Cabecera libros.pdf
libro 2.jpg

Pocas veces a lo largo de su historia la Universidad se ha visto amenazada, cuando no condicionada en su naturaleza, de forma tan clara y profunda como en la actualidad. En apenas unos decenios su tradicional función como espacio para la discusión y la experimentación, el cuestionamiento de ideas establecidas y, en definitiva, la libertad de pensamiento y el debate público, ha dado paso a la imposición de la emoción a la razón. Mediante formas cada vez menos taimadas de coerción individual, o colectiva, ante la disidencia. Por ello, el profundo estudio sociológico del profesor Frank Furedi es, a la vez, pertinente y necesario.

El análisis de antecedentes que realiza explora las causas explicativas de la tendencia vigente especialmente en la órbita anglosajona, si bien la mediterránea es cada vez menos ajena. Señala y describe con precisión los mecanismos de cambio que hay en marcha y que implican el retorno al in loco parentis académico. Así, de la universidad investigadora y transgresora que experimentaba y discutía prácticamente todo allá por los años 60 del siglo XX, poco a poco y de una forma que a veces sorprende, hemos pasado a una universidad en la que los discentes son vistos más como menores, que requieren protección respecto a ideas que puedan incomodarlos. Algo que es especialmente palmario en las facultades de educación, incluidas las españolas, donde se llega a confundir las estrategias docentes que se han de aprender para gestionar clases de infantil, primaria e incluso secundaria, con el propio desarrollo de la formación profesional e intelectual.

A lo largo de su estudio, el profesor Furedi desentraña los mecanismos mediante los cuales las emociones se convierten en arma arrojadiza para coaccionar la disidencia e imponer un pensamiento único. Explora las consecuencias que de esto se derivan para la libertad de pensamiento, y la pervivencia del espíritu científico, cada vez más acorralado por un relativismo emocional que otorga a cada cual su verdad. Incluso va más allá, y aborda la peligrosa tendencia al revisionismo del pasado, que se mueve entre dos extremos maniqueos: o fue bueno o fue malo. Ignorando, como mínimo, la importancia del contexto histórico. Presentismos, anacronismos y simplificaciones dicotómicas son hoy día moneda habitual de cambio en el último sitio donde deberían serlo.

Por ello, no es de extrañar que considere necesario desentrañar el origen y consecuencia de tendencias en alza como la creación de espacios seguros en las universidades. Ya que éstas se tratan de presentar como peligrosas, especialmente para las mujeres. O la actual cruzada contra la libertad de expresión, no sólo mediante la “recomendación” de medir las palabras, bajo conceptos como el de microagresión, sino también mediante la generalización de estrategias de censura sobre personas que discrepan, o eventos que no son afines en términos ideológicos.

Censurar un acto universitario, o vetar la participación académica, por discrepancia ideológica era un disparate a mediados del siglo XX, hoy día se empieza a normalizar como un signo de los tiempos. En España, por ejemplo, esto pasó con la difusión universitaria del documental ‘Silenciados, cuando los maltratados son ellos’ de Nacho González, o la proyección del documental ‘La píldora roja’ de Cassie Jaye en la esfera anglosajona.

Como señala el análisis, lo verdaderamente relevante de todo esto es el cambio de valores fundamentales y que deriva en nuevas formas de comportamiento. La emoción se impone al debate de argumentos. El conflicto se hace anatema, algo malo y a evitar. Deja de ser un espacio de generación de nuevo conocimiento, de discernimiento o poiesis. Así, casi sin darnos cuenta, se introduce la autocensura como una estrategia de supervivencia y acomodo académico, cada vez más aceptada.

Por todo ello, tanto las conclusiones finales del análisis, como el encendido y motivador alegato en defensa de la libertad de pensamiento académico sin cadenas dentro o fuera de la universidad, no pueden subyugarse ante la excusa de la seguridad, la igualdad o el reconocimiento.

Estamos ante una obra muy pertinente para discutir tanto en el ámbito científico como en espacios de apertura a la sociedad. Muy especialmente en las facultades de educación, críticas en la correcta incardinación de la emocionalidad en las nuevas generaciones. Razón y emoción son parte de nuestra naturaleza, e intentar sacar a la primera de la universidad es atacar uno de los mayores logros de nuestra civilización, el pensamiento ilustrado.

Daniel David Martínez Romera Universidad de Cádiz

danieldavid.martinez@uca.es

Qué le está pasando a la Universidad. Un análisis sociológico de

su infantilización

Frank Furedi

Editorial: Narcea
Año de edición: 2018
Ciudad: Madrid (España).

ISBN: 978-84-277-2411-2

Nº Edición: 1ª 2018

Nº páginas: 224

Idioma: Español

logo fondo claro.pdf