Hace ahora un año que comenzó la andadura de Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga. En nuestra primera editorial, contábamos que nacíamos con el propósito de proteger la vida que crece en los márgenes. Una metáfora referida a la vida intelectual, científica y pedagógica, que alude al objetivo de sortear los obstáculos (y algunas trampas) de las perspectivas académicas y editoriales dominantes. Y lejos de ser una postura que minusvalore la labor de otras publicaciones y de muchas y muchos colegas, la nuestra es una apuesta que se sostiene desde la convicción y el deseo de, como decíamos hace un año, “ofrecer la posibilidad de que otros modos de pensar, de investigar, de discutir y de comunicar, puedan proliferar”.
Un año después seguimos creciendo, tratando de mantener las premisas y los pilares educativos con los que partíamos. Por ello, en este número, aun teniendo el carácter de miscelánea, hemos cuidado que las distintas contribuciones sigan aportando en una línea comprometida con la educación pública, con la reflexión sobre el sentido de la formación docente y con el valor de la inclusión, desde el respeto a las relaciones y hacia la escuela que innova.
Este curso que finaliza en julio de 2020 nos ha dado mucho que pensar -también mucho que vivir- a raíz de la crisis sanitaria (casi diríamos crisis de nuestro modelo de civilización), que sigue haciendo mella. Aunque somos conscientes de la cantidad de publicaciones (noticias de prensa, anuncios, difusiones, etc.) que llegan sobre lo que nos está suponiendo la COVID-19, hemos tomado la decisión de no componer un número especial que tuviera como foco la incidencia de dicha crisis en la educación.
Desde Márgenes, nos parece importante valorar la labor de quienes, desde el principio de esta pandemia, se están encargando de reflexionar sobre su alcance desde diferentes lugares de pensamiento. Sin embargo, también es cierto que somos presa de la actualidad, del directo; y eso significa, en muchas ocasiones, cierto acelero a la hora de manifestar qué (nos) está pasando. Y es que consideramos que, para dar luz a nuevas lógicas, quizá sea precisa cierta pausa; en el sentido de no correr para estar a la última, si con eso lo que hacemos es precipitar discursos en lugar de templar la reflexión.
A propósito de esto, escribía Amador Fernández-Savater (18 de marzo de 20201) al comienzo del confinamiento que “Transformar significa hacer aparecer nuevos juegos de preguntas y respuestas, nuevas maneras de pensar y actuar, nuevas lógicas para pensar-hacer sobre los problemas […] desde otro marco. Un marco distinto, para respuestas distintas”.
Es desde ese marco que nos posicionamos, porque tal y como sostiene el autor “transformar significa habitar la excepción”; y ese habitar no es meramente vivir en una situación histórica sino estar presentes. La presencia de la que habla Fernández-Savater no llega sin más; hay que cultivarla, trabajársela, a veces evitando aquella inercia por producir discursos con rapidez. Entonces, paradójicamente, puede suceder que mantenerse expectantes resulte una postura transformadora. De ahí que, haciéndonos eco de nuevo de las palabras de Fernández-Savater, apostemos por ese habitar como estarpresentes y “no ser sólo espectadores o consumidores o víctimas de las decisiones de otros, sino sentir, pensar y crear a partir de lo que pasa, darle valor, compartirlo, hacer con ello mundo y vida”.
A partir de lo anterior, este número de Márgenes no nace como una respuesta a la COVID-19. Ni aborda reflexiones concretas sobre sus repercusiones, ni propone respuesta a alguna a las situaciones que ha generado en el campo de lo educativo. Lo que sí ofrece es un conjunto de voces que abordan cuestiones importantes en educación; muchas de las cuales creemos que deben seguir estando en nuestro punto de mira, por más que la actualidad desplace el foco.
Algo distintivo de este número es que las Historias Mínimas se hacen no tan mínimas lo que, unido al tejido de contribuciones, lo configura como una excepción en la que cada autora, cada autor, se hace presente desde un lugar común: aquel que se sostiene desde las redes de colaboración que a lo largo de este primer año hemos ido proponiendo y cuidando.
¿Te animas a seguir caminando por los Márgenes?