Rosa Vázquez Recio
RESUMEN:
Esta Historia mínima se dirige a los Nadie, a quienes no han sido escuchados y reconocidos de forma sistemática. Es preciso tomar conciencia de ello para poder promover una praxis educativa para la transformación y la emancipación.
PALABRAS CLAVE: exclusión; zona del no-ser; justicia cognitiva y social; equidad
ABSTRACT:
This Minimal story is addressed to Nobody, to those who have not been systematically heard and recognized. You must be aware of this to promote an educational praxis for transformation and emancipation.
KEYWORDS: exclusion; non-being zone; cognitive and social justice; equity
Cuando pienso en los Nadie, porque se puede pensar en los Nadie aún siendo nadie, siempre viene a mi cabeza el relato de Julio Cortázar, “Después del almuerzo”. No se revela ningún nombre, ni dato preciso, pero lo cierto es que la imagen que vamos construyendo va cambiando a medida que avanzamos en el relato: “Después del almuerzo yo hubiera querido quedarme en mi cuarto leyendo, pero papá y mamá vinieron casi en seguida a decirme que esa tarde tenía que llevarlo de paseo” (Cortázar, 1993, p. 139). Llevarlo de paseo hace pensar, en primer término, que se trata de la mascota de la casa, un perro. Perfectamente puede ser. No obstante, volvamos al relato: “A esa hora el tranvía viene bastante vacío, y yo rogaba que pudiéramos sentarnos en el mismo asiento, poniéndolo a él del lado de la ventanilla para que molestara menos (...). Los pasajeros no se fijaban mucho, a esa hora la gente va haciendo la digestión y está medio dormida con los barquinazos del tranvía” (Cortázar, 1993, p.141). La primera evocación, imagen, se hace líquida. Un perro en un tranvía resulta bastante difícil (salvo los perros guía), situación que se hace aún menos probable cuando el deseo es sentarlo junto a la ventanilla. Pero entonces, ¿quién o qué cosa es? Hay palabras en este fragmento de la narración que nos conduce a lo extraño: “molestar menos”, “los pasajeros no se fijaban mucho”. Lo extraño puede provocar diferentes respuestas, y entre estas pueden ser “alarma”, “precaución”, “sospecha”, “estar en alerta”, etc. Lo extraño también se conecta con enemigo, con lo abyecto, que “provoca terror y repugnancia porque expone la frontera entre el yo y lo otro, constituida y frágil, y amenaza con disolver al sujeto al disolver la distancia” (Young, 2000, p. 243). Parece que algo bueno no es, o, al menos, no se ajusta a lo deseable, a lo esperado, a lo que da seguridad, a lo común entendido como norma. Sigamos.
“Lo malo fue que el guarda se paró al lado del asiento donde yo lo había instalado (...). Me tuve que levantar (ahora dos o tres pasajeros me miraban) y acercarme al otro asiento. «Dos boletos» le dije. Cortó uno, me miró un momento, y después me alcanzó el boleto y miró para abajo, medio de reojo. «Dos, por favor», repetí, seguro de que todo el tranvía ya estaba enterado” (Cortázar, 1993, p. 144). La semántica de la mirada pone al descubierto lo malo, lo que remite a lo incómodo, molesto, inoportuno, insano, desagradable, negativo; lo malo mira de reojo, que puede ser un “mirar disimuladamente dirigiendo la vista por encima del hombro, o hacia un lado y sin volver la cabeza” (DRAE, 2019), y también un “mirar con prevención hostil o enfado” (DRAE, 2019) y “tener antipatía o precaución contra alguien” (Moliner, 1998). De lo que puede mirarse por ser diferente (llama la atención por su singularidad) (primera acepción) se torna en prevención y precaución contra alguien porque puede ocasionar riesgo. Este mirar con prevención, y precaución, es colocarse en ese estado que nos prepara o predispone para evitar el riesgo, o “para evitar o prevenir los inconvenientes, dificultades o daños que pueden temerse” (DRAE, 2019) (precaución). Sin embargo, también prevención se refiere al “concepto, por lo común desfavorable, que se tiene de alguien o algo” (DRAE, 2019). Si a este rosario de apelativos le añadimos el adjetivo “hostil”, la situación no mejora, pues implica “enemigo” y “opuesto”, y “enemigo” es lo contrario (opuesto) en el escenario de una guerra, o “persona que tiene mala voluntad a otra y le desea o hace mal” (DRAE, 2019).
Por eso, tal vez, “«Lo abandoné», lo miraba y pensaba «Lo abandoné», y aunque no me había olvidado del Paseo Colón me sentía tan bien, casi orgulloso. A lo mejor otra vez… No era fácil, pero a lo mejor… Quién sabe con qué ojos me mirarían papá y mamá cuando me vieran llegar con él de la mano” (Cortázar, 1993, p.149). Ese a quien no quería ser llevado de paseo, a quien se deseaba colocar en un lugar que no molestara a los nosotros, quien fue mirado de reojo, quien, sin saberlo, experimentó un intento de ser abandonado es un Nadie, uno entre tantos de los que forman el colectivo de los Nadie.
“Después del almuerzo” es un relato, una narración literaria que nos sitúa, desde el mundo imaginario construido, en la realidad, en esa realidad de la que todas y todos formamos parte. Empero ni este “todos” y “todas” ni este "formar parte", curiosamente, tienen un carácter inclusivo: se quiebran dibujando un territorio demarcado por líneas abisales (Santos, 2007, 2009, 2010). Unas líneas que levantan fronteras (que no tienen que ser físicas, y no lo son siempre), dejando a un lado lo legítimo, auténtico, digno, válido, con derecho a reconocimiento y con ciudadanía, y a otro, lo ilegítimo, in-válido, in-digno, sin derecho a reconocimiento, sin o no-ciudadanía. Quienes están en este lado son los subalternos, los grupos sin poder, los “Otros”, los dominados, los excluidos, los Nadie.
Lo extraño, lo abyecto, el enemigo pertenece a este lado, que para Fanon (2009) es la zona del no-ser. Y no-ser es equivalente a ser-Nadie. En palabras de Santos (2010, p.8), esas líneas abisales son “líneas radicales [que] separan las experiencias, los actores y los saberes sociales entre los que son visibles, inteligibles o útiles (los que quedan a este lado de la línea) y los que son invisibles, ininteligibles, olvidados o peligrosos (los que quedan del otro lado de la línea). Así, la realidad social es dividida en dos universos, el universo de «este lado de la línea» y el universo «del otro lado de la línea»”.
© Jose Mª Díez
Esta diferenciación, que genera desigualdades e injusticias, está presente en nuestras instituciones educativas, y lejos queda de ser un relato o una narración literaria. ¿Cuántos Nadie se pierden por el camino del sistema educativo?, ¿cuántos Nadie que, aún estando en la zona del ser (lo auténtico, legítimo…), que es la zona de la institución educativa, siguen siendo Nadie, porque sus experiencias, culturas, saberes, formas de estar en el mundo son diferentes a las legitimadas y reconocidas? Serían muchos, cuya cuenta nos costaría trabajo determinar porque han sido sujetos y subjetividades silenciados, no escuchados, sometidos al olvido (intencionado) y a las condiciones estructurales de la dominación.
Los Nadie no pueden seguir siendo nadie, porque, en todo caso, valen tanto como los Nosotros. Por tanto, urge asumir una educación contra-hegemónica, en la que la “libertad comunicativa” (Benhabib, 2008), el reconocimiento recíproco, la ética dialógica, la justicia cognitiva y social, los derechos humanos y la equidad sean sus pilares constituyentes. Los Nadie tienen “derecho a tener derechos” (Arendt, 1974). Es preciso tomar conciencia de ello para poder promover una praxis educativa para la transformación y la emancipación.
Y pensemos: ¿quiénes de nosotros y nosotras no ha sido Nadie alguna vez?
Igual lo llevamos dentro.
Arendt, H. (1974). Los orígenes del totalitarismo. Madrid: Taurus.
Benhabib, S. (2008). Otro universalismo: sobre la unidad y diversidad de los derechos humanos. Isegoría. Revista de Filosofía Moral y Política, 39, 175-203. https://bit.ly/3gRGCli
Cortázar, J. (1993). Después del almuerzo. En Cortázar, J., Final del juego (pp. 139-150). Madrid: Alfaguara.
DRAE (2019). Diccionario de la lengua española. Edición del Tricentenario. https://dle.rae.es/
Fanon, F. (2009). Piel negra, máscaras blancas. Madrid: Akal.
Moliner, M. (1998). Diccionario del uso del español. Madrid: Gredos.
Santos, B. S. (2007). Para além do pensamento abissal: das linhas globais a uma ecologia de saberes. Revista Crítica de Ciências Sociais, 78, 3-46. https://doi.org/10.4000/rccs.753
Santos, B. S. (2009). Una epistemología del sur: la reinvención del conocimiento y la emancipación social. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
Santos, B. S. (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Montevideo: Ediciones Trilce.
Young, I. M. (2000). La justicia y la política de la diferencia. Madrid: Cátedra.