Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga
HISTORIAS MÍNIMAS

Ángel Pérez Gómez

Ángel Pérez Gómez
Jaume Carbonell Sebarroja*
Recibido: 5 de julio de 2022  Aceptado: 5 de septiembre de 2022  Publicado: 30 de septiembre de 2022
To cite this article: Carbonell, J. (2022). Ángel Pérez Gómez. Márgenes. Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga, 3(3), 215-219. https://doi.org/10.24310/mgnmar.v3i3.15329
DOI: https://doi.org/10.24310/mgnmar.v3i3.15329

* Pedagogo, periodista y sociólogo. Exdirector de Cuadernos de Pedagogía. jcarbonell@wke.es

RESUMEN:
El texto presenta un homenaje al profesor Ángel Pérez Gómez. El autor hace un recorrido en clave turística y con toques de humor, por algunos de los más importantes encuentros que ambos han tenido. Un escrito ingenioso que nos habla de la figura académica pero sobre todo, de la persona familiar y amiga. 

PALABRAS CLAVE: pedagogía; renovación pedagógica; formación inicial; formación permanente

ABSTRACT:
The text presents a tribute to Professor Ángel Pérez Gómez. The author makes a tour in a tourist key and with touches of humor, through some of the most important meetings that both have had. An ingenious writing that tells us about the academic figure but above all, about the family and friend.

KEYWORDS: pedagogy; pedagogical renovation; initial training of teachers; permanent training of teachers

Carta

1. Siempre con su sonrisa

A Encarna, María y Pablo. Disfruto en su sonrisa la ansiada alegría de otro mundo es possible”.
(Educarse en la era Era Digital)

Una preciosa dedicatortia donde se condensa un modo de ser y pensar del amigo Ángel. Está claro que sus hijos, María y Pablo, han heredado la dulce y permanente sonrisa de su padre: ¡qué capacidad para aguantarla mientras te mira a los ojos o cuando està platicando, un encantador de serpientes. Joder, ¡qué envidia! Por otro lado, Ángel nunca ha dejado de soñar: la utopia, más allà de la crítica social, siempre aflora en sus escritos y charlas.

Coincidimos por vez primera en Salamanca. Allí impartía clases junto a Pepe Gimeno Sacristán y Jurjo Torres, los tres mosqueteros de la moderna pedagogía, tres cabezas muy bien amuebladas que, en el transcurso de los años, han publicado un montón de libros siempre en Morata que se han convertido en lectura obligada para todos aquellos profesionales ansiosos de familiarizarse, desde el compromiso crítico, con otros modos de pensar y transformar la educación. Me invitaron a unas jornadas, no recuerdo exactamente sobre qué, y tuve el honor de predicar desde la emblemática aula Miguel de Unamuno.

Me acuerdo que, al terminar, probamos una carne muy sabrosa en una posada a los pies de la Sierra de Francia. Dimos un paseo por la Alberca, uno de los pueblos salmantinos más bellos y por aquel entonces tranquilo, pues aún no estaba ocupado por las urdes turísticas. Y por la noche volvimos a encontrarnos en un restaurante muy bien puesto. Me contaban que todos estaban de paso, académicamente hablando y que disfrutaban de la naturaleza salmantina donde plantaban sus tiendas de campaña algún que otro fin de semana. Al cabo de poco se largaron los tres. Jurjo recaló en A Coruña, Pepe en Valencia y Ángel en Málaga, tras una estancia tinerfeña. Sus carreras docentes fueron meteóricas y pronto se convirtieron en cátedros muy respetables y respetados: en unos influencers, vaya.

2. Hombre de conversación pausada y de consenso

A partir de entonces Ángel –también los otros dos mosqueteros empezó a colaborar en Cuadernos de Pedagogía, y nuestros encuentros fueron más frecuentes: nos cruzábamos en Madrid al término de cualquier reunión ministerial Uff, Ángel ha estado en tantas!; coincidíamos fugazmente en algún congreso; o debatíamos y conversábamos más pausadamente –de pedagogía, política y de la vida en seminarios: inoblidable el que organizamos en el Carmen de la Victoria en Granada, donde, en medio de la discusión, nos despistábamos a menudo contemplando la Alhambra. ¡Qué lujo! Ángel se mostraba como un buen polemista, bien arropado con datos y argumentaciones, era tolerante con las opiniones y siempre buscaba el consenso. Ah, y no es un tipo que se ande por las nubes en sus discursos sino que trata de lograr síntesis consistentes, siempre acompañadas de las necesarias críticas pero también de las imprescindibles proposiciones.

3. De Estados Unidos a la Axaquía

Ángel es un tipo intuitivo y siempre tuvo claro al menos estas tres cosas. Primera: Que para investigar y abrir nuevas ventanas al conocimiento había que viajar y aprender de la cultura pedagógica anglo, la más vanguardista desde tiempos bastante remotos. Segunda: que solo con la pedagogía no se iba a ninguna parte y que se requerían incursiones en otros campos del saber: epistemologia genètica, sociologia crítica, neurociencia, nuevas tecnologías, etc. Y tercera: con la mochila cargada con esto de la investigación-acción, con aquello otro de las lesson studies o con teorías y experimentaciones varias de otros lugares, tenía que ver cómo podían aplicarse en nuestras escuelas. Fue entonces cuando descubrió el paraíso de la Axarquía, una zona rural convertida en cantera de maestras y maestros apasionados por la renovación pedagògica. Ángel y otros colegas de su Facultad formaron un sólido matrimonio con los docentes axárquicos no anárquicos, aunque algo de eso tenían. Ignoro si el matrimonio se ha roto o si la tribu juvenil sigue la misma senda de padres y abuelos.

4. En tierras cubanas: paréntesis pedagógico

La revista donde un servidor trabajaba, Cuadernos de Pedagogía, organizaba viajes a Cuba para asistir a sus congresos y, de paso, aprovechar para hacer algo de turismo pedagógico cultural y de campo y playa. En uno de esos encuentros coincidí con Ángel; llevaba ya unos días en la isla y estaba leyendo El péndulo de Foucault, uno los sesudos libros de Umberto Eco. Muy pronto este ardor cultural se vino abajo y fue sustituido por otro tipo de ardores. Sostiene un amigo mío que si uno se tira un tiempo en Cuba o se hace del partido o se echa una novia. Leyenda aparte, algo de eso sucedió una de las primeras noches en que nos juntamos cinco viajeras ¡qué chicas más majas! y tres viajeros –ellas decían que también éramos majetes. Daban la una, las dos y las tres, y los cuerpos aguantaban con altas dosis de alcohol. Joder, ¡qué ricos estaban los mojitos! Nosotros pasamos del socialismo soviético y nos apuntamos al tropical. Las mañanas eran más duras y, al menos en mi caso, tiré de novillos. Ignoro lo que hizo Ángel nos queríamos pero no nos controlábamos, pero no lo veía pedagógicamente muy puesto. Sucedieron momentos inoblidables en los mares del Caribe, entre langostas –bastante sosas, por cierto y más mojitos. Éramos aún muy jóvenes. Nos lo pasamos divinamente. Aún nos juntamos todo el grupo alguna vez, tras el viaje. Se formó alguna pareja pero no duró dos telediarios.

5. Familia

Hace casi diez años, en una entrevista, le pregunté a Ángel qué aprendía de sus hijos y esto fue lo que me contestó. “Me enseñan a confiar y a tenir paciencia, pues como padre quisiera que los desarrollos favorables en tus hijos aparecieran de modo inmediato; y tienes que atender a su ritmo, no al tuyo. Tienes que esperar, escuchar, tener paciencia y estar siempre a disposición. El ejemplo es una de las estrategias más eficaces y más difíciles: ejemplo de coherencia, de sensibilidad, de cariño”. Sí, siempre anda muy preocupado para que tanto él, como sus hijos, colegas y estudiantes sean coherentes entre lo que piensan, dicen y hacen.

De la vez que dormí en su casa me quedaron grabados dos recuerdos: la vista panorámica sobre la ciudad y el mar y la escena de toda la família pegada al televisor viendo “Cuéntame”. No se perdían un solo capítulo. Ángel sostenía que era la manera de conocer y compartir la evolución de la historia política y cotidiana del país. En sus ratos libres se pone a leer, escucha música, se enchufa a Intenet horas y horas, pedalea unas cuantas cuestas con la bici e incluso, de tanto en tanto, se atreve a rascar la guitarra.

6. Escribe y habla de lo importante

En sus más de treinta libros publicados –individuales y colectivos y en los centenares de prédicas por España entera y buena parte de los países latinos, discurren las cuestiones clave de la educación: tiene buen ojo para detectarlas y rigor académico para abordarlas. Pongamos que hablamos de la formación inicial y permanente del profesorado, de la autonomía de centros, del vínculo entre razón y emoción, de las competencias básicas, de proyectos educativos y personales, de la innovación pedagógica y el cambio educativo o de la cultura escolar en la sociedad neoliberal y digital. No se deja nada en el tintero de lo realmente importante.

7. Mis tres últimos encuentros con el padrino

El primero fue en ocasión de la concesión del Doctor Honoris Causa de la Universidad de Málaga a Gimeno Sacristán. Como padrino, Ángel le dedicó el laudatio al amigo “con quien hemos compartido ilusiones, proyectos, experiencias, frustraciones y alegrías personales y profesionales a lo largo de más de 35 años”. Un cúmulo de bellas palabras que, hasta cierto punto, también se podrían regalar a Ángel. Tanto en esta ocasión como en la siguiente –cuando le entrevisté terminamos a orillas del mar con pescaito frito y a la plancha ¡Qué espéctaculo en El Tintero con los camareros sacando platos continuamente mientras iban desapareciendo al alimón de los clientes más atentos! Al final se cuenta a tanto por plato. Aunque la cosa aún era más espectacular cuando las mesas se colocaban en la arena y los más espabilados escondían algunos platos para no pagarlos. La última vez que nos cruzamos fue en el Màster, sin pescaito y frente a la pantalla ¡qué aburrimiento! con ocasión de un Máster confinado en el que Ángel seguía ejerciendo de padrino.

8. Despedida de quien nunca se jubilará

Ahora deja de ser emérito y pasa a ser colaborador honorífico. Y así seguirá hasta que el ordenador y la sonrisa les separe. Se jubila con la cabeza bien alta, con uno de los mejores medalleros olímpicos pedagógicos. Quizás para celebrarlo la familia entera viajará a Cuba, cenarán en algún jardín tropical, al son de la música caribeña, se tomarán un mojito, solo uno, y se acostarán a una hora decente. Es que Ángel ya no es tan joven.

Montgat, 1 de mayo de 2022

REFERENCIAS

Pérez Gómez, A. I. (2012). Educarse en la Era Digital. Morata.


Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga