Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 13, Núm. 25, Enero-Junio, 2021, ISSN: 2007-9699
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pasando por su producción juvenil y de madurez”.
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El filósofo español
advierte, asimismo, que el análisis que se presenta en este texto hace evi-
dente la influencia de Edmund Husserl y Adolf Reinach como las princi-
pales directrices fenomenológicas que Stein aprendió de primera mano.
En el legado fenomenológico de Edith Stein puede señalarse con claridad
un punto de partida: la consideración de la empatía (Einfühlung) como acto in-
tencional, tema expuesto en su tesis doctoral de 1916, que derivó hacia su con-
sideración de la estructura misma de la persona. Al tema de la empatía dedica
el autor el capítulo V: “Persona, cuerpo y empatía. el fenómeno de la expre-
del vivenciar de otros sujetos y es, por consiguiente, un acto de conciencia, ‘del
fenómeno de la vida psíquica ajena’ ”.
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Es importante señalar que el arraigo de
Stein en torno al carácter trascendental de la conciencia ha de mostrar conse-
cuencias más allá de lo estrictamente teorético, ocupándose de diversas proble-
la educación, el ser mismo de la mujer y su consecuente vocación, así como los
planteamientos en referencia a la comunidad, son muestra de la asimilación y
Una propuesta inicial planteada por Rubén Sánchez repara en el vínculo
que guarda el ámbito afectivo con la idea de la persona, como lo encontra-
mos desarrollado en los capítulos I: “Persona y afectividad” y II: “Núcleo e
identidad de la persona”. Teniendo en cuenta el carácter intencional de la
conciencia que nos posibilita la constitución de diversos objetos, a la vez que
nos hace patente una determinada perspectiva del mundo, el autor plantea
cuales se destaca la afectividad. Siguiendo esta línea, en el modo de dirigir-
nos afectivamente a nuestro entorno, se destaca la particularidad misma de
nuestro ser en tanto persona, por ejemplo, no todos nos emocionamos por lo
mismo y en la misma intensidad, incluso, lo que parece monótono para una
persona puede ser fascinante para alguien más. Para Stein, la afectividad de-
vela diversos estratos de la profundidad de la persona, lo que conlleva a un
distanciamiento del yo puro husserliano:
El yo puro no es un yo personal o un yo persona. El yo que se vivencia en las
vivencias de sentimiento y que accede a este fondo de su ser, sencillamente,
no es el yo puro: “el yo que es vivenciado en el sentimiento tiene estratos de
diferente profundidad que se descubren al nacer los sentimientos de ellos”.
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2
, R., Persona y afectividad. Invitación a la fenomenología de Edith Stein, Bogotá:
Aula de Humanidades, 2020, p. 9.
3
, R., Persona y afectividad…, p. 123.
4
, R., Persona y afectividad…, p. 23.