Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga
HOW TO

Calidad cualitativa: ocho pilares para una investigación cualitativa de calidad *

Qualitative Quality: Eight “Big-Tent” Criteria for Excellent Qualitative Research
Sarah J.Tracy**
Recibido: 1 de julio de 2021  Aceptado: 1 de julio de 2021 Publicado: 27 de julio de 2021
To cite this article: Tracy, S. (2021). Calidad cualitativa: ocho pilares para una investigación cualitativa de calidad. Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga, 2 (2), 173-201
DOI: https://doi.org/10.1177%2F1077800410383121

**ORCID: 0000-0001-5229-2875. The Hugh Downs School of Human Communication, Arizona State University, (Estados Unidos) sarah.tracy@asu.edu

RESUMEN:
Este artículo presenta un modelo de calidad en la investigación cualitativa que es excepcionalmente amplio, aunque flexible, ya que distingue entre los medios (métodos y prácticas) y los fines de la investigación cualitativa. El artículo ofrece en primer lugar una contextualización y una justificación de la conceptualización. Luego, la autora presenta y explora ocho aspectos clave de calidad en la investigación cualitativa. incluyendo (a) tema valioso, (b) rigor elevado, (c) sinceridad, (d) credibilidad, (e) resonancia, (f) contribución significativa, (g) ética y (h) coherencia significativa. Esta conceptualización de ocho puntos ofrece un modelo pedagógico útil y proporciona un lenguaje común de buenas prácticas cualitativas que pueden ser reconocidas como integrales por una variedad de audiencias. Mientras defiende estos marcadores de calidad, el artículo deja espacio para el diálogo, la imaginación, el crecimiento y la improvisación.

PALABRAS CLAVE: pedagogía cualitativa; rigor; credibilidad; criterios; ética; evaluación

ABSTRACT:
This article presents a model for quality in qualitative research that is uniquely expansive, yet flexible, in that it makes distinctions among qualitative research’s means (methods and practices) and its ends. The article first provides a contextualization and rationale for the conceptualization. Then the author presents and explores eight key markers of quality in qualitative research including (a) worthy topic, (b) rich rigor, (c) sincerity, (d) credibility, (e) resonance, (f) significant contribution, (g) ethics, and (h) meaningful coherence. This eight-point conceptualization offers a useful pedagogical model and provides a common language of qualitative best practices that can be recognized as integral by a variety of audiences. While making a case for these markers of quality, the article leaves space for dialogue, imagination, growth, and improvisation.

KEYWORDS: qualitative pedagogy; rigor; credibility; criteria; ethics; evaluation

1. INTRODUCCIÓN

Veinticinco años atrás, Lincoln y Guba (1985) preguntaron: “How can an inquirer persuade his or her audiences that the research findings of an inquiry are worth paying attention to (p. 290)? [¿Cómo puede un investigador persuadir a su público de que merece la pena prestarle atención a los resultados de una investigación?]” Desde entonces, los académicos cualitativos han ofrecido importantes aportaciones sobre las mejores prácticas en investigación cualitativa (Bochner, 2000; Creswell, 2007; Denzin y Lincoln, 2005; Guba y Lincoln, 2005; Richardson, 2000a; Seale, 1999; Stenbacka, 2001). Los criterios de calidad, como sucede en todo conocimiento social, están en constante cambio y situados dentro de contextos locales y temas de actualidad, de manera que es importante el diálogo sobre qué hace de calidad a una investigación cualitativa. En este trabajo, proporciono una conceptualización de ocho puntos sobre calidad en investigación cualitativa que es única y quizás sea provocativa, ya que delinea ocho características universales de los métodos cualitativos de alta calidad en todos los paradigmas-y los diferencia de sus principales prácticas. Sugiero que cada criterio de calidad puede ser abordado a través de una variedad de caminos y técnicas, cuya combinación depende de cada investigador, contexto, afiliación teórica y proyecto.

El motivo principal para desarrollar esta conceptualización es pedagógico. Como profesora de métodos cualitativos, estoy interesada en reunir técnicas y buenas prácticas que los estudiantes pueden utilizar para ayudarlos a desarrollar un trabajo cualitativo de calidad. Me interesa que sean capaces de entender qué hace buena una investigación cualitativa y que puedan contestar preguntas como la que sigue:

Are these findings sufficiently authentic... that I [and research participants] may trust myself in acting on their implications? More to the point, would I feel sufficiently secure about these findings to construct social policy or legislation based on them? [¿Son estas conclusiones lo suficientemente auténticas... como para que yo [y los participantes en la investigación] pueda confiar en mí mismo a la hora de actuar sobre sus repercusiones? Más aún, ¿me sentiría lo suficientemente seguro de estos resultados como para elaborar una política social o una legislación basada en ellos?] (Guba & Lincoln, 2005, p. 205)

Ciertamente, la literatura rebosa de criterios para la calidad cualitativa, incluidos conceptos como la validez catalítica (Lather, 1986), la validez empática (Dadds, 2008), la cristalización (Richardson, 2000b), el conocimiento tácito (Altheide & Johnson, 1994), la transferibilidad (Lincoln & Guba, 1985) y demás. La proliferación de conceptos para la excelencia en investigación cualitativa ilustra de manera innegable la original complejidad del panorama metodológico cualitativo. Nuestra cornucopia de conceptos tan distintos contrasta con el relativo consenso de la comunidad cuantitativa de que la investigación de calidad tiene como objetivo la validez, la fiabilidad, la generalización y la objetividad. (Winter, 2000). Sin embargo, nuestro vasto despliegue de criterios puede también despistar a aquellos noveles en el campo y puede reflejar “the difficulties that qualitative methodologists... have had in making their ideas stick [las dificultades que los metodólogos cualitativos... han tenido para que sus ideas calen]” (Seale, 1999, p. 467).

Además de proporcionar una herramienta pedagógica concisa, espero que mi conceptualización pueda ayudar a generar respeto por los métodos cualitativos para aquellos que ostentan el poder y que saben poco sobre nuestro trabajo. A pesar de los avances de la investigación cualitativa a finales del siglo XX, un conservadurismo metodológico se ha apoderado de las ciencias sociales durante los últimos 10 años (Denzin y Giardina, 2008), evidenciado a través de la preferencia de las agencias gubernamentales y de financiación por la investigación cuantitativa, experimental y estadísticamente generalizable (Cannella & Lincoln, 2004). Los responsables de la toma de decisiones de alto rango —en poderosos cargos gubernamentales, de financiación y en juntas de evaluación institucionales—, a menudo no están preparados y no pueden evaluar adecuadamente los análisis cualitativos que presentan la etnografía, los estudios de casos y los datos naturalistas (Lather, 2004). Un marco sintético para la calidad cualitativa puede ayudarnos a comunicar el valor de nuestro trabajo a una amplia variedad de audiencias.

Por último, me gustaría ayudar en los esfuerzos que promueven el diálogo entre académicos cualitativos de diferentes paradigmas. Si los académicos cualitativos quieren ser escuchados,

We cannot afford to fight with one another... We need to find new strategic and tactical ways to work with one another... We must expand the size of our tent, indeed we need a bigger tent! [No podemos permitirnos el lujo de pelearnos entre nosotros... Tenemos que encontrar nuevas formas estratégicas y tácticas de trabajar juntos... Debemos ampliar el tamaño de nuestros pilares, ¡de hecho necesitamos pilares más grandes!] (Denzin, 2008, p. 321)

Para hacerlo, los investigadores cualitativos deben evitar al mismo tiempo una política de consentimiento en una atmósfera pública que favorece los estudios cuantitativos de amplio alcance (Atkinson, 2004), pero también diseñar estratégicamente formas de responder y actuar desde dentro, en lugar de ser "superados por" (Cheek, 2007, p. 1058) dicho entorno. Como detallaré a continuación, al distinguir las metas últimas y universales de una mezcla compleja de prácticas insignificantes, los investigadores cualitativos pueden hablar, si lo desean, con una voz unificada y al mismo tiempo conservar y respetar las complejas diferencias dentro de nuestra comunidad.

Aunque estas motivaciones pueden ser bastante inocentes, también me doy cuenta de que una consecuencia de cualquier delineación de criterios es política. Las herramientas, los marcos y los criterios no están libres de valor. Al ofrecer una respuesta a “lo que hace que un estudio de investigación cualitativa sea bueno”, también debo prestar atención a la larga historia y la controversia que se arremolina entre la política de la evidencia. Hacerlo sugiere que, antes de proponer la conceptualización, aborde el valor de los criterios en general, así como el valor de esta conceptualización, en particular.

2. ¿POR QUÉ CRITERIOS Y POR QUÉ ESTE MODELO?

Algunos de los principales académicos cualitativos se han opuesto a la elaboración de normas permanentes e invariables para la investigación cualitativa, sugiriendo que los criterios universales son problemáticos, si no infructuosos (Guba y Lincoln, 2005). En un artículo titulado "Criteria Against Ourselves", Bochner (2000) sostiene que los criterios empiristas tradicionales son poco útiles e incluso "tontos" (2000, p. 268) cuando se aplican a etnografías nuevas y alternativas. Explica que “We should never insist on reaching agreement beforehand on the criteria to which all arguments, reasoning, and conclusions must appeal [Nunca debemos insistir en llegar a un acuerdo de antemano sobre los criterios a los que deben apelar todos los argumentos, razonamientos y conclusiones]” (p. 269). Del mismo modo, en un artículo titulado "Farewell to Criteriology", Schwandt (1996) sostiene que la preocupación de los académicos por las normativas reguladoras sobre lo que es bueno, mejor y más adecuado ha creado un culto virtual en torno a los criterios.

A pesar de estas críticas, las evaluaciones negativas de los criterios a menudo transitan hacia y concluyen con nuevos estándares de calidad (por ejemplo, Bochner, 2000; Schwandt, 1996) —criterios que a menudo se formulan como más flexibles y contextualmente situados que los rígidos criterios cuantitativos (Ellingson, 2008; Golafshani, 2003)—. Por ejemplo, Lather (1993) juega precisamente con la pregunta de "What do you do with validity once you’ve met poststructuralism? [¿Qué haces con la validez una vez que has conocido el postestructuralismo?]" (p. 674) articulando un conjunto de criterios específicos para el paradigma postestructuralista que son "abiertos y sensibles al contexto" (p. 674).

¿Por qué los académicos cualitativos desarrollan criterios incluso cuando los critican? Porque los criterios, sencillamente, son útiles. Las reglas y directrices nos ayudan a aprender, practicar y perfeccionar. De hecho, las investigaciones sobre el aprendizaje (Dreyfus, Dreyfus y Athanasiou, 1986) demuestran que los novatos y los principiantes avanzados en cualquier oficio (ya sea cocinar, esquiar, bailar o tocar música) dependen en gran medida de las estructuras basadas en reglas para aprender. Las pautas proporcionan un camino hacia la pericia. Los músicos aprenden estructuras básicas de acordes que, a su vez, les preparan para la improvisación más avanzada y la participación en sesiones de improvisación (Eisenberg, 1990). Los cocineros siguen recetas como base para experimentar con nuevas combinaciones de sabores. En resumen, las directrices y las buenas prácticas sirven a menudo como plataformas útiles de aprendizaje en una variedad de artes interpretativas.

Los criterios sirven para abreviar los valores fundamentales de un determinado oficio. Por lo tanto, una estructura simple de buenas prácticas metodológicas cualitativas puede fomentar el diálogo con los miembros de las comunidades científicas, experimentales y cuantitativas. Un lenguaje de buenas prácticas proporciona la opción de enmarcar nuestro trabajo, si se desea, como sistemático y estructurado (LeGreco & Tracy, 2009), algo que puede ser útil cuando se dialoga con personas que se aferran a sus propias reglas. Tales conversaciones no solo pueden hacer que la investigación cualitativa se haga notar y se financie, sino que también pueden suscitar aportaciones reflexivas que pueden enriquecer y mejorar nuestro trabajo. Parte de la fuerza de la erudición consiste en hablar de manera que sea apreciada por una variedad de audiencias, incluyendo las agencias de subvenciones, los funcionarios gubernamentales y los contactos de los medios de comunicación, muchos de los cuales no están familiarizados con la metodología de la investigación cualitativa.

Lamentablemente, la comunidad cualitativa se ha enfrentado a varios problemas que dificultan el desarrollo de un conjunto de criterios que todos apoyemos. La investigación cuantitativa basada en los números, que emana de un paradigma positivista, sigue dominando la comprensión pública de lo que equivale a la validez científica (Cheek, 2007). Sin embargo, aplicar criterios tradicionales como la generalización, la objetividad y la fiabilidad a la investigación cualitativa es ilegítimo; algo así como "Catholic questions directed to a Methodist audience [preguntas católicas dirigidas a un público metodista]" (Guba & Lincoln, 2005, p. 202).

Varios académicos cualitativos han respondido sugiriendo que los criterios de calidad deben estar vinculados a teorías, paradigmas o comunidades cualitativas específicas (Cunliffe, en prensa; Denzin, 2008; Ellingson, 2008; Golafshani, 2003; Guba y Lincoln, 2005). Bochner (2000) sugiere que "multiplicity of goals implies multiplicity in standards of evaluation as well [la multiplicidad de objetivos implica también la multiplicidad de normas de evaluación]" (p. 268). Creswell (2007) atiende específicamente a este llamamiento ofreciendo un conjunto único de criterios de evaluación para cada una de las cinco áreas cualitativas: investigación narrativa, fenomenológica, de teoría fundamentada , etnográfica y de estudio de casos. Entre otros edictos, Creswell aconseja a los investigadores narrativos que "se centren en un solo individuo (o dos o tres individuos)" (p. 214). Mientras tanto, sugiere que los fenomenólogos se pregunten: "¿Es precisa la transcripción?" (p. 215), y posteriormente enumera como criterio para una buena teoría fundamentada el mostrar "qué categorías principales surgieron" (p. 216).

Es cierto que este tipo de criterios específicos son útiles para los investigadores que se alinean firmemente con una comunidad teórica específica. Sin embargo, muchos estudiantes (y académicos de alto nivel, para el caso) participan en proyectos cualitativos sin saber qué teorías situarán finalmente su investigación. Además, si las personas ajenas a la investigación cualitativa no han comprendido las características básicas de la metodología cualitativa (Lather, 2004), probablemente no podemos esperar que elijan adecuadamente el conjunto de criterios correctos en función de la afiliación teórica específica de un proyecto.

Entonces, ¿es posible crear un conjunto sintético de criterios universales de calidad cualitativa que sigan atendiendo a la complejidad del panorama cualitativo? Respondo con un tímido pero esperanzador "Sí". En estos momentos, puede que suenen las campanas de alarma para lectores que se alinean con el Séptimo Momento 1 de la investigación cualitativa (Denzin y Lincoln, 2005). Una conceptualización que identifica marcadores universales de calidad puede parecer, a simple vista, que se opone a la celebración de una serie de de prácticas de representación y criterios de calidad específicos de cada paradigma. Como señaló Denzin (2008), "We need to remind the resurgent postpositivists that their criterion of good work applies only to work within their paradigm, not ours [tenemos que recordar a los resurgidos postpositivistas que su criterio de buen trabajo se aplica sólo al trabajo dentro de su paradigma, no al nuestro]" (p. 321). Sin embargo, te animo a que te quedes conmigo. Esta conceptualización no vuelve a un único estándar de criterios positivistas. La conceptualización surge de mis propias propensiones hacia la investigación interpretativa, crítica y postestructural (por ejemplo, Tracy, 2004; Tracy, Lutgen-Sandvik, & Alberts, 2006; Tracy & Rivera, 2010; Tracy & Scott, 2006) junto con un análisis inductivo de la literatura sobre las mejores prácticas cualitativas -autorizadas en gran parte por estudiosos de la práctica analítica postestructural, performativa y creativa (por ejemplo, Bochner, 2000; Denzin, 2009, Bochner, 2000; Denzin & Lincoln, 2005; Guba & Lincoln, 2005; Lather, 1993; Richardson, 2000a).

La conceptualización distingue entre los objetivos finales comunes de una investigación sólida (sellos universales de calidad) y los métodos variados (prácticas, habilidades y oficios) mediante los cuales se alcanzan estos objetivos. Esta diferenciación conceptual entre los fines cualitativos y los medios proporciona una estructura expansiva o que sirva como pilares (Denzin, 2008) para la calidad cualitativa, al tiempo que celebra las complejas diferencias entre los distintos paradigmas.

La comparación del trabajo cualitativo con otro oficio artístico —la elaboración de queso— puede ayudar a ilustrar el valor de separar los objetivos finales de las prácticas intermedias. Los chefs y los científicos de la alimentación coinciden en que una textura agradable o "sensación en la boca" es un sello universal de un queso de alta calidad, entre otros factores como la apariencia, el sabor y la nutrición (Bourne, 2002; Gunasekaran & Ak, 2002). Los fabricantes de queso pueden estar de acuerdo con este sello de calidad sin discrepar sobre los mejores procesos de preparación. Algunos quesos se prensan (como el cheddar), otros se asientan por su propio peso (como el feta) y otros apenas se procesan, mezclando cuajos y sueros (como el panir; Scott, Robinson y Wilbey, 1998). Además, los fabricantes de queso pueden ponerse de acuerdo en el criterio de la sensación en boca sin sugerir que una textura del queso sea necesariamente mejor que otra. La textura "adecuada" varía: el queso brie se derrite, el queso azul se desmorona y el queso fresco es blando.

Sugerir que la técnica de fabricación (prensado, asentamiento, mezclado) o la textura final (fundido, desmenuzado o blando) son los criterios de calidad —en lugar de la sensación en boca— genera confusión entre medios y fines. A pesar del método de preparación específico o de la representación final, los fabricantes de queso pueden aspirar y aspiran a un criterio universal de buena sensación en la boca. Al diferenciar este criterio del "proceso de preparación" y de la "textura final", los queseros han creado un criterio universal y sencillo que permite a los queseros de diferentes tradiciones aprender de los demás, admirarlos y dialogar con ellos.

Del mismo modo, creo que podemos crear una conceptualización en la que los investigadores cualitativos se pongan de acuerdo en los marcadores comunes de calidad sin atar estos marcadores a prácticas paradigmáticas específicas o técnicas.

2.1 Ocho criterios de calidad en la investigación cualitativa

El núcleo de este ensayo presenta ocho criterios de calidad cualitativa, cada uno de los cuales puede lograrse mediante una variedad de habilidades técnicas que son flexibles en función de los objetivos del estudio y de las preferencias/habilidades del investigador. Como expongo a continuación, y resumo en la Tabla 1 al final de la discusión, la investigación metodológica cualitativa de alta calidad está marcada por (a) un tema valioso, (b) un elevado rigor, (c) la sinceridad, (d) la credibilidad, (e) la resonancia, (f) la contribución significativa, (g) la ética y (h) la coherencia significativa. Esta conceptualización está diseñada para proporcionar una herramienta pedagógica parsimoniosa, promover el respeto por parte de los que ostentan el poder, que a menudo malinterpretan y evalúan erróneamente el trabajo cualitativo, desarrollar una base desde la que los académicos cualitativos puedan unirse en una voz unificada cuando lo deseen y fomentar el diálogo y el aprendizaje entre los expertos en metodología cualitativa de diversos paradigmas.

Ocho criterios “cimiento” para la excelencia en investigación cualitativa

Tabla 1. Ocho criterios “cimiento” para la excelencia en investigación cualitativa

2.1.1 Tema valioso

Una buena investigación cualitativa es relevante, oportuna, significativa, interesante o evocadora. Los temas significativos suelen surgir de las prioridades de la disciplina y, por lo tanto, son convincentes desde un punto de vista teórico o conceptual. Sin embargo, los temas significativos también pueden surgir de acontecimientos sociales o personales. De hecho, un enfoque emergente sugiere que las prioridades contextuales son fundamentales a la hora de desarrollar un proyecto (Tracy, 2007). Los climas políticos actuales o las controversias contemporáneas pueden provocar la investigación. Guba y Lincoln (1989, 2005) recomiendan temas que puedan proporcionar "autenticidad educativa", es decir, un nivel de conciencia elevado, similar a la "inteligencia crítica" de Schwandt (1996), que tiene fuertes connotaciones morales y el potencial para la crítica moral. Un estudio que sólo es oportunista o conveniente, sin mayor importancia o significado personal, es "likely to be pursued in a shallow way, with less care devoted to design and data collection [probable que se lleve a cabo de forma superficial, con menos cuidado dedicado al diseño y la recogida de datos]" (Miles y Huberman, 1994, p. 290).

Las investigaciones que son contraintuitivas, que cuestionan supuestos dados por sentado o que desafían ideas bien aceptadas suelen ser valiosas. Los estudios que dedican innumerables horas, dinero de subvenciones o tiempo de los lectores a verificar fenómenos que ya están bien establecidos tienen cierto valor para mostrar el cambio o la estabilidad a lo largo del tiempo. Sin embargo, los estudios valiosos son interesantes y señalan sorpresas, cuestiones que sacan a los lectores de sus supuestos y prácticas de sentido común. Por eso son intrínsecamente interesantes los estudios sobre fenómenos poco conocidos o contextos evocadores. También por eso la gente se siente atraída por las investigaciones que dan un giro a los supuestos de sentido común. Cuando la investigación se limita a confirmar los supuestos existentes, la gente negará su valor aunque reconozca su verdad. En resumen, el público pensará "eso es obvio" en lugar del más codiciado "eso es interesante" (Murray, 1971).

2.1.2 Rigor Elevado

La investigación cualitativa de gran calidad se caracteriza por una rica complejidad de la abundancia, en contraste con la investigación cuantitativa que es más apreciada por su precisión (Winter, 2000). Las descripciones y explicaciones que son ricas, explica Weick (2007), son abundantes, generosas y no tienen reservas. La riqueza se genera a través de una "variedad necesaria" (Weick, 2007, p. 16) de construcciones teóricas, fuentes de datos, contextos y muestras. La variedad necesaria, un concepto tomado de la cibernética, se refiere a la necesidad de que una herramienta o instrumento sea al menos tan complejo, flexible y polifacético como los fenómenos estudiados. En otras palabras, "it takes a complicated sensing device to register a complicated set of events [se necesita un dispositivo de detección complejo para registrar un conjunto complejo de acontecimientos]" (p. 16). La aplicación del concepto de variedad requerida al rigor cualitativo sugiere que un investigador con la cabeza llena de teorías y un caso lleno de datos abundantes, está mejor preparado para ver los matices y la complejidad. Un investigador cualitativo muy riguroso también está mejor preparado para tomar mejores decisiones en cuanto a muestras y contextos o para para estudiar cuestiones específicas.

Además de su conexión con la abundancia, el rigor también proporciona convenientemente la validez aparente, que se refiere a si un estudio parece, a primera vista, razonable y apropiado (Golafshani, 2003). Los investigadores deben demostrar su debida diligencia, ejerciendo el tiempo, el esfuerzo, el cuidado y la minuciosidad adecuados. Una gran parte de muchos libros de metodología está dedicada a los consejos relativos a la práctica rigurosa del método cualitativo. Estas diversas prácticas sirven como medio para lograr el rigor. Entre las cuestiones relativas al rigor se encuentran las siguientes siguientes:

Los investigadores rigurosos estudian cuidadosamente estas cuestiones y van más allá de la conveniencia, el oportunismo y el camino fácil. ¿Cuántos datos son suficientes? Esta pregunta debe plantearse y responderse de nuevo con cada estudio de investigación. Si los datos son nuevos, únicos o raros, podría lograrse una valiosa contribución con muy pocos datos (por ejemplo, Scarduzio & Geist-Martin, 2008). Las decisiones sobre la cantidad de datos que se recogen también se cruzan con el nivel de análisis. Los análisis de datos detallados línea por línea pueden ser rigurosos incluso cuando se utilizan sólo varias líneas de transcripción (por ejemplo, Martin, 1990). No existe una cantidad mágica de tiempo en el campo. La cuestión más importante que hay que tener en cuenta es si los datos van a proporcionar y fundamentar afirmaciones significativas y de peso.

El rigor también se juzga por el cuidado y la práctica de los procedimientos de recogida y análisis de datos. Esto puede incluir una evaluación del número de páginas de las notas de campo, el tiempo transcurrido entre el trabajo de campo y la elaboración de las notas de campo, y si los investigadores demuestran una comprensión aprendida de las prácticas de observación de los participantes y de redacción de las notas de campo. En cuanto a las entrevistas, las demostraciones de rigor incluyen el número y la duración de las mismas, la adecuación y la amplitud de la muestra de entrevistas teniendo en cuenta los objetivos del estudio, los tipos de preguntas formuladas, el nivel de detalle de la transcripción, las prácticas adoptadas para garantizar la exactitud de la transcripción y el número resultante de páginas de las transcripciones de las entrevistas. Un análisis riguroso de los datos puede lograrse proporcionando al lector una explicación sobre el proceso por el que los datos brutos se transforman y organizan en el informe de investigación. A pesar del enfoque del análisis de datos, el análisis riguroso se caracteriza por la transparencia en el proceso de clasificación, selección y organización de los datos.

Como todos los componentes de esta conceptualización, el rigor es un marcador necesario pero no suficiente de la calidad cualitativa. Para que la investigación cualitativa sea de gran calidad, debe ser rigurosa. Sin embargo, una cabeza llena de teorías y un caso repleto de datos no se traduce automáticamente en un trabajo de gran calidad. La metodología cualitativa tiene tanto de arte como de esfuerzo, de montón de datos y de tiempo en el campo. Y al igual que seguir una receta no garantiza una presentación perfecta, o completar un plan de entrenamiento vigoroso no garantiza el éxito el día de la carrera, el rigor no garantiza un producto final brillante. Dicho esto, el rigor aumenta las probabilidades de gran calidad, y las habilidades técnicas metodológicas desarrolladas a través de la práctica rigurosa trascienden cualquier proyecto de investigación individual, proporcionando una base de aptitud cualitativa que puede enriquecer futuros proyectos.

2.1.3 Sinceridad

La sinceridad como objetivo final puede lograrse mediante la autorreflexión, la vulnerabilidad, la honestidad, la transparencia y la auditoría de datos. Utilizo la palabra sinceridad para referirme a las nociones de autenticidad y genuinidad, pero no pretendo sugerir una única realidad o verdad (auténtica, genuina). Sinceridad significa que la investigación está marcada por la honestidad y la transparencia en cuanto a los prejuicios, los objetivos y las debilidades del investigador, así como en cuanto a la forma en que éstos desempeñaron un papel en los métodos, las alegrías y los errores de la investigación.

Autorreflexión. Una de las prácticas más célebres de la investigación cualitativa es la autorreflexión, considerada como honestidad y autenticidad con uno mismo, con la investigación y con la audiencia. Richardson (2000a) nombra la autorreflexión como uno de los cinco criterios principales a la hora de revisar monografías, planteando las preguntas: "How did the author come to write this text? [¿Cómo llegó el autor a escribir este texto?]" y "¿Existe una adecuada autoconciencia y autoexposición para que el lector pueda emitir juicios sobre el punto de vista? [Is there adequate self-awareness and self-exposure for the reader to make judgments about the point of view?]" (p. 254). La autorreflexión anima a los escritores a ser francos sobre sus puntos fuertes y sus defectos. Los etnógrafos deben informar de su propia voz en relación con la de los demás y explicar cómo sostienen que saben lo que saben.

Los investigadores pueden practicar la autorreflexión incluso antes de entrar en el campo siendo introspectivos, evaluando sus propios prejuicios y motivaciones, y preguntándose si son adecuados para examinar los lugares o temas elegidos en este momento. González (2000) cataloga con riqueza la etnografía a lo largo de cuatro estaciones diferentes y se refiere a una mayor conciencia personal como parte integral de la estación "primaveral" de la etnografía. Este período exige un proceso intensamente subjetivo y espiritual, más que una ponderación racional de costes y beneficios. Las preguntas que hay que hacerse son: "¿Por qué estoy haciendo este estudio?", "¿Por qué ahora?", "¿Estoy preparado para ello?". Si no puede responder a estas preguntas, tal vez no sea el momento adecuado.

Desde este punto de vista, una buena etnografía no se limita al conocimiento o la información sobre otros "ahí fuera", sino que amplía la definición para incluir historias sobre uno mismo. La cantidad de esta información "sobre uno mismo" que se incluya depende de los objetivos del proyecto de investigación. Las autoetnografías (Ellis y Bochner, 2000) y los relatos confesionales (Van Maanen, 1988) se centran en las experiencias subjetivas, las esperanzas, los miedos y las vulnerabilidades de los investigadores. ¿Existe tal cosa como demasiada autorreflexión? Denzin (1997) señala que los investigadores deben tener cuidado de no confundir la autorreflexión con "“squeeze[ing] out the object of study [exprimir el objeto de estudio]" (p. 218). Del mismo modo, Krizek (2003) sostiene que las experiencias personales y la conexión en la etnografía se utilizan mejor, no para la catarsis personal, sino para "illuminate the reader’s understanding of the cultural event, place or practice [iluminar la comprensión del lector del evento cultural, lugar o práctica]" (p. 149). Una forma de abordar la ambigüedad de "cuánta autorreflexión" es mostrar, en lugar de contar, la autorreflexión tejiendo las reacciones o consideraciones reflexivas de uno mismo como instrumento a lo largo del informe de investigación.

Transparencia. Además de ser honesto y vulnerable a través de la autorreflexión, otra práctica significativa de la sinceridad es la transparencia. La transparencia se refiere a la honestidad sobre el proceso de investigación. Seale (1999) denomina a este proceso auditoría y señala que los investigadores deben proporcionar "a methodologically self-critical account of how the research was done [un informe metodológicamente autocrítico de cómo se realizó la investigación]" (p. 468). Esto puede lograrse de varias maneras, según el informe. Una "pista de auditoría" formal proporciona "clear documentation of all research decisions and activities [documentación clara de todas las decisiones y actividades de investigación]" a lo largo del relato o en los apéndices (Creswell y Miller, 2000, p. 128). Por su parte, Altheide y Johnson (1994) aconsejan que "the process by which the ethnography occurred must be clearly delineated, including accounts of the interactions among context, researcher, methods, setting, and actors [el proceso por el que se produjo la etnografía debe estar claramente delineado, incluyendo relatos de las interacciones entre el contexto, el investigador, los métodos, el entorno y los actores]" (p. 489).

Entre las cuestiones que hay que tener en cuenta en cuanto a la transparencia están el modo en que el investigador se introdujo en el contexto, el nivel de participación e inmersión, las prácticas de anotación sobre el terreno y el nivel de detalle en la transcripción. La investigación transparente está marcada por la revelación de los retos y los giros inesperados del estudio, así como por la revelación de las formas en que los focos de investigación se transformaron con el tiempo. La transparencia también significa que el crédito se da cuando se debe en términos de orden de los autores y los reconocimientos a los participantes, las fuentes de financiación, los asistentes de investigación y los colegas de apoyo.

En resumen, la autorreflexión y la transparencia son dos medios valiosos para lograr la sinceridad en la investigación cualitativa. Antes de continuar, quiero destacar que la razón por la que utilizo el término sinceridad es porque se relaciona con ser serio y vulnerable. Los investigadores sinceros son accesibles en lugar de engreídos y amables en lugar de arrogantes. No sólo tienen en cuenta sus propias necesidades, sino también las de sus participantes, lectores, coautores y público potencial. Los investigadores sinceros son empáticos, amables, conscientes de sí mismos y se autocritican. Los mejores investigadores cualitativos que conozco son sinceros y esa es una de las razones por las que me gustan tanto.

2.1.4 Credibilidad

La credibilidad se refiere a la fiabilidad, verosimilitud y plausibilidad de los resultados de la investigación. La necesidad de credibilidad —aunque no siempre con ese nombre— es señalada por muchos estudiosos de la investigación cualitativa. Como uno de los cuatro criterios, Tracy (1995) explica que los análisis interpretativos deben ser "plausibles y persuasivos". Richardson (2000a) sostiene que una buena etnografía expresa una realidad que parece verdadera, proporcionando "a credible account of a cultural, social, individual, or communal sense of the ‘real’ [un relato creíble de un sentido cultural, social, individual o comunitario de lo 'real']" (p. 254). Lincoln y Guba (1985) sugieren que una buena investigación cualitativa es fiable. En resumen, los informes creíbles son aquellos que los lectores consideran lo suficientemente fiables como para actuar y tomar decisiones de acuerdo con ellos. En el caso de la investigación cuantitativa, la credibilidad se gana a través de la fiabilidad, la replicabilidad, la coherencia y la precisión (Golafshani, 2003). Sin embargo, estos criterios sólo se relacionan tangencialmente con la investigación cualitativa que utiliza un instrumento humano. En cambio, la credibilidad cualitativa se consigue a través de prácticas como la descripción detallada, la triangulación o la cristalización, y la multivocalidad y la parcialidad.

Descripción detallada. Uno de los medios más importantes para lograr la credibilidad en la investigación cualitativa es la descripción detallada. Con esto me refiero a una ilustración en profundidad que explique los significados culturalmente situados (Geertz, 1973) y con abundantes detalles concretos (Bochner, 2000). Dado que cualquier comportamiento o interacción, cuando se separa de su contexto, podría significar cualquier cosa, la descripción detallada requiere que el investigador dé cuenta de la compleja especificidad y circunstancialidad de sus datos (Geertz, 1973). El nivel de detalle de la etnografía debe proporcionar una descripción compleja y expansionista. En la investigación cualitativa, "things get bigger, not smaller and tighter, as we understand them [las cosas se hacen más grandes, no más pequeñas y apretadas, a medida que las entendemos]" (González, 2000, p. 629). Para ilustrar la complejidad de los datos, se aconseja a los investigadores que muestren, es decir, que proporcionen suficientes detalles para que los lectores puedan llegar a su propia conclusión sobre la escena. Esto se contrapone al hecho de que el autor le cuente al lector lo que debe pensar. Mostrar es retóricamente más difícil y suele requerir más palabras que contar. Por eso, los investigadores tienen que tomar decisiones difíciles sobre qué partes de sus informes de investigación deben mostrar en lugar de contar.

La inmersión y los detalles concretos también son necesarios para que los investigadores puedan determinar el conocimiento tácito, considerado como la comprensión contextual que se da por sentada, "largely unarticulated, contextual understanding that is often manifested in nods, silences, humor, and naughty nuances [en gran medida no articulada, que a menudo se manifiesta en asentimientos, silencios, humor y matices picarescos]" (Altheide y Johnson, 1994, p. 492). Aprender el vocabulario y la gramática básicos de una cultura es una cosa, y comprender sus chistes y modismos tácitos es una hazaña mucho más difícil. Las suposiciones y los significados ocultos guían las acciones de los individuos, lo digan o no explícitamente los participantes. Sin embargo, el importante papel del conocimiento tácito trasciende la superficie inmediata del discurso, los textos o los materiales discursivos.

Acceder al conocimiento tácito requiere un tiempo considerable sobre el terreno. Cuanto más tiempo estén los investigadores presentes y observando de cerca, más probabilidades tendrán de darse cuenta de los valores de una cultura. Además, los investigadores pueden acceder al conocimiento tácito no sólo tomando nota de quién habla y de lo que habla, sino también de quién no habla y de lo que no se dice. De hecho, una buena investigación cualitativa se adentra en la superficie para explorar cuestiones asumidas, implícitas y que han pasado a formar parte del sentido común de los participantes. Observar, analizar y desentrañar este conocimiento es clave para comprender la interacción y el comportamiento en la escena.

Cristalización y triangulación. La triangulación y la cristalización son dos prácticas que se alinean en el ejercicio, pero que difieren en la motivación paradigmática. De manera similar a la forma en que múltiples datos facilitan la navegación geográfica, la triangulación en la investigación cualitativa supone que si dos o más fuentes de datos, marcos teóricos, tipos de datos recogidos o investigadores convergen en la misma conclusión, entonces la conclusión es más creíble (Denzin, 1978). Dicho de otro modo, "findings may be judged valid when different and contrasting methods of data collection yield identical findings on the same research subjects; a case of replication within the same setting [las conclusiones pueden considerarse válidas cuando métodos diferentes y contrastados de recogida de datos arrojan conclusiones idénticas sobre los mismos sujetos de investigación; un caso de replicación dentro del mismo escenario]" (Bloor, 2001, p. 384). El concepto de triangulación surgió dentro de los paradigmas realistas que pretendían librar a la investigación del sesgo subjetivo. El concepto supone que se conoce una única realidad (o punto en el mapa).

Al igual que las nociones de fiabilidad y validez, la triangulación no se ajusta a la investigación de los paradigmas interpretativo, crítico o posmoderno que consideran la realidad como múltiple, fracturada, impugnada o construida socialmente. Los investigadores de estos paradigmas argumentarían que el hecho de que todos los datos converjan en la misma conclusión no asegura que esta realidad especificada sea correcta. Más bien, "all research findings are shaped by the circumstances of their production, so findings collected by different methods will differ in their form and specificity to a degree that will make their direct comparison problematic [todas las conclusiones de la investigación están condicionadas por las circunstancias de su producción, por lo que las conclusiones recogidas por diferentes métodos diferirán en su forma y especificidad hasta un grado que hará que su comparación directa sea problemática]" (Bloor, 2001, p. 385). Diferentes métodos, datos o investigadores a menudo producen (y quizás deberían hacerlo) resultados diferentes. Por ejemplo, los participantes en la investigación pueden adoptar valores muy diferentes en las entrevistas que los valores que promulgan en las interacciones contextuales, siendo ambos conjuntos de datos igualmente "verdaderos".

A pesar de los argumentos de que la triangulación no necesariamente da lugar a una mayor precisión, el uso de múltiples investigadores, fuentes de datos, métodos y lentes teóricas sigue siendo considerado valioso por una gran cantidad de investigadores de diferentes paradigmas. Los múltiples tipos de datos, puntos de vista de los investigadores, marcos teóricos y métodos de análisis permiten explorar diferentes facetas de los problemas, aumentan el alcance, profundizan la comprensión y fomentan una (re)interpretación coherente.

Un término que se relaciona con la práctica de utilizar múltiples fuentes de datos, investigadores y lentes —pero que está motivado por supuestos postestructurales y performativos— es la cristalización (Ellingson, 2008). Richardson (2000b) propuso el cristal como un "imaginario central" que trasciende el triángulo "rígido, fijo y bidimensional" (p. 934). Explicó poéticamente que un cristal

combina simetría y sustancia con una infinita variedad de formas, sustancias, transmutaciones, multidimensionalidades y ángulos de aproximación. Los cristales crecen, cambian, se alteran, pero no son amorfos. Los cristales son prismas que reflejan las externalidades y se refractan en sí mismos, creando diferentes colores, patrones y arreglos, proyectándose en diferentes direcciones. Lo que vemos depende de nuestro ángulo de inclinación [combines symmetry and substance with an infinite variety of shapes, substances, transmutations, multidimensionalities, and angles of approach. Crystals grow, change, alter, but are not amorphous. Crystals are prisms that reflect externalities and refract within themselves, creating different colors, patterns, and arrays, casting off in different directions. What we see depends upon our angle of repose.] . (p. 934)

La cristalización anima a los investigadores a reunir múltiples tipos de datos y a emplear varios métodos, múltiples investigadores y numerosos marcos teóricos. Sin embargo, parte de la base de que el objetivo de hacerlo no es proporcionar a los investigadores una verdad singular más válida, sino abrir una comprensión más compleja y profunda, aunque todavía muy parcial, del tema.

Multivocalidad. La multivocalidad está estrechamente relacionada con la noción de cristalización y de mostrar en lugar de contar. La investigación multivocal incluye múltiples y variadas voces en el informe y el análisis cualitativos. La multivocalidad surge, en parte, de la práctica verstehen de analizar la acción social desde el punto de vista de los participantes. La verstehen exige a los investigadores una descripción detallada de las actuaciones de los actores y su significado local para interpretar el significado (Lindlof y Taylor, 2002).

Además de proporcionar una comprensión empática, atender a la multivocalidad proporciona un espacio para la variedad de opiniones. Los investigadores cualitativos no ponen palabras en la boca de los miembros, sino que atienden a los puntos de vista que difieren de los de la mayoría o del autor. La multivocalidad también sugiere que los autores son conscientes de las diferencias culturales entre ellos y los participantes. Las diferencias de raza, clase, género, edad o sexualidad pueden ser la base de significados muy diferentes en el campo, y la credibilidad aumenta cuando la investigación evidencia la atención a estas posibilidades.

La multivocalidad también puede lograrse mediante una intensa colaboración con los participantes. Los enfoques participativos, autoetnográficos y feministas buscan que las voces de los participantes, incluso las amistades, formen parte del núcleo del proceso de investigación. La amistad como tipo de colaboración con los participantes requiere una "reciprocidad radical", un cambio de "studying them to studying us [estudiarlos a ellos a estudiarnos a nosotros]" (Tillmann-Healy, 2003, p. 735). Los investigadores que actúan en equipo con los participantes también renuncian a un control editorial completo a cambio de realizar análisis más matizados con un significado más profundo para los participantes.

Reflexiones de los miembros. Además de prestar atención a las múltiples voces durante la fase de recopilación de datos, otro camino hacia la credibilidad va un paso más allá: buscar aportaciones durante los procesos de análisis de datos y elaboración del informe de investigación. Las ocasiones que denomino "reflexiones de los miembros" permiten compartir y dialogar con los participantes sobre los hallazgos del estudio, y proporcionan oportunidades para hacer preguntas, críticas, comentarios, afirmaciones e incluso colaboración.

Las reflexiones de los miembros, por un lado, pueden adoptar la forma de comprobaciones de los miembros, validación de los miembros y verificación de los participantes términos que se refieren a métodos para "taking findings back to the field and determining whether the participants recognize them as true or accurate [llevar los hallazgos al campo y determinar si los participantes los reconocen como verdaderos o precisos]" (Lindlof y Taylor, 2002, p. 242). Estas prácticas pretenden demostrar una correspondencia entre los hallazgos del investigador y la comprensión de los participantes estudiados. Sin embargo, dado que las etiquetas de comprobaciones de los miembros, validación y verificación sugieren una única realidad verdadera, ofrezco en su lugar el término general de reflexiones de los miembros , que puede ser aplicable a una gama más amplia de enfoques paradigmáticos.

Las reflexiones de los miembros aumentan la credibilidad cualitativa de varias maneras, y van mucho más allá del objetivo de garantizar que el "investigador lo hizo bien". Las reflexiones de los miembros "yield new data which throw fresh light on the investigation and which provide a spur for deeper and richer analyses [aportan nuevos datos que arrojan nueva luz sobre la investigación y que proporcionan un estímulo para realizar análisis más profundos y ricos]" (Bloor, 2001, p. 395). Como tal, las reflexiones de los miembros no son tanto una prueba de los resultados de la investigación como una oportunidad de colaboración y elaboración reflexiva.

Las reflexiones de los miembros también ayudan al investigador a saber si los miembros encuentran la investigación comprensible y significativa. A través del proceso de reflexión, los participantes pueden reaccionar, estar de acuerdo o encontrar problemas en la investigación. ¿Se toman los participantes el tiempo necesario para leer los resultados? ¿Les interesa? ¿Encuentran el estudio interesante? ¿Esclarecedor? ¿Objetivo? Las respuestas a estas preguntas dicen mucho sobre el proceso de investigación y sus aportaciones.

Los estudiosos que ven el mundo y el conocimiento sobre él como algo discutido y construido deben estar preparados para la crítica de los miembros y la aparición de múltiples significados. Algunos participantes pueden estar de acuerdo, a otros no les importa, algunos pueden ser impulsados a la acción, mientras que otros pueden protestar. Además, "members’ responses to researchers’ accounts are provisional and subject to change [las respuestas de los miembros a los relatos de los investigadores son provisionales y están sujetas a cambios]" (Bloor, 2001, p. 391). Los participantes pueden estar en contra de las conclusiones en un momento dado, y aprobarlas más adelante, por diversas razones personales o políticas. El investigador tiene muy poco control sobre las reacciones de los participantes o sobre la forma en que se evalúa o utiliza finalmente la investigación. Sin embargo, sí tiene control al proporcionar el espacio y la opción para las reflexiones de los miembros y, al hacerlo, proporcionar oportunidades para obtener datos adicionales y elaboración que aumenten la credibilidad del análisis emergente.

2.1.5 Resonancia

Utilizo el término resonancia para referirme a la capacidad de la investigación para reverberar y afectar significativamente a una audiencia. Incluso el mejor informe escrito es incapaz de proporcionar una visión directa de las experiencias vividas por otros (Schutz, 1967). Sin embargo, los investigadores pueden participar en prácticas que promoverán la empatía, la identificación y la reverberación de la investigación por parte de lectores que no tienen experiencia directa con el tema discutido. El potencial de la investigación para transformar las disposiciones emocionales de las personas y promover un mayor respeto mutuo ha sido denominado “validez empática” por Dadds (2008).

La resonancia se puede lograr a través de aspectos estéticos, la escritura evocadora y las generalizaciones formales, así como la transferibilidad. No todos los estudios cualitativos deben lograr resonancia de la misma manera, pero todos los informes cualitativos de alta calidad deben tener impacto. Aquí, describo dos familias de prácticas: aspectos estéticos y generalización / transferibilidad. Ambas prácticas conducen a la resonancia y, a menudo, pero no siempre, funcionan de la mano.

Aspecto estético. Un camino clave hacia la resonancia y el impacto es el aspecto estético , lo que significa que el texto se presenta de una manera hermosa, evocadora y artística. La forma en que se redacta o presenta el informe cualitativo está significativamente entrelazada con su contenido. Y la construcción del texto afecta estéticamente su significado para cada lector. Al considerar el aspecto estético, una buena pregunta es “¿Me emocionó esto? ”. Como mínimo, la investigación cualitativa debe presentarse con claridad, evitar la jerga y ser comprensible para el público objetivo. Sin embargo, la escritura evocadora va aún más lejos.

Bochner (2000) busca narrativas cualitativas que sean vívidas, atractivas y estructuralmente complejas o, en resumen, una historia que mueva el “corazón y el vientre” así como la “cabeza” (p. 271). Asimismo, Richardson (2000a) enfatiza la importancia de la estética, diciendo que la escritura debe ser creativa, compleja y animar al lector a sentir, pensar, interpretar, reaccionar o cambiar. Como una buena canción o un buen trozo de pastel, un buen informe cualitativo no es aburrido. Sorprende, deleita y hace cosquillas en algo dentro de nosotros.

Las presentaciones estéticas toman en serio la importancia de las habilidades que emanan de la literatura, las artes creativas, la introspección y el trabajo de la memoria. Estos incluyen narrativa personal, narración de historias, evocación, emoción y encarnación comprometida (Holman Jones, 2005; Lindemann, 2010). Ellis (1991) pide específicamente el uso de la propia experiencia emocional como método para describir, examinar y teorizar. Como se ilustra en el conmovedor relato de Ronai (1995) sobre su abuso sexual infantil, los investigadores pueden lograr un impacto a través de la "introspección interactiva", un método en el que los investigadores autoexaminan conscientemente cómo las emociones que sienten afectan sus experiencias privadas y sociales. Las representaciones estéticas de estas experiencias tienen impacto.

Transferibilidad y generalizaciones naturalistas. La resonancia también surge a través del potencial de un estudio para ser valioso en una variedad de contextos o situaciones, prácticas que se han denominado generalizabilidad o transferibilidad. Las comprensiones cuantitativas formales de la generalización son generalmente inútiles y no son aplicables para la investigación cualitativa. Esto se debe a que las generalizaciones estadísticas requieren muestras representativas aleatorias que utilicen datos aislados de cualquier contexto o situación particular. En contraste, la investigación cualitativa involucra estudios en profundidad que generalmente producen conocimiento histórico y culturalmente situado. Como tal, este conocimiento nunca puede generalizarse sin fisuras para predecir la práctica futura.

A pesar de la inaplicabilidad de la generalización estadística, el conocimiento generado a través de métodos cualitativos aún puede transferirse y ser útil en otros entornos, poblaciones o circunstancias. De hecho, los buenos estudios naturalistas tienen “findings [that] can be extrapolated beyond the immediate confines of the site, both theoretically and practically [resultados [que] pueden extrapolarse más allá de los límites inmediatos del lugar, tanto en la teoría como en la práctica]” (Charmaz, 2005, p. 528). En lugar de depender de generalizaciones formales, la investigación cualitativa logra resonancia a través de la transferibilidad (Lincoln y Guba, 1985) o la generalización naturalista (Stake y Trumbull, 1982), procesos que son realizados por los lectores de la investigación.

La transferibilidad se logra cuando los lectores sienten que la historia de la investigación se superpone con su propia situación y transfieren intuitivamente la investigación a su propia acción. Por ejemplo, alguien que esté aprendiendo sobre la experiencia del trabajo emocional de los empleados de un crucero (Tracy, 2000) puede aplicar o transferir estas ideas a su propia situación laboral en un restaurante, parque temático o en cualquier otro lugar. Los investigadores pueden crear informes que inviten a la transferibilidad reuniendo testimonios directos, proporcionando una descripción detallada y escribiendo de manera accesible y por invitación. La transferibilidad también se relaciona con la “narración evocadora” (Ellis, 1995): la producción de experiencia emocional indirecta en el lector. Las historias evocadoras tienen el poder de crear en los lectores la idea de que han experimentado lo mismo en otro ámbito.

La generalización naturalista (Stake y Trumbull, 1982) es otra práctica que conduce a la resonancia. Si bien las generalizaciones formales asumen que el conocimiento es lo que conduce a una práctica mejorada, Stake y Trumbull argumentan que el sentimiento de conocimiento y experiencia personal es lo que conduce a una práctica mejorada. Desde este punto de vista, una buena investigación proporciona a los lectores una experiencia indirecta. A través del proceso de generalizaciones naturalistas, los lectores toman decisiones basadas en su propia comprensión intuitiva de la escena, en lugar de sentir que el informe de investigación les está instruyendo sobre lo que deben hacer.

Por último, la mayoría de los investigadores cualitativos buscan resonancia no porque deseen generalizar a través de casos, sino porque pretenden generalizar dentro de ellos. Dentro de los casos, la generalización proviene de tomar instancias pequeñas y colocarlas dentro de un marco más grande. Por ejemplo, cuando Geertz (1973) analizó la pelea de gallos balinesa, tomó los detalles de la pelea y luego colocó su significado dentro del marco más amplio del concepto de Bentham de "juego profundo". Además, al estar inmersos en los detalles de la pelea de gallos, los lectores a menudo reconocen vicariamente y reflexionan sobre el papel de la violencia en su propia cultura y cómo esta violencia interactúa con cuestiones de poder, estatus y sexualidad. De esta manera, la investigación logra la resonancia en varias poblaciones y contextos, incluso si se basa en datos de una población única durante un momento específico en el tiempo.

2.1.6 Contribución significativa

Al juzgar la importancia de la contribución de un estudio, los investigadores miden el clima actual de conocimiento, práctica y política, y hacen preguntas como ¿El estudio amplía el conocimiento?” “¿Mejora la práctica?” “¿Genera investigación en curso?” “¿Libera o empodera?” Las respuestas a estas preguntas apuntan a las formas en que la investigación “contribute to our understanding of social life [contribuye a nuestra comprensión de la vida social]”(Richardson, 2000a, p. 254),“bring clarity to confusion, make visible what is hidden or inappropriately ignored, and generate a sense of insight and deepened understanding [aporta claridad a la confusión, hace visible lo que está oculto o ignorado de forma inadecuada y genera una sensación de perspicacia y una comprensión más profunda ”(Tracy, 1995, p. 209).

La investigación teóricamente significativa es “intellectually implicative for the scholarly community [intelectualmente relevante para la comunidad académica]” (Tracy, 1995, p. 210), extendiendo, construyendo y criticando el conocimiento disciplinario. En su forma más básica, la investigación puede proporcionar una contribución teórica al examinar cómo la teoría o los conceptos existentes tienen sentido en un contexto nuevo y diferente. Por ejemplo, un investigador podría tomar el concepto de agotamiento —que surgió en una investigación con trabajadores de servicios humanos— y ver cómo se manifiesta entre los profesionales de negocios. Sin embargo, el significado teórico generalmente requiere que vayamos más allá de la mera (re)aplicación de la teoría existente. Más bien, la investigación que construye la teoría amplía o problematiza los supuestos teóricos actuales. Estas contribuciones ofrecen conocimientos nuevos y únicos que surgen del análisis de datos: conceptualizaciones que ayudan a explicar la vida social de formas únicas y pueden transferirse a otros contextos. Al hacerlo, el estudio se basa en investigaciones anteriores, pero proporciona nuevos conocimientos conceptuales que pueden ser utilizados por futuros investigadores. La investigación tiene un significado teórico.

La importancia heurística mueve a las personas a seguir explorando, investigando o actuando sobre la investigación en el futuro. La investigación es heurísticamente significativa cuando desarrolla la curiosidad del lector y ayuda a inspirar nuevos descubrimientos (Abbott, 2004). La investigación heurística desarrolla conceptos novedosos que pueden cuestionarse y explorarse en otros entornos. Los investigadores pueden aumentar la importancia heurística proporcionando a los lectores sugerencias sustanciales e interesantes para futuras investigaciones. La investigación también es heurística cuando influye en una variedad de públicos, como los encargados de formular políticas, los participantes de la investigación o el público no especializado, para que se comprometan en acciones o cambios, algo que se superpone con un significado práctico.

La investigación prácticamente significativa pregunta si el conocimiento es útil. ¿Ayuda a aclarar o enmarcar de manera útil un problema contemporáneo? ¿Empodera a los participantes a ver el mundo de otra manera? ¿Proporciona una historia que pueda liberar a las personas de la injusticia? Varios conceptos ayudan a completar las formas en que la investigación puede tener un significado práctico: la validez catalítica se refiere a la investigación que proporciona una conciencia política que cataliza a los miembros culturales para que actúen (Lather, 1986); la autenticidad táctica se refiere a la capacidad de una investigación para alentar a los investigadores a capacitar a los participantes interesados en la acción política (Lincoln y Guba, 2005); la investigación frenética se refiere a los análisis que permiten la sabiduría práctica y el espacio para la transformación (Tracy, 2007).

Schwandt (1996) propone que una buena investigación cualitativa no debería desplazar, sino complementar y complementar el sondeo a las personas de a pie sobre los problemas sociales. Esta indagación social como filosofía práctica sirve para mejorar y cultivar la inteligencia crítica que conduce a la capacidad de participar en la crítica moral (Guba & Lincoln, 2005) y entrenar el juicio humano (Schwandt, 1996). Una buena investigación cualitativa captura cómo los profesionales enfrentan problemas situados y proporciona implicaciones que pueden ayudar a los participantes a desarrollar principios normativos sobre cómo actuar (Tracy, 1995).

No todos los académicos cualitativos están entusiasmados con la propensión de la investigación a impulsar cambios o afectar las políticas. Bien, Weis, Weseen y Wong (2000) señalan: “[W]e hear a growing chorus of colleagues (on the Right and the Left) who presume that if one is interested in, engaged by, or drawn to policy, one’s scholarship is less trustworthy, tainted by advocacy, commitments, passion, or responsibilities [[O]ímos un coro creciente de colegas (de derecha e izquierda) que presumen que si uno está interesado, comprometido o atraído por la política, la erudición es menos confiable, está contaminada por la defensa, los compromisos, la pasión o las responsabilidades]”(p. 124). Algunos estudiosos consideran que la investigación práctica o aplicada está contaminada o sesgada. Sin embargo, toda investigación tiene una “agenda”: algunas agendas son simplemente más explícitas que otras. Además, apuntar a un cambio práctico no es más subjetivo que la investigación que tiene como objetivo construir una teoría.

Finalmente, otro medio para lograr la significación es mediante la participación de la metodología de investigación de una manera nueva, creativa o perspicaz: la significación metodológica . No obstante, un proyecto de investigación que arroje resultados teóricos nada sorprendentes puede aportar una contribución significativa al introducir y explicar un nuevo enfoque metodológico. Por ejemplo, la importancia metodológica podría surgir del estudio cualitativo de un concepto que previamente ha sido examinado únicamente cuantitativa o experimentalmente. Alternativamente, se podría jugar con nuevos tipos de análisis de datos creativos o prácticas de representación, como el análisis de dibujos, el análisis de poemas encontrados o la evocación a través de la improvisación. O un investigador podría exhibir originalidad en los métodos de representación narrativa, recolección de datos, codificación y organización. Al hacerlo, los enfoques metodológicamente significativos no solo pueden conducir a conocimientos teóricos y utilidad práctica, sino que también pueden contribuir a la práctica del futuro investigador de las habilidades artesanales metodológicas.

2.1.7 Ética

Muchas de las prácticas significativas discutidas anteriormente, como la autorreflexión y la multivocalidad, también son parte integrante de la investigación ética. Sin embargo, la ética no es solo un medio, sino que constituye un objetivo final universal de la calidad cualitativa en sí misma, sea cual sea el paradigma. Como señalan Miles y Huberman (1994),

We must consider the rightness or wrongness of our actions as qualitative researchers in relation to the people whose lives we are studying, to our colleagues, and to those who sponsor our work.... Naiveté [about ethics] itself is unethical [Debemos considerar lo correcto o incorrecto de nuestras acciones como investigadores cualitativos en relación con las personas cuyas vidas estudiamos, con nuestros colegas y con quienes patrocinan nuestro trabajo.... La ingenuidad [sobre la ética] en sí misma no es ética]. (p. 288)

Así como múltiples caminos conducen a la credibilidad, resonancia y otros marcadores de calidad cualitativa, una variedad de prácticas atiende a la ética en la investigación cualitativa, incluida la ética procedimental, situacional, relacional y existente.

Ética procedimental. La ética procedimental, también conocida como categórica, se refiere a acciones éticas dictadas como universalmente necesarias por organizaciones, instituciones u órganos de gobierno más grandes. Por ejemplo, la ética procedimental está abarcada por la Junta de Revisión Institucional (IRB), que incluye mandatos como no dañar, evitar el engaño, negociar el consentimiento informado y garantizar la privacidad y la confidencialidad (Sales & Folkman, 2000). La ética procedimental abarca la importancia de la precisión y evitar la fabricación, el fraude, la omisión y la invención. La ética procedimental también sugiere que los participantes de la investigación tienen derecho a conocer la naturaleza y las posibles consecuencias de la investigación, y comprender que su participación es voluntaria. Dichos procedimientos no solo atienden a la ética, sino que también conducen a datos más creíbles: "Weak consent usually leads to poorer data: Respondents will try to protect themselves in a mistrusted relationship, or one formed with the researcher by superiors only [Un consentimiento débil suele dar lugar a datos más pobres: Los encuestados tratarán de protegerse en una relación de desconfianza, o una relación formada con el investigador sólo por los superiores]" (Miles & Huberman, 1994, pág.291).

Como método de ética procedimental, los investigadores protegen a los participantes de la exposición indebida al proteger todos los datos personales, en una oficina o cajón cerrado con llave, o en un sitio web protegido con contraseña. Además, la privacidad se puede lograr mediante la combinación de datos de formas estratégicamente creativas. Dicha combinación es necesaria para evitar la divulgación deductiva que ocurre cuando "persons who know certain facts about a participant (such as his or her zip code, profession, or ethnicity) may be able to use that information to deduce damaging or private information about that participant [las personas que conocen ciertos datos sobre un participante (como su código postal, su profesión o su origen étnico) pueden utilizar esa información para deducir datos perjudiciales o privados sobre ese participante]” del cuerpo de datos (Sales & Folkman, 2000, p. 18).

Ética situacional. La ética situacional se refiere a las prácticas éticas que surgen de una consideración razonada de las circunstancias específicas de un contexto. El término ética situacional surgió en la década de 1960 a partir de la teología cristiana. El enfoque sugiere que la única ley cristiana universal es el amor —o “amar a tu prójimo como a ti mismo”— y que las acciones éticas surgen no solo de leyes preestablecidas, sino a través de la razón y el contexto (Fletcher, 1966). Una ética situacional se ocupa de “the unpredictable, often subtle, yet ethically important moments that come up in the field [los momentos imprevisibles, a menudo sutiles, pero éticamente importantes que surgen sobre el terreno]” (Ellis, 2007, p. 4). Estas responsabilidades van más allá de las juntas de revisión y de edictos como "el bien común" y "no hacer daño".

Una ética situacional asume que cada circunstancia es diferente y que los investigadores deben reflexionar, criticar y cuestionar repetidamente sus decisiones éticas. La ética situacional a menudo gira en torno a la pregunta utilitaria ¿Los medios justifican los fines? En otras palabras, ¿los daños de las prácticas de investigación son superados por sus objetivos morales? Ciertamente, no hay respuestas fáciles, pero una ética situacional exige que reflexionemos constantemente sobre nuestros métodos y los datos que vale la pena exponer. En resumen, este enfoque sugiere que las decisiones éticas deben basarse en las particularidades de una escena.

Ética relacional. La ética relacional implica una autoconciencia ética en la que los investigadores son conscientes de su carácter, acciones y consecuencias sobre los demás. La ética relacional está relacionada con una ética del cuidado que “recognizes and values mutual respect, dignity, and connectedness between researcher and researched, and between researchers and the communities in which they live and work [reconoce y valora el respeto mutuo, la dignidad y la conexión entre el investigador y el investigado, y entre los investigadores y las comunidades en las que viven y trabajan]” (Ellis, 2007, p. 4). Los investigadores relacionalmente éticos se involucran en reciprocidad con los participantes y se aprovechan de otros solo para obtener una "gran historia".

González (2000) sostiene que el investigador como instrumento humano siempre debe respetar a los demás, lo que incluye permitir que los participantes ayuden a definir las reglas de la investigación y ayudar al investigador a comprender prácticamente las ramificaciones de violar las formas tradicionales de hacer las cosas. Aplaude la noción de interdependencia entre investigador y participantes y aconseja que “indigenous participants in the culture teach the human instrument how to function as a human being in the world [los participantes indígenas en la cultura enseñan al instrumento humano cómo funcionar como ser humano en el mundo]” (p. 643).

Similar a una ética relacional, Christians (2005) introdujo el concepto de comunitarismo feminista como una filosofía que enfatiza el cumplimiento de las promesas, las relaciones, el cuidado, la colaboración, la intimidad, la emocionalidad y la conexión. Este enfoque enfatiza la primacía de las relaciones, la compasión, la crianza, el afecto, el cumplimiento de las promesas y la intimidad, entrelazando “personal autonomy with communal well-being [la autonomía personal con el bienestar comunitario]” (p. 151). Aquellos que siguen ese modelo cumplen sus promesas, brindan a los lectores una brújula moral y se preocupan por el florecimiento humano. Lo hacen no solo en el proceso de involucrar la investigación, sino también al regresar a la escena y compartir sus hallazgos.

Salir de la ética . Finalmente, las consideraciones éticas continúan más allá de la fase de recopilación de datos hasta cómo los investigadores abandonan la escena y comparten los resultados. Ciertamente, los investigadores nunca tienen un control total sobre cómo se leerá, entenderá y utilizará su trabajo. Sin embargo, pueden considerar cuál es la mejor manera de presentar la investigación para evitar consecuencias injustas o no deseadas.

En primer lugar, los investigadores no deben confundir los cuentos voyeuristas y escandalosos con los grandes relatos de investigación; los sentimientos de ira de los participantes por haber sido engañados o engañados casi siempre triunfan sobre la "precisión" o la "verdad". Fine y sus colegas (2000) brindan una valiosa discusión sobre su “struggle with how best to represent the stories that may do more damage than good, depending on who consumes/exploits them [lucha con la mejor manera de representar las historias que pueden hacer más daño que bien, dependiendo de quién las consuma/explote]” (p. 116). Las historias sobre personas pobres, estigmatizadas, maltratadas o marginadas pueden servir para retratar más negativamente a esas personas, incluso si esa no es la intención del autor.

Los investigadores cualitativos practican la ética cuando

come clean “at the hyphen,” meaning that we interrogate in our writings who we are as we coproduce the narratives we presume to “collect,” and we anticipate how the public and policy makers will receive, distort, and misread our data [nos sinceramos "en el momento de escribir", lo que significa que nos interrogamos en nuestros escritos sobre quiénes somos mientras coproducimos las narrativas que presumimos de "recoger", y anticipamos cómo el público y los responsables políticos recibirán, distorsionarán y malinterpretarán nuestros datos]. (Fine et al., p. 127)

Para hacerlo, los autores pueden optar por publicar una "Leyenda de precauciones" que advierte a los lectores sobre las formas en que los análisis de investigación pueden ser malinterpretados, malversados o mal utilizados. Aunque es raro ver una leyenda tan formal, los investigadores pueden encargarse de presentar los hallazgos para evitar la culpabilización de las víctimas y su apropiación injusta.

2.1.8 Coherencia significativa

El componente final de esta conceptualización de la calidad cualitativa es lo que llamo coherencia significativa. Estudios significativamente coherentes (a) logran su propósito declarado; (b) cumplen lo que pretenden ser; (c) utilizan métodos y prácticas de representación que se asocien bien con las teorías y paradigmas propuestos; y (d) interconectan atentamente la literatura revisada con los focos, métodos y hallazgos de investigación.

Antes de continuar, quiero señalar un par de cosas que no quiero decir con el término coherencia significativa. No quiero decir que un estudio no pueda o no deba ser desordenado, perturbador, inesperado o discordante. De hecho, la investigación que surge de un marco paradigmático posmoderno podría escribirse intencionalmente para mostrar las inconsistencias o fragmentos de una escena. Además, la coherencia significativa no significa que un estudio no pueda tomar prestados o utilizar conceptos de múltiples paradigmas (una parte clave de la cristalización). De hecho, algunos estudios son creativos o innovadores precisamente porque toman prestados de varias teorías o marcos para crear algo nuevo.

Más bien, los estudios que son significativamente coherentes interconectan elocuentemente su diseño de investigación, recopilación de datos y análisis con su marco teórico y metas situacionales. Por ejemplo, si el investigador defiende que el conocimiento se construye socialmente, entonces no tendría sentido que utilizaran controles de miembros, en el sentido realista, para determinar la veracidad de los hallazgos. En cambio, para ser significativamente coherente, un marco de construcción social emplearía reflexiones de los miembros , una práctica que no apunta a la precisión de una sola verdad, sino que más bien proporciona espacio para datos adicionales, reflexión y complejidad. En resumen, los supuestos del construccionismo social son coherentes con la práctica de las reflexiones de los miembros (mejor que con la práctica de los controles de los miembros).

Permítanme darles otro ejemplo. La teoría fundamentada, tal como la concibieron originalmente Glaser y Strauss (1967), apunta hacia prácticas analíticas que revelarán una historia predominante o un conjunto de temas fundamentados en un conjunto de datos. Si un investigador se basó en supuestos posmodernistas de una realidad fragmentada, entonces usar la conceptualización original de la teoría fundamentada no es significativamente coherente. Ciertamente, un investigador posmodernista puede tomar prestados conceptos, como el método de comparación constante, de la teoría fundamentada a los datos de código. Sin embargo, para ser significativamente coherente, el investigador observaría con atención la disyunción entre los dos puntos de vista y explicaría cómo estaba tejiendo intencionalmente los enfoques.

Una pieza significativamente coherente hace uso de los conceptos que se ajustan a su paradigma y objetivos de investigación. Por ejemplo, Lather (1993) sugiere que los buenos informes posestructurales están marcados por (a) múltiples representaciones de lo real, (b) disenso y heterogeneidad al permitir que las contradicciones permanezcan sin resolver, (c) multicentrismo y no linealidad, y (d) una exploración de exceso disruptivo femenino. Estas características de los relatos de la investigación postestructural son menos apropiadas y en realidad problemáticas para un investigador crítico modernista que, por ejemplo, defiende el objetivo de construir una narrativa cultural única que documente la materialidad de la injusticia.

Además, para ser significativamente coherentes, los investigadores deben asegurarse de que su estilo de representación coincida con los objetivos del proyecto. Si el investigador adopta un enfoque teórico de estudios de performance, el lector también esperará que la escritura sea creativa y estética (Fox, 2007; Lindemann, 2010). Si el investigador defiende un enfoque inspirado en el uso, entonces el informe debe redactarse en un lenguaje sencillo y presentar claramente las implicaciones prácticas, por ejemplo, en tablas o viñetas (Tracy y Rivera, 2010).

Otro camino para lograr una coherencia significativa es asegurarse de que el estudio se integre bien. La literatura revisada sitúa los hallazgos. Los hallazgos atienden a las preguntas o focos de investigación establecidos. Finalmente, las conclusiones e implicaciones se interconectan significativamente con la literatura y los datos presentados. Por el contrario, los estudios incoherentes pueden tener preguntas de investigación o focos que no se basan en la literatura, sino que parecen surgir de la nada. O, quizás, los hallazgos o conclusiones no se relacionan con las controversias académicas utilizadas para justificar la importancia del estudio al comienzo del artículo.

En resumen, los estudios significativamente coherentes logran plausiblemente lo que pretenden tratar. Para captar y mantener la atención de las audiencias clave, es importante incluir una declaración de propósito clara desde el principio del artículo y prestar atención diligentemente a esa declaración. Al final, el lector debería sentir que la pieza estuvo a la altura de lo prometido. Y, en caso de duda, es mejor prometer poco y cumplir más. La Tabla 1 resume la coherencia significativa y los ocho marcadores de calidad cualitativa en esta conceptualización.

2.1.9 Seguir, probar e improvisar

I would like to see... some sense of there being a community of social researchers who have respect for the strengths of a variety of positions within that community, appreciating the need also to develop research skills taken from a number of genres... in much the same way as artists learn how to paint, draw, or sculpt in a number of different styles (Seale, 1999, p. 476). I want research done within all of the qualitative research paradigms to be considered legitimate. I do not want knowledge and how it is created to be in the hands of those who happen to hold political power. I do not want to take a giant step back to modernity. I want to mount a strong offense and a put up a stout defense to reestablish qualitative research as a valuable and respected form of inquiry [Me gustaría ver... algún sentido de la existencia de una comunidad de investigadores sociales que respeten los puntos fuertes de una variedad de posiciones dentro de esa comunidad, apreciando la necesidad también de desarrollar habilidades de investigación tomadas de una serie de géneros... de la misma manera que los artistas aprenden a pintar, dibujar o esculpir en una serie de estilos diferentes (Seale, 1999, p. 476). Quiero que la investigación realizada dentro de todos los paradigmas de investigación cualitativa se considere legítima. No quiero que el conocimiento y la forma de crearlo estén en manos de los que tienen el poder político. No quiero dar un gran paso atrás hacia la modernidad. Quiero montar una fuerte ofensiva y una sólida defensa para restablecer la investigación cualitativa como una forma de investigación valiosa y respetada]. (Hatch, 2006, p. 406).

En este artículo, he defendido y presentado una conceptualización de la calidad cualitativa de ocho puntos que incluye (a) tema valioso, (b) rigor elevado, (c) sinceridad, (d) credibilidad, (e) resonancia, ( f) contribución significativa, (g) ética y (h) coherencia significativa. Estos marcadores proporcionan un lenguaje común de excelencia para la investigación cualitativa y una brújula pedagógica útil. Pueden ayudarnos a entablar un diálogo con quienes ostentan el poder, que de otro modo podrían considerar la investigación cualitativa como una buena historia. Mientras tanto, pueden promover el diálogo entre investigadores cualitativos de diferentes paradigmas.

Quizás la parte más controvertida de esta conceptualización es la noción de criterios universales para la calidad cualitativa. Sin embargo, creo que no es necesario que estemos tan atados a la epistemología o la ontología (o la filosofía del mundo) que no podamos ponernos de acuerdo sobre varios objetivos finales comunes de una buena investigación cualitativa. Los metodólogos cualitativos abarcan comunidades pospositivistas, críticas, interpretativas y posestructurales. En contraste, por ejemplo, con las sugerencias de que la “reflexividad del investigador” es un procedimiento de validez “clearly positioned within the critical paradigm where individuals reflect on the social, cultural, and historical forces that shape their interpretation [se sitúa claramente dentro del paradigma crítico en el que los individuos reflexionan sobre las fuerzas sociales, culturales e históricas que dan forma a su interpretación]” (Creswell y Miller, p. 127), yo diría en cambio que la reflexividad del investigador, como muchas otras prácticas para la calidad, sirve como un medio importante hacia la sinceridad para la investigación en una serie de paradigmas. Su utilidad no tiene por qué estar limitada únicamente a la investigación crítica.

De hecho, ciertas prácticas metodológicas cualitativas que se han aislado unas de otras debido a su inspiración paradigmática, como la triangulación y la cristalización, en realidad se superponen en la técnica. La preocupación por vincular los criterios a la epistemología apoya irónicamente un “foundationalist habit of thought [hábito de pensamiento fundacionalista]” (Seale, 1999, p. 471) que contrarresta los paradigmas antifundacionalistas de los que surgen muchas de las mejores investigaciones cualitativas. Una conceptualización de la calidad cualitativa que trasciende el paradigma alienta a los académicos a reflexionar sobre la variedad de oficios disponibles, desarrollar su propio estilo, pero respetar y aprender de las prácticas de los demás.

Por supuesto, comprender la bondad cualitativa requiere algo más que leer acerca de las mejores prácticas. Podemos apreciar mejor los métodos de alta calidad si los encarnamos nosotros mismos, estudiando indirectamente los dilemas de los demás y buscando consejo en el camino. De hecho, la brillantez creativa de los métodos cualitativos, como cualquier arte interpretativo, se aprende a través de la práctica y el aprendizaje. Si bien las reglas y pautas son útiles, si fuera realmente tan sencillo como "ocho criterios simples", no habría magia, ni sorpresas y, por lo tanto, no habría genio.

Además, aunque las mejores prácticas sirven como objetivos por los que luchar, los investigadores pueden y se quedarán cortos, se desviarán e improvisarán. Por ejemplo, dar prioridad a la ética relacional y proteger la privacidad de un participante puede requerir rascar una historia evocadora resonante. Centrarse en contribuciones teóricas puede requerir menos atención a las prioridades contextuales. Revelar una historia de injusticia puede implicar el riesgo de revelar la identidad de un participante abusivo. De hecho, nuestro instrumento humano mostrará su humanidad innata al no poder lograr todo en todo momento. La clave es ser sinceros con nosotros mismos y con nuestros lectores.

Fine (1993) ofrece un comentario valiente sobre el "lado oculto" de la investigación cualitativa en las Diez mentiras de la etnografía. Discute cómo los investigadores a menudo intentan encubrir las imperfecciones de la investigación con la ilusión de ser más amables, amigables, honestos, precisos, sinceros y justos de lo que realmente son. Incluso con una conceptualización de la calidad en la mano, no deberíamos engañarnos pensando que realmente prestamos atención a sus edictos en todo momento. Aferrarse con demasiada fuerza a cualquier lista de reglas y tratarlas como mandamientos en lugar de ideas hechas por humanos es un acto de engaño, sufrimiento y dolor.

La buena investigación cualitativa es como un cristal, con varias facetas que representan los objetivos, necesidades y deseos de varios interesados, incluidos los participantes, la academia, la sociedad, el público en general, los responsables de la formulación de políticas y, por último, pero no menos importante, el investigador (Ellingson, 2008). Los investigadores cualitativos continuarán enfrentándose a audiencias de partes interesadas que requieren una justificación para la calidad de nuestro trabajo. Al demostrar excelencia metodológica, debemos cuidarnos a nosotros mismos en el proceso de cuidar a los demás. Los investigadores más exitosos son voluntariamente autocríticos, ven sus propias acciones a través de los ojos de los demás y al mismo tiempo mantienen la resistencia y la energía a través de una aguda sensibilidad hacia su propio bienestar. Como señala Ellis (2007), “good qualitative methodologists conduct research the way they conduct themselves in their personal lives, and, ‘Seek the Good’ [los buenos metodólogos cualitativos llevan a cabo la investigación de la misma manera que se comportan en su vida personal, y, "buscan el bien”]” (p. 23)! Mi esperanza es que la conceptualización de la calidad cualitativa presentada aquí pueda ayudarnos a hacer precisamente eso.

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1 En inglés, the Seventh Moment, es un término utilizado en la investigación cualitativa para describir la tendencia a abrir las puertas a nuevas formas de estudiar y observar el comportamiento, las actitudes y las condiciones humanas.

*Agradecimientos: Las versiones anteriores de este artículo se presentaron en la Conferencia de Organización de Gestión e Investigación Cualitativa de 2010 y en la Convención de la Asociación Nacional de Comunicación de 2010, con comentarios útiles de Bud Goodall, Kevin Barge, Anne Cunliffe, Karen Ashcraft y Patricia Geist-Martin. El autor agradece al editor Norman Denzin por sus constructivas sugerencias ya Jennifer Scarduzio por su revisión interna, edición y comentarios.

 


Márgenes, Revista de Educación de la Universidad de Málaga