Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga
HISTORIAS MÍNIMAS

Mi mejor amiga

My best friend
Cristóbal Gómez Mayorga*
Recibido: 1 de noviembre de 2022   Aceptado: 23 de noviembre de 2022  Publicado: 31 de enero de 2023
To cite this article: Gómez Mayorga, C. (2023). Mi mejor amiga. Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga, 4(1), 157-159. http://dx.doi.org/10.24310/mgnmar.v4i1.15064
DOI: http://dx.doi.org/10.24310/mgnmar.v4i1.15064

*Maestro jubilado
cgomezmayorga@hotmail.com
Mari Carmen Díez Navarro

Cristóbal Gómez Mayorga

RESUMEN:
En el análisis de la realidad debemos tener una visión holística, y no fijarnos solo en cualquier nimiedad que altere nuestro cerebro. El profesorado debe actuar siempre sobre el contexto educativo, especialmente cuando trabajamos con alumnado con discapacidad. Porque la discapacidad no está en una persona concreta sino en toda la sociedad.

PALABRAS CLAVE: inclusión; pedagogía; mirada

ABSTRACT:
In the analysis of reality we must have a holistic vision, and not look only at any trifle that alters our brain. Teachers must always act on the educational context, especially when working with students with disabilities. Because disability is not in a specific person but in the whole society.

KEYWORDS: inclusion; pedagogy; gaze



Carta

En todo análisis de la realidad podemos centrarnos en un punto discordante o atender todo el contexto. Lo aprendí de mi profesor, Miguel Ángel Santos Guerra, en sus clases de Pedagogía. Nos mostraba un folio en blanco con un minúsculo puntito que había hecho con un bolígrafo, y nos preguntaba qué veíamos. Todos, al unísono, decíamos: un punto. Y él nos recriminaba: no, el punto es lo mínimo —eso nos decía— lo que hay es un folio blanco inmenso con un pequeñísimo puntito que apenas se ve.

Suele pasar, cuando observamos la realidad, que olvidamos el contexto, y nos fijamos en cualquier nimiedad que altere nuestro cerebro. La sabiduría popular nos lo muestra en el famoso proverbio «los árboles no dejan ver el bosque».

En mi trabajo, como maestro de Pedagogía Terapéutica, me dediqué en cuerpo y alma a todo el alumnado del aula, y no solo a quienes tenían diagnóstico, porque siempre vislumbré que la discapacidad no puede tratarse en una persona concreta sino en toda la comunidad. Siempre intuí que la concepción sobre la realidad depende de nuestra mirada, y yo siempre miré a todas las niñas y niños del aula, a sus familias, a la comunidad, a la sociedad, a la cultura imperante, a todo el contexto…, al folio entero.

Después de varios años trabajando en un aula en donde había una alumna con autismo, me llega un texto escrito por un alumno de esa clase titulado “Mi mejor amiga”. Era un trabajo en donde este chico confiesa que su mejor amiga es su compañera con discapacidad. El escrito comienza diciendo:

es mi compañera desde hace cuatro años, es una niña muy especial. Ella me dice pocas cosas con palabras pero me muestra todo lo que siente por mí.

Este alumno, de sexto de primaria, escribe una verdad sentida y experimentada que ya quisieran expresar muchas personas mayores. Para saber algo hay que vivirlo, y este alumno lo había experimentado en sus propias carnes.

En otro párrafo del texto reza:

Me da muchos abrazos. Se pone muy contenta cuando me ve. Cuando me acerco a ella, pone su frente junto a la mía. Tengo mucha suerte de que ella y yo estemos conectados. Ella se ríe mucho conmigo y eso me hace estar muy feliz.

Me ha emocionado la lectura del texto de este chico que también siento como alumno. Aunque a nivel administrativo no me correspondía, porque yo solo debía atender a la alumna diagnosticada con discapacidad; pero yo siempre lo consideré, como al resto de la clase, parte de mi responsabilidad; porque un árbol es parte del bosque en el que habita. Siempre trabajé el contexto, el folio entero.

He aprendido que lo esencial de la educación es vincular a todo el alumnado. Y que, para ello, debemos trabajar el aula entera, y no solo el puntito discordante. Porque la verdadera educación se produce cuando, entre todo el alumnado, se crean vínculos amorosos. Con esta visión holística de la educación todas las personas salimos ganando. El texto de mi alumno sigue diciendo:

Yo he tenido la suerte de conocerla a ella. Es mi mejor amiga porque la quiero mucho y me da mucha felicidad.

Es necesario resaltar que educar desde la aceptación de la diversidad desarrolla las principales competencias humanas, no solo valores sino también inteligencia. El alumnado que se enfrenta a la complejidad y dificultades de la vida está desarrollando capacidades para vivir en una sociedad diversa y compleja, amplía puntos de mira, domina los miedos, empatiza con las demás personas y desarrolla capacidades cognitivas divergentes. Tengo constancia de que el aula de esta chica con discapacidad es la más madura de todo el colegio. Vean, si no, el final del escrito de mi alumno:

Según los especialistas hay problemas con la comunicación y la interacción social, pero mi amiga y yo nos comunicamos estupendamente. No necesitamos hablar.

¡Aún sigo emocionado!


Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga