Juan Miguel Sánchez Vigil (2018). La fotografía, interpretaciones históricas en la prensa española (1839-1900). Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas. 372 pp. Reseña de Juan-Francisco Torregrosa Carmona (Universidad Rey Juan Carlos).
El libro nace de un planteamiento original al investigar las fuentes hemerográficas para conocer mejor otras fuentes: en este caso las que ofrece la fotografía desde sus orígenes y los seis primeros decenios de su desarrollo en España. Se aúnan, por tanto, dos ámbitos -prensa y fotografía- cuya combinación proporciona un objeto de estudio de apreciable valor historiográfico. Y abordado con amplitud, profundidad y rigor. De hecho, el análisis de los materiales periodísticos históricos se enriquece con la larga y acreditada especialización de Sánchez Vigil en el ámbito de la fotografía. Lo que le permite relacionar la prensa decimonónica con la bibliografía coetánea: “La obra de Daguerre, además de difundirse en la prensa, se dio a conocer con la traducción del manual oficial, de la que hubo tres versiones estudiadas por Sougez (1994), Kurtz (1996) y Riego (2000)” (p. 59).
Un trabajo de esta naturaleza contiene por esencia numerosas referencias onomásticas, cronológicas, geográficas, doctrinales… Sin embargo, se expone el contenido con un hilo narrativo temático muy logrado, debido a una estructura bien definida en cuatro capítulos (Historias de la fotografía: percepciones y metodologías; Procedimientos: del daguerrotipo al color; Aplicaciones y técnicas: arte, ciencia, industria, comunicación; Difusión: inventores, sociedades, publicaciones). Finalmente, un apartado de cronología, un glosario de términos técnicos y la antología de textos, amén de las oportunas referencias bibliográficas.
También contribuyen a tal resultado diáfano dentro de la natural densidad informativa la inclusión de numerosas figuras muy bien escogidas y, sobre todo, el uso de ese lenguaje preciso y nada artificioso que el lector siempre agradece.
Muchas horas de trabajo, amor a la fotografía y a la prensa histórica. Son algunas de las notas que se advierten con claridad en esta obra que ofrece mucho más que un despliegue documental de notable interés en sí mismo.
Mediante la revisión pormenorizada de los textos, el autor demuestra que “los periódicos fueron primero vehículo de difusión de los procedimientos y después de su desarrollo y aplicación” (p. 167). No en vano, “el término más reiterado en la prensa decimonónica sobre la fotografía y su historia fue «aplicación», es decir, el uso de la imagen como herramienta, como medio” (p. 89).
En ese contexto, La fotografía, interpretaciones históricas en la prensa española (1839-1900) detecta y expone errores conceptuales de los periódicos al hablar sobre la materia, como cuando en enero de 1840 El Instructor publica el artículo “Heliografía o Daguerrotipo”, empleando de forma errónea ambos términos como sinónimos (p. 49).
Sánchez Vigil constata que el apoyo de la prensa hacia la fotografía se materializó en la convocatoria de concursos para amateurs y para profesionales en la última década del siglo XIX. Gran repercusión mediática obtuvieron los eventos organizados por “las tres grandes revistas de entonces”: La Ilustración Española y Americana, Blanco y Negro y Nuevo Mundo (p. 218). Aspectos destacados fueron también el debate constante entre pintura y fotografía o la función social y personal de gran impacto que tuvieron los retratos fotográficos. Las referencias a Jean Laurent (1816-1886) o al establecimiento inglés de Charles Clifford (1819-1863) se sucedieron por diversas cabeceras, bien en forma de anuncios publicitarios o como menciones periodísticas a su labor. No sólo sus estudios en diversas ubicaciones que fueron cambiando por el centro de Madrid son dignos de atención. “La inauguración de un gabinete o galería era todo un acontecimiento, sobre todo en las capitales de provincia, donde el local se convertía en cenáculo, mentidero y punto de reunión de aficionados y profesionales” (p. 112). Así lo atestiguan los fragmentos que se dan a conocer de los escritos del cronista de la villa en la que se abría un nuevo negocio. Peculiar estilo y evidente maestría de esas crónicas de época que son una delicia. Como lo es este libro en su conjunto para el público interesado en los ámbitos que aborda. Un título llamado a perdurar entre el conjunto de las obras relevantes sobre la fotografía en España.