Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga
EXPERIENCIAS

Una escuela que se reinventa.
El proceso de cambio hacia la innovación

A school that reinvents itself. Process of change towards innovation
Eulalia García Cruz*, Nuria Pazos Pacheco**
Recibido: 2 de Junio de 2020  Aceptado: 12 de julio de 2020  Publicado: 31 de julio de 2020
To cite this article: García Cruz, E. y Pazos, N. (2020). Una escuela que se reinventa. El proceso de cambio hacia la innovación. Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga, 1 (2), 153-168
DOI: https://doi.org/10.24310/mgnmar.v1i2.6786

*ORCID: 0000-0003-0098-9405
Colegio Infantil "El Llano". Paterna de Rivera (Cádiz)
eulagarcruz@gmail.com

**ORCID: 0000-0003-1517-4241
Colegio Infantil "El Llano". Paterna de Rivera (Cádiz)
nuriapazospacheco@gmail.com






RESUMEN:

En este artículo se relata la experiencia de cambio metodológico vivida en el Colegio Infantil "El Llano" de Paterna de Rivera (Cádiz), gracias a la cual su profesorado ha avanzado hacia prácticas educativas innovadoras, en un proceso formativo en el que ha estado involucrado todo el centro. Analizamos los avances y los retrocesos, las dificultades y las oportunidades encontradas en el largo camino.

PALABRAS CLAVE: innovación; necesidad de cambio; formación del profesorado; trabajo en equipo

ABSTRACT:
In this article, the experience of methodological change lived in the Infant School "El Llano" in Paterna de Rivera (Cádiz) is related. Thanks to this experience, teachers in this school have advanced towards innovative educational practices, in a training process in which the entire centre has participated. We analize the advances and setbacks, the difficulties and opportunities found along the way.

KEYWORDS: innovation; improvement; teacher professional development; teamwork

1. NUESTRA ESCUELA Y EL PROCESO DE CAMBIO HACIA LA INNOVACIÓN

La Escuela de Educación Infantil “El Llano” es un centro de Segundo Ciclo de Educación Infantil situado en el corazón de La Janda, justo en el centro de la provincia de Cádiz. Es un colegio de dos líneas, que escolariza a todo el alumnado de tres a seis años de la localidad, (ciento cincuenta niños y niñas en total), por lo que todas las familias pasan por el centro, que cumple una función social fundamental en el pueblo. Todo el mundo conoce “El Llanito”, que es como coloquialmente lo llaman, con gran cariño.

Zona de césped del patio; Huerto Escolar

Ilustración 1: Zona de césped del patio
Ilustración 2: Huerto Escolar

Las magníficas instalaciones, la plantilla de profesorado estable, el alumnado con grandes expectativas hacia la escuela, las familias volcadas en la colaboración con el centro, el Ayuntamiento apoyando nuestras iniciativas y un entorno inmejorable, hacían del Llano la escuela ideal para pedagogías innovadoras, respetuosas con la infancia y acordes con el siglo XXI, en la línea de los planteamientos de Romera (2019). Sin embargo, la pedagogía tradicional estaba muy arraigada entre sus prácticas docentes cuando comenzamos la andadura en la Dirección del centro. Había que ir avanzando hacia una escuela nueva, creativa, había que reinventarse.

El proceso no ha sido fácil, pero sí apasionante y todo un reto para nuestro equipo docente. Echando la vista atrás, analizamos las claves para comprender lo que ha supuesto este cambio para nuestra escuela, qué nos ha ayudado a llegar dónde estamos y hacia dónde queremos seguir avanzando.

2. CÓMO COMIENZA ESTA EXPERIENCIA

El proceso de cambio en nuestra escuela es un largo recorrido, un camino que empezamos años atrás, fruto siempre de las necesidades que detectamos y de no estar conformes con ofrecer una educación tradicional. Llegó un momento en el que tuvimos que parar, frenar, pensar y reaccionar.

Fueron tiempos de leer, investigar, compartir, preparar debates temáticos, hacer reflexiones en equipo, conocer otras experiencias, contar con expertos que nos ayudaran y abrir los ojos a una escuela nueva llena de vida y donde todos y todas creciéramos sin muros ni paredes. Necesitábamos romper, abrir y respirar aires nuevos.

El proceso en el que estamos inmersas se sustenta  en tres pilares fundamentales que son: 

Pilares del proceso

Ilustración 3: Pilares del proceso

2.1 Necesidad de cambio

Cuando las prácticas docentes reproducen modelos tradicionales, lejos de la realidad del siglo XXI, la escuela se aleja de los niños y niñas y de las familias. Se hace necesario replantearse nuevas necesidades, asumir un nuevo papel y crear un escenario educativo donde niños y niñas puedan expresarse, construir su propio aprendizaje en interacción con los demás y que les permita investigar, crear, pensar, reflexionar, sentir, disfrutar y jugar.

Interactuando en la Zona Verde

Ilustración 4: Interactuando en la Zona Verde

De esta premisa partimos cuando nos surgió esa necesidad de cambio, teníamos claro que algo en nuestro trabajo estaba fallando y que teníamos que desterrar muchas de las prácticas educativas que se estaban desarrollando en nuestra escuela.

Los libros, métodos y fichas, unidos a la presión de la etapa de Primaria, estaban dejando muy poco espacio, todo era estático, no había cabida a lo que los niños y niñas de estas edades necesitan y demandan. 

Teníamos que indagar nuevas opciones, nuevas formas de dar respuesta al alumnado. Una vez que miramos hacia dentro, sentimos la necesidad de mirar hacia fuera, hacia otros centros con buenas prácticas que pudieran ser nuestros referentes, nuestra inspiración para iniciar nuestro propio camino.

2.2 Innovación

La necesidad de cambio va unida a la  innovación. Hablar de innovación requiere  una responsabilidad compartida. Se convierte en una vía para poder ofrecer la escuela que queremos y que niños, niñas y familias necesitan. No es el fin, es el camino, el recorrido, que hay que realizar sin prisa y de una manera muy reflexiva.

El proceso innovador va a convertirse en nuestro espejo y nuestro reflejo de cuestiones tan determinantes como cuál es nuestra visión de la infancia, cómo creemos que niños y niñas acceden a los conocimientos, qué estrategias pueden desarrollar y cómo deben ser los aprendizajes. Es necesario elevar la mirada al escenario educativo en el que va a desarrollarse la vida de niños y niñas en nuestra escuela.

Podemos ir mucho más allá, ya que la innovación debe abarcar cuestiones sobre cómo creemos que debe ser nuestro perfil como docente, la manera en que nos dirigimos a los niños y niñas y cómo respetamos su forma de sentir, ser y mostrarse.

Será necesario tener presente el proceso evaluador como factor de mejora y reflexión que nos ayudará a seguir en el camino construyendo cada día una escuela mejor.

La innovación tiene que llevar implícita nuestras ganas y necesidades de formarnos, nuestras inquietudes y las relaciones que queremos que se establezcan entre todos los miembros de la comunidad educativa, que generará  un sentimiento de equipo, generoso y entregado, que sepa y desee trabajar de manera colaborativa y cooperativa en una labor compartida.

Alumnos intentando leer una nota informativa

Ilustración 5: Alumnos intentando leer una nota informativa

2.3 Formación

Para poder innovar en educación tenemos que estar actualizados, indagar sobre procesos, metodologías inspiradoras, tener un conocimiento claro de la infancia, saber relacionar la fundamentación teórica con propuestas educativas, indagar en otras experiencias, en  buenas prácticas educativas que grandes y comprometidos docentes están haciendo y que se convierten en referentes.

Se hace necesario conocer y manejar la fundamentación teórica y la normativa de referencia. Estos dos pilares dibujarán nuestro marco de acción y nos garantizarán una red de seguridad y confianza para introducir innovaciones.

Por un lado, teníamos que volver a reflexionar sobre nuestros referentes teóricos que fundamentarían nuestra práctica educativa. Rescatando las teorías de la Psicología y de la Pedagogía fuimos hilando y dando forma a la fundamentación teórica de nuestra escuela. 

En el plano de la Psicología tenemos muy claro que nos identificamos con una escuela constructivista. Entendemos el aprendizaje como un proceso interno e individual, que deberá ser significativo para el niño y la niña y, para ello, las actividades que se propongan  han de estar acordes a sus estructuras cognitivas para poder así generar nuevas estrategias. La motivación es fundamental para facilitar los aprendizajes. 

Para nosotras es necesario partir de la cultura experiencial del niño y la niña y crear espacios de conocimientos compartidos, porque tenemos la certeza de que aprenden en interacción con los demás y que el aprendizaje debe ser socialmente construido. El juego es vital para los niños y las niñas, una manera de expresarse y desarrollar vínculos personales con la realidad y de construir sus propios conocimientos. Autores como Piaget, Ausubel, Bruner y Vigotsky han sustentado estas premisas. 

Trabajo en equipo

Ilustración 6: Trabajo en equipo

En el campo de la Pedagogía, nuestra escuela tiene como referentes a autores como Dewey y Kilpatrick, precursores del método de proyectos  que desarrollamos con nuestro alumnado y los postulados de la Escuela Nueva pues nos inspira a realizar prácticas educativas en los que los niños y niñas se sientan libres, puedan mostrar su espontaneidad, experimentar, descubrir, expresarse, investigar, ser creativos, autónomos moral e intelectualmente y vivan las relaciones sociales de manera compartida y natural con el juego como pieza clave.

Sentimos que el niño y la niña son el punto de partida y llegada de todas nuestras propuestas y nosotros los docentes dinamizadores de la vida escolar ofreciéndoles ambientes y espacios, por eso nuestra metodología se inspira en el espíritu de educadores como Montessori, Pestalozzi, Froëbel y Claparade.

Trabajo en equipo

Ilustración 7: Juntos lo descubriremos

Más cercanas están las aportaciones de Malaguzzi (2001), de la Escuela de Reggio Emilia, que nos ha marcado un nuevo concepto de organizar el centro en ambientes de aprendizajes, espacios donde  niños y  niñas se sientan libres de elegir, así como las propuestas de Tonucci, que nos resulta tan inspirador por su tratamiento a la infancia.

En definitiva, hacemos nuestras esas aportaciones y prácticas metodológicas con las que construir  una escuela que favorezca a los niños y niñas, en su diversidad, inclusiva de verdad y que por ello sea un espacio de aprendizaje para todos y todas.

Por otro lado, el otro pilar que sostendrá nuestros avances es la normativa que regula la Educación Infantil. La legislación vigente que establece la ordenación de la enseñanza y el Currículum de Educación Infantil es el marco de referencia dentro del cual desarrollar nuestras prácticas docentes. Así que, siempre teniéndola en cuenta, hemos ido explorando los resquicios y los pequeños huecos para dejar crecer a nuestra escuela.

Cuando surgió la necesidad de cambio, centramos nuestros propósitos en realizar una formación constante que nos diera la llave para abrirnos camino a la innovación.

Detectamos las principales necesidades, ahí donde tendríamos que empezar a incidir.  El primer paso era abandonar los libros de textos y métodos de editoriales, que de alguna manera, sesgaban el avance y condenaban a los niños y niñas a seguir un ritmo de actividades muy poco creativas y personales, no dejando espacio a la diversidad.

Y así empezamos, con la primera Formación en Centros, en la que participaba todo el profesorado. La temática, el Aprendizaje Basado en Proyectos. Esta primera experiencia nos llevó a poner en práctica en el centro un Proyecto sobre “El papel”, al hilo de nuestra fuerte impronta de Ecoescuela, que ha marcado siempre la línea pedagógica del centro. La experiencia fue positiva, las sensaciones del profesorado buenas y sobre la base de la fundamentación teórica del ABP fuimos comprendiendo que otra forma de aprender era posible (Díez, 1996 y Díez, 2007).

Haciendo papel reciclado

Ilustraciones 8 y 9: Haciendo papel reciclado

Eso era sólo el comienzo. Los métodos de fichas pesaban emocionalmente mucho, daban a las compañeras una falsa seguridad de estar cumpliendo con su trabajo. Las concepciones tradicionales están muy arraigadas en nuestra forma de entender la enseñanza, hemos sido alumnado en ese sistema tradicional y las prácticas tradicionales están grabadas a fuego en nuestra forma de entender el sistema. Un muro infranqueable. Había que continuar, poco a poco, paso a paso. Costó un par de cursos más dar el gran paso de dejar los libros de texto y lanzarnos a la aventura de los proyectos.

Durante esos dos cursos, nuestra formación estuvo dirigida a fortalecer nuestros conocimientos y experiencias en competencias lingüísticas y matemáticas, acercándonos siempre al constructivismo, a la idea de ofrecer al alumnado un lugar protagonista en su aprendizaje, a centrar la actividad en la manipulación y en la experimentación, antes de pasar a plasmarlo en el plano simbólico, dejando progresivamente las fichas en un lugar secundario. Las aportaciones de Fons (1999) y Aguilar (2010) guiaron nuestro camino en este sentido. Paso a paso. La evolución es un proceso de cambio lento y así lo hemos vivido en El Llano.

Secuencias didácticas de escritura y de matemáticas

Ilustraciones 10 y 11: Secuencias didácticas de escritura y de matemáticas

2.3.1. Primeros cambios reales en la práctica educativa

Por fin, el curso 2017/2018 nuestra escuela se convirtió en un Laboratorio de cambio con la puesta en marcha de los proyectos. Fuera libros de fichas. Decidimos poner en marcha un proyecto cada trimestre, teniendo en cuenta los intereses del alumnado. Íbamos todas a una, planificando cada momento del proyecto en coordinación de toda la escuela, aunque dando espacio a cada nivel, para que adaptara las actividades a las capacidades de su alumnado, y a cada grupo, para dejar un lugar a la idiosincrasia, características e intereses. No obstante, la línea de los proyectos y las actividades que los definen, especialmente las actividades de motivación, las principales de desarrollo y las de conclusión, siempre han sido comunes a toda la escuela, esto nos aporta fortaleza de unión, cohesión a nuestro trabajo y seguridad al ir avanzando todas a la vez.  La estructura se ha ido enriqueciendo con los años y hemos hecho partícipe al alumnado de la elección de los proyectos, recabando sus aportaciones, preguntándoles directamente qué les gustaría saber, qué temas les interesan. Sus ideas son la base para la elección de los proyectos del curso siguiente. A partir de sus propuestas, el profesorado valoramos el trazado de los proyectos desarrollados, de manera que abarcásemos las diferentes áreas del currículum de infantil, de forma equilibrada, a lo largo de los cursos.

Proyecto Máster chef; Proyecto
    Los planetas

Ilustración 12: Proyecto "Máster chef"
Ilustración 13: Proyecto "Los planetas"

La experiencia del primer año fue muy positiva, lo que alentó a seguir avanzando en el cambio. La situación nos pedía formación sobre estrategias en el aula para dar cabida a la autonomía del alumnado, a su capacidad de elección y a la interacción con sus compañeros/as para desarrollar los procesos de aprendizaje al hilo de los proyectos. Teníamos que ir encajando las piezas. Así que durante el siguiente curso, la formación estuvo centrada en la metodología de rincones de actividad. En esta formación en centros, comenzó a tener peso la figura de los expertos: maestras/os que realizan buenas prácticas en sus centros o personas expertas en algún tema, que acuden a nuestra escuela para contarnos de primera mano, su forma de hacer y su fundamentación, con ejemplos prácticos e inspiradores. En este caso, nos acompañaron maestras del Colegio Infantil “Viento del Sur” de Puerto Real y del CEIP “Luis Vives” de Jerez de la Frontera. A partir de sus aportaciones y propuestas, realizamos diferentes tareas, como lecturas y debates, reflexiones en equipo, planificación y puesta en marcha, por ejemplo, de los rincones. Posteriormente, en la siguiente sesión con los expertos, hacíamos una puesta en común, y avanzábamos a partir de nuestro trabajo. Este formato de formación ha sido el que hemos desarrollado desde entonces, constituyendo para nuestro equipo la mejor opción formativa. Los expertos han constituido un pilar fundamental como referente y como inspiración. Nos ha ayudado a entender que otra práctica educativa era posible y nos gustaba el efecto.

Rincones: diversificación de actividades

Ilustración 14: Rincones: diversificación de actividades

Asumir el proceso de formación ha supuesto una aventura, un reto, un lanzarse y probar. Ejemplo de ello, sucedió en esta formación sobre los rincones, en la que las expertas nos propusieron hacer el cambio de organización del aula en una de las clases. Era lunes por la tarde. No nos lo pensamos y entre todas, fuimos estableciendo criterios, con la ayuda de las expertas, para crear los rincones de manera clara y bien definida. Al día siguiente, llegaría el alumnado y encontraría una nueva distribución del aula. El efecto fue increíble en los niños y niñas, que alucinaron con la nueva organización del aula, comentando que estaba todo muy ordenado. Ante nuestra seguridad al plantearlo, se adaptaron enseguida al nuevo funcionamiento y estaban encantados/as. A partir de ahí, las compañeras fueron atreviéndose y cambiando la organización del aula, lo fuimos haciendo entre todas, en equipo, comentando y valorando las opciones. La puesta en marcha de los rincones fue todo un acierto y la mejor evidencia de ello es que el alumnado gestiona y organiza su propia actividad en los diferentes espacios del aula, de manera que nuestro papel ha cambiado, como guías y generadoras  de situaciones de aprendizaje, lo que nos permite mantenernos en la distancia justa, para mirar para documentar.

El siguiente paso formativo fue planificar secuencias didácticas para desarrollar en los rincones. Necesitábamos mejorar la planificación de la práctica docente en el nuevo escenario pedagógico. En esta ocasión, continuamos con la ayuda de la experta, y profundizamos, especialmente, en secuencia didácticas de competencias matemáticas y competencias lingüísticas. Desarrollamos las secuencias, compartiéndolas y poniéndolas en común junto a la experta, que nos ayudó y nos dio pistas para avanzar en el planteamiento de situaciones de aprendizaje constructivistas, que ponían el foco en el papel protagonista del alumnado, tomando como base los diferentes materiales disponibles en los rincones. Nos sirvió para ir incorporándolas al día a día.

 Secuencias didácticas: la sombra y las mediciones

Ilustraciones 15, 16 y 17: Secuencias didácticas: la sombra y las mediciones

Durante este curso también, comenzamos a repensar la atención a la diversidad a través de los rincones, buscando la manera de facilitar la inclusión del alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y generalizar su atención por parte de las especialistas de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje dentro del aula. La diversificación de las actividades en distintos espacios de la clase, con materiales variados, al mismo tiempo, permite el trabajo coordinado de varias maestras en el aula y la posibilidad de dar respuesta a las necesidades e intereses de todo el alumnado.

Tuvimos ocasión, igualmente, de adentrarnos en el mundo de los Ambientes de Aprendizaje, gracias a la experiencia de la participación en el Programa de Escuelas Mentoras, que nos permitió la visita al Colegio Infantil “Pinolivo” de Marbella y la posterior transferencia de lo aprendido a las compañeras del equipo. Esta oportunidad nos permitió observar de primera mano la puesta en práctica de los espacios de aprendizaje y trajimos miles de propuestas, ideas, experiencias, para seguir avanzando. A partir de ahí, comenzamos a dar forma a la manera de plantear los ambientes en nuestro centro, en los que seguimos trabajando y que verán la realidad durante el curso próximo. En este proceso, las aportaciones de Cobo y Moravec (2011), Equipo Educativo de Reggio Emilia (1994), Fernández y Melero, (1995), Ruíz de Velasco (2019) y Trueba (2015), están orientando nuestras decisiones.

Ambientes en la Zona Verde

Ilustración 18 y 19: Ambientes en la Zona Verde

2.3.2 Cambios que piden una nueva formación

Después de estos cambios metodológicos, comenzamos a sentir que la manera en que evaluábamos y el formato en que trasladábamos la información sobre la evaluación a las familias no encajaban con las nuevas formas de nuestra práctica educativa, no respondía a la nueva manera de entender la infancia, el desarrollo de los aprendizajes y el proceso que la escuela estaba viviendo. Llegó el momento de centrar la formación en centros en la Evaluación. Y ese ha sido el trabajo que hemos tenido entre manos este curso, para cerrar el círculo… de momento. En esta ocasión, también de manos de expertos, dos profesores de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga, que han ido guiando nuestro proceso formativo. A partir de las sesiones con ellos, hemos ido profundizando en el tema con lecturas, debates, reflexiones, puestas en común, planificación y puesta en práctica de estrategias de recogida de información y construcción compartida de nuestra propia Evaluación, con la correspondiente elaboración de un documento que la sintetiza y da forma. Esta formación nos ha servido para seguir avanzando en la construcción de un discurso compartido propio de nuestra escuela, una manera común de mirar la infancia y de entender nuestra práctica educativa. Nos ha servido para consolidarnos como equipo que camina junto hacia una misma meta.

Hemos comprobado y sentido la necesidad de desear aprender, leer, observar y analizar otras experiencias educativas, reflexionar, debatir…, ir construyendo nuestro propio discurso educativo como escuela, que nos define, que nos marca el camino a seguir. El profesorado debe estar formado, preparado, sabiendo qué se trae entre manos.

En todo este proceso, cabría destacar la idoneidad del formato de la Formación en Centros, usada de manera estratégica, con la participación de todo el profesorado de la escuela, a través de la Memoria de Autoevaluación, en la que hemos ido detectando las necesidades formativas del equipo, con el compromiso de todo el centro.

Las temáticas de la formación han ido estableciéndose en función de las necesidades de cambio. Conforme hemos ido avanzando hemos visto claro el siguiente paso, la siguiente necesidad formativa. El avance se ha ido abriendo camino, de manera natural y espontánea.

Para poder avanzar es fundamental la apertura de mente, la apertura de la mirada, dar opción a otras formas posibles de hacer las cosas. Esto sin duda requiere de una gran flexibilidad intelectual y capacidad de adaptación, que nuestro equipo ha ido demostrando poco a poco.

Poner la mirada en otros centros con buenas prácticas, inspiradoras, que funcionan, ha servido para darnos la oportunidad de probar formas nuevas de hacer nuestro trabajo, que nos ha permitido crecer como maestras. Ver que determinadas prácticas educativas funcionan en otros centros da la seguridad y el referente para intentarlo.

La conexión con otras escuelas nos está permitiendo establecer una red de centros y conectar con maestros y maestras que buscan avanzar en su trabajo, aprendiendo unos de otros, compartiendo generosamente sus avances, sus logros, sus formas de hacer. Nos sentimos acompañadas, arropadas: no estamos solas en este camino.

La figura de nuestro asesor del CEP ha sido otro referente en el proceso, pues nos ha ido acompañando a lo largo de todo el recorrido, desde los comienzos, orientándonos y ayudándonos a que la formación repercutiera de manera real en nuestra práctica educativa. 

3. LIDERAZGO PEDAGÓGICO

El avance hacia la mejora en educación es un camino que el equipo de profesorado al completo debe asumir unido, como un todo. No obstante, siempre hay un germen, donde nace toda iniciativa de cambio, el motor del avance. En nuestro caso ha sido el equipo directivo quien ha ido apoyando y guiando el proceso de formación del profesorado de nuestra escuela, ejerciendo el liderazgo pedagógico y apoyándose en iniciativas creativas de compañeras que han ido pasando por el centro y dejando huella.

Para mejorar los procesos de aprendizaje  y nuestra práctica docente, es primordial que las ganas y el empuje del equipo directivo conecten con los intereses y los planteamientos del resto del profesorado. Se trataba de motivar a las compañeras para que se embarcaran en un proceso de cambio, contagiándose de la inquietud por seguir formándonos, por avanzar profesionalmente, por ser nuestra mejor versión como maestras, por ser nuestra mejor versión como escuela.

Cuando hablamos de liderazgo pedagógico nos estamos refiriendo al impacto educativo que esas actitudes pedagógicas pueden tener en el resto del claustro. En un equipo estable como es el nuestro nos hemos convertido en compañeras de vida donde existe un entramado de relaciones que de ninguna manera podemos dejar a un lado.

No podemos entender el cambio, la innovación, el querer avanzar sin que desde el equipo directivo se marque la línea pedagógica del centro y no ser sumamente generosos. Una generosidad que debe traspasar, contagiar e ilusionar a todas las maestras y a nuestra comunidad educativa.

Tenemos la certeza de que tenemos que ser el motor de cambio que ponga del revés a todo el profesorado, haciéndoles reflexionar sobre nuevos aires más acordes a los tiempos educativos que vivimos y a las necesidades que los niños y las niñas tienen.

Desde nuestro perfil tenemos la responsabilidad de hacer reflexionar, no sólo en lo que se refiere a teorías y fundamentación, sino a prácticas educativas en el día a día. Además de miembros del equipo directivo, tutorizamos nuestros grupos donde ponemos en marcha nuevas prácticas. Nuestras clases están abiertas para sentir, ver y compartir.

Avancemos juntas

Ilustración 20: Avancemos juntas

4. DOS CONSTANTES EN NUESTRO PROCESO INNOVADOR: GENEROSIDAD Y PICO-PALA

Nuestro camino hacia la innovación está resultando una aventura apasionante y podemos afirmar que nos engancha y nos ilusiona. Miramos a nuestro alrededor y nuestra escuela se está transformando y con ella todos y todas los que la formamos.

Si miramos  años atrás no cabe duda de que está resultando un proceso sumamente enriquecedor, lleno de momentos muy mágicos; cada paso dado ha estado lleno de emoción y nos hace sentirnos orgullosas.

De justicia hemos de decir que no ha sido fácil, pues el camino ha estado lleno de obstáculos. Desde nuestra figura de procesadoras de cambio hemos encontrado muchos altos y bajos, muchos retrocesos.

Entendemos que lo tradicional y lo que nos hace sentirnos cómodas frena lo nuevo; sigue latente,  es muy difícil enfrentarse a esa zona de confort, esa aparente  seguridad que ofrece la enseñanza tradicional, modelos que hemos recibido y que nos han funcionado durante mucho tiempo. Por ello, se hace complicado en muchos momentos avanzar y es muy frustrante cuando de tres pasos que avanzamos, retrocedemos dos.

Construimos nuestro conocimiento sobre la base de nuestras estructuras mentales y avanzar hacia otro andamiaje requiere de formación, puesta en práctica y reflexión; entendíamos que, si el trabajo es en equipo, la compañía nos daría seguridad. Es un proceso lento.

Aquí es donde encontramos dos ejes fundamentales que desde el liderazgo metodológico consideramos que han sido claves en la evolución que nuestra escuela está viviendo: la generosidad y el “pico-pala”.

La generosidad o ese “compromiso generoso” que nos acompaña desde los inicios, primero entre nosotras, germen y generadoras de ese cambio, que hemos  sido capaces de construir una relación “educativa” (también personal) basada en creer firmemente en la necesidad de cambiar nuestra escuela, tener la misma mirada educativa y una creencia absoluta en querer dar el salto. Somos un maravilloso tándem y eso es una gran suerte.

Generosas en nuestras conversaciones, reflexiones y proyectos. Nos hemos apoyado, contagiado, hemos compartido todo lo que nos llegaba con inquietud, y con la misma generosidad elaboramos un plan de acción para hacer llegar todo esto a nuestras compañeras, contagiarlas y animarlas en esta aventura.

Este plan de acción ofrecía nuevas vías, con ejemplos, en el día a día, con fotos y vídeos de prácticas docentes inspiradoras, artículos, lecturas, conversaciones, propuestas de intervención, siempre con ese compromiso de generosidad y de ponernos en el lugar de las demás pero con un objetivo muy claro: cambiar la mirada sobre nuestro trabajo, sobre la educación y nuestra escuela.

Y aquí entra otro factor clave, que cariñosamente llamamos “pico-pala”, muy pacientes con los avances y retrocesos, muy comprometidas con la manera en la que nuestras compañeras también tenían que estar convencidas y comprometidas.

Hemos tenido la suerte de estar arropadas y muy firmes en nuestra idea, en los retrocesos sacamos “nuestro pico y nuestra pala” porque se trata de construir, de crear. Somos conscientes y estamos convencidas de que este proceso tiene que ser a nivel de centro; siempre hemos apostado por la unidad, por caminar en una misma dirección, no se ha tratado de convencer ni obligar a nadie, sino de compartir en lo que creemos y sembrar esa semilla, tocar ese interruptor que todos tenemos y llamar a la reflexión, a querer mejorar y apostar por una escuela presente y para el futuro.

Tenemos la suerte de tener grandes profesionales a nuestro lado, vemos nuestra escuela con orgullo y sentimos que hay un avance importantísimo. Seguimos en esa brecha proponiendo ideas y cambiando la mirada. Ahora podemos decir que estamos en la línea que queremos y en la que creemos y que nuestras compañeras están disfrutando de este cambio y sintiéndolo como algo suyo.

5. PROYECTAR LAS INNOVACIONES A LAS FAMILIAS

Uno de los pilares de nuestro centro y que lo caracteriza, desde hace años, es la gran participación de las familias en la vida de la escuela. Es algo que venimos desarrollando desde hace tiempo y que está muy consolidado en el centro. Contamos con una comunidad educativa magnífica, colaboradora y dispuesta a acompañarnos en el camino del aprendizaje de sus hijos/as, durante los tres años que pasan con nosotras. Su participación viene a través de varias vías: una potente AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos y Alumnas); un activo Consejo Escolar; la figura de los padres/madres delegados/as de clase que se conforman como un eslabón entre las familias y la escuela; la participación directa en actividades en el centro; la colaboración en talleres interactivos dentro del aula; la preparación en casa con sus hijos/as de la actividad de los expertos/as, así como la participación directa de  en los proyectos (especialmente en las actividades de inicio y de conclusión); nos acompañan en salidas; una cuadrilla de abuelos y abuelas colaboran con nuestro huerto escolar durante todo el curso (otro pilar del centro); una comisión de decoración formada por madres y padres nos ayudan a mejorar las instalaciones del centro y a crear nuevos ambientes de aprendizaje, aprovechando todos los recursos que tenemos.

Actividad familiar en la playa; Abuelas en un taller de gastronomía andaluza

Ilustración 21: Actividad familiar en la playa
Ilustración 22: Abuelas en un taller de gastronomía andaluza

Su papel es fundamental y necesitamos tenerlas a nuestro lado, compartiendo nuestros objetivos y nuestra mirada a la infancia, por lo que es preciso mantenerlas informadas de nuestros avances y hacerlas partícipes en todo momento, sumándolas al proceso de cambio, avanzando con nosotras. Para ello, empleamos las tutorías en grupo, en las que a través de vídeos y presentaciones vamos contándoles nuestra manera de entender el aprendizaje y nuestra forma de trabajar. De manera sencilla y cercana, les vamos dando pistas para que puedan comprender el proceso y acompañarnos en él. Su participación directa en las actividades del centro complementa esta información, pues les permite comprobar de primera mano la puesta en práctica de las ideas y planteamientos que compartimos con ellas.

Es así como proyectamos las innovaciones a las familias, haciendo visibles los cambios para hacerlas partícipes de los mismos.

No vamos a negar que la presión de la Primaria constituye un obstáculo importante en este proceso de avance, que se ve reforzado por el hecho de ser un centro diferente. El cambio es importante (de edificio, de profesorado, de etapa educativa, de metodología) y, aunque a través del Programa de Tránsito a Primaria intentamos limar diferencias y acompañar al alumnado y a sus familias durante el proceso, hay algunos aspectos que cuesta limar. No obstante, ha llegado el momento en que nuestra escuela, nuestro equipo, ha superado esa presión. Tenemos claros nuestros objetivos y nuestro camino, nuestra etapa es única y tiene formas de hacer específicas y diferentes. No preparamos para primaria, tenemos nuestros propios objetivos, nuestras propias metas. Y así, con toda la seguridad que la formación y la normativa nos aporta, se lo trasladamos a las familias, contagiándolas de nuestra forma de hacer. Y no vamos a dar ni un paso atrás en este sentido.

Las familias a nuestro lado, convencidas de que funciona, porque así lo ven, así se lo mostramos, así lo compartimos con ellas. Y cuando las familias entienden nuestros planteamientos y los experimentan de primera mano, ganamos su confianza, su apoyo y su respeto. Las familias son un pilar, un sustento, y por eso entendemos que debemos cuidarlas y darles su sitio, a nuestro lado.

6. ¡CREATIVIDAD SIEMPRE!

Este proceso de cambio y de innovación de la Escuela “El Llano” no termina aquí, seguirá avanzando, creciendo, probándose a sí mismo, reinventándose siempre, sin parar, sobre los cimientos que el equipo de profesorado ha construido de manera compartida en estos años.

La práctica docente no puede ser mecánica, no puede estancarse y repetir las mismas fórmulas siempre, sino que por el contrario ha de ser dinámica, estar viva, una aventura, probando ideas nuevas, avanzando.

Nada puede ser igual de un curso a otro: los grupos son distintos, las familias, el profesorado, las necesidades, el momento que nos toca vivir, lo que sucede en nuestro entorno, a nuestro alrededor. La escuela no puede ser indiferente a esos estímulos, sino que al contrario, debe ponerlos en su foco de atención, mirarlos de frente, atenderlos y darles su lugar. La vida fluye y la escuela también debe fluir.

Esto significa que no podemos parar, que tenemos que seguir inventando, creando nuevas formas, mirando hacia delante, observando a la infancia, aprendiendo de ella, entendiendo su forma de aprender y avanzar y dando respuesta a sus procesos, necesidades e intereses.

Para el curso próximo continuaremos avanzando en hacer realidad los ambientes de aprendizaje en “El Llano”, que además de ser el camino que nos abre nuestro propio avance, en el que llevamos tiempo trabajando, constituye una respuesta pedagógica, bien fundamentada y bien pensada, para la inclusión de todo el alumnado y el respeto a los ritmos de la infancia. Además, de manera singular, se nos ofrece como respuesta educativa y organizativa idónea para el curso próximo 2020/2021, que tan especial se presenta, ante la situación de pandemia por la COVID-19. La idea consiste en aprovechar todos los espacios del centro, más allá de las paredes de las aulas, considerando que “cada espacio de la escuela es una herramienta pedagógica” (Tonucci, 2020). Este será nuestro cometido.

REFERENCIAS

Aguilar, B. (2010). Construir, jugar y compartir. Un enfoque constructivista de las Matemáticas en Educación Infantil. Enfoques Educativos S.L.

Cobo, C. y Moravec, J.W. (2011). Aprendizaje invisible. Hacia una nueva ecología de la educación. Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.

Decreto de 29 de julio de 2008, por el que se establece la ordenación y las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en Andalucía.

Díez, C. (1996). La oreja verde de la escuela: Trabajo por proyectos y vida cotidiana en la escuela infantil. Madrid: Ediciones de la Torre.  

Díez, C. (2007). Mi escuela sabe a naranja: estar y ser en la escuela infantil. Barcelona: Graó.

Equipo Educativo de Reggio Emilia (1994). Los cien lenguajes del niño. Madrid: Editorial Conferencia.

Fernández, P. y Melero, M. A. (1995). La interacción social en contextos educativos. Madrid: Siglo XXI de España Editores.

Fons, M. (1999). Leer y escribir para vivir: alfabetización inicial y uso de la lengua escrita en el aula.  Barcelona: Ed. Graó.

Instrucciones de 8 de marzo de 2017, de la Dirección General de Participación y Equidad por la que se actualiza el protocolo de detección, identificación del alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo y Organización de la respuesta educativa.

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Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas del segundo ciclo de Educación infantil.

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Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga