Huerta Floriano, Miguel Ángel y Sangro, Pedro (ed.). (2018). La Estética Televisiva en las Series Contemporánea. Valencia: Tirant Humanidades. Reseña de Paula Meliveo.

Desde 1999, tras el estreno de Los Soprano (HBO, 1999-2007), la acogida de las series norteamericanas por parte de la audiencia, y la calidad que demuestran, empiezan a revolucionar el medio audiovisual, y a dotar la televisión de un prestigio intelectual del que carecía anteriormente. Los estudios sobre estos formatos de ficción se han sucedido desde entonces. Sin embargo, como señalan Miguel Ángel Huerta Soriano y Pedro Sangro en La Estética Televisiva en las Series Contemporáneas, los trabajos analíticos, críticos, o de investigación que se le han dedicado a estos productos de alta calidad, han tendido a dejar al margen la perspectiva relacionada con los rasgos de estilo. Este libro, propone varios casos de estudios significativos de este universo de series producidas en Estados Unidos a principios del siglo XXI, y emitidas internacionalmente, ayudando a conocer los resortes formales desde los que se configura su rasgo inherente de "serialidad". Algunos de los títulos de referencia que tratan un grupo de prestigiosos investigadores españoles, en este libro, son: Los Soprano, Twin Peaks (ABC, 1990-1991/ Networks, 2017-), The Wire (HBO, 2002-2009), Juego de Tronos (HBO, 2011-), Fargo (FX Network, 2014-2017), Narcos (Netflix, 2015-), The Night Of (HBO, 2016), Girls (HBO, 2012-2017), Hannibal (NBC, 2013-2015) y Boardwalk Empire (HBO, 2010-2014). Series como estas, representan el prestigio de la industria, a la par que han generado uno de los fenómenos culturales que mejor definen el ocio de masas del nuevo siglo, en lo que al campo audiovisual se refiere.

Como se argumenta en La Estética Televisiva en las Series Contemporáneas, el estilo es uno de los aspectos menos estudiados del medio, entre otras razones, por el bajo estatus cultural que en el pasado se le confería a la televisión. Sin embargo, este análisis de estrategias formales que lo configuran, en la ficción seriada televisiva producida desde 1999 en Estados Unidos, salva los prejuicios intelectuales impulsado por teóricos como Butler, Williams, Newcomb, Ellis, Caldwell, Metallinos, y más recientemente Nannicelli, para forjar lo que podría denominarse los cimientos de "la estética televisiva".

El primer caso y objeto de estudio que los autores de La Estética Televisiva en las Series Contemporáneas proponen al lector para analizar en cuanto a los motivos visuales, y su influencia activa en el significado del contenido y desarrollo de la narración de cada episodio, es la serie Twin Peaks (ABC, 1990-1991/ Networks, 2017-). Un factor fundamental para que los motivos visuales de esta ficción pudieran convertirse en un elemento de contenido clave, lo explican los autores, Jordi Balló y Xavier Pérez, como una decisión propia del director, David Lynch. Su propósito desde el principio fue filmar la serie como si se tratase de una más de sus películas, sin renunciar al encuadre, tempo y montaje cinematográficos. Analizando planos, disposición de elementos, representación de la mujer en la serie relacionada con arquetipos, o la relación de las imágenes con mitos de civilizaciones pasadas, los autores de este capítulo, dejan constancia de cómo con sólo percibir las composiciones que propone Lynch, el significado de la historia y las acciones de los personajes van cambiando o reafirmándose, sin la necesidad de más diálogo para entender conceptos.

Más allá de la pionera e icónica Twin Peaks, otro elemento formal a destacar, que no pasa inadvertido para el autor Miguel Ángel Huerta Soriano, es el "magnetismo de los personajes" de estas series de prestigio de la nueva era, concretamente el de los protagonistas, y la forma de presentarlos por primera vez a la audiencia, según los elementos formales de la imagen. Encuadres, variación en cuanto a la angulación, compañía o no del personaje. Soriano considera la primera información audiovisual del personaje como una especie de semilla estética de relevancia para su construcción serial. Otros autores, como Iván Pintor Iranzo y Alberto Nahúm García, introducen al lector en la forma de representación de conceptos que marcan a los personajes de forma determinante, como la sensación de vacío que transmite la imagen donde se les inserte, la cólera, el mal, todo aquello que conduzca a construir la estética de la negatividad. También tratan las estrategias formales para representar el asco, y la repugnancia, e ir definiendo su estética, para serializarla.

Como si de la sintaxis del lenguaje verbal se tratara, Sangro, dedica un capítulo del libro especialmente al montaje, punto de vista (entendido como un conjunto de significados forjados a través de la edición de planos y articulación de otros elementos formales), y la manipulación del espectador conjugando estos dos conceptos. La serie que elige para proponer los ejemplos concretos del tipo de manipulación que puede conseguir una serie de ficción a través del montaje es Fargo, dada su alta capacidad para hacer creíble lo irreal, o incluso golpear el subconsciente de los espectadores con fines políticos, haciéndole asimilar al espectador, una versión determinada de acontecimientos históricos, que supusieron un punto de inflexión en el devenir del país.

Para definir la estética televisiva actual vinculada a nuestra realidad más reciente e impactante a la vez, Concepción Cascajosa y Eduardo Vega introducen al lector en la importancia de la "estética de la vigilancia y la justicia para los Estados Unidos" tras el 11-S. Nos presentan la sociedad norteamericana como una civilización atravesada por el miedo, que retuvo en sus mentes el potente impacto mediático de las imágenes de los atentados, emitidos en directo en algunos casos, lo que dotó a esos vídeos de mayor potencia. Un público sensibilizado altamente con las respuestas de la industria cultural a estos dramáticos acontecimientos. A través de aspectos formales de la serie The Night Of (HBO, 2016), versión de la prestigiosa entrega británica Criminal Justice (BBC, 2008-2009), define las estrategias de forma que configuran esta estética de la vigilancia y la justicia, sin dejar de lado el tratamiento de las diferencias entre las producciones estadounidenses e inglesas. La propuesta de la serie Girls (HBO, 2012-2017) como una ficción que rompe con muchos arquetipos occidentales estéticos del cuerpo y actitud de la mujer, acaba por confirmarnos que obviamente, la producción audiovisual de Estados Unidos ha revolucionado la estética desde la televisión. Pero también, en cierto modo, está golpeando la mentalidad de la sociedad más conservadora que ya no se daba por satisfecha consumiendo productos envueltos en un halo de cierta hipocresía considerados más tradicionales. Parece como si la sociedad americana hubiera encontrado de nuevo, en la televisión, una ventana hacia la realidad y la representación de esta. La acogida masiva de estas series lo demuestra.

Para finalizar este viaje a través de la estética en estos formatos de ficción, Juan Medina Contreras, nos acerca a Hannibal (NBC, 2013-2015), una serie que, aunque se desarrolló para una cadena generalista, adquiere ciertos elementos formales que derivan del género "gore" que hizo a sus productores plantearse emitirla en canales por cable. Sin embargo, se mantuvo tres temporadas en antena, y adquirió una identidad propia, rompiendo incluso con la duración habitual de los productos emitidos en su franja horaria. Entre otros aspectos formales, su estética se basa en métodos para lograr la segregación de figuras y fondos, como el contraste por enfoque, lumínico, de contornos, o cromático. Todos los personajes principales, además, parecen estar asociados en la ficción a determinadas tonalidades de color. Estos aspectos formales, juntos los que se analizan en el último capítulo del libro, dedicado a la huella que ha dejado Scorsese en la serie Boardwalk Empire (HBO, 2010-2014), y la estética que hereda esta producción del cine negro, cierran este moderno e innovador estudio, sobre la ficción seriada televisiva de la producción más reciente y representativa en los Estados Unidos.

En definitiva, el análisis que propone este estudio realizado por varios autores, sobre la estética de las series en la televisión contemporánea, deja patente un incremento de la calidad de estos productos, y de la aceptación por parte del público, no sólo por su contenido argumental, sino por sus revolucionarios y novedosos aspectos formales, que han dotado al medio televisivo del prestigio intelectual, e incluso poético, del que carecía en fases anteriores de su desarrollo.