Metafísica y persona. Filosofía, conocimiento y vida
Año 12, Núm. 24, Julio-Diciembre, 2020, ISSN: 2007-9699
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da el 24 de marzo de 1699, “resulta de lo activo y lo pasivo”.
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Se trata, en
sentido estricto, de una substancia compuesta cuya unidad deviene de las
substancias simples, de modo que, como señala el hannoveriano, “no es el
rebaño sino el animal, ni es la piscina sino el pez, lo que son una substancia
verdaderamente una”.
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A partir de lo cual podemos extraer una segunda
consecuencia: todo cuerpo, en especial aquellos que conforman un organis-
mo, constituyen una pluralidad de substancias simples, las cuales se relacio-
nan entre sí a través de una relación de subordinación.
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chtomy, que el hannoveriano, a pesar de describir los cuerpos desde el me-
canicismo, se resiste a describir las máquinas naturales en términos de las
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Todo cuerpo orgánico, en opinión de Leibniz, es una especie de
-
duos anidados en otros individuos.
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Las máquinas naturales se distinguen
Système nouveau,
una máquina natural sigue siendo máquina hasta en sus mínimas partes, y to-
davía más, sigue siendo siempre esa misma máquina que ha sido, transformán-
dose únicamente por los diferentes pliegues que adopta, unas veces extendida,
otras replegada y como concentrada cuando creemos que ha desaparecido.
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órganosimplicados entre sí,
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los cuales, a su vez, son máquinas naturales que
para consolidar una red de individuos vinculados por una mónada dominante.
Todo esto, a modo conclusión de este apartado, nos conduce a una ter-
cera consecuencia relevante para la teoría de las máquinas naturales y, en
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Carta de Leibniz a De Volder fechada el 24 de marzo de 1699, OFC XVI B, p. 1096; GP II, 171. La
materia segunda, en cuanto envuelve una pluralidad de substancias, sólo puede considerarse
una máquina, es decir, como una cierta unidad –aunque no per se, como ocurre con las mó-
nadas–, si a esta composición de lo activo y lo pasivo se le añade la continuidad, ya que, como
señala Alejandro Herrera, “para él, si la masa es continua, no está dividida en partes ni tiene
límites. La ruptura de la continuidad se da para Leibniz en los cuerpos, pero no en la masa”.
“Leibniz y el concepto de materia”, en et al., El
concepto de materia, México: Colofón, 1992, p. 117.
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Carta de Leibniz a Johann Bernoulli fechada entre el 22 de agosto y el 1 de septiembre de 1698, OFC
XVI A, p. 496; GM III, 537.
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Cf.
Machine to the Least of Its Parts”, en (Eds.), Machines of Nature and
Corporeal Substances in Leibniz, Dordrecht, Heildelberg, London, New York: Springer, 2011, p. 65.
54
Cf “Forword”, en (Eds.), Machines of Nature and Corpo-
real Substances in Leibniz, Dordrecht, Heildelberg, London, New York: Springer, 2011, p. VIII.
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Système nouveau de la nature et de la communication des substances, aussi bien que de l’union qu’il y
a entre l’ame et le corps, §10, OFC II, pp. 244-245; GP IV, 482.
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Cf. Nullum quidem librum contra philosophian Cartesianam…, OFC VIII, p. 503; GP IV, 396.