Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga
ESTUDIOS Y ENSAYOS

Políticas y prácticas de la inclusión socioeducativa de la inmigración en Francia

France's politics and practices for socio-educational inclusion of immigrants
Rafael Ángel Jiménez Gámez*
Recibido: 28 de marzo de 2020  Aceptado: 12 de marzo de 2020  Publicado: 31 de julio de 2020
To cite this article: Jiménez Gámez, R. Á. (2020). Políticas y prácticas de la inclusión socioeducativa de la inmigración en Francia. Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga, 1 (2), 19-33
DOI: http://dx.doi.org/10.24310/mgnmar.v1i2.8422

*ORCID: 0000-0001-9774-6164
Universidad de Cádiz (España)
rafaelangel.jimenez@uca.es



RESUMEN:

Este trabajo analiza la evolución de la inclusión social y educativa de la inmigración en el país vecino en las últimas décadas. Nuestro trabajo parte de una primera fase en la que, partir de 1998, Francia inicia una toma de conciencia de la diferencia, que no está exenta de dificultades a causa del tradicional asimilacionismo de este país. Sin embargo, es, desde 1998 hasta la actualidad, cuando aparecen varios informes que denuncian la discriminación de las minorías inmigrantes. Esta lucha contra la discriminación está avalada por la acción decidida de la Unión Europea. El primer informe (Trajectoires et Origines, 2015) recoge, entre otras cuestiones, la discriminación laboral y la segregación escolar en barrios de la población inmigrante. Pero, con un carácter más cualitativo, el informe de Gilles Kepel, Banlieue de la Republique, y los de Hugues Lagrange denuncian la marginalidad social y educativa de los inmigrantes magrebíes y, sobre todo, subsaharianos. Por último, debatiremos sobre la grave crisis que sufre el modelo asimilador francés y el peligroso segregacionismo escolar que sufre esta población. Plantearemos la posición de autoras como Tribalat, que la que el repliegue identitario, la presión interna de los musulmanes respecto al uso del velo y la externa contra los que critican algunas de sus puristas posiciones han dado lugar a enfrentamientos contra el modelo laico francés de larga tradición. Concluiremos indicando que el modelo de asentamiento de la inmigración, y no tanto el rechazo a asimilarse, es el responsable del comunitarismo y la segregación de las segundas y terceras generaciones de inmigrantes. Para terminar, analizaremos si es posible lograr un equilibrio entre la fuerza asimiladora del Estado y el repliegue identitario y, de este modo, caminar hacia procesos de acomodación que transformen a la propia cultura mayoritaria.

PALABRAS CLAVE: inmigración en francia; inclusión socioeducativa; modelo asimilatorio; segregación escolar

ABSTRACT:
This study analyses the evolution of immigrant's social and educational inclusion in our neighbouring country during the last decades. First of all, we have examined a specific aspect of the assimilative French case. Namely, the discussion on the use of ethnic statistics, banned on the basis of equalizing principles, but that may be a handicap to any effort leading to the eradication of discrimination. The main core of our study is based on a starting phase where, from 1998, France starts to be aware of the differences, which is not free from difficulties due to the traditional French assimilationism. It is, however, from 1998 until now that several reports denounce the discrimination of immigrant minorities. This fight against discrimination is endorsed by the determined action of the European Union. The first report (Trajectoires et Origines, 2015) includes, amongst other aspects, labour discrimination and school exclusion at immigrant populated neighbourhoods. Nevertheless, with a more qualitative approach, Gilles Kepel's report, Banlieue de la Republique and Hugues Lagrange's reports denounce social and educational marginality of Maghrebi immigrants and, above all, sub-Saharan immigrants. Finally, we deal with the severe crisis of France's assimilation model and the risky school segregation that this population undergoes.

KEYWORDS: french immigration; socio-educational inclusion; assimilatory model; school segregation

1. INTRODUCCIÓN1

Cuando nos encontrábamos iniciando este trabajo nos llegó la noticia del atentado de Barcelona, que nos hizo recordar el atentado de Niza del verano de 2016, la cruel matanza de noviembre de 2015 y el grave atentado del Charlie Hebdo de comienzos de ese mismo año. En todos ellos, los terroristas no fueron islamistas radicales, extraños a la sociedad francesa, sino ciudadanos del vecino país de segunda o tercera generación de inmigrantes. Personas que han nacido en Francia, que han pasado por el sistema educativo y que han trabajado o han estado condenadas al desempleo.

Aunque el fenómeno en España es muy novedoso y aún no ha habido tiempo para un análisis sereno, en Francia sí ha provocado un importante debate centrado en cuestiones como estas: ¿Qué ha ocurrido para que se hayan producido los desajustes que han provocado el aparente fracaso de los procesos de inclusión de los inmigrantes? ¿Qué solución ideal podemos proponer en el contacto intercultural?

Cuando dos culturas se ponen en contacto, debido a un proceso migratorio, se pueden producir cuatro situaciones:

El etnocidio o marginalización no lo encontramos ejemplificado en la actualidad en ningún lugar, aunque podríamos referirnos a situaciones del pasado en las que se niega la posibilidad de un proceso de identificación tanto en la cultura de origen como en la de acogida. Pensemos en los judíos de la Alemania Nazi o quizás en el caso de algunas tribus indias en América. Se trata de situaciones en las que los grupos no pueden ni mantener su propia cultura ni adquirir la del grupo superior.

La asimilación se produce cuando un grupo cultural superior impide el desarrollo de la cultura minoritaria e impone la suya. Es la tendencia natural de la sociedad receptora en situaciones de inmigración. La asimilación segmentada2 (Gualda, 2011; Portes y Rumbaut, 2010; Portes, 2012) se referiría en nuestro contexto a procesos de integración diferenciados, ya que se producen procesos de integración orientados hacia el éxito y otros que caminan hacia el fracaso.

La segregación implica que un grupo cultural minoritario se encierra sobre sí mismo o es recluido por el grupo superior en un gueto. La cultura minoritaria no se socializa en la cultura del país de acogida. Se produce un repliegue identitario. A veces este proceso es voluntario, pero la mayoría de las ocasiones el proceso es involuntario. Los inmigrantes vienen a vivir a barrios donde ya están sus familiares y paisanos y sus hijos suelen ir a los mismos colegios. De este modo se produce un proceso de segregación natural.

Podríamos considerar que la situación ideal es la integración (Carbonell, 1995), pero la voluntad en la búsqueda de la misma, indudablemente, no debe partir sólo de la población inmigrante, sino también del empeño de participación conflictiva, efectiva e innovadora por parte del grupo cultural mayoritario y este proceso debería denominarse acomodación. Suele considerarse que son los inmigrantes los que deben aceptar modificaciones para incorporarse a nuestra sociedad. La integración se convierte, en este caso, en una asimilación disfrazada. Es necesaria una política de acomodación (Zapata-Barrero, 2004) que modifique la conducta de las instituciones públicas. Hacer política de acomodación es también gestionar conflictos y aplicar políticas de igualdad al principio, es decir, equiparar en derechos a los inmigrantes con los ciudadanos, y más tarde políticas de la diferencia, que permitan la expresión pública de las culturas de origen.

2. LA EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS Y PRÁCTICAS HASTA 1998: LA TOMA DE CONCIENCIA DE LA DIFERENCIA

Según Angéline Escafré-Dubet (2009), no es hasta 1991 cuando, en el primer informe emitido por el Alto Consejo de Integración3(HCI), aparece una definición del modelo francés de integración. Antes, en 1981, entran en el Ministerio de Cultura las culturas minoritarias provenientes de la inmigración, gracias al atajo que le ofrece la consideración por parte del modelo asimilatorio de las culturas regionales. De este modo indirecto, se introduce como condición necesaria, pero no suficiente, el reconocimiento de la diversidad cultural de la población francesa. A partir de una ley de octubre de 1981 que suprime la obligación para las asociaciones extranjeras de una autorización previa del Ministerio del Interior, comienzan a aparecer grupos que organizan actividades en su barrio. Detrás de todo este cambio aparece el debate multiculturalista surgido en los 60 en Estados Unidos y Canadá.

En 1983 se produce la primera manifestación de inmigrantes en Francia. Se trata de la marcha de los beurs o más bien la marcha por la igualdad y contra el racismo, considerada como el acto fundador de la visibilización de la población proveniente de la inmigración en Francia. Es el primer acto de empoderamientode los hijos de inmigrantes en Francia (Derder, 2014).

Con la llegada de la derecha al poder en 1986 se produce un freno de los proyectos comprometidos, que afecta también al Partido Socialista, y que advierte de los peligros de la reivindicación del derecho a la diferencia. Se produce un acercamiento entre la derecha parlamentaria y la izquierda. Los problemas sociales de los jóvenes de la banlieue se presentan como problemas de identidad nacional y se plantea reformar el Código de la Nacionalidad para obligar a estos adolescentes a manifestar su voluntad de ser franceses. La competición electoral entre la derecha y la izquierda y la influencia del Frente Nacional “facilitan la imposición de un vocabulario y un cuadro de interpretación basado en la seguridad nacional de los problemas sociales” (Masclet, 2012, p. 14). En el informe de HCI de 1991, se afirma que el modelo francés de integración, al contrario que el modelo americano, ha conducido, a lo largo del pasado, a una fusión individual y no se ha dirigido a la constitución de grupos minoritarios de extranjeros en la sociedad francesa.

Como afirma Jean-Paul Willaime (2005), el pensamiento republicano y el centralismo jacobino se asocian para subordinar la sociedad al Estado. Todo problema cultural forja una representación fantasmagórica de un enemigo que pretende dividir a la sociedad desde dentro. Hay que tener en cuenta que Francia se constituye como indivisible y monolingüe. No reconoce las minorías que viven en su territorio y las situaciones plurilingües. Los alumnos alófonos se encuentran con una lengua escolar concebida como fijada y normalizada (Frisa, 2014).

Pero el hito fundamental en este periodo es la realización de la primera gran encuesta en la que se usa el concepto de inmigrante y no sólo el de extranjero, ya que este último, cuando adquiría la nacionalidad francesa, desaparecía de la estadística. En la categoría de inmigrantes se incluyen no sólo los nacidos en el extranjero, sino sus hijos nacidos en Francia. Dirigido por Michèle Tribalat, investigadora del INED (Institut National d’Études Démographiques) esta encuesta, denominada Movilidad geográfica e inserción social (MGIS), se realiza en 1992 y está avalada por el INSEE (Institut Nacional de la Estatistique et des Études Économiques). Para esta demógrafa, el concepto de asimilación supone que los inmigrantes han construido una relación nacional con la cultura de acogida y hay una reducida proyección sobre la cultura de origen y no existe un repliegue identitario. El informe se publica en 1995 y aporta una información fundamental para valorar la eficiencia de la integración. Hemos sintetizado algunas de las aportaciones más interesantes (Tribalat, 1995):

Autores como Masclet (2012) afirman que tanto la investigación de Tribalat como otras dos realizadas sobre el racismo en el trabajo, que demuestran cómo los inmigrantes árabes y sus hijos son discriminados, nutren el informe del HCI de 1998, que inaugura una nueva etapa, en la que no solo se toma en consideración la diferencia, sino que se inicia una lucha institucionalizada contra la discriminación.

2. LA EVOLUCIÓN DE 1998 HASTA LA ACTUALIDAD. EL RECONOCIMIENTO DE LA DIVERSIDAD Y LA LUCHA CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

El informe al que hacíamos referencia introduce una doble ruptura en el discurso de las instituciones oficiales. La integración depende ahora de que desaparezca la discriminación y, por otro lado, que ésta pueda afectar a franceses de color, especialmente de ultramar o de origen extranjero no europeo. En 1998 retorna la izquierda al poder y la ministra de Empleo y Solidaridad, Martine Aubry declara luchar contra las discriminaciones, en todas sus dimensiones. Hay otro factor que aparece con fuerza, es la acción de la Unión Europea que provoca una europeización de la política antidiscriminatoria, pero con los reparos que le pone el parlamento francés a la vía de la affirmative action de origen anglosajón. Se rechaza la consideración de la raza como un hecho objetivo (Masclet, 2012).

Pero el hito que más repercusión ha tenido en el siglo XXI llega con las revueltas que tienen lugar en el otoño de 2005 en la banlieue parisina y que enrojece a todos los franceses y desnudan su política de asimilación. Antes, el 21 de abril de 2002, la extrema derecha había ganado a la derecha en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Para el país los graves sucesos de octubre de 20055 significaron el fracaso, entre otras acciones, de un programa de renovación urbana que ya había invertido 600 millones de euros solo para Clychy-sous-Bois y Montfermeil, en Seine-Sant-Denis, epicentro de los disturbios (Kepel, 2011).

La victoria en la segunda vuelta de Chirac impulsa una política antidiscriminatoria y en ese mismo año se crea la HALDE (Haute Autorité de Lutte contre les Discriminations et pour l'Egalité) una institución sin grandes medios y sin verdadero poder de investigación ni de intervención jurídica (Masclet, 2012). Para poder analizar la inclusión en esta etapa hemos recurrido a varios informes de prestigiosos equipos de investigadores.

  1. Entre septiembre de 2008 y febrero de 2009 se realiza el trabajo de campo de una nueva encuesta denominada Trajectoires et Origines (TEO) Enquête sur la diversité des populations en France (EquipeTeo, 2015). El trabajo se lleva a cabo entre el INED y el INSEE y establece matices diferenciales entre lo que llama la población mayoritaria, la que no tiene ascendencia inmigrante ni de nativos de un departamento de ultramar, y los que son inmigrantes, nacidos en ultramar o con un ascendiente con esa característica. Sintetizamos a continuación algunas de las conclusiones más destacables:
    • Se perciben prácticas transnacionales. Este nuevo concepto en el campo de las migraciones surge al principio de los 90 para designar las prácticas sociales, económicas y políticas a través de las cuales los inmigrantes mantienen relaciones con su país de origen. Los inmigrantes del África subsahariana son los campeones de las transferencias económicas. Es de destacar lo que se denomina un transnacionalismo reactivo, que se está produciendo en los descendientes de inmigrantes como reacción defensiva a las dificultades de integración que ellos encuentran.
    • Conforme la corriente migratoria es más reciente, los hijos de los inmigrantes aumentan la movilidad social ascendente. El primer ascenso suele hacerse obteniendo un empleo de obrero cualificado. Las hijas de inmigrantes están sobrerrepresentadas entre los empleados. Tanto los hijos como las hijas ocupan destinos profesionales próximos, independientemente del origen geográfico.
    • Entre los inmigrantes de origen argelino y subsahariano y los descendientes de estos, además de los de Marruecos y Túnez, el trabajo a tiempo parcial aparece más a menudo que en el resto de la población. Asimismo, a excepción de los procedentes de la UE, los inmigrantes y sus descendientes ganan menos salario que el resto6.
    • Con una situación económica similar, las diferencias entre el estado de salud percibido por inmigrantes y población mayoritaria se estrechan. Solo los inmigrantes del África saheliana poseen recursos sanitarios más débiles.
    • La unión en pareja es más precoz para los inmigrantes, pero los descendientes de estos viven menos frecuentemente en pareja que la población mayoritaria. Encontrar una pareja después de la migración favorece el mestizaje. Un 40% de los inmigrantes que encuentran su cónyuge después de la migración viven con una persona de la población mayoritaria. Los descendientes de inmigrantes se casan primero con una persona de la población mayoritaria. La progresión de las uniones con un cónyuge de la población mayoritaria es especialmente más elevada para los hombres que para las mujeres. La elección del cónyuge responde a fuerte determinaciones sociales.
    • Los inmigrantes y sus descendientes son con menos frecuencia propietarios y ocupan más a menudo un alojamiento HLM7 que la población mayoritaria. La discriminación respecto a la vivienda es experimentada sobre todo por los inmigrantes procedentes del África subsahariana y del Magreb.
    • Los descendientes de inmigrantes cohabitan más tardíamente con sus padres que la población mayoritaria y, cuando abandonan el hogar paterno, residen en zonas próximas a aquellos, sobre todo los procedentes del Magreb y de Turquía, estableciendo pues relaciones más densas con el entorno familiar. Los inmigrantes que han llegado siendo adultos son los que establecen más relaciones vecinales, sobre todo con los amigos.
    • Respecto a la vida ciudadana y la participación política, la encuesta recoge, en primer lugar, un alto grado de confianza en la institución escolar y una reticencia a criticar, en general, a las instituciones de la sociedad de acogida, aunque los choques con la policía, sitúan a esta como objeto de contenciosos con los jóvenes de medios populares, especialmente con los de origen inmigrante. Las segundas generaciones se movilizan menos que sus padres y que la población autóctona a la hora de participar en las elecciones y votan mayoritariamente a la izquierda, a excepción de los países de la UE 27 (quitando a Portugal, España e Italia).
    • La gran mayoría de los descendientes de inmigrantes son franceses y muchos de ellos conservan la otra nacionalidad de origen. Entre los inmigrantes, la adquisición de la nacionalidad francesa está en función directa de la edad de llegada y de la duración de la residencia. Es necesario llevar 5 años de residencia como mínimo para poder presentar un dossier de naturalización y el proceso lleva al menos 18 meses. Las variaciones respecto a un mayor sentimiento nacional no se relacionan con el origen sino con el tener un diploma profesional, residir desde hace 15 años o más y con el hecho de no haber sufrido experiencias de discriminación.
    • Más de tres cuartas partes de la población inmigrante y de sus descendientes declaran tener una religión, mientras que la población en la Francia metropolitana de entre 18 a 50 años se declara agnóstica o atea. La religión juega siempre un papel importante en la vida de más de tres cuartas partes de de los inmigrantes del Magreb, del África subsahariana y de Turquía. El hecho de residir en ZUS (Zonas Urbanas Sensibles) y, sobre todo, la afiliación al islam o al judaísmo contribuyen a aumentar la posibilidad de tener una fuerte religiosidad. Más de la cuarta parte de los habitantes de la Francia metropolitana de entre 18 a 50 años ha seguido una trayectoria de secularización, es decir de abandono o minoración del nivel de religión de sus padres, por lo que este estudio desmiente la hipótesis de un retorno de lo religioso. Probablemente este proceso, muy aireado por los medios de comunicación, concierne a fracciones minoritarias.
    • La discriminación que sufren los inmigrantes y sus descendientes son más episódicas que regulares y está dominada por el origen y el color de la piel. Ante la afirmación de si se ven como franceses, un 58% de los inmigrantes responden negativamente, mientras que lo hacen un 37% de los descendientes de inmigrantes y sólo un 11% de las parejas mixtas. Respecto a las experiencias racistas, los inmigrantes dicen haberlas sufrido menos que sus descendientes.
    • El nivel de estudios de los inmigrantes llegados más recientemente es mayor que los que llegaron hace más tiempo. A pesar de las disparidades persistentes entre hombres y mujeres, las diferencias observadas entre los inmigrantes que viven en Francia es menor que las que tenían en los países de origen. La ventaja escolar de las chicas que se había observado en los 90 se confirma en los descendientes de inmigrantes. Sin embargo, los hombres descendientes de inmigrantes diplomados son menores que los de la población mayoritaria. Los itinerarios escolares de los descendientes de inmigrantes demuestran la discriminación ligada al origen, lo que condiciona posteriormente el acceso al mercado de trabajo. Las injusticias escolares son pues vividas como discriminaciones etnoraciales. Las salidas sin diploma del sistema educativo son numerosas entre los descendientes de inmigrantes, en primer lugar los de Turquía, luego los del Magreb y el África subsahariana y, casi igualados con la población mayoritaria, los asiáticos, italianos y españoles. El acceso al bachillerato general es sensiblemente más elevado en la población mayoritaria. Los descendientes de inmigrantes son orientados hacia las ramas profesionales. Es cierto que ha aumentado el acceso de aquellos a la enseñanza superior pero los abandonos y salidas sin diploma son frecuentes. La segregación residencial se reproduce; los hijos de los inmigrantes no están escolarizados en los mismos establecimientos. Respecto al plurilingüismo, una gran mayoría de los descendientes e inmigrantes declaran que lo practican.
  2. En 2011 aparece el informe de un trabajo cualitativo denominado Banlieue de la République realizado en Clichy-sous-Bois y Montfermeil, en el departamento de Seine-Saint-Denis (el denominado 93) en la banlieue parisina, lugar en el que surgieron los disturbios de 2005, y dirigido por Gilles Kepel (2011; 2012). Se realizaron 100 encuestas, en varios idiomas, a habitantes de esas poblaciones, tanto a nacionalizados franceses como extranjeros. La muestra no pretendía ser representativa de la totalidad de la población francesa, sino recoger la situación de una zona en la que se suponía que se producía una fuerte construcción comunitarista en torno al Islam, con altas cifras de fecundidad y de desempleo, a pesar de la fuerte inversión del Estado. Hemos sintetizado las aportaciones más significativas:
    • Como respuesta a los disturbios de 2005 se promueve el Plan de Renovación Urbana (PRU) para renovar los apartamentos y los espacios comunes. Esta renovación debe contar con una realidad social difícil. Se han marchado los nativos y los inmigrantes de origen europeo y magrebí y han llegado, vía reagrupamiento familiar, familias procedentes del África subsahariana. Para algunos encuestados esta renovación se ve con esperanza, pero también con la frustración de no poder hacer frente a los gastos que les supone la renovación urbanística.
    • A partir de los 70 se desindustrializa la zona y sólo quedan empleos precarios. Además las ciudades estudiadas se encuentran en un territorio en el que existe una desconexión entre el lugar de residencia y el de trabajo. Con todo, se dan trayectorias de éxito en familias de origen marroquí y turco. El éxito pasa por el fomento del auto-empresariado. El problema del empleo se ceba en las familias originarias del Sahel, en ocasiones polígamas, con una alta tasa de fecundidad y muy poco adaptadas a la sociedad de acogida.
    • Respecto a la seguridad, dos terceras partes de los encuestados, entre los que se encuentran los jóvenes de origen magrebí y africano, se sienten seguros y han vivido los disturbios como algo externo. Esto no quiere decir que las bandas ociosas de jóvenes que ocupan las escaleras y el tráfico de drogas no contribuyan a un resentimiento contra la policía. La apertura de una comisaría ha sido recibida positivamente, aunque la restauración de la seguridad no pueda limitarse a una política de represión.
    • En lo que se refiere a la cuestión política, se produce, tras los disturbios de 2005, una fuerte progresión de inscripciones de jóvenes de origen inmigrante en asociaciones de izquierda. Sin embargo, entre los encuestados de más bajo nivel educativo y cultural y entre los que no se sienten franceses, coincidentes con el origen saheliano, se produce un rechazo por la política. En general, además, se revela una depreciación de los responsables políticos a nivel nacional. La encuesta revela una imbricación profunda entre política y religión, por eso, la principal aportación de este estudio, se realiza en el ámbito de la islamización8. La zona de Seine-Saint-Denis está considerada la meca del islam en Francia (Kepel, 2012). Se ha creado un lobby musulmán con el objetivo de movilizar el voto. Los musulmanes se consideran estigmatizados y se atisba el peligro de repliegue identitario. La resistencia a la asimilación empuja a estas minorías a un proceso de segregación muy peligroso.
    • En el ámbito educativo, desde 1981 estas poblaciones están clasificadas como Zonas de Educación Prioritaria9 (ZEP). Este hecho ya crea una separación entre colegios para pobres y para ricos. Curiosamente, los Consejeros de Educación10 de los centros de secundaria son detestados por los alumnos, ya que en ellos cristaliza la inadecuación entre formación e inserción social. Sin embargo, los profesores son considerados capaces de detectar a los talentos. En la zona encuestada la asistencia a la cantina es escasa, a causa de que no ofrecen comida halal, aunque la razón oculta pueda ser que sale más cara que la comida en casa. Respecto a la laicidad en la escuela, los encuestados critican que en realidad no es más que un mito, cuando la adhesión a la misma debería ser un prerrequisito cultural fundamental para evitar enclaves comunitaristas.
  3. Paralelamente al trabajo de Kepel, Hughes Lagrange (2010) argumenta que los procesos de exclusión en las zonas de la banlieue parisina se han territorializado y se han teñido de un aspecto claramente étnico. Lagrange ha trabajado con datos locales e internacionales. Resumimos a continuación algunas de sus tesis que pueden aportar luz al análisis sobre la inclusión de la diversidad que estamos realizando:
    • La revolución tecnológica ha producido una reacción islamista en Oriente. La modernidad técnica y los medios de comunicación refuerzan las libertades prácticas pero reducen el espacio necesario para una postura reflexiva, por lo que se favorecen las tendencias gregarias y tradicionalistas, que se difunden, a través de las migraciones, a Europa. El fracaso escolar precoz favorece un sentimiento de desvalorización de los adolescentes, más fuerte en tanto en cuanto habían interiorizado la ideología meritocrática y competitiva, lo que les lleva a adherirse al islam fundamentalista. La afirmación musulmana se generaliza entre los franceses de 18-25 años de origen magrebí, del Sahel y de Turquía. La religiosidad aumenta entre los inmigrantes llegados a Francia antes de los 16 años y entre los descendientes de inmigrantes, pero no entre los inmigrantes llegados a la edad adulta (Joignot, 2012).
    • Las clases medias autóctonas y los inmigrantes del sur de Europa abandonan los barrios marginales de la banlieue y dejan paso a los africanos del Magreb y más tarde a los subsaharianos. En París, la segregación se produce en la separación entre colegios públicos y privados.
    • Las malas conductas y el fracaso escolar y social tienes que ver con la configuración familiar (la poligamia y la monoparentalidad) y el medio social. La narración, que era un importante medio de estimulación, ha desaparecido en los nuevos inmigrantes, ya que los abuelos, encargados tradicionalmente de esta actividad, se han quedado en el país de origen. En concreto, los jóvenes procedentes del Sahel y de otras zonas subsaharianas (casi la tercera parte de los inmigrantes al principio del 2000) no están preparados para la competencia meritocrática y se convierten en los más excluidos en comparación con los procedentes del Magreb y de otros países. Los sistemas familiares son patriarcales y conservan las tradiciones poligámicas y machistas. Existe un fuerte control sobre las chicas y una fuerte endogamia. Además llegan prácticamente sin ningún pasado escolar. Una gran parte de las familias africanas son cautivas de las políticas clientelistas de las ayudas sociales. Por otra parte, ante la ignorancia de la lengua del país de acogida y de la ausencia de un bagaje educativo, los padres pierden ascendencia sobre los hijos, asimismo, piensan que retornarán al país de origen. En estos barrios segregados, los adolescentes no gozan de libertad para establecer sus relaciones sociales. Están controlados por los mayores y sufren un cierre comunitarista y un proceso de desindividualización y de afirmación identitaria. En definitiva, los inmigrantes sahelianos constituyen una subcultura que se encierra en sí misma y es difícil de modificar y adaptar a la cultura del país de acogida. Todo lo contrario que los asiáticos.
    • Las políticas públicas para eliminar el encapsulamiento han sido más paliativas que curativas. No se han tenido en cuenta los aspectos culturales, sino sólo los sociales. De todos modos, el crecimiento del empleo de las mujeres africanas puede que contribuya a la mejora del éxito de su familia. Una escolarización precoz de los niños sahelianos y un empoderamiento de las madres mediante diversas estrategias (microcréditos, economía solidaria, realojamiento a las familias en zonas cosmopolitas, etc.) serían medidas deseables.
  4. En el ámbito estrictamente educativo, estudiamos un informe del Haut Conseil á l’intégration (HCI) de 2010 titulado Les défis de l’intégration á l’école et Recommandations (…) relatives á l’expression religieuse dans les espaces publics de la République. En la introducción al mismo se manifiesta claramente que el criterio fundamental que va guiar el informe es la defensa del laicismo por encima de todo. El vivre ensemble se entiende en una escuela que “no tenga en cuenta el origen social de los alumnos, ni su nacionalidad, ni su cultura de origen ni sus características físicas o intelectuales” (HCI, 2010, p. 5). Por lo tanto, la escuela francesa debe lograr el dominio de la lengua francesa ya que “la lengua construye y forja la identidad de nuestros valores” (p. 5) y la transmisión de los elementos de la “cultura republicana francesa, democrática y laica” (ibídem). Asimismo, el informe reconoce que las transformaciones económicas y el empobrecimiento de la población han conducido una segregación étnica que ha hecho de la escuela un lugar de nuevas reivindicaciones, que refuerzan el comunitarismo y la identidad religiosa y el rechazo a la cultura y a los valores de la República Francesa. En los establecimientos tipo ZEPs las relaciones de las familias inmigrantes con la escuela están marcadas por un bajo nivel de escolarización y alfabetización de los padres y de su dominio de la lengua francesa.

Para Françoise Lorcerie (2003, 2012) el ideal laico y nacional de la escuela de la República se ha construido alrededor de una determinada idea de la ciudadanía, entendida como comunidad de destino que excluye la posibilidad de la coexistencia de comunidades separadas y diferentes que conserven una identidad cultural. Además, la existencia de niños extranjeros o no francófonos en un barrio han sido criterios para la delimitación de las zonas ZEPs. Este modelo asimilador se ejemplifica en la no consideración de la identidad musulmana en los alumnos, que se rechaza como algo negativo.

El Informe HCI 2010 afirma que los hijos de inmigrantes tienen más dificultades en sus itinerarios escolares. Las condiciones socio-demográficas del medio en el que viven influyen sobre su escolaridad. En cuanto a los padres, se sienten mal acogidos por la institución escolar, sobre todo los que han llegado recientemente. Estos padres participan poco en las asociaciones debido al desconocimiento de la lengua francesa y del sistema educativo francés y ayudan con menos frecuencia a sus hijos a la hora de hacer los deberes. Aunque las ambiciones escolares de los padres inmigrantes son más fuertes que la de los autóctonos, los primeros son reacios a acercarse a ellas. El aislamiento ante los problemas conlleva una islamización y provoca en la escuela tensiones y presiones comunitaristas. Por otro lado, el informe denuncia que la evaluación se contamina del hándicap lingüístico y se desvía a los alumnos de origen inmigrante hacia las ramas técnico-profesionales en la enseñanza secundaria superior y les hace caer en proceso acumulativo de fracaso y estigmatización a lo que contribuye la repetición de curso. El informe también denuncia el olvido de la escuela por el trabajo de la competencia cívico-social y de contenidos como los procesos de colonización y descolonización y el propio estudio de la inmigración.

Más adelante, en el último capítulo, se defiende la escuela laica y la lucha contra la presión comunitarista. La recomendación de que en los establecimientos escolares se obligue a hablar siempre en francés es muy significativa.

Pero el análisis se concentra en el problema de la segregación escolar que no ha logrado superarse a pesar de la creación de las ZEPs. La población de origen inmigrante se concentra en determinados centros, a pesar de la carte scolaire un instrumento legislativo que fomenta la existencia de la mixité sociale en los establecimientos educativos. Como en nuestro país, las familias se buscan los trucos para evadir la asistencia a los centros en los que la mayoría de los alumnos son de origen inmigrante. La situación de la segregación escolar ha sido muy bien estudiada por Van Zanten (2012) quien ha analizado los centros de la banlieue parisina, en concreto la denominada banlieue rouge, formada en los años 30 del siglo XX por ayuntamientos comunistas y socialistas. Esta autora explica que los centros de la banlieue se deterioran. El profesorado se vuelve descontento y no hay directores que gestionen bien, a pesar de los esfuerzos de algunos ayuntamientos comunistas. Se producen entonces unas estrategias familiares ante el deterioro, una dimisión de las familias que buscan mejores centros. Se dejan llevar por las informaciones que corren sobre los mismos. Las elecciones selectivas de los padres que pueden escapar de los centros públicos de su sector acentuarán las desigualdades de escolarización en la banlieue (Oberti y Préteceille, 2016). Ante el fenómeno de abandono de los centros, la política de aquellos se centra en retener a los buenos alumnos que se quieren ir, más que apoyar a los peores. Se establecen grupos por niveles y los ayuntamientos ofrecen acompañamiento de apoyo y otras soluciones individuales. Los padres de origen inmigrante están descualificados por parte del profesorado. En realidad, a veces los profesores no quieren que los padres se entrometan.

3. A MODO DE BALANCE FINAL: ¿EL FIN DEL MODELO ASIMILACIONISTA? ¿HACIA EL COMUNITARISMO?

La visión propuesta por Lagrange del peligro de encapsulamiento del África saheliana, encuentra la respuesta de la exacerbada defensa del laicismo del informe educativo del HCI de 2010. Es cierto que hay autores que defienden posturas más moderadas que creen que no es tan relevante el repliegue identitario (Derder, 2014). Sin embargo, Michéle Tribalat (2013) alerta sobre el fin del modelo asimilador francés. Para esta investigadora, directora del INED, miembro del Haut Conseil à l’Intégration, la inmigración no ha aumentado tanto en Francia en los últimos años como en países vecinos como España, pero ha continuado, de tal modo que, según algunos estudios prospectivos, en el 2060 los natifs au carré (denominados en los 90, Français de souche), los nacidos en Francia de padre y madre franceses, serán minoritarios.

Pero donde Tribalat se adentra es en el tema del islam, basándose principalmente en la encuesta TEO. Comienza planteando la tendencia a subestimar el número de musulmanes, indicando que en Francia se da la minoría más fuerte de la Unión Europea. Cuando, gracias al laicismo como modelo dominante, se pensaba en un modelo de secularización del islam, ha ocurrido todo lo contrario y se está produciendo un proceso de desescularización en todos los sectores sociales, pero sobre todo en los más desfavorecidos. La transmisión se produce por la educación y sobre todo por la endogamia. “Los musulmanes se casan con musulmanas” (p. 163). La vitalidad demográfica es superior a la de los no musulmanes. Los efectos de la juventud y de la fecundidad son reforzados por una endogamia estricta y por los flujos migratorios provenientes de países musulmanes. Además, la presión interna respecto al uso del velo y la externa contra los que critican algunas de sus puristas posiciones han dado lugar a enfrentamientos contra el modelo laico francés de larga tradición.

Tribalat piensa que esta situación pone en grave crisis el modelo asimilador francés. La falta de confianza de la sociedad francesa procede de la sangrante historia de las dos guerras mundiales y de una descolonización dolorosa. A esto se une la tolerancia hacia las nuevas culturas que llegan. Desde las élites se anima a abrirse a ellas y a no ponerle trabas. Al mismo tiempo, desde los partidos de la izquierda se abandona a los natifs au carré a favor de las minorías étnicas. Las clases populares se acercan a la extrema derecha y, si pueden, se marchan a vivir fuera de las banlieues étnicas. Asimismo, el modelo multiculturalista europeo, de inspiración anglosajona no casa con el modelo asimilador francés.

La matanza de Charlie Hebdo y los atentados del 2015 y del verano de 2016 han vuelto a sacudir los pilares del modelo francés y han desnudado al Estado laico. Sus consecuencias no pueden ser analizadas en este trabajo, lo que sí nos queda claro, como ya hemos planteado anteriormente, es que el modelo de asentamiento de la inmigración, y no tanto el rechazo a asimilarse, es el responsable del comunitarismo (Bowen, 2015) y la segregación de las segundas y terceras generaciones de inmigrantes. ¿Se logrará un equilibrio entre la fuerza asimiladora del Estado y el repliegue identitario? ¿No es posible caminar hacia procesos de acomodación que transformen a la propia cultura mayoritaria?

En conclusión, las posibilidades de lograr una auténtica integración, en la línea de la asimilación segmentada de las segundas y terceras generaciones que presentan Portes (2012) y Portes y Rumbaut (2012) implica:

Es cierto que las últimas manifestaciones artísticas, sobre todo cinematográficas como el premiado film Los Miserables de Ladj Ly, presentan un panorama pesimista, pero nunca habrá que perder la esperanza y, sobre todo, es necesario aprender y prevenir desde el otro lado de los Pirineos.

REFERENCIAS

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1 Los planteamientos que aquí se exponen han sido extraídos de Jiménez y Goenechea (2014).

2 La asimilación lineal o forzada equivaldría a lo que, en el escenario europeo, denominamos asimilación. La asimilación segmentada se referiría a la integración de las segundas generaciones, y en Francia, precisamente, se produce una diferenciación interna y, dentro de un grupo étnico, podemos encontrar segmentos diferenciados en sus caminos a la integración (Gualda, 2010).

3 Esta institución, según se dice en su presentación (http://archives.hci.gouv.fr/-Presentation-.html) tenía como misión la de emitir informes, a petición del Primer Ministro, sobre la integración de los inmigrantes y de sus descendientes. Se disolvió a finales de 2012. Las iniciales en francés se corresponden a Haut Conseil à l'intégration.

4 Si aplicamos los conceptos de Portes, podríamos hablar de una asimilación fragmentada. No ocurre lo mismo con las minorías inmigrantes de países del sur de Europa que con las del norte de África.

5 Los disturbios se caracterizaron por el incendio de coches y por violentos enfrentamientos entre cientos de jóvenes y la policía francesa. Los incidentes comenzaron tras la muerte de dos jóvenes musulmanes de origen africano mientras escapaban de la policía en Clichy-sous-Bois, una comuna pobre en una banlieue del este de París, y fueron exacerbados por las declaraciones del ministro de Interior Nicolas Sarkozy, que llamó a los manifestantes iniciales "escoria".

6 Se repite de nuevo la asimilación fragmentada.

7 Las HLM (Habitation á Loyer Modéré) equivale a lo que en España sería pisos de protección oficial, aunque en Francia son alquilados.

8 Kepel (2012) señala tres etapas del islam en Francia. Una primera, la de los padres, anclada en el país de origen, una segunda, de marcado carácter político, denominada de los hermanos y una tercera la de los jóvenes, muy ligada a internet.

9 Las ZEP se constituyen en el paradigma de la compensación educativa, de la denominada discriminación positiva. Se sitúan en los barrios más deprimidos con un alto índice de fracaso escolar. Los centros de estas zonas recibe más dinero y recursos personales para compensar las desigualdades, pero al cabo de los años no se ven los resultados esperados (Tisserand, 2012).

10 Se trata de los psicólogos, funcionarios del Estado, que en los colléges y lycées (los centros de Educación Secundaria Postobligatoria) realizan la orientación escolar, vocacional y profesional (Tisserand, 2012).

 

Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga