RESUMEN:
La formación en investigación es uno de los focos de atención en la formación inicial docente, dado que se trata de habilidades necesarias para el desempeño laboral. En tal sentido, este trabajo reporta la experiencia en la asesoría metodológica de los trabajos finales de carrera (tesis) en las once carreras de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Adventista de Chile. Para ello se consideró la estrategia diseñada por el Departamento de Metodología de la Investigación de la institución, además de las iniciativas de la Coordinación de Investigación de la Facultad de Educación y Ciencias Sociales, y consideraciones de los profesores guía. Como resultado se tiene: consolidación de la Coordinación de Investigación y de la Coordinación de Trabajos Finales de Carrera, consolidación del rol del asesor metodológico, acompañamiento permanente, cualificación de los trabajos, capacitación permanente de estudiantes y docentes más allá de las predisposiciones curriculares, creación de semillero de investigación, participación de estudiantes en congresos y eventos científicos, publicación de tesis en formato artículo en revistas indexadas.
PALABRAS CLAVE: asesoría metodológica; investigación; trabajos finales de carrera; formación inicial
ABSTRACT:
Research training is one of the focuses of attention in initial teacher training, given that these skills are necessary for job performance. In this sense, this paper reports the experience in the methodological assessment of final theses in the eleven careers of the Faculty of Education and Social Sciences of the Adventist University of Chile. For this purpose, the strategy designed by the Department of Research Methodology of the institution was considered, in addition to the initiatives of the Research Coordination of the Faculty of Education and Social Sciences, and considerations of the guiding professors. The results are: consolidation of the Research Coordination and the Coordination of Final Projects, consolidation of the role of the methodological advisor, permanent accompaniment, qualification of the projects, permanent training of students and teachers beyond the curricular predispositions, creation of research seedbeds, participation of students in congresses and scientific events, publication of theses in article format in indexed journals.
KEYWORDS: methodological consulting; research, final projects; initial training
Uno de los temas que cobra relevancia en los procesos de formación docente inicial está relacionado con el desarrollo de habilidades investigativas (Campos, 2015; Perines y Murillo, 2017). Esto encuentra justificación en el contexto del desempeño laboral de las y los docentes en el contexto del sistema escolar, habida cuenta que se espera que en el ejercicio profesional puedan diagnosticar situaciones en las que tengan incidencia favorable desde la práctica pedagógica, no solo en el contexto más cercano, sino también ampliando la cobertura y rango de acción desde el aula, pasando por la escuela a la comunidad y aún más allá (García, 2015). Para ello, se hace necesario entonces aprender, adquirir, desarrollar (y cualificar en el tiempo) habilidades investigativas básicas que permitan acometer semejantes desafíos profesionales.
Tal y como puede advertirse en mallas curriculares de diversas carreras universitarias destinadas a la formación de docentes, el componente de investigación se halla vertido en asignaturas transversales asociadas (Perines, 2020). Así, dependiendo de los perfiles declarados y el modelo educativo de las instituciones, en sus arquitecturas curriculares se advierten asignaturas que van desde procesos introductorios a la investigación, pasando por investigación educativa, investigación cualitativa, investigación cuantitativa, métodos y técnicas de investigación, fundamentos de estadística, bioestadística, formulación de proyectos, seminarios de tesis, entre otros. El punto culminante o hito que marca y demuestra el logro de estas habilidades, es la tesis de grado.
La tesis implica un proceso de formación in situ, además de la asunción de una investigación a propósito de poner en evidencia habilidades básicas que constaten su adquisición, esto, como requisito mínimo en la formación y para el egreso consecuente tras la titulación (Reyes et al., 2021).
En el caso de la Universidad Adventista de Chile (UnACh), y con especificidad en la Facultad de Educación y Ciencias Sociales (FECS), asignaturas asociadas a investigación y destinadas a la formación y desarrollo de habilidades investigativas básicas, se encuentran incorporadas a las mallas curriculares de sus once carreras (Reyes et al., 2021), (Ver Gráfico 1).
Gráfico 1. Asignaturas en mallas curriculares de las carreras de la FECS, UnACh. Fuente. Elaboración propia
Ahora, vale destacar que, en la FECS, conviven a la fecha, dos mallas curriculares, a saber, 2013 y 2018. La malla curricular de 2013 cuenta con dos asignaturas prelativas para Métodos y Técnicas de Investigación (VII y VIII semestres respectivamente), y cuenta con dos asignaturas prelativas de Trabajo Final de Integración (TFI), a realizarse entre el IX y el X semestre. La malla curricular de 2018, cuenta con una sola asignatura para Métodos y Técnicas de Investigación, y una sola asignatura para el Trabajo Final de Carrera (TFC, sustituyendo al TFI anterior). Una particularidad la representa la carrera de Trabajo Social (FECS), en la que se mantienen dos asignaturas asociadas a Métodos y Técnicas de Investigación (una cualitativa y otra cuantitativa), se mantienen dos asignaturas asociadas a Análisis de Datos (cualitativos y cuantitativos), y los dos seminarios de TFC.
En el caso de la tesis, para la UnACh, la tesis corresponde al TFI, modificado en el Reglamento del Trabajo Final de Carrera para los Estudios de Pregrado (2017), y llevado a ser el TFC. De acuerdo con el Reglamento del Trabajo Final de Carrera paralos Estudios de Pregrado (UnACh, 2017), el TFC se define de la siguiente manera:
El Trabajo Final de Carrera (TFC) es una actividad curricular para la obtención del grado del Licenciado o del Título Profesional de nivel superior, donde un estudiante, o un grupo de estudiantes, realiza un estudio en profundidad en alguna problemática específica de su especialidad y formula, elabora y desarrolla un proyecto de investigación o aplicación o intervención; o colabora en un proyecto de investigación o aplicación o intervención dirigido por un académico de la UnACh o de otro centro de educación superior o de investigación en convenio con la UnACh (Universidad Adventista de Chile, 2017; Art. 1).
En este sentido, y de acuerdo como lo señala el Reglamento del Trabajo Final de Carrera paralos Estudios de Pregrado (UnACh, 2017), el estudiante cursa el TFI/TFC, guiado por un docente que asesora el desarrollo de una investigación relacionada con las líneas de investigación de la carrera en cuestión. Al mismo tiempo, y con el propósito de cualificar la investigación, el mismo reglamento determina dos vías para el desarrollo del TFI-TFC, a saber una de carácter administrativa, que guarda relación con los procesos administrativos de registro y control de avances del trabajo, y una segunda que guarda relación con la asesoría metodológica, a la que el profesor guía de TFI/TFC tiene disposición en términos teórico-epistémicos y metodológicos en el desarrollo de la investigación, por parte de un especialista en metodología de la investigación asociado a la facultad y al Departamento de Metodología de la Investigación de la universidad. Este especialista se encuentra adscrito a la Coordinación de Investigación de la facultad, y es quien recibe al profesor guía para hacer el acompañamiento respectivo desde el principio hasta el final del proceso de desarrollo del TFI-TFC.
Gráfico 2. Lógica ordenada de asesoría metodológica TFI-TFC, UnACh. Fuente. Elaboración propia.
La lógica institucional implica que el estudiante en situación de TFI-TFC, ha de contar con un docente asignado para la guiatura de investigación al llegar a la instancia de TFI I y culmina en TFI II (malla 2013), o al llegar a la instancia de TFC (malla 2018). Al mismo tiempo, la figura del asesor metodológico acompaña al dúo integrado por el docente y el estudiante en cuestión desde un principio hasta la finalización del trabajo y su posterior defensa oral. Atiende elementos asociados a la coherencia epistémica, la coherencia metodológica, la probidad de las técnicas de investigación y de los instrumentos empleados para recolección de información, además del análisis de información y presentación de resultados.
La asesoría metodológica funciona y se comporta como un proceso de acompañamiento que tributa a la consolidación de los esfuerzos de investigación y la cualificación del proceso, tanto para el profesor guía del trabajo, como para el o los estudiantes en situación de TFI-TFC. De hecho, según Bastidas (2017), esta función “surgió para complementar la labor del tutor de investigación, y así, asegurar un trabajo intelectual de calidad como requisito para obtener diversos grados profesionales” (p. 123).
A nivel de la literatura científica, la asesoría en el ámbito de la investigación ha sido remitida históricamente al ámbito del tutor o el profesor guía de tesis. La instancia de un asesor metodológico, lo cual es una figura diferente a la del tutor de tesis, si bien es cierto no es nueva, tampoco es que haya sido considerada de forma consistente como objeto de estudio, bien sea porque se analice el perfil de dicha función, sea porque se analicen las habilidades que necesita tener quien desempeñe la función, sea porque se analice la incidencia de la asesoría la calidad de los trabajos de investigación, o en los avances que fomenta a nivel de cualificación de los docentes tutores. Es decir, hay falta de investigación en este ámbito.
El asesor metodológico es una figura institucional que coadyuva con los procesos de investigación y ejerce un ejercicio de acompañamiento, tanto al estudiante en condición de tesista, como al docente en calidad de tutor o profesor guía. En todo sentido, debe tratarse de una persona con expertiz en metodología de la investigación (Reglamento del Trabajo Final de Carrera para los Estudios de Pregrado, UnACh, 2017).
Unas pocas investigaciones reflejan elementos de valía en relación con la figura de la asesoría metodológica. Trabajos como el de Revilla (2017), exploran sobre las expectativas y las tensiones en las funciones de asesoría metodológica; o como el de Mamani-Benito (2019), en el que se destaca que nuevos enfoques en la función de la asesoría metodológica, son precisos si se pretende que la investigación se cualifique y tenga, además, impacto social, especialmente a nivel de publicación científica. Este tema es relevante dado que atiende elementos importantes para las universidades hoy día, además del potenciamiento de la formación profesional. O sea, hay un tema institucional, pro también lo es personal, en el sentido de que es preciso que el egresado logre desarrollar habilidades básicas de investigación que le permitan tener un desempeño profesional acorde con las necesidades y demandas del entorno. En tal sentido, este trabajo tiene como propósito presentar la experiencia de asesoría metodológica para las once carreras de la FECS entre 2019 y 2020, considerando estos elementos, logros y desafíos, tensiones, articulaciones y reflexiones crítico-conceptuales en el ejercicio de esta labor.
Los actores relevantes en el proceso de la experiencia corresponden a estudiantes en situación de TFI-TFC, profesores guía de TFI-TFC, Coordinación de Investigación FECS, asesor metodológico de la FECS, Coordinación de TFI-TFC, Departamento de Metodología de la Investigación de la UnACh, en el período correspondiente a 2019-2020.
La experiencia corresponde al ejercicio de asesoría metodológica realizado entre 2019 y 2020 en el marco de las carreras asociadas a la FECS de la UnACh. Se destaca en primer orden que la responsabilidad de la asesoría metodológica es una función asociada a la Coordinación de Investigación de la facultad, y generalmente quien asume como Coordinador/a de Investigación, asume también como asesor/a metodológico/a de la facultad, tal y como ocurrió con el caso en cuestión. Por lo que de partida puede advertirse, o una tensión, o una articulación de funciones, según se ejerza y se cumplan los roles correspondientes.
Iniciado el ejercicio de gestión en la Coordinación de Investigación de la FECS, la decanatura de la facultad solicitó avanzar en dos direcciones, a saber, 1)- dar asesoría metodológica a los profesores en función de guías de TFI, y, 2)- ofrecer instancias de capacitación para suplir necesidades de formación de los docentes de la facultad en temas asociados a investigación y habilidades básicas para el desempeño profesional. Dadas las expectativas de la decanatura, se procedió a la realización de un análisis de la Coordinación de Investigación de la FECS a través de una matriz FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas). De acuerdo con Ponce (2007):
El análisis FODA consiste en realizar una evaluación de los factores fuertes y débiles que, en su conjunto, diagnostican la situación interna de una organización, así como su evaluación externa, es decir, las oportunidades y amenazas. También es una herramienta que puede considerarse sencilla y que permite obtener una perspectiva general de la situación estratégica de una organización determinada (p. 114).
El análisis FODA se llevó a cabo con el equipo conformante de la Coordinación de Investigación de la FECS (Coordinador de investigación y asesor metodológico, Coordinadora de TFI-TFC). Para ello se emplearon matrices de cruce de factores internos y externos, tal y como lo destaca la literatura (Nikulin y Becker, 2015; Ponce, 2006), con el propósito de esclarecer estrategias de acción que fungiesen como remediales.
Además del análisis FODA, se hizo el recuento de los TFI-TFC desarrollados en el histórico de la FECS, se hizo revisión de las rúbricas de evaluación, se hizo revisión del circuito de procedimientos en el desarrollo del TFI-TFC, y se hizo revisión del Reglamento del Trabajo Final de Carrera para los Estudios de Pregrado (UnACh, 2017). Considerando los reportes a la fecha radicados en la Coordinación de TFI-TFC, la opinión de la Coordinadora de TFI-TFC de la facultad, además del diálogo con la decana de la FECS y profesores guías de TFI-TFC, el análisis FODA constató que la experiencia desarrollada en la Coordinación de Investigación de la FECS hasta ese momento implicaba solo la asesoría de los profesores guía de TFI-TFC. Y se habla de la Coordinación de Investigación en primer lugar, dado que es la unidad de adscripción de la asesoría metodológica en la facultad, y es, desde dicha instancia, desde la que se pueden generar estrategias de acción. La tabla 1 distingue el análisis realizado.
Tabla 1. Análisis FODA. Fuente. Elaboración propia.
Este análisis FODA tiene implicaciones relevantes en la experiencia descrita, por cuanto entrega información del estatus del trabajo de asesoría metodológica a partir del cual se levantan y desarrollan estrategias de acción que se presentan en el balance provisional. En función de este diagnóstico inicial, acompañado de otras iniciativas como la revisión de reglamentos, el diálogo permanente correspondiente con la decanatura de facultad, la Coordinación de TFI-TFC, y el Departamento de Metodología de la Investigación de la universidad, se delinearon acciones concretas a fin de establecer mecanismos de actuación y desempeño para fortalecer las instancias de los TFI-TFC, para acompañar de forma sostenida esfuerzos de formación en investigación en estudiantes y profesores, y cualificar los productos finales, en un proceso que articula necesariamente la asesoría metodológica con la función mucho más global de la Coordinación de Investigación.
Se entiende que un proceso como el iniciado implica un ejercicio constante de revisión, renovación y fortalecimiento de acciones, estrategias e iniciativas. Al mismo tiempo, un proceso de esta magnitud busca sentar las bases de una estructura sólida a nivel de investigación en la facultad y que ello se llevará un tiempo para poder ofrecer elementos de concreción de éxito y niveles de logro. Aun así, a continuación, se destacan logros preliminares y desafíos que pueden advertirse a corto, mediano y largo plazo, en lo relacionado con la acción de la asesoría metodológica, a partir de una serie de acciones y estrategias que parten del análisis FODA realizado. Y esto, habida cuenta que, se entiende la investigación como un proceso de carácter multidimensional, por lo que, la concepción de asesoría metodológica no pasa solo por el acompañamiento del asesor al profesor guía de TFI-TFC, sino que va acompañado de otras acciones tendientes a fortalecer la acción de la asesoría, al tiempo que apunta a la autonomía del profesor guía en el proceso.
Las estrategias y acciones desarrolladas se generaron con base en los resultados del análisis FODA, a fin de dar respuesta a los desafíos que se presentaron originalmente, y aun sobrepasando los requerimientos hechos a la Coordinación de Investigación y la asesoría metodológica por parte de la decanatura de la facultad. En tal sentido, el relato descriptivo de lo que ha sido considerado como logros preliminares, tiene una discursividad lineal que permite la proyección de cada una de las acciones desarrolladas.
Un tema central en toda la gestión académico-administrativa resultó la estrategia de articulación entre el asesor metodológico, la Coordinación de TFI-TFC de la facultad y la Coordinación de Investigación. Y ello, dado que la función de asesoría y la Coordinación de Investigación, recayeron en la misma persona, y esto permitió la articulación de esfuerzos en pro de facilitar condiciones de trabajo y acompañamiento de docentes y estudiantes en el proceso. Además, la articulación del trabajo asociado a los TFI-TFC ameritó la integración del asesor metodológico y la Coordinación de TFI-TFC, por cuanto es preciso organizar los tiempos y plazos de presentación de trabajos, directrices asociadas a los instrumentos de recolección de datos, los permisos y autorizaciones para aplicación de instrumentos, entre otros procedimientos que implican el diálogo y la coordinación de esfuerzos de índole metodológico y administrativo.
Se inició con la búsqueda de planillaje asociado a las revisiones realizadas a los TFI hasta la fecha por parte de los asesores metodológicos de la facultad, sin encontrarse información o forma de sistematización al respecto. Siendo así, se ideó una minuta que permitiera recoger las apreciaciones teórico-epistémicas y metodológicas para la retroalimentación de los profesores guía de los TFI que solicitaran la asesoría y el acompañamiento. Al mismo tiempo se fue regularizando la cantidad de momentos en el semestre en el que se irían dando las reuniones entre el asesor metodológico, el profesor guía, y en el caso de que se fuere necesario, con el grupo de estudiantes en elaboración de TFI. Esto permitió ir construyendo un flujo de trabajo, además de un sistema de progresividad y seguimiento de los TFI en apoyo con la Coordinación de TFI-TFC de la FECS, como sub-unidad responsable del trabajo administrativo.
Además de estas directrices, se levantó una ficha técnica para declaración y fundamentación de líneas de investigación por cada una de las carreras, habida cuenta que la información era inexistente. Lo que había en el momento no era más que una declaración de líneas de investigación en los informes de autoevaluación de las carreras asociadas a la facultad que habían pasado por procesos de acreditación. Esto permitió definir las líneas, fundamentarlas, encontrar patrones y lógicas de intervención, además de considerar las fronteras temáticas entre líneas. En suma, ayudó a definir los campos y áreas de investigación, hecho que luego fue asumido por toda la universidad como patrón necesario. Es decir, que lo iniciado en la facultad se irradió a todas las demás facultades de la universidad.
Se avanzó también en el desarrollo de dos trabajos de investigación que permitieran atender elementos sustanciales advertidos y declarados como necesidades en los profesores, en los estudiantes y en las asignaturas de Métodos y Técnicas de Investigación. Los trabajos fueron publicados por Reyes et al. (2021), titulado Análisis bibliométrico de las tesis de pregrado en la Facultad de Educación y Ciencias Sociales de la Universidad Adventista de Chile, en el período 2008-2018, y Reyes y Moraga (2020), titulado Criterios de selección de una revista científica para postular un artículo: breve guía para no ‘quemar’ un paper.
De forma paralela se fue trabajando con jornadas de capacitación y talleres para fortalecer necesidades advertidas para formación en investigación, tanto para docentes como para estudiantes de pregrado y posgrado (habida cuenta la adscripción del Magíster en Ciencias de la Motricidad Humana a la FECS, además del Magíster en Educación ya existente). En el calendario del año, se trabajó con un cronograma de talleres totalmente gratuitos: Uso de gestores de referencia y bases de datos; Elaboración de encuestas online y manejo de datos; Criterios de selección de revistas científicas para postular artículos; Revistas y artículos científicos; Propiedad intelectual y transferencia de conocimiento; Revisiones sistemáticas; Extracción de datos para revisiones sistemáticas; Introducción al SPSS; Análisis comparado en educación.
Aprovechando la plataforma que brindó un convenio firmado entre la UnACh y la Universidad de Cundinamarca (UdeC, Colombia), se logró la articulación para que los estudiantes de Métodos y Técnicas de Investigación I de la FECS (2020) compartieran asignatura a través de un Aula Espejo con estudiantes de la asignatura Proyectos Investigativos de la UdeC (Ver Figura 1). Esta experiencia permitió que, durante el transcurso de 5 sesiones de 2 horas c/u, estudiantes y profesores pudiesen articular núcleos temáticos de ambas asignaturas para coordinar el trabajo académico y generar el intercambio de saberes (destacando que el docente de la UnACh en esta experiencia de intercambio fue el asesor metodológico de la FECS a cargo de la asignatura correspondiente).
Figura 1. Aula Espejo UnACh-UdeC, 2020 Fuente. Investigación FECS-UnACh.
Entre otros de los procesos y/o estrategias que fueron desarrollados/as desde la Coordinación de Investigación de la FECS, con incidencia en la función de asesoría metodológica, estuvo la incorporación de alternativas metodológicas para el abordaje y desarrollo de investigación (con el apoyo, visto bueno y decisión del Consejo de Investigación y el Consejo de Facultad), tales como: revisiones sistemáticas, revisiones narrativas, análisis comparado en educación, investigación acción participación, etc. Ello requirió la revisión, actualización y creación de rúbricas para evaluación de avances y también de los TFI-TFC completos. Se avanzó con el apoyo a los profesores guía para la elaboración de instrumentos de recolección de datos y con el proceso mismo de validación de instrumentos.
Se avanzó con la incorporación de mecanismos de progresividad de la investigación por carrera, a través de un tejido de implicaciones de los grupos de investigación asociados en los que participan los profesores de las respectivas carreras, estudiantes colaboradores de investigación, temas de TFI-TFC con proyección a 3-4 años, líneas de investigación de la carrera, etc. Y de esta instancia surge el avance en términos de presentar la propuesta de creación de semilleros de investigación (Ver Figura 2), incorporando además estudiantes como colaboradores en proyectos de investigación de profesores de las diferentes carreras, obteniendo algunos resultados en el año 2020 con estudiantes que participaron como coautores en el artículo publicado por Reyes et al. (2021); además de tener participación como ponentes en eventos de carácter internacional (Ver Tabla 2).
Figura 2. Semillero de Investigación FECS, 2021. Fuente. Dirección de Comunicaciones UnACh.
Tabla 2. Relación Participación-Estudiantes FECS como ayudantes de investigación. Fuente. Elaboración propia.
Ayudó mucho el que las disposiciones reglamentarias dispongan del formato artículo para la presentación del TFI, tal y como dispuso el Reglamento del Trabajo Final de Carrera para los Estudios de Pregrado (UnACh, 2017), además de las decisiones apoyadas por los diferentes directores de carrera de la FECS en dicho contexto. Un elemento que también coadyuva con el propósito de consolidar la formación de los estudiantes en situación de TFI-TFC, pasa por el nivel académico de los profesores que fungen como guías. Esto, a raíz de que, poco más del 80% de ellos(as), tienen grado académico de Magíster (Reyes et al., 2021). Otras acciones que fueron complementarias implicaron la designación de coordinadores de investigación por carrera con el propósito de ordenar una orgánica de trabajo que implicase una dinámica operativa de planificación, acompañamiento y consolidación de experiencias formativas y ejecutivas en investigación, apuntando al fortalecimiento de instancias como el TFI-TFC en articulación con el grupo de investigación de la carrera y el semillero de investigación naciente.
Gráfico 3. Estructura orgánica funcional de la investigación por carrera FECS. Fuente. Elaboración propia.
La creación del semillero de investigación de la FECS fue un proyecto que comenzó a desarrollarse habida cuenta la necesidad de generar alternativas de formación en campo por la conversión de la malla curricular de 2013 y la supresión de dos asignaturas asociadas a investigación en la malla de 2018. A esto se sumó la planificación de hitos formativos (talleres prácticos) que permitieran ir trabajando con acciones prediseñadas y destinadas a atender a estudiantes de forma progresiva en la consecución de sus estudios, a saber:
Tabla 3. Hitos formativos en investigación. Fuente. Elaboración propia.
Las últimas dos acciones de las que se pudo disponer fueron: pilotaje para presentación de proyectos de TFI a final del TFI-I, con la participación de profesores de la institución y profesores externos a la institución en función de jurado. Esta instancia se generó a partir de dos carreras de la FECS, a saber, Pedagogía en Educación Física, y Educación Parvularia, con excelentes resultados.
El ciclo de acciones se cerró con la organización de la 1ª Jornada de Investigación Estudiantil FECS a final del año 2020. En este evento se replicó la experiencia que ha tenido la carrera de Pedagogía en Educación Física por varios años, y que consiste en un encuentro de iniciación científica en el que los estudiantes de TFI presentan ya sus trabajos finales, generando instancias para conocer sus investigaciones, el diálogo entre estudiantes sobre las investigaciones, y la participación de docentes como retroalimentadores. Esta instancia favorece la cualificación de los TFI antes de su examen de grado y entrega la primera experiencia de muchos estudiantes en un evento con estas características.
Figura 3. Hitos formativos en investigación. Fuente. Dirección de Comunicaciones UnACh.
A todas estas, desde el trabajo realizado de forma conjunta entre la Coordinación de Investigación de la FECS, la asesoría metodológica, la decanatura de la facultad, las direcciones de carrera, la Dirección de Investigación, grupos de investigación, semillero de investigación (aún incipiente en la FECS), profesores y estudiantes, se ha logrado que la FECS se haya mantenido liderando la productividad académica en la UnACh (Ver Figura 1), (Dirección de Investigación, 2021), estando entre esos resultados, la publicación de investigaciones provenientes de TFI (Reyes et al., 2021).
Tabla 4. Relación de artículos publicados por unidades UnACh, año por año entre 2016-2021.
Fuente. Dirección de Investigación UnACh.
En el caso específico de la FECS, se denota el incremento de las publicaciones de forma sostenida desde 2016, evidenciando un crecimiento superlativo entre 2018 y 2019, teniendo una ligera caída para 2020 a propósito de las restricciones por medidas sanitarias, imposibilitando el avance de varios proyectos (para realización de trabajo de campo y toma de datos) y su publicación. Aun así, las publicaciones han logrado mantenerse y apuntan a un 2021 con una buena tasa de publicaciones, dado que, en el primer trimestre del año, ya se ha alcanzado el 36,59% de las publicaciones del año 2020. Además, ha de considerarse que las publicaciones del año 2021, estarían siendo producto de investigaciones desarrolladas mayoritariamente entre 2019 y 2020, lo que pone de manifiesto que, a pesar de las restricciones por temas de salud pública asociados al COVID-19, la investigación como proceso se ha mantenido, con todo el apoyo de la institucionalidad a través de sus diversas instancias.
Figura 4. Total de artículos publicados por facultad e indexación 2016-2021. Fuente. Dirección de Investigación UnACh, 2021.
Cada gestión arroja desafíos y metas por las cuales se debe seguir trabajando. Así, se reconocen como grandes desafíos:
Si pudiesen destacarse tensiones y articulaciones en las funciones de la asesoría metodológica, en el caso particular de la FECS-UnACh, vale destacar que esa dualidad de funciones (Coordinación de Investigación y Asesoría Metodológica para once carreras de la facultad), puede jugar, tanto a favor como en contra, según la funcionalidad y la operatividad de quienes desempeñen tales roles. A esto se le agrega la necesidad de contar con el asesor metodológico asumiendo carga académica en asignaturas asociadas a Métodos y Técnicas de Investigación I y II, y las asignaturas de TFI-I y TFI-II manifiestas en la malla 2013, y en asignaturas como Métodos y Técnicas de Investigación y TFC presentes en la malla 2018.
Como se advierte, una tensión puede producirse a raíz de la carga académica en las funciones, dificultando posibilidades de acción en este contexto. Pero, tal dualidad de funciones, podría también resultar (optimizando los tiempos y otras cargas académicas), en oportunidades para bisagrar acciones contundentes en pro de cualificación de los TFI-TFC en las distintas carreras de la facultad. Además, las articulaciones que se producen entre la asesoría metodológica e instancias administrativas como la Coordinación de TFI-TFC, la decanatura de la facultad, el Consejo de Facultad, el diálogo permanente con directores(as) de carrera, con la biblioteca de la universidad, con la Dirección de Investigación y el Departamento de Metodología de la Investigación, suponen instancias concretas para la ejecución de acciones conducentes a la consolidación de los esfuerzos de formación de habilidades de investigación en los estudiantes, procurando que sus investigaciones tengan un impacto relevante en la comunidad científica, a propósito de la publicación de tales insumos.
Otro elemento que pudiese convertirse, bien sea, en foco de tensiones o en escenario de posibilidades de articulación, radica en la capacidad de la institucionalidad (reglamentos e instancias superiores como decanatura de la facultad, Consejo de Facultad, Dirección de Investigación, Departamento de Metodología de la Investigación) para dejar espacio a iniciativas a desarrollar por parte de la Coordinación de Investigación y la asesoría metodológica, habida cuenta la inserción de experiencias exitosas, buenas prácticas en asesoría metodológica, y la caracterización de los actores fundamentales del proceso en la facultad per se. Este elemento debe ser destacado, más aún y cuando hay experiencias desarrolladas en la UnACh, especialmente en la FECS (con el apoyo de la Dirección de Investigación), como las detectadas por Tomás-Folch et al. (2015), a nivel de buenas prácticas de gestión de la investigación en universidades posicionadas en buenos lugares en rankings internacionales. Hablamos de prácticas como: apoyo institucional a experiencias promotoras de investigación como los semilleros de investigación, capacitaciones sistemáticas a profesores y docentes en temas asociados a metodologías de abordaje en investigación, técnicas para procesamiento y análisis de datos, participación de estudiantes en proyectos de investigación, instancias de presentación de avances de tesis, entre otros.
Tal y como ya se ha destacado con anterioridad, el proceso de formación inicial docente implica la formación de habilidades básicas de investigación que permitan a las y los profesores acometer instancias de investigación en el aula y fuera de ella, a fin de diagnosticar y contar con evidencias a partir de las cuales se puedan tomar decisiones y/o asumir intervenciones cuando así se amerite, con el propósito de mejorar las condiciones en las que se encuentran las y los estudiantes, las y los docentes, las familias en los contextos en cuestión, pensando, por supuesto, en la misión principal de la escuela como institución sociocultural: la formación integral de los sujetos, la socialización, la transmisión cultural, la organización social, etc. (Reyes, 2016; Sandoval, 2006).
La función de la asesoría metodológica debe ser fortalecida desde los esfuerzos institucionales en el contexto de una orgánica que permita construir un engranaje que garantice productos de investigación tributantes a una formación de calidad para el estudiantado, la consolidación del profesorado que sirve en la función de guías de TFI-TFC, procesos investigativos coherentemente sólidos a nivel epistémico y metodológico, y a la cualificación de los reportes de investigación para su conversión en artículos y su posterior publicación (Reyes et al., 2021). Todos estos aspectos son de relevancia habida cuenta la necesidad de potenciar la universidad como instancia generadora de conocimiento e impacto en otras dimensiones de la agenda pública (Casas, 2005; Cazorla y Stratta, 2017). Y esto vendría a ser constatado en una investigación realizada por Tresierra et al. (2017), donde, además, el asesor metodológico vendría siendo considerado pieza fundamental en la labor de investigación de los estudiantes.
Además, hay elementos claves que se ven beneficiados con la función de la asesoría metodológica, como son: a) congruencia epistémico-metodológica, esto es, que los trabajos consideren la naturaleza del estudio y sean coherentes con las decisiones metodológicas que apuntan al planteamiento de objetivos claros armonizados con la selección justa del enfoque, diseño y tipo de investigación, de las técnicas e instrumentos correctos, el análisis adecuado y coherente con todo lo anterior y las interrogantes de investigación; y, b) diversidad metodológica en los enfoques de investigación asumidos.
La coherencia epistémico-metodológica es prioritaria habida cuenta que, en Reyes et al. (2021), se han advertido casos en los que no se precisa este aspecto en los trabajos de investigación a nivel de TFI-TFC. Si bien es cierto, son pocos los casos, no es menos cierto que existen. Y esto es de relevancia, dado que también se ha encontrado evidencia en otros ejercicios de investigación, en los que se advierte la misma manifestación, tal como el declarado por Jiménez (2004), en un trabajo realizado sobre las tesis de pregrado en las Escuelas de Educación de la Universidad Central de Venezuela y la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. Y en Contreras (2011), se advierte como resultado de investigación, la existencia de incongruencias entre los modelos ontoepistémicos y metodológicos que son asumidos (en tesis doctorales) en relación con el objeto de estudio en educación y el énfasis en justificar lo procedimental en lo filosófico.
Con respecto a la diversidad metodológica, tenemos que en la investigación realizada a nivel de los TFI de la FECS entre 2008 y 2018 (Reyes et al., 2021), se demuestra una tendencia muy marcada hacia enfoques de carácter cuantitativo, en desmedro de enfoques como el cualitativo y el mixto. Estos resultados difieren con respecto a otros trabajos que consideran las tendencias metodológicas en la investigación educativa, como lo es el caso de Murcia et al. (2011), en el que se advierte una tendencia que prela la investigación cualitativa.
Se considera prudente avanzar hacia un equilibrio en las opciones metodológicas, dado que ningún enfoque de investigación es suficiente para comprender el fenómeno educacional en su mayor dimensión (Peña y Valdivieso, 2007), además, más allá de que en el mundo de la ciencia existan detractores de uno u otro enfoque, o de que incluso exista quienes los pongan a rivalizar, en realidad, no se trata de enfoques que se contraponen, sino que, por el contrario, pueden llegar a complementarse (Cadena-Iñiguez et al., 2017), y esto es importante tenerlo en consideración comprendiendo que, “quienes investigan sobre el objeto de estudio de la pedagogía no escapan a estas idas y venidas sobre cuestiones metodológicas y epistemológicas” (Sánchez, 1996; p. 110). Además, si bien es cierto, la asunción del enfoque cuantitativo es muy valioso en el campo educacional, es menester entender que mientras más modos de acercarnos a la realidad puedan tenerse y ponerse en ejecución, mayor será la riqueza de la información que se pueda obtener, y mayores las probabilidades de tener incidencia de impacto. Y, tanto el enfoque cualitativo como el enfoque mixto han venido generando investigación de relevancia en el campo educacional, que, en todo caso, no puede ser mirado desde perspectivas reductoras de la realidad (Gorodokin, 2006; Marín, 2009). Entonces, si la noción apunta al desarrollo de habilidades investigativas en los estudiantes de la FECS, apuntar hacia nuevas opciones metodológicas implica favorecer y ampliar el panorama formativo que tendrá un impacto en el contexto del desempeño profesional.
Se considera que existe la necesidad de generar procesos de acompañamiento mucho más armónicos de parte de instancias superiores como la Dirección de Investigación y el Departamento de Metodología de la Investigación de la universidad. A esto habría que sumar la necesidad de un visado por parte del asesor metodológico a todos los TFI-TFC, dejando de ser opcional para los profesores guía contar con la opinión del asesor metodológico. Y eso puede mejorarse habida cuenta que se trata de un punto ciego a nivel reglamentario.
Finalmente, es de destacar que, las experiencias descritas en el presente trabajo, representan y describen el proceso de avance en relación con el impacto de la asesoría metodológica en la FECS. Posiblemente se advierta que las experiencias relatadas, no sean novedosas en el sentido de la originalidad con respecto a otras experiencias. No obstante, se han constituido en fórmulas de progresión en la facultad, teniendo resultados positivos en términos de la instalación de una cultura de sistematización y articulación de esfuerzos. La asesoría metodológica no puede seguir siendo concebida como la instancia de encuentro entre el asesor metodológico y el profesor guía, así, sin más. Es, sí, una instancia de relevancia, pero no la única. Además, no puede estar disociada de un cúmulo de acciones predispuestas para consolidar el acompañamiento de los profesores guía, y en particular de los estudiantes que desarrollan tesis (TFI-TFC). En tal sentido, si algo propone este trabajo es precisamente, atender la asesoría metodológica como un proceso de mayor incidencia y de mayor articulación. Instancias de capacitación de estudiantes y profesores, instancias para la socialización de avances de investigación a nivel de TFI-TFC, incorporación de profesores lectores provenientes de otras instituciones (para disminuir la endogamia), adecuación de reglamentos para fortalecer la función del asesor metodológico, el fortalecimiento de instancias como el semillero de investigación, entre otras acciones, son, sin duda alguna, instancias necesarias para que el proceso de asesoría favorezca la autonomía de profesores y estudiantes en el ámbito de la investigación, entendiendo que se trata de un proceso de largo plazo que inicia con estas acciones.
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Agradecimientos: A Maritza Roa, decana de la FECS; a Julia Labra, coordinadora de TFI-TFC de la FECS en el período; a Marcela Jarpa, de la Dirección de Investigación y a Ramón Gelabert, responsable del Departamento de Metodología de la Investigación de la UnACh; a los directores de c/u de las carreras de la FECS; a todos los profesores guía de TFI-TFC, a los estudiantes investigadores.