Franco Martorello (a cura di), Studi sull’arte dei decreti delle stelle. In memoria di Giuseppe Bezza, Agorà & Co., Sarzana-Lugano, 2022, 204 pp. [ISBN 979-1280508270]
En 2022 vio la luz este volumen colectivo en memoria del añorado Giuseppe Bezza, muerto prematuramente el 18 de junio de 2014. Dedicado a uno de los estudiosos más reconocidos de la astrología antigua, el libro que reseñamos hace justicia a la calidad de los trabajos de G. Bezza y al rigor de su método de estudio, que a una reconstrucción crítica de la historia de la disciplina añadía un exigente expertisse en las técnicas tanto de la astronomía como de la astrología antigua, medieval y renacentista.
El volumen se abre con un capítulo introductorio, escrito por el editor Franco Martorello, que nos presenta a Giuseppe Bezza como persona y como estudioso de la astrología (no sólo en su dimensión teórica, sino también como practicante de esa disciplina). Esta emotiva semblanza destaca el rigor con el que Bezza se consagró a la investigación astrológica, reuniendo dos condiciones difíciles de encontrar en un mismo estudioso: la de ser un believer y la de aplicar todo el rigor metodológico al estudio científico de la astrología y de su tradición. De entre las principales etapas de su carrera como estudioso independiente, primero, y como profesor de la Universidad de Bologna después, quisiera destacar por mi cercanía a ese proyecto la importancia que tuvo Giuseppe Bezza a la hora de convencer a Aurelio Pérez Jiménez y a quien esto escribe para que acometiéramos desde la Universidad de Málaga la edición crítica del Comentario Anónimo al Tetrabiblos de Tolomeo, que arrancó en gran medida gracias a sus auspicios y aún sigue en curso, con vistas a una próxima publicación en la Bibliotheca Teubneriana (De Gruyter).
La recopilación de estudios en honor de Giuseppe Bezza se abre con el capítulo de Antonio Panaino, «Sull’Immagine femminile del dio TEIPO nella Monetazione battriana» (págs. 15-37). Este excelente trabajo indaga los motivos que pueden explicar que el dios TEIRO, Mercurio, aparezca representado como figura femenina en la acuñación bactriana. Desde el punto de vista iconológico, la imagen de esta de esta deidad aparece en las monedas como una especie de Artemisa armada de arco, cosa que podría encontrar su explicación en las relaciones asumidas por el dios del planeta Mercurio Tîr en el contexto de la mitología astral iraní. Además, se consideran otros casos de feminización de las deidades iraníes, como el propio Mercurio en la iconografía budista de Dunhuang.
En el siguiente capítulo, «Edad real y nominal en los incestos del Tetrabiblos de Tolomeo (Comentario Anónimo, pp. 256-257 Wolf)» (págs. 39-57), Aurelio Pérez Jiménez ofrece por primera vez una edición crítica moderna, acompañada de traducción española y comentario, de los tres escolios del Comentario Anónimo al Tetrabiblos de Tolomeo dedicados a las uniones incestuosas, los cuales constituyen una glosa amplificada de los capítulos 5.9-12 del libro IV del Tetrabiblos. Se utilizan los 12 manuscritos indispensables para la edición crítica –entre ellos P, que contiene la recensión de Isaac Argiro, realizada en Constantinopla en torno a 1370 y que puede considerarse una nueva rescritura del comentario anónimo– y se aportan algunas conjeturas importantes que restituyen el original del comentarista anónimo en ciertos pasajes donde los manuscritos ofrecen lecturas erróneas. El comentario astrológico de esos pasajes ayuda a iluminar este difícil texto, en el que el comentarista anónimo parece distinguir, en el léxico utilizado por Tolomeo (πρεσβυτέρους-ας ο νεωτέρους-ας), entre la edad real de los amantes incestuosos y su posición de mayor o menor rango en la relación: πρεσβύτερον-αν para amantes de mayor rango (aunque no necesariamente de mayor edad, como tío respecto a sobrina), y ἀκμαῖος-α para amantes de igual rango, pero no necesariamente de la misma edad.
En el siguiente trabajo, «Sul commento di Al-Battānī al terzo libro del Quadripartito tolemaico» (págs. 59-94), Franco Martorello, el editor del volumen, rinde homenaje a Giuseppe Bezza publicando por vez primera la edición crítica, acompañada de traducción italiana, del texto árabe de algunos pasajes del Comentario al libro III del Tetrabiblos de Tolomeo compuesto por Al-Battānī, uno de los astrónomos más importantes del mundo árabe-musulman, natural de Harran (Sabea), donde nació en torno a 858. El autor indica cómo GB consideraba especialmente relevante que un astrónomo como Al-Battānī se interesase por la astrología tolemaica e incluso se refiriera a ella en su principal obra astronómica, el Libro de las Tablas astronómicas sabeas (capítulo 55), al recordar cómo Tolomeo ya había indicado la importancia de las ascensiones de los signos en la predicción de la duración de la vida, a la que dedicó el capítulo 10 del libro III del Tetrabiblos. El editor del texto ha podido encontrar en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial uno de los dos códices que transmite el comentario de Al-Battānī, que se consideraba perdido, con la signatura 969/2, datado en 1533 (sigla E). Como apunta el autor, este manuscrito es probablemente copia del códice Berlin, StaatsBibliothek, Sprenger 1840 (sigla B), datado en 1397 (por lo que debe corregirse la inadvertencia que se ha deslizado en la nota 79, pág. 84). La edición crítica ha de reposar sobre estos dos códices, pero al contener numerosos errores comunes, no es difícil a veces reconstruir el texto original. Lo que nos presenta Martorello son los comentarios de Al-Battānī que siguen a su propia traducción árabe del Tetrabiblos en los siguientes capítulos del libro III: III 4 (Sobre los padres), III 5 (Sobre los hermanos), III 9 (Sobre la nutrición) y III 10 (Sobre la duración de la vida, distribuido por Al-Battānī en dos capítulos con los siguientes títulos: Sobre la condición de haylāğ y Sobre el kadḫuḏāh).
En el siguiente artículo, «Per vincere al giuoco. Istruzioni astrologiche dal codice Pal. 641» (págs. 91-94), Michele Rinaldi ofrece la edición de dos textos anepígrafos del siglo XVI, escritos en dialecto florentino, conteniendo instrucciones astrológicas para obtener la victoria en determinados juegos: el primero, manteniendo el pecho mirando siempre hacia la Luna; el segundo, mediante el recurso mágico de hacerse colgar un amuleto en el que se ha escrito la fórmula «abut assau». Ambos textos se han transmitido en el códice Palatino 641 de la Biblioteca Nacional Central de Florencia, que contiene la vulgarización florentina del Centiloquium atribuido a Tolomeo, anteriormente editada por el autor.
A continuación, Paolo Ognibene en su trabajo «“Ne na dobro byvajutĭ znamenĭja vŭ solnci i v luně”. La correlazione fra fenomeni astronomici ed eventi avversi nella Rus’ antica» (págs. 95-104), recoge la traducción italiana, acompañada por breves anotaciones del autor, de nueve textos extraídos de las crónicas rusas en el período comprendido entre 1066 y 1248, en los cuales se anunciaban catástrofes y desdichas indicadas en los habituales signos celestes de estos presagios malignos: eclipses y cometas. En esos textos no trasluce la idea de un destino inexorable, apunta el autor, sino que tales signos preanuncian un suceso luctuoso que ocurrirá, pero que ha de ser interpretado y puede incluso ser revertido por Dios en un evento positivo, violando las leyes de la naturaleza.
Seguidamente, Patrizia Nava en «Il principio di realtà. Onori e successo secondo William Lilly» (págs. 105-125), nos brinda uno de los trabajos más interesantes del volumen colectivo, paradójicamente dedicado a un astrólogo, William Lilly, hacia el que Giuseppe Bezza no se sentía especialmente inclinado debido a la impostación tolemaico-placidiana de sus presupuestos astrológicos, de la que Lilly se apartó conscientemente. En efecto, aunque Lilly se inspira parcialmente en la tradición tolemaica (por ejemplo, en la adopción de los confines de Tolomeo y en su cálculo del Lote de Fortuna), también introduce elementos innovadores en su obra Christian Astrology, publicada en 1647. Lilly rompió con la tradición anterior, que asumía conocimientos astronómicos avanzados y formación en latín, para ofrecer un texto en inglés dirigido a un público general. Esto representó una verdadera revolución en la enseñanza de la astrología, haciendo que conceptos complejos fueran comprensibles para todos. Por ejemplo, Lilly no da un peso excesivo a las estrellas fijas en las cartas horarias, ya que estas estrellas están demasiado alejadas del mundo humano y sus influencias son más relevantes en la fundación de ciudades o en natalicios de larga duración. El artículo también presenta un ejemplo práctico de Lilly al analizar la carta de un mercante inglés, donde evalúa su temperamento (una combinación de sanguíneo y melancólico) y cómo los aspectos planetarios reflejan su carácter y sus tendencias. En conclusión, Lilly combina conocimientos astronómicos precisos con un enfoque pragmático y ético, siempre considerando la realidad del consultante y evitando interpretaciones simplistas o dogmáticas (es lo que la autora llama «el principio de realidad»). Su método, aunque basado en tradiciones antiguas, también se ajusta a los avances modernos en astronomía y cálculo. Entre las fuentes antiguas, apunta la autora, Lilly privilegió la astrología catárquica de Doroteo de Sidón, que conoció por mediación de la tradición árabe, Guido Bonatti y la astrología medieval.
Continuando con la tradición de la astrología en el Renacimiento, Emanuele Ciampi en «Materiali per una conferenza su Galileo e l’astrologia» (págs. 127-139), traza un cuadro complexivo de la práctica astrológica de Galileo, utilizando papeles y notas inéditos de Giuseppe Bezza que le sirvieron a este para dictar una conferencia sobre Galileo e l’astrologia en Livorno el 20 de noviembre de 2009, organizada por el Centro Studi Enriques para conmemorar los 400 años transcurridos desde la publicación del Sidereus Nuncius de Galileo Galilei. Las anotaciones de Bezza se basan en el opúsculo Astrologica nonnulla de Galileo, donde el físico y astrónomo pisano levantaba el natalicio de sus dos hijas, Virginia y Livia, describiendo el carácter de cada una de acuerdo con la fuerza mayor o menor de los distintos planetas en el tema natal. Al calcular la fuerza y la debilidad de los planetas, Ciampi demuestra que Bezza había descubierto que el método seguido por Galileo era el de Cristian Leowitz: Doctrina de iuditiis nativitatum, ea methodo tradita, ut omnium fere thematum considerationibus accommodari possit (1527). En esa obra se asignaban números de 1 a 5 para calcular el poder de cada planeta según múltiples criterios. En lo que hace, en cambio, a la interpretación del tema natal de sus hijas para describir la impronta del cielo en su carácter, Galileo seguía de cerca las observaciones de Tolomeo recogidas en los capítulos 14 y 15 del libro III del Tetrabiblos.
En apéndice al volumen colectivo se recogen dos trabajos hasta entonces inéditos del propio Giuseppe Bezza y la bibliografía actualizada (págs. 191-203) de todas sus publicaciones desde 1980 hasta 2022 (aunque no están numerados, he contado 170 títulos). El primero de los trabajos inéditos de Bezza (págs. 143-175) es una meritoria y precisa traducción italiana de la Introducción al Tetrabiblos de Tolomeo atribuida a Porfirio, realizada sobre la edición crítica de Ae. Boer-S. Weinstook (CCAG V 4. Codices Romani, Bruxelles 1940, págs. 187-228). En la Premessa G. Bezza no duda en atribuir la autoría de esta obra a Porfirio pese a las reservas suscitadas por la crítica más reciente (véase, por ejemplo, Levente László, «Revisiting the Authenticity of Porphyry’s Introduction to Ptolemy’s “Apotelesmatics”», Classical Philology 116, 2021, 392-411) y siendo consciente de que el material reunido en esa obra era heterogéneo y procedía de fuentes muy diversas (entre ellas, Antíoco de Atenas, un astrólogo del s. II que será utilizado profusamente por Retorio en el s. VI). No menos importancia reviste, en mi opinión, el segundo trabajo de Bezza publicado en apéndice («I fondamenti della previsione astrologica», págs. 177-190), que había sido presentado al público en un congreso sobre historia de la astronomía y la astrología celebrado en Lecce entre el 10-19 de septiembre de 2011, pero aún no publicado. En efecto, en ese estudio analiza el autor los fundamentos teóricos y metodológicos del arte astrológico practicado por él mismo, incidiendo en la importancia de la luz etérea como origen último de la influencia estelar y planetaria, en la idea de que dicha luz genera desde el mundo supralunar al mundo sublunar aquella «cierta potencia» de la que hablaba Tolomeo en el Tetrabiblos (I 2,1). De esa luz y de su potencia intrínseca se nutren las cualidades de los signos zodiacales y de los planetas, y en la tradición astrológica hay una cierta continuidad en esta idea, hasta Placido Titi y Kepler. El capítulo se cierra con dos párrafos en francés que el editor del volumen ha olvidado quizá traducir al italiano.
En conclusión, este volumen en memoria de Giuseppe Bezza es una notable contribución a los estudios astrológicos por la calidad y variedad de sus aportaciones y por contener trabajos póstumos, pero no menos valiosos, de nuestro querido y añorado compañero.
Raúl Caballero
Universidad de Málaga