Propuesta de un nuevo
modelo: Práctica Reflexiva Mediada
Proposal for a new model:
Mediated Reflective Practice
Ingrid Eugenia Cerecero Medina1
1Centro de Enseñanza de Lenguas, Universidad Autónoma del Estado de México, México
(ingridecm@yahoo.com)
Recibido el 4 de diciembre de 2017; revisado el 4 de mayo de 2018;
aceptado el 7 de mayo de 2018; publicado el 1 de junio de 2018
RESUMEN:
Esta investigación se focalizó en
encontrar la pertinencia de la combinación de elementos para que docentes en
activo y con experiencia lleven a cabo ciclos de práctica reflexiva
aplicados a su propia labor como medio de mejora y evaluación de la misma.
Se tomaron como punto de partida tres
fundamentos para la propuesta: 1) La relación dialógica entre la teoría y la
práctica, 2) algunos modelos y características de la práctica reflexiva
mencionadas por distintos autores y 3) la relevancia del apoyo de la mediación.
Se exponen, en un primer momento, la
importancia de la teoría y la práctica para el análisis de la labor docente,
seguido de algunas de las características principales de la práctica reflexiva;
algunas notas relevantes sobre la teoría sociocultural de Vygotsky, la
mediación y el modelo propuesto por Engeström para la
teoría de la actividad; así como la presentación de ciertos modelos
representativos de la práctica reflexiva dando como resultado la propuesta de
un nuevo modelo al que hemos llamado Práctica Reflexiva Mediada, resumiendo los
elementos que lo constituyen y su conceptualización.
El modelo fue aplicado a docentes de lenguas por medio de un taller y el seguimiento de registros y observaciones de su práctica en un período de dos meses. Tiempo durante el cual los docentes tuvieron la oportunidad de interactuar y llevar a la práctica cada uno de los estadios del modelo, los cuales se dividen en tres: conocimiento, significación y resignificación, siendo acompañados de un mediador y sus pares.
Entre los resultados encontrados se destaca la importancia de la participación de un mediador que apoye dicho proceso y el compromiso de los docentes para llevarlo a cabo, reconociendo que las experiencias y saberes de los docentes pueden compartirse y documentarse originando la posibilidad de encontrar nuevos supuestos a comprobar.
PALABRAS CLAVE: TEORÍA Y PRÁCTICA; PRÁCTICA REFLEXIVA; MEDIACIÓN; SIGNIFICACIÓN; TRANSFORMACIÓN.
ABSTRACT:
This research focused on finding the relevance of the combination of elements as support for active and experienced teachers to carry out reflective practice cycles applied to their own work as a means of improving and evaluating it.
Three foundations for the proposal were taken as a starting point: 1) The dialogical relationship between theory and practice, 2) some models and characteristics of reflexive practice mentioned by different authors; and 3) the relevance and support of mediation.
At first, the importance of theory and practice for the analysis of teaching work is exposed, followed by some of the main characteristics of reflexive practice; some relevant notes on the sociocultural theory of Vygotsky, the mediation and the model proposed by Engeström related to the theory of activity; as well as the presentation of certain representative models of reflective practice, resulting in the proposal of a new model that we have called Mediated Reflective Practice, summarizing the elements that constitute it and its conceptualization.
The model was applied to language teachers through a workshop and the follow-up of records and observations of their practice in a period of two months. Time during which the teachers had the opportunity to interact and carry out each of the stages of the model, which are divided into three: knowledge, meaning and resignification, being accompanied by a mediator and their peers.
Among the results, it is highlighted the importance of the participation of a mediator that supports this process and the commitment of the teachers to carry it out, recognizing that the experiences and knowledge of teachers can be shared and documented, arising the possibility of finding new assumptions to be tested.
KEYWORDS: THEORY AND PRACTICE, REFLECTIVE PRACTICE, MEDIATION,
SIGNIFICATION, TRANSFORMATION.
El artículo resume la investigación titulada “Teorización de los procesos de resignificación de la práctica educativa del docente de lenguas” presentada como tesis doctoral por la autora (Cerecero Medina, 2016), enfocándose en la trascendencia de la práctica reflexiva e identificando la pertinencia de la mediación para llevarse a cabo.
La práctica reflexiva tiene como propósito fundamental la comprensión y mejora del profesionista que la aplica. En el caso del profesorado, se busca que los docentes logren resignificar su práctica, empoderándolos con nueva información que ellos mismos descubran e investiguen y que les permita estar en una constante prospección de elementos y hallazgos a favor de una mejora personal y profesional continua.
El problema que planteamos surge del reconocimiento de la complejidad que los procesos de enseñanza-aprendizaje implican para cada docente y de la formación y recursos que los profesores van obteniendo a lo largo de su carrera; mismos que los van definiendo, muchas veces sin redefinirse conforme se presentan cambios y sin darse cuenta de las consecuencias que esto provoca en su enseñanza. Esto es, uno de los problemas identificados es que los docentes actúan de acuerdo con lo que han aprendido y experimentando, cayendo en ocasiones en la rutina y en cierta falta de consciencia en cuanto a sus acciones en el aula.
Por otra parte, Zeichner
El objetivo
de la investigación fue capacitar a un pequeño grupo de docentes participantes
para llevar a cabo un ciclo de práctica reflexiva, a través del modelo
propuesto y conocer, analizar e interpretar los resultados alcanzados.
El sustento
teórico de esta investigación se fundamenta en tres ejes: la relación
teoría-práctica, la práctica educativa reflexiva y la mediación.
La relación teoría-práctica
es un factor fundamental en la práctica reflexiva puesto que, si se considera
únicamente la teoría o la práctica, su análisis será incompleto. Tanto la
teoría como la práctica tienen una relación dialógica en la que ambas se
necesitan para generarse, comprobarse o corregirse. Autores como Kemmis
Aun cuando los docentes utilicen los supuestos
teóricos provenientes de distintas investigaciones, estos son interpretados de
acuerdo con sus propias creencias, experiencias y contexto; de ahí que coincidiendo
con Latorre
Es necesario reconocer que la teoría educativa lleva
una carga política considerándose, por un lado, como una necesidad para
sostener y dar continuidad al progreso de una sociedad y por otro, como una
forma de proteger los intereses del Estado y tener el control sobre la
población, como lo afirman Dewey
Es por ello, que la conexión entre la teoría y la práctica también se relacionan con el currículo, puesto que este es establecido y no elegido por los docentes. Esto es, el Estado decide lo que los alumnos deben aprender, incluyendo aquellos que se están formando para ser profesores. Lo cual trae como consecuencia una enseñanza masificada que incluye a los futuros profesores quienes son preparados por el Estado para que ellos reproduzcan sus aprendizajes de la misma forma en que los adquirieron y que van de acuerdo con lo que el gobierno espera de ellos.
Por supuesto, también existe una teoría independiente que busca ser liberadora y que es producida por aquellos que están preparados para investigar y reflexionar sobre los temas que tratan. Ese es el tipo de teoría que buscamos se tome en cuenta y contraste en la práctica reflexiva.
Los docentes deben estar conscientes de que la teoría es parte de su aprendizaje y que los significados que le otorgan van de acuerdo con sus propios esquemas conceptuales y la interpretación que cada uno de ellos le da, por lo que la teoría debe ser contrastada con lo que sucede en el aula, sin que por ello tenga que ser forzosamente aceptada o rechazada, sino más bien, debe ser probada, analizada y en su caso, adaptada al contexto, enriqueciéndola con las propias experiencias obtenidas.
A partir de la
revisión de teorías y de observar su práctica, los docentes pueden iniciar un
proceso reflexivo.
La relevancia de la reflexión ha sido mencionada
desde tiempos remotos
La práctica reflexiva va más allá de una reflexión aislada, constituye como su nombre lo indica una práctica o proceso continuo de reflexiones intencionales y llevadas a cabo de forma sistemática.
Se atribuye a Schön
[…] estimular a los estudiantes a que desarrollen la capacidad de
observarse a sí mismos y de emprender un diálogo crítico con ellos mismos en
relación con todo lo que piensan y hagan [...] es un procedimiento
reflexivo en el que el alumno/a se interroga sobre sus pensamientos y acciones [...]
La definición de Barnett, puede ser aplicable a los docentes si cambiamos la palabra “estudiantes o alumno(a)” por la de “profesores o docente”. Considero esta definición puede completarse tomando en cuenta otros elementos en el diálogo crítico que menciona como son la teoría, las experiencias previas del docente, sus conocimientos, y el contexto en que se encuentra.
Entre los distintos autores que han escrito sobre la
reflexión o la práctica reflexiva encontramos a Dewey (1993, 1995), Argyris (1980), Schön (1998), Zeichner
(1982), Kemmis y McTaggart
(1988), Barnett (1992), Latorre
(2003), Mertler (2009), Perrenoud
(2007), Whitehead (2008), Korthagen
(2001), Domingo y Gómez
La práctica educativa busca la resignificación del
docente, ya sea de su presente o futuro en función del análisis de hechos
pasados, o bien del pasado en función del presente para entender el porqué de
alguna situación pasada. Para que haya una resignificación de la práctica el
cambio debe ser interno y externo, lo que entendemos como una transformación.
Al respecto, Brabàndere
Como seres humanos somos seres sociales y es por esa
relación que tenemos con los demás que aprendemos y nos desarrollamos. Estos
aprendizajes implican un proceso de mediación e internalización, como es
explicado por Vygotsky
Derivado de esta información, se considera que en la práctica reflexiva los docentes deben buscar aprender a partir de lo que viven en su contexto laboral y social, teniendo la oportunidad de reestructurar sus saberes. Es decir, la práctica reflexiva puede desarrollarse si el docente está abierto a recibir y evaluar información proveniente de diversas fuentes como pueden ser de sus colegas, expertos, estudiantes, teorías, otros espacios y su propio medio. Sin embargo, es necesario que, con toda esa información, el docente llegue a actuar como un agente que procede de forma libre e independiente de la estructura en la que se encuentra inmerso.
Un concepto fundamental de Vygotsky para el logro de
la mediación es el de Zona de Desarrollo Próximo, el cual es resumido por
Johnson y Golombek
Complementando la teoría sociocultural, se encuentra
la teoría de la actividad, que si bien, se origina de una tesis de Karl Marx,
es desarrollada por Vygotsky, Leont’ve y Luria a
principios del siglo XX según lo explica Engeström
Otros modelos reflexivos destacados son el de Argyris y Schön
Kolb
Gibbs
Brookfield
Domingo y Gómez
Korthagen
Esteve,
Melief y Alsina
Pedroza
Ninguno de los modelos mencionados se contrapone, al
contrario, coinciden en una o más de sus partes y en algunos casos se
complementan. Es por esa razón que, a partir de ellos, se crea la propuesta
para un nuevo modelo de práctica reflexiva en el que se incluyen
intencionalmente dos elementos que se considera deben enfatizarse. El primero
es el autoconocimiento del docente (o profesionista) en activo y el segundo la
participación de un mediador en el proceso, como se explica en el siguiente
apartado.
El modelo de Práctica Reflexiva Mediada (MPRM) incorpora tres elementos como su soporte:
1) La mediación de un tutor que acompaña y apoya a los docentes participantes durante todo el ciclo de práctica reflexiva respondiendo a la necesidad de capacitación para el proceso en caso de no haberlo realizado antes o de lo contrario como acompañamiento durante el ciclo promoviendo el andamiaje y acercamiento a la zona de desarrollo próximo; además de la participación de otros agentes como son: otros docentes para promover el intercambio de experiencias y la reflexión colectiva; las aportaciones teóricas de autores expertos en los temas a tratar; y los alumnos por la información que pueden proveer al docente.
2) La búsqueda de autoconocimiento del docente y su práctica como punto de inicio del modelo, en lugar de iniciar a partir de un problema previamente identificado, como lo proponen la mayoría de los modelos. Esto es, se considera que los docentes pueden omitir algunos puntos de su práctica que ya dan por hecho por la experiencia que tienen pero que podrían mejorarse o cambiarse; y
3) La transformación del docente en su actuación real y perceptual, es decir, no se trata de presentar cambios si no está convencido de los mismos; debe haber coherencia entre lo que piensa, dice y hace.
Este modelo se divide en tres fases, cada una con tres ciclos:
Fase 1: Conocimiento del docente y su práctica, a partir de 3 ciclos: 1) un proceso de autoconocimiento por medio de la introspección en el que el docente analiza aspectos de su pasado, presente y futuro principalmente relacionados con los procesos de enseñanza/aprendizaje que ha vivido, está viviendo o planea experimentar en un futuro; y en el que se reconozca como ser humano y no sólo como docente., 2) el conocimiento alcanzado a partir de la información que otros le otorguen por medio de las observaciones y consideraciones que hagan de él, de manera que el profesor tenga una idea de cómo lo perciben los demás; y 3) la valoración de la información obtenida en los dos ciclos anteriores al contrastar la información que obtuvo en el primer ciclo (lo que él piensa de sí mismo) con el del segundo ciclo (lo que otros piensan de él) siendo capaz de reflexionar sobre la veracidad de dicha información y teniendo la capacidad de verbalizarla.
Fase 2: Significación de la práctica. Partiendo de los datos obtenidos en la primera fase 1) el docente identifica y plantea un problema o situación significativa y la describe de forma que pueda ser estudiada para su mejora; 2) los docentes buscan información de distintas fuentes confiables y junto con los datos obtenidos a partir de las observaciones y experiencias descritas en la fase uno, los contrastan, de manera que se logre por medio del análisis fundamentar el problema; y 3) se desarrolla un plan de acción que sintetice los aprendizajes de los ciclos anteriores dentro de esta misma fase.
Fase 3: Resignificación del docente y su práctica. 1) el docente lleva el plan diseñado a la práctica, cuidando ser flexible y supervisar como se va desarrollando, al mismo tiempo que mantiene un control de los sucesos por medio de registros y observaciones, 2) se evalúan los resultados de la intervención a partir de todos los datos obtenidos, se reflexiona sobre ellos revalorizando los sucesos y se elabora un aporte teórico; y 3) a partir de las acciones y reflexiones, el docente se encuentra en la capacidad de evaluar si hubo alguna transformación no sólo en su actividad sino también mentalmente, es decir si logro resignificar su práctica convencido de ello y no sólo por actuar. En cuyo caso habrá dado un paso hacia su emancipación, entendida esta como su liberación mental convirtiéndose en alguien más crítico y reflexivo.
Una vez terminado el ciclo, se recomienda volver a comenzar, ya sea para tratar otro problema de la práctica o continuar con el mismo en el caso de que los resultados no hubieran sido los esperados y pudieran mejorarse desde otra perspectiva.
El modelo puede sintetizarse a través del siguiente esquema (fig. 1):
Figura 1. Modelo de Práctica
Reflexiva Mediada.
Fuete. Adaptado de Cerecero
Una vez realizada la investigación teórica y definido el modelo, se diseñó la parte operativa de la investigación, para probar la pertinencia del mismo y poder sustentar su validez. Esta investigación de tipo cualitativa se apoyó en el modelo diseñado y el proceso se comenzó definiendo el contexto de aplicación y los participantes. Por motivos de conocimiento de la institución y facilidades provistas para su realización, el estudio se llevó a cabo con tres docentes del Centro de Enseñanza de Lenguas de la Universidad Autónoma del Estado de México (CELe, UAEM), que decidieron participar voluntariamente a raíz de una invitación directa que se les hizo por cumplir con determinadas características: todos eran profesores en activo, con una trayectoria como docentes superior a cinco años, con estudios de licenciatura o maestría, experiencia de vida en algún país donde se habla el idioma que enseñan, además de contar con documentos que prueban su dominio competente de la lengua. Las sedes principales del CELe de la UAEM se encuentran ubicadas en la ciudad de Toluca de Lerdo, en el Estado de México y cuentan con extensiones en diferentes municipios del Estado, teniendo una matrícula total aproximada de diez mil alumnos por semestre.
Se diseño un taller de capacitación para dar a conocer y poner en práctica el modelo de Práctica Reflexiva Mediada, el cual se llevó a cabo en 6 sesiones de dos horas cada una, en un periodo de 4 semanas, dejando una semana entre la sesión 5 y 6 para dar tiempo a los docentes de preparar e iniciar su intervención. Una vez concluidas las 4 semanas se dio un seguimiento a los docentes con el fin de observar si presentaban algún tipo de resignificación de su práctica.
El taller se llevó a cabo con una doble intención: recabar datos para sustentar la parte empírica de la investigación y guiar a un grupo de docentes en un ciclo reflexivo mediado para que experimentaran sus posibles beneficios.
El taller presenta una planeación en la que se utilizaron dos sesiones para cada una de las fases y ciclos. Cada sesión incluyó diversas actividades, entre las que encontramos actividades de integración, de introducción al modelo de Práctica Reflexiva Mediada, de autoconocimiento tales como descripciones y charlas de sus experiencias, temas de discusión de los procesos de enseñanza-aprendizaje, análisis FODA, test e incluso la filmación de dos de sus clases para llevar a cabo un proceso de autoconfrontación. También se les pidió llevar un diario de clase en un formato resumido e integrar un portafolio con las actividades del taller, las observaciones de clase y todo aquello que les ayudara a documentar su práctica y hallazgos respecto a la misma; En la tercera y cuarta sesión identificaron un problema relacionado con su práctica, lo describieron y plantearon, buscaron referencias y consultaron a otras personas. Contrastaron y analizaron la información apoyándose del mediador y de sus pares. Prepararon un plan de intervención, lo pusieron en práctica y presentaron un reporte con los resultados parciales en la última sesión, teniendo una participación individual frente al grupo y una reflexión grupal; a partir de la última sesión, los docentes siguieron teniendo el apoyo del mediador y revisiones periódicas durante el siguiente mes.
La viabilidad de la investigación fue posible en todos sus aspectos, generando costos mínimos de papelería y un porcentaje de trabajo extra para los docentes participantes de manera que pudieran ejecutar todas las actividades y la filmación de su clase al inicio y al final del ciclo.
El portafolio de cada docente, las filmaciones de clase y de cada una de las sesiones del taller, las notas y observaciones fueron utilizadas por el investigador para hacer el metaanálisis de los procesos y resultados presentados por los participantes.
Situándose en el modelo de Práctica Reflexiva Mediada, el análisis de los resultados fue obtenido por medio de nueve categorías, cada una correspondiendo a uno de los ciclos del modelo: introspección, consideración, verbalización, descripción, análisis, síntesis, acción, revaloración y emancipación. Entre los hallazgos encontrados están los siguientes:
Los participantes aplican, consciente o inconscientemente, conceptos fundamentales para su práctica que provienen de su formación y experiencia y que no necesariamente coinciden con sus teorías en uso. Es decir, retoman sus experiencias pasadas para explicar lo que sucede en el aula y se les dificulta introducir las nuevas tendencias en su práctica o realizar cambios que vayan de acuerdo con su situación actual, aun cuando manifiesten lo contrario.
A partir de los documentos, observaciones y videos se pudo determinar el estilo de aprendizaje y docencia de los profesores. Sin embargo, por el número de participantes, no fue posible corroborar si uno de los estilos de aprendizaje pudiera ser considerado dominante para los profesores de lenguas, en el caso presentado.
Durante el proceso de autoconfrontación los docentes se enfocaron principalmente en sus alumnos, lo que se atribuye a la dificultad de hablar de sí mismos y auto-observarse, como si ello los liberara de la responsabilidad de darse cuenta como son y como se ven ante los demás, por una parte; y como pueden actuar como agentes e influir en los procesos de aprendizaje de sus alumnos, por otra.
Los profesores sujetos de estudio, en repetidas ocasiones, mostraron dificultad en distinguir entre sus percepciones y sus observaciones, lo cual interpretamos como una falta de reflexión, per se, o bien una carga emocional fuerte.
Los docentes, al saberse observados durante la filmación de clase, actuaron de la manera en que ellos pensaron era lo correcto; sin embargo, mostraron cierto nerviosismo delatado por su lenguaje corporal. Al observarse en el video, con el acompañamiento del mediador, fueron capaces de expresar como se visualizaban y explicar el porqué de sus acciones, sus creencias y dar datos con mayor claridad y confianza.
Por medio de los formatos y actividades del taller se logró obtener información de cada docente en cuanto a sus hábitos, creencias, sentimientos, expectativas, valores, experiencias, conocimientos, actitudes, entre otros.
Todos los participantes eligieron definir un problema relacionado con los procesos de aprendizaje, orientándose en cómo podrían ayudar a sus alumnos.
La búsqueda de información sobre el tema que cada docente eligió fue principalmente bibliográfica o documentada de internet, partiendo de sus conocimientos previos y costándoles un poco más de trabajo encontrar documentos serios con ideas nuevas o contrarias a lo que ellos esperaban.
La planeación de la intervención fue parcial. Los logros fueron relativos dependiendo el grado de involucramiento del docente y su interés. Uno de los planes de acción se tuvo que reestructurar al descubrir nueva información respecto a determinados alumnos, aplicando la nueva información obtenida.
En cuanto a la aplicación del modelo, se consiguió llevar a cabo un breve ciclo de práctica reflexiva completo. No obstante, los participantes manifestaron su agrado hacia el modelo y aceptaron su utilidad manifestando la necesidad de una continuidad y de otorgar mayor tiempo para el proceso.
Se logró la unidad y participación del grupo y se observó que los participantes aportan más información de forma verbal durante el taller que en los documentos escritos.
Los docentes presentaron una aportación teórica corta lo que ha sido atribuido 1) a lo breve del ciclo reflexivo al que fueron expuestos y 2) a un proceso no consolidado en el que se logró un grado parcial de internalización del conocimiento y un menor grado de externalización.
Si bien, la práctica reflexiva puede ser llevada a cabo por un solo individuo, el acompañamiento de un mediador y de los pares puede facilitar el proceso, acrecentar la motivación, crear una red de apoyo y ampliar las posibilidades de obtener ideas e información que cuando se actúa en soledad, además de asegurar hasta cierto punto la continuidad del proceso y el logro de resultados.
Como lo menciona Melief, et. al.
Por otro
lado, John Dewey
Otro elemento importante que considerar en la
práctica reflexiva es la verbalización al inicio del ciclo reflexivo y durante
la teorización, puesto que constituye un instrumento básico para comprender el
grado de internalización y externalización alcanzadas. Como lo menciona Onrubia (1993) el lenguaje
es un instrumento esencial en la ZDP porque permite reorganizar y reestructurar
los conocimientos.
Zeichner
Aunado a lo
anterior se observa que no siempre hay concordancia entre lo que se piensa, se
dice y se hace, por lo que la propuesta de Argyris y Schön
La Práctica Reflexiva Mediada no va en contra de ninguno de los modelos mencionados pero si retoma como puntos de partida un aprendizaje realista, como es entendido por Melief, Tigcheelar y Korthagen (2010); el conocimiento (aunque no sólo de un problema), la significación y resignificación de la práctica como los contempla Pedroza (2014); y una co-construcción de conocimientos dentro de un proceso dialógico y dialéctico entre teoría y práctica por medio de la mediación como es entendido por Esteve (2011).
Las aportaciones principales de esta investigación a través del MPRM están encaminadas a la formalización del uso de la mediación como una herramienta que facilite la reflexión en la práctica.
Aunado a lo anterior se hace énfasis en otorgar un tiempo para el autoconocimiento del docente y de su práctica, con la finalidad de poder darse cuenta de situaciones que de lo contrario y debido a la cotidianeidad pudieran pasar desapercibidas además de aceptar que los procesos de enseñanza aprendizaje son complejos y están en constante cambio debido a distintos factores como son la época y el contexto.
Existe cierta disonancia entre lo que los profesores hacen y lo que dicen. En general, hablan de una práctica actual de acuerdo con lo que consideran se espera de ellos, pero en realidad actúan de acuerdo con su edad, tiempo, experiencias y circunstancias de vida. Sus experiencias como estudiantes y como docentes influyen fuertemente en la forma en que construyen sus creencias y conceptos.
Normalmente, se enseña a partir de un contexto determinado, en el cual consciente o inconscientemente se hacen modificaciones a partir de las distintas percepciones, experiencias, características de los actores, necesidades de los grupos y de las instituciones. Es por ello, que es necesario reflexionar sistemáticamente para no dejar a la suerte los resultados obtenidos.
Otro punto importante que retoma el MPRM es la importancia de la investigación a través del reconocimiento de una relación dialógica y dialéctica entre la teoría y la práctica.
Un problema que se ha presentado en la práctica reflexiva es el enfoque técnico que en algunos casos se le ha dado y que a través de la PRM se pretende subsanar al acentuar ese proceso de interacción con otros y consulta de distintas fuentes incluyendo aquellas contrarias a las ideas preconcebidas o conocimientos previos del docente para dar oportunidad a su emancipación mental.
El MPRM también contrae el compromiso de asumir su responsabilidad para atreverse a ser agentes activos, dispuestos a cambiar situaciones del aula en lugar de responsabilizar a otros de los problemas que se le presenten.
Las observaciones únicamente son posibles si se quita intencionalmente la carga emocional que conllevan las percepciones.
El lenguaje corporal juega un papel importante para ayudarnos a entender la coherencia entre lo que se piensa, dice y hace.
De la actitud del docente y su grado de compromiso depende la profundidad y los logros alcanzados a través de la PRM.
Cuando los docentes comparten sus experiencias se crea un ambiente de confianza y compañerismo; los profesores se dan cuenta de que no están solos, que muchas de las cosas que pasan en su aula son comunes en las otras y que pueden ayudarse al intercambiar ideas y prácticas que han probado.
Finalmente, se define a la Práctica Reflexiva Mediada como un proceso de reflexión sobre la praxis del docente y los factores que influyan en ella; el cual debe ser continuo, intencional y sistemático y llevarse a cabo en compañía de un mediador y otros agentes de apoyo, comenzando por un proceso de autoconocimiento y conocimiento del medio, en el cual se toma en cuenta la experiencia, la práctica, la teoría y el contexto para poder hacer un juicio razonado y reflexivo que ayude a la toma fundamentada de decisiones y al desarrollo personal y profesional del docente que la ejerce.
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