bre participan de la prudencia del gobernante y tienen actividad po-
lítica en la sociedad perfecta. 
existir la sujeción de los súbditos para ser gobernados; además, existe
una gobernabilidad activa cuando se legitima la participación de los
ciudadanos en algo del gobierno de la ciudad (ejecutores de un plan),
dirigidos por la prudencia del gobernante (arquitectónica); si no existe
esta legitimidad, entonces no existe una gobernabilidad activa, sino
una tiranía y por lo tanto queda anulada la potestas del gobernante,
pero no la coercio, pues puede seguir manteniendo el poder efectivo
sin la legitimidad de la potestas. Así, tanto gobernante como gober-
nados participan juntos del gobierno de la ciudad o de la Nación y
buscan en conjunto el bien común, gracias a la virtud de la prudencia,
pues ésta tiene relación con la justicia legal, que a su vez está relacio-
nada con el bien común.
iii) La tercera razón es en cuanto al uso de la autoridad; cuando está orienta-
da hacia Dios, cuando alguien según los preceptos de la divina justicia es
utilizado por su autoridad concedida; o cuando se usa contra la justicia
divina. Aquí la divina justicia la podemos entender como la ley eterna, la
cual conocemos gracias a que participa de su luz a la ley moral.
Podemos decir que el poder nace y se fundamenta en la obediencia al Ser,
y que esta obediencia se resuelve en cada consciencia; asimismo, exige una
responsabilidad con el orden intrínseco. Con su obediencia, la autoridad da
una respuesta fundamentada en la verdad y el bien. Obediencia y responsa-
41
-
siones del deber.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
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bilidad están íntimamente ligadas. Además, la legitimidad del poder provie-
ne de la ley positiva, en virtud de la ley eterna.
Así pues, la relación que tienen las causas formales tanto de la sociedad
como del bien común es en cuanto que se tiene el poder fundamentado en el
hacer algo conforme a las exigencias del derecho. Por esta otra razón, el bien
común no es algo estático, sino que tiene un dinamismo gracias al actuar de
la autoridad en conjunto con todos los miembros de la sociedad. Por esta ra-
zón, uno de los siete sabios griegos, Bías, dijo: “la autoridad o el poder revela
al varón, es decir, muestra si es perfecto o incapaz. Pues aquel que manda ya
se halla en comunicación con otro, pues le pertenece disponer las cosas que
se ordenan al bien común”.
42
Vistos estos elementos, es de suma relevancia la pregunta que John Rawls
se hace acerca de la autoridad o gobierno sobre el bien común, él se pre-
gunta: “Qué elementos de las instituciones políticas y sociales […] tienden a
impedir la invocación [o vocación] sincera de la justicia y del bien común o

43
Propone
como ejemplo a estudiar el fallido sistema político del Canciller Bismark y
enumera seis aspectos, de los cuales sólo retoma dos; a saber, “que los parti-
dos políticos sólo eran grupos de presión y que, debido a que jamás aspira-
ban a gobernar –es decir, a formar gobierno–, tampoco estaban dispuestos a
alcanzar compromisos o a negociar con otros grupos sociales” y, el segundo
aspecto, es que no “estaba mal visto que las autoridades gubernamentales –
incluido el canciller– atacaran a ciertos grupos acusándolos de enemigos del
imperio”.
44
Además de estos elementos que menciona Rawls, otro elemento
que hay que mencionar que impide la vocación al bien común de las institu-
ciones públicas es la corrupción. En México tenemos muchas palabras para
referirnos a este fenómeno,
45
pero estas palabras hacen referencia a diferentes


   
sociedad perfecta. Aquí se encuentra el centro de donde proviene la fuer-
za y la iniciativa de la producción del bien común. Toda la sociedad, tanto
los gobernantes como los ciudadanos, son los responsables del fomento del
bien común. Aquí es donde nos preguntamos todos por nuestra identidad
42
, Comentario al libro de la Ética, lib. 5 l. 2 n. 10.
43
 Lecciones sobre la historia…, p. 35.
44
 Lecciones sobre la historia…, p. 36.
45
Como son “aceitar, agandallar, arreglarse, aviaduría, busca, cachirul, carrancear, charolear,
chayote, chueco, cochupo, coyote, diablito, embute, enjuague, antre, fayuca, huachicol, hu-
seo, maicear, mapache, moche, mordida, pitufeo, prestanombres, repartir el queso, salpicar,
transa”. , G., El poder corrompe, México: Debate, p. 109.
135
El bien común desde las causas aristotélicas
       
         
¿cuál es nuestro ethos y nuestro thelos

-
tramos lo que comúnmente se llama voluntad popular, poder social o soberanía
popular, es donde cada miembro de la sociedad se convierte en agente del
bien común; pero esta acción es algo que debe tener una estabilidad y una du-
rabilidad, pues, como hemos visto, el bien común se encuentra circunscrito
en el tiempo-espacio; además, esta acción es dirigida por la virtud de la pru-
dencia, tanto regnativa (que le corresponde al gobernante) como la política
(que le corresponde al ciudadano).
Otro elemento más a considerar, antes de seguir desarrollando la causa
cómo se aplica la igualdad proporcional antes descrita en la
causa formal del bien común; éste se da con las diferentes sociedades que se
encuentran de forma inherente en la sociedad política perfecta, en efecto, la
sociedad política perfecta cuenta con diferentes tipos de sociedades, como
son, sociedad conyugal, sociedad familiar, sociedad de amistad, sociedad
de manzanos, sociedad de colonias, sociedad de delegaciones, sociedad de
municipios, sociedad de pueblo, sociedad de ciudad, sociedad empresarial,
sociedad educativa, sociedad de padres de familia, sociedad artesanal, socie-

sociedad la corresponde su propio bien común; por la existencia de estas
diferentes sociedades, el bien común se aplica de forma análoga o de igual-
dad proporcional porque todas estas sociedades participan del bien común
inmanente universal, no de forma igualitaria, sino tomando lo que le es ne-
cesario y propio.

garantizar, custodiar, procurar e incrementar el bien común, ahora hay que
analizar algunos aspectos que le corresponden a la ciudadanía.
En nuestros días se han vuelto temas populares y de gran relevancia la
participación ciudadana y el empoderamiento ciudadano; pero estos dos con-
ceptos han caído sólo en el actuar ciudadano de la emisión del voto para po-
der elegir a sus representantes en el gobierno; o cuando menos esto es lo que
normalmente la gente piensa. Además, existe un desencanto y un hartazgo
por la política, las personas han mostrado un creciente desinterés en los temas
del ámbito público y han decidido recluirse en los temas del ámbito privado;
y al tomar esta opción, han decidido ceder su participación a otras personas
para que ellas sean quienes tomen las decisiones por ellos, y normalmente las
personas que no se han comprometido con el actuar social y han cedido su
participación están inconformes y se quejan de una forma pasiva.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
136
Para que la indiferencia, desencanto y hartazgo de los temas políticos no
sea una constante en el futuro, y para que más personas mejoren su actividad

la consciencia. La consciencia es “un tipo de conocimiento que me permite
captar y darme cuenta de algo”. Normalmente la consciencia la ubicamos en
el ámbito de la moral, y es más recurrente el tema cuando cometemos un acto
moral malo, decimos coloquialmente que “nos remuerde la consciencia”;
pero el tema moral de la consciencia es sólo uno de sus múltiples ámbitos,
como puede ser el psicológico o religioso, por esta razón un ámbito a conside-
rar en la consciencia también es dentro del tema cívico, el cual englobaría la
consciencia ciudadana y la consciencia política. Con estos ámbitos de la cons-
ciencia no se quiere decir que existan diferentes tipos de consciencia, sino que
es sólo una consciencia pero que tiene diferentes tipos de conocimiento y de
aplicación. Esta consciencia cívica se desprende del ámbito de la consciencia
moral, pues tiene una relación con los temas del derecho y del deber. Por esta
unión entre los ámbitos de lo moral y de lo cívico, cuando la consciencia le
dice a uno que tiene que participar en la política o que no se tiene que desen-
tender de los temas políticos o que se tiene que informar, existe una obliga-

más arriba, el nacimiento y el fundamento del poder se da en la obedien-
cia del ser y se resuelve en cada consciencia, todo ser humano está obligado
a formar rectamente su propia consciencia para ser testigo de la verdad, el
bien y el derecho dentro de los ámbitos de la ciudad.
Para conocer la consciencia cívica de los ciudadanos mexicanos, el Institu-
to Federal Electoral de México hizo una encuesta
46
preguntando dos cosas a
los ciudadanos: ¿qué tan de acuerdo o desacuerdo estás con la siguiente frase

tan de acuerdo o desacuerdo estás con la siguiente frase “la gente como yo
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ción en general fueron un rotundo “no muy de acuerdo” para ambas pregun-
tas. A estas mismas personas, habría que hacerles otras preguntas para saber
qué tan conscientes son de su responsabilidad cívica y así poder actuar.
Las preguntas que se proponen para generar consciencia cívica-ciudadana

tiempo le dedicas a la semana a conocer lo que sucede en tu colonia, alcaldía,
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46
Cf. IFE, Estrategia Nacional de Cultura Cívica 2017-2023.
137
El bien común desde las causas aristotélicas

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cómo pedir rendición de cuentas a algún funcionario público a través del
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-

A partir de estas preguntas podremos ir formando la consciencia cívi-
ca-ciudadana y ayudar a los ciudadanos a conocer cuáles son sus derechos
y deberes como ciudadanos, y a comprometerse con la consecución del bien
común; además, podremos trabajar lo que es la participación ciudadana, po-
dremos preguntarles a nuestros funcionarios públicos si están convencidos
de la necesidad de la participación ciudadana, así como conocer y exigir la fa-
cilitación de condiciones necesarias para que la ciudadanía se involucre, y el
asesoramiento de los funcionarios a la ciudadanía para el diseño, implemen-
tación y dar seguimiento a la evolución de las políticas públicas. Pero para
que esto pueda suceder, es necesario otorgarle el poder que le corresponde
a la sociedad (o lo que se conoce como empoderamiento) para que tengan
movilidad política y ahora sí estén totalmente de acuerdo en que los políti-
cos se preocupen mucho por lo que piensa la gente como yo y que la gente

que suceda el empoderamiento ciudadano deben considerar los siguientes

los partidos políticos no deben monopolizar el poder social, deben dejar ser
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
138
actores a los mismos ciudadanos y no sólo eso, deben dejarlos jugar en la
cancha política sin verlos como rivales; 2) que los ciudadanos tengan un peso
én toma las decisiones; y 3)
los ciudadanos deben ser capaces de evaluar, comparar, decidir sobre los te-
mas relevantes de la agenda pública y las opciones políticas de competencia.
Otro elemento a resaltar para la formación de la consciencia cívica son las
ideas de los derechos civil, político y social que condensan, en cierta manera,
algunos de los rasgos hasta ahora dichos y que podríamos englobar con los
derechos que se tienen como ciudadano.
Gabriel Zaid, en su libro El poder corrompe,-
cesario que los conciudadanos vigilen, pongan límites y controlen a los que
ostentan la autoridad, pues para que éstos no se crean dioses, los conciudada-
nos deben recordárselo. Dice que actualmente en México, por el hartazgo de
la corrupción, empieza a haber mayor fuerza y dedicación de los conciuda-
danos a organizarse. Muchos ciudadanos se desencantan de poner su esfuer-
zo en la mejora del país porque las instituciones están tan corrompidas que
no dan paso a la mejora, además, muchos piensan en cambiar esta situación
desde el jefe o encargado y no desde lo más cercano. Gabriel Zaid propone
   
necesario que los ciudadanos empiecen por denunciar y exponer a los funcio-
narios que están con mayor contacto con las personas y no a los funcionarios
públicos que son los jefes. Pone algunos ejemplos a nivel nacional que han
tenido gran repercusión, como son: la fundación de Transparencia Mexicana,
el Grupo Oaxaca, la marcha silenciosa por la Paz y la Seguridad de 2004, el
Tres de Tres; a nivel internacional, Ushahidi en Kenia, I paid a bribe de Ramesh
Ramanathan, Monitor Ciudadano en Colombia.
47
Además de todo esto, falta volver a mencionar y revalorar una virtud que


virtud como parte fundamental de la vida de la sociedad perfecta, pues la
amistad civil o amistad política es perfeccionadora del bien común. Según un
economista contemporáneo, Albert O. Hirschman, dirá que es verdad que la
-
glar el pavimento, instalación de electricidad y alcantarillado, la seguridad en
-
sa, lo que de verdad importa y la verdadera recompensa es la participación

surgen otros elementos que no debemos perder de vista y que son de suma
47
Cf. , G., El poder corrompe, México: Debate, 2019.
139
El bien común desde las causas aristotélicas
importancia para la acción o la agencia, como el contacto y las relaciones
y nexos con las demás personas que surgieron gracias a esa participación, y
por ende, por la convivencia con los demás miembros de la sociedad surgen
nuevas relaciones de amistad y solidaridad, y así empezamos a formar parte
de un colectivo; podríamos decir que el tejido social se está construyendo, o
bien, se está reparando si es que estuvo lastimado por los males que aqueja-
ban a la colonia, barrio, ciudad, Nación.
48
La propuesta de volver a poner a consideración la amistad civil o política se
debe a que ésta es un tipo de amor, el cual busca, comunica y difunde el bien
a la otra persona de forma totalmente desinteresada. Hay dos tipos de amis-
tad civil, una entre iguales y otra entre desiguales. La amistad entre iguales
(ciudadanos) ayudará a reestablecer y fortalecer la justicia conmutativa y el
justo derecho entre ellos, a este hábito lo conocemos como la solidaridad; la
amistad entre desiguales (gobernante-ciudadanos) ayudará a reestablecer y
fortalecer la justicia distributiva, y a este hábito lo conocemos la subsidarie-
dad. La alegría y gozo de esta amistad se da en la paz social.
José Woldenberg retoma del libro Hacia una nación de ciudadanos una idea
que es necesario considerar: existe una retroalimentación y una coexistencia
entre el Estado de Derecho y la ciudadanía,
49
no se puede entender Estado de
Derecho sin la ciudadanía y viceversa. En el apartado de la causa formal del


-
nicación de las perfecciones; además, que una de las razones de ser real de
la causa formal es el Estado de Derecho, y que éste tiene una crisis severa
debido a que el Estado se ha desvirtuado y se ha convertido en una banda de
criminales cooptando las instituciones y usando a su conveniencia las leyes,
además que no existe realmente una adaptación de la causa material y causa

y que no existe una comunicación de las perfecciones. La solución sigue es-

haciendo consciente a cada uno de sus ciudadanos de sus derechos y deberes
para con su comunidad; además, fortaleciendo a la ciudadanía, formando
una nación de ciudadanos que tengan una participación activa para la so-
lución de los problemas que aquejan a la comunidad, y para que el Estado
de Derecho se vuelva a revindicar es necesaria esta participación activa de
los ciudadanos en los ámbitos de decisión de las instituciones para tener un
48
Cf. , J., Cartas a una joven desencantada con la democracia, México: Sexto Piso, 2017.
49
Cf. , J., Cartas a una joven desencantada…
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
140
control social que sea efectivo.
50
Por otro lado, tomando en cuenta que Mé-
xico tiene un régimen constitucional democrático, debemos tomar nota de lo
que dice John Rawls: “un régimen constitucional no puede durar mucho si
sus ciudadanos no participan desde el primer momento en la política demo-
crática con unas concepciones y unos ideales que “respalden refuercen sus
instituciones políticas básicas”.
51
-
ción de la consciencia cívica hacen falta tres elementos para la formación de
la ciudadanía; a saber, la identidad nacional, la memoria nacional y las vir-
tudes cívicas. La autoridad es el garante de la identidad y memoria nacional,

la historia a su modo, porque si no crea división, un presente que no existe y
súbditos (servidumbres) en vez de ciudadanos. Tanto la autoridad como los
ciudadanos deben tener pleno dominio de la historia de la Nación (pasado
de la Nación), deben conocer lo que está sucediendo en el día a día, los pro-
blemas, necesidades e inquietudes de los miembros de la Nación (presente
de la Nación), y al conocer bien el pasado y el presente, la experiencia y
el tiempo, la autoridad y los ciudadanos deben aconsejar bien y prudente-
mente para el futuro de la Nación. Debemos recordar que formalmente (en
su tríada perfección-perfectivo-perfeccionante) el bien común se encuentra
inscrito en el tiempo, así pues, el bien común no sólo son los bienes que tene-
mos o gozamos en la actualidad, sino que también están compuestos por los
elementos pasados (historia) y futuros (los elementos que estén en el porve-
nir, y contingentes posibles –un poco leibniziano– superando los presentes).
En el caso de las virtudes cívicas,
52
sólo mencionaré una lista que considero
como tales: gratitud, justo castigo, veracidad, afabilidad, liberalidad, epiqueya,
gnomé, magnanimidad, patriotismo, solidaridad, subsidariedad, participa-
ción, justicia y caridad social. De la identidad nacional y la memoria nacional
se puede decir que son fáciles de enseñar y de formar en los ciudadanos; la
cuestión se complica en saber cómo formar en virtudes –un concepto totalmen-

y especialmente, en virtudes de los cuales no se nombran ni se conocen
comúnmente, como puede ser la epiqueya o la gnomé. Con todos estos ele-
50
Cf. , E. y , J., Hacia una nación de ciudadanos, México: FCE, 2014.
51
, J., Lecciones sobre la historia…, pp. 32-33.
52
También existen las virtudes sociales. En la Suma Teológica, II-IIæ encontramos estas virtu-
des sociales en la virtud de la justicia: la religión, la devoción, la piedad, la observancia,
la obediencia, el agradecimiento, la verdad, la amistad, la liberalidad, la prodigalidad y la
epiqueya.
141
El bien común desde las causas aristotélicas

53
los que

con mayor energía y de la mejor manera posible.
Gracias a esta idea podemos darnos cuenta de que el bien común no es
una mónada, no es un bien ensimismado o encerrado en sí mismo, no es algo
concluido, sino que está abierto e inconcluso.
4. Causa nal del bien común

“aquello hacia donde va dirigido el impulso del agente”.
54
Por esta razón, lle-


pregunta pide por la razón de existir, ¿para qué
          

No debemos olvidar la analogía que se propuso al inicio de este escrito,
considerar a la sociedad como un mega-hombre. Esta analogía nos sirve por

al apetito racional del hombre, es decir, su voluntad; el segundo elemento es

al mundo a ser feliz. Lo que se quiere dar a entender es que también una con-

orden –el elemento relativo entre
modo y especie– de bien, el bien común pone orden a todos los hombres, to-

que el bien común hace que todos los miembros de la sociedad estén relacio-
nados con los elementos materiales de éste (los bienes exteriores e interiores

óptimo de las cosas humanas, y al tener este fin óptimo se pueda alcanzar la
felicidad de sus miembros.-

plenamente feliz de todo hombre.
53

al hablar de bien común decimos que el bien común se construye, pero el verbo “construir”

las cosas como a la persona, cualidades personales y a las virtudes; además, tiene la connota-
ción de incitar en las demás personas sentimientos o actitudes de gran trascendencia.
54
, Suma Teológica, I-IIæ q. 1, a. 2, co.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
142
-
na, la vida en paz y segura, la concordia, la tranquilidad social. Para Tomás

desarrollada esa vida en el vivir común en el que atañe a todos, y también en
lo particular por lo que hace referencia a cada cual”,
55
para Santiago Ramírez
es “la concordia, el orden, la paz y la tranquilidad social, estando cada cual

al bien de todos y participando proporcionalmente del bienestar común”.
56
-
bros conforme sus capacidades y fuerzas, ¿qué implica la participación polí-

de éxito que debe ser contada para poder replicar, conocer cuáles fueron los
problemas que enfrentaron y cómo los solucionaron. Con experiencia exi-
tosa nos referimos a una acción que ha sido realizada y medida o evaluada,
además, presume ser exitosa pues ha sido efectiva en lograr el objetivo plan-
teado. Estas experiencias exitosas se encuentran enmarcadas en las buenas
prácticas o prácticas inteligentes, las cuales constan de: 1) un potencial latente
para crear valor; 2) un mecanismo para extraer y concretar ese potencial, el
cual busca crear ventaja a partir de una problemática o una demanda social
que se pretende atender; 3) la participación de diversos agentes que ayudan
al fortalecimiento de la comunidad a través de la innovación de métodos o
mecanismos; 4) obtención de resultados que perduran en el tiempo cuyo im-
pacto es medible y se encuentra sistematizado, documentado y experimen-
tado, además pueden ser replicados en cualquier lugar y tiempo; y 5) genera
innovaciones y aprendizajes de cómo desarrollarlo.
57
Las buenas prácticas o prácticas inteligentes tienen características secunda-
rias: la implementación de características, las cuales encarnan el mecanismo
básico; las características de apoyo, que son principalmente aquellos recursos
utilizados para crear las características de implementación, por ejemplo, un
presupuesto y una estructura institucional; y las características opcionales,
aquellos que son de interés para los actores en el sitio donde se observa la
práctica pero que no necesariamente se valoran en otros lugares.
58
55
, Comentario al libro de Política, II, lect. 5, n 248.
56
, S., Doctrina política de santo Tomás, p. 32.
57
Cf. INEE, Detección de buenas prácticas locales de evaluación y uso de resultados para la mejora. En
-
cas-locales-de-evaluación-y-uso-de-resultados-para-la-mejora_lta.pdf
58
Cf. , E., A Practical Guide for Policy Analysis. The Eightfold Path to More Eective Problem
Solving, California, EUA: SAGE, 4
a
ed., 2012.
143
El bien común desde las causas aristotélicas
A modo de conclusión
En este escrito hemos visto có
cuatro causas aristotélicas, cómo se encuentra nutrido este concepto y cómo
es que no podemos reducirlo a un simple bienestar o a un bienvivir. Es un

Michael Sandel, Michael Walzer, Martha Nussbaum, Hans Sluga, Patrick
Riordan, entre otros. Actualmente existe un esfuerzo de presentar el bien co-
mún como un principio de acción moral y social, lo que se quiere decir es que
se quiere presentar al bien común como algo dinámico, algo que se pueda
aplicar en la realidad concreta y no sólo la especulación metafísica.
59
A partir de estos nuevos esfuerzos de pensar no sólo el bien común de
forma general, sino de la existencia de bienes comunes que son concretos,
se tiene que repensar el bien común en varias comunidades como puede ser
un Municipio, una universidad, una empresa, en la familia, por mencionar
algunas comunidades, e investigar cuáles son los bienes comunes de base de
cada una de ellas.
Asimismo, el bien común se está pensando y se está tratando de aplicar en
las tecnologías que se están desarrollando desde la industria 4.0, como es el

60

como un bien común y cómo es que pensar a la AI desde el bien común pue-
de solucionar varios problemas que estamos enfrentado con esta tecnología,
es necesario pensar muchas de estas tecnologías en este sentido, como es el
caso de la computación en la nube, robótica, el internet de las cosas (IoT), Big
Data y Analytics, la realidad aumentada, sistemas embebidos, gemelos digi-
tales, el blockchain y las criptomonedas, la impresión y el escaneo 3D, entre
otros. Pensar estas tecnologías desde la perspectiva del bien común puede
ayudarnos a ir resolviendo problemas como es el caso de la ciberseguridad,
la guerra cibernética
61
y la guerra espacial.
62
59
Cf. , M., “Operacionalizar el bien común…”; , J., “Una aproximación a las ac-
titudes constructivas del bien común a partir del De Nabuthe de Ambrosio de Milán”, en
Metafísica y persona, año 12, núm. 24, julio-diciembre, 2020.
60
, N., Inteligencia Articial, naturalmente, España: Observatorio Nacional de las Teleco-
municaciones y la Sociedad de la Información, 2020; , V., The principles of a new ethic for
today’s technology and for articial intelligence,
-
, V., Il ‘buon algoritmo?’ 

61
, M., Cyberdeterrance and Cyberwar, USA: Rand corporation, 2009.
62
, D., Space as a War-ghting Domain, USA: Air Space Power Journal, vol. 32, núm. 2,
verano, 2018, pp. 4-8.
Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
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144
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